Partida Rol por web

Despertaste porque algo en tus pulmones te había obligado a toser de forma abrupta, reiterada, hasta vomitar. No te ahogaste de milagro, lleno de tu propio vómito que abarcaba tus mejillas, y babeaba por la barbilla seguías sin entender donde estabas, o que pasaba. Solo la sensación de que algo iba mal, muy mal. 

Los recuerdos llegaron como latigazos, siendo la alarma, que ya no sonaba, el último pilar que devastó tu mente. 

Si, había sonado una alarma entre sueños, mientras que estabas despertando en el hospital después de...de la caída. Estabas en una cama del hospital, con las dos piernas en alto. ¿No estaban rotas? La tecnología allí era muy buena, o bien habías pasado semanas encamado. Podías moverlas, pero dolía bastante.*

La habitación estaba en silencio, uno de estos que te prohíben casi hablar. La consola de comunicaciones repetía una y otra vez el mismo mensaje en un parpadeo rojo intenso, siendo inservible para nada más que no fuera avisar. 

Protocolo Alpha Activado

Las luces, mucho mas tenues y blanquecinas solo le dieron mas dramatismo. Casi todos los trabajadores conocían ese protocolo, iban a cerrar el complejo, herméticamente, durante a saber cuanto tiempo, mínimo 18 meses. Eso significaba, que quizás habría algo suelto, y de estar suelto, acabarían cremando todo el complejo de ser necesario antes de que saliera. 

Tenías con suerte una hora y media para llegar al piso 100 e intentar salir. 

No había comunicaciones de ningún tipo, ni señal. Las luces, empezarían a fallar en poco tiempo y el ascensor principal no debería funcionar. Se activaban las salidas secundarias que llevaban a la planta superior, pero nadie sabía como o por donde. Suponías que habría indicaciones en algún lado pero no los veías. 

La puerta, que daba al pasillo estaba entreabierta, y escuchabas, de fondo, el sonido de algo arrastrarse. No sabías si hacía ti o no. La otra, del baño, cerrada. 

Se despertó confundido, desorientado y en extremo dolorido.  No recordaba muy bien que estaba pasando sólo la caída por la rampa y el intenso dolor.  Sin embargo algo lo hizo reaccionar, se sentía completamente alerta, olfateó el aire intentando detectar algún aroma extraño que le indicase que sucedía, luego desconfiando de sus piernas decidió bajar de la cama apoyándose en sus brazos y deslizándose poco a poco hasta quedar acostado en el suelo boca abajo, entonces se arrastraría hasta el pasillo y buscaría una silla de ruedas que le permitiese avanzar con mayor celeridad.

Tu olfato estaba...tocado. No podías oler bien, era como si te hubieran robado una parte de ti. Tampoco notabas las cosas como en esos últimos días. Estabas muy solo, o la sensación de nulidad como persona era demasiado grande para ti en estos momentos. 

Saliste al pasillo, o te arrastraste mas bien y la viste. Si, allí estaba, una silla de ruedas a pocos metros de la puerta en una oquedad del pasillo colocado estratégicamente por si hubiera un ataque que tuviesen unos flancos bien protegidos. 

El final del pasillo, estaba lleno de cajas tiradas con diverso instrumental médico, como si alguien se hubiese ido con un montón de cosas a cuestas corriendo y se le hubieran ido cayendo. 

Un poco más...solo un par de metros a la silla...cuando las luces empezaron a fallar. 

Ver aquello acercarse lo asustó y más aún cuando las luces comenzaron a fallar, no se fiaba de sus piernas, le dolían mucho y el dolor podía hacerle perder el paso e incluso caer en el momento menos oportuno, sin embargo sus brazos eran fuertes y respondían bien por lo que decidió subir a la silla e impulsarse en buscar de una salida, no miró para atrás, no trató de descubrir que o quien era aquello, simplemente se dejó llevar por el miedo que lo impulsaba y avanzó moviendo las ruedas en busca de una salida.  Estaba solo, desarmado y, para colmo sentía como si le hubiesen arrebatado una parte de su ser, estaba indefenso, más de lo que nunca se había sentido por lo que abrazó ese horror movilizante que lo embargaba y lo uso para poner distancia entre aquella cosa y él.

De milagro lo lograste, empezaste rapidamente a alejarte del ser que habías visto y en cada momento te parecía tenerlo encima. Notabas el aliento frío, la sensación de opresión. 

Tenías que tomar una decisión, o seguir hacia delante hacia el ascensor general o girar un poco antes hacia un pasillo que no sabías a donde llevaba. 

La criatura estaba muy cerca, no le daría tiempo a que las puertas del ascensor se cerrasen para dejarla atrás por lo que Alejandro decidió girar por el pasillo y rogar encontrar una salida.

Giraste por el pasillo que daba al ala infantil, o al menos eso rezaba la puerta a unos treinta metros tras un descansillo con dos bancos de metal anclados al suelo y una máquina grande de café y otras bebidas calientes.

Antes del mismo, había una oquedad con una recepción para los enfermeros con un mostrador de información y una puerta que daría a algún tipo de habitación donde guardaban material. 

Pensó en sus opciones y no supo que hacer, reaccionó quizás por instinto como si de un animal perseguido se tratara.  Sintió que estaría más seguro en aquel recinto para materiales y animándose a dejar la silla ingresó en él a la espera de encontrar allí algo con que trabar la puerta y defenderse si aquello, fuera lo que fuese lograba entrar.

Con la velocidad y la silla de ruedas te costó un poco pero lo lograste justo, porque fue cerrar la puerta y notar el empujón de lo que fuera detrás. No había sido demasiado agresivo o virulento, lo cual era raro. Por ahora solo podías mantener la puerta cerrada con tu propio cuerpo, aunque un vistazo rápido te dejó ver que efectivamente estabas en una sala de descanso con una mesa, cuatro sillas, un sofá, una nevera pequeña, microondas, un armario de cocina con un fregadero y otro armario mas grande lleno de sábanas, mantas, algunas almohadas, cubiertos de plástico, dos botiquines de primeros auxilios especiales de hospital, en la parte inferior había tres cajones alargados y no muy anchos que necesitaban una llave para abrirse. 

La puerta estaba cerrada, pero no sabías si lo que había detras volvería a intentar tirarla encima tarde o temprano. 

A poco estuvo de que aquella cosa lo atrapase, si tan sólo sus piernas estuvieran mejor al menos podría correr y sentirse más seguro.  Por ahora sólo apoyaría su cuerpo contra la puerta y si luego de un rato no percibía intento alguno de abrirla, sólo entonces se dedicaría a registrar la habitación.

Todo parecía despejado...al menos nada empujaba ya la puerta. 

Todo parecía tranquilo así que o bien aquello que lo seguía había perdido interés en él o simplemente se había quedado allí fuera a esperar que Alejo saliera.  Con cierto temor por el dolor que sentía en sus piernas se puso de pié lentamente y se acercó a los cajones.  No encontró nada útil para menguar su dolor en los que no tenían llave y maldijo los protocolos de seguridad de los hospitales, clínicas o lo que fuera donde lo habían internado.

No había demasiado allí y pensó si debía o no revisar la zona o intentar forzar los cajones, finalmente decidió arriesgarse, esperó un minuto más y luego movió la silla, abrió la puerta lentamente y se asomó para verificar que el pasillo estuviese despejado.  Si así era se montaría nuevamente en la silla y retrocedería hacia el ascensor, sino volvería a encerrarse en la sala.

Todo en silencio, todo vacío. Al menos en primera instancia. ¿Quizás estaría esperando? Algunas luces fallaban, y antes de salir de la zona de enfermería, tras el mostrador, te pareció escuchar pasos rapidos provenientes del pasillo. 

Alejo respiró profundamente, la... cosa que lo perseguía, si es que realmente hacía eso parecía haber seguido camino, pero entonces el resonar de unos pasos que venían del pasillo lo puso en alerta.  -Eres un soldado valiente Alejo- se dijo a sí mismo y en un susurro para tranquilizarse y concluyó que por el pasillo no corría aquella criatura, que el sonido debía ser de un humano, sólo quedaba averiguar si era aliado u hostil, por lo que abrió por completo la puerta, se sentó en la silla y salió al pasillo.