Partida Rol por web

Star Wars Stories: Sprouts of the Force

PRÓLOGO: Oney Reerni

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07/03/2023, 09:42
Director

El cielo, tan ocre-azulado como siempre. Las grúas del astillero no paran. Y allá, en la lejanía, una nave que viene, y otras seis más que se van. El bullicio de la calle comercial, con tantas caras, colores y olor-

 

[Música recomendada]

 

¡Ay! Una colleja en el cogote te saca del ensimismamiento, escociéndote lo justo para necesitar un frote que te lo alivie. Al darte la vuelta, Egibo te mira con las manos a la cintura y una expresión de cansancio total.
Estamos en medio de algo, pico de oro —Hace un gesto con la cabeza para que la sigas y acabáis agachados cerca del saliente del tejado en el que estáis.
En el edificio contrario al vuestro ves a tu compañero rodiano echando un ojo con el par de binoculares analógicos que conseguísteis en el bazar de Guujan-din con aquel "descuento". Dosak está en posición bajo el arco de la calle mayor, intentando pasar desapercibido. Sin embargo no parece tranquilo con el Gran medio borracho que tiene al lado contándole su vida.
Repasemos el plan: bajas por el canalón y esperas al objetivo en el callejón. Cuando Kollis divise al humano te hará una señal para que salgas a interceptarle; estate atento. Haz el papel que más te guste para pegarte a él, y recuerda que debes coger el decodificador Y la tarjeta bancaria de cambio —Ahora te mira fijamente mientras cuenta uno y dos con los dedos, a la vez que dice—: Decodificador. Tarjeta. ¿Entendido?
Mientras te preparas para bajar, la mirialana le hace un gesto a Kollis y este responde dando el ok. Hace lo mismo con Dosak, pero solo responde con una expresión de irritación.
Antes de que salgas a comerte el mundo, escuchas: "Suerte".

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07/03/2023, 18:31
Oney Reerni

La mirada de Oney seguía las naves que venían de Corellia, pero se paraban más en las que abandonaban el planeta. Se imaginaba a su pequeño grupo a bordo de una de ellas, pasando grandes aventuras. Egibo era la capitana, sin lugar a dudas, indicándole a Kollis, el piloto, nuestro siguiente destino en la extensa galaxia. Dosak y él entrenaban, o más bien el Zabrak le entrenaba al Pantorano, que se llevaba de paso la tunda de su vida. Todo era relajado, sin preocupaciones, se lo pasaban en grande, lejos de aquella cárcel que era Corellia. En una esquina estaba Fel'zusa, riéndose mientras hacía unos pequeños ajustes a G4R13.

De pronto un golpe en el cogote le sacó de la fantasía y le devolvió a la realidad. Su mirada se clavó en los verdes ojos de la mirialana, llena de reproche, aunque sabía que se la merecía, siempre andaba con la cabeza en otra parte. Siguió a su amiga al borde del tejado y comprobó con ella la posición de los demás sin poder evitar una risa al ver al pobre Dosak. Esta se la voy a recordar.

Asintió con el rostro muy serio cuando Egibo le repitió aquellas palabras como si fuese un niño. Queda claro, esperarle en medio de la calle y coger el decocambiador y la tarjeta dificadora. Dijo, contando uno y dos con los dedos, antes de dirigirse al canalón con la intención deslizarse hasta el callejón y esconderse a la espera de las señales del rodiano.

¡Pan comido, no te preocupes! Añadió, levantando la mano a modo de despedida y dedicándole un guiño y una sonrisa socarrona a Egibo antes de desaparecer al escuchar que le deseaba suerte. La sonrisa desapareció de su rostro nada más bajar por el canalón. Sabía que Egibo se sentía responsable por lo de Fel'zusa y, desde aquello, la líder tenía especial cuidado y se preocupaba por cada detalle por la seguridad de sus compañeros. También la había notado más cansada. Oney trataba de relajar el ambiente con su habitual actitud despreocupada y sus bromas, pero en el fondo estaba preocupado por ella.

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07/03/2023, 22:27
Director

[Música recomendada]

Una vez abajo pudiste tener una perspectiva más cercana de la calle, con el gentío yendo y viniendo mientras hablaban, se paraban a preguntar precios o para meterse en alguno de los edificios. Un gran grupo de Ithorianos se quedó por las cercanías, como desorientados hacia dónde debían ir. Parecían turistas o extranjeros de algún tipo.
En un momento dado viste a Kollis agitar el brazo y señalar entre la gente: un humano con ropas que delataban su posición social adelantada y una actitud que claramente decía a gritos "róbame". La gente a su alrededor pasaba algo despegada, y el tipo hacía lo que podía por no rozarse con nadie, por lo que de primeras tratar de pasar desapercibido y hacerle el truco de "chocar y coger" quizá no fuera a dar resultado.

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08/03/2023, 12:44
Oney Reerni

Oney hizo un círculo con el pulgar y el índice , indicándole a Kollis que lo había localizado. Sintió una punzada de dolor en el pecho al imaginarse a Fel'zusa tropezando con uno de los Ithorianos perdidos y cayendo a los pies del humano. Echaba de menos a la pequeña.

Se apartó esa idea de la cabeza. Ahora él tenía que hacer todo el trabajo. Céntrate. Rápidamente salió de entre las sombras antes de que el humano llegase a la altura de los Ithorianos y, cuando consideró que el objetivo podía escucharle, cogió del hombro a uno de los turistas. Hola, amigo. Le dijo, dedicándole una sonrisa encantadora. Ithorianos, pacíficos y amantes de la naturaleza... Teniendo en cuenta el lugar en el que se encontraban probablemente querían llegar al jardín botánico. No he podido evitar ver que os habéis perdido. Si buscáis el jardín botánico, ¿verdad? Se encuentra en esa dirección. Señaló la dirección por la que venía el humano para atraer su atención. Solo tenéis que girar en el tercer cruce a la izquierda y os lo encontraréis de frente.

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08/03/2023, 19:43
Director

[Música recomendada]

Al alien a quien te referiste se le notaban los ojos de confusión. El humano, una vez a vuestra altura, pareció frenar el paso para chismosear. El resto de Ithorianos hablaban con sus sonidos guturales, como intentando unirse a la conversación, pero nada que pudieras entender de primeras sin un traductor.
Eh, chico. Tú el azul —La voz del humano era un tanto chillona y desagradable.— ¿Eres de aquí? ¿Sabes dónde queda el local de un tal "Malros"? Es un prestamista —La actitud que llevaba era la de "tipo demasiado importante", pero parece que no ha podido ni conseguirse un guía o un holomapa en condiciones. También podría estar en tu lista de "nuevo rico pringao".

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08/03/2023, 21:40
Oney Reerni

¡De nada, de nada! Se despidió de los Ithorianos, señalándoles una vez más en dirección del jardín botánico y haciendo un gesto de despedida con la mano. Adios pringados, y suerte! Tengo cosas más importantes que hacer.

Se giró hacia el humano poniendo cara de sorpresa y actuando como si aquel encontronazo "fortuito" fuese cosa del azar. Perfecto, ahora se cree que ha sido él el que se ha acercado a mí y no al revés. El hecho de que se hubiera referido a él como "el azul" le ayudó a no esbozar una sonrisa socarrona. Menudo gilipollas. Esto va a ser como quitarle un caramelo a un niño.

Esto... ¡hola! Le respondió, saliendo de la fingida sorpresa y esbozando la más inocente y pura de sus sonrisas. Claro, Malros, es muy conocido por aquí. Le hizo una señal con la cabeza para que le siguiese. Ven, me pilla de paso, te llevo hasta ahí. Le agarró levemente de una de las mangas y empezó a tirar de él hacia el lugar.

Nada más empezar a andar en pantorano fingió que se fijaba en su ropa por primera vez y puso ojos de fascinación. ¡Vaya, aquí no se ve gente con tan buen gusto como usted muy a menudo! Sin dejar de andar para que el hombre tuviera que estar a varias cosas a la vez, le soltó la manga y señaló a su cuello*, maravillado. Es precioso, ¿Dónde lo consiguió? Seguro que ha estado en muchísimos sistemas. Si el hombre picaba y centraba su atención en el collar o en el rostro del joven, Oney iba a meter mano a uno de los bolsillos de los ropajes del humano para vaciar su contenido.

Notas de juego

*Si tiene collar, sino sería un anillo o cualquier prenda que resalte.

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09/03/2023, 17:16
Director

El tipo puso una cara de desagrado en cuanto le pusiste la mano encima, pero no sabes si por miedo, asco o conformidad por estar conduciéndole a donde quería, no hizo ni el amago de apartártela. La confusión del momento y las preguntas casi no le daban para pensar y hablar, dejándolo lo suficientemente distraído como para poder echar mano de sus posesiones con rapidez.
Al tacto lo que acabaste por coger tenía formas rectas, por lo que pudiste suponer que se trataba de la tarjeta. Sin embargo no había ni rastro del decodificador.
Tu experiencia te había enseñado que los objetos frágiles (y valiosos) usualmente estaban escondidos e inaccesibles, pero también a la vista en ocasiones. Tras fijarte mejor en su collar, notaste por debajo de la camisa interior un bulto alargado similar a lo que estabas buscando. Ahora la cuestión era cómo hacerse con aquel collar.

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10/03/2023, 18:42
Oney Reerni

Oney se esforzó en no esbozar una sonrisa al hacerse con la tarjeta. Menudo pringado. Estaba claro que era un nuevo rico. Andando por esos lugares solo y fiándose de un niño. Aunque en su defensa, Oney se dedicaba a ello a diario. Vamos, por aquí. Le dijo, andando más rápido para no dejarle pensar. No queda mucho. ¿Conoces a Malros? ¿O te lo ha recomendado alguien? Le daba igual lo que respondiese, el caso era tenerle entretenido y que no se mirase el bolsillo para que no sospechase antes de tener ambos objetos y desaparecer.

Tenía que hacerlo rápido antes de que sospechase nada, pero lo tenía en un lugar de difícil acceso. Con su pico de oro no le iba a valer... Pero ese pico sí podía ayudarle. Sonrió, mientras se dirigió hacia un bar donde sabía que algún gamorreano bebía más de la cuenta. Se adelantó al humano, escabulléndose entre la gente y, al pasar junto a uno de los gamorreanos, sin mirarle, le susurró. Tssss, el humano ricachón ese que me sigue te ha llamado cara bacon.

El plan era simple, pero no libre de riesgos. Causar una pelea entre algunos gamorreanos y el humano y aprovechar la confusión para cortarle o soltarle el collar y desaparecer de allí.

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10/03/2023, 20:05
Director

Eso no te... ¡eh, espérame, niñato! —Claramente confundido, parecía haberte perdido de vista cuando entraste a la cantina. Dentro la gente se apelotonaba cerca de la barra para pedir sus zumos de juri, con lo que al tipo le hizo falta dar un buen rodeo para llegar hasta donde estabas. 

[Música recomendada]

Por otra parte, el gamorreano, que andaba con un paisano suyo, te oyó mientras se balanceaba de un lado para otro, y en cuanto escuchó el término "bacon" se levantó con ira del asiento y casi te da la primera leche a ti de no ser por tu pequeño tamaño. Su compañero twi'lek te miró con mala idea, pero en cuanto divisó al humano que mencionaste, le replicó al gamorreano: "¡Chinpa duku tek, Bongá!", mientras señalaba al tipo. El nuevo rico salió al paso de entre un trío de borrachuzos solo para encontrarse el puño del gamorreano dándole en medio de la cara, y antes de poder sacar el bláster del cinto se llevaría otro en el abdomen, haciendo que callese al suelo de boca. En el lío, una mano furtiva como la tuya pudo hacerse con el collar sin mayor problema.
La alaja parecía tener algo de valor, pero lo verdaderamente interesante estaba en esa pieza electrónica que llevaba colgando. En cualquier caso, siquiera antes de poder intentar salir de allí, una figura encapuchada casi el doble de grande que el gamorreano al que cabreaste, salió de entre la multitud airada, poniéndose entre el agresor y el humano. El gamorreano se frustró de no poder seguir apaleando al otro, por lo que fue a zurrar a su nuevo objetivo, aunque sin resultado, pues la garra de tres dedos del gigantón pasó abierta y sin rozarlo por delante de su cara de cerdo, haciendo que quedase manso como un bantha. Solo bastó que girase la cabeza a un lado para que la multitud volviese a sus asuntos. El encapuchado agarró al humano del cuello de la camisa y comenzó a rebuscarle entre las ropas, pero solo sacó unos créditos que tiró de inmediato al suelo.
¿Grrr, dónde essssstá? —El gigante reptiloide le levantó la cabeza del suelo al humano, pero este solo alcanzó a decirle unas palabras.
Criajo... azul...
Enseguida el enorme trandoshano examinó la habitación, y al no ver demasiado, recurrió a su olfato; primero oliendo las ropas del tipo y luego olisqueando el aire. Se levantó de sopetón y, de alguna manera mientras tratabas de escabullirte, pareció empezar a seguirte el rastro.

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13/03/2023, 20:01
Oney Reerni

Por poco, menos mal que me la esperaba. Pensó Oney después de que el puño del gamorreano le peinase el pelo. Lo que vino a continuación fue un deleite para los ojos del chico al ver al ricachón que le había faltado al respeto en el suelo. Una vez con el botín en su poder se alejó, pero no pudo evitar mirar a la figura encapuchada. Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver que se ponía a oler el ambiente. Hora de desaparecer.

Se dirigió lo más rápido que pudo hacia la salida del bar y decidió escapar hacia la zona más concurrida de la ciudad. la figura encapuchada era enorme y tendría más dificultades de seguirle por las calles atestadas de gente, pero Oney se podía escabullir bien en una multitud debido a su pequeño tamaño.

Mientras corría, trató de buscar a algún miembro de su grupo para dejarles el paquete, pero cambió de idea. No sabía si el trandoshano estaba siguiendo su olor o el del ricachón que se habría impregnado en los objetos. No iba a ponerlos en peligro. Si veía que no conseguía perderle, tenía la opción de meterse en las alcantarillas para camuflar el olor, pero confiaba no tener que recorrer a aquello. Odiaba ensuciarse.

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13/03/2023, 21:18
Director

[Música recomendada]

Mientras decidías tu siguiente movimiento, la gente hacía bien su trabajo casual de obstáculo. El trandoshano, sin embargo, parecía estar más entrenado que los tipos con los que te has enfrentado en anteriores ocasiones. No solo parecía muy persistente, sino que debía de tener clara a su presa, porque por muchos esquinazos que le intentases dar, no había manera de quitártelo de encima. ¿Tan sensible es su olfato como para captarte entre tanta gente? ¿Y si te colocó algún tipo de localizador? O puede que te estuvieran vigilando desde arriba, como solía hacer Kollis. ¿Un droide de reconocimiento? Entre tanta idea, viste un rayo rojo pasar a toda velocidad por una calle aledaña, girando la cabeza a ambos lados, hasta que te vio en un instante y siguió calle abajo. ¿Dosak? Lo perdiste por unos momentos, pero al cabo de unos minutos lo tenías corriendo a tu altura.
¡Oney! —No tenías ni idea de cómo se movía tan rápido con un cuerpo de roca pura como el suyo.— ¡Te llevo buscando un buen rato! ¿Lo tienes? Oh, eh... ¿y por qué corres?

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13/03/2023, 22:20
Oney Reerni

Oney siguió corriendo calle, cada vez más preocupado con la persistencia del trandoshano. Sin embargo, cuando Dosak se puso a su altera, respiró algo más tranquilo. Sabía que podía contar con sus músculos.

Que me hayas encontrado ya es mala señal. Le dijo, guiñándole un ojo y dedicándole una sonrisa a modo de saludo. Se sentía bien estar con él. Lo tengo, pero parece que alguien más lo quiere. Es un trandoshano, enorme, parece que me está siguiendo y no consigo darle esquinazo. ¿Creo que me está oliendo? Dijo, extrañado.

Toma. Le dijo finalmente, dándole la tarjeta y el decodificador, aún a la carrera. Encuentra a Egibo y dáselo, nos vemos en el distrito comercial. Creo que me sigue a mí.

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14/03/2023, 14:22
Director

—Bah, tampoco tiene que ser para tanto. Le meto un par de tortas y... —dijo cuando mencionaste lo del trandoshano. A continuación miró hacia atrás y te devolvió otra vez la atención.— Bueno, lo mismo esta vez lo dejo pasar —Recibió el botín y se dispuso a salir por la siguiente calle paralela.— Se lo daré —Se fue yendo, pero de pronto frenó en seco y volvió a ponerse a tu lado antes de volver a salir por patas.—¡Se me olvidaba! Venía a decirte de parte de Lizz que: "No os entretengáis, tengo noticias sobre Fel'zusa". ¡Así que nos vemos donde Pultar!
Mientras tanto, casi podías notar las vibraciones que generaban las pisadas del trandoshano, que aún te seguía. El tío ni siquiera necesitaba correr. Cada zancada suya eran diez pasos tuyos. Si no le dabas esquinazo rápido, no tardaría en pillarte.

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16/03/2023, 22:42
Oney Reerni

¡Fel'zusa! ¿Acaso había localizado a la Twilek? Era el peor momento para recibir una noticia como aquella, pero eso solo significaba que tenía que quitarse al gigante cuanto antes. Después de recibir aquella noticia la idea de la alcantarilla le empezó a parecer cada vez más atractiva. ¡Ahí estaré! Se despidió, con una sonrisa de oreja a oreja ante la posibilidad de recuperar a la pequeña del grupo.

Sin pensárselo, al girar en la siguiente calle se dirigió a la alcantarilla lateral más cercana y se trató de colar por ahí sin ser visto. Confiaba en que, aunque le viera, el trandoshano fuera lo suficientemente grande como para no entrar por el hueco.

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17/03/2023, 10:49
Director

Desbloquear la compuerta no fue difícil, teniendo en cuenta el mantenimiento casi inexistente que recibían. Sin embargo, una vez dentro, notaste cómo una garra enorme te agarró las ropas desde atrás, intentando sacarte, pero su fuerza no se pudo medir con tu destreza y velocidad, por lo que solo acabó quedándose con un pedazo de las mismas. Cerró tras de ti una vez te perdiste en los túneles de servicio. 

[Música recomendada]

Ya te conocías el camino hacia las zonas seguras, ya que alguna vez tuviste que hacer una huida poco honrosa tras finalizar un trabajo. El ambiente del sitio tampoco había cambiado, por lo que no tuviste problema en orientarte hacia el garito de Pultar.
De hecho, tan poco habían cambiado las alcantarillas que ahí abajo seguían residiendo los más desfavorecidos de la unión entre el sector de los astilleros y el comercial. A mucha de aquella gente la conocías de forma más o menos personal, y sus historias a menudo eran muy parecidas: trabajadores desempleados, ancianas sin sustento, ludópatas sin blanca y con deudas... los marginados que Corellia escupía al subsuelo, para que no molesten. Sus miradas sin brillo te siguieron en el largo trecho de la cloaca principal, hasta que encontraste la salida hacia la zona de recreo.
Una vez fuera, el olor a putrefacción cambió al del incienso y los gases de los sistemas de refrigeración. El negocio del viejo humano no quedaba lejos, por lo que en cuestión de minutos pudiste ver el cartel que ponía en aurebesh: "La Mina".

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El local estaba a rebosar, como solía, con una miríada de especies atiborrándose a bebidas multicolores y platos diversos, traídos por droides organizadores de múltiples extremidades, modificados para el servicio como camareros. Al fondo podías ver la zona de reservados con el BAF-1000 de Lizz, Rom, guardando la entrada con su fusil a la espalda.

 

 

Pero antes de que pudieras acercarte, alguien tiró de ti hacia un lado del bar, donde os rodeaba un grupo de bebedores.
Escucha, Oney, porque esto es serio —La mirada de Egibo no invitaba a pensar lo contrario.— Sabes lo que opino de Lizz, y que nos venga con estas de que tiene "noticias sobre Fel" no me da para nada buena espina. Prométeme que sea lo que sea que nos cuente ahí dentro, nos negaremos a todo; por lo menos de primeras —Se volvió hacia los reservados.— Dosak y Kollis ya están dentro. No he podido hablar con ellos, pero esa nautolana los tiene donde quiere desde hace tiempo, así que imagino que no me habrían hecho mucho caso. Ugh... —Bajó la mirada.

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17/03/2023, 15:28
Oney Reerni

Por los pelos, eso ha estado demasiado cerca. Pensó Oney mientras se adentraba en aquel lugar abandonado de toda piedad. Conocía varios de aquellos rostros y recordar sus historias le rompía por dentro. Trató de no mirar demasiado. No podía ayudarles, ya lo había intentado. Había demasiada gente necesitada, demasiada pobreza, demasiada desesperación. El corazón de le encogía y en aquel momento no podía permitirse perderse en aquellos pensamiento. No cuando Fel necesitaba su ayuda.

Accedió a la cantina con la ropa rota y un olor desagradable que esperaba se fuese pronto y, cuando iba a dirigirse hacia la mesa reservada, algo la interrumpió. Cuando vio a Egibo estuvo a punto de hacer la broma. ¿Ni siquiera me vas a invitar a una copa primero? Pero la seriedad de los verdes ojos de Egibo consiguieron que Oney mantuviese la boca callada por una vez y escuchase con atención a su amiga.

Mierda.  Respondió Oney, susurrando. Estaba tan contento con tener noticias sobre Fel que ni siquiera había pensado en que pudiera haber gato encerrado.

El chico no pensaba mal de Lizz para nada. Sí, nunca daba nada gratis, pero por lo demás cumplía su palabra. Sin embargo, confiaba mucho en Egibo. Si ella le estaba contando aquello, tendría sus razones y, entre Lizz y Egibo, Oney no tenía duda de en quien confiar. Menos mal que estás tú para pensar por los cuatro. Por eso eres la líder. Se metió con ella, sonriendo para bajar un poco la tensión, sabiendo que no le gustaba ser considerada líder. Tienes mi palabra, te apoyaré en lo que sea que vaya a pasar en esa mesa. Pero primero vamos a ver qué es lo que quiere Lizz.

El Pandoranos e dirigió hacia la mesa y puso su mejor sonrisa, fingiendo que no había tenido aquella conversación y mostrándose emocionado y para nada alerta, aunque en realidad estaba evaluando cada movimiento de la nautolana. ¡Rom! tiempo sin verte. Saludó, dándole una palmada en su metálico hombro. ¡Lizz! Tan encantadora como siempre. Me ha dicho Dosak que tienes buenas noticias. Se sentó junto a Dosak, dándole unas palmadas en el cuádriceps a modo de saludo. Lo siento si huelo rancio, se me ha olvidado ducharme esta semana.

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17/03/2023, 19:27
Director

La mesa estaba alegre cuando llegaste. Egibo, por su parte, se demoró un poco más antes de entrar. Todos tenían sus bebidas servidas, incluidos un par de tipos desconocidos sentados a la vera de Dhe Lizz.
Tranquilo, enano. Ya he olido cosas peores —dijo Lizz antes de llevarse la copa a los labios.— De hecho sois el grupo más limpio —Bebió sin dejar de miraros con ese brillo especial que siempre brotaba de sus ojos.
¡Ya era hora! —Dosak te devolvió la palmada, aunque con fuerza de más.
Kollis se mantuvo un poco al margen, pero no dudó en saludar con un guiño al sentarte. Por otro lado, los dos weequay extraños hablaban en un lengua extranjera mientras os miraban de cuando en cuando. De hecho, Lizz solía traerse a alguien de su gente con ella a las reuniones de final de trimestre, pero esta era una reunión extraordinaria, y esos dos no tenías ni idea de quién eran.
Oney, ¿vino Egibo contigo? —Se aventuró a preguntar Kollis, aprovechando el silencio de la mesa.
Pero antes siquiera de que pudieras responder, pudiste ver otra figura por el rabillo del ojo sentarse junto al rodiano.
Pero si es mi teniente favorita... —dijo Lizz al ver a Egibo tomar asiento.— ¿Qué te ha tomado tanto tiempo, chiquilla, mmm?
Egibo la miraba con una expresión seria, casi sin pestañear.
Que te lo cuente Oney, yo solo pude supervisar el principio.
¿Y lo mío? —Alternó la mirada entre ambos.
Egibo tiró la tarjeta y el decodificador como quien reparte cartas de Pazaak. La nautolana la miró de vuelta, ahora con la sonrisa tornándose en un medio mohín. Cogió los dos objetos y los observó de cerca, como si pudiera detectar que fuesen falsos.
Rom —El droide irrumpió en la salita en segundos.— Dale esto a D5 para que lo valide —Rom se acercó a recoger las piezas sin decir nada y se marchó tras una tela roída detrás de vuestra mesa, que conducía a unas escaleras hacia la segunda planta.— Bueno, enano ¡deléitanos con tus aventuras! —Se recostó sobre la única silla acolchada de la mesa y le dio un par de toques a uno de los weequay para que prestasen atención.

 

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17/03/2023, 22:08
Oney Reerni

Oney le devolvió el guiño a Kollis antes de acomodarse en su silla, aclararse la garganta, y sonreír de forma orgullosa. Iba a seguir con el papel de aparentar normalidad para que Lizz bajase la guardia y no sospechase que sabían que tramaba algo. El ricachón era más idiota de lo que parecía. Vamos, casi le he hecho un favor, llega a aparecer así por la calle de Malros y le habrían dado una paliza de cuidado.

Se rio. ¿Lo mejor de todo? El muy tonto se pensó que había sido él el que había venido donde mí y no al revés. La mitad del trabajo hecho. Guiñó un ojo en dirección a uno de los weequay. ¿Quiénes eran? Nunca les había visto por ahí. Tal vez Egibo tenía razón. La tarjeta fue pan comido, ni merece mencionarlo, pero era imposible hacerse con decodificador sin que se diese cuenta... No sin una distracción, claro. Como la que genera un gamorreano borracho al que le acaban de llamar carabacon. Soltó una carcajada. ¡Al pobre no creo que le queden dientes en la boca!

Mientras contaba la historia, trató de analizar las reacciones de los presentes. De no ser por un transodhano altísimo con una capa que entró, no sé como habría acabado eso, pero el gigante, sin decir nada, hizo que el gamorreano se calmase. Como lo oís. Nunca había visto algo así.

Su mirada se centró entonces en Kollis. Probablemente el habría visto lo que venía después. El trandoshano de algún modo me siguió y no había forma de perderle. Parecía que me estaba oliendo... Pensé que igual era el objeto, que llevaba un localizador o algo, por eso se lo di al grandullón, para asegurarme. Le guiñó un ojo. Pero no, me seguía a mí y cada vez estaba más cerca, podía notar cada paso. Pum, pum, PUM!

Solo tenía una opción, me escabullí en el último momento por las alcantarillas literalmente de las garras del trandoshano. Mostró su ropa rasgada. Y aquí estoy. No sé quien era el gigante, pero ya os digo yo que no era un tipo normal. Miró a Lizz por si ella sabía de quien podía tratarse.

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18/03/2023, 13:25
Director

[Música recomendada]

Aunque te escuchaba, Lizz no parecía demasiado interesada en los detalles; más preocupada si acaso de beber y ver la reacción de los weequay. Además, claramente estaba tranquila de tener en su poder lo robado. Dosak y Kollis atendían con interés, y el zabrak se señaló cuando lo mencionaste en el resumen. Egibo, sin embargo, permaneció encerrada en sí misma, intercalando la mirada entre la superficie de la mesa y Lizz. Los weequay parecían entenderte, entretenidos con lo que contabas y cómo lo contabas. Al mencionar al trandoshano nadie reaccionó de forma particular. Si acaso, como mucho, con sorpresa al ver el giro que tomó la historia; salvo Dosak, que ya sabía del dato.
¿Un trandoshano? —Lizz miró a un lado, meditativa.— Bueno, son los gajes del oficio, enano. Nunca se sabe qué terceras partes pueden estar interesadas en tus asuntos —Se terminó la copa de un trago.— Aaaah... pero hiciste bien, Oney. Y esta vez seguro que casi sale tan limpio como lo que aquí nuestra amiga había planeado, ¿verdad?
Egibo tardó un poco en darse cuenta de que se refería a ella. No sabías qué le estaba pasando por la cabeza, pero estaba demasiado distraída.
Sí, eh... el plan —La mirialana no supo como seguir. Y en cuanto Lizz la empezó a mirar de manera inquisitiva, reaccionó.— P-pero vamos a dejarnos de rodeos, jefa. Creo que todavía tienes algo que contarnos.
La nautolana miró de soslayo a sus dos acompañantes, y volvió la atención a Egibo con una expresión de satisfacción.
Claro, claro, mejor dejarse de rodeos, pequeñaja. Al fin y al cabo, tampoco tenía planeado daros mucho la tabarra con el tema. Lo hecho, hecho está, y bien hecho además —Cruzó los brazos con los codos sobre la mesa.— Lo cierto es que tengo dos noticias importantes para vosotros —Dosak y Kollis rebosaban anticipación. De Egibo solo pudiste notar nerviosismo, y del malo.— La primera es que, efectivamente, la pequeña está bien y a salvo —Los muchachos se emocionaron con la noticia, mientras que Egibo continuó el resto de la explicación con actitud recelosa.— Un buen amigo me comentó hace poco que se la intentaron vender unos esclavistas. Él, por supuesto, los quitó de en medio y me informó al instante. Ahora la tiene bajo su cuidado.
¡¿Eso quiere decir que la volveremos a ver?! —El zabrak casi se abalanzó sobre la mesa.
Claro —respondió Lizz, con una expresión plácida.
Pero... —dijo Egibo, mirando atentamente.
No hay peros, muchacha. La volveréis a ver.
Por un momento la mirialana se mostró sorprendida.
La segunda noticia es sobre vuestro futuro y, por supuesto, la de nuestra twi'lek —Egibo volvió a agriar la expresión, y te echó una mirada.— Habéis hecho un magnífico trabajo en los años que habéis estado aquí conmigo. Yo he sido justa en mi trato, y vosotros me habéis dado lo mejor. En sí, nuestro acuerdo se ha cumplido satisfactoriamente —Os miraba a los cuatro, queriendo anticiparse a vuestras reacciones.— Pero sería un verdadero desperdicio que vuestras habilidades se viesen... infrautilizadas. Por ello, he hablado con este amigo mío, cuyos representantes están aquí con nosotros —Señaló con un gesto a los weequay— para que os ofrezca un puesto en su organización. Al principio solo serán unos trabajillos mundanos, para ver cómo os las apañáis más que nada. Pero en cuanto os coja el perfil estoy segura que os asignará cosas más importantes —No había atisbo de duda en su mirada. Tal y como os lo decía, así lo creía. Al menos en tu experiencia.
¿Dices que nos vas a mandar con un extraño-
Es un viejo socio mío, Egibo, no un cualquiera —Aunque mantenía la compostura, el tono de la nautolana se agravó de forma innecesaria.
Vale, vale, un socio. Nos vas a echar para-
Vamos a ver, niña... —Se puso de pie— No vais a ningún sitio en el que no os vayan a tratar bien. Me he asegurado AL CIEN POR CIEN de eso. Ya habéis crecido lo suficiente como para seguir siendo rateros callejeros. Y es que en este mundo es necesario crecer, y rápido. Avanzar. Escalar. Si no quieres continuar tu brillante carrera, por lo menos no arrastres a los demás.
—Nadie está arrastrando a nadie, Lizz, solo pregunto lo obvio.
—Y si es tan obvio, monina, ¿para qué preguntas?
—No es eso lo que... —
Chascó la lengua de la impotencia. Claramente había tocado hueso, pero no tenía las herramientas para darle la vuelta a la situación.
Los weequay parecían comentar la discusión por lo bajo y en su idioma. Por su lado, Dosak y Kollis estaban visiblemente incómodos, como quien ve discutir a sus padres.
—Mañana por la tarde partiréis con estos señores y en unos días llegaréis a Circumtore, a vuestra nueva casa. Os reuniréis con Feluza y ya veréis que-
—E-es Fel'zusa, jefa... —
corrigió Kollis.
Sí, sí, gracias —Hizo un gesto con la mano, como para restarle importancia.— Lo importante es que vais a poder verla, y encima podréis empezar una nueva etapa en vuestra carrera —Por fin se sentó y añadió un suspiro.— De verdad, chicos, es lo mejor para todos. Sabéis que nunca se me ocurriría poneros en peligro —Su expresión plácida retornó con la más cándida de sus sonrisas.

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18/03/2023, 15:09
Oney Reerni

Oney escuchó aquella discusión, tan incómodo como Kollis y Dosak. Sin embargo, cuando Lizz habló de Fel'zusa e incluso se dio cuenta de que ni siquiera sabía su nombre, lo vio todo claro como el agua. Egibo tenía razón, la excusa de juntarles con su amiga era en realidad una amenaza. Si no vais con ellos, no volveréis a verla. Aquella nautolana no tenía buenas intenciones. ¿Acaso había tenido algo que ver con el rapto de la Twi'lek? ¿Cuánto tiempo llevaba planeando aquello? ¿Cómo había estado tan ciego?

Sin dejar que aquellos pensamientos se trasladasen a su rostro, puso una mano suavemente sobre el hombro de Egibo y sonrió. Qué alegría que Fel'zusa se encuentre bien, estoy deseando volver a verla. Pensaba que la habíamos perdido para siempre. Comentó, con la esperanza de que su amiga se percatase de que probablemente aceptar aquello era la única forma de volver a juntarse con Fel'zusa.

Tenían que pensar antes de actuar. Gracias por la oportunidad, jefa. Le dijo a Lizz, levantándose de la mesa y animando con la cabeza a los demás a hacer lo mismo. ¿Qué os parece? ¿Una última noche en el pub de Aris? Les dijo a sus amigos. Su intención no era otra que separar a su grupo de Lizz y los dos weequay para hablar en privado y valorar sus opciones. Estaban siendo extorsionados, pero tal vez jugar ese juego fuese la única forma de recuperar a la pequeña.