Partida Rol por web

Thanes de Carrera Blanca

4. Una Mina Tomada al Asalto.

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19/05/2014, 16:35
Volshyene

"Menos mal que no la hemos liado parda". Volshyene ya se imaginaba el jaleo que podrían haber armado si hubieran atacado. "Maldita sea, ya ni las minas de bandidos son como antes, ahora parecen plazas de mercado".

La maga posó una mano sobre el hombro de Aerin. "Demasiado joven. Eso no es bueno. A menudo la edad atempera el entusiasmo... y el fanatismo"

—Tranquilo. Dijimos que te ayudaríamos. No abras la boca. Intenta no darles motivos para que te miren dos veces.

¿Cómo demonios iban a pernoctar con Aerin en las narices de esa gente? ¿O simplemente pasar con Aerin dentro? ¿Podrían colarles una trola? A Volshyene no le entusiasmaba mentir; demasiadas probabilidades de que su engaño fuera detectado, y que les rebotara en plena cara. "Tendremos que decir la verdad... simplemente no tenemos por qué decirla toda. Por ejemplo, podemos decir que Aerin está bajo nuestra custodia, y evitar entrar en detalles escabrosos..."

Volshyene sonrió al vigilante, pero no se adelantó más. Por el momento esperaría junto a Aerin.

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19/05/2014, 17:10
Suro

Suro salió de entre las rocas, guardando su arco. Con un tono serio e incluso osco se dirigió al hombre que guardaba la puerta. Era un soldado, y entendería tanto la precaución como la parquedad de explicaciones.

- Somos todos Thanes de Carrera Blanca, llevamos con nosotros a este prisionero que tiene información valiosa sobre un nido de vampiros, hemos cabalgado toda la noche y pensábamos dormir en esta cueva, les ayudaremos a limpiarla dado que está en nuestra jurisdicción, después descansaremos en ella.

Al fin y al cabo, no había dicho ninguna mentira. Y sin más preámbulo entró decidido abriendo camino. No era cuestión de esperar al alba charlando con aquel amigable fanático para que viese como su prisionero ardía con los primeros rayos del sol.

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19/05/2014, 20:14
Khaled

Khaled había oído hablar de los Vigilantes de Stendarr. Incluso se había cruzado con alguna patrulla en los caminos, pero nunca se había detenido a hablar con ellos. Por lo que sabía, era raro que se ocuparan de los mortales. Era más habitual verles enzarzarse en batallas contra daedras, y otras criaturas nativas de Mundus como los vampiros o los licántropos.

Asintió en silencio a la afirmación de Uthgerd. Que entre ellos se encontrara la sacerdotisa de un Príncipe Daédrico, y su prisionero fuera un vampiro, iba a meterlos de cabeza en una confrontación con los vigilantes. Era algo que consideraba inevitable, salvo que pudieran mantener oculta la naturaleza de Aerin. Y si había confrontación, no era preciso ser un gran pensador para llegar a la conclusión de que sería violenta. Razonar con un fanático era tan productivo como exprimir el zumo de una piedra.

Si el amanecer no hubiera estado encima de ellos, hubiera propuesto pasar de largo. Incluso si la situación de Cauce Boscoso no hubiera sido acuciante.

Jodida noche. Ni siquiera se le había pasado la maldita resaca. No del todo.

Cuando Suro salió de la espesura, le espetó al centinela de quiénes se trataban y se metió en la cueva sin esperar respuesta, Khaled agarró las riendas del caballo de Aerin, suspirando largamente. Las posibilidades de empezar el día sin mancharse las manos con la sangre de los vigilantes bien podían haberse esfumado con esas palabras.

—Tú haz caso a la señorita —murmuró. Volshyene le había ordenado mantenerse callado, y más valía que lo hiciera. Para lo que va a servir ahora…

Iban a mirar al muchacho dos veces, y tres y cuatro. Ahora que sabían —al menos, lo sabía el centinela— que tenía relación con un nido de vampiros, querrían saber cuál era su naturaleza, para que estuviera retenido de esa forma. Si había entre ellos alguien lo bastante inteligente para sumar dos y dos, relacionaría el hecho de que estuvieran viajando por la noche y fueran a refugiarse en una jodida mina durante el día, cuando Cauce Boscoso estaba casi a tiro de flecha.

—¿Qué sabéis sobre esos gilipollas del Amanecer Mítico? —preguntó, con más intención de que la referencia a los vampiros pasara desapercibida que con verdadero interés por la situación en la mina—. Creía que se habían desbandado hacía siglos. ¿Cuántos son ahí adentro?

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23/05/2014, 11:03
Vigilante de Stendarr

El joven iba a contestar a Elynea, pero el comentario hiriente de Karin hizo blanco.

—Nuestras hazañas no son exageradas, bebedora de leche. La excelsa orden de los Vigilantes de los Stendarr se fundó durante la Crisis de Oblivion para salvar a la humanidad de las hordas del Príncipe Daédrico Mehrunes Dagon —replicó, e hinchando el pecho de orgullo repitió el adagio de los Vigilantes: —. Traemos la misericordia de Stendarr a los inocentes, y su justicia a los adoradores de los daedra.

Echó una mirada de suspicacia a Elynea, pues era bien conocido en todo Tamriel que en Morrowind se adoraba a un trío de Príncipes Daédricos: Azura, Boethiah y Mephala. Aunque no era menos cierto que muchos refugiados que venían a Skyrim eran conversos a la fe de los Divinos.

—No habéis llegado tarde a la fiesta si es lo que preguntas, elfa. Acabamos de llegar.

La intervención de Suro hizo que el joven Vigilante mirara a Aerin con renovado interés. No hizo mención a vuestro título de thane, especialmente después de haber llamado a Karin “bebedora de leche”.

—La Custodio Carcette querrá hablar con él. En persona —replicó—. Venid, os guiaré al interior.

El Vigilante os hizo una seña para que le siguierais, tomando una antorcha de un hachero de la entrada. Los sonidos del combate eran audibles, aunque amortiguados por el estruendo de una caída de agua.

—Los Príncipes Daédricos corrompen todo lo que tocan, y compran las almas de los mortales con sus dones mágicos y sus artefactos heréticos. Incluso después de la Crisis de Oblivion hay paletos que piensan que es buena idea rendir culto a esos demonios —contestó a Khaled—. Estos en concreto se han reunido en torno a un tal Sigvart, que se hace llamar el Hijo de Dagon. Si lo que hemos oído es cierto, podría tener clannfear y scamps a su servicio.

 

Lo dejo aquí por si queríais hacer algún preparativo adicional o preguntarle algo a Manolito el Vigilante antes de que os lleve a la siguiente escena, ya en el meollo de los Vigilantes contra los Bandidos y Cultistas. Y porque Over no había abierto la boca aún. Si no vais a añadir nada, decidlo en el off.

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23/05/2014, 14:46
Elynea

—Sí, existe gente que puede llegar a tener la cabeza verdaderamente cuadrada...

Elynea comentó aquello ociosamente cuando el vigilante mencionó a los "paletos" adoradores de daedras, mientras miraba con aire distraído una estalagmita cercana.

Aunque el grupo de thanes podía estar bastante seguro de que no eran precisamente los adoradores de daedras los paletos en quienes estaba pensando la elfa.

Antes le había devuelto una mirada tan neutral al tipo cuando este la había observado de hito en hito que sólo le había faltado encogerse de hombros. Al menos había tenido el detalle de no juzgarla a primer golpe de vista sólo por ser dunmer, ya era toda una hazaña.

«Y aquí vamos de nuevo... » suspiró con resignación para sus adentros cuando el hombre comenzó a hincharse de orgullo como un pavo deshaciéndose en bondades para su orden «Si matamos por la paz, desnudémonos por la castidad»

Era francamente curioso cómo funcionaba la mente humana: alguien era capaz de afirmar que servía al divino de la Tolerancia Misericordiosa mientras hablaba de masacrar a otras personas que simplemente no pensaban como él.

Por supuesto a Elynea le daba exactamente igual todo aquello, molestarse por lo que decía alguien que solo había visto la tapa del libro del que estaba hablando se le antojaba ridículo. A ella misma, sacerdotisa de una princesa daedra, no le gustaba Mehrunes Dagon, ni le gustaba Molag Baal, ni le gustaba Malakath... que eran príncipes daédricos. Y se había pasado horas hablando por mera curiosidad intelectual con Danica Manantial Puro sobre cómo era la filosofía de los siervos de Kyne (y viceversa) ¡dentro del templo de Kyne!

Pero había descubierto hace mucho tiempo que era imposible que fanáticos como aquel que hablaba como si hubiese leído todo aquello en un panfleto propagandístico, que sólo veían o blanco o negro, apreciasen la gran cantidad de matices de gris.

No sería raro, según leí una vez son criaturas servidoras de Dagon. ¿Una especie de... reptiles bípedos con una cresta enorme? ¿Y una especie de diablillos?—dijo. Luego se encogió de hombros con simpleza, como si se disculpase por lo vago de la descripción y añadió:—. No es que me apasionen los bichos que sirven a Mehrunes.

- Tiradas (1)
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23/05/2014, 18:59
Volshyene

—La Custodio Carcette querrá hablar con él. En persona —replicó el vigilante. Ah sí, tan joven y fanático como ella había temido—. Venid, os guiaré al interior.

Volshyene avanzó dos pasos hacia el vigilante, erguida y con una expresión seria que no animaba a contradecirla. No pretendía intimidarlo, pero sabía que el aire apropiado de autoridad y dignidad ponía en su sitio a mucha gente. Era un truco que había aprendido en sus primeros tiempos como thane, cuando aun luchaba por adaptarse al cargo. Y yo que odiaba la política…

No dejaría que interrogasen directamente al joven. Ellos hablarían con la Custodio y sus lugartenientes; y éstos tendrían que conformarse con eso. Tal vez Suro les hubiera hecho un favor, después de todo. Mejor no envolver a Aerin en un aire de misterio. Son asuntos oficiales, y punto. No tenemos por qué decir más.

—Muchacho, deberías aprender a tratar con más respeto a tus superiores. La descortesía con quien no debes puede causarte disgustos en el futuro, y también causárselos a aquellos bajo cuyas órdenes estás —dijo suavemente, con el tono de leve reproche y decepción de un maestro aleccionando a un alumno especialmente recalcitrante, un tono que insinuaba que la Custodio no estaría contenta con la idea de que un miembro menor de su grupo insultara a un grupo de thanes.

En circunstancias normales no le habría importado un ardite cómo les tratara el muchacho. Pero no en aquellos momentos. Era mejor que reafirmaran su autoridad desde el primer momento, si querían conservar el derecho a callarse información y, quizá, poner en su sitio a la Custodio. Cuando el muchacho les presentara a la mujer, quería que ésta viera reflejada en él la imagen que Volshyene quería proyectar de su grupo. No era bueno empezar en términos de inferioridad.

—Llévanos ante tu líder, sí. —El tono de la maga indicaba que no permitiría que nadie creyese que podría mangonear, ni dictar las pautas de conducta, a un thane de Carrera blanca. Custodio o no custodio.

Volshyene dirigió una mirada de advertencia a Karin. Aprobaba la idea de picar un poco a aquella gente, pero esperaba que la bardo pudiera ayudarla a mantener aquella ilusión de dignidad y autoridad. Sujetó a Aerin por el antebrazo, animándole a avanzar, aunque manteniéndose conscientemente a cierta distancia del vigilante, por detrás de algunos de sus compañeros. En cuanto Khaled y Elynea distrajeron la atención del vigía, previno a Aerin en voz baja: —Si no eres capaz de mantener la compostura, y eludir los detalles escabrosos, di lo menos posible. Nosotros no dejaremos que te interroguen. ¿Te sientes capaz de eludir preguntas delicadas?

En aquellas circunstancias no era posible hablar extensamente ni dar instrucciones elaboradas. Confiaba en que Aerin supiese mantener la boca cerrada al menos; pedir que supiera mentir y conservar el aplomo sin duda era demasiado, a juzgar por el estado de nerviosismo en que estaba sumido desde que Elynea le enfrentase con su nueva condición.

Al principio se contentó con quedarse callada, complacida con que sus dos compañeros distrajeran al vigilante y al mismo tiempo le sonsacaran información. Pero al fin alzó la voz para preguntar, con calma, sin rastro del leve reproche de antes:

—¿Calculáis que son muchos? Y vuestro grupo, ¿cuenta con suficientes efectivos? Me gustaría hacerme una idea de cómo está la situación para analizar la mejor forma en que podamos colaborar… —No es que esperara que aquel muchacho les pudiera contar mucho, pero prefería intentar ver la situación desde la perspectiva de aquel miembro periférico de los Vigilantes, antes de que la Custodio les diera la suya propia.

Volshyene era de la creencia que para aprender el máximo posible de cualquier situación o experiencia se necesitaba recoger información desde el mayor número de puntos de vista posibles…

Notas de juego

Nota-- cuando digo que somos los "superiores" al muchacho no me refiero en autoridad politica u organizativa (ya sé que no pinchamos ni cortamos dentro de los Vigilantes), sino en jerarquía social, como es lógico. Creo que queda claro por el contexto, pero lo matizo por si las mosquis.

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23/05/2014, 21:41
Suro

Notas de juego

¿Estamos todavía en la comarca de Carrera Blanca?

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23/05/2014, 23:52
Khaled

—¿Leche? —rió con ganas Khaled—. ¿Cuándo fue la última vez que bebiste leche, Karin? ¿Te habían salido ya los dientes? ¿O acaso los pezones de tu madre ya manaban aguamiel?

Era muy nórdico aquello. Especialmente entre los más jóvenes, que todavía no se habían probado en batalla, y eran tan inocentes que se tomaban los cuentos en serio, y entre los viejos, para quienes era tan milagroso entrechocar espadas con un oponente sin romperse las muñecas como rendir adecuadamente en la cama.

Era un buen momento para reír, aunque el asunto que tenían entre manos pudiera acabar tomando un cariz violento y trágico. Cuando estuviera hasta los tobillos en sangre de gilipollas y daedra no podría hacerlo.

—Supongo que están atrincherados —añadió a las preguntas de Volshyene—, si no os habéis enfrentado todavía a ellos.

A pesar de sus preguntas respecto a los sectarios, temía más el encuentro con la custodio. Al menos con los primeros, suponiendo que fueran quienes decían ser, no había posibilidad de negociación, ni otra salida que no fuera la respuesta violenta.

- Tiradas (2)
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24/05/2014, 13:01
Karin

—Nuestras hazañas no son exageradas, bebedora de leche. 

Karin sonrió, e iba a contestar cuando Khaled lo hizo por ella. Se le escapó una breve carcajada. 

- Nunca sabré qué manaba de los pezones de mi madre, amigo Khaled, no llegué a probarlos - un latigazo frío le golpeó el viente. Le hubiera gustado conocer a su madre, por supuesto

Luego se dio cuenta de que el simpático Vigilante estaba convencido de que iban a dejarle a Aerin para que le hicieran preguntas y le torturasen. ¡Eran thanes, maldita sea! Se irguió.

- La Custodio tendrá que pedirlo en persona, Vigilante - dijo mientras se ponía junto a Vol, que parecía ser la única que recordaba que estaban por encima del desconocido. No entendía aquella mirada preocupada. ¡Elynea estaba defendiensose de un fanático como una colegiala y Khaled estaba soltando exhabruptos! ¿Y era ella la que tenía que parecer solemne? En fin... -. No olvides donde estás 

Aún así mantuvo su postura, tan digna como le era posible, y tan seria como no había estado en toda su vida.

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24/05/2014, 18:47
Thadeus Allectus

Thadeus había dejado que los demás se presentaran. Y la cosa no había ido del todo mal, excepto porque aquel hombre pertenecía a una orden un poco… fanática. Si algo no le gustaba de la religión era el fanatismo, y aquel grupo parecía serlo un poquito.

Al menos algunos de sus compañeros se impusieron, y hablaron seriamente o soltaron alguna bravuconada. No estaba mal, visto que aquel joven vigilante de Stendarr parecía tener cierta arrogancia, algo que seguro que se vería potenciado en presencia de esa tal Carcette.

-Bien, no estaría mal conocer la situación ahí dentro. Aunar fuerzas para eliminar a unos bandidos que están causando problemas en la región me parece lo correcto, pero ustedes tienen vuestros objetivos, y nosotros los nuestros –quería dejar clara la posición en cierto modo distanciada entre los Thanes y los Vigilantes-. Colaborar nos hará bien, pero tenemos nuestros métodos de proceder y nuestro fin. Espero que eso lo podáis respetar.

Aun no sabía bien cuáles eran los métodos de proceder del grupo, pero era buena excusa para algún posible suceso futuro; además, tampoco quería que sometieran a un exhaustivo interrogatorio al vampiro. Debían de dar cierta imagen de autoridad.

-¿Monstruos daédricos? No se preocupe, vamos bien armados, y no somos meros reclutas que no saben lo que hacen. Ese servidor de Menhures Dagon caerá, como no podría ser de otro modo teniéndonos a nosotros de vuestro lado. Por el bien de la región y de todo inocente que haya caído en las garras del oscuro servidor daédrico.

Por supuesto, eso último lo añadió con un tono seguro, como el héroe que Thadeus nunca fue, y como una manera de soltar lo que quizá aquel joven vigilante quisiera oir. No estaría de más hacerles creer que les importaba aquello, aunque los motivos desde luego no era acabar con aquellos bandidos por simple bandidaje; necesitaban un lugar seguro donde descansar, y deberían hacerlo seguro.

-Estoy deseando ver qué se cuece adentro – dijo al oir el sonido de combate, y actuando como hasta ahora lo había hecho, como alguien activamente interesado en acabar con los bandidos. Quizá eso junto con una puesta en escena de seguridad y autoridad, evitasen más preguntas de la cuenta.

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24/05/2014, 18:48
Medea

La gata apareció detrás de su amo, con una cuña de queso como recién cortada. ¿De donde la habría sacado? Quizá la tenía guardada su amo, o quizá la había birlado de alguno de sus compañeros, el caso es que apareció con ella en la boca, se sentó junto a su amo, y se puso a comer. 

Por supuesto, era buena idea no tener el estómago vacío si debía aguantar una noche con lo que fuera a suceder en aquella cueva. Humanos matándose solo por unos nombres: Stendarr, Dagon, Federico... qué mas daba. Seguro que en algún momento su amo le pediría algún tipo de ayuda gracias a su sigilo, aunque preferiría mantenerse apartada de aquella situación, así que no abrió la boca ante el desconocido, y se limitó a seguir comiendo, tranquilamente. Esta vez, no dijo ni Miau.

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28/05/2014, 22:37
Carcette

El joven vigilante os condujo al interior de la antigua mina de hierro. Por el camino contestó a Vol que su número era "el suficiente para poner fin a aquellos bandidos". Por lo visto, habían aleccionado al joven para que no diera detalles. Aunque esos detalles se revelaron por si mismos poco después.

Había una veintena de Vigilantes ahí abajo, barriendo a los últimos bandidos de la faz de Tamriel. Descendisteis la empinada pendiente de la mina mientras la Custodio en persona partía el cráneo de un cultista de túnica roja con un martillo de guerra a dos manos. Carcette se enjugó el sudor de la frente y os observó bajar en silencio mientras los Vigilantes se reunían a su alrededor.

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28/05/2014, 22:51
Vigilante de Stendarr

—Custodio, estos viajeros dicen ser Thanes de Carrera Blanca. Llevan un prisionero con importante información sobre un nido de vampiros, y dicen que nos ayudarán a limpiar las minas de Sigvart y sus hombres.

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28/05/2014, 22:53
Carcette

Carcette asintió.

—Sé quienes son. Vuelve a tu puesto, Wilhelm —dijo la Custodio, aunque no interrumpió a su subordinado hasta que hubo terminado de hablar.

Lo cierto es que Thadeus, más dado al arte cortesano que todo el resto del grupo junto, reconoció el rostro de Carcette. Había visto a la bretona una vez, en una reunión social en Cuenca del Dragón. Había mantenido un perfil bajo y se había marchado tan pronto como la cortesía le permitió.

—Bienhallados. Sepan disculpar si no les estrecho de la mano —dijo, mostrando un guantelete lleno de sangre y sesos desparramados—. ¿Esto es una misión oficial o sólo están de paso?

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29/05/2014, 21:33
Volshyene

"Por todos los dioses habidos y por haber, ¿es un hombre o una mujer? Tiene una pinta más bruta aun que Uthgerd", pensó Volshyene, compadeciéndose de aquel marimacho... sólo por un momento. Suponía que eran las capacidades de aquella mujer, y no su aspecto, las que le habían valido su posición, y sin duda ella podría respetar aquellas capacidades.

—Faltaría más. Un saludo es suficiente para cumplir con las buenas maneras. Os agradecemos la bienvenida —respondió Volshyene, cortés—. Tenemos un encargo del jarl, pero no podemos entrar en detalles. Vuestro centinela nos ha puesto someramente en antecedentes. Veo que tenéis la situación controlada, pero si podemos echar una mano, será un placer hacerlo.

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29/05/2014, 23:29
Khaled

Orgnar solía decir que el tipo de mujer de Khaled eran las que no tenían escamas. Y no andaba desencaminado. Un buen rato era un buen rato, con independencia de la compañía. Pero había mujeres con las que pasar ese buen rato, y había mujeres que alegraban el día con su mera presencia. La visión de Carcette irguiéndose y enjugándose el sudor de la frente, después de descargar el martillo sobre el cráneo del bandido, aplastándolo como una sandía pasada, hizo que su corazón se saltara un par de latidos.

Por un instante, se olvidó de Delphine, de los thalmor, de Helgen, Ulfric y de cualquier cosa que no fueran las duras facciones de aquella mujer.

—Ha sido casualidad que pasáramos por aquí —reconoció Khaled—. Pero concierne la seguridad de la comarca, así que no podemos quedarnos de brazos cruzados. ¿Cuál es la situación?

Pero solo por un instante. Había mucho que resolver, urgentemente, y nadie iba a bajar del cielo a solucionarlo en su lugar.  

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30/05/2014, 00:06
Suro

Suro eluduió la presentación, ya no eran necesarias sus palabras. Mientras los demás hablaban él se concentró en examinar el lugar en el que estaban. Entradas, salidas, túneles hacia arriba o abajo... Quería tener bien clara la situación de todo para cuando las palabras se terminasen.

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30/05/2014, 20:36
Elynea

«Maravilloso» gimió Elynea para sus adentros «Otro ariete con forma de mujer»

Tenía un mal presentimiento y aquella vez no era cosa de ninguna profecía de Azura. Pero la idea de que aquella tipa se hubiese presentado justo después de machacar unos cuantos cráneos no era de lo más alentadora. No por ella, ella era una thane y tenía el permiso del jarl para... existir. Sino por el pobre Aerin, que debía de estar a punto de hacérselo encima, si no se lo había hecho ya.

Un cordero rodeado de lobos.

Aun así, por mucho permiso que tuviera para existir por parte del jarl, no albergaba la menor intención de tensar las cosas. Si podían pasar sin que aquellos patanes se enterasen de que era una sacerdotisa de Azura, mejor. Había conocido piedras mucho más razonables que otros Vigilantes que se había cruzado y no estaba de humor como para soportar lo pesados que podían llegar a ponerse.

Como Volshyene y Khaled habían resumido bastante bien una respuesta y habían tenido la sabia idea de centrarse en el asunto de limpiar aquello, no añadió nada. Simplemente cambió el peso del cuerpo de pierna y asintió cuando Khaled preguntó por la situación añadiendo:

—Sí, cierto. Wilhelm mencionó que podría haber clannfear y scamps. 

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30/05/2014, 21:15
Carcette

Carcette no respondió inmediatamente. Inspiró fuertemente por la nariz y se volvió a enjugar el sudor de la frente. Trabó su mirada en la de Elynea, y contestó a ella primero.

—Sí. Esperamos daedra allí abajo. De todas las abominaciones que amenazan a hombres y mer, son los daedra los más peligrosos. Porque nos toman a los mortales como juguetes. Y no importa si un juguete se rompe, sangra o muere, ¿verdad? Un juguete es sólo un juguete.

Apoyó el peso del cuerpo en el mango de la almádena y amplió la mirada al resto del grupo.

—Agradezco vuestra oferta con sinceridad, thanes. Pero salvo que vuestra misión oficial tenga que ver expresamente con esta mina, os agradecería que os mantuviérais al margen. Estamos acostumbrados a luchar juntos. Sin ánimo de ofender prefiero la disciplina de un soldado que el poder de un aventurero.

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30/05/2014, 23:39
Karin

Karin tenía que contenerse para no dar saltitos (que hubieran supuesto una mirada fulminante por parte de Elynea). ¡Habían conocido a un Maestro de la Voz y ahora estaban dentro de una cueva con un escuadrón de Vigilantes de Stendarr cazando bandidos y daedra! ¡Y ni siquiera era su cumpleaños! Casi se había olvidado de Helgen, de Ulfric, de Vignar y de...

Justo a tiempo. Frío en las entrañas.

Aún así mantuvo el entusiasmo. Sabía que aún emocionada no sería la peor del grupo en cuanto a comportamiento, pero intentó contenerse para que no se viera que estaba deseando, deseando, deseandísimo protagonizar aquella canción tan legendaria. Sería la envidia de Soledad.

Agradezco vuestra oferta con sinceridad, thanes. Pero salvo que vuestra misión oficial tenga que ver expresamente con esta mina, os agradecería que os mantuviérais al margen. Estamos acostumbrados a luchar juntos. Sin ánimo de ofender prefiero la disciplina de un soldado que el poder de un aventurero.

- No ofendes, pero si ya tienes disciplina, ¿Por qué no añadirle poder? Necesitamos usar esta mina como escala hacia nuestro destino, creo que eso entra en los parámetros de "tener que ver expresamente con esta mina", ¿No? - dijo todo aquello esforzándose al máximo por no sonar pedante, paternalista ni hiriente. Usó su tono más diplomático y zalamero