Partida Rol por web

Resolución cuarto turno

Con el combate encarnizándose, Seretide tosió por las heridas recibidas, afortunadamente el hechizo de protección que se había lanzado absorbió la mayor parte del daño. La dunmer gritó amenazadora "Cuando termine de freírte me comeré tu carne" e invocó un nuevo rayo que impactó contra la bruja.

Al ver a Aster inconsciente en el suelo, Vikar reaccionó raudo se acercó al bretón e invocó los poderes de Talos, también dijo algo acerca de "no te vas a morir ahora, hijo de perra" mientras de sus manos manó una luz nívea que llenó de calor el cuerpo del caído varón.

Con una risa diabólica, Keira contemplaba triunfal al caído Aster. Dio un paso atrás e invocó un nuevo hechizo que, al terminar, la había vuelto invisible. Lo que escuchasteis a continuación eran los graznidos en forma de risa maníaca de la bruja, estos se propagaron por todo el claro de forma terrible.

Hati, al perder el objetivo de la bruja maldijo y se puso en guardia, a la espera de cualquier nueva amenaza que surgiera para poder responder a ella en el acto.

Los maltrechos insectos gigantes aun estaban dando guerra. El ciempiés que había derribado a Aster estaba muy malherido, y con Eldrid encima aun tuvo tiempo de morderla antes de su fatal desenlace. Afortunadamente para la nórdica logró resistir al veneno que inyectaba la criatura. Por otro lado, la criatura que quedaba frente a Einar trató de seguir acosando al legionario, pero sus mandíbulas chocaron con la armadura sin éxito.

Dejándose llevar por un arranque de ira al ver caer a Aster, Eldrid reaccionó como un huracán esgrimiendo sus dos espadas. Las balanceó con habilidad delante del ciempiés que acababa de picarla, y con un movimiento doble de las hojas de sus armas cercenaron por ambos lados la cabeza del ciempiés dándole muerte a la criatura.

Einar, por su parte, había recuperado fuerzas gracias a su tenacidad y lanzó de un nuevo golpe contra el ciempiés restante. Pero el ataque de la criatura la había dejado muy cerca de él, literalmente enganchada a su armadura, y el enorme arma del legionario no logró encontrar el objetivo.

Masculló una maldición por lo bajo, en un idioma extraño, para luego fijarse en el ciempiés que aún seguía vivo. Miró hacia Einar primero, con una sonrisa socarrona, y seguidamente, apuntó hacia la criatura de ícor maloliente, antes de convocar un nuevo rayo, observando con satisfacción cómo éste perforaba al insecto. 

Resolución quinto turno

Con la bruja desaparecida de la escena, solo quedaba su desagradable risa, Seretide encaró su magia a la última bestia hostil que quedaba. Invocó su magia contra el ciempiés al que se enfrentaba Einar, era un disparo complejo, pero acertó a la criatura haciendo sonara un chasquillo de dolor.

Aster seguía inconsciente, por lo que Vikar lo arrastró fuera de la escena de combate para evitar que sufriera ningún daño. Mientras el sacerdote se volcaba sobre él dispuesto a lanzar otro hechizo, e impuso las manos sobre el cuerpo del bretón.

Hati siguió lista con el arco, ella no se arriesgó a disparar sobre el ciempiés, prefería estar atenta a cualquier nueva aparición de la bruja, pero esta no lo hacía.

El último ciempiés gigante que quedaba lanzó otra intentona por morder a Einar, su piel quitinosa humeaba por la magia de la dunmer, pero el insecto aun estaba vivo. El muy cabrito iba morir dando guerra, pues lanzó un nuevo y doloroso mordisco en el muslo del legionario que por poco llegó a perforarle la femoral. Afortunadamente para él no terminó de encajar las mandíbulas.

Eldrid, tras despachar a otro ciempiés, avanzó en apoyo de Einar lanzando un par de estocadas a la criatura. Sus armas acertaron de pleno, el ciempiés empezó a chillar desquiciado ofreciendo un blanco pleno para la hacha del legionario que lo acertó de lleno partiendo al insecto en dos.

La bruja no parecía que volviera a aparecer, pero su risa se fue perdiendo en las entrañas del bosque hasta que solo quedó un coro de cuervos.

Mientras empezabas a recobrar el conocimiento por las atenciones de Vikar, pudiste escuchar un susurro junto a ti que no sabrías si era fruto del delirio o del dolor.

Ella siempre será nuestra..

Luego solo quedó el eco de las risas córvidas de Keira y el resto de los cuervos afincados en las copas de los árboles.

Una vez el ciempiés que aún quedaba en pie acabó por perecer, Seretide miró alrededor, examinando la nueva situación, antes de encaminar sus pasos hacia el dolmen caído, para ascender por él- Ya que estamos aquí... Deberíamos mirar qué hay ahí arriba, ¿no? -dijo, examinando con la mirada las heridas de sus acompañantes, observando a Vikar y a Aster, con cierta preocupación- Quizá encontremos algo de su hija, quizá podamos darle paz a sus restos. Conozco a un sacerdore de Arkay que nos podría echar una mano si los encontramos. -comentó, procediendo a ascender para observar la parte superior del escenario. 

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Mi hacha termina de partir al último cienpiés, pero la bruja ya no está. Su intención debe haber sido causar daño pero supo que no podría derrotarnos a todos. La ira no se disipa pues sé que sigue por ahí, causando dolor en las personas con sus actos viles y, hasta el momento, impunes.

Pateo al insecto muerto de pura frustración, antes de relajar mi postura. Miro a mi alrededor, no perdiendo aún del todo la esperanza de ver a la bruja intentando huir o esconderse, brindándonos así la oportunidad de hacer justicia como debemos.

Miro al grupo y veo que Aster está siendo atendido por Vikar. Eldrid está a mi lado, por lo que me acerco a ella a ver como está:

 - "¿Estás bien?"

Ha sido una buena batalla, pero el hecho de que la bruja huyese me deja un muy mal sabor en la boca. La sensación de haber fallado comienza a llenar de a poco mis pensamientos y rápidamente me decepciono. Intento no pensar en ello y comienzo a buscar como lo hace Seretide a ver si encontramos algo de utilidad o de alguna clase de valor, sobre todo emocional.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

Con los bichos despachados y la bruja desaparecida, la joven nórdica fue recobrando poco a poco la normalidad en su respiración. Cojeo un poco al dar un paso, bajando las espadas pero no guardándolas y siseo al sentir algo de dolor. Aun así comprobó que pudiera apoyar toda la planta del pie en el suelo y no tuviera que cargar todo el peso en la diestra. Por suerte se había quedado en un simple corte superficial que aparentaba ser más de lo que realmente era. Gruño por lo bajo al ver que iba a tener que remendar el pantalón.

- Si, contesto al legionario con un asentimiento de la cabeza es solo un corte. Terminó de hablar para luego moverse en dirección al sacerdote y el bretón ¿No está muerto verdad? Yo voy a ir con Seretide y Einar a ver que hay allí arriba. Si nos necesitáis pegarnos una voz.

No estaba muy segura de sí la bruja seguía por allí o se había largado a quien sabe dónde. O tal vez estuviera esperándoles escondida para atacarles por sorpresa.

- Sera mejor que no nos relajemos comentó mientras ascendían por el menhir caído, nada nos asegura que se haya largado.

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El claro permaneció tranquilo, mortalmente silencioso, la sensación de amenaza persistía, pero ni la bruja ni nuevos insectos gigantes os acosaron. Con la situación controlada, ascendió primero Seretide a la que se le unieron luego Einar y Eldrid, Vikar por su parte os dijo que él se ocuparía de Aster, que poco a poco estaba recobrando la conciencia por obra de la magia otorgada por Talos.

En la cima había un par de chozas de primitivas estructuras de madera, cubiertas por ramas y pieles de animales, y un improvisado altar de piedra y madera que presidía el claro. Dentro de las cabañas había distintos enseres y bisutería de valor vario, había un pequeño arcón rudimentario sobre una mesa aun más rudimentaria, pero lo que más os sorprendió y llamó la atención era otra cosa.

Sobre ese altar había una niña tumbada, la niña espectral que habías visto hasta hacia unos momentos, la hija de Aster y, aparentemente, en carne y hueso. La niña descansaba sobre un lecho de heno y hojarasca, Danna parecía respirar, pero muy débilmente.

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Si bien mientras fueron explorando el sitio se fueron encontrando algunas cosas interesantes que se fueron guardando, no era eso lo que acababa de dejarla estupefacta.

Allí en el altar, se encontraba el cuerpo de la pequeña. Y por lo que podía apreciar a primera vista, estaba viva. Ante aquella visión, quiso avanzar hacia ella, pero se detuvo a medio camino, entrecerrando los ojos y afianzando el agarre en sus espadas. Le encantaría creer que era ella en verdad, pero una vocecilla en su cabeza, le decía que no se fiase, que no sabían dónde había ido la bruja, que aquella niña que allí veían podría ser ella perfectamente, esperando el momento oportuno, para acabar con ellos.

- Seretide, tu que sabes de magia… ¿es posible hacerse pasar por otra persona con algún hechizo? Pregunto mientras retrocedía un poco y sin apartar la mirada. 

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- Sí... Sí que es posible...-dijo, acercándose a la niña, aunque manteniéndose a una distancia prudencial, observando sus débiles signos vitales- Será mejor que venga Vikar cuanto antes. No estoy segura, pero a mí me parece más plausible que se haya utilizado algún tipo de magia nigromántica sobre la cria. Aunque yo tampoco me fio... Podría ser una ilusión, o podría contener a la bruja cuervo...-añadió, acercándose al dolmen caído para elevar la voz y avisar, desde arriba, a Vikar- Necesito que subas aquí arriba, hombretón. Y si ese amigo tuyo se encuentra en condiciones también debería venir. Deprisa. 

La zona superior es examinada por Seretide, Eldrid y yo, buscando cualquier cosa que pueda hablarnos de lo que ocurrió ahí y que pueda brindarnos algún conocimiento que podamos usar contra aquella bruja. La desgraciada sigue suelta y lo que más deseo es encontrar algo que pueda darme una pista de donde irá a esconderse, para poder separar su cabeza de su cuerpo.

Encontramos unas chozas y un altar, sobre el que reposa el cuerpo de la niña, pero podemos notar que aún respira. Me acerco rápidamente a ella, mientras intento ver como tratarla y poder salvar la vida que aún parece conservar.

 - "¡Vamos pequeña, no te rindas!"

Intento seguir el ritmo de su respiración y de sus latidos, ver como está su temperatura. Tomo mi saco de dormir y lo pongo sobre la pequeña para que recupere temperatura, entre otras cosas básicas que aprendí en la Legión de como tratar personas con distintas afecciones. Solo espero que Vikar se acerque rápido para ayudar con su magia.

Aun antes de abrir los ojos la cabeza le daba vueltas y pese a los estruendosos graznidos de los cuervos, pudo oír perfectamente las palabras de la bruja.

Maldito bicho ponzoñoso – masculló mientras abría los ojos y trataba de incorporarse - ¡Gracias viejo! – le dijo Vikar mientras este le tendía la mano para levantarse, mientras trataba de evaluar los daños producidos por los ciempiés.

Un rápido vistazo le basto para comprobar que ahora no eran más inerte esparcida por el lugar.

Iba a preguntarle al sacerdote por lo que había ocurrido y donde se encontraban los demás, cuando la voz de Seretide llamo la atención de ambos. Ascendieron con presteza para encontrarse con aquellas chocas primitivas hasta llegar donde se encontraban los demás. Einar se inclinaba sobre ella para tapar su cuerpo.

¡aléjate de ella insensato! - el corazón del bretón se acelera rápidamente, atajando la distancia que lo separan del altar con largas observando el cuerpo de Danna tendido sobre el. 

Mientras Eldrid y Seretide comprobaban las chozas, y mantenían la distancia del altar mostrando desconfianza, la premura de Einar le hizo ignorar la maliciosa trampa dispuesta por la bruja. Antes de que pudiera llegar a la niña, a los pies del altar empezó a refulgir un brillo azulado revelando un escrito en el suelo, un zumbido a continuación y como repentinamente una desagradable sorpresa para el legionario. En ese momento llegaba Aster exigiendo que Einar se apartara, pero fue demasiado tarde.

Los bordes luminosos escupieron múltiples chispas eléctricas, pronto una poderosa descarga recorrió el cuerpo de Einar haciendo que la electricidad que le recorría el cuerpo casi mostrara su propio esqueleto tras la carne. No tuvo tiempo de gritar, fue fulminante y su cuerpo se ennegreció empezando a echar humor, el claro se preñó de un olor a carne quemada como lo hiciera el propio cuerpo de la bruja.

Todo esto sucedía en un instante, pues con el glifo mágico descargado Einar caía a un lado sin aparente vida. Los zarcillos eléctricos aun se arrastraban alrededor del glifo-trampa, pero finalmente solo quedó el humo.

Vikar se había levantado tras reanimar a Aster, la repentina reacción del bretón hizo que quedara sorprendido y no se resistió en expresarlo abiertamente.

Joder con el puto druida, ten cuidado y no te fuerces. exclamó poniéndose en pie, sacudiéndose y notando un sonido poco agradable en la espalda. Te digo yo, maldición, que ya no estoy para estos trotes..

El sacerdote no se apresuró en subir, solo el grito de Aster hizo que frunciera el ceño y casi al instante la deflagración eléctrica que hizo que abriera los ojos de par en par.

¿Pero qué coño..? dio un par de zancadas para subir al dolmen, vio la escena abriendo de par en par los ojos. ¡Por los huevos morados de Sanguine...! ¿Qué ha pasado? su atención se centró en el caído Einar, pero se había quedado ahí alerta por si se trataba de un ataque.

Había chasqueado la lengua con cierta frustración, al ver que ignoraba sus palabras y las de Eldrid y procedía a acercarse sin cautela, llevado por buenas intenciones pero con la misma cabezonería que llevaba demostrando durante todo el viaje. Temió momentáneamente por su seguridad, por la de su compañera, y por la de la niña que reposaba sobre el altar. Y vio que no estaba desencaminada. Había razones para aproximarse con cuidado. 

Seretide retrocedió, por puro instinto, ante la impresionante ráfaga eléctrica que al desatarse, recorrió el cuerpo de Einar, casi carbonizándolo- Por todos los divinos... -profirió, más por el hecho de pensar que podría haberle pasado a ella que por ver las profundas magulladuras del legionario. Comprobó, muy quieta, que no sucedía nada más, y con ojos sorprendidos se acercó, muy despacio y con cautela, pisando exactamente el sitio donde ya la salvaguarda había descargado su efecto, a comprobar si Einar aún respiraba. 

- Dijimos alto y claro que esto pintaba mal. Que había algo extraño. Pero él quiso acercarse. Supongo que por querer ayudar a la pequeña. -dijo, agachándose, alargando la mano para tomarle el pulso, con la calma propia de quien se había enfrentado a aquella clase de situaciones en las que alguien agonizaba más de una vez- Parece que aún está vivo. Pero no tiene buen aspecto. -añadió, negando con el rostro, para mirar hacia la pequeña y hacia Aster a continuación- Ve con cuidado. Sé que te mueres por abrazarla, por intentar ayudarla. Pero mira lo que le ha pasado a nuestro compañero.-indicó- Vikar, ¿eres capaz de comprobar que realmente se trata de la cría, y no nos encontramos ante cualquier ardid de la bruja-cuervo?-preguntó, cautelosa. 

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No hubo tiempo para detener al legionario. Podía entender que quisiera ayudar, pero no que hubiera sido tan despreocupado con el asunto. El destello de la explosión eléctrico le obligó a cerrar los ojos y a apartar la cara  a un lado usando un brazo como escudo. “Y pensar que esa podría haber sido yo…” Dió gracias a los nueve por haberse mantenido cauta, aunque no era precisamente eso lo que estaban buscando y tal vez por eso se les había pasado el buscar alguna trampa, no habían evitado aquello.

Se quedó completamente estupefacta cuando todo paso, observando como el cuerpo de Einar caía al suelo humeando. Rápidamente fue Seretide la que se acercó a ver como estaba, y sus palabras no eran muy halagüeñas.

- Hemos encontrado algunas pociones, añadió a lo dicho por la elfa, tal vez alguna pueda ayudar a que se recupere. O al menos a que no se muera. Dijo acercándose al sacerdote y enseñándole los viales dejándolos en sus manos para ponerse a inspeccionar, ahora mucho más a fondo los alrededores, con mucha cautela. Y Bretón, hablo dirigiéndose al hombre haz caso a Seretide, aun no sabemos si es ella de verdad o la bruja disfrazada o alguna otra estratagema. Que no sabemos donde se fue, el peligro no ha pasado aún.

El bretón no tuvo tiempo de llegar al Legionario para apartarlo cuando el suelo del altar comenzó a refulgir envuelto en aquella luz azulada, aún le separaban unos pocos metros del altar cuando el desastre se desató. Atónito ante la imprudencia de Einar, solo pudo observar con los ojos entrecerrados por el efecto de la poderosa magia que recorría el cuerpo de este.

¡Maldita sea!...- maldigo cuando todo termino y vio caer el cuerpo inerte de Einar, con su piel prácticamente carbonizada que impregnaba el lugar con el aroma inconfundible de la carne quemada.

Observo a la dunmer arrodillarse junto a Einar, mientras el avanzaba pasando su mirada de él al de su hija en el altar. Cuando se arrodillo junto a Seretide un gruñido de dolor acompaño el gesto, los cuidados de Vikar habían hecho bien su trabajo pero aún sentía el efecto del mordisco de la ponzoñosa criatura. Le dedico a Seretide una breve sonrisa de medio lado por las palabras de advertencia, que luego reitero la joven nórdica.

No se me ocurriría contrariar a las damas – dijo con las manos en alto a la defensiva. En otras circunstancias habría resultado un comentario juguetón por parte del bretón, pero la ausencia de emoción alguna tanto en su voz como su mirada le resto fuerza – ocupémonos del pollo carbonizado antes de continuar -observo el cuero de Danna en el altar con tristeza antes de volver su atención al cuerpo de Einar. 

Salvar la vida del legionario era lo prioritario en ese instante, por el rabillo del ojo observo como Eldrid le tendía las pociones encontradas a Vikar que observaba todo con severidad.

Volvió su atención sobre el cuerpo de Einar, extendió las palmas de sus manos moviéndolas como dibujando olas sobre el cuerpo de este, sus labios comenzaron a moverse murmurando extrañas palabras mientras con los ojos cerrados se concentraba en las heridas del Nórdico.

15 de Fuego del Hogar, Tarde, Roca Huérfana

La magia curativa de Aster se manifestó en las manos del bretón, un aroma a hierbas lo acompañó, pero sin duda parecía que surtió efecto en el maltrecho cuerpo de Einar que recuperó el color natural tras quedarse ennegrecido.