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15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Einar empezó a cargar contra la bruja Keira, con habilidad sorprendente evitó la complicada ascensión por el menhir volcado. Justo en ese momento se escuchó un chasquido desagradable de debajo del dolmen, todo iba sucediendo muy deprisa, había que tomar decisiones deprisa..

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

- No creo que ese ruido preceda algo agradable.-dijo, mientras entornaba los ojos y notaba cómo el calor de la magia ascendía por su cayado, iluminándose la rosa de rubí de su punta, para que acto seguido un chasquido luminoso atravesase el aire en forma de rayo, dirigiéndose hacia la figura de la bruja cuervo- Eso debe doler...-dijo, con una media sonrisa.  

- Que bien, problemas adicionales, farfullo mientras desenvainaba y se preparaba para atacar a lo que fuera que produjera aquel ruido. Como si no tuviésemos suficiente con la de allí arriba.

- Para cuando salgan -

No quiso dejarles ocasión de hacer mucho y en vistas de que algunos ya se iban a encargar de la bruja, prefirió ayudar a que el camino estuviera lo mas despejado posible. Si las bolas de fuego de Seretide eran tan dañinas como parecían a simple vista, tal vez podrían acabar con aquello bastante rápido.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Al veterano sacerdote de Talos le cogió por sorpresa el ataque de Einar, afortunadamente era alguien curtido y pudo reaccionar con premura. No sin antes soltar una sonora maldición.

¡Joder con la juventud! espetó mientras esgrimía su hacha, a continuación elevó una profunda plegaría. ¡Talos ayúdanos en esta batalla! ¡Victoria! Otorga su favor a los valientes.

El medallón del clérigo empezó a brillar, se desencadenó la plegaria. Un brillo ambarino muy sutil acompañó en ese momento a Einar, Eldrid y al propio Vikar.

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La bruja graznó de forma inhumana cuando la rápida reacción de Seretide acabó con un rayo sobre su cuerpo, el olor a carne humeante surgió entonces, pero la mirada maligna de Keira simplemente prendió. 

¡CRAAAAAAA! chilló moviendo las manos ante el inminente ataque de Einar, invocó palabras antiguas y una sola mirada fue suficiente. El cuerpo del legionario dejó de responder, quedó paralizado en pleno ataque para sorpresa del mismo. Afortunadamente para Einar la caída resultante de su ataque terminó por estamparle contra el menhir que estaba usando para ascender y no cayó abajo, no era una gran caída, pero por los sonidos desagradables que venían de allí seguramente no iba a ser agradable.

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La exploradora pelirroja, preparó una flecha en su arco y disparó a la bruja. Pero desafortunadamente la saeta se perdió entre los árboles sin encontrar su objetivo.

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Aster desenfundó su cimitarra y se dispuso a avanzar por el menhir tras Einar, listo para responder a las criaturas que parecía que iban a emerger de debajo de este.

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Los chasquidos de las cosas que moraban en la parte inferior del dolmen se revelaron como unos cuatro ciempiés gigantes, estos asquerosos insectos surgieron de debajo del menhir que daba acceso a la parte superior del monumento megalítico. Dos de ellos aparecieron por los laterales de la pasarela de piedra, rodeando a Einar, otro más salió al encuentro de Aster y otro más justo al principio.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Que bien, problemas adicionales farfullo mientras desenvainaba y se preparaba para atacar a lo que fuera que produjera aquel ruido. Como si no tuviésemos suficiente con la de allí arriba.

Para cuando salgan.

No quiso dejarles ocasión de hacer mucho y en vistas de que algunos ya se iban a encargar de la bruja, prefirió ayudar a que el camino estuviera lo mas despejado posible. Si los rayos mágicos de Seretide eran tan dañinos como parecían a simple vista, tal vez podrían acabar con aquello bastante rápido.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

El insecto gigante que apareció al principio del menhir se encontró con Eldrid esperándolo con su espada presta, fue un ataque preciso que abrió la piel quitinosa del ciempiés, la criatura chasqueó desagradable, pero seguía en pie a pesar de la profunda herida recibida.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Mi carga fue más lenta de lo esperado, pero conseguí no tropezar al subir al mehnir sobre el que está la bruja. Lamentablemente, un hechizo de la bruja traicionera me da y no consigo resistirme a su efecto, por lo que siento que todos mis músculos se endurecen y no soy capaz de moverme para nada.

"¡Hija de puta! ¡Maldito truco que usó y que no fui capaz de resistir! Debo estar falto de práctica."

Sin poder hacer nada para evitarlo, caigo de frente, casi rebotando en el suelo, por no poder siquiera poner mis manos para amortiguar el golpe. Desde el suelo, y sin ninguna otra cosa que poder hacer, intento concentrarme en mi cuerpo, para poder moverme otra vez y atacar a esta bruja de mierda a la que debemos mandar al infierno.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Desde el suelo, intento volver a sentir mis miembros pues los sonidos que escucho me indican que las cosas se están poniendo feas. No es momento de detenerse, no es momento de dudar: Es tiempo de la acción y de derramar sangre.

Mi cuerpo comienza a reaccionar de a poco. Siento como mis dedos se desentumen y aferran con más fuerza mi hacha. Mis piernas comienzan a moverse a medida que mi voluntad se impone ante la magia.

"Por fin, ya era hora. No puedo quedarme aquí tirado mientras el resto lucha. ¡Es una vergüenza!"

Sé que estoy listo, sé que es hora de luchar y estoy ansioso por ello. Es hora de la revancha.

Resolución segundo turno

El combate proseguía, Seretide, confiada en el impacto inicial de su deflagración mágica volvió a lanzar su rayo contra la bruja. Pero en esta ocasión erró el lanzamiento, que se perdió en algún punto de la techumbre verde. La dunmer se acercó a Eldrid para apoyarla.

Por su lado Aster esgrimió su cimitarra para enfrentarse a uno de los ciempiés que le había salido al encuentro. El bretón lanzó un corte logrando atravesar la piel del insecto gigante, si bien empezó a manar un fétido icor de la herida no parecía una herida considerable.

Tras la bendición invocada por Vikar, el sacerdote desenfundó una de sus hachas de mano al ver la incapacidad de avanzar por el transitado menhir. Al vehemente grito de un "Cómete esto, zorra" lanzó la hacha, y parece que funcionó por que acertó de pleno a la bruja que soltó un graznido de dolor.

Keira, furiosa por el ataque recibido, se encaró hacia el sacerdote de Talos y movió las manos en círculo. De sus manos empezaron a manar chispas, de un gesto contundente dirigió la mano hacia Vikar. Un impresionante rayo eléctrico que atravesó el claro directo hacia Vikar, afortunadamente para el anciano, este reaccionó deprisa evitando el impacto directo. No perdió la oportunidad de mofarse de nuevo, algo sobre el ser lenta, fea e hija de puta.

De nuevo Hati intentaba acertar a la bruja, pero probablemente el relámpago lanzado contra Vikar la desconcentró y su saeta se perdió una vez más entre los árboles.

Con el turno de los aberrantes ciempiés gigantes, estos reaccionaron como un enjambre. El insecto al que había herido Eldrid se revolvió contra la nórdico, pero la agilidad de la joven hizo que sorteara las pinzas de la criaturas. Menor suerte tuvo Aster pues el ciempiés al que había herido logró morderle con sus mandíbulas en represalia a su ataque. Desafortunadamente para Einar los dos ciempiés que le tenían rodeado se lanzaron contra él mientras aun estaba en el suelo, ambos picaron al legionario causándole heridas de consideración.

Tras esquivar el ataque del ciempiés, Eldrid respondió con un tajo doble de sus espadas. Aprovechando la inercia de su esquiva logró colocarse sobre el insecto, si bien el primer golpe falló por milímetros, el segundo logró incrustar la hoja de su espada en el cráneo del insecto que, tras unos segundos de angustiosos estertores, quedó inmóvil.

No todo era malo para Einar, pues logró recomponerse del hechizo paralizante lanzado por la bruja. Sintió el dolor de las picaduras de los ciempiés, pero logró ponerse en pie furioso por la situación. De un movimiento de su gran hacha logró acertar a uno de ellos proporcionándole una severa herida de la que empezó a sangrar el icor fétido que tenían por sangre.

- Creo que empieza a gustarme oírla cacarear.-dijo, con malicia, mirando hacia Vikar con aprobación, tras lo cual volvía a invocar aquella magia vibrante a través de su cayado. 

Resolución tercer turno

En esta ocasión, el nuevo rayo mágico de Seretide sí encontró el camino directo a la bruja, la dunmer dijo con malicia "Creo que empieza a gustarme oírla cacarear" mientras miraba a Vikar con un asentimiento. El olor a carne quemada impregnaba el claro, pero la bruja no parecía verse impedida mientras graznaba rabiosa.

Tras recibir la mordedura de uno de los ciempiés, Aster trató de responder con un nuevo corte de su cimitarra. Desafortunadamente para el bretón esta nueva intentona cayó en saco roto, pues no su golpe terminó frenado en la piel quitinosa sin ningún efecto.

Con la armadura humeante por el impacto del relámpago de la bruja, Vikar esgrimió su segunda hacha de mano, apuntó a la bruja y lanzó de nuevo el arma. En esta ocasión terminó por impactar en la base del dolmen sin efecto. La maldición del sacerdote de Talos fue muy sonora, casi tanto como la risa burlona de la bruja al ver que había fallado.

Con la túnica y pile humeante por el segundo impacto de Seretide, Keira fijó su atención en la dunmer. Chilló algo sobre que acabaría con ella, empezó a mover las manos en al aire conjurando un nuevo hechizo. En esta ocasión no salieron chispas de los dedos de la bruja, sino que prendieron unas volutas de energía que se acumularon en las puntas de los dedos. Apuntó con la mano, de ella salieron cuatro dardos mágicos de color añil que atravesaron la escena chocando irremediablemente sobre Seretide. La dunmer sufrió un dolor atroz en el cuerpo, pero logró resistir en pie.

En esta ocasión Hati encontró el blanco en el cuerpo de la bruja, un certero proyectil de la exploradora rozó el rostro de la córvida mujer haciendo que manara sangre profusamente del rostro. Un nuevo chillo de dolor, un nuevo graznido, pero Keira no parecía amedrentarse.

Con unos de los ciempiés gigantes muertos la cosa parecía volverse algo más fácil, pero los insectos no parecían lamentar la pérdida de uno de sus compañeros. Aquel que había herido Aster contraatacó, fue un mordisco violento que le inyectó el veneno que traía consigo el insecto, este se propagó por el organismo del bretón haciendo que cayera fulminado al suelo. Einar seguía rodeado por los ciempiés, aunque ya esgrimía su poderosa hacha a dos manos y no estaba indefenso, el insecto al que había golpeado de forma brutal no logró zafarse del hacha del legionario sin poderle morder, pero el segundo ciempiés aprovechó que flanqueaba al nórdico para propinarle otro doloroso mordisco.

Eldrid, tras ver caer a Aster, reaccionó rauda y con la ayuda de la bendición de Talos logró acertar una nueva estocada al ciempiés que, gravemente herido, parecía ya estar al borde de la muerte por todo el icor que había perdido.

Finalmente Einar pudo descargar toda su furia sobre uno de los molestos insectos, su brutal golpe partió el caparazón de la criatura dándole una brutal muerte en el acto.

Seretide gritó, notando los golpes lacerantes de los proyectiles mágicos. Tosiendo, y agarrándose a su cayado con rabia, éste volvía a iluminarse una vez más, convocando un rayo que, de nuevo, atravesaba a Keira- Cuando termine de freírte me comeré tu carne.-amenazó.