Partida Rol por web

Richard miraba a su alrededor con cierta tensión, verse rodeado de tanta gente en un ambiente que no terminaba de ser suyo lo inquietaba, pero se sentía más calmado que en el pasado. Asintió a Marko mientras le escuchaba hablar de la fiesta.

Una fiesta para los críos.. dijo con lentitud mientras dirigía la mirada a un corrillo de estos con sus juegos, al ver eso reprimió pensamientos amargos. Cierto, Titán es más que una base, no deja de ser extraño.. curioso. se encogió de hombros ante la situación de las instalaciones.

Me dejo aconsejar. dijo al final. Probaré esa.. ¿bodiola has dicho? no tenía ni idea de lo que era, pero por el olor que desprendía la brasa no parecía nada malo. Al preguntarle sobre su adaptación en Titán, se encogió de hombros con cara de circunstancias.

Normal, supongo. No salgo mucho, me entreno más. resolvió Richard con sencillez. Me he obligado a venir aquí.. me han aconsejado por activa y por pasiva que haga "vida", no me voy a enfrentar a las órdenes del médico. trató de acuñar algo de humor al comentario, aunque con escaso éxito.

La llegada de River hizo que Richard le hiciera hueco, la recordaba de vista, y sabía a qué se dedicaba.

Doctora. asintió a modo de saludo a la mujer con educación. Dejó que conversara con Marko, parecía incómoda ante su presencia, por lo que se apartó un poco más.

Acababa de levantarse para seguir a Azazel cuando un hombre elegante se les acercó. Arabelle le echo una ojeada de arriba a abajo antes de contestar. Le había parecido verlo antes mientras deámbulaba sin rumbo por la fiesta. 

-Es una verdadera lástima, nos había dejado a las dos con la boca abierta - respondió con una sonrisa al recién llegado - Soy Arabellle, soy... la loca de las plantas de Titán - se presentó medio en broma -  ella es Azazel - indicó con la cabeza a su compañera de banco - iba a enseñarme ahora las flores que hay un poco más allá en la orilla del lago - señaló con la mano donde Azazel había indicado antes. Se quedó un momento en silencio y cruzó una mirada cómplice con Azazel - Te ofrezco un trato. Nos traes una cerveza cerveza a cada una, y te dejamos que nos acompañes. ¿Trato? - le tendió la mano mientras esbozaba una sonrisa pícara. 

Richard seguia sin parecer en su salsa, mas bien, parecia tranquilo si eso era posible pero no demasiado como si todo a su alrededor fuera surrealista. No era la primera vez que veia esa forma de actuar en los nuevos, por lo que no me preocupe en exceso. Entonces hablo mientras yo simplemente escuchaba y asentia. - Si, supongo que lo es... esto es mas una ciudad que un campamento militar, por lo que... los niños son indispensables en cierta forma. - Aunque siga sin entender quien ha sido el majadero que lo ha pensado asi y si se ha avisado a las familias sobre el peligro real que entrañan estas instalaciones. Suponia que los saltadores al menos lo sabrian, o eso esperaba. No pude evitar mirar a Maggie y Tamra.

Sonrei cuando vi que estaba dispuesto a comer algo. - Bondiola. - Le servi un plato con una racion generosa, mientras señalaba patatas o verduras, se las administraria al gusto, mientras de nuevo señalaba los distintos tipos de salsa. - Es el plato especial de este año, el que viene tendre que buscar otro. - Optimismo, porque sin él no durariamos demasiado. Aun asi las palabras de Richrds atrajeron mi atencion, parecia solo centrarse en el entrenamiento y las misiones y eso, no era sano, no en un microcosmos como este, lo sabia bien. - Bueno, si son ordenes del medico deberias seguirlas... y si quieres hablar, salir a beber algo o simplemente dar una vuelta por el motivo que sea, avisa. - Los soldados, en cierta forma somos hermanos, somos como los legionarios de las antiguas legiones romanas y debemos apoyarnos, aun sin conocernos. Quizas sonara fuera de lugar, quizas ni siquiera fuera lo habitual, pero la camaraderia era lo que era.

Entonces llego River y no pude mas sonrei levemente al ver que me recordaba, aunque no hubieramos cruzado demasiadas palabras entre nosotros. - Por supuesto. - Le fui señalando las que aun quedaban, marcando los ingredientes y tomando las que eligiese. Tras tener el plato con lo pedido, le señalaria las salsas como a Richard y de igual forma le indique que la primera era dulce, la segunda normal y la tercera picante, aunque no en extremo. Mire a mi alrededor ante sus palabras y asenti. - Si, bueno que no te engañen las apariencias, casi todo son amigos o conocidos... - Una suave broma, sabia que mucha gente habia venido a mi barbacoa, pero no era eso lo que me preocupaba, solo pasar un buen dia y disfrutar del sol y que los niños se lo pasaran bien. - pero no se si bien es la palabra, pero me defiendo y me gusta, la verdad.

Un hombre ascendió encima de una escalera preparada para ello- SEÑORES, SEÑORAS Y NIÑOS- Usaba un amplificador de voz, parecido al de los policías, alzado hacia arriba para no molestar a los que estaban cerca- EL CAMPEONATO DE COCINA ESTÁ DECIDIENDO A LOS GANADORES, LOS QUE QUIERAN SER JUECES PUEDEN PROBAR LOS PLATOS EN LA ZONA DE LAS FLORES- Señaló más allá del estanque. 

Todos habíais decidido centraros en las zona mas central donde había más gente. La pareja madura se fue para allá junto con algunos más, y cuando os disteis cuenta aquello estaba a la mitad de su capacidad. 

La chica miró a Hilv- A ar mojabragas si- se refirió a Marko- yo no se que le vehn, supongo que eso de ir gruñiendo como un animal rabiozo, que atrae a algunas- se encogió de hombros- yo prefiero a los caballeros...-le echó un ojo a Dag- ya me entiendez...¿no?- una risa, de estas que podría oirse a un kilómetro a la redonda- ¿así que solo amigosh bien bien, anda...ya viene, DAAAAAAAAAAAAAAAAG- Le chilló aunque lo tenía apenas a cinco metros.

La bebida, apenas parecía tener alcohol, y estaba tan suave que entraba con una facilidad pasmosa. 

 Entrecerré los ojos al escucharla gritar tan de cerca- Hola Hilv...- Su amiga le dio a el otro vaso- Gracias, tengo que ir ya a por la bebida extra ¿no? - se rascó la cabeza mientras miraba de reojo a su amiga. Esta asintió y él refunfuñó.-¿En serio?

Se acercó a Hilv y le susurró algo al oído haciéndole luego un gesto hacia la zona de la entrada- Ahora venimos Ransa, voy a por la otra botella de Vodka, ya te has fundido las que teníamos- le sonreí antes de girarme. Se notaba que se conocían desde hacía años. La chica le miró como si esperase algo más y el solo negó mientras se reía por lo bajo- si si, y traeré también la comida. 

Azazel se había movido con Arabelle hacia el lago, para apreciar unas flores y Mike se había acercado a hablar con la chica rubia. 

No se si la palabra es salvado...-se rió por lo bajo mientras os acercabais a la zona del estanque- ¿las orquídeas? - pregunté con media sonrisa y una alegría inconmensurable en los ojos - son una de mis preferidas, sobretodo la Habenaria Radiata- La Habenaria Radiata se caracteriza por ser nativa de Corea y de Japón, de color blanco con una forma bastante interesante que se asemeja a un pájaro blanco con las alas abiertas. Pequeñas, dificiles de encontrar fuera de su entorno.-¿Del exterior? ¿Me la puedes enseñar?- Te cogió de la mano, como si ese fuese un regalo mayor al que podría soñar. - Por fi...- frunció un poco los labios, para dar algo de pena mientras seguíais andando por el borde del estanque. 

 Veías algunos peces de agua dulce, la mayoría pequeños y de colores oscuros o grises, salvo por un par morados pupureos que llamaban la atención. Le hablaste sobre el amazonas, ella te escuchó ávida por información. Notabas sus ojos rondando tus gestos como si fuese una pizarra en blanco y estuvieses dibujando sobre ella. Se entristeció un poco cuando se enteró que no era posible lo que ella había dicho y justo cuando iba a hablar apareció Mike. 

Son todos unos borrachos de cuidado...- te susurró antes de hacerte el gesto para que le acompañaras. 

Prefirió asentir con respecto a Marko, con una sonrisa a veces un gruñido es mejor que oír lo que algunos tienen que decir se encogió de hombros cuando mencionó a los caballeros en realidad cuadre que le gusten los caballeros, ¿no dicen que buscamos lo que no tenemos? Amigos ya es faltar a la verdad, apenas nos conocemos en realidad por la forma de mirar a Dag y su comentario, prefirió dejar claro las cosas no la quieres en tu contra, no, para nada abrió los ojos, sorprendida por la suavidad de la bebida oye, esto está bueno dijo mientras alzaba el mentor para saludar a Dag.

Se mantuvo seria cuando el chico le susurró, no iba a ser ella quien contradijera sus palabras.

No le había contestado su pregunta sobre el tiempo que hacía que se conocían, pero no hizo falta tras ver como se trataban uno al otro, se conocían bien al parecer.

Encantada de conocerte Ransa, supongo que nos veremos ahora.

¿Es necesario gritar tanto?

Siguió a Dag hacia la zona de entrada, dando un bocado a su hamburguesa y bebiendo otro sorbito más para que la ayudara a tragarlo ni de coña te pases Hilv. 

Me cae bien le dijo en cuanto se hubiera alejado un poco y con un poco de comida todavía en la boca, era verdad, había sido amable con una desconocida que se había acercado por el morro no es muy discreta eso sí dejó escapar una pequeña risa.

Oye le tocó ligeramente el brazo para que la mirara quería disculparme por haberme comportado como una cría el otro día parecía de verdad arrepentida se me fue un poco la olla, estaba cansada y malinterpreté las cosas aunque lo que él le dijo tampoco fue muy acertado, pero había decidido pasar de los malos pensamientos, de esos tenía de sobra como para añadir más a la lista había pensado en traerte una hamburguesa como muestra de buena voluntad sostuvo en alto a la mitad de Pikachu pero hacía siglos que no comía una, y no he podido resistirme... le explicó poniendo una cara de inocencia que estaba poco conseguida y no le quedaba bien. 

Encantado de conoceros, un placer Azazel. Me llamo Mike.- Les dije con una sonrisa mientras estrechaba cortésmente la mano de Arabelle.- Claro trato, será un placer acompañaros y conocer un poco esto. Acabo de llegar y aún no termino de hacerme a mi nuevo hogar.

Una cerveza para Arabelle y ¿Qué traigo a la encantadora Azazel?- No era cortés preguntar la edad a una chica, pero jugaría que la niña no tenía ni tan siquiera los dieciocho años.

La chica se fijó en Mike mientras Arabelle hablaba con él. Sonrió cuando le preguntó que quería- pues yo lamentándolo mucho tengo que ausentarme un rato...me llaman para jurado- señalé con la cabeza al hombre que gritaba para que acudiesen los catadores al otro lado de la planta donde estabais. 

Miró a la doctora- luego si sigues por aquí te puedo enseñar eso, si no, pregúntale a Gaia mi número en tu tablet personal, te daré acceso a que puedas verlo y así podemos quedar otro día- Paso por el lado de Mike- nos vemos...- una sonrisa afable en sus labios. Alzó la mano para despedirse de la chica rubia- Hasta luego!

Azazel tenía los ojos mas hermosos que nunca habías visto. Poco importaba el jersey de cuello alto blanco corto que dejaba una cintura pequeña pero con sinuosas curvas pronunciadas al aire. Ni los vaqueros oscuros pegados de donde colgaba un llavero con un pulpo verde enfadado, el señor de las profundidades de R'lyeh entallando una cintura casi desmesurada para un cuerpo tan pequeño de apenas metro y medio de altura. Atrás quedaba el ambarino y rojizo cabello suelto y un poco despeinado, las miles de pecas que formaban constelaciones en la palida piel del rostro que enmarcaba esos ojos...Dignos pozos donde pequeñas volutas rojizas parecían flotar en medio de un estanque que variaba de un azul cielo a un verde esmeralda. 

No sabrías decir si sería mayor de edad o no, su cuerpo decía una cosa, atrayente como la naturaleza misma, mientras que el pequeño rostro reflejaba una ternura joven, inocente si acaso. 

Es buena persona pero si, como dices, es bastante poco sutil en algunos aspectos- sonreí mirando al cesped. Estaba empapado, iba dejando un reguero de agua por doquier. 

Cuando le tocaste el brazo te miró con esas cejas alzadas y esa barbilla gacha. Joder, si es que parecía un perrillo. Sonreí devolviendo la vista al suelo mientras me frotaba un poco las manos- no te preocupes, es normal. Los que estamos aquí mucho tiempo digamos que no sabemos como tratar demasiado a los nuevos...- mis hombros se alzaron en un gesto mudo. Era curioso como ya habían sido dos, dos las veces que no habían respondido o que habían tardado en hacerlo con el tema del tiempo. 

Miré la hamburguesa, que picaba un poco de más- ...ah gracias- y la cogí, tal cual, empezando a devorarla como si no hubiese comido en años. Mordiscos grandes, y algún chorretón de salsa de camino a la barbilla recorriendo el inicio de la perilla- Nho she- tragó con dificultad el tercer mordisco- ¿no te gustan? Aquí tenemos nuestros propios cultivos, incluidos de carne, son muy buenos.- La miré un poco de arriba a abajo, estaba algo delgaducha, ¿Quizás era por eso?- no necesitas una dieta, mas bien si acaso comer alguna hamburguesa de más- y no había maldad en sus palabras. 

Pronto un hombre se alzo sobre los demas con uno de esos aparatos para dejar sorda a la gente, por suerte, sabia como funcionaba y lo alzo hacia arriba. Le escuche cuando comento lo de que el concurso de comida iba a empezar y viendo que ya practicamente todo estaba finiquitado, a excepcion de algunas brochetas, empece a recoger la barbacoa para asi poder ir al concurso. Los restos que estaban comestibles, los puse todos en una bandeja y la tape con papel albal, pues me servirian para mi, si nadie mas queria durante este rato. Lo primero era dejar el sitio recogido y me asegure de ellos, bolsa tras bolsa, hasta dejarlo perfecto. Solo entonces mire a Richard y a River, si esta ultima aun seguia por alli. La verdad es que me fije mas en Richard que en la psicologa, las pocas palabras del hombre, me habian llamado la atencion, vivir para las misiones, no era sano... aunque bueno, sabia perfectamente lo poco sano que eso era. - Voy a ir a ver el concurso... ¿Te apetece pasar un poco mas de tiempo fuera de tu rutina? - No habia maldad en mis palabras, solo algo de camaraderia, por una sensacion que conocia bien, aunque a diferencia de él yo tenia gente a mi alrededor, poca, pero mas que suficiente.

Un grito llamo mi atencion, la mujer de antes, la misma que habia soltado aquellos comentarios tan fuera de lugar estaba llamando a Dag, como si fuera algun tipo de animal. Me di cuenta de que Hilv estaba cerca de ella, negue con la cabeza porque sin duda menudas compañias se buscaba la chica. Aun asi pronto me puse a lo mio, mientras esperaba respuesta del militar.

Tanto si aceptaba como sino, yo si iria. Pasar algo de tiempo fuera de casa, siempre me hacia bien y no era por la compañia de lo que me quejaba, sino porque solo viva en dos mundos y a veces olvidaba una promesa hecha hace mucho... que me tiraba a estar un poco mas aqui, un poco mas en el mundo de verdad... a conocer al mundo y no volverme... de nuevo como era hace mucho tiempo. Busque entre las cosas de mi mochila una toalla, que no dude en usar para secarme el sudor, antes de ponerme una camiseta blanca de manga corta, que no era ceñida pero le faltaba poco.

Sin duda alguna, Dag habría sido uno de los pringados del instituto, tenía esa pinta de bonachón que hacía que los demás se intentarán aprovechar de él, no parecía capaz de enfadarse a pesar de que lo había visto pelearse de manera bastante notable contra una mola como Marko, sin miedo y con energía. 

De pringados de instintuto entiendes bastante Hilv, salvo por unos pocos meses con Beck, eras una de las jefas de grupo, aunque bueno, mejor que se metan contigo que dar pena y que se compadezcan, eso está claro. 

Por suerte, él pareció dar por zanjado el tema de la dichosa sauna, lo cual la chica agradeció enormemente, la conversación que habían tenido después había sido extraña, desagradable. 

Se fijó en como la miraba de arriba a abajo sin cortarse mucho, sólo para luego llamarla canija. Una sonrisa socarrona asomó en sus labios así que debo comer más hamburguesas podía haber sacado más partido de la situación, ser un poco más “malvada” con Dag, pero eso no entraba en el estilo de la chica no hago dieta para mantener la línea, no tiene nada que ver con la estética vale, si que había usado un tono un poco cortante, era normal que se sintiera un poco molesta con la evaluación rápida que el chico había hecho de su aspecto físico es una cuestión de salud, y si, me gustan las hamburguesas, de hecho me encantan, pero no puedo comerlas habitualmente, sobre todo las que van tan especiadas como esta le aclaró volviendo a un tono más amistoso.

Oye, ¿tú has nacido aquí? Le preguntó como si de pronto hubiera recordado lo de que llevaba allí mucho tiempo ¿Nunca sales ni nada? De repente no pudo evitar sentir mucha curiosidad, joder, a ver si iban a ser una especie de bichos raros, eso explicaría algunos de sus comportamientos. 

Se quitó las gafas, las dobló pero las mantuvo en la mano libre ahora de la comida tampoco debería beber pero a pesar de sus palabras dio otro sorbo, le picaba la lengua de la salsa.

Venga, por Meredith, que no se diga.

Steve bajó con su bañador, unas sandalias y una camisa de sport de tirantes blanca pegada que dejaba ver su cuerpo fibroso junto a su toalla y se acercó a Marko mostrándole una sonrisa. Escuchó la invitación que le hacía a Richard e intervino en la conversación. - ¿Queda algo para mí?, estoy hambriento y creo que me he perdido lo del concurso así que me apunto. - Estaba un tanto impresentable en ese momento y tomó la toalla para ponérsela por la cintura. Echó un vistazo a su alrededor para ver si veía más caras de las personas con las que había estado hablando antes con él. En el caso de reconocerlas las saludaría para que se acercaran a la casi ya terminada barbacoa. Miró a las brochetas con cara famélica y señaló una de ellas mirando a Marko de nuevo. - ¿Puedo?, - le dijo con la intención de tomar una y degustarla ya que tenía una pinta estupenda. Y también quería de paso abrirse un poco a los demás porque por ahora tenía un ligero aire de play boy de solo acercarse a las mujeres como si sus compañeros no existieran. Y ya de paso quería cambiar aquello y abrirse algo más a todos y poder participar del grupo y relajarse en la fiesta. 

Vio al hombre que hacía ruido con el megáfono - Estamos en una fiesta pero eso no quiere decir que estés incordiando con tus pitidos. - Terminé la conversación con un insulto hacia el hombre que era un susurro – Capullo -  y me reí, por primera vez solté una risa que no tenía que ver con una conquista y eso me supuso un cierto relajamiento. Era hora de cambiar hábitos, respiré el aroma a brochetas a demás cosas que Marko había recogido con eficacia. - Buen trabajo la próxima vez soy tu pinche. - Seguí haciéndome el gracioso aunque esta vez iba en serio no me desagradaba echarle una mano, y así aprender también algo de lo que era hacer una especie de moraga. 

No pudo evitar mostrar su decepción cuando Azazel se despidió. Su repentina marcha dejaba muchas cosas en el aire. 

-Seguiré por aquí... ¡No te librarás de mi sin enseñarmelo! - bromeó mientras seguía con su mirada a la chica mientras se iba. Cuando ya se había alejado algunos metros le devolvió su atención a Mike  - Parece que al final solo será mi cerveza - se encogió de hombros - ¿Te acompaño hasta las mesas? Creo que tampoco rechazaría algo de comer - sonrió mientras se pasaba la mano sobre el estómago. 

Cuando ya iba a irme vi llegar a Steve, parecía que al final había decidido volver, porque por fuerza tenía que haber salido ya que antes no iba así vestido, de hecho su "look" fue lo que más llamó mi atención, ya que él siempre iba bien vestido. Le toque en el hombro y le sonreí.

- Has vuelto y vaya pintas me llevas, iba a haberme acercado antes, pero parecías muy ocupado con la pelirroja -le guiño un ojo- Antes he estado con Sam pero se ha ido a hablar un rato con Doe.

Voy acabando la brocheta.

- ¿Damos una vuelta y nos ponemos al día?

Era una suerte que Steve hubiese aparecido, no me apetecía charlar con desconocidos y conocer gente nueva.