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MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA, PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

El pequeño trasgo se pasó buena parte del relato mirando a su ama, intentando observar sus reacciones para reaccionar en consecuencia. Y es que esa, era una habilidad muy importante para un esclavo que sentía verdadero pavor ante la idea de no hacer lo que se esperaba de él.

- Oh, sí, una gran historia - convino, aunque si no hubiera estado tan atento a lo que Bashabarana hacía, hubiera soltado un sonoro bostezo en más de una ocasión. - Tiene de todo, ¿a que sí, ama? Dos reinas pervertidas. Oh sí... Dos reinas viciosas a las que le gusta todo: humanos, enanos, elfos, chicas, chicos... A lo mejor trolls también - añadió, al recordar a Peñasco. - Oh, sí. Y un enano pervertido también. Y muertos. También muchos muertos - asintió. - ¿A que sí? Buena historia, sí. Muy buena. A la gran Bashabarana le ha gustado, y a Puck también. ¡Claro! A Puck también.

AÑO 21

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DÍA 14

Noche

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- Bien... - Comentó Kanghmer. - ¿Alguno de los presentes sabe dibujar o tenemos que ir a buscar a un artista? - Preguntó. Solo faltaba que hubieran realizado todo ese periplo en balde. Que hubiera tenido paciencia para con los magos en el piso superior, y aceptado seguir sus normas para poder bajar y conocer a esta muchacha... y que ahora nadie tuviera el más mínimo talento para dibujar en base a una descripción.

Ahogó un suspiro. Él solo quería un objetivo al que golpear. No era pedir tanto, ¿verdad?

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DÍA 14

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Miro al bárbaro y luego a mi alrededor un poco. Aunque imagino que no es un conocimiento común, así que tampoco tiene porqué saberlo.

En general todos los místicos tienen que saber leer y escribir. Eso también implica saber dibujar para poder croquis y dibujos sobre los gestos que se necesitan realizar. Y aunque yo, cómo hechicero viajero no tengo mucha habilidad para esas cosas, seguro que unos hechiceros eruditos como los que tenemos aquí sí que sabrán hacerlo.

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DÍA 14

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Escuchó. Era lo que mejor se le daba. Y no teniendo nada que decir, prefirió callar mientras Doraka desgranaba su historia. Solo en un punto se le pudo notar que fruncía el ceño, incómodo. Cuando acabó de hablar y mientras todo parecía girar en torno al dibujo de un rostro, algo en lo que nada podía aportar, se dirigió a la muchacha. 

-Has hablado de experiencias oníricas despierta. Hace unos años, también las tuve. Fue algo muy extraño. Dudo que tenga relación con lo que has contado. Fue... perturbador cuando menos. Particularmente vívido aunque inconcluso diría. Todos mis sentidos percibieron algo con la nitidez con la que te veo, huelo y escucho ahora. Fue mientras seguía el rastro de un ciervo -se volvió hacia los maestres del ordo-. ¿Es algo propio de nuestra... raza?

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Se inclinó hacia delante al escuchar el comienzo de la historia. La joven permaneció en completo silencio mientras duraba el relato de Doraka. Prestó total atención a la narración con genuino interés, pues si algo la había llamado la atención desde que era una niña eran las historias.

Cuando todo se terminó el relato intentó recapitular toda la información en su cabeza y trató de exponerla en público para aclarar la situación con sus compañeros.

—Vale, entonces para recopilar información. Tenemos fuertes sospechas de que es la gema del relato la que buscan, pero seguimos sin saber nada de los encapuchados, de sus capacidades o de si realmente están en posición de cumplir su amenaza.

Por desgracia y a juzgar por lo que había visto ella misma, era bastante posible que estuvieran en condiciones de cumplir la amenaza. El recuerdo de las tenebrosas figuras la produjo un escalofrío que la recorrió la espalda.

—La verdad es que el dibujo no es mi fuerte, pero una descripción también ayudaría.

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Karlio se mantuvo en silencio, escuchando aquella historia. Parecía poco más que una leyenda, un cuento muy antiguo, pero claro... No faltaba verdad en aquello de que toda leyenda se basaba en algo cierto. Y aquella piedra, de existir, parecía la clase de cosa que uno querría recuperar. Había una nota positiva en todo esto, sin embargo: el campesino era inocente, y aquello alegró un poco al noble. 

Había decidido correr un gran riesgo por un acto de amor paternal, algo simple y puro, y le habría disgustado sobremanera que hubiera resultado ser él el culpable, o aquel pequeño instrumento la causa de tanto alboroto.

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Doraka nos muestra un pergamino y nos relata aquellas investigaciones que realizó y que le brindan ahora teorías acerca de aquello que buscan las figuras encapuchadas que hablaron. La cabeza me da vueltas con todo lo que dice, mientras en mi cabeza los recuerdos de su aparición y conocimientos antiguos que recibí hace años bailan en una danza que carece de cualquier pudor.

La idea de que aquella gema legendaria exista, sin duda lo transforma en un objeto excesivamente valioso. El solo poder que declara la leyenda lo vuelve un objeto abrumador y cuyos alcances se desconocen. No me extrañaría nada que eso sea lo que buscan.

"Mas la evidencia que relaciona ambos acontecimientos me parece en exceso pobre."

Sonrío a la joven y a Danden después de escuchar sus palabras, para después contestar con mis dudas:

 - "Entiendo la historia y como podría calzar pero me falta una piedra angular importante: ¿Como se relaciona aquel hombre rudo y demacrado, con esta gema al cuello, con los que amenazaron al pueblo? Sé que ellos mencionaron niños cuyas características podrían amenazar al objeto. Eso es algo que no me queda claro, aunque después del relato de Doraka y de Zazer, se podría referir a aquellos niños con este don de las visiones."

Me rasco la base de la mandíbula mientras me concentro para pensar:

 - "Ahora, este don podría estar relacionado a la magia, pero hasta donde sé, Zazer no es capaz de realizar magia como Doraka. ¿Podría ser entonces por su "raza"? Calzaría con el relato, pensando que aquellas mujeres eran elfa y humana, por lo que quizás un niño nacido de ambas procedencias podría tener alguna conexión con la gema o un don especial que podría amenazar el secreto de la gema pero esos son supuestos sin certezas, solo teorías nacidas del aire."

Pronuncio mis palabras como si hablara conmigo mismo, buscando conectar los cabos pero sintiendo que todavía me faltan cabos que atar. Me falta evidencia o alguna seguridad para relacionar aquellos escenarios. Pienso en las figuras encapuchadas, recordando cosas que leí hace años y recordando las cosas que escuché en mi mente cuando se presentaron en las puertas. Solo me queda claro que tienen poderes místicos, desconozco de que naturaleza, pero es un factor a considerar, sobre todo con lo que hicieron con Sivero.

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DÍA 14

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Yo me temo que no soy dibujante- dice finalmente Gusano, que se había mantenido en silencio mientras narraban aquella historia. A decir verdad, y salvo con algún que otro matiz, conocía esa historia, aunque en su caso siempre se la contaron mas como una historia real que como una mera leyenda. 

Y respecto a la historia- añadió- la conozco de cuando era pequeño, y es prácticamente idéntica a como la ha contado salvo por pequeños detalles. En mi caso, cuando me la narraban nunca se especificaba el género de los amantes y nunca se nombraba el objeto de la discordia. Pero por lo demás es idéntico a lo que me contaban. 

Me sorprende saber que ese objeto, la gema, puede ser lo que buscan las figuras. 

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DÍA 14

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Aunque más tardía que la del resto, Doraka parece agradecer igualmente la presentación de la bruja y el trasgo.

- Un don... - Dice con tristeza. No parece opinar lo mismo que la mujer sobre su capacidad, como tampoco parece convencida de que alguien sea capaz de entenderlo, al menos, hasta que escucha a Zazer un poco después.

Pero antes, la muchacha parece escandalizada con las palabras de Puck, mientras que Danden tiene un gesto de disgusto y Hastoroi se masajea con la mano la frente, con cansancio y cierto hastío. Pero los tres demostraron bastante paciencia con el trasgo.

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DÍA 14

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A la pregunta sobre si alguien sabía dibujar, la muchacha negó con la cabeza, pero Danden tomó la palabra.

- Conocemos a alguien que sabe. Yo sé dibujar plantas y flores, pero rostros... - Dijo, contestando así a Thocas. - Sí, es mejor llamarla a ella.  - Hastoroi asentía con la cabeza. - Pero tendrá que ser por la mañana. No son horas de ir a buscar a una dama a su domicilio, y menos después de lo que ha ocurrido esta noche. Podríamos asustarla aún más.

Hastoroi seguía asintiendo, conforme con las palabras de Danden. Y después, igualmente parecía conforme con él mientras hablaba directamente a Thocas.

- Vaya, menos mal que te revelas. Ya me parecía extraño que un joven como tú supiera magia, aunque cualquiera puede aprenderla, pero aún más extraño me parecía que la entendieras. Veo que en eso no me equivoco. Confundir magia y hechicería es poco tolerable, y menos entre estas paredes, pero viendo que la confusión es fruto de tu inexperiencia y no de un intento de ofensa lo dejaremos pasar. Eso sí... creo que habré de retractarme en mi ofrecimiento de intentar instruirte en algún poder. Primero, debes entender lo que la magia significa.

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Doraka ya prestaba atención a Zazer al mencionar su experiencia, y fue el anciano quien parecía espabilar de repente, interesado.

- No sabemos mucho sobre los intercambiados, ciertamente, pero sí podemos confirmar que no todos ellos tienen el mismo origen. La raza feéria que cambió a Doraka podría no ser la misma que la vuestra, - señaló a Gusano y a Zazer, - pero sí parece haber similitudes entre aquellos cuyos padres biológicos pertenecen a la misma especie.  Y esa capacidad de ver el pasado y el presente en la distancia podría significar que vuestros orígenes tienen algo en común.

Después, Hastoroi miró a Gusano directamente.

- ¿Tú has tenido alguna experiencia similar?

Cuando fue Seragoi quien habló, los tres pqarecían meditar sobre sus palabras y respuestas a algunas de sus preguntas, pero el anciano se adelantó a los dos más jóvenes.

- Doraka conoce la magia porque se la hemos enseñado, como podría haber aprendido cualquier otra disciplina, como puede aprenderla cualquiera que tenga interés. - Al decir eso, miró de soslayo a Thocas. - Por lo que su raza en ese sentido, no es relevante. Pero esas visiones, y el efecto que tiene su primera vista, no son cosa de magia. Hemos indagado en otras disciplinas místicas: hechicería, brujería, - el mago aquí hizo un gesto de respeto a Bashabarana - teúrgia...  más en ninguna hemos hallado respuesta. Creemos que dichas capacidades sí son fruto de su origen y, si el joven Zazer dice que tuve experiencias similares sin poseer conocimientos místicos... ¿me equivoco? Creo que lo corrobora.

- En cuanto a la relación, es posible que ese hombre haya robado esa gema, y haya sido el detonante de todo esto. Sobre los niños... esa información también se nos escapa, aún. No sabemos si esa parte de la narración es veraz, y si la gema posee ese poder que se le otorga, pero el hecho de que se busque por ello a un niño tendría cierto sentido.

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- El relato no menciona nada sobre un vástago entre ambas. - Añadó Doraka. - Lo sé bien, lo he leído tantas veces... Pero eso no significa nada, ya que puede que esas dos monarcas ni siquiera hayan existido. Además, como él dice - mira y señala a Gusano con un gesto - parece que la historia a lo largo de los años ha adquirido varias versiones, y si entre ellas hay algo de cierto, no sabemos qué.

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Me inclino de hombros ante las palabras de Danden. Creí que sería evidente que mis conocimientos son poco menos que autodidactas. Tenía un amigo que me enseñó lo básico sobre cómo usar mis poderes, pero luego desapareció antes de que pudiera enseñarme nada más. Reconozco que hasta ahora cualquiera que utilice energía para mí es igual que otro que la utilice y no hago distinciones. Supongo que como dice me falta una base.

En cualquier caso digo, saliendo del estado meditabundo en el que me había metido, ahora mismo estamos con este asunto. Ya veremos lo que hago cuando no destruyan los pueblos de esta zona. Pero, si hemos de esperar a la dama hasta mañana (que por cierto, ya es bastante tarde y no estaría mal dormir), quizá sería mejor retirarnos a la posada. Al menos cuando acaben sus conversaciones añado viendo como empiezan a hablar con otros componentes del grupo, y prestando atención a lo que dicen.

Hum... Recibir entrenamiento de primera mano de un auténtico mago, hechicero o lo que sea no estaría mal. Quizá incluso podría conseguir nuevas formas de colarme en las casas pienso.

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DÍA 14

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Todo aquello para nada. Era obvio que aquellos magos habían jugado con ellos, y Kanghmer notaba cómo la ira se acumulaba en su interior. Toda la espera y el paripé de la parte superior, para luego hablar con esa chiquilla como si fuera algo místico y especial, para que tampoco les condujera a nada. Y ahora de nuevo a esperar al día siguiente a que una "dama" pudiera resolverles algunas dudas.

Empezaba a estar hasta los cojones. Casi le tentaba dejar a todos los del pueblo a su suerte y que esos desconocidos diezmaran a la población. Empezando por estos magos. Por idiotas.

Su mirada transmitió a Seragoi sus auténticos sentimientos, pero no dijo nada respecto a eso. Salvo un leve apretar de sus puños.

- Me voy a dormir. - Dijo sin más. - Espero estar de mejor humor mañana. -

Se dio media vuelta y se dirigió a las escaleras para salir hacia el piso superior, y luego fuera de ese condenado edificio donde no había más que palabras y solo jugaban con ellos.

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DÍA 14

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El caballero frunció el ceño ante las palabras del trasgo, disgustado ante lo inapropiado de su lenguaje, más aún ante lo que a todas luces era una niña, por mucho que no perteneciera a la raza humana. Eso, y lo que parecía una salida hastiada por parte del tal Mediohierro, no les situaban en la mejor posición para nada.

-Es cierto que deberíamos descansar. Pero ya tenemos algo más que no teníamos, al menos una pista del objeto que están buscando. Con eso, y quizás con los dibujos de mañana, podamos lograr algo más.

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DÍA 14

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Escucho las palabras de Hastoroi pero sonrío ante sus respuestas, a las que vuelvo una vez que todos han terminado de intervenir:

 - "La duda que más me atormenta ahora se refiere a que veo poca relación entre el relato de las reinas y la gema con la situación que estamos viviendo actualmente. Me parece poco más que... circunstancial, diría yo. Es como que a alguien le hubiesen robado una gema azul y, evitando llamar a cazatesoros que quieran aprovecharse para huir con su pertenencia, pide que el ladrón le devuelva su "trozo de agua" y nosotros comencemos a perseguir mitos acerca de la creación del mar. ¿Consigo explicarme? Me falta una conexión más allá de la posibilidad remota de que es la gema lo que buscan los enmascarados. Siento que puede que ambas cosas sean ciertas y estén sucediendo a la vez, pero no tengo una clara conexión entre ellas. No por lo menos con los antecedentes que hasta ahora manejo."

Miro al resto y agrego:

 - "No veo ninguna evidencia clara de que las amenazantes figuras están detrás de la mitológica gema y no detrás de un arma, un libro o incluso una persona. Quiero ayudar a evitar una tragedia pero no sé si ponerme a perseguir algo que muy probablemente no sea lo que buscan, vaya a ser de ayuda para el poblado. Siento que me falta algo, una pieza crucial, y no descansaré hasta encontrarla."

Escucho a Kanghmery no me es indiferente su mirada, la que tan bien conozco. Sonrío pensando en cuan hinchadas estarán sus venas de haberse sentado a hablar tanto rato sin una cerveza en la mano. Probablemente ha sido para él un tormento. Me pongo de pie lentamente y hablo con voz calmada:

 - "Bueno, es tarde y todos estamos cansados. Meditaré lo sucedido con mi almohada y volveremos a venir mañana para continuar investigando, a ver si podemos evitar una masacre."

Realizo una leve reverencia a los magos y tomo la mano de Doraka para besarla con delicadeza mientras me despido:

 - "Muchas gracias por su hospitalidad y su ayuda. Buenas noches."

Comienzo a retirarme junto con Kanghmer, esperando que podamos pasar una noche no tan mala, considerando que no tenemos cabida en las posadas locales y, por la hora, no nos queda más remedio que volver al campamento formado con el resto de la caravana.

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Escuchó con atención las charlas entre los magos, ladeando la cabeza de un lado a otro para ver de que lado caía la razón. No habló, en parte se seguía sintiendo la nueva en el lugar, aunque ahora que sabía bien de qué iba todo, se sentía algo más cómoda.

Se estiró, llevaba mucho tiempo sentada y su cuerpo, especialmente su espalda, se lo acababa de indicar. Cansada parpadeó un par de veces para disimular un poco su estado. Aunque al escuchar las palabras de algunos de sus nuevos compañeros entendió que aquello comenzaba a acabarse.

—Supongo que ver a la dama no será la única parada que haremos mañana, así que deberíamos despertarnos pronto y comenzar a investigar desde temprano, vamos contrarreloj.

El volver a pensar en las figuras encapuchadas la provocó un escalofrío que la recorrió la espalda. Para disimular el desagrado se ahuecó el cabello mientras esperaba a que todos se animaran a ponerse en pie para marcharse y seguirlos.

—Ha sido un placer, solucionaremos esto.

Lo dijo repleta de confianza, como si ella realmente supiera que lo podían lograr, la esperanza era lo último que se perdía.

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DÍA 14

Noche

La primera opción lógica que se te pasa por la abeza para intentar encontrar alguna pieza del puzzle, es buscar  algún tipo de huella o marca que las figuras hayan podido dejar y te de una pista sobre lo que son o, al menos, hacia dónde han ido, por si quizá aquello de la desaparición repentina es solo un truco.

Te mueves hacia aquella zona en la que sabes a ciencia cierta que las figuras han estado paradas: la puerta de la capilla. En el suelo de madera del interior te es imposible ver nada, pues los ires y venires de la gente han embadurnado todo de barro y agua, y no se distingue ninguna huella. Por desgracia, el exterior no es mucho mejor, pues el suelo empedrado no ofrece tampoco nada claro. Por lo tanto, aquella búsqueda resulta infructuosa.

En ese instante, barajas varias opciones: preguntar a aquellos que sabes que estaban presentes en busca de algún detalle, recordando que aquellos dispuestos a llegar a las espadas si era necesario pudieron estar bastante cerca de las figuras; buscar huellas en otros lugares del campamento, localizando aquellos en los que las figuras también aparecieron, pues sabes que la iglesia no fue el único; rezar a Prios para que te de una pista e irte a dormir con la esperanza de que la luz del día también se pose sobre aquel misterio. 

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Ante lo que parece el final de aquella reunión y la intención de la mayoría de marcharse a descansar, Doraka y Hastoroi se levantan de sus asientos y recogen la mesa, mientras Danden se dirige a la escalera.

- Les acompañaré arriba. - Dice, dirigiéndose al anciano y a la chica. - Vosotros id a descansar.

Una vez en la planta superior, Danden se dirige al grupo.

-Podéis recoger a vuestros compañeros. - Dice señalando la puerta que da a los establos. - Pero si queréis, nosotros podemos hacernos cargo de ellos esta noche. Si decidís llevároslos, decidle al posadero que vais de parte de la Ordo, y no os cobrará su estancia.

El mago se queda junto a la escalera viendo pasar a los miembros del grupo de uno en uno, hasta que es el turno de Karlio. 

- Me gustaría hablar contigo, a solas. Solo será un instante.

Si Karlio acepta, esperará a que todos hayan elegido si salir por la estancia principal o el establo antes de decir nada más.