Partida Rol por web

Quinto turno

Con los akaviri dirigiéndose a por vosotros, no había opción posible, la lucha era inevitable. Y Sienna, esgrimiendo su arco, disparó contra el primero de ellos que se puso a tiro incrustando una flecha en el hombro. Casi a la vez que la sacerdotisa, Eldrid lanzó su mortal danza y, si bien no acertó con Silencio, su espada Canción rajó profusamente la carne de otro de los akaviri dejando una herida abierta grave.

Jokull, el lugarteniente del argoniano, avanzó entre las líneas akaviri con seguridad con la mirada fija en Bjorn y una sonrisa torva en los labios. Mientras esto sucedía, el guardia rojo Kamal se revolvió contra otro de los akaviri, pero si el hábil batidor disparó con maestría, su saeta no encontró blanco. Más fortuna tuvo Seretide que invocó sus poderes mágicos con los akaviri que os cercaban, y uno de ellos cayó derrumbando sumido en un profundo sueño contra el suelo.

Inducido por el odio y la venganza, Viggo también usó su arco, pero apuntó contra el vil mago argoniano Tee-Lei logrando que una de sus saetas se clavara rasgara las escamas de este hiriéndole visiblemente. Pero ahora respondió Tee-Lei, con malevolencia miró al explorador que lo había disparado e invocó un conjuro que se cristalizó alrededor del nórdico. El aire alrededor de Viggo se llenó de pequeñas dagas voladoras que giraban sobre si mismas llenando de cortes al explorador. Afortunadamente para el explorador, fue un daño superficial, pero si seguía atrapado dentro de esa nube de dagas podía verse despedazado por ellas.

Lo que era el nervioso guardia rojo Farasad se había vuelto un serio adversario, manejó su espada con una habilidad sorprendente para ser un diplomático y rajó el estómago de su rival con gravedad dejándolo con un pie en la tumba. El cuervo familiar de Seretide, Malpas, sobrevolaba la zona y ascendió a los cielos para contemplar el campo de batalla. Algo lo espantó, pues no quiso atravesar los muros de Alto Hrothgar, ¿qué era lo que había visto o sentido?

Los akaviri reaccionaron, pero la debilidad causada por el Grito de Arngeir pesaba sobre ellos, sus movimientos eran pesados y torpes, por lo que apenas lograron nada contra vosotros. Uno de ellos hirió de gravedad a uno de los nórdicos que combatía junto a vosotros, pero a pesar de que los que habíais ido a combatir cuerpo a cuerpo os las veíais con dos de ellos, aun gozabais de ventaja. Tan debilitados estaban que uno de ellos, el gravemente herido por Farasad, resbaló fruto de la herida y la debilidad, momento en el cual el guardia rojo aprovechó para empujar al akaviri que perdió el equilibrio y cayó pendiente abajo. Dos akaviri se habían quedado retrasados, protegiendo a Tee-Lei de cualquier intento peregrino de llegar hasta él.

El turno llegó a Trik que usó su magia con el mismo hechizo que Seretide, este brotó de sus manos con menos potencia, pero encontró a un debilitado akaviri ya herido que cayó profundamente dormido por el conjuro. Aquel que acababa de herir Eldrid haciendo que la nórdica pudiera enfrentar al otro rival que tenía encima. De esa guisa reaccionó Arnvid que, perplejo al encontrarse con su hija, apenas tuvo tiempo para abrazarla.

—¡Eldrid! ¿Qué cojones haces aquí? ¡Viva! ¡Esto es el maldito fin del mundo! —soltó un potente tajo en diagonal sajando a otro akaviri como quien cortaba pan —. ¡Por los Divinos, hija! ¿¡Vuelves de la muerte y te metes en estos líos!?

Tavase también usó su arco, el guardia rojo apuntó al mago argoniano acertando también con puntería. Otro corte de gravedad que hacia saltar las escamas de Tee-Lei provocando que sangrara. La habilidad del mago evitó que su hechizo recién invocado no se disipara, lo que amenazaba a Viggo que se encontraba dentro de su efecto. Aster caviló usar un conjuro, pero al verse pronto envuelto en la escaramuza cambió de opción e invocó unas enredaderas que florecieron en la zona de Tee-Lei y los dos akaviri inmovilizándolos en su posición, el druida avanzó para el combate con la cimitarra presta.

En esta ocasión, Bjorn pareció haberse reconciliado con su habilidad perdida, encarado a dos akaviri soltó un corte alto que logró abrirse paso a través de las defensas de uno de los rivales que tenía encima. El orsimer Garrosh aulló entre eufórico y furioso al escuchar a Viggo.

—¡VENGANZA! ¡TE VOY A DESTRIPAR, LAGARTO! —la voz del orco retumbó por el combate, tanto como el descomunal corte de su gran hacha que dejó casi muerto a uno de los akaviri que tenía encima.

Einar no tuvo suerte de cara a sus adversarios, aunque contuvo a sus rivales con habilidad marcial, no logró encontrar el hueco para asestar un golpe, ni siquiera cuando aprovechó uno de los ataques recibidos para contraatacar. Tendría que sostener el combate un poco más.

Quinto turno

La visión del malicioso argoniano Tee-Lei, encendió el odio en la mirada de la dunmer. Argonianos... Aquellos seres repugnantes que habían aprovechado la debilidad de los dunmer en el peor momento de su historia. Esas sabandijas despreciables... Invocó la energía arcana con palabras ominosas, en medio de aquel improvisado campo de batalla. 

Mes de Helada, Alto Hrothgar - Exteriores

Bjorn había logrado golpear a uno de sus enemigos, y sabía que la herida era grave. Pero no podía permitirse el lujo de contentarse con aquello. Algo malvado se estaba fraguando en el interior del Monasterio y él no iba a poder llegar a tiempo de impedirlo.

Pero confiaba en que Tavase le hubiera hecho caso y se estuviera escurriendo por algún lugar donde los akaviri no se percataran de sus movimientos. Para ello, sólo podía ayudar llamando toda la atención posible sobre sí mismo y sobre aquel grupo que se había reunido allí.

Lanzó un nuevo grito de guerra mientras golpeaba de nuevo y procuraba abrirse paso hasta su antiguo compañero de armas. Jokull debía caer por su espada, y no de otro modo.

Mes de Helada, Alto Hrothgar - Exteriores

-Al brujo, Kamal- grito a mi camarada en nuestra propia lengua, de esa forma podría detectar mejor mi mensaje entre aquella sinfonía de magia y acero.

La diosa del viento favorable había ayudado a mi tiro, golpeando al infeliz argoniano y haciéndolo estremecerse. El diplimático de nuestra misión estaba demasiado expuesto y, aunque hacía una demostración práctica de como se debe comportar un guerrero (cosa que avergonzó y enorgulleció a Tavase en partes iguales), debían protegerlo.

Tensó una vez más su arco.

Me muevo muy poco, para conseguir ángul, y ataco al Akaviri que pelea contra Farasad.

Si el diplomático se ha liberado de oponentes el ataque va para (en orden de importancia):

• Tee-Lei.
• Jokull.
• posible Akaviri que ponga en peligro a Kamal.
• posible Akaviri que ponga en peligro a Sienna.
• posible Akaviri que ponga en peligro a Arnvid.
• posible Akaviri que ponga en peligro a Bjorn (no es de malo, pero no somos aun tan amigos xD).
• posible Akaviri que ponga en peligro a uno de los nórdicos.

Luego me acerco al embajador lo más que pueda sin tranzarme en melee ¿Cuantos Akaviri nos separan?

Mes de Helada, Alto Hrothgar - Exteriores

Una sonrisa de satisfacción se dibujo en el rostro del cazador al ver como su flecha había dado en el blanco y levanta ligeramente su puño en gesto de celebración, sin embargo era consciente de que su acción tendría una consecuencia instantánea, quizá afortunada para su aliados no tanto para el.

La maléfica mirada del argoniano presagiaba el advenimiento de uno de sus encantamientos y antes de poder hacer nada Viggo se encontró rodeado por una finas dagas de formas espectrales pero de buen filo, como una especie de torbellino las armas rasgaban la piel y las ropas del cazador que cubría sus partes mas vulnerables en la medida de lo posible, para su suerte la armadura que portaba recibió la mayor parte del daño y muy en su interior celebro que lo lanzara uno de sus mortíferos rayos, desafiante el hijo de cause boscoso mira de nuevo al mago que en esos instantes recibía un segundo impacto, no seria de extrañar que existiese mas de uno en este grupo que le quisiera arrancar el corazón, pero el muy maldito se resistía a caer.

Las hojas mágicas comienzan a moverse de nuevo con inusitada velocidad y en un acto reflejo el joven nordico salta fuera del torbellino mientras protege el arco, da un rollo en el suelo y aun postrado de rodillas extiende su brazo con una flecha que apunta a su enemigo jurado y esperando que esa flecha inclinara la balanza a favor de los buenos guerreros que marchaban a su lado o dieran muerte al causante de tantas tragedias.

el explorador sale corriendo de la nube de dagas buscando zafarse del doloroso encantamiento, trata de dar un bote para tratar de proteger su rostro y mano de la peor parte de los cortes. como puede se incorpora al instante y apunta tan rapido como puede a su adversario, tensa el arco vigorosamente y sin ninguna espera deja que la flecha busque el blanco.

Nada más ver que su enemigo caía como lo habían hecho los anteriores con el hechizo de Trik, se giró hacia el otro que trataba de atacarla sin mucho esfuerzo, dejando que una media sonrisa asomase en sus labios

¡JA! ¡Volver de la muerte dice! ¡Mira quien fue a hablar! Le grito mientras lanzaba un nuevo ataque ¡Y yo pensando que habíais sido vosotros los que ya estabais disfrutando de la vida en Sovngarde!  

Mientras respondia a las palabras de sorpresa, no tardo en lanzar nuevas estocadas contra el siguiente adversario, una primera en diagonal y una segunda en horizontal sobre el abdomen del akaviri.

Mes de Helada. Alto Hrotghar-exteriores

Los focos de combate se habían formado tan rápidamente que tuvo que rectificar su plan inicial, de otra manera habría corrido el peligro de herir a sus compañeros y no se podían permitir una imprudencia así. Así que ante el grito de advertencia de Viggo, que le llego como una revelación, decidió retrasar todo lo que pudiera al argoniano. Sin esfuerzo alguno alzo las enredaderas, que tanto habían gustado a Eldrid, de manera que rodearan al mago y sus dos guardias. Ignoraba lo que podría durar semejante treta con aquel ser, pero todo aquello que les proporcionara tiempo para acabar con sus enemigos sería de agradecer.

Sin más se dispuso al combate, con su cimitarra arremetió contra el primer enemigo que se cruzo en su camino.

Mes de Helada, Alto Hrothgar - Exteriores

Habian llegado refuerzos!

No sabia de donde o porque, ni siquiera si estaban a nuestro favor, pero lo mas importante es que estaban atacando a los largartos que nos habian aprisionado dentro de la fortaleza. La muerte del último barba gris aun debia ser procesada aunque no era el lugar ni el momento mi sed de lucha iba implicita en cada flecha que lanzaba.

Ahora que no estabamos solos teniamos una oportunidad y por ello me acerque mas para no fallar las flechas. Dejaria mis hechizos para el final si tenia oportunidad.

Gracias Señora por vuestra ayuda!!!

Mes de Helada. Alto Hrotghar-exteriores

Mi ataque falló y, enojado, lancé un segundo ataque con la intención de cortar a uno de esos malditos enemigos viperinos, pero no fui capaz de cortar nada más que aire. La agitación es molesta y veo que es mucho el caos a mi alrededor. Consigo reaccionar a un ataque fallido por parte de un enemigo, que esquivo y lanzo un contraataque, pero no soy capaz de impactar.

La frustración me llena, pero recuerdo que la victoria está en la precisión de la técnica y no en la ira bruta, por lo que me calmo para continuar con un combate que no ha hecho más que empezar.

Sexto turno

La penumbra reinante en pleno mediodía parecía amenazar con engullir completamente toda luz que resistía dramáticamente en el paisaje. Pero el combate seguía y se recrudecía.

Sienna preparó su arco para disparar de nuevo, pero la mala fortuna hizo que la cuerda de su arco se rompiera inutilizando su arco. En esta ocasión Eldrid no pudo superar la armadura del akaviri, sus espadas cortas se encontraron con el metal de su rival solo marcando la chapa. En un acto de inaudita violencia, Jokull apartó al akaviri herido por Bjorn de un traicionero tajo horizontal que partió por la mitad a su aliado.

—¡Nadie me robará el placer de llevarte al olvido, Bjorn! —rugió el caballero de Akatosh corrupto, a continuación golpeó con violencia a su antiguo hermano causándole una herida de gravedad.

Siguiendo la señal de Tavase, Kamal apuntó al mago argoniano con el arco y le acertó de lleno. En esta ocasión, el proyectil se incrustó en el hombro de Tee-Lei que soltó un gruñido de dolor. Aquel golpe desconcentró al argoniano haciendo que el hechizo de dagas voladoras que dañaba a Viggo se disipara afortunadamente para el nórdico. Seretide intentó contribuir al daño masivo sobre el argoniano, pero su rayo mágico erró el objetivo quemando las las puertas del monasterio. Viggo, que ya había reaccionado para escapar de las heridas del hechizo, pudo evitarse nuevos cortes, pero la presión de la situación hizo que su disparo con el arco no encontrara el objetivo clavándose en la madera de la puerta.

Furioso con lo que estaba sucediendo, Tee-Lei alzó las manos invocando poder mágico.

—¡Infelices! ¡El Olvido y el Vacío vienen a reclamar lo que jamás debió haber sido! ¡Vuestras almas alimentarán el ritual!

Una poderosa ventisca mágica prendió en los cielos, y de ella empezaron a caer cascotes de piedra y hielo en una letal lluvia que amenazó toda la escaramuza. El conjuro se demostró letal, Bjorn y Eldrid fueron alcanzados dramáticamente por los cascotes mágicos dejándolos en el suelo heridos de gravedad, a Einar y a Viggor también les alcanzaron, pero ambos nórdicos aguantaron el daño con una mezcla de potencia física nórdica y reflejos. Mas el daño recibido por vuestros enemigos también fue salvaje, Jokull apenas fue impactado también por la lluvia de piedra y hielo pero no pareció inmutarse, pero los akaviri recibieron la peor parte. Más de la mitad de ellos fueron aplastados por la magia de Tee-Lei, que reía histérico como el maníaco que se había revelado, no parecía importarle la vida de sus hombres. Cuando la lluvia cesó el paisaje se convirtió en un erial de rocas de hielo que dificultaban el avance.

—¡Jokull! ¡Retroceded al gran salón! ¡Proteged el ritual!—ordenó Tee-Lei a su lugarteniente corrupto y al resto de los akaviri vivos.

Pero aun quedaron algunos de los vuestros ilesos. Farasad abandonó la lucha para asistir a los heridos, teniendo más cerca a Eldrid, se volcó sobre ella tratando de estabilizar a la maltrecha nórdica, afortunadamente para ella el diplomático guardia rojo tenía nociones de medicina y logró estabilizarla. Malpas apenas lograba mantenerse en el aire en medio de la ventisca mágica invocada por Tee-Lei, por fortuna para el familiar de Seretide, ningún cascote mágico le alcanzó. Inspirados por la diezmada línea akaviri, los nórdicos que combatían bravos juntos a vosotros trataron de dar buena cuenta de los restos enemigos lanzándose contra ellos. Ambos abatieron a dos de los maltrechos akaviri reduciendo aun más sus filas.

Cuando llegó el movimiento de los akaviri apenas quedaban cuatro en pie, obedecieron la orden del mago y empezaron la retirada de forma ordenada, pero el terreno era complicado por las rocas que poblaban ahora la zona. Incluso en esa abrumadora inferioridad numérica y las bajas sufridas por su propio aliado, los akaviri se mostraron fríos e implacables, empezabais a pensar que había mucho más que meros guerreros implacables en ellos. Su moral parecía estar intacta.

Un sorprendido Trik dudó en qué hacer, buscó cubierto por la lluvia hielo que cayó sobre vosotros y se acercó a la posición de Bjorn para tratar de estabilizar al paladín ignorando la cercana amenaza de Jokull. Pero los nervios traicionaron al joven mago que no logró detener la hemorragia que estaba sufriendo su aliado. Arnvid soltó un dramático grito al ver a su hija caer, ignoró a los akaviri que huían y llegó hasta ella el campo de hielo acostumbrado a esa clase de terreno.

—¡Eldrid! ¡Niña! No te perdí una vez para volverte a hacerlo —el nórdico se arrodilló junto a su hija, preocupado, dejando hacer a Farasad.

Tavase había logrado sortear la caída de piedras heladas con efectividad, y antes de que Tee-Lei entrara en Alto Hrothgar logró incrustar otra flecha en el cuerpo escamoso del argoniano. A su vez Aster se había visto envuelto en medio de la trifulca, afortunadamente ningún cascote había caído sobre su posición, pero logró cazar a uno de los akaviri en retirada acabando con él que apenas se sostenía en pie. Bjorn permanecía inconsciente, aguantando en el filo de la vida y la muerte. De esa guisa la salvaje reacción de un Garrosh furioso llegó, mirando iracundo a Tee-Lei.

—¡NO HUYAS, LAGARTO COBARDE! —bramó el orsimer mientra avanzaba hacia la entrada del monasterio partiendo por la mitad a otro akaviri en retirada.

Junto al orco avanzó Einar que también acabó con la vida de otro akaviri, la situación parecía haber mejorado ostensiblemente para los aventureros, pero tanto el argoniano Tee-Lei como el caballero Jokull seguían en pie. La batalla distaba de estar acabada.

No conozco las reglas de Dungeons 5ª... Si debo tirar para estabilizarme o algo avísame por favor.

Gracias.

Mes de Helada. Alto Hrotghar-exteriores

Era un pandemonium.

Mi arco se habia roto, mi pecho sangraba y El lagarto mayor nos insultaba lanzando toda su furia que arrastraba a sus propios compañeros. Cuando finalmente se habia calmado el aire todo era un caos. Rocas y escombros, muchos heridos y todos desperdigados, si antes no estabamos organizados ahora estabamos peor, pero de alguna manera presenti que todos sabiamos que haces. 

Los lagartos hablaban de un ritual y despues de haber presenciado la maldad en el valle no podia suponer que eso fuese algo  bueno, ademas hacia tiempo que no veia a mi compañera pelirroja y solo esperaba, por los Dioses, que estuviese bien. 

Al levarme vi que la joven de los refuerzos ya era atendida pero Bjorn mostraba gravedad en sus heridas. No lo pense. Sali corriendo entre los escombros para arrodillarme a su lado con todo el esfuerzo que eso significaba para mi ya que tambien estaba algo maltrecha.

- Saldras de este grandulon! Le dije al semi inconciente guerrero.

Pose mis manos sobre el hombre para con mi magia poder sanarle mientras invocaba entre mis frases a mi Señora Dibella.