Partida Rol por web

25 de Eleint de 1.372 CV

Duvessa te había devuelto el beso y con gesto de preocupación te había insistido en que tuvieras cuidado antes de guarecerse en el Palacio del Portador. Corriste en dirección al almacén y, para cuando llegaste, la guardia ya estaba organizando a los vecinos para formar una cadena para llevar agua del pozo hasta el edificio en llamas, de un extraño y distintivo color verde. Te uniste a ellos, y pasaste los siguientes minutos pasando baldes de agua de un sitio para otro. Por suerte, el invierno había llegado temprano al Valle del Viento Helado y el frío imperante ayudó a que el fuego fuera contenido antes de que se propagara a los edificios aledaños. La Guardia se hizo cargo de la investigación y tú te marchaste a tu casa. 

Te dejaste caer sobre el lecho de plumas. Había sido un día largo y difícil. Había habido sangre, sudor y peligro, y también sexo; estabas derrotado. Caíste profundamente dormido en cuanto cerraste los ojos.

Te despertó el día siguiente el canto del gallo. Te lavaste, te aseaste, y descubriste que no tenías nada para desayunar. Maldiciendo, te vestiste y saliste de tu casa en dirección al mercado donde comprar algo que echarte a la boca cuando de pronto...

25 de Eleint de 1.372 CV

El invierno había llegado pronto y con fuerza al Valle del Viento Helado. Sólo habían pasado unos días del equinoccio de otoño, y ya habíais visto nevar varias veces durante el camino desde Luskan. Si el tiempo seguía así, los caminos se harían prácticamente intransitables antes de que llegara el invierno. Llegaron a vuestros oídos que aquello era una muestra de furia de Auril, la diosa del hielo.

Formabais parte de una caravana de mercaderes que viajaban a Brynn Shander. Durante el camino habíais tenido tiempo de poneros al día sobre vuestras vidas y de conocer a algunos de los viajeros. Entre ellos, con quien tuvisteis más trato fue con una enana, Helda Río Plateado. Como vosotros, Helda regresaba al que había sido su hogar, en el Valle del Viento Helado, después de una ausencia prolongada, y ese nexo de unión hizo fácil las conversaciones ulteriores a la luz de la lumbre. Helda os había preguntado por vuestro hogar y sobre vuestros planes cuando llegarais a Bryn Shander, y había compartido los suyos: iba a viajar al valle de los enanos, en Cumbre de Kelvin, a visitar a su tío Stokely y a adquirir unas tallas de hielo negro de las que había oído hablar. 

Estabais ayudando a la enana a descargar la mercancía cuando de pronto... 

Se escucharon gritos de terror, golpes y el relincho aterrado de los caballos. Asombrados, atisbasteis una docena de descomunales formas brotando de la espesura, acompañadas de ásperos gruñidos y guturales aullidos que herían el propio aire. Era una partida de guerra de trolls del hielo, armados con todo tipo de espadas, hachas y martillos, blindados con armaduras de escamas de remorhaz. Los guardias tocaron la alarma de inmediato, pero no podían bajar las puertas: estaban bloqueadas por los carruajes de la caravana que llegaba a Bryn Shander en aquel preciso instante. 

—¡Trolls! ¡Trolls en las puertas! —gritó un guardia mientras aprestaba su lanza y se dirigía a frenar la amenaza.

—¡Ese maldito bárbaro los ha guiado hasta aquí! —maldijo otro.

—¡Traed fuego! —pidió un tercero—. ¡Necesitamos fuego!

La gente sencilla corría para ponerse a cubierto mientras los trolls empezaban a entrar en la villa con la intención de pasar por la espada a todos sus habitantes. Era increíble que algo tan grande pudiera poderse con tal velocidad. Un guardia le tiró a una lanzada a un troll, sólo para que se partiera al golpear la dura coraza quitinosa de remorhaz. El troll lo agarró y lo golpeó contra el suelo hasta convertirlo en un montón de pulpa irreconocible. 

Aquellos que tenían destreza con las armas o con los hechizos se prepararon para ayudar en la defensa de Brynn Shander de aquella monstruosa amenaza. Entre ellos se encontraba Nahyeeda, a la que apodaban El Dragón de Calimshan.

—Yo soy el fuego —dijo enfáticamente, mientras sus manos se llenaban de llamas.

¡Tirad iniciativa! Postead vuestras reacciones y si alguien saca más que 21 (buena suerte) puede actuar inmediatamente.

Decidid en qué casilla estáis. Wido y Lil pueden situarse en cualquier parte del rectángulo verde superior grande. Rami, en cualquier casilla del rectángulo inferior pequeño. Cuando empieza el combate no habéis visto a Rami aún. 

Haced también una tirada de Percepción CD 22. Ank, tú ni lo intentes, es éxito imposible xD.

El viaje había concluido al fin, al menos la parte más movida del mismo. Por fin entraban a Byrn Shander y comenzaba ahora una etapa más difícil, una de diplomacia y negociaciones, de construcción y evangelización... comenzaba su verdadero trabajo.

Haberse encontrado con Wido en el camino le había permitido cerrar una herida, o al menos eso esperaba. Realmente las cosas parecían comenzar bien, con nuevos y viejos conocidos, y el día recién comenzaba. 

Estaba asegurándose de que nadie descargase por error lo de su carreta y pensando en que debería mandar aviso a Mishann de que habían llegado cuando escuchó los rugidos. Para cuando se giró llegaron los gritos y contempló con estupefacción cómo tres monstruos congelados entraban por las puertas y reducían a pulpa al primer defensor. 

Vió por el rabillo del ojo una cabellera rojiza y un vestido que desentonaba con todo el blanco del invierno, y que recordaba muy bién de su estadía en Calimshan... el día seguía trayendo sorpresas y no hacía más que comenzar. Nayheeda, Wido y un asalto a la ciudad, si necesitaba más indicios de que Lathander la quería allí tendría que esperar a que el combate terminase.

Ahora tocaba defender a los ciudadanos, tomó la maza en una mano y tocó su símbolo sagrado. El dios del amanecer la llamaba a la batalla.

No es que descargar mercancía fuera algo que a Wido le gustase. Era una actividad  que ni le gustaba no le dejaba de gustar, pero ya que le habían invitado a cenar y habían compartido parte del camino, no le quedaba más remedio que colaborar, por cortesía...

Realmente lo que Wido quería hacer en esos momentos era ir a alguna taberna, beber cerveza, hidromiel, algún licor o incluso vino. Le hubiera gustado escuchar a alguna artista entonando una canción o ofreciendo una bonita danza. Le hubiera encantado hablar con los parroquianos y comentar temas vanales como el tiempo, la comida o el culo de alguna de las camareras. Pero no podría ser.

No al menos de momento. Una partida de guerra de Trolls de hielo acababa de hacer su aparición en escena y no parecía que sus intenciones fueran precisamente las mismas que las de Wido. Lo que no acaba de entender el norteño era que pintaban aquellos seres en Byrn Shander. 

Wido iba a cargar contra aquellos seres cuando vio por el rabillo del ojo a aquella hechicera de fuego. No quería estar en medio cuando todo se llenase de llamas, así que esperaría a que ella hiciera su magia para el hacer la suya.

"¿Pero qué...?"

Ramiel detuvo su caminar al contemplar lo que estaba pasando. ¿Es que los dioses se habían puesto de acuerdo en provocar todos los desastres a la vez? El de ayer había sido un día muy largo, muy duro y agotador, apenas había dormido unas pocas horas y aunque se sentía descansado, que un puñado de monstruosos trolls aparecieran en las puertas de la ciudad le robó la energía recuperada. De hecho, Ramiel no había visto jamás una criatura como aquella y cuando desenvainó el estoque, por pura inercia y fuerza de la costumbre, consideró que su espada era ridícula en comparación con aquellas criaturas. ¿Qué coño iba a hacer él? En cuanto pusiera un pie delante de alguno de ellos, le abrirían la cabeza como una sandia. Desde donde estaba le parecían grandes, serían más grandes a medida que se acercaran y dudaba poder trabar combate con una bestia como esa. No, no podía pelear. 

Pero Ramiel no se quedaría quieto. No se podía quedar escondido o de brazos cruzados mientras la guardia defendía la ciudad.  Bueno, sí, debería dejar el trabajo a la guarida, pero pensó entonces en su aprendiz, Alena, y maldijo en voz alta. Esperaba que la chica tuviese su día libre en el día de hoy. Avanzó entre las casas para ver mejor y observó con bastante horror el destino de uno de los guardias. Volvió a pensar en Alena, esta vez se asustó. Por todos los dioses, que pensara antes de actuar y no sufriera las mismas consecuencias que aquel muchacho. ¿Desde cuando unos trolls atacan ciudades? Oh, sí, algo dijeron en la taberna, Ramiel recordaba haber escuchando algo sobre la temprana llegada del invierno y la proximidad de criaturas en la ciudad. Mientras observaba el caos generado, Ramiel descubrió a lo lejos una figura blanca. No le habría llamado la atención si no estuviera tan tranquila observando la escena, que portase una cornamenta de alce como corona casi le parecía de lo más normal, en aquellas tierras norteñas se veía de todo. Cuando la mujer se dio la vuelta, desapareció convertida en un montón de nieve. 

¿Una druida? Sin duda esa hechicera estaba detrás del ataque. Lo tendría en cuenta si volvía a aparecer. 

Los trolls del hielo avanzaron. Uno de ellos derribó un carromato de una patada, con estrépito, se subió al costado, y saltó de nuevo a tierra, en dirección hacia donde se encontraba Ramiel. Otro se lanzó sobre Wido, blandiendo un martillo de guerra a dos manos. El arma silbó en el aire cuando el bárbaro se agachó para evitarlo, y se fue a estampar contra la fachada de un edificio cercano, enviado cascotes en todas direcciones. 

Un tercero correteaba con un ademán malévolo detrás de un caravanero que corría por su vida, pero pronto sería interceptado...

Troll 1 carga contra Wido pero falla. Troll 2 y 3 hacen doble movimiento.

... Pues una pareja de veloces rayos de fuego brotaron de las manos de la genasí y se abalanzaron sobre la imponente figura del troll del hielo. La criatura prendió en llamas, dejó caer el arma que blandía y empezó a dar saltos para intentar apagar, aterrado, el virulento fuego mágico que se extendía por su pelaje.

Nahyeeda lanza rayo abrasador, ambos rayos impactan sobre el troll de Ñ-7. El troll de hielo es vulnerable al fuego, recibiendo 50% de daño adicional. En total, 31 puntos de daño; parece malherido. 

¡Os toca! Podéis postear en cualquier orden, yo lo resolveré en orden de iniciativa. 

(21) Trolls del Hielo: Ñ7 tiene 31 puntos de daño, los otros dos están ilesos. (L5 ha cargado)
(20) Nahyeeda: 33/33 (Armadura de mago)
(19) Wido: 68/68
(19) Ramiel: 50/50
(3) Lilandra: 51/51

Wido había esperado pacientemente detrás de aquel carromato, su oportunidad para salir de su escondite y asestar unos buenos tajos contra aquella mole de hielo, fea como el culo de un mandril. Solo pensar que aquellos seres que no deberían existir, al menos en las latitudes en las que se encontraban, podía hacerle daño a alguno de los indefensos aldeanos que vivían tranquilamente en Byrn Shander y sin hacerle daño a nadie, le enfureció. ¡Ahora que habían acabado con la amenaza orca, no iba a permitir aquello!

- ¡Aaaaaaaaah! - Salió alfaljón en mano gritando como un poseso y lanzó un tajo en dirección a su enemigo. - ¡Fuera de aquí bestia inmunda! - Le ordenó mientras le miraba con odio y saña mientras seguía lanzando mandobles contra éste. - ¡Salid de aquí mierdas heladas!

Aquel bicharraco corrió hacia Ramiel y el espadachín retrocedió. No era de los que daba un paso atrás, pero no se podía enfrentar a semejante bestia sin tener controlada la situación. No le daba tiempo a trabar combate, así que sacó la daga del cinturón y desplazó el pie hacia atrás, pero cargó el peso sobre la pierna de delante e inclinó el cuerpo para dar a entender que echaría a correr hacia atrás.

-Uh, qué miedo me das -comentó.

Lilandra tomó su símbolo sagrado y recitó la letanía por la que su Dios abría el camino entre los planos, con fervor se concentró en el plano del fuego, necesitaría un aliado capaz de quemar a sus enemigos.

De tal potencia fue el bramido de Wido que incluso una criatura tan grande y fuerte como un troll del hielo se encogió ante su pavorosa presencia del guerrero. La criatura reaccionó de la única manera que sabía: peleando. Alzó el escudo para bloquear los peligrosos tajos de la espada curva del bárbaro, desvió su filo a un lado y le golpeó en las costillas con su martillo de guerra.

El otro troll había conseguido apagar las llamas de su pelaje y decidió vengarse en el oponente más cercano... como aquella sacerdotisa que estaba conjurando delante de sus narices. El troll rugió y se arrojó con las zarpas desnudas contra Lilandra, dispuesto a arrancarle la carne de la cara, pero la lathanderita hurtó el cuerpo y las garras rasgaron únicamente el aire.

El tercer troll miró confuso a Ramiel, sin tener muy claro qué demonios había. Se encogió de hombros y se lanzó a por él, lanzando un furioso martillazo a escasos centímetros de su bonita cara. Ramiel se preguntó qué hubiera pasado si le hubieran roto aquella encantadora sonrisa suya durante un largo y agónico latido de corazón antes de encontrar un hueco perfecto en la armadura del troll para introducir hasta el último centímetro de su estoque. 

El Troll del Hielo en L5 falla la enfrentada de Intimidar y está estremecido. Ataca a Wido (22, golpe). Daño: 12. 

El Troll del Hielo en Ñ7 carga contra Lilandra (12, fallo). 

El Troll del Hielo en O15 falla la enfrentada de Persuasión y no se esperará el próximo ataque de Ramiel. Mueve y ataca contra Ramiel (13, fallo).

Nahyeeda levantó lentamente las manos en el aire, como garras, mientras sus ojos relampagueaban y sus cabellos flotaban en al aire semejando a una llama mecida por el aire. Una explosión de llamas volvió a envolver al troll que había atacado antes, que profirió un estremecedor aullido. Cayó al suelo, se revolcó, pero aquellas llamas se pegaban a su cuerpo y se negaban a apagarse incluso al contacto de la nieve.

Nahyeeda alzó las manos de forma súbita, por encima de su cabeza. Las llamas dieron un fogonazo y las criatura dio un último espasmo agónico antes de quedarse quieta. El hedor a pelo quemado inundó el aire como un miasma.

Nahyeeda utiliza su dote de reserva Explosión de Fuego (Bola de Fuego) sobre el troll del hielo en O5. El troll del hielo falla la TS Ref y recibe 13x1,5=19 puntos de daño letal. Muere (está a -3, todo el daño recibido es letal y no puede regenerarse)

¡Os toca! Podéis postear en cualquier orden, yo lo resolveré en orden de iniciativa. 

(21) Trolls del Hielo: L5 estremecido 6 asaltos; S5 será considerado desprevenido contra el próximo ataque de Ramiel.
(20) Nahyeeda: 33/33 (Armadura de mago)
(19) Wido: 56/68 (Furia 6 asaltos)
(19) Ramiel: 50/50
(3) Lilandra: 51/51 

Quizá no había sido una buena idea quedarse a pelear, quizá lo más inteligente habría sido reagruparse con la guardia; pero Ramiel llevaba unos días actuando de manera inconsciente y errática. El troll no sabía por dónde le llegaría el golpe, pero como Ramiel se temía, su estoque no era rival para alguien tan duro como aquella bestia. Con una finta, lanzó una estocada sobre el cuerpo del troll y la presión en la muñeca le indicó que el golpe había rebotado como si hubiese golpeado contra un muro. Intentó corregir el movimiento, pero la daga rebotó también y a la desesperada, el último golpe ni siquiera le hizo un triste arañazo.

Estaba bien jodido.

Wido vio como sus ataques habían sido inútiles contra aquel ser. Por ello se puso serio de verdad, adoptó una postura de lucha que aprendió del gran Ulrich, él la llamaba isla de filos. No obstante, eso no le iba a servir demasiado en esos momentos. Realizó entonces un golpe descendente en caída que golpeó bajo las costillas de aquel ser de hielo (si es que tenía costillas, algo que Wido desconocía), sin embargo, su buen ojo táctico encontró uno de los pocos puntos débiles de aquella cosa y la causó un terrible dolor.

- ¡Fuera de aquí bestia inmunda! - Le dijo otra vez. Debía reconocer que lo suyo no eran los insultos. Era bastante repetitivo en ese aspecto.

Lilandra completó la invocación y un pequeño mefit de fuego se materializó cerca de la esquina de una de las casas. Luego Lilandra caminó hasta el centro de la calle y levantando su símbolo sagrado imploró - Oh, Latander, dios del amanecer bendice a quienes combaten junto a tu servidora, concédeles tu luz. 

Una explosión de poder divino se expandió desde el símbolo sagrado y bañó a todos los presentes en un radio de 50 pies, haciendo que sintieran sus corazones mas ligeros y sus manos más diestras.

Kindle, el mefit, sintió el frío y se pregunto que estaba pensando Lilandra al traerlo a un lugar tan peligroso para él, sin embargo entendió su propósito y lanzó un rayo de fuego hacia el troll que estaba junto a Wido, esperando derribar a la bestia.

El troll retrocedió ante el implacable avance de Wido, buscando algo de margen mientras las heridas que le había infligido el terrible bárbaro se iban cerrando. Con la ventaja que le proporcionaban sus largos brazos, el troll lanzó un golpe horizontal que atinó a Wido en la mejilla con su martillo. La nieve se tiñó de rojo con la sangre que escupió el tempuriano, que se sacudió el dolor y el aturdimiento del golpe como si tal cosa.

En el otro lado del campo de batalla Ramiel y el otro troll jugaban al gato y al ratón, intercambiando golpes y estocadas al aire.

A vuestro alrededor, más trolls se colaban en la ciudad, se metían en las casas y en los negocios a saquear todo lo que podían y combatían por las calles contra guardias y otros aventureros como vosotros. El aire estaba cargado por el entrechocar de los aceros, los guturales aullidos de los trolls y los desgarradores gritos de los heridos y moribundos.

Troll del Hielo en L5 regenera 4 puntos de daño. hace un paso de 5' a M6 y ataca a Wido: 20, éxito. Daño: 13 (de los cuales 8 se pierden inmediatamente y 5 van a la reserva de daño aplazado).

Troll del Hielo en S5 ataca a Ramiel: 19, fracaso. 

—Bonita criatura has traído, Lilandra —apreció Nahyeeda con una sonrisa de medio lado. 

Su sonrisa fue fugaz, y la maga avanzó con determinación mientras sus sandalias doradas, tan poco prácticas en el frío clima del norte, hollaban la nieve. Su mirada inflamada estaba clavada en su siguiente víctima. La genasí abrió sus brazos en cruz y el objetivo de sus llamas abrasadoras fue, en aquella ocasión, el troll que se batía con Wido.

Nahyeeda utiliza su dote de reserva Explosión de Fuego (Bola de Fuego) sobre el troll del hielo en L5. El troll del hielo pasa la TS Ref y recibe 5 puntos de daño letal. 

¡Os toca! Podéis postear en cualquier orden, yo lo resolveré en orden de iniciativa. 

(21) Troll de Hielo en M6: 20 de daño no letal y 5 puntos de daño letal (Estremecido 5 asaltos)
(21) Troll de Hielo en S15: ileso
(20) Nahyeeda: 33/33 (Bendecir 41 asaltos, Armadura de mago)
(19) Wido: 48/68 (Bendecir 41 asaltos, Furia 5 asaltos, Isla de los Filos, Reserva de daño aplazada: 5)
(19) Ramiel: 50/50 (Bendecir 41 asaltos)
(3) Lilandra: 51/51 (Bendecir 41 asaltos, Convocar IV 6 asaltos)