Partida Rol por web

La suave sonrisa que te dedicó a cada una de tus palabras, mostrando ligeramente sus dientes pequeños muy ligeramente torcidos hacia la derecha te decía que estabas yendo por el lugar que ella había colocado, para que la situación, aunque no fuese del todo como ella pensase si anduviese entre esos derroteros. Eso la hacía aun mas interesante. 

No dio respuesta, o si la dio no era con palabras. Sus ojos eran los que fijamente se habían posado sobre tus pestañas y luego la punta de la nariz, recorriendo en apenas esos dos segundos tu perfil antes de que te acercaras para solo rozar algo que no sabías si podías tener. La sonrisa se hizo mas amplia, y con ello estiró ligeramente los labios. Dejaste de tocar la carne suave, pero no te libraste de notar el aliento tibio sobre ellos

 ¿Qué caricia?- Dijo totalmente en serio. ¿Habría sido solo una ilusión tuya? Esperó un poco, lo justo para quizás ver la confusión o el azoramiento, el malestar o la decepción para robarte un beso tan rápido como efímero, pero con la suficiente intensidad como para hacer que tu cuello cediese un poco.- Y dime...¿te gustan las tartas? Por que hay una cafetería que tiene unas deliciosas de fresa y galleta que...- reculó hasta apoyar la espalda en el sofá de nuevo, dejando su diestra sobre tu muslo, cerca de la rodilla, donde comenzó a escribir o dibujar formas imposibles. No estabas segura. 

Se quedó contigo, al menos un par de horas más. Del muslo pasó a la muñeca, buscando unas cosquillas que quizás no tuvieses, hablando de mil temas a cada cual mas extraño. Desde una película, hasta una explicación detallada de tus cinco plantas preferidas. La conversación se basó más en ti, en lo que te gustaba, en lo que hacías y porque, el como y lo que sentías. Fue muy agradable, porque no pareciese que le aburriese nunca, y siempre había alguna de por medio, quizás algo afilada, pero inocente en el fondo.

Lo que no hubo fueron mas besos, no hasta que se retiró para ir a su casa. Ese si fue mas intenso, y largo, pues se había estado cocinando a fuego lento durante toda la conversación. Se marchó con una sonrisa, una última mirada y una promesa de que la próxima vez, podríais salir a tomar algo de noche. 

Mientras Azazel se iba, Arabelle se quedó en la puerta mirándola alejarse. Sonrió ante esa última mirada, y ante la perspectiva de volver a verse. Una tarta de fresa y galleta, en aquel momento ese parecía el mejor plan del mundo.

Cuando al fin cerró la puerta, volvió al sillón y se quedó pensativa. Emocionada, asustada, ilusionada, confusa... Sentía que aquella chica la había manejado como había querido, y ¿no le importaba? Igual que antes de que llegase, se sentía como una adolescente. Pero si en aquel momento tenía miedo de haberlo malinterpretado todo, ahora... ahora no sabía que le preocupaba. ¿Quizá que saliese bien? ¿Que lo supiese alguien más en Titán? Deseaba que llegase el día en que saliesen juntos, pero no podía evitar pensar en todo lo que podía salir mal. ¿Era su nuevo hogar un lugar más comprensivo que el que había abandonado? Desde que había llegado había pensado que si, pero nunca lo había puesto a prueba. Había tratado de encajar, con más o menos suerte, y ahora por primera vez corría el riesgo de no hacerlo.

Casi le había entrado un ataque de pánico cuando Azazel había insinuado que todo estaba en su cabeza, pero la chica apenas había dejado que sufriese un instante antes de calmar todas sus dudas con un beso. Desde entonces había estado más relajada. Había estado más feliz. Todo el tiempo con una sonrisa dibujada en el rostro. Todo el tiempo con la mirada en los ojos de Azazel, apartándose solo en ocasiones para dirigirse a su cabello, a sus labios, a sus pequeños gestos... Había disfrutado del contacto de la mano de la chica sobre su muslo. Había disfrutado de cada idea que habían intercambiado, de cada tema que habían hablado, de cada mirada que se habían lanzado. 

Arabelle se  había mostrado más abierta de lo que acostumbraba. Azazel hacía que se sintiese cómoda. Con apenas una mirada conseguía hacer que se sintiese segura, que se atreviese a dejarla ver allí donde normalmente no dejaba a nadie. ¿Lo había sabido Azazel desde el principio, o había ido a ciegas? ¿Importaba acaso?

Se recostó en el sofá, recordando ese último beso, mientras su rostro esbozaba una sonrisa. Fuese lo que fuese lo que ocurriese a partir de ahora, se alegraba de haberla invitado esa tarde.

Arabelle se había pasado un buen rato mirando el teléfono mientras pensaba en que iba a decir. No sabía que le pasaba, pero cada vez que su cerebro se cruzaba con Azazel, se volvía una a sentir insegura como una adolescente. Esta vez ni siquiera iba a verla, solo a llamarla, pero aun así le temblaban las manos. ¿Y si ya no quería verla? Había pasado mucho tiempo fuera ¿Y si se había cansado? ¿Y si había conocido a alguien más? ¿Y si...? Preguntas, preguntas y más preguntas.  ¿Era siquiera correcto lo que hacía? Azazel era más joven que ella. ¿Que edad tenía? Ni siquiera sabía eso... 

A punto estuvo de colgar el teléfono y olvidarse, pero al final en lugar de eso marcó el número. La imagen de sus ojos en su mente. El recuerdo del calor de sus labios... la manera en que jugaba con ella... era demasiado a lo que resistirse. Al otro lado respondió un contestador. 

-Hola... soy... soy Arabelle... siento no haber llamado antes, he estado fuera mucho más tiempo del que esperaba... - incluso a través del teléfono tenía que notarse lo nerviosa que estaba - estaba pensando... que quizá te apetecería que fuesemos a probar esas tartas de las que me habías hablado... a mi me gustaría mucho...  la última vez lo pasé muy bien, y me gustaría repetirlo... llámame...  

 Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12)

Arabelle nunca había tenido demasiados problemas para concentrarse en su trabajo. En multitude de ocasiones había usado su trabajo, y antes de eso sus estudios, para evadirse de muchas otras cosas. El trabajo era normalmente su descanso emocional, y el laboratorio su espacio seguro. Pero desde que había vuelto de la misión le costaba concentrarse. Le costaba evitar que su cabeza volviese al Rio eterno, que volviese a los cadáveres, a los arboles que la hipnotizaron, a la muerte de Silke... 

Ese día era bastante tarde, y estaba sola en su despacho. Sentada mirando una libreta llena de anotaciones, con un ordenador portatil encendido a un lado con varias tablas de datos abiertas. Tenía los ojos rojos. Estaba agotada y había llorado. Sabía que debería irse a dormir, pero la perspectiva de irse a dormir sola no la atraía. Ya dormía mejor que los primeros días de la cuarentena, pero todavía estaba lejos de aguantar una noche entera sin tener pesadillas. 

Antes de irse a la misión, su trabajo en la semilla regeneradora había avanzado bastante bien*. Parecía que podría llegar a funcionar, aunque también que tardarían. Ahora pensaba en el Rio Eterno, y en lo que había visto allí. Aquella fauna, tan agresiva, tan perfectamente diseñada para una competición sin cuartel... Estaba segura de que ahí tenía que haber algo que pudiese aprovechar. ¿En cuantos mundos había estado ya Titán? ¿De cuantos habían traído muestras? Tenía que haber algo les ayudase a conseguir el salto que buscaban, ahorrándose la espera. 

Ella no tenía acceso a esos datos, pero Eward si. Era bastante tarde, pero ella no era la única noctambula ocasional de aquel laboratorio. No lo había visto por su escritorio durante un buen rato, pero eso no quería decir que se hubiese ido ya. 

Lo encontró junto a la máquina de café. Trajeado, como casi siempre. Ella en cambio vestía unos pantalones de deporte, y una camiseta de manga corta. Parecía que estaban ellos solos. 

-Buenas noches, Ed - saludó Arabelle al encontrarlo - Me alegra ver que no soy la única insomne por aquí... He estado un buen rato hoy dándole vueltas a lo que podemos hacer para acelerar el proceso, y me preguntaba si... si podríamos investigar un poco en los registros de las misiones reales. Creo que la clave para ahorrarnos un par de saltos, y quien sabe si algunos meses o años de espera, podría estar ahí.

Al día siguiente de enviar ese mensaje, ya tenías un audio largo de vuelta a primera hora de la mañana. 

Hola!- Se notaba cierta emoción al escucharte de nuevo- Me alegro mucho, ya pensé que te habías olvidado de mi- una ligera risa. Era refrescante en su inocencia o simplemente procuraba no tomarse las cosas muy en serio- Pues ahora mismo estoy fuera, pero vuelvo en un par de días. Y claro que si, me encantaría, ¿tartas? Si quieres hasta podemos hacer una en tu casa, o en la mía. ¿Quieres venir a mi casa?- Un silencio largo. 

Oye Ara, ¿cómo está tu pequeña? Tengo muchas ganas de volver a veros, y en breve tendremos vacaciones así que, estaré mas libre. ¿Te gustaría que nos fuésemos de acampada un día a lo profundo del lago grande? Hay espacio de sobra si necesitas desconectar, no es como si estuviésemos fuera supongo pero...ayuda igualmente.- Su tono menguó un poco- ya me dices. 

Te he echado de menos- concluyó a lo rápido antes de cortar el audio. De fondo habías escuchado algún tipo de pitido, leve, pero continuado con pequeños altibajos. 

Se giró para verte y viste su rostro cansado. Suspiró al verte, con una leve sonrisa- ya estás de vuelta- le dio un buen trago a su café.-Veo que vienes con ganas...- la sonrisa se ladeó- tenemos un problema- hizo un gesto para que te movieras con él. 

Nos han traído una especie de piedra muy parecida al vantablack pero con un compuesto aun imposible de descifrar, de hecho, se ha cargado dos equipos ya. Y una muestra de un moho que había a su alrededor, uno de lo mas interesante...- esperó a que estuvieseis ya a buen recaudo antes de seguir hablando- pero es tan agresivo que...- se encogió de hombros. 

Es altamente tóxico, pertenece a una tipo de espora. Pero no he logrado sacarlo, y llevo un mes con ello- se te quedó mirando- pertenece a una de las misiones, se extiende muy rápido en ambiente sin oxígeno. Se queda dormida cuando lo hay y deja de crecer, se va muriendo lentamente soltando un potente veneno para nosotros. 

Escuchó el mensaje con nerviosismo, sin poder quitarse de encima la sensación de que a cada paso estaba cometiendo un error más grande. Pero a la vez, al pensar en Azazel, sentía siempre un hormiguéo en el pecho y en el estómago, se sentía agarrotada y a la vez feliz. No deberías hacerlo... es una chiquilla... no estás siendo justa con ella... te vas a acabar metiendo en problemas... te lo acababa de decir, en breves tendrá vacaciones... debe estar en el instituto... pero la echo de menos... echo de menos su tacto, su olor, sus ojos de otro planeta... sus besos... Era algo que hacía mucho tiempo que no sentía. Tras quedarse una vez más un buen rato sentada, mirando al teléfono, sin saber que hacer, acabó llamando. 

-No hay nada que pueda hacer que me olvide de tí... - respondió mordiéndose el labio mientras sonreía - Me encantaría ir a tu casa. ¿Me mandas la dirección? Dime cuando, y allí estaré - contestó con entusiasmo - La acampada suena genial... podemos bañarnos en el lago, como ibamos a hacer antes de que nos interrumpiesen el día de la fiesta ¿te acuerdas? - durante un momento se quedó soñando despierta. Fue un instante cortísimo, pero por su voz podía adivinarse que le ilusionaba la posibilidad - Mi pequeña está bien. Edward se encargó de cuidarla mientras estuve fuera. Sabes que puedes pasar a verla cuando quieras... bueno, mandame tu dirección, y estaré en tu casa cuando quieras... Yo también te echo de menos... 

Cortó el mensaje, y se quedó sentada en su sofá pensando en todo aquello. Seguía sin estar segura de nada de lo que estaba haciendo. Era lo que deseaba hacer, pero le aterraba estar cometiendo un error muy grave. 

Fue entonces cuando reparó en el pitido que se oía en el mensaje. ¿Que sería? ¿Estaba Azazel en el hospital? ¿Visitando a alguien quizá? ¿Le ocurriría algo? Entonces empezó a ponerse nerviosa, e impaciente por verla y comprobar que todo iba bien. 

 Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12)

Siguió a Edward hasta un lugar más privado, como él le indicó. Aquellas no eran las noticias que ella había esperado recibir. 

La descripción de aquella espora se le metió en la cabeza. Se extiende muy rápido en ambientes sin oxígeno. Se queda dormida cuando lo hay y deja de crecer, se va muriendo lentamente... Es justo lo que necesitaban. Pero había que encontrar una solución al veneno. 

-Oh... es perfecto... - se le escapó mientras daba vueltas a lo que le acababa de describir - Quiero decir... ese es el comportamiento que buscamos - Que hacer con el veneno... que hacer con el veneno... - ¿Tenemos muestras del veneno? ¿Cual es su composición? Me gustaría comenzar a trabajar de inmediato sobre ese moho. 

Su cabeza de pronto estaba llena de ideas. Si ese veneno era un gas... quizá necesitaría solo una leve alteración. O quizá un segundo componente que emitiese un gas que pudiese combinarse con el veneno y convertirlo en algo inerte. Como se hace con algunos gases industriales para capturarlos y transformarlos en gases inocuos. Necesitaba saber que era exactamente, y como se generaba. 

Te mandó una dirección en un mensaje simple...que te resultó muy extraña. No era una planta normal, era una de las primeras, reservadas como vosotros bien sabíais a los saltadores.

Planta 0-7 Puerta Roja. Te avisaré cuando vuelva! ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ 

Para..para- se rió por lo bajo- Tenemos otro problema y es que hay fugas, me refiero, tendrás que trabajar en otro de los laboratorios con equipo especializado NBQ, y aun así, si aceptas debes de tener en cuenta que puedes enfermar. Deberás de firmar un papel de confidencialidad y de que estás informada de que puedes tener efectos secundarios a la larga. Por ahora, los que hemos tratado con eso, hemos tenido pesadillas, leves alucinaciones visuales y auditivas. Es bastante molesto, sinceramente- miró al infinito y acabó por cerrar los ojos. 

Mensajes con Azazel

Recibió con entusiasmo y nerviosismo el mensaje de Azazel con su dirección. Estaba impaciente y asustada a partes iguales. Respondió con un sencillo:

Espero tu mensaje!!! ♥

Después de contestar se quedó un momento pensando en la dirección. ¿Planta 0? ¿Era Azazel una saltadora? No le encajaba, pero... en realidad no sabía demasiado sobre ella. ¿Era familia a alguien que si lo fuese? ¿Era familia de alguien importante en Titán?

Tras un rato mordiendose las uñas, encendió su ordenador. ¿Había un directorio de residentes en Titán? Nunca se lo había planteado, pero quizá hubiese algo.

 Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12)

De pronto todo lo ocurrido en el funeral se le vino a la cabeza. Kara, y Hilv... lo que Edward acababa de contarle le recordaba mucho a aquello. Tuvo el impulso de preguntar ¿Fugas? ¿Que niveles pueden estar afectados? ¿Puede haber gente en peligro? Pero se abstuvo en cuanto oyó que tendía que firmar un contrato de confidencialidad. Quería investigar todo aquello, y pensó que era mejor mantener un perfil relativamente bajo. Contuvo su expresión de asombro todo lo que pudo, pero no pudo evitar aparentar estar muy preocupada. Aquello parecía potencialmente "más que molesto".

-Creo... creo que aun así quiero hacerlo - afirmó con tono más inseguro que cuando antes se había ofrecido - Sigue pareciendo una muy buena opción - y necesito saber hasta que punto puede haber afectado a gente en Titán - Lo firmaré - dijo refiriéndose al acuerdo de confidencialidad - Creo... creo que podré con ello - de eso en realidad no estaba segura, pero si quería investigar aquello no le quedaba más remedio.

Te facilitaré el contacto para que puedas hablar con el jefe de seguridad de la zona, que te dirá exactamente que es lo que debes de hacer tras firmarlo. Por lo demás, mañana traeré a uno de esos malditos abogados para que puedas firmarlo...aunque- Te miró unos largos segundos- piénsatelo esta noche. Se que te gusta mucho tu trabajo, pero a veces tienes que medir bien las consecuencias. 

Tras esa parte seria de más, te ayudó a revisar el trabajo atrasado y lo poco que había avanzado con vuestro proyecto. Algún cotilleo muy básico y algún momento de tensión por lo cansado que estaba. Se le notaba exhausto de cierta forma. 

Mensajes con Azazel

Tras un rato buscando, sin éxito, un directorio de los habitantes de aquella planta, cerró el navegador y la pantalla del portatil. Se sentía un poco avergonzada de si misma por aquello. No acostumbraba a espiar a otras personas. Todo lo que rodeaba a Azazel la hacía perder un poco los papeles. La excitaba como no había pasado en años, y a la vez la asustaba. Aun así, aquello no era excusa para espiarla. 

Quizá podía pasearse por la planta y echar un ojo a las puertas... la suya era bastante singular. Quien la conociese no tendría problemas en distinguirla de las demás. La decoración de enredadera no dejaba demasiado a la imaginación. Quizá allí también viese algo que le indicase de quien se trataba... ¡No! ¡Deja de pensar en eso! ¡Ni se te ocurra!

Se preparó un té mientras trataba de tranquilizarse, pero aun así no pudo parar de darle vueltas a aquello. En un momento sonrió, mientras pensaba que "Al menos vivía cerca". Apenas a una planta de distancia, antes de aquello ni se le había pasado por la cabeza que pudiese ser así. 

Tras una intensa lucha interna se decidió por esperar. Esperar a que la llamase. 

Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12)

Arabelle trató de no parecer emocionada de más con la perspectiva de estudiar aquello. Sus razones no estaban siendo completamente honestas, y Edward podría darse cuenta si presionaba demasiado. Cuando le dijo que la pondría en contacto con el jefe de seguridad, asintió y no insistió en continuar con el tema. Le daría vueltas, eso lo tenía claro, pero quizá no exactamente a lo que Edward quería. 

Tras un par de horas más de trabajo, revisando asuntos pendientes, llegó el momento de parar. Arabelle estaba muy cansada, pero Edward parecía agotado. Seguramente no fuese solo físicamente, sino también mentalmente. Seguramente los problemas con aquella muestra fuesen la causa.  La misión, y sus consecuencias, había tenido un efecto similar en ella.

-Pareces agotado, quizá sea momento dejarlo por hoy... - había sugerido ya bien entrada la noche - ¿Estás bien? Tiene que haber sido difícil llevar todo esto, con todo lo que ha pasado por aquí... - le puso la mano en la espalda de manera amistosa - ¿Quieres que te prepare alguna cosa antes de retirarnos? Se de algunas infusiones que son una maravilla para dormir.