Partida Rol por web

 La respuesta al miedo comienza en una región del cerebro denominada amígdala, ubicada en el sistema límbico, encargado de regular las emociones y funciones de conservación del individuo. Cuando ésta detecta una fuente de peligro, desencadena los sentimientos de miedo y ansiedad. Estos provocan una serie de cambios corporales que preparan al cuerpo humano para ser más eficiente ante una situación de peligro: el cerebro se hiperactiva, las pupilas y los bronquios se dilatan y se acelera la respiración; aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial, así como el flujo de glucosa a los músculos. Entretanto, los órganos no vitales para la supervivencia se ralentizan como adelantando su posible pérdida.

Pero claro, ¿Qué ocurre si el aire está envenenado? ¿Si hay demasiada luz? ¿Si justamente queda poco aire? ¿Si de lo que huyes es capaz de notarte por el calor o el sonido? Que esos mismos cambios, se vuelven contraproducentes. 

El plan estaba propuesto, se volvería a la zona por donde Arabelle y Mike habían llegado hasta allí, aunque seguramente tendríais compañía. Si habíais sido medianemente listos o simplemente queríais salir con vida, el posicionamiento del grupo seguiría su cauce mientras que no hubiese problemas, así que, con todo preparado, vuestros cuerpos humanos se adentraron en el pasillo de la planta, dejando ese lugar seguro. Porque el tiempo iba en vuestra contra. 

El pasillo, que tanta tranquilidad daba después de un largo día en el trabajo, o a la vuelta de un salto, con sus colores neutros, su olor suave, el sonido lejano de un día común reproducido por los altavoces y la siempre claridad diurna ahora se dibujaban como ratoneras con la posibilidad de que tras cualquier esquina algo saliera. Aunque las luces de emergencia dejaban un tono rojizo suave, por lo que todo seguía bastante iluminado, el silencio reinante solo roto por vuestras pisadas y el ligero olor acre que lo empapaba todo por la falta de funcionamiento de las bombas de aire creaban un entorno muy viciado, malsano. 

Mona avanzaba demasiado rápido. Quizás demasiado. Se notaba que estaba segura de sus pasos, y que su misión era el frente, mientras esperaba o confiaba en que los demás hicierais vuestro trabajo. Un giro a la esquina, y os encontrasteis delante del ascensor que estaba cerrado. Con el arma siempre en alto, y algo agazapada, esperó antes de pasar por ese punto crítico una señalización de Arabelle que estaba más cerca, para asegurarse de por donde debían de ir. Siguió su camino mientras esperaba que los flancos fueran cubiertos ante ese tercer punto que era el ascensor por los demás soldados hasta dar con la salida de aire por donde habían llegado hasta allí. 

 Quince metros mas al fondo del pasillo por el que no habíais venido, había una puerta que estaba ahuecada hacia fuera, como si algo hubiese querido salir desde dentro. El resto, estaban cerradas. 

Todos podríais caber por esa salida, con ayuda, porque estaba en el techo. El problema, iba a ser Dag. La camilla no cabía, pero, si se desmontaba solo a la camilla de tela reforzaba con los dos sostenes si. Lo malo de usar los sostenes de inmediato, es que en curvas mas o menos cerradas, como solía ser el caso muchas veces, no iba a poder pasar. Iba a necesitar dos personas para poder moverlo por los conductos. Por lo que recordaba Arabelle y Mike, al menos hasta el piso del que partieron si podían llegar. Otra cosa sería si estaban buscando cambiar de camino, que también se podía, o buscar otra zona mas amplia por la que avanzar. 
 

Estar de nuevo ante aquel conducto le produjo un escalofrío. La primera vez habían escapado por los pelos. Por suerte esta vez parecía despejado, y además tenían artillería. Confiaba en que eso fuese suficiente si las cosas se torcían. Mientras se preparaban para subir, tuvo la sensación de que quizá debiese ser ella la que subiese primero. Al fin y al cabo era una de las dos personas que ya habían estado allí.

Miro el conducto sin verle nada especial, pero tampoco ahí abajo el pasillo tenía nada de especial hasta que encontramos esa otra ruta por la zona de mantenimiento que nos llevó al túnel vertical.

Miro hacia todos los lados con la pistola preparada mientras parece que quieren trepar al techo. Bueno, no seré yo el primero. De hecho, con mi aspecto actual, probablemente debería ir último.

Pistola en una mano. Preparada. Espada en la otra. Avance en la posicion asignada, cubriendo los diferentes flancos segun fuera necesario en nuestro camino hasta el conducto designado.

Nada mas verlo fui consciente de que no iba a ser tarea facil pasar con la camilla. Podria hacerse, pero habia que ir con mucho cuidado y sobretodo... lentitud. El reloj seguia marcando el paso del tiempo y nos estabamos quedando sin este ultimo a una velocidad demasiado rapida.

Mire las luces rojas y recorde algo. Susurre una vez estabamos todos juntos preparandonos para adentrarnos en el conducto. - En el ascensor, la luz roja parecia volver loco a la criatura que estaba alli conmigo. No era capaz de atacar, solo se movia de un lado a otro completamente desquiciada.

La luz roja mas cercana a mi. Un movil y esa pantalla rojiza, podrian crear esa misma luz roja. Para quien fuera delante o detras del todo podia ser un salvavidas... quizas.

Liam se mantuvo en la posición que le habían asignado tanto cómo pudo, y cuando las particularidades del camino le hacían abandonarlo, volvía al mismo tan pronto como era posible. 

Ante las palabras de Marko giró la cabeza, - Se podría aplicar un filtro a una luz blanca para volverla roja, por ejemplo pintarla con una gota de sangre, o poner una tela roja delante de la misma, pero pintar el foco de rojo es lo más seguro. - susurró mientras sacaba el movil y trasteaba con las opciones para ver si podía utilizarse como linterna.

Llegamos al ascensor y volví a mirar la camilla. Aquello iba a ser un tormento, pero no quedaba otra si Dag tenía que salir de allí con vida, así que comencé a desmontar la camilla, no había tiempo que perder.

Daniel trotaba junto a Mona, tratando de no sobrepasarla pero sin perder mas de un paso por detras. El arma apuntaba hacia abajo, agarrada con ambas manos y en los momentos clave, cubría los angulos muertos de aquella extraña mujer. De vez en cuando escuchaba lo que los demás iban hablando sobre luces rojizas que podían defender. Lo de la luz rojiza le trajo recuerdos de un mundo ajeno. Pero eran vagos y los desechó con un movimiento de cabeza. Siguió adelante.

Samuel caminaba de forma pesada mientras se internaban en aquellos pasillos, notaba el miedo atenazandole, sin embargo sabía que tenía que echarle fuerza y actuar de forma diligente y vigilante: Estos principios le servían para mantener el miedo a raya y sacar valor cuando la situación era de lo mas desesperada o ... le convertían en un necio estúpido que podía cometer un acto suicida con tal de ganar algo de tiempo.

Ante tales pensamientos el chico se encogió de hombros y soltó un suspiro cansado, casi frivolo viendo la situación, sin embargo la empuñadura de su arma estaba siendo sometida a bastante presión por el agarre fuerte y firme, todo lo que el soldado podía hacer ahora.

Su mirada barría constantemente el frente, los flancos, techo y suelo, en busca de posibles conductos de ventilación pequeños por donde cualquier alimaña pudiera ocultarse y aun así de tanto en tanto parecía que su andar se desviaba ligeramente aquí y allá, como si tuviera que concentrarse no solo en estar vigilante si no en no perder la orientación cuando caminaba, de buen seguro eso era culpa de su última necedad, ahora acomplada en su columna vertebral como un bonito disco que debería haberlo matado.

Suspiró otra vez, mas cansado si cabe pero igualmente resuelto, el mango del arma crujió contra el agarre, un quejido indicandole que aflojara y siguiera caminando bajo el constante ataque de las luces de emergencia que no hacían sino darle un toque siniestro a un ambiente ya de por si peligroso.

Por una vez, como buena soldado, decidió seguir la formación establecida por alguien con aparentemente más experiencia, aunque en realidad, confiaba en Marko, y si él confiaba en Mona, para ella era suficiente. Había gente capaz de defenderse en el grupo, pero tenía muy claro que cualquier cosa podía aparecer, y seguramente habría cosas que no se podrían parar con las armas convencionales, como ese demonio del que Daniel los salvó.

Al llegar al conducto, se detuvo, y miró a Mona lo mejor es que yo vaya delante luego sus ojos buscaron a Marko, era lo más lógico tengo entrenamiento y no tengo ninguna herida de momento claro, luego estaba lo otro, si alguien tenía que arriesgarse… por último se centró en Arabelle, encogiéndose de hombros.

Ella no sabía por donde tenían que moverse, la que tenía alguna idea era la científica, pero al ser civil o al menos no aparentar tener una gran complexión ni manejo de armas dejarla la primera era...contraproducente. Las palabras de Hilv le hicieron asentir- Ve tu primero, luego la rubia, ella te irá guiando- El médico tenía que quedarse con Dag y ella...pasaría a echar una mano para subir al muchacho. 

Ayudó a Hilv a subir primero, aupándola de un pie, y luego a Arabelle. Después tendría que ir Daniel, luego Fred, Mike que ayudaría a subir a Dag, Mona, Azazel, Liam, Samuel, Rick y por último Marko- Tu eres mejor cuerpo a cuerpo- Le espetó al último antes de que se empezara a subir uno por uno. Disparar en los conductos es lo peor que se puede hacer, necesitamos un cuerpo a cuerpo- Si nadie tenía nada mas que decir, irían subiendo. 

La idea de Liam ganó una sonrisa de Azazel. Lo observó mientras este trasteaba el móvil, dando rapidamente con la linterna en el mismo. No podía aplicarse colores, pero si era cierto que con una tela o con sangre u algo que lo tiñera de rojo, haría lo suficiente.- Espera- Se acercó a la camilla donde estaba Dag y sacó de uno de los compartimentos un botecito tras rebuscar bastante- Tomad...- Era yodo. Quizás solo tuvieras menos de un minuto hasta que se secara y el color rojizo pasara a ser amarronado, o se resbalara demasiado por la lente de la interna y apenas sirviera pero era mejor que nada. 

Mona no es que fuera muy parecida a la que recordaba, obviamente no hablaba del fisico, pero sus formas eran de lejos muy diferentes... aunque tampoco la habia visto en modo "combate" nunca.

Sus formas al venir hasta mi me hicieron mirarla directamente sin ningun tipo de cortapisas. Serio simplemente escuche lo que tenia que decir. Enarque una ceja levemente, torci el cuello sin perderla de vista dando la diferencia de alturas y acabe suspirando pesadamente sin separar mis ojos de los de ella. - Como tu quieras.

Guarde la pistola, asegurandola en la cintura y poniendole el seguro, para acto seguido coger la espada con la zurda. Me acerque al conducto y ayude a aquellos que Mona no podria, a subir.

Subi detras de los demas, con la espada en mi mano dominante y mi atencion puesta sobretodo en la retaguardia. Ojo avizor ante cualquier movimiento, sombra o ruido.

Una vez a solas, cuando solo quedabamos el y yo mire a Rick. - ¿Preparado? - Se me notaba pensativo, no enfadado pero con un atisbo de una molestia extraña en el fondo. Me conocia lo suficiente para saber que algo se estaba fraguando en mi cabeza.

Le subi para luego subir yo. - En marcha... dudo que vayan a esperarnos.

Samuel escuchó lo del color rojo y se quedo pensativo mientras miraba su arma por si esta tenia una linterna, en la parte baja, luego alzo un poco el tono de voz.

 - No es que sea muy agradable...¿Pero me dejais una linterna? Tengo algo de color rojo que puede que no se corra y al menos si se seca dejará un tono rojizo decente. - Dijo ni corto ni perezoso,dejando clara su sugerencia de usar la sangre humeda que tenia sobre su nuca y la camisa.

Daniel asintió y se colocó a la par que Arabelle. 

- Yo te cubro por este lado. Si hay problemas, te pones detrás de mi -le susurró.

Los demás hablaban de como colocar un tono rojo en las luces y Daniel se limitó a mirar hacia arriba. Samuel estaba sugiriendo usar sangre y Daniel le interrumpió.

- Sam, no seáis tan dramáticos -les hizo una señal con la nariz hacia las luces de la parte alta de los pasillos-. Desenrroscad los casquillos de las balizas y sujetadlos a la luminaria con esparadrapo. Estoy seguro de que en la camilla encontrareis algo con lo que fijarlo.

Que fuese Hilv quien iba a ir abriendo camino la tranquilizó un poco. No por no ser ella, sino porque confiaba en Hilv. Habían pasado bastante juntas en aquel lugar, momentos buenos y también malos. Suficiente para que se hubiesen tenido que salvar la vida en alguna ocasión. Allí no había nadie en quien confiase más que en Hilv.

-Estaré justo detrás de ti - le dijo a Hilv - No te preocupes, se por donde ir - decidió omitir un "creo que" en esa frase que seguramente hubiera puesto bastante nerviosos a sus compañeros - Vamos a salir de aquí.  

Antes de subir respondió a Daniel.

-No te preocupes Daniel - respondió poniéndole la mano en el brazo - Con Hilv al lado estaré bien.

Después se acercó a Azazel. 

-Mantente detrás de mi, no te quedes atrás. ¿ok?

Cuando Hilv subió, Arabelle fue detrás. 

Una vez la camilla estuvo desmontada y llegó mi turno subí al conducto de ventilación, desde allí ayudé a subir a Drag. Entre Daniel y yo arrastramos al soldado. Todo este viaje no era lo mejor para alguien a quién habíamos atendido de urgencia hacía escasos minutos, pero era la única opción que nos quedaba.

Subo al conducto cuando llega mi turno, guardando mi arma, con relativa facilidad. Desde arriba miro el grupito que estamos. No se me escapa las pocas posibilidades que hay de que todos salgamos vivos.

Pero no hay más remedio, tenemos que conseguirlo. No tenemos más opciones. Vuelvo a sacar mi pistola y empiezo a moverme tras Daniel, en la cabeza del grupo.

Liam asintió ante la idea de Azazel de usar iodo en lugar de sangre cómo tintura para las lámparas, si bien era cierto que la sangre formaría una capa al coagular, tenía la ventaja de que uno no debía herirse cada vez que quisiera teñir el lente... y había cazadores que podían seguir un rastro de sangre.

Tomó el frasquito y le agradeció a la pelirroja con un gesto y un - Gracias - susurrado, y esperó a su turno de pasar por el conducto, ésta vez se aseguraría de no érder pie para no retrasar a nadie.

Sam consiguió solo un casquillo de bombilla de una de las luminarias que estaban cerca medio desencajadas. El problema es que no había mas linternas, de hecho, pocos teníais luz realmente. 

Uno a uno fuisteis subiendo, aunque Hilv estaba bastante perdida con todo aquello. Arabelle se empezó a mover, recordando a la perfección por donde tenía que ir, eso salvo a la soldado de perderse en mas de una ocasión. Rick suspiró y asintió a Marko cuando ya solo faltaban ellos, y con algunas dificultades acabaron los dos arriba también. 

Mona arrastraba junto con el médico la tela donde el herido estaba encima, lo cual hacía que tuvieseis que ir un poco mas lento. 

El interior era algo angosto, y como mucho, quizás se podría ir de rodillas gateando, pero de ancho cabríais dos ajustados. Aquello os quitaba levemente la ansiedad por quedaros atorados. 

Tras apenas diez metros, cuando Marko apenas había avanzado un poco por los conductos, Arabelle se encontró con la decisión: Podían seguir por el mismo camino que ella conocía hacia la zona donde habían sufrido el ataque de Ella o podían desviarse hacia la derecha, dando a un conducto un poco mas estrecho, pero también un poco mas alto y que parecía en relativamente mejor estado.