Partida Rol por web

Tras el impacto y haberse recuperado, atisbaron el edificio con características particulares: toda la acción parecía venir de la parte alta. Era un edificio de unos diez pisos, así que llegar a la última planta tomaría tiempo. Claro que eso no sería un problema para ellos. De hecho, si posaban su vista en la parte externa del edificio, era posible ver movimiento. ¿Acaso también podían escalar? Sea como fuere, la entrada seguía despejada a medida que se acercaban. Tenían algunas heridas en sus cuerpos y aún un leve mareo por el impacto. Por fortuna, Ellos no parecían estar tratando de alcanzarlos.

Se acercaron más al edificio y pudieron verlo bien: una fuente en la entrada que de seguro alumbraba de diferentes colores gracias a unos reflectores programados para ello. Algo común en edificios como ese. Siguieron acercándose y ya se veían claramente los enormes ventanales que lo componían. Eso, junto con la enorme antena que había encima de la planta donde titilaba la luz, daba a entender que era un edificio de comunicaciones.

O al menos lo fue hasta que la Oscuridad comenzó. Tal vez fue uno de esos edificios de donde se intentaban transmitir mensajes o donde ocurrieron las últimas transmisiones de radio hasta que Ellos aparecieron... O tal vez es otro edificio fantasma que evidencia la decadencia de la humanidad y el inicio de una nueva era, SU era.

En lo que sería la recepción de aquel lugar, podían encontrar varios cadáveres ya algo consumidos y desprendiendo desagradables olores alrededor, aunque a estas alturas, aquello se había vuelto parte del paisaje rutinario: sangre, vísceras... Aquello era su nueva cotidianidad. Había varias puertas junto a varios avisos que mostraban las diferentes zonas de acceso y una señal para las escaleras. De resto, no podían sino escuchar las uñas de Ellos escalando por las paredes, pero no parecían tan tranquilos de acercarse a ese lugar. Era posible pensar que les gustaban los retos, aunque sí hubo algo que llamó su atención. En el suelo, de manera algo ordenada, había manchas de sangre con formas específicas. No eran símbolos de conocimiento común, pero estaban muy ordenados para carecer de significado.

Reuben estaba mucho más golpeado de lo que ya estaba. Tenía un corte en su frente, no muy profundo ni grave, pero sí doloroso. Se había estrellado de lleno contra el volante, con mucha suerte de no haberse estrellado contra el parabrisas. Mucha más suerte tenía aún de no haberse quebrado algún hueso. Los golpes estaban ahí y dolían, le tomó un buen rato recuperar el aire y moverse, pero lo consiguió. Aunque... solo cuando se bajó notó que lo de su pierna ahora dolía mucho más.

Junto a los demás, después de maldecir a los cuatro vientos, se acercó al edificio. Era evidente que caminar ahora le costaba muchísimo más. Estaba mareado, la cabeza le dolía mucho, y estaba de muy malhumor. No mostró compasión al accidente que había ocurrido con Rose, ni siquiera intentó ayudarla. Para él en ese momento, todos eran unas basuras que debía haber dejado que se pudrieran... y justamente así los miraba, aunque no les dijese nada.

—Todo es su maldita culpa —gruñó, frunciendo el ceño por el dolor que estaba sintiendo. En esos momentos se hallaba de tan malhumor que ni los cadáveres ni el olor le molestaron... ¿o quizá era porque ya estaba más que acostumbrado a ellos? Pasó completamente de eso—. Muchas gracias, mocosos imbéciles —los escuchó. No habían ido por ellos de una vez, pero estaban cerca. Quizá únicamente deseaban jugar con su comida, como un niño—. Acabaremos como ellos —y miró a los cadáveres frente a ellos—, y todo por su puta culpa —y miró a los demás, con completo desdén.

Le había cortado un ojo. 

Esa frase se repetía una y otra vez en su mente. Se había quedado bloqueada, reviviendo como un si se tratase de un disco rayado lo que había sucedido unos minutos atrás.

Ni siquiera sabía cómo había bajado del vehículo. Tampoco tenía claro dónde estaba. Ni si los demás estaban vivos.

En realidad, no tenía claro, ni siquiera, si ella estaba viva.

Sí... sí que estaba viva. Podía sentir el ardor y escozor de la herida abierta. La sangre, recorriendo sus mejillas. Podía sentir cómo las gotas caían sobre sus zapatos. Unos zapatos que llevaban sucios demasiado tiempo.

Le había cortado un ojo. 

Estaba mareada. Todo estaba oscuro. Podía intuir el edificio. Era un nebulosa luminosa demasiado difuminada para saber de qué se trataba en realidad. 

No le importaba. Solo quería ir hacia allí, separarse de sus acompañantes y encontrar a alguien que le despertara de esa horrible pesadilla.

Le había cortado un ojo. 

Entre esa maraña de pensamientos erráticos una pequeña vocecilla se preguntaba si su ojo estaría bien.

- ¡¡¡¿¿¿QUIERES CALLARTE DE UNA VEZ???!!!!

Odiaba a ese viejo maldito viejo chiflado. 

Seguía caminando, mientras luchaba por no tocarse el ojo herido. No era capaz de ver nada (*) y tenía la ansiosa necesidad de quitarse la sangre para confirmar que solo se trataba de eso. Que en realidad solo había sido un susto. 

Andaba con la urgencia que ya había adquirido cuando estaba en plena calle a merced de esas bestias. Todavía no se había acostumbrado al nauseabundo olor de las vísceras. Notar que había cierto aroma similar sobre ella incrementó su ansiedad.

Le había cortado un ojo. 

De repente se paró en seco. Había llevado la cabeza agachada todo el trayecto intentando evitar que la sangre se acumulara en su rostro. Reconoció algo en el suelo. Era una especie de símbolo, pero no conseguía verlo. Tenía demasiada sangre...

Se arrodilló intentando verlo mejor. En realidad, había perdido toda la perspectiva pero no era capaz de darse cuenta de ello. Su mente estaba enajenada. 

Le había cortado un ojo. 

Nuevamente estoy ahí, en el abismo. 

Es lo que siento cuando en este frenético andar de un lado para el otro, siempre tiene una consecuencia. Una que hace mella en el cuerpo con esas huellas que tardan en borrarse y en el interior de nuestro corazón porque nos corrompemos, nos mutilamos a nivel mental con tal de sobrevivir a esto, a la oscuridad. Y estoy allí de pie en aquella calle tras haber bajado de la camioneta, el grito de Rose me devuelve a la realidad y suspiro. No sé qué batallas internas tiene, pero es hora de dejarlas atrás para seguir adelante. No se puede seguir así. 

—Avancemos, quizás en ese edificio encontremos algo más que muerte. 

Y no digo mucho más, el agradecimiento del viejo queda guardado entre mis recuerdos mientras emprendo el camino hacia ese lugar. Espero que me acompañen, que intenten dar ese paso adelante mientras nos enfrentamos a lo peor que nos puede tocar: una realidad devastadora. Sólo que mi amiga sigue en su agonía, momento en el que me doy la vuelta y voy acortando las distancias con ella, sólo para propinar una bofetada en la mejilla. 

—¡Despierta! ¿Qué ganas haciendo eso?—le pregunto en un tono serio—. Todos tenemos culpa, todos tenemos algo detrás pero no podemos seguir quedándonos ahí. Sal de ese pozo ya mismo, ponte de pie y camina Rose. 

La insto a que se incorpore, a que siga. La necesito. 

Habían sobrevivido. Habían. Maldito. Sobrevivido. Y no era precisamente por ganas, todo aquello era un maldito infierno orquestado por algún tipo de fuerza maquiavélica e imparable.

Todo aquello se notaba en cómo sus compañeros parecían empezar a perder el norte. Él no lo parecía mucho porque tiempo ha ya que lo había perdido, así que esbozó un gesto de disgusto y golpeó con el pie en el suelo, viendo cómo el anciano volvía a insultar y Rose se encerraba en sí misma.

Eh -dijo, chasqueando los dedos-, eh, eh -volvió a chasquearlos, esperando que atraer su atención pudiese enfocar las energías hacia algo más positivo-. ¿Habéis visto eso? ¿Alguien sabe qué demonios pueden significar?

Señalaba las marcas del suelo. Pero Rose parecía que seguía fuera de sí, así que se acercó a ella.

La sangre es muy escandalosa.

Sacó un pañuelo para ofrecérselo para limpiarse. Esperaba que no fuese tan grave como aparentaba, pero no tenía demasiada idea de medicina.

Una vez Fer se ofreció a limpiar la herida de Rose, pudo notar que la sangre parecía dejar de salir. El mayor moretón lo tenía en su párpado superior, el cual empezaba a hincharse. La herida seguía abierta, aunque afortunadamente la de su mejilla era relativamente pequeña. Su vista no estaría comprometida permanentemente, pero al menos lo estaría cuando su párpado se hinchara. Era necesario desinfectar la herida.

Por otra parte, quienes miraron aquel extraño símbolo en el suelo podrían percatarse que este fue dibujado con los dedos. Algunas marcas de huellas digitales se pueden ver sobre todo en los lugares donde los símbolos parecen terminar su dibujo. No eran fáciles de detectar, pero con la luz suficiente, era posible verlas. El ruido en el exterior seguía. Lo más seguro era que Ellos estaban esperando un descuido de su parte para atacarlos. 

- Debemos Entrar o Irnos, aquí estamos puestos como carnada de pez

Dijo por fin Víctor, No Había sido fácil recuperarse del accidente, para él todo había sido muy confuso, nadie le explicó lo sucedido, por las conversaciones de sus compañeros dedujo que Rose tenía comprometido su ojo, que el viejo estaba que se lo llevaban los mil demonios y que habían unas marcas que parecían significar algo pero el no las podía ver. También sabía que en el edificio Habían Criaturas, que ELLOS estaban allí, pero finalmente debía hacerse a la idea de que ellos estaban en todas partes. Su opción para sobrevivir quizás no era escapar, ni huir; Simplemente esconderse, pasar desapercibidos, como el lo había hecho toda su vida y seguir esperando que su fiel amigo lo encontrara. 

- Allí al menos se escucha que hay una planta potente que genera electricidad, seguro podremos encontrar una trinchera para resistir

- Katrina podrías dibujar sobre mi mano las marcas que hay en el suelo, tal vez reconozca algo que nos sirva.

Fer ayuda a Rose, lo comprendo pero no es momento de acarrear con más problemas. Ella tiene que despertar de alguna manera, todos estamos lastimados, rotos de alguna manera que puede ser visible o no. Pero no hay más opciones, hay que levantar y seguir porque ya no queda más opción sin ser un lastre para el resto que lo estamos intentando. 

—No tengo idea—respondo y desvío la mirada hacia Victor—. No hay problema, te lo dibujo para ver si lo conoces. 

Rápidamente me acerco hacia el lugar donde está mi compañero y comienzo a dibujar con un bolígrafo aquel símbolo, esperando que logre interpretarlo y así sacarnos la duda. Lo necesitaremos. 

Una sonrisa bastante desagradable, llena de malicia y ironía, se marcó en las toscas facciones de Reuben cuando vio a Rose estallar. No era precisamente que se estuviese divirtiendo por eso... ¿no? No, de hecho, se le podía ver bastante más amargado. No le había caído bien que Rose le gritara. Todo eso se vio medianamente compensado por la cachetada que Katrina le daría luego a Rose. Eso sí que se le hacía medianamente divertido. Lanzó un bufido, y lejos de estar de buen humor, los siguió mirando a todos con desdén.

¿Qué era ese símbolo? ¿A quién le importaba lo que un desgraciado en agonía dibujase? Lo único que le interesó era aquello que el ciego había dicho, y que desde la lejanía podían presumir. Una planta eléctrica.

La mirada del viejo por un momento cayó sobre una callada Wendy. La miró con el mismo desdén que seguía mirando a los demás. Ninguno de esos idiotas podía valerse por sí mismo, ni siquiera Fer. Todos habían demostrado ser unos inútiles. De esa forma, entre sus oscuras cavilaciones, se quedó mirando la entrada del edificio.

- Esto es una especie de runa, un símbolo. Pero no lo conozco ¿Será posible que sea de ELLOS? Su actuar es muy "salvaje" no pensé que tuvieran escritura. Para hacernos esto, para poner en caos a la humanidad seguro debe tener tecnológia y conocimiento científico pero hasta ahora había pensado que los que dirigen todo esto están allá arriba, observando y que estos de acá abajo son solo sus "perros" de caza. Su avanzadilla.

Esto lo dijo Víctor en voz alta, tal vez como una reflexión personal, que quizás los demás no compartieran, pero entre la ceguera y el silencio, se iba a terminar viviendo loco, así que tenía que expresar sus pensamientos en voz alta.

- Creo que es una marca, una señal de que este lugar tiene algo en particular, aldea de interés para ELLOS.- Ese interés podía ser algo bueno o algo malo para este grupo de sobrevivientes que a lo mejor se dirigía a una trampa o a un refugio, difícil saberlo.

-Entremos, busquemos una manera de no ser tan obvios, de no vernos como ratas en el balde

Al comprobar que no era para tanto el ojo de Rose, Fer se puso en pie y escuchó lo que tenían que decir. Estaba harto, cansado, sabía desde el principio que sólo eran ratas de laboratorio, pero eso no le impediría morder si fuese necesario. Quería salir de allí, por encima de quien fuese necesario.

Si están arriba: subamos. Destapemos la verdad. Sólo tenemos que tomar las escaleras.

Dio un paso hacia las escaleras, para mirar al resto del grupo y emitir un ligero gruñido.

No tengo ni idea de qué pretenden. Quizá sea algo que temen, quizá sea un juego, quizá... demasiadas cosas. ¿Vamos?

Tampoco esperaría demasiado para empezar a subir, con o sin compañía. Fuera era morir y suicidarse, subir... probablemente también, pero al menos ganarían algunos minutos.

La bofetada de Katrina era justo lo que necesitaba para 'despertar'. La presencia de Fer a su lado le tranquilizó. Incluso sabiendo que había sido él el que le había provocado ese dolor. Conforme pasaba el pañuelo la ansiedad de Rose se iba reduciendo. El tacto del pañuelo con su párpado izquierdo le ayudó a comprender dónde estaba localizada la herida. También ayudaba intuir las figuras de su alrededor.

- Al final no te ha cortado el ojo.

Ese pensamiento le relajó y se permitió dedicar a Fer una escueta y tímida sonrisa.

- Tienes razón - verbalizó por fin. No la miró, pero quedaba claro que ese comentario iba dirigido a Katrina. No le guardaba rencor. - Vamos - esta vez contestó a Fer. 

Su tono era firme y seguro. No quedaba ni rastro de la histérica Rose de hacía apenas unos minutos. Se sentía fuerte y capaz. No tenía miedo. Solo quería descubrir qué había allí y, si era necesario, hacer frente a la amenaza que se encontraran. 

Echó a andar hacia las escaleras junto a Fer.

Muy aliviada por la reacción de Rose, apenas soy capaz de sonreír mientras se toma la decisión de una vez y no lo dudo, ayudando a Victor subimos por las escaleras. Fer y Rose son los primeros que avanzan, supongo que Reuben hará lo propio pese a su mal genio. Todos queremos saber la verdad, descubrirla, y de alguna manera terminar con todo esto. Es necesario, tanto como sobrevivir, como salir de esta oscuridad. 

—Tenemos los motivos, es hora de ir y enfrentarlos...

La decisión había sido tomada y con eso, avanzaron con cautela hacia el lugar donde se encontraban la escalera. En el transcurso de la escalada, se toparon con más símbolos de esos aunque de diferentes tamaños, casi como si los hubieran trazado diferentes personas. Los grosores eran diferentes y si se fijaban más de cerca, eran incluso perceptibles algunas diferencias entre las huellas dactilares. Claro que para notar esto era necesario contemplarlo por un buen rato, y la verdad no parecía del todo una buena idea.

Aún sentían las magulladuras del choque, el dolor de cabeza, e incluso la joven Rose, que se encontraba más centrada, podía sentir el olor a sangre pegado de su nariz. Su párpado se hinchaba de a poco, dificultando bastante poder ver con ese ojo, el cual estaba un tanto resentido por lo acontecido. Las rodillas de Reuben sufrían las consecuencias de los años y de su falta de ascensor, lo cual se había vuelto de cierta manera una constante: extrañar esas cosas que tal vez nunca volverían a ver.

Siguieron subiendo apuntando las linternas constantemente a los alrededores cuando un estruendo fuerte sonó. No sabían de qué se trataba, pero frente al que encabezaba el grupo, cayó un pesado costal lleno de tal vez tierra o rocas. Lo cierto era que habría sido mortal para quien esto le cayera encima. Al buscar el origen, pudieron ver que dos pisos arriba, se asomaban algunas cabezas a mirar quién estaba allí, o tal vez si el proyectil había golpeado a su víctima. Se escondieron rápidamente al verse descubiertos y, justo cuando estaban por preguntarles algo, las cabecitas se escondieron. Apuntaron sus linternas hacia el frente y notaron que había lo que parecía una barricada con elementos similares al que casi les caía encima. Sin duda, había sobrevivientes allí que esperaban echarlos. No eran precisamente bienvenidos.

A través de la barricada en medio de las escaleras se escuchó una voz femenina bastante dulce - ¡¿Están con Ellos?! - y a pesar de su sonoridad natural, no sonaba nada feliz.

Como fue quien comenzó a caminar hacia arriba, fue el primero que saltó hacia atrás asustado ante el costal, pero pronto el susto dio paso a la rabia al escuchar aquellas palabras y alzó la voz mientras notaba cómo las venas se le hinchaban.

¡TU PUTA MADRE EN VINAGRE VAMOS A SER AMIGOS DE ELLOS! -grité- ¡¿QUIÉN EN SU SANO JUICIO QUERRÍA SER AMIGO DE SU BASTARDO ASESINO?! ¡ESTÁIS LOCOS!

Resopló, apretó el puño y se obligó a calmarse y no ir más allá.

Vamos a subir.

Y dio un paso sin miedo hacia delante, dejando bastante clara sus intenciones. Casi podía entender su desesperación, pero ellos tampoco estaban en las mejores condiciones y lo que quiera que hubiese fuera era peor que enfrentarse a otra manada de humanos al límite.

Amargado como siempre, ahora mucho más por el dolor, Reuben avanzó junto al grupo, alumbrando también con su propia linterna. Subir por esas escaleras era horrible, más aún en su estado. Sin embargo, entre muchos gruñidos los siguió a todos... al menos hasta que el costal cayó. Reuben tuvo que poner una mano en la pared casi perdiendo del todo el equilibrio. Tal como a Fer, una vena se le marcó en la frente. Tuvo que incorporarse bien para no arriesgarse a rodar por las escaleras.

—¿Y por dónde piensas subir? —le gruñó a Fer, alumbrando con su linterna también la barricada frente a ellos— ¿¡Te parece que estamos con ellos!? —gritó hacia arriba, en parte gruñendo, a la voz que les había hablado.

Esto no pinta nada bien y me pregunto si esos símbolos escritos tienen que ver con algún tipo de protección para ellos, quizás alguien con un poco conocimiento de magia. Sería una locura el considerarlo, pero tal vez esté en lo cierto así que voy caminando junto al grupo mientras observo que hay más de estas cosas. El sonido estruendoso me puso los pelos de punta y más aún la pregunta que surge a través de aquella voz. Había más gente, más sobrevivientes que estaban como nosotros escondiéndose de ellos. 

—Fer... Las marcas... —le señalo las marcas—. ¿Han protegido este lugar?

De momento mi mano sujeta el brazo de mi compañero y voy indicando en un claro gesto que no avance, es mejor preguntar saber de qué va esta gente para dar un paso más. ¿Y si están armados? No sé que esperar de nadie ya, así que ante la duda lo mejor es estarse quieto e indagar. 

Rose había comenzado en primera línea, pero poco a poco se había ido quedando atrás. Aunque Fer le había curado la herida, cada vez veía menos con el ojo herido debido a la hinchazón. 

- ¡Joder!

Era, por lo menos, la cuarta vez que se tropezaba. Esta vez, torciéndose ligeramente el tobillo. Por suerte no había sido nada. Estaba a punto de retomar el paso cuando sonó el estruendo. 

- ¡QUÉEEEEEEEEEEEEEE!

Se estaba aficionando a gritar. Levantó la cabeza y pudo ver ese grupo de cabezas.

- ¡¡¡¡HIJOS DE PUTA BAJAD SI TENÉIS NARICES!!!!!

Escucharse decir esas palabras le provocó un escalofrío. 

- Por favor que no bajen.... que no bajen... que no bajen que no bajen que no bajen...

Siguió andando mientras intentaba enfocar las marcas que iban encontrándose en el suelo. Estaba tan pendiente de ello que se golpeó de lleno con la espalda de Victor.