Partida Rol por web

Sección infantil- Hospital planta 27

2 días después de los "Atentados" 10:30 de la mañana

Los hospitales no eran agradables para muchos, aunque necesarios, el olor que predominaba por mucho producto de limpieza u ambientador era el mismo después de un ataque como el sufrido: a muerte, ansiedad y frustración. Pese a ello, las secciones infantiles estaban llenas de colores, olores a manzanas asadas, dibujos en las paredes de los ingresados que querían ser artistas de mayores o incluso solo algún rayón esporádico que le daba un toque de caos y dulzura al lugar.

Intentaban que estuviesen cómodos. Que se sintiesen bien. 

Había varias secciones en la zona de habitaciones para los que no venían solo a consulta: Cafetería, zona de juegos cubierto, zona de parque, habitaciones, cuidados críticos, zona de peligro biológico y la zona de pacientes terminales. 

Seguramente Ella estaría en la de cuidados críticos por el número de habitación. 

No había demasiada gente pululando, y el silencio era roto continuamente por el sonido de cuentos, alguna televisión o risas seguidas de un chisteo para que bajaran el tono. Un par de niños de no mas de diez años correteaban cogidos de la mano como si hubiesen hecho una travesura, evitando de milagro a Fred que había entrado tras vosotros, apenas con un minuto de diferencia. 

Ella apareció a la vista, que había ido a por algo de comer a la cafetería y ya volvía con su pequeña. 

Marko Deus. 

Marko Deus era un posible problema. Era novio de OA, vivian juntos desde hacía unos meses. OA, una de las que habían orquestado los atentados.  Marko estaba cautelarmente de baja de las misiones de salto, aunque aun no se lo habían notificado. 

¿Compañero de ataques? ¿Un daño colateral? No lo sabías, y para eso estabas allí. 

Te habían dado su informe, y dejaba claro que acercarte a él sería muy complicado porque era una persona poco sociable y hasta cierto punto agresiva. Llevaba en el complejo once años casi y aunque nunca había dado demasiadas muestras de ese comportamiento extraño si es cierto que empeoró bastante con el suicidio de su mujer hacía cuatro, casi cinco años. 

Tenías que encontrar la forma de acercarte, de conseguir la información, de hacerte su amigo si realmente había algo mas turbio detrás. TITAN lo necesitaba, todos los que estábais allí de hecho. Los saltos, aunque nunca habías realizado ninguno aun eran secretos, y temían que el se derrumbase y acabase dando información a los civiles del complejo, o peor, que fuese una manzana podrida. 

Extracto del informe de la misión: Mercurio, sobre el comportamiento del señor Deus

En mi opinión, la Jefa quería abandonar la planta, solo quería escapar y poder sobrevivir un día más para llegar a nuestra zona segura. Fueron las acciones de Marko las que provocaron que la Jefa tratara de secuestrar a -----

Sin armas, decidí mis esfuerzos serían más productivos buscando algo con lo que poder hacer una cuerda para escapar de la planta de enfermería y dejé a --- que si que estaba armado tratando de negociar con la mujer. Encontré la lavandería y comencé a hacer una cuerda con sábanas. Escuché disparos y salí en auxilio de mis compañeros, recibiendo un impacto superficial en la armadura, --- estaba herido y la Jefa había muerto. Pienso que fue Marko.

Supuse que todos los alines de la planta se acercarían a la zona del tiroteo y siguiendo los consejos de ---,  introduje a mis compañeros en la pequeña lavandería, cerré con llave y comencé a tratar sus heridas.

Marko seguía desvariando, tratando de convencernos para seguir una táctica suicida en la que sin armas, limpiábamos la planta de enfermería y nos presentábamos ante los locales como héroes. Tuve claro que en ese estado no podía dejar a Marko guiar al grupo y procedí a su incapacitación.

Como la infección de Marko no estaba cien por cien confirmada decidí, bajo mi absoluta responsabilidad si algo hubiera salido mal, no obedecer el protocolo de contención en caso de infección a equipos de TITAN y no proceder con la eliminación del personal infectado, sino incapacitarlo y traerlo de vuelta a Titán donde pudiera ser examinado y descartada su infección.

Los hospitales no son sitios agradables. Nunca lo son, ni siquiera en este complejo. No pueden librarse del ambiente de cualquier hospital, del olor a enfermedad, a muerte... aunque no sea un hospital de emergencias, un hospital siempre trae recuerdos traumáticos.

Sin embargo, la zona de pediatría era otra cosa. Observo los dibujos en las paredes, los alegres colores, el ambiente relajado. Se escuchan sonidos infantiles, una risa. Dos niños pasan corriendo casi tropezando conmigo, agarrados de la mano, y no puedo evitar sonreirles.

Por fin la veo, allí al fondo. La reconozco, aunque pocas han sido las veces que la he visto. Solo alguna que otra vez, cuando he ido a recoger a Maggy al laboratorio de biología, veía que aquella mujer estaba ocupada en algún experimento. Pero ahora la tengo delante, el objetivo por el cual he venido hasta aquí.

También hay otro personal del complejo, civil y militar, pero me adelanto a todos.

Usted es Ella, si no me equivoco, ¿cierto? Encantado, mi nombre es Fred. Soy amigo de Maggy, que me ha pedido que le transmita su preocupación por el estado de su hija y, si es posible, saber algo sobre el mismo.

Fred es un tipo más bien bajo, 1'60, 58 kilos, pelo castaño un poco estropeado y ojos marrones. Lleva el pelo bastante corto, si bien no lo tiene rapado. En general, parece una persona sin nada de particular. Incluso su ropa es bastante neutra, limitándose a unos pantalones estilo vaquero, aunque sin ser de esa tela, de color azul oscuro y una camisa de rallas que forman cuadros, blanca con las rayas negras. Un par de zapatos negros completan su atuendo.

Llegamos por fin al hospital, o mejor dicho a la seccion infantil. Tras conseguir darme cuenta de que hacia muchisimo tiempo que no venia por aqui, me fijo de nuevo en esos trazos tirados aqui y alla, o incluso esos arcoiris y soles sin ningun parecido con la realidad y por un momento consigo aligerar levemente el ceño tosco que hay en mi frente.

Dejo escapar un suspiro al ver a dos niños jugando y no puedo mas que darme cuenta de que con la distribucion del lugar, lo mas seguro es que Ella y Tamra esten en la de cuidados criticos, al menos eso creo que indica el numero de la habitacion. Joder. Mi mandibula se tensa ante ello, y no puedo mas que mirar a Hilv, no hemos terminado de hablar, ni por asomo, pero ahora hay algo que debo hacer. Aprieto levemente el hombro de mi amiga con una de mis manos. - Nos vemos luego. Te avisare.

Cuando vuelvo mi mirada al lugar, observando como llegar a la habitacion, acabo por verla salir de lo que seguramente sea la cafeteria y no dudo en avanzar hacia ella. Un hombre al que no conozco de nada, se me adelanta, pero el mensaje de Ella era claro, necesitaba un amigo y no iba a pararme a hacer preguntas. Alguien me enseño que los gestos tienen mas fuerza.

Es dificil no verme venir, pero aun asi me aseguro de que Ella lo haga antes de abrir mis brazos y buscar darle un abrazo, haciendole saber que estoy ahi. De conseguirlo, susurrare. - Siento haber tardado tanto. - Mi gesto parece relajarse algo, no mucho, pero algo mas de lo habitual. Cualquier problema que hubiera parece olvidado.

Vi algunos conocidos del lugar, no tenía el ánimo para alegrarme pero ver algunos rostros me infundió algo de esperanza.

No caí en la cuenta de quien era el que se adelantó, no pude evitar fruncir algo el ceño hasta que se explicó... —Maggy... ah, sí —de repente reconocí al chico que alguna vez iba a buscarla al laboratorio, —gracias —asentí con la cabeza —está... mal —la angustia me pudo y se me secó la voz.

Entonces vi a Marko y me fundí en un abrazo... —Marko —unas lágrimas recorren mis mejillas —gracias, está siendo horrible, la metralla ha impactado en Tamra, le... le dio en el ojo —aprieto mi cabeza contra su hombro. —Solo queda confiar en los médicos —añado abrazada unos instantes más hasta separarme.

Ella acepto el abrazo, algo que suponia, y en cierta forma era bueno ver que no me equivocaba.

Cuando puedo verla, soy consciente de las lagrimas que surcan su rostro, e intento al menos con mi diestra limpiarselas de ser posible. Conocia el dolor de perder a alguien, a alguien que se queria con el alma, y entendia que estar en ese limbo donde no sabes como resultaran las cosas podia ser complicado y duro. La escucho con atencion y tras esas palabras que sin duda reflejan una realidad dura, se aprieta contra mi, mientras yo aprieto y cierro la manidbula con fuerza. El ojo. maldita sea. La abrazo con mas fuerza contra mi, mientras miro en direccion a la zona de criticos por un momento.

Los medicos de este lugar son los mejores Ella, lo sabes, conocemos a unos cuantos. Todo ira bien. - Lo hara? Aprieto sus hombros cuando el abrazo se hace mas distante y al final, cuando se separa, simplemente dejo mis manos delante, disponibles por si Ella las necesitase, porque yo no sabia bien que hacer con ellas en este momento, no siendo yo... si fuera ella seria distinto. Mas facil. Golpear algo... aunque no sirviera de nada.

Mire a mi alrededor y al sitio de donde venia ella. - Te han dicho ya algo? - Suponia que habria algun tipo de diagnostico temprano. Tras eso me quedaria a su lado, esperando a que lo que fuera que tuviera dentro saliera...

Espero que termine la escena entre Marko y Ella para volver a hablar. La escena se me hace emotiva, quizá demasiado... tanto que una lágrima pugna por querer salir, aunque no la dejo. Les miro con comprensión.

Dígame, ¿habría alguna posibilidad de verla? Yo... quisiera darle la información de primera mano a Maggy, pero... debo reconocer que los niños me encantan y... me rasco la nuca, nervioso, no sé, que uno esté aquí.... no está bien.

Los niños son niños, deberían correr, jugar, reir... no estar en un hospital, no... enfrentarse a cosas de adulto... las dos gotas finalmente abandonan mis ojos, aunque son rápidamente limpiadas por mi manga. ¿Un recuerdo del pasado, quizás? Puede ser. Le miro a Ella, esperando su respuesta. O si los médicos dejarán que pasemos, que esa es otra.

Los hombros confiados de Moss comenzaron a descender a la par que su mirada en cuanto entraron en el área infantil. No quería, pero los recuerdos se agolpaban de nuevo arrebatándole la confianza y seguridad que había logrado recuperar con tanto esfuerzo. De nuevo se notaba todo el peso de sus años en su semiarrugado rostro. Las rastas que enmarcaban su rostro de forma desordenada parecían tener algunas canas mas. Su barba mas descuidada...

- Vamos a la cafetería? - le preguntó a Hilv con las manos en los bolsillos. Su tono de voz al menos ocultaba su verdadero estado de ánimo aunque se notaba que sus ojos evitaban mirar aquellos dibujos, aquellos niños.

Cogí la mano de Marko con mis dos manos, —sí —respondí mientras sacaba un kleenex con mi mano no ortopédica y me secaba las lágrimas. Lo dije con suficiente voz para que Fred pudiera oírlo, —la metralla ha impactado en el cerebro a través del ojo... hay buenos médicos, pero, a veces la ciencia... —no quería ni pensar en ello pero era como estar al borde de un precipicio y no evitar poder mirar al vacío.

—Me temo que no se puede entrar a verla —respondí a la sugerencia de Fred, —agradezco la preocupación —.

Al menos saber que alguien estaba ahí conmigo me animaba, no dejaba de pensar en la terapia, quizá pudiera ayudarla, lo comenté por encima —existe una terapia especial, en pruebas, puede que eso la mejora —.

Agacho la cabeza. Tiene que ser duro no poder siquiera verla, comprendo su situación. Sin embargo, habla de una terapia.

¿Qué terapia? Si existe algo que pueda ayudarla, ¿por qué no lo están usando ya? ¿Qué problema hay con ello?

Ahora sí ha conseguido interesarme, si no lo estaba ya. Me inclino un poco hacia delante, escuchando su respuesta, realmente interesado. Entonces me doy cuenta que igual me estoy metiendo donde no me llaman, y me hecho para atrás.

Es decir, si es algo que pueda contar... o en lo que pueda ayudar... no dude que la ayudaría si fuese necesario. Pero quizá me estoy metiendo donde no me llaman...

Su segundo hogar…

Ya no era una niña, pero sin embargo estaba mucho más asustada que en aquella época. Vaqueros azules rotos, una camiseta nike de manga larga en un amarillo apropiado para el lugar, con el logo del pecho en negro, y unas zapatillas de deporte de la misma marca pero con los colores invertidos. El pelo recogido en una coleta alta y un ligero asentimiento de cabeza cuando siente el apretón de Marko en su hombro y lo dejó que fuera en busca de la persona que lo necesitaba en estos momentos.

Claro dijo a Moss enfilando el camino de la cafetería vivimos en el presente, ni en el pasado ni en el futuro le dijo con una sonrisa mientras andaba a su lado es lo que siempre dice mi padre se encogió de hombros, no era especialmente buena recordando esas cosas, con la excepción de todo lo que decía su progenitor, era como si desde pequeña su cerebro hiciera alguna especie de distinción espero que la chica se recupere dijo con sinceridad mientras miraba a Ella desde lejos.

Cuando era más pequeña, nunca se había parado a pensar demasiado en como se sentía su padre, era egoísta, era ella la que estaba molesta, la que supuestamente lo pasaba mal, pero al conocer a Moss, había sido capaz de ponerse al otro lado, y eso la estaba atormentando mucho más de lo que podía haber imaginado ¿hay algo que pueda hacer? Le preguntó, aunque sin más datos seguramente el hombre no la entendería me refiero a que, ¿qué puedo hacer para que mis padres sepan que todo está bien? Que puedan seguir adelante y ser felices cuando no este… era la realidad, no podía esquivarse.

La visión de aquella cafetería era como darse de bruces con el lugar donde ocurrió todo. La disposición era muy parecida, y el olor...el olor casi el mismo antes de que todo se fuese al garete. 

No había nadie en las mesas alargadas, salvo una pareja de mediana edad que se miraban sin decir nada, aguantándose unas lágrimas que no querían que saliesen, como si ambos fuesen la argolla, el nudo del otro. Cada uno tenía una taza de algo humeante en las manos, cuyo vaho se elevaba hasta casi sus barbillas. 

Una chica joven estaba tras la barra principal, donde se podían pedir las cosas o llevar las bandejas con comida del buffet para pagar. Miraba de vez en cuando su móvil, con una sonrisa. 

Miré de arriba a abajo a Fred, en verdad no lo conocía de nada y de repente parecía muy interesado en esto, como para ver a la niña. Miré a Marko extrañada, suspiré, de todas maneras quizá supiera algo —una terapia de regeneración celular, para el globo ocular —me levanté las gafas con el dedo índice para colocarlas en su sitio, —no se mucho sobre el tema, no es mi campo —.

Me sorprendi levemente por el gesto de Ella, pero no dije nada, podia entenderlo, despues de todo quien estaba alli dentro era Tamra. Escuche sus palabras, sus formas y al darme cuenta del alcance de las heridas no pude mas que tensar un poco mas la mandibula. Iba a tomar la palabra cuando el otro hombre empezo a preguntar, como si realmente fuera cosa suya, por lo que habia entendido ni siquiera conocia directamente a la niña, o a la propia Ella, por lo que sus formas me parecieron de todo fuera de lugar.

Le mire, frunciendo el ceño y mostrando mi desagrado por unas formas tan poco amables, en una situacion asi. Incluso mi cuerpo adquirio una posicion mas defensiva con respecto a Ella. Era grande, del tipo dificil de pasar por alto y las quemaduras de acido de mi rostro, no me daban justamente un aspecto de alguien simpatico, si es que eso fuera posible.

Note el movimiento de Ella y su mirada lo decia todo. Volvi a mirar al tipo, sin perder ni un milimetro de mi aspecto hosco, dejando claro que se estaba pasando de la raya. Aprete levemente la mano de Ella y mire hacia ella. - Si te la han ofrecido es porque es una opcion a considerar, aun experimental estos tipos saben lo que se hacen. - Mi mano apreto sin demasiados problemas o remilgos que pareciera, la nueva mano que le habian puesto a la doctora.

En este lugar estabamos en el mismo limbo, en el precipicio y a veces incluso fuera de equilibrio sobre el mismo borde, no solo de la ciencia, sino de casi todo. Lo imposible, tenia cabida entre estas paredes.

¿Entonces aun no te han dejado entrar a verla? - No dejarla entrar a ver a su hija, sin duda debia ser doloroso. La mire, esperando que hablar, la relajase, que lo fuera sacando todo ella sola... porque sin duda yo ya me habia puesto tenso por todo esto. Demasiadas eprdidas en demasiado poco tiempo. - ¿Que te han dicho de la terapia? Algo que no te guste de ella, o es solo por ser experimental...

Miro a Marko y asiento levemente, casi imperceptiblemente. Me hecho para atrás. Aunque quizá sería mejor irme, pero la verdad, hay algo que no entiendo de todo esto. Pero no voy a hablar más, no es momento de ello. Dejemos que ellos solos arreglen el problema, por ahora solo escucharé. Miro un poco el móvil, pero no parece que tenga ninguna llamada, así que de momento puedo esperar un poco.

Miro hacia la zona de la administración. ¿O estoy mirando la salida? En cualquier caso, miro hacia allí, pero de momento no voy a irme. Solo estoy ahí, intentando pasar desapercibido, cosa que siempre sucede conmigo. No soy alguien fácil de tomar en consideración, eso me ha parecido siempre.

Moss rumió aquella pregunta con la intensidad que se merecía. Quería darle una respuesta que no la hiciera sufrir, pero tampoco queria mentirle. No a ella.

- Pequeña, nunca volverán a ser igual de felices que cuando están contigo. Un hijo... Lo es todo. Y cuando falta, algo se apaga dentro - se llevó una mano al pecho con suavidad para acompañar a sus palabras, pero también porque le asaltó el recuerdo de aquel día. El miedo. La impotencia. Aquella embarazada..

Soltó un suspiro y detuvo sus pasos - Pero saldrán adelante. Encontrarán algo que mueva su mundo y les de un sentido. Habla con ellos, diles lo que sientes para que al menos no tengan la sensación de qur lo han hecho mal. De que te han fallado..

Encaminó sus pasos hacia la chica de la barra junto con la joven tras echar un rápido vistazo a la pareja de la media

La chica miró a Moss cuando se acercó, volviendo un poco a la seriedad del lugar aunque tenía cierto brillo en la mirada que no podía ocultar. 

¿Qué desea?- Una carta le fue tendida. Estaban bien surtidos, tanto en bebidas como en comidas. Tomó apunte si decidisteis tomar algo y os lo sirvió casi de inmediato, comida y bebida.

Efectivamente Marko era huraño, pero habías visto la protección que le daba a la mujer. Era un momento un poco extraño, porque el contacto que podrías hacer con Ella era en parte roto por el propio sujeto de tu misión. Territorial casi con toda seguridad. 

¿Y ahora? ¿Cómo te las apañarías? Aquello iba a ser complicado...quizás debieras de moverte por otro lado o intentar otra táctica. 

Kit. 

El maldito Kit Baptiste.

Apareció por el pasillo con un aire de preocupación que lo arrasaba todo, y no dudó en dirigirse hacia Ella. 

¿Donde está? Me acaban de avisar, hemos estado encerrados en uno de los laboratorios dos malditos días- Ignoró a Marko, por completo.- ¿Cómo está?- Posó la mirada clara enmarcada por esas pestañas que tanto le habían o le gustaban a Ella sobre la prótesis de su mano un momento, confuso- ...¿qué?...¿qué ha pasado?- Alzó una ceja, dándose cuenta de que se había perdido, mucho.