Partida Rol por web

Yaya y yo nos dirigimos hacia nuestro cuarto, y al entrar yo me separé un poco de ella -Bi-bien... va-vamos a hacer lo-los deberes... Pero a-antes me vo-voy a ca-cambiar... si n-no te i-importa...- le fui diciendo a mi compañera de cuarto, algo roja -M-me gusta e-estar e-en bata p-por mi ca-casa... y e-este cuarto e-es lo mas parecido... a-asi que me ca-cambio un momento y n-nos ponemos... ¿va-vale?- le terminé diciendo. Cogí mi bata y unas pantuflas, y me dirigí al baño... no volvería a cambiarme frente a Yaya. Allí me quité el uniforme y lo doble, y me puse la bata sobre mi ropa interior y las zapatillas en mis pies desnudos... era muy suave el tacto de la bata en mi piel y muy blanditas mis pantuflas, por eso me gustaba ir así cuando quería ir cómoda. Salí del baño -Bu-bueno... ¿va-vamos?.

De momento estuve haciendo mis deberes sentaba a mi mesa, tranquilamente. Eran muchos deberes... pero me dio la impresión de que eran bastante fáciles. ¿Quizás era por ser muy lista?... Tiene más sentido que sea porque al ser el primer día los deberes no son gran cosa -Y-yo ya te-terminé...- dije levantándome de mi mesa, satisfecha por haber acabado en lo que yo creía que era un tiempo más que aceptable. Después de eso, me acerqué a mi compañera por su espalda -¿Ne-necesitas a-ayuda?- le pregunté ofreciendome... a mi no me suponía ningún problema ayudarla. Así las dos tendríamos bien hecho los ejercicios.

Yaya se marchó con Yuki al cuarto para hacer los deberes. Después de haber pasado toda la tarde rodeada de las demás, se sentía bien estar a solas con ella.

-Bueno, ya estamos aquí -dijo Yaya, suspirando de alivio.

Bi-bien... va-vamos a hacer lo-los deberes... Pero a-antes me vo-voy a ca-cambiar... si n-no te i-importa... -M-me gusta e-estar e-en bata p-por mi ca-casa... y e-este cuarto e-es lo mas parecido... a-asi que me ca-cambio un momento y n-nos ponemos... ¿va-vale?

-Claro. Yo también me voy a cambiar. No tenemos que salir hasta la hora de cenar.

Mientras Yuki se cambiaba en el baño, Yaya hizo lo mismo junto a su cama. Se quitó todo lo que llevaba salvo la ropa interior y se puso un camisero. En los pies, se colocó unos calcetines gruesos muy cómodos que tenía para andar. Esperaba que Yuki no se sintiera mal porque ella también hubiera decidido ponerse cómoda.

Cuando salió el baño y Yaya vio sus zapatillas se llevó las manos a la cara.

-¡¡Oooaaahh!! ¡Qué zapatillas tan bonitas! -exclamó.

Yuki, fiel a su estilo, enrojeció y se puso a hacer los ejercicios, así que ella, también.

A Yaya no le resultó tan fácil como a Yuki, porque cuando ésta hubo terminado, a ella todavía le quedaban unos cuantos, pero estaba segura de que conseguiría terminarlos.

-¿Ne-necesitas a-ayuda?

La dulce voz de Yuki a la espalda de Yaya distrajo completamente los pensamientos de ésta, que se giró y se encontró a pocos milímetros de su rostro.

-Eh-eh, no, no, gracias. Ya estoy acabando.

Yaya se volvió hacia los deberes y puso todo su empeño en terminar, intentando quitar a Yuki de su mente durante el tiempo suficiente.

-¡Terminé! -dijo tras unos minutos.

Yaya se giró entonces hacia Yuki.

-Para celebrarlo, ¿y si preparamos un té?

Asentí cuando dijo que ella también se cambiaría y se pondría cómoda... lo único que esperaba es que al salir del baño no me la encontrase "demasiado cómoda" únicamente en ropa interior. Pero me sentí aliviada al ver que estaba en camisola y calcetines gruesos... aunque me sonrojé al oir lo de mis zapatillas -Gra-gracias... son mis fa-favoritas...- le dije a la chica algo sonrojada. Y nos pusimos con los ejercicios...

Me quede tras Yaya después de que ella dijera que no necesitaba ayuda, por si acaso si la necesitaba y se quería girar para preguntarme alguna duda... pero al final los terminó sola y me alegré por ello -¡Bi-bien! E-entonces las dos ya he-hemos acabado po-por hoy- dije con felicidad contenida sonriendo levemente.

La idea del te me pareció una gran idea -Po-por mi e-encantada... pe-ero... ¿co-como podemos pre-prepararlo a-aqui?- pregunté algo confundida... pues no me suena ver algo para hacer te en la habitación... de hecho no me suena ni que haya cocina.

Mitsuki asintió y se despidió de Mai. No sabía dónde quería ir Momomi, ni sabía si estaba de humor para hacer los deberes, por lo que simplemente comenzó a caminar de camino a la entrada del edificio triangular que albergaba los dormitorios. Una vez se habían alejado lo suficiente del grupo, que ya empezaba a disiparse, la muchacha inició la conversación.

-Momi-chan, ¿estás bien? -Mitsuki había podido ver el enfado en los ojos de Momomi, y supuso que se debía a que Fran y Ayami hubieran pasado por delante de ellas, ignorándolas, y hasta corriendo. La rubia se consideraba una chica madura para su edad, y no entendía a qué se debía todo aquello. De hecho, si su objetivo era que no las vieran, hubiera sido mejor pasar caminando como el resto de alumnas que volvían a sus cuartos y mezclarse entre la multitud, por lo que concluyó para sí misma que Fran quería llamar la atención de Momomi. Y lo había conseguido: la había puesto furiosa. Mitsuki se dijo que no iba a incidir mucho en el tema: simplemente se interesaría por cómo estaba animicamente su... ¿pareja?, trataría de animarla si estaba mal, y pasarían página sin mucho problema.  

Mai y Mitsuki tenía con que prepararlo ayer noche. Podemos pedírselo... e incluso decirle si quieren venir a tomarlo con nosotras. ¡Pero solo ellas! -se apresuró a decir Yaya -. No me apetece que venga mucha gente.

Yaya miróa  Yuki. Solo tenía ganas de estar con ella, pero claro, si no tenían ninguna forma de calentar el té, habría que hacer concesiones.

¿Qué te parece?

Momomi y Mitsuki caminaron hasta la habitación de la primera, antes de que se dieran cuenta. Por el camino, Mitsuki pareció preocuparse por su actitud

-No... me esperaba eso de Fran. Cuando le dije que no me interesaba, lo último que deseaba era causarle daño porque me cae muy bien. Pero al ver que pasaba corriendo para no encontrarse conmigo... me ha molestado. No creo que me mereciera eso. Esperaba más de ella.

Ambas siguieron caminando hasta llegar al cuarto de Momomi. Ésta había adoptado de nuevo una actitud más normal y tranquila a la vista, aunque por dentro se sentía furiosa. Menos mal que el contacto con la mano de Mitsuki le ayudaba a recordar que no todo era malo en aquellos momentos.

-Gracias por estar conmigo, Suki. Lo creas o no, eres muy especial para mí -le dijo. Entonces, dejaron de andar. Habían llegado al cuarto de Momomi.

-Si me das un momento, cogeré mis cosas y así puedo acompañarte a tu cuarto para hacer los deberes.

-No es culpa tuya -repitió las palabras que Momomi le había dicho en Miatre, cuando fueron a apuntarse al club de cocina. -Quizá, en unos días, lo asimile mejor y vuelva a la normalidad. 

Mitsuki tampoco terminaba de creerse lo que había dicho. La actitud de la guitarrista era extraña, por lo que se hacía difícil predecir por dónde podría salir. Por su parte, ya había sufrido un encontronazo con ella, y que pusiera de mal humor a Momomi no hacía sino empeorar la opinión que Mitsuki tenía de ella. 

-Gracias por estar conmigo, Suki. Lo creas o no, eres muy especial para mí. 

A la chica le costaba acostumbrarse a aquellas declaraciones tan inesperadas. Sintió sus mejillas ruborizarse levemente. -N-no es para tanto. Yo... -por suerte para ella, acababan de llegar al cuarto de Momomi. La chica miró la puerta con curiosidad. -Claro. Te espero aquí -afirmó. Mientras aguardaba, se preguntaba cómo sería su habitación. ¿Serían las habitaciones diferentes según el nivel? ¿Quién sería su compañera de cuarto? ¿Sería Momomi una persona organizada, o tendría las cosas tiradas por el suelo? 

Quizá, en unos días, lo asimile mejor y vuelva a la normalidad. 

Quizás, pensó Momomi, pero la verdad es que cada vez me importa menos.

Momomi decidió olvidarse de Fran y concentrarse en Mitsuki, así que sonrió y abrió la puerta de par en par, mostrando una habitación muy parecida a las dobles del resto de chicas, solo que con una sola cama y una pequeña mesa con dos sillas en en lugar en que debía estar la otra. También había un mueble más pequeño cerca de la mesa, más grande que una mesita.

-Puedes entrar si quieres -le dijo a Mitsuki, mientras se acercaba al escritorio y recogía sus cuadernos y algunos libros. Al ver que Mitsuki miraba con curiosidad, Momomi dejó un momento las cosas y la miró.

-Las alumnas que tenemos un dormitorio individual disponemos de una mesa en la que podemos comer y preparar nuestros propios alimentos, si tenemos con qué. Yo dispongo de una pequeña hornilla, así que si alguna vez te apetece, podemos comer aquí solas -le explicó.

El grupo se fue disgregando. Ayami, Hana y Fran habían pasado como una exhalación. Yuki y Yaya, por un lado, y Mitsuki y Momomi por el otro, se habían marchado segundos más tarde.

BK se disculpó y dijo que ya era hora de trabajar un poco, así que se fue a buscar a su compañera, Taiga. Así que al final, Ruby y Mai se quedaron de nuevo solas.

Hina parecía haberse perdido en su mundo de yupi cuando iba junto a Ayami y Fran caminando de regreso a Ichigo. No fue hasta que estuvieron cerca del portón que en la distancia pudo ver a las demás chicas, que seguro estaban volviendo también. Hina alzó una manita para saludar - ¡Holaa chic- eeek..! - se detuvo cuando la gravedad pareció desaparecer bajo sus pies. Soltó un gritito de sorpresa cuando Fran la alzó como un saco, mientras cruzaban el portón.

Todo sucedió muy rápido. Estaba claro que no iban a llegar tarde, ni que tampoco les iban a pillar fuera, Fran y Ayami eran realmente rápidas. Soltó una risita divertida seguida de un "Wiiii" mientras el pelo le ondeaba por la velocidad, ajena a los conflictos internos que había entre sus amigas. Pronto tendría que ponerse con los deberes eso sí, no quería tener que quedarse despierta hasta las tantas por olvidarse de hacerlos. No quería molestar a Rubí-chan si tenía que tener una luz encendida. Entonces se preguntó si su compañera los habría terminado también. Sino siempre podrían acabarlos antes de dormir. - ¿Queda mucho para la cena? Podríamos terminar los deberes antes o no sé. -  preguntó dudosa desde el hombro de Fran mientras avanzaban. 

Rubí sonrió y se encogió de hombros. Aquel día había sido intenso y lo único que quería era llegar a su habitación. Entonces, miró a su compañera de cuarto y tras, soltarse de la mano de Mai delicadamente, con una dulce sonrisa, le comunicó a su compañera si se iban para el cuarto.

Yo me voy, ¿Hina? -le preguntó para saber si ella iba a hacer lo mismo-. ¡Nos vemos mañana, descansad y soñad con dragones!

Me dio un poco de cosa la propuesta de Yaya al principio, lo de ir a la habitación de Mai y Mitsuku me daba algo de cosa... más aún lo de invitarlas y tomar el té con ellas. Después de tanto movimiento y grupos que se formaban y disolvían, me gustaría un rato tranquila, en bata, simplemente tomando un te calentito viendo alguna serie en el portatil o escuchando música... y si Yaya quería unirse, pues bienvenida es, nunca sobra un poco de compañía agradable; pero un grupo de cuatro para mi ya era un grupo grande... y sería estar tensa -M-me pa-parece bi-bien... po-podemos i-ir a pe-pedirsela... ¿te-tendria que qui-quitarme la bata e ir e-en uniforme?- le pregunté a mi compañera... pues aún no sabía como de estrictas eran las reglas de vestuario en la residencia -Pe-pero... m-me gu-gustaría e-estar... so-solas...- terminé diciendo algo colorada, juntando los indices de mis manos con timidez -¡N-no e-es que n-no me ca-caigan bi-bien! ¡S-si lo son! Mitsuki me tra-trata mu-muy bi-bien y es bu-buena co-conmigo... y Mai e-es a-agradable. Pe-pero... pre-prefiero un ra-rato tra-tranquilo... ¿t-te i-importa?.

La oferta de Momomi le resultó sorprendente, aunque grata. No sabía si aceptar, ya que la acción podría verse como una invasión a su intimidad, pero la chica había dejado la puerta totalmente abierta. Mitsuki se adelantó algunos pasos tímidamente, y murmuró un educado "con permiso". 

Cuando entró, su mirada recorrió los detalles de la habitación. En un principio, reparó en que solo había una cama, por lo que dedujo que no tenía compañera. Luego se fijó en que la habitación estaba impoluta y no había polvo en los muebles.

-Claro. Vamos a tener muchas recetas que practicar del club de cocina -la idea le pareció buena, sobre todo en momentos como aquel, en el que había tensiones con otras alumnas. -Entonces, ¿no tienes compañera de habitación? ¿Lo has elegido tú? -le preguntó, mientras esperaba que cogiera sus cosas. 

Si había algo que me pusiera realmente triste era que me dejaran sola, y así me encontré a la entrada de Ichigo, sola con mi soledad y las cigarras cantando suena a película dramática pensé para mí misma.

Me encamine hacia el cuarto número 4 para hacer mis deberes y darme una ducha, esperaba que Mitsuki no se me hubiera adelantado o seguramente la situación se volviera violenta ya que en cierto modo era mi cuarto también pero no quería interrumpir a la pareja.

Aun así, detenidamente pensé si están dentro recogeré mis libros y me iré a alguna sala de estudio común, si es que hay una, si no pues me sentare en alguno de los bancos de la entrada.

Llegue a la habitación y llame a la puerta antes de entrar:

-con permiso…-dije antes de abrir.

La habitación estaba vacía tal y como querías, por suerte para ti. Entrar allí y estar sola, después de haber pasado todo el día rodeada de gente, se hacía algo difícil, pero también era un alivio poder hacer lo que quisieras, cómo quisieras.

Momomi terminó de coger sus cosas y se acercó a Mitsuki.

-No, no lo he escogido yo. Las alumnas de quinto podemos tener un cuarto para nosotras solas, siempre que haya uno disponible. El caso tuyo y de Mai es diferente, porque ambas sois recién llegadas, y la política general con las alumnas nuevas es que estén con alguien.

Momomi miró a Mitsuki. Era muy fácil hablar con ella y sentía que había confianza entre las dos.

-Podemos irnos ya a tu cuarto, si quieres.

-Te entiendo perfectamente -le dijo Yaya, ilusionada porque a Yuki le apeteciese lo mismo que a ella. Si tenían suerte, podrían disfrutar un rato tranquilas.

-Si quieres voy yo a pedírselo. No creo que nadie me diga nada -le sugirió, pensando que a Yuki le daría más vergüenza.

Sonreí levemente al ver que Yaya me entendía, y un poco más cuando la chica se ofreció a ir a por ella sola... pero no había falta -Gra-gracias Yaya... pe-pero no ha-hace fa-falta... n-no me i-importa a-acompañarte...- le dije a la chica. Preferia acompañarla que quedarme un ratito sola.

La solitaria habitación se presentaba ante mí, no había ni un alma y todo estaba en silencio.

-qué suerte..-susurre aunque con amargura, me encamine hacia mi lado del cuarto y deje algunas cosas sobre la cama, después cogí una muda limpia y me fui al baño para encender el ofuro, el baño empezó a llenarse de vapor, seguramente sería agradable sentir el agua caliente en mi sensible piel después de haber estado tanto tiempo en occidente tomando solamente duchas simples y que a mi parecer no dejaban en cuerpo totalmente limpio, me recogí el cabello con un pañuelo, me desnude y deje que el agua a 40º tocara mi piel, de primeras la sentí demasiado caliente pero al rato me acostumbre.

-esto sí que es relajante…-solté en medio del baño, sumergiendo parte de la cabeza en el agua.

Pasado un rato largo, Salí y me di una ducha con jabón perfumado, mi madre me lo había metido en la maleta y era imposible separarse de ese olor, me gustaba recordar el olor de mi madre en la nostalgia y pensé que la llamaría en cuanto tuviera un rato.

Por ultimo volví a la bañera, aunque ya el agua estaba un poco más fría, no quería que pensaran que había perdido el aguante al calor por lo que calenté la bañera un poco para sentirme bien conmigo misma.

Cuando ya salí del baño había pasado cerca de una hora más o menos, era el momento de ponerse hacer las tareas de clase, aunque sola prefería la concentración en estos casos.

No me desate el pelo, pues hacía calor después del baño, tampoco podía ponerme el pijama ya que habría que bajar a cenar al comedor con todas las demás, me puse el uniforme de nuevo y así saque la mesita de té, hice un poco de té verde y lo acompañe de unas pastas para hacer los deberes más tranquila.

Claramente no es que fuera muy buena en los estudios, pero gracias a la concentración estando sola en el cuarto y que los libros se dejaban leer y explicaban bastante bien la lección pude terminar la tarea medianamente bien.