Partida Rol por web

Tiempos Convulsos en Diez Ciudades

3. Una Visita a la Vista del Norte

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15/02/2020, 19:09
Lilandra

Lilandra sentía el cuerpo cada vez más pesado, los golpes se sucedían más rápido de lo que podía recuperarse y sólo le quedaba una carta que jugar. - Lathander, sáname, restaura mi cuerpo... - mientras hablaba sintió que la conexión con su dios se cortaba y el conjuro sanador se deshacía entre sus dedos, una lágrima cayó por su mejilla al sentir que su dios no la consideraba digna. 

Soltó la maza, y miró a Riza con firmeza - No me mates, yo perdoné la vida a tus cachorros cuando podría haberlos rematado - dijo esperando con entereza el golpe que sabía llegaría si la Gnoll decidía que poco le importaban sus acciones pasadas. 

- Tiradas (1)
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15/02/2020, 19:29
Ryssa

Te volvieron a golpear, el tiempo se ralentizó y el sonido de la batalla se atenuó poco a poco. De repente algo te derribó al suelo. Eran los tres gnolls, que se habían abalanzado sobre ti como animales cayendo sobre su presa. Forcejeaste desde el suelo, pero era inútil, pues eran demasiados contra ti, y muy fuertes.

Lo último que oíste fue la espantosa risa de la sacerdotisa de Yeenoghu, mofándose de tu rendición, mientras uno de los gnolls te abría la cabeza con un golpe de mangual.

Tu vida y tu sagrada misión terminaron aquí.

- Tiradas (3)
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16/02/2020, 16:58
Narrador

Aún herido de gravedad, Wido se movió por el tejado del edificio, intentando no resbalar y partirse la crisma después de haber sobrevivido a duras penas al encuentro con Tezzork y sus Mestizos Salvajes. Se dirigió hacia la dirección donde debía ser Lilandra lidiando con Ryssa, pero encontró el callejón vacío. Una gran mancha de sangre cubría el centro del callejón. ¿Lo habían dejado antes, en el enfrentamiento anterior, o le había pasado algo a la sacerdotisa de Lathander? No podría estar seguro.

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16/02/2020, 19:52
Wido Cuervo Blanco

Aquel charco de sangre parecía realmente fresco. Que no hubiera hienas tiradas en la calle, sólo podía significar una cosa, Lilandra había sido brutalmente aplastada. Poco o nada podía hacer ya por ella. Además estaba herido y bajar de nuevo a pelear contra aquellas bestias en solitario era una muy mala idea. Bajar a buscar más gresca solo iba a servir para como había acabado Lilandra.

Porque había acabado mal,  eso estaba claro.  Wido conocía la muerte. Había visto mucha en la guerra y podía reconocer fácilmente cuando un charco de sangre ers simplemente el que quedaba tras una pelea de borrachos en un bar en el que dos buenos tipos acababan bien golpeados y sin un par de dientes y el charco de sangre que se producía tras la muerte de alguien y aquel charco era de los segundos. 

Tempus te acoja en su seno, Lilandra. - Dijo una palabras desde lo alto del edificio. - No hay muerte más honorable que la que se produce en un combate...

Esperaría allí arriba. Hecho una mierda como.estaba,  bajar allí abajo sería un suicido y Tempus no era el dios de los suicidas. Para nada estaría contento con él si se dejaba matar. Esperaba ver salir a Ramiel de una vez de la posada junto a Nayheeda. No podía hacer otra cosa. 

No obstante, otra cosa estaba clara. Si se quedaba allí arriba agazapado como un niño Tempus tampoco estaría muy contento con él. A Tempus no le gustaban los cobardes. Wido comenzó a descender por la pared tratando de llegar al callejón donde posiblemente había vivido Lil sus últimos momentos.  Quería mirar a través de la ventana. Tenía que descubrir que estaba sucediendo allí dentro.

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16/02/2020, 22:26
Nahyeeda (disfrazada)

Wido espió por las ventanas del piso inferior del burdel y descubrió que la mayoría de ellas estaban cubiertas de pesadas cortinas rojas. Todas menos por una, en la que vio a dos hombres-rata y a Ramiel abrazado a una mujer, brevemente, antes de que Nahyeeda agarrara a ambos y los teleportara justo a su lado.

—¡He dicho... que no... me llames... Yéita! 

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16/02/2020, 22:42
Wido Cuervo Blanco

- ¡Bien! - Exclamó Wido. - Tenía ganas de volver a veros. - Les dio un fuerte abrazo a todas, incluso a Nadja a quien realmente no conocía de nada. A Ramiel le golpeó con fuerza en la espalda hasta el punto de que casi le dejó sin respiración y luego le dio un fuerte abrazo, que de nuevo,  le dejó casi sin respiración.  - ¡Ha salido todo a pedir de boca! - Exclamó. Entonces observó la cara de sus compañeros. - Salvo por Lil... si...

Lo cierto era que apreciaba bastante más a Ramiel que a Lilandra. De hecho también apreciaba más a Hengar que a Lilandra y Hengar estaba casi tan frío como ella. Eso era una pena. Hengar y Lilandra por una desconocida. No habían ganado en realidad.  Una lástima,  pero todavía podían reencarnar a Hengar, aunque ahora que Lilandra...

Entiendo... - Dijo en alto tras su absurda reflexión. - ¡Bueno, vámonos antes de que salgan! 

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17/02/2020, 12:53
Lilandra

Tan pronto como vió la mueca de la Gnoll supo que no habría piedad. Le sonrió beatíficamente a sus oponentes y elevó la mirada al cielo. Cerró lo ojos y recordó su último amanecer, esa mañana en el campamento de la caravana, sus últimos rezos y sintió la calidez del sol en plena noche.- A ti me entrego nuevamente Lathander, lo hice en vida y lo hago en mi muerte. - dijo con voz dulce, y su rostro se iluminó.

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17/02/2020, 17:50
Ramiel Gardeniere

Ramiel sonrió abiertamente cuando vio la luz de la calle.

-¿Y cómo querías que te llamara? -le preguntó a la hechicera con una sonrisa canalla-. Ese nombre me gusta mucho más :) 

Le devolvió el puñetazo a Wido, aunque, evidentemente, con mucha menos fuerza que la que había empleado el bárbaro.

-Vámonos de aquí antes de que alguien pregunte por nosotros.

Cogió a Nadja de la mano y la miró a la cara.

-¿Te encuentras bien? ¿Te han hecho daño?

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21/02/2020, 10:39
Najda

—Estoy... bien —logró balbucear Najda—. No me han hecho n-nada, aparte de amenazarme. Flaco dijo que quería tenerme de una pieza para negociar contigo. G-gracias por venir a por mi. No lo aguantaba más.

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21/02/2020, 10:45
Nahyeeda (disfrazada)

—¿Lilandra? ¿Qué ha pasado con Lilandra? —le preguntó Nahyeeda a Wido con impaciencia—. ¿Dónde está? ¿Se la han llevado esos gnolls? ¡No podemos irnos, debemos entrar a rescatarla!

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21/02/2020, 14:59
Wido Cuervo Blanco

¿Y esa es la tal Nadja? - Se preguntó a si mismo Wido. Lo cierto era que no tenía claro si era una mujer o un hombre. Desde luego parecía una mujer, era muy fina y sus rasgos eran femeninos, pero... - ¿Ese pelo? - Meneó la cabeza de lado a lado, como con un escalofrío.

He visto un charco de sangre. No había hienas tiradas por ahí, por lo que esa sangre, posiblemente fuera de Lilandra... - Dijo sin demasiado tacto. - También he visto trozos de interioridades de la cabeza desparramadas. - Bajó la mirada. - Lo sé porque no es la primera vez que lo veo... - Se encogió de hombros. - He estado en la guerra. - Posó una mano sobre el hombro de Nahyeeda y la otra sobre el de Ramiel. - No creo que podamos hacer nada por ella. Le han machacado la cocorota...

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25/02/2020, 14:26
Ramiel Gardeniere

Se sintió mucho más tranquilo cuando comprobó que Nadja estaba completamente sana y salva. A decir verdad, se sentía mucho mejor consigo mismo por haber rescatado a su ayudante de una pieza, porque no podría soportar que alguien muriese por algo que era solo culpa suya. Unos tipos habían venido a extorsionarle y habían usado a una inocente para chantajearle. ¿Por qué? Ni que él fuera alguien importante. Vaya, lo había sido, pero eso ya no formaba parte de su presente. Hizo a un lado el recuerdo y le dio un abrazo a Nadja.

Escuchó a Nayheeda y miró a un lado y a otro buscando a Lilandra. A Ramiel le duró poco la tranquilidad, Wido le puso una mano en el hombro e informó de lo que había sucedido. Le costó unos buenos treinta segundos entender que Lilandra, la inocente muchacha, la que acababa de llegar a la ciudad para fundar su iglesia, había muerto. Si Wido le hubiese dado un puñetazo en la cara el golpe habría sido menos doloroso.

-¿Por qué? ¿No estaba contigo? ¿Qué hacía ella sola...? ¿Cómo ha podido pasar algo así?

Lanzó un resoplido furioso. Estaba acostumbrado a perder camaradas, buenos compañeros, personas inocentes siempre salían heridas. Pero Lilandra no era una guerrera, era una sanadora, no estaba familiarizada con la violencia ni con la muerte. Frustrado y airado, Ramiel se tragó sus palabras y se recompuso.

-Hemos perdido a Hengar y a Lilandra -miró hacia el burdel-. Vámonos de aquí.

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25/02/2020, 19:23
Wido Cuervo Blanco

Fue idea suya... - Respondió Wido. - O se Nahyeeda. No lo recuerdo bien. Quería cubrir todas las salidas. Sólo era la tres y Nahyeeda iba a entrar en el burdel... - Se encogió de hombros. - Yo hubiera permanecido a su lado pero... - Tragó saliva. - Si, ya está... - Tomó aire. - Tenemos que desaparecer de aquí, si... - Chasqueó la lengua molesto consigo mismo y con el curso de los acontecimientos. - ¡Joder! - Gritó y comento a caminar de regreso al almacén.

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26/02/2020, 09:58
Narrador

Nahyeeda aceptó vuestros planes a regañadientes. Heridos, sin sanador, y con su repertorio de conjuros arcanos también mermados, no estabais en disposición de contraatacar, por mucho que quisiera ir a rescatar a Lilandra, y eso suponiendo que aún estuviese viva. Os largasteis de allí con viento fresco, y seguisteis a Wido al almacén de Dunavan, sólo para encontrároslo acordonado por la guardia de Bryn Shander. Alguien había dado aviso de los ruidos de pelea en el edificio, y quizá otro alguien habían avisado de que habían visto a un bárbaro reghed y a una mujer acorazada arrastrar a un cadáver hasta allí. De modo que, en un atípico arranque de sensatez, decidisteis daros la vuelta y no acercaros demasiado para no levantar unas preguntas que difícilmente podríais contestar.

Tras disuadir a Wido para que no se fuera de putas, Ramiel ofreció generosamente su casa para que los demás no tuvieran que pagar una noche en una posada. Nahyeeda y Najda durmieron en la amplia cama del espadachín mientras que a Wido y a Ramiel les tocó en la sala de entrenamiento. Retirasteis los bártulos y Ramiel desempolvó su vieja tienda de campaña para acomodaros en el interior. El techo era totalmente innecesario dado que estabais a cubierto, pero el suelo era mullido y confortable.

Ni siquiera os despertó el canto del gallo. Estabais tan agotados y magullados de la noche anterior que dormisteis hasta bien avanzada la mañana. La despensa de Ramiel poco tenía que ofrecer, si a uno no le gustaban las telarañas, así que deberíais buscar un sitio en el que desayunar, o ir al mercado a comprar algo para llevaros a la boca. Y, después de eso, planear vuestro siguiente movimiento.

Ramiel recupera 4 pgs y Wido recupera 7 por el descanso nocturno.

Ramiel: 50/50
Wido: 31/68

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26/02/2020, 14:26
Wido Cuervo Blanco

Podríamos ir al burdel de Flaco. - Le dio Wido a Ramiel. - ¿Debe estar abierto? Si es así, seguro que tienen desayunos. ¿No crees? - Le preguntó a Ramiel. - ¡Y después nos vamos de putas! - Y tras decir aquello soltó una amplia risotada. 

Fue entonces cuando recordó lo de Lilandra y también lo e Hengar. Desde luego la muerte del reghed había impactado más que la de Lilandra a Wido. Hengar era uno de los suyos y a Lilandra hacía mucho que no la veía (casi tanto como a Hengar), pero la Lilandra que conoció en el pasado, no era como la Lilandra con la que se había reencontrado. Eso no quería decir que no le tuviera aprecio y que sintiera su muerte, pero lo cierto era que no lo exteriorizaba. Estaba acostumbrado a ver morir a personas queridas, muchos y muy buenos amigos habían caído en la guerra de los nueve años. Era su día a día.

¡Joder Ramiel! - Le dijo un nuevo manotazo que casi lo parte por la mitad. - ¡Que era broma! - Dijo refiriéndose al tema de ir al prostíbulo. - Deberíamos ir a comprar provisiones y marchar hacia el norte. Tenemos que buscar a esa bruja de hielo. Se lo debemos a Hengar. ¿No crees?

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28/02/2020, 10:20
Ramiel Gardeniere

-No es el burdel de Flaco -dijo Ramiel, hosco, cansado y con sueño; sentirse así empezaba a ser costumbre.

Habían sido días demasiado intensos, se sentía desanimado, todo lo que había logrado ganar había terminado mal o en desastre. Salvar la ciudad de unos trolls, bien. Salvar la vida de Hengar, bien; que muriese estúpidamente unas horas después, mal. Reencontrarse con Lil, bien; que estuviese desaparecida o muerta, muy mal. Su único éxito había sido sacar a Nadja con vida, pero veía a Nayheeda afectada por la situación y no podía soportarlo.

Comprobó que su ayudante estaba bien y luego invitó a sus camarada a buscar algo de comer en la taberna más cercana, porque la situación no había cambiado, seguía endeudado, en la más absoluta miseria y todo por querer ayudar a los demás. Le pidió a Nadja que preparase la clase de aquel día y antes de abandonar su despacho, se ajustó la armadura y la ropa, cogió el mejor estoque que quedaba en el armero, maltratado después de tanta práctica, y su daga. Lanzó un suspiro antes de salir.

-No nos vamos a ir a las montañas -gruñó-. Esto no ha terminado. Puede que Lillandra siga con vida y no vamos a abandonarla en el burdel. Y no le debemos una mierda a Hengar, su deuda quedó saldada cuando le salvamos la vida y decidió acompañarnos. Cuando arreglemos lo que tenemos aquí, entonces, nos iremos a las montañas. Flaco quería chantajearme y para eso secuestró a alguien cercano a mí. Volverá a hacerlo. Y no sé tú, pero yo tengo una veintena de alumnas, muchas saben defenderse, pero si aparecen unos hombres rata como los que tenían a Nadja, ninguna de ellas será capaz de levantar una espada para defenderse. No voy a permitir que vaya amenazando a inocentes solo para joderme. Vete tú si quieres -su enfado había crecido mientras hablaba-. Parece que a todos os ha entrado la prisa por mataros, joder... Tenemos que estar juntos en esto. Si nos vamos a las montañas, cuando volvamos, toda esta puta ciudad estará en contra nuestra por lo que hemos hecho, se preguntarán por qué dejé la ciudad y dejé a todas mis alumnas indefensas, salvaremos una tribu, sí, precioso, pero dejaremos atrás un montón de cadáveres...

Se pasó la mano por la frente, le dolía la cabeza, estaba harto de todo.

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28/02/2020, 11:24
Wido Cuervo Blanco

- ¿Unos hombres... Rata? - Preguntó extrañado. Parecía confundido con aquella idea. - Una vez conocí a un hombre pavo... - Recordó aparentemente atormentado. - ¡Gluglú, gluglú, gluglú! ¡Ese jodido sonido se te metía en la puta cabeza, joder! - Dijo mientras se agarraba de los pocos pelos que le quedaban en la cabeza. - ¡Era horrible, ese glugluteo! ¿Ves? - Exclamó mostrándole su incipientes calva. - ¡Antes tenía una melena envidiable y después de aquello! ¡Joder, me arranque los pelos a mechones!

Wido se dio media vuelta, se llevó el dorso de una mano a la frente y se apoyó contra la pared dándole la espalda a Ramiel haciendo un espectáculo. El reghed sollozaba afligido. Parecía que aquello lo había afectado y eso que todo lo sucedido sobre hombres rata y pavo estaba únicamente en el recuerdo (si es que realmente aquello había sucedido) de Wido.

Está bien... - Dijo el norteño cuando recupera compostura. - Podemos intentar arreglar el entuerto, supongo... - Tomó aire llenando sus pulmones. - Pero será mejor que me digas cómo pretendes hacerlo. ¡Aquello es un jodido fortín! - Exclamo visiblemente enfadado. - Pero una cosa te diré... - Le dio un fuerte abrazo a Ramiel hasta dejarle casi sin respiración. - Lilandra ya no está con nosotros. - Le dijo al oído. - Debes olvidarla ya. Está con sus degenerados dioses. Hazme caso. ¡Se de lo que hablo! - 

Parecía imposibilidad que Wido no estuviera borracho después de aquel espectáculo, pero no había probado gota alguna de alcohol. Lo cierto era que parecía más coherente cuándo iba hasta el culo de bebidas espirituosas y eso no era demasiado decir, pues cuando estaba ebrio no daba pie con bola. 

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29/02/2020, 17:21
Narrador

El invierno había clavado sus helados dientes en Diez Ciudades de forma prematura y feroz. La gente estaba preocupada, y rumores sobre la furia de Auril abundaban por doquier. Y es que no sólo el mal tiempo había aparecido antes de lo que debería, sino que había otros indicios que sugerían que la crueldad de la Doncella del Hielo bien podía estar detrás de aquello. Se habían visto osos, lobos y trolls al sur de Cumbre de Kelvin, demasiado cerca de Diez Ciudades. Siguiendo tu sentido de la justicia y tus responsabilidades como Arpista, habías pasado las últimas dos semanas buscando indicios de la influencia de Auril en el Norte, hasta Bryn Shander. Sospechabas que había gente adorando en secreto a la Doncella del Hielo. Gente normal y corriente, que sólo quería alejar la furia de la diosa del frío de sus hogares y de sus familias, pero tú sabías que el camino al infierno estaba pavimentado de buenas intenciones. Lo más probable es que aquellas personas estuvieran haciendo más mal que bien.

Tenías localizado a un puñado de sospechosos, y aquella mañana, un solo día después de que Auril demostrara su poder enviando trolls del hielo a las puertas de Bryn Shander, algo cambió. Se reunieron cuatro de ellos, dos hombres y dos mujeres, y se armaron hasta los dientes. Los seguiste con discreción hasta un callejón aledaño a la academia de esgrima donde iba tu hermana. En un momento dado, salió del edificio Ramiel y Wido, acompañados de una mujer de cabellos de fuego que no conocías. Los cultistas se movieron, desenvainaron sus armas y empezaron a recitar conjuros de batalla... ¡Iban a atacar a tus amigos!

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01/03/2020, 20:33
Lothar

Tres días de investigación y de estudiar informes habían pagado, tras filtrar entre listas de sospechosos y seguir a un par de individuos había logrado identificar a dos cultistas.

Esos dos lo habían llevado a su sacerdotisa, lamentablemente tarde cómo para impedir el ataque a la ciudad. Estuvo a punto de perderlos cuando corrió hacia las puertas, pero dado que todo estaba controlado y hasta se habían ocupado de los heridos pudo volver a vigilarlos.

Afortunadamente eran criaturas de hábitos y eso le hizo fácil volver a ubicarlos. Fue tambien la ruptura de esos hábitos lo que le dijo que las cosas habían cambiado y pasaban a la acción.

Los siguió lo mas mas discretamente posible, y se sorprendió al ver quien era su blanco, como fuera debía actuar. Sin pensarlo demasiado supo que debía interrumpir a la sacerdotisa y su flecha partió segura hacia su blanco. Una sonrisa se dibujó en la cara de Lothar cuando el misil pasó entre la reja y el poste de luz, y se borró cuando la vió desviarse a último momento. 

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01/03/2020, 22:13
Hermana de la Tormenta

Después de que los gnolls mataran a Lilandra (o eso habíais dado por supuesto, de todos modos). Después de que casi hicieran lo propio con Wido y se salvara en el último suspiro. Después de que Ramiel escapara in extremis gracias a la intervención de una improbable aliada... decidisteis que era una fantástica idea volver al burdel en algún momento para recibir una segunda paliza.

Alegremente, salisteis de la academia de Ramiel para pensar en cómo volver a la Vista Nocturna, como corderos al matadero. No obstante, el destino tenía otros planes: mataros incluso antes de llegar al burdel. Había tres tipos armados hasta los dientes esperándoos a la salida, y una mujer encapuchada embutida en una armadura completa.

También había un rostro familiar: Lothar, el paladín de Mystra, al que habíais conocido en diversas circunstancias. El paladín tensó su arco y disparó en dirección a la encapuchada, pero la flecha se desvió en el último momento, como si estuviera protegida por una corriente de viento gélido.

—¡Está con ellos, matadlo a él también! —ordenó la mujer.

Avhin, Ank, tirad iniciativas. Podéis colocaros en cualquier casilla del rectángulo azul. 

(20) Hermana de la Tormenta: ilesa
(19) Cultistas: ilesos
(6) Nahyeeda: 33/33
(4) Lothar: 68/68

- Tiradas (3)