Partida Rol por web

Momomi contuvo una sonrisa cuando Yuki le llamó "Momi". Era fácil hacer avergonzar a Yuki porque era muy tímida, y resultaba divertido ver como cuando estaba rodeada de muchas chicas, se le entrecortaba la voz y dudaba.

-No te procupes, Hana-chan. No me ha molestado. Es... como me gusta que me llamen la gente a la que aprecio... o quiero -dijo mirando de reojo a Mitsuki.

-yo ya los he terminado… ¿necesitáis ayuda?

Momomi miró a Mai con curiosidad. Su ofrecimiento parecía sincero, pero en su actitud le pareció que no estaba segura de quedarse. Quizás pensara que ella y Mitsuki querían estar solas, aunque de ser así, no tendrían que haber ido a su dormitorio. No deseaba aislar a Mitsuki, sobre todo porque sentía que Mai podía llegar a ser, si no lo era ya, una buena amiga para ella.

-Supongo que cualquier ayuda nos vendrá bien, Mai-chan, pero no queremos molestarte -le dijo educadamente Momomi.

Yaya y Yuki regresaron a su habitación caminando entre las compañeras de las diferentes escuelas, solo que esta vez, con la tetera en sus manos. Yaya había conseguido lo que quería, estar a solas con Yuki, y estaba encantada.

Cuando llegaron a su cuarto, Yaya dejó la tetera encima del escritorio.

-¡Qué bien que Mai nos haya dejado la tetera! -comentó, mientras abría uno de los cajones de su escritorio y sacaba una caja metálica con pastas.

-Yo pongo las pastas -dijo animada.

Yaya colocó un cojín en el suelo, se sentó en él con las piernas encogidas hacia atrás y abrió la caja de las pastas.

¿Debería confiar en Momomi? Me pregunte a mí misma cuando fue ella la que contesto a mi pregunta, no parecía mala persona, pero tampoco me podía hacer una idea sobre ella ya que parecía todo un misterio, pero la sensación de estar “saliendo” con Mitsuki y haber visto como de forma descarada intimaba con Fran a la hora de comer no me había parecido algo bueno por su parte, ¿ahora de verdad estaba con Mitsuki o estaba jugando? No me resultaba recomendable quedarme, pero aun así Momomi dijo que la ayuda les vendría bien por lo que mi corazón de buena persona me pudo y dije:

-tomad mis apuntes, voy a tomar un rato el aire que aquí hace mucho calor…-dije y añadí-con los apuntes debería bastaros para terminar la tarea aceptablemente-

Abrí la puerta del cuarto y Salí cerrando la puerta tras de mí, soltando una sonrisa a modo de despedida.

Lo de los apuntes se me había ocurrido de forma fugaz, ahora lo que más me apetecía era ir al cuarto de Fran para hablar con ella, seguramente pueda contarme algo más sobre Momomi ya que eran de la misma escuela y habrían pasado más tiempo juntas además que Fran me parecía una persona en la que se pudiera confiar en caso de que Momomi quisiera hacer algo a Mitsuki quería estar preparada y precavida.

No sabía dónde estaba Fran pero podía ir a la planta de su curso en la zona de Spica y preguntar por allí o quizá me la encontraría por el camino o quizás a Ayami-chan.

Mi idea era la acertada por lo que empezó a caminar por el pasillo en busca de la habitación de Fran.

Mientras vas por los pasillos, te cruzas con Ayami, Hina y Fran, que están justo en la intersección de las escaleras, que lleva a los pasillos de las tres escuelas. Parecen dirigirse cada una al suyo: Ayami y Fran a Spica y Hina y Ruby al de Le Rim.

Por suerte encontré a Ayami, Fran, Hina y Rubí en las escaleras que dividían Ichigo en las tres escuelas.

Mala suerte, Rubí...esta vez no te busco a ti pienso para mi.

No sabía si tenían algo más planeado aparte de hacer la tarea por lo que si era posible me uniría a ellas.

-Hola, chicas. Justo te estaba buscando Fran, necesito hablar contigo…-dije cuando llegué a su encuentro.

Mientras se preparaba para subir las escaleras, al mismo tiempo que cargaba a Ayami como lo había hecho con Hina anteriormente, la peliblanco pudo escuchar la voz familiar de una chica, haciendo que Fran se detuviera y mirara hacia atrás para ver quién era. - ¡Ey! ¡Mai! - La saludó con entusiasmo, ahora que sabía que Momomi no estaba cerca, por lo que no necesitaba escapar cubriéndose el rostro como una criminal.

Parecía que la muchacha necesitaba algo de ella, teniendo en cuenta que le había preguntado si podía hablar con ella, por lo que la guitarrista se quedó pensando de qué podría tratarse. Después de todo, Fran no era muy buena para los estudios, por lo que dudaba que pudiera ser para algo vinculado a lo académico. Tampoco se le daban bien las historias, que Mai parecía disfrutar, así que no pudo evitar mostrarse un poco curiosa por lo que la chica pudiera desear hablar con ella. ¿Tal vez había hecho algo malo? Teniendo en cuenta que más de una vez hacia cosas malas sin saberlo... no le extrañaría demasiado.

- Em, claro. Aunque no sé muy bien qué quieres hablar conmigo. ¿No hice nada malo, verdad? - Preguntó al final, mostrándose un poco preocupada ante la posibilidad de que aquello fuera así. No obstante, primero quería ir a su cuarto y librarse de aquel maldito uniforme. Lo había llevado por demasiado tiempo, más del tiempo que usualmente disfrutaba al vestir semejante clase de vestimenta que eliminaba la individualidad de las personas. - Voy con Ami-chan a nuestro cuarto, así que puedes acompañarnos, si quieres. Hina y Rubí vendrán luego a hacer los deberes con nosotras. Estás invitada. - Le aseguró en un tono gentil, mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras, esperando que la castaña las siguiera y le dijera lo que deseaba decirle.

-Hola Mai- saludé entre risas por la emoción de ser cargada, mirándola fijamente al escuchar su petición... y al contrario de mi compañera haciéndome una idea del tema que iban a tratar -¡Fran!- pronuncié de pronto encogida por su agarre-que nos acompañe a la habitación, allí podréis hablar tranquilamente; esperaré fuera mientras habláis- expliqué con tono y sonrisa amable -así para cuando llegue el resto no encontrarán la habitación vacía, y si Mai quiere quedarse a hacer tarea yo la acompañaré a buscarla mientras empezáis - normalmente hubiese ofrecido que juntas se marchasen a por las cosas de Mai pero sabiendo quien era su compañera... mejor no arriesgarse.

Me alegré de que Momomi no se enfadara conmigo por llamarla Momi... aunque aun seguía roja y me fui igual de la habitación. Me dio la impresión de que Momomi dijo eso último mirando a Mitsuki... ¿significaría... eso que yo creo?. Mejor no pensar en eso... me sentiría más avergonzada entonces por haberla llamado así.

Al final llegamos a nuestro cuarto, con las cosas listas para el te -S-si... ha si-sido muy a-amable- le respondí a mi amiga. Entonces vi la cajita que sacó de uno de sus cajones... al parecer eran pastas. Y tenían buena pinta -De a-acuerdo... e-entonces yo pre-preparare el te- le dije a mi amiga mientras cogía el juego. Seguí todos los pasos que Mai nos habia dado para prepararlo con las cosas que nos habia prestado. Y mientras lo dejaba prepararse del todo fui poniendo otro cojín junto a mi amiga. También saque de mis cosas un portátil que deje frente nuestra. Al encenderse pudo ver un paisaje de un monte que hice yo, con unos pájaros anidando en un árbol -Po-podríamos poner mu-musica, ve-ver a-alguna pe-pelicula cortita o e-el ca-capítulo de u-una serie... te-tengo va-varias de-descargadas que m-me gustaría e-empezar a ver...- le sugería a mi amiga mientras abría una carpeta... entonces escuché ya la tetera pitando, por lo que estaría listo el te -Co-cogeré el te... mi-mientras e-elige a-algo- le dije mientras que fui a por la tetera y los vasos, dejando a Yaya la carpeta de vídeos abierta.

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Por suerte sabía que podría hablar con Fran y Ayami, no era momento de contarle mis penas a Rubí y tampoco tenía tanta confianza con Hina, Yuki no tenía nada que ver en el asunto y Mitsuki tenía demasiado que ver, además Fran y Ayami habían sido testigos en sus propias carnes de lo que Momomi hacía, lo más conveniente era hablar con ellas del tema seguro que me entenderían, Ayami iba en modo caballito en la espalda de Fran lo cual me pareció gracioso ya que la rubita era de un curso inferior a su compañera de pelos blancos lo cual me hacía pensar que parecía su hermanita pequeña.

- ¿Qué? No tranquila, no es nada malo en realidad solo estoy buscando un poco de comprensión, mejor hablar en vuestro cuarto y Ayami no hace falta que te quedes fuera seguro que también te interesa el tema…-intente explicar brevemente pues no era algo que me gustara hablar, que alguien me cayera especialmente mal no era algo muy agradable.

Empecé a andar al lado de Fran mientras escuchaba a Ayami y su dulce risita.

- No, no, nada de esperar afuera, Ami-chan, a menos que sea algo muy privado... aunque nosotras saldremos si es necesario. No voy a echarte de nuestra habitación. - Le aseguró a su querida amiga tras escuchar semejante propuesta por parte de ésta. ¿Cómo iba a permitir que ésta se quedara fuera del cuarto de ambas? La peliblanco jamás pensaría algo así, ni tampoco lo haría, incluso si Ayami le aseguraba que no había problema con ello. No era lo correcto, no entre amigas, para nada. Aún así, estaba contenta de tener a una amiga que era tan comprensible, incluso si no dejaría que ella pasara un mal momento por su culpa.

No obstante, cuando mencionó el tema de acompañar a Mai a buscar sus cosas... la guitarrista asintió. Lamentaba tener que molestarla con eso pero... prefería no encontrarse con Momomi, quien probablemente estaría con Mitsuki. Era algo que era preferible no ver en lo posible, incluso si sabía que debía de superar aquellos sentimientos y olvidarse de la castaña que la había ilusionado sólo para destrozar por completo su ilusión de tener algo con ella. Sabía muy bien que tarde o temprano encontraría a otra chica que realmente aceptara sus sentimientos como correspondía, pero eso no quería decir que fuera fácil olvidarse de su primer enamoramiento en aquel colegio, más cuando dicha persona era compañera de clase. - Sí... supongo que tienes razón. Perdón por la molestia, Ami-chan. - Se disculpó con su amiga, sabiendo muy bien que estaba imponiendo una responsabilidad de la cual la rubia no debía de hacerse responsable. Su amiga se había ofrecido de manera voluntaria, pero aún así la guitarrista se sentía culpable ya que no le había contado lo que sucedió con Momomi.

De cualquier modo, al escuchar la explicación de Mai, la expresión de tristeza de la peliblanco se desvaneció por completo, dando lugar a una de cierta curiosidad. ¿A qué se refería con comprensión? ¿Le había sucedido algo malo? No estaba segura, pero tampoco quería preguntarle de ello en ese lugar, si es que era algo más... de carácter privado. - Eh, está bien, aunque no sé si yo puedo ser de mucha ayuda, Mai. No soy muy buena para esas cosas... - O directamente para todo lo que se relacionara con hablar y no arruinarlo todo con sus palabras al mismo tiempo. Antes había ofendido a Shion, sólo por decirle que debía de relajarse, por lo que no quería que la castaña también se enojara con ella si le pedía un consejo o algo parecido y Fran no utilizaba las palabras apropiadas. Solía ser demasiado directa, y eso era un problema, más de una vez. Aún así, decidió continuar el camino hacia su cuarto, esperando que lo que Mai deseaba no fuera muy complejo para ella.

Una vez llegaron a la puerta de su habitación, la peliblanco devolvió los pies de su compañera de cuarto al suelo, para que ésta pudiera andar por su cuenta, así Fran podía abrir la puerta. Al entrar, la joven rebelde no tardó mucho en suspirar cansada, al mismo tiempo que comenzaba a desprenderse de la parte superior de su uniforme que ya la había cansado demasiado, tras tener que usarlo durante toda la mañana y gran parte de la tarde. - Como odio éste uniforme... en serio. - Expresó con cierto desdén hacia la vestimenta, mientras su torso permanecía tan sólo vestido con su sostén negro, al mismo tiempo que se libraba de su calzado para luego lanzarse sobre su cama como un árbol que había sido talado. - Te escucho, Mai. Soy toda oídos. Ah... y ponte cómoda. - Le indicó amable para que se sentara donde quisiera, luego de haber girado su cabeza sobre su almohada para expresarse, relajándose por completo sobre la suavidad de su cama. No había duda de que, a diferencia de cuando Ayami había quedado en su ropa interior, la guitarrista no tenía mucho problema cuando se trataba de ella misma en la misma situación.

-Mai-chan, creo que Momomi no se refiere a eso -trató de clarificar Mitsuki, aunque su compañera ya había cerrado la puerta tras de sí. Aunque les había dedicado una sonrisa final, la rubia no estaba convencida de que aquello le hubiera sentado bien. Quizá sienta que la hemos echado del cuarto. Decidió que hablaría con ella por la noche, cuando estuvieran solas.

Una vez Mai abandonó la habitación, Mitsuki se dispuso a colocar sus cosas encima de la mesa. No es que fuera una chica muy maniática, pero le gustaba que su sitio de trabajo estuviera organizado y con todo lo que necesitaba a su disposición, para no encontrarse con ninguna distracción que la desconcentrara. -Puedes sentarte donde quieras, Momi-chan -dijo ausente, mientras iba de acá para allá, sacando los libros y cuadernos de su mochila y colocándolos en la mesa. Una vez acabó, su material incluía un estuche con un portaminas, bolígrafos de colores para estructurar los apartados, reglas por si tenía que dibujar alguna tabla, y una goma de borrar con forma de león.

Evidentemente, Mitsuki no cogió los apuntes de Mai. No porque no los necesitara, lo cual tampoco era el caso, sino porque su orgullo no le permitiría aceptar ayuda de nadie. La tarea no le resultó especialmente difícil, era evidente que las docentes de Miatre no estaban allí por casualidad. Una vez terminó, dejó escapar un sonoro suspiro y colocó suavemente el portaminas encima del cuaderno.

-¿Cómo vas?

Fran coincidió conmigo en que Ayami no debía quedarse fuera del cuarto, al fin y al cabo también era su cuarto y yo solamente venia a buscar un poco de comprensión con el tema “Mosuki” como se me acababa de ocurrir hacia relativamente unos segundos mientras íbamos caminando hasta el cuarto de las chicas de Spica, tendría suerte si Fran no se enfadaba cuando empezara hablar de Momomi y me echaba de la habitación pero sentía que era la única con la que podía hablar del tema, además de con Ayami.

Llegamos al cuarto y Fran bajo a su compañera para poder abrir la puerta, la cual yo misma cerré tras de mí al entrar la ultima, cuando me di cuenta Fran estaba en sujetador tumbada en su cama maldiciendo el uniforme de Spica, después se giro hacia mí y pregunto que ocurría.

Me senté en la cama de Ayami a la cual sonreí y comencé:

-¡no aguanto a Momomi!, enserio que lo intento pero….aaarg no es normal lo que hace-había sido un alivio poder soltarlo por fin.

Yaya miró lo que le estaba ofreciendo Yuki, y pensó que no daría tiempo a ver una película porque dentro de poco, tendrían que ir a cenar, así que se decantó por una serie. Entonces se fijó en lo último. ¿Qué sería?

-Si te parece, podemos ver una serie de anime, que es más corta. Siempre podemos ver dos capítulos si tenemos tiempo, ¿verdad?

No le preguntó por lo último inmediatemente, porque sonaba a algo personal que quizás no esperaba que ella viese, pero al final, no pudo contenerse.

-Esto... Hana-chan, ¿qué es esto de las sesiones? -le preguntó con curiosidad.

Puedes sentarte donde quieras, Momi-chan.

Momomi se sentó en el escritorio libre, que debía pertenecer a Mai, y comenzó a sacar sus cosas del estuche. En pocos minutos, ambas estaban trabajando con ahínco para hacer todos los ejercicios, aunque Momomi estaba segura de no con el mismo resultado.

Al contrario que Mitsuki, y seguramente que Mai, Momomi sabía que no era tan inteligente. Las tareas que les habían mandado le estaban resultando bastante complicadas y de hecho, estaba bastante segura de estar haciéndolas mal. Pero no quería que Mitsuki se preocupara.

Al cabo de un rato, escuchó la voz de Mitsuki rompiendo el silencio.

¿Cómo vas?

-Pues... las he hecho -dijo, una vez hubo terminado. Rápidamente cerró el cuaderno para que no se diese cuenta de que no había entendido bien las cosas. Ya las corregirían al día siguiente. Para evitar que pudiese decirle algo, le preguntó rápidamente -. ¿Qué tal tú?

Traje la tetera caliente con el te dentro mientras que en la otra mano tenía dos vasos de te. Me senté sobre el otro cojín mientras dejaba la taza delante de Yuya mientras esta se decantaba por ver la serie anime -D-de a-acuerdo... m-me pa-parece bi-bien el plan. ¿Que ge-genero te gu-gusta? A-a mi m-me gu-gustan los dra-dramas, pe-ero po-podemos ver la se-serie que qui-quieras...- le terminé diciendo a la chica mientras me sentaba a su lado. Le abrí¡ la carpeta de "Anime" y ahí estaba toda la colección de anime que tenía descargado... algunas ya las había visto; pero la volvería a ver encantada junto con Yaya.

Le serví el te a Yaya primero, para luego llenarme mi taza la cual humeaba de lo calentita que estaba la bebida. Estaba bebiendo comenzando a beberme el te con calma... parecía que me había salido bueno. Pero mientras me lo bebia, Yaya me nombró algo que me hizo que la bebida se me fuera por el otro lado -Cof, cof, cof... aah... ¿co-como sa-sabes de e-eso?- le pregunte algo confundida y algo roja, hasta que me percaté que... ay, es verdad... ¡estaba en videos! -E-eso... so-son u-unas a-actividades que m-me ha-hacia ha-hacer u-una te-terapeuta del ha-habla a la que me lle-llevaron pa-para cu-curarme el tartamudeo...- le explique a mi compañera de cuarto. Me daba un poco de cosa hablar de mi tartamudeo... y más de lo que contenían esos videos. Pero tampoco es que vaya a mentirle a Yaya -Pa-para me-mejorar mi flu-fluidez ha-hablando, la te-terapeuta me a-aconsejo...- hice una breve pausa mientras que me sonrojaba más -Ca-cantar. Pe-pero co-como me da-daba ve-verguenza ha-hacerlo a-ante ella... de-debia gra-grabarme e-en ca-casa y e-enviarle los vi-videos...- le terminé diciendo. Y eso era lo que había en esos vídeos -Sa-salgo y-yo ha-haciendo e-ejercicios como vocalizaciones, ga-gargarismos... y yo ca-cantando... E-entonces... ¿que se-serie quieres ver? Lo que t-tu digas se-sera lo que ve-veamos- le terminé diciendo a la chica, cambiando al final un poco de tema. Ahora sería Yaya quien eligiera que ver... quizás no tendría que haberlo dicho de esa forma, porque si ella eligiera uno de esos... ya he dicho que podía elegir lo que quisiera.

Yaya intentó mantenerse seria, aunque la imagen de Yuki haciendo gárgaras, cantando y diciendo palabras sin sentido para favorecer el habla, se coló en su mente con demasiada rapidez.

No obstante, también lo hizo otra cosa; Yuki era una chica que tenía dificultades para socializar y de que ellas estaban allí, en el cuarto, juntas, como dos buenas amigas. Eso la hizo sentirse... especial.

-Bueno, no te preocupes -le dijo finalmente Yaya -. Yo creo que eso es algo que con el tiempo se te irá pasando.

Yaya extendió la mano y acarició una de las mejillas de Yuki, acompañándolo de una sonrisa.

-Ahora, vamos a ver algo. ¿Por qué no escoges tu serie favorita y la vemos? ¡Rápido, que dentro de poco tendremos que irnos a cenar!

A la vez que Momomi respondía a su pregunta, Mitsuki aprovechaba para guardar de nuevo todos sus útiles de papelería en su estuche y los libros y cuadernos en la mochila. Sin embargo, había algo en el tono de la castaña que sonaba sospechoso. Mitsuki se acercó a ella por detrás sigilosamente, pero Momomi era bastante previsora y se aseguró de cerrar el cuaderno para que la rubia no pudiera cotillear. La joven se sintió algo contrariada, pero no le duró mucho.

-¿Yo? Bueno, creo que están bien. - La humildad no era su punto fuerte, y pensó en disimular su éxito para no abrumar a Momomi.