Partida Rol por web

Noté que no acababa de entender el motivo por el que me sentía tan mal pero aun así se estaba preocupando tanto... la estaba preocupando tanto... pensar aquello me hizo encogerme más si es que se podía hasta que noté su mano acariciando mi cabeza, alcé la cabeza mirando a mi compañera que me trataba de forma gentil mientras mis mejillas se encontraban húmedas por las lágrimas que aún me desbordaban -Fran...- dije contemplándola un instante antes de abalanzarme a abrazarla -tú sí que eres buena, lo sien... gracias- respondí ante sus últimas palabras no queriéndola soltar por el momento apunto de disculparme de nuevo, pero evitándolo para no causar más preocupación a mi compañera, ya me había dejado claro que no quería ni sentía que debiese hacerlo.

Al ver sus mejillas húmedas por las lágrimas que corrían por las mismas, la peliblanco no pudo evitar mostrar una expresión de preocupación, no habiéndose imaginado que su compañera habría sido afectada tanto por algo que Fran consideraba que no había sido su culpa. No obstante, cuando pretendía decir algo al respecto, su amiga no tardó en abrazarla, sorprendiendo a la guitarrista por un momento, antes de que ésta decidiera dedicarle una sonrisa cálida, intentando asegurarle a Ayami que todo estaba bien, que no tenía que preocuparse por nada.

- No creo que sea tan buena, no como tú, Ami-chan. - Le aseguró gentil,  en el instante en el que sus brazos se cerraban detrás de la rubia en un abrazo cariñoso, ya que parecía que su amiga necesitaba esa muestra de afecto. No le había gustado verla llorar, de eso no había duda, y en parte, la peliblanco creía que había sido su culpa que su amiga llegara a ese estado, tal vez porque no había sido bastante clara antes, o porque debería de haberse controlado con su reacción cuando estaba Mitsuki presente. Sea lo que fuera, no podía negar que le había dolido ver a Ayami llorando.

- Si fuera tan buena, no habría provocado a Mitsuki... No llores, no me gusta verte así... - Confesó un tanto triste, al pensar que aquello podría ser su culpa. Mientras continuaba abrazándola, le dedicó una delicada caricia a la espalda de su amiga, intentando reconfortarla, incluso si a ella no se le daba muy bien esa clase de cosas, no cuando había poco que afectara a la guitarrista de manera emocional, bueno... excepto por algunos casos que prefería no recordar. Lo que importaba en ese momento, era que Ayami estuviera mejor, por lo que no dudaría en ofrecerle todo su cariño hasta que ella estuviera satisfecha. - A la mañana, vamos a comer helado, ¿está bien? - Le prometió, recordando que a la rubia le había apetecido la idea de comer helado durante la cena.

Cuando me dijo aquellas palabras apreté más fuerte mientras movía la cabeza ligeramente en señal de negación tratando de hacerle entender que ella no tenía la culpa de que llorase, entonces me separé y sequé mis lágrimas esbozando una sonrisa para ella -Gracias- pronuncié de nuevo -pero mejor que mañana por la mañana apuremos todo lo que podamos en dormir, es tarde y el primer día siempre se hace pesado- expliqué -vayamos a comerlo el fin de semana tranquilamente, invitemos también a Hina que pensó en nosotras- propuse -incluso a Mai... si quiere, en señal de disculpa- seguí apartando la mirada un momento, pensativa, antes de devolvérsela de nuevo a Fran -o... también podemos invitarlas a todas y que decidan- finalicé más relajada.

- No hace falta que me lo recuerdes... odio ir a clases. Un día seré la mejor guitarrista. No necesito ese adoctrinamiento. - Expresó divertida, al ver que su amiga parecía estar un poco mejor que antes. Alegre por el hecho de que la rubia no llorara más, apoyó su mano derecha sobre la cabeza de la chica, en un gesto cariñoso antes de revolver su cabello, contenta de que estuviera de mejor humor. La tristeza no le sentaba bien a su amiga, que se veía más bonita cuando sonreía e irradiaba esa felicidad tan especial. No obstante, no sabía si decirle eso, que de seguro le daría un poco de vergüenza a la peliblanco, incluso si usualmente no tenía mucho problema en decir muchas cosas.

- Mm, si supongo que tienes razón. Aunque bueno, siempre podemos escaparnos de clases... - Sugirió con cierta picardía, dejando en claro que no tenía problema en hacer algo así, siempre que su compañera de cuarto no estuviera en contra de la idea, aunque imaginaba que era posible que se opusiera un poco la idea, tal vez preocupándose por la joven rebelde, más que por otra cosa. - Si, deberíamos invitar a Hina, que ella nos invitó antes, y al final creo que hice que se pusiera un poco nerviosa por mi... roce con Mitsuki. No quiero que me vea como una salvaje. - Eso último lo comentó en broma, si bien en parte, creía que la pelirrosa podía pensar que Fran era un poco violenta, y que podría meterla en problemas, y, si bien era verdad, eso no quería decir que la peliblanco quisiera causarla problemas a Hina, quien se había comportado como una buena amiga con ella. Ayami tenía razón, había que invitarla también a ella, así como a Mai.

- Bueno, será mejor que tú las invites si quieres, que no creo que Mitsuki esté muy contenta de verme de nuevo. - Aconsejó gentil, al escuchar a su amiga decir que podían invitarlas a todas. Después de todo, las habían invitado a ellas antes, por lo que lo correcto sería hacer lo mismo con el resto. De cualquier manera, eso tendrían que pensarlo luego a la mañana, por ahora sería mejor que se retiraran a dormir. La guitarrista no se había olvidado que Ayami estaba cansada, más ahora que había llorado, y probablemente necesitaba más descanso de su mente que antes. - Ami-chan. Si en otro momento... sientes que necesitas llorar, siempre puedes acudir a mí, ¿está bien? Yo te daré todos los abrazos que necesites para que estés mejor. - Le aseguró amable, antes de dedicarle su típica sonrisa brillante, dejando en claro que estaría allí para ella si necesitaba algo de apoyo emocional en algún momento. No quería verla triste, y si podía mejorarle el ánimo, sería lo ideal para ella. Tras decir eso, se separó de ella, con la intención de visitar el baño antes de irse a dormir. El primer día, como lo había dicho su amiga, sería bastante pesado.

Las demás comenzaban a irse ya que estaba empezando a ser tarde y mañana era el primer día, seria mejor que estas fiestas las hiciéramos los viernes por si se alargaban, tenia que hablar con las demás de ello.

Sonreí cuando Rubi comento que también se uniría al club de Literatura, me encantaría leer lo que escribe pensé.

Después de que Ayami y Fran se hubieran marchado, Tamao y Noriko fueron las siguientes en, al poco rato Rubi comento a su compañera de cuarto que ya estaba soñolienta y quería marcharse a descansar por lo que Hina también se levanto y se despidienton:

-Buenas noches, Hina-chan, Rubi-chan, te veo mañana...-dije despidiéndome de las demás, al igual que con Kiyashiki-san.

Cuando todas se hubieron ido empece a cambiarme para ponerme el pijama y mientras pregunte a mi compañera:

-¿Mitsuki-chan?¿que le ves a Kiyashiki-san…?-

 Fran propuso faltar así que la miré con una cara que parecía decir "¿ni siquiera hemos empezado y ya estás pensando en faltar?" antes de asentir cuando propuso que les invitase yo -Está bien, déjamelo a mí- respondí sonriente; seguidamente me dijo que estaría para abrazarme siempre que lo necesitase, que tuviese ganas de llorar -así solo vas a conseguir que se me escapen las lágrimas de nuevo...- dije algo avergonzada hinchando los mofletes mientras cerraba mi puño y le golpeaba en la cabeza de forma muy delicada, casi como si se tratase de una caricia -Gracias- expresé después mostrando una sonrisa menos exagerada que normalmente pero de corazón -y... te los robaré aunque no tenga ganas de llorar- expliqué riendo de forma traviesa.

-¿Tratamos de dormir?- pregunté después -no se nos pueden pegar las sabanas o no podremos cumplir nuestra palabra de acompañar a Hina a por su uniforme- advertí.

Cuando su amiga la miró de esa manera, debido a su sugerencia de faltar, la peliblanco no pudo evitar sacar la lengua en burla, dejando en claro que no podía evitarlo, teniendo en cuenta que los estudios se le daban fatal. - Ey... no me mires así, está bien, está bien. - Si fuera por ella, faltaría a clases siempre... pero sus padres se molestarían demasiado con ella, y ni siquiera con su actitud rebelde podría liberarse de una charla seria con ellos. Por ende... no tenía otra opción más que asistir a clases, algunas veces, incluso si para ella era una pérdida de tiempo ya que no solía obtener calificaciones excelente en las diferentes asignaturas. Simplemente, no había nacido para estudiar.

- ¿Tanto quieres mis abrazos? - Comentó divertida al escuchar las palabras de su compañera de cuarto, que decía que volvería a llorar si le decía esa clase de cosas. Estaba contenta de que Ayami estuviera mejor, en especial si la podía hacer aquel gesto con su puño, y que no continuara estando triste por algo que no tenía mucha importancia para la guitarrista. Lo que más importaba, era que su amiga no llorara, y que si necesitaba una muestra de apoyo, de afecto, no dudara en acudir a ella. Lo mismo si alguien la molestaba, Fran le haría sufrir el infierno en la tierra a quien intentara a hacerle algo a una chica tan buena como la adorable rubia. - Puedes robarme los abrazos que quieras, Ami-chan, si eso te hace sonreír. - Le aseguró gentil, antes de dedicarle una sonrisa de afecto, aunque no tardando en rascarse la nuca, un tanto avergonzada por las palabras de su amiga. No estaba acostumbrada a que le dijeran que querían sus abrazos.

- Ah, si. Será mejor irnos a dormir. ¿Eh? ¡Ah! ¡Cierto! Me había olvidado que teníamos que acompañar a Hina. - Por poco se había olvidado, con todo lo que había sucedido en la habitación de Mai y Mitsuki. Tenía mucha suerte de que Ayami tuviera una memoria más confiable que ella en esa clase de cosas, de lo contrario habría traicionado la promesa a la pobre pelirrosa. Tras decir aquello, no tardó mucho en ir al baño, para prepararse para irse a dormir. Al salir, se mostró en su ropa interior negra de encajes, que le daba una imagen un tanto madura a la peliblanco, remarcando su cuerpo entrenado y de atractivas curvas. Estaba claro que no dormiría en pijamas, además del hecho de que no le daba mucha vergüenza mostrarse en su ropa interior, a diferencia de cuando había visto a la rubia en la suya. - Buenas noches, Ami-chan. Que descanses. -  Le dijo con cierta tranquilidad, antes de ingresar en la dulce comodidad de su cama, dedicándole una sonrisa amable a su amiga.

Faltáis vosotras dos por cerrar ;)

La conversación había tomado un rumbo curioso, y aunque pudiese resultar difícil en ocasiones expresar lo que se siente me alegraba de que hubiese acabado de aquella forma.

Dejé escapar una ligera risa al ver que realmente se había olvidado del plan, me dirigí al baño junto a Fran para lavarme los dientes, al acabar me puse mi pijama compuesto de una camiseta estampada de la cara de un panda rojo y unos pantalones cortos con dibujitos del mismo animal pero de cuerpo completo -Igualmente, buenas noches- pronuncié preparada para dormir, tan cansada que ni siquiera presté atención a la forma en que mi compañera iba vestida.

Y tan pronto como toqué la cama quedé sumida en un sueño que no se vería roto hasta la mañana siguiente.

Cuando la habitación se quedó a solas, Mitsuki sintió un inmenso alivio. Aquel día había tenido demasiadas emociones para ella. Aunque parecía que Mai tenía ganas de seguir la conversación. 

-¿A Kiyashiki-san? -preguntó, ligeramente ruborizada. -N-no lo se. Es mona, ¿no? -preguntó tímidamente. Lo cierto es que había empezado a pensar en ella desde su encontronazo de esta mañana, y tenía la sensación de que, si no hubiera ocurrido, la muchacha castaña no habría dado tantas vueltas en su mente. Un bostezo interrumpió la charla, y Mitsuki entendió que estaba agotada. Dejó su uniforme cuidadosamente doblado y se tendió en la cama. También ella tenía ganas de preguntarle a Mai por Rubí, pero eso tendría que esperar a mañana. 

-Seguiremos hablando mañana. Duerme bien -se despidió de su compañera. 

La rubia respondió que la chica de Spica le resultaba mona y yo asentí como indicando que la entendía; no se si decirle ahora que esa chica no me da buena espina pensé para mi misma, pues quería hacerme amiga de Mitsuki ya que primeramente somos compañeras de habitación y vamos a pasar mucho tiempo juntas por lo que me gustaría protegerla en caso de que quieran engañarla, entonces escucho un bostezo por parte de mi compañera y como dice que mejor hablemos mañana:

-buenas noches, princesa. Descansa-le digo.

Tamao y Noriko prepararon todo con sumo cuidado. Colocaron su pequeño fogón en el centro de la habitación, la tetera llena de agua y una buena cantidad de tazas y galletas; el colador, el té... todo estaba preparado para la llegada de sus amigas.

-Estoy muy nerviosa, Noriko-chan. ¡Me encanta organizar fiestas, pero siempre tengo miedo de que salgan mal!

-No te preocupes, Tamao-chan. Verás como todas se divierten. Si no les gustara, no vendrían.

Tamao sonrió, agradecida por las palabras de su compañera, y miró entonces hacia la puerta.

-Espero que no atrapen a ninguna. Últimamente las hermanas están dando muchas vueltas por los pasillos. Se han vuelto muy desconfiadas.

Ains... miraba el techo de mi cuarto fijamente acostada en mi cama, ya tapada y con mi pijama puesto, lista para dormir después de haber cenado en el comedor con todo el mundo... pero me era imposible dormir. Creo que he estado tanto tiempo inconsciente, que básicamente no me entraba nada de sueño. No paraba de dar vueltas, intentaba dormirme oyendo música relajante con el móvil, y hasta intentaba contar ovejas en voz baja... pero nada, que no conseguía dormirme.

De mientras a mi lado, Yaya se estaba preparando para salir a aquella fiesta a la que habían invitado cuando yo estaba inconsciente en el vestíbulo... y la misma chica podía ver como intentaba esforzarme en dormir inútilmente -E-espero que t-te l-lo pa-pases bi-bien Yaya-chan...- le desee a mi compañera, esperando que se lo pasase bien... mientras yo buscaba 

Yaya resopló con cierta desesperación.

Ay, de verdad. ¿Cómo se te ocurre que voy a ir a esa fiesta sin ti? Si estoy vistiéndome es para ver si consigo convencerte de ir. Hana-chan, no puedes aislarte de todas. Ven conmigo. Nos sentaremos un rato, tomaremos un té y algunas pastas, hablaremos y reiremos un poco... y después, a dormir. 

Tras decirle todo eso, a Yaya se le iluminó la cara.

¿Por qué no te traes tu cámara y sacas fotos de la reunión? Estoy segura de que a todas nos gustaría tener recuerdos que mirar cuando salgamos de aquí. Venga, ¿qué me dices? 

Me sorprendí cuando mi amiga me dijo que lo que estaba haciendo era tentarme para ir con ella a aquella fiesta, haciendo que me sonrojara un poco cuando me dijo que no debería aislarme y que fuera con ella -Pe-pero... e-es que...- me tapé un poco la cara alzando la sábana -_{M-me d-da mi-miedo...}- le dije a mi amiga. Tenía miedo de que se repitiera el agobio de estar mucha gente en el mismo cuarto, o de que nos pillasen las hermanas otra vez.

Entonces, noté que a Yaya se le había ocurrido una idea que le gustó, y entonces me dijo que me llevara la cámara para hacerles fotos a las chicas -Hmmm...- miré hacia otro lado con la cara medio tapada con la manta, pensando. Por un lado, me preocupaba lo de agobiarme allí... ¿y si me volvía a desmayar? Aparte de preocupar a la gente, les cortaría el rollo. Pero por el otro lado... Yaya parece dispuesta a no ir a la fiesta si yo no voy, y no le quiero fastidiar la diversión... además, tampoco me quería pasar toda la noche acostada sin poder dormirme... -Va... va-vale...- le terminé diciendo a mi amiga -¿Que m-me po-pongo pa-para i-ir?.

Yaya se alegró tanto de que Yuki le dijese al final que iba, que se abalanzó sobre ella para abrazarla, y no se dio cuenta de lo que le estaba preguntando.

-Perdona, perdona. ¡Es que me he emocionado tanto! ¿Qué me estabas preguntando? ¿Qué que te ponías? Pues cualquier cosa, tontita. Escucha, todas estarán en pijama, así que iremos nosotras también así.

Yaya se desvistió y volvió a ponerse el pijama y la bata encima.

-Además, así cuando volvamos, podremos echarnos a dormir rápidamente. ¡Venga, coge la cámara y vamos!

Y nada... otro abrazo que me da Yaya... ¿cuantos me ha dado ya? Lo normal es que me estuviera acostumbrando... pero no. Sus abrazos me siguen poniendo temblorosa y colorada. Al final me soltó al darse cuenta de que le había preguntado algo, y se disculpó por no escuchar antes -_{N-no pa-pasa na-nada...}- le dije con un hilito de voz, aún recuperándome del abrazo.

Me fui destapando e incorporando, mientras me daba la vuelta para no mirar a mi compañera desvestirse y ponerse el pijama. Yo también cogí mi bata roja a lunares y me la puse sobre mi pijama, el cual era de dos piezas y color negro... también me puse mis pantuflas verdes de mariposa -Va-vale... y-ya vo-voy...- le dije a Yaya quien estaba muerta de ganas de irse ya. Cogí mi polaroid, comprobando antes que tuviera papel fotográfico suficiente, y me la colgué al cuello -Y-ya e-estoy li-lista... va-vamos...- le terminé diciendo.

Después de pasar un día maravilloso, vuelvo al cuarto, alistandome para ir a la habitación de Tamao-chan para la fiesta de té.

-Hina-chan... ¿Estás lista para ir a la fiesta de té? Así vamos las dos-

Sonrio aún recordando todo lo qué pasé, recogiendo el móvil para enviar un mensaje. 

Mensaje:

Mai-chan ¿Dónde nos reuniremos para ir a la fiesta de té? No a pasado mucho pero tengo ganas de verte otra vez. 

Dime dónde y yo ahí te veré. 

Termino de escribir, esperando la respuesta de Mai para ver que es lo qué vamos a hacer. 

Yaya y Yuki salieron al pasillo de Spica. No había nadie, aunque tanto Fran como Ayami seguramente también irían a la fiesta y no debían tardar mucho más.

Por desgracia para ellas, nada más abrir la puerta, una hermana hizo su aparición.

-¿Se puede saber a dónde van ustedes a estas horas? -os preguntó con enfado.