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Toledo Nocturno: Una Capilla bajo la Piedra

ESCENA II - El Concilio de las Sombras

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28/11/2013, 01:22
Toledo Nocturno

Llegaron a Madrid casi de mañana. El viaje no había sido particularmente pesado, pero los caballos sin sangre de Vástago se mostraron lentos y cansados.

Madrid resultó ser una pequeña villa acorazada en lo alto del valle del Manzanares. La mayoría de las construcciones eran casas de barro y adobe de dos plantas de altura, con lo que resultaba fácil observar desde cualquier punto de la ciudad las dos iglesias y el alcázar. Entraron por la puerta de Guadalajara, una construcción de mampostería rojiza con dos torres circulares protegiendo una estrecha puerta oscura. Unos guardias, tras un breve diálogo con don Fonseca, les dieron paso por una poterna auxiliar y se adentraron en un pequeño laberinto de calles polvorientas y estrechas.

Se detuvieron en la iglesia de San Nicolás, repleta de andamios y montones de arena, cal y piedras. Fonseca llamó en la puerta de la casa anexa a la iglesia y abrió una muchacha joven, de rasgos indiscutiblemente nórdicos.

-Pasen señores -dijo en voz baja con un fuerte acento-. Mi nombre es Tyra y soy la comendadora de San Nicolás. En la planta baja se hospedará la soldadesca, mientras que los señores y las señoras descansarán en la planta alta. Mañana, a primera hora, les recogeré aquí y les llevaré ante el Obispo Ambrosio Moncada.

Cada cual se fue a sus aposentos y descansó.

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28/11/2013, 01:40
Toledo Nocturno

7 de agosto de 1138. Encomienda de San Nicolás de los Servitas, Madrid.

Tal y como la comendadora Tyra les dijo la noche anterior, todos se reunieron en la planta baja y salieron en busca del Obispo de la ciudad. La comitiva estaba formada por Tyra y don Fonseca al frente y detrás doña Leonor, Amal, don Nuño y el joven caballero mortal don Rodrigo. No tuvieron apenas que andar hasta encontrarse de frente con la pequeña iglesia de Santa María, desde donde Ambrosio Moncada dirigía la noche madrileña.

Entraron en el templo y se detuvieron en el altar.

-Ahora entraremos don Fonseca y yo -dijo Tyra-. Vuestras mercedes esperarán aquí, si son tan amables.

Ambos se perdieron tras la pesada puerta de la sacristía.

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28/11/2013, 01:52
Toledo Nocturno

Fonseca entró a la sacristía y allí vio a cuatro hombres, todos sentados alrededor de una mesa circular. Uno de ellos era su Señor, el Obispo de Madrid Ambrosio Moncada. A su lado izquierdo estaba Silvestre de Ruiz, el Padre de éste, con su nariz aguileña, el cuerpo nervudo y delgado y sus ojos astutos y fríos. A los otros dos no los había visto nunca, pero eran claramente Vástagos de la Sombra.

Tyra sirvió cuatro copas de sangre y se perdió tras una puerta pequeña.

-Toma asiento, Fonseca -saludó el padre Moncada-. Señores, éste es mi Sirviente de Sangre y Protector Fonseca, de la casa Rashid. Hasta ahora, a pesar de llevar sangre infiel, me ha servido bien en Aragón. Fonseca, estos dos señores son don Pero Osorio-Jiménez, Duque de Astorga, y el caballero García de Rubio, Barón de Arosa.

Fonseca se sentó a la derecha del padre Moncada y el pleno dio comienzo. Fue don Pero quien comenzó.

-Ponferrada está madura, señorías. Los tres chiquillos de de Castro, "los tres delfines", como ellos mismos se hacen llamar, han llegado a ostentar cotas de poder superior a las de su Padre. Atacarán Astorga, y luego se desmembrarán entre ellos para hacerse con el poder de Ponferrada. El que salga vencedor no tardará en fijar a León como su próximo botín.

-¿Qué tiene en mente, Osorio? -preguntó Moncada con su voz de barítono.

-El plan es vaciar Astorga. Mientras que los tres delfines ataquen la ciudad, yo marcharé sobre Ponferrada y eliminaré a de Castro. Para cuando los tres reyezuelos se hayan dado cuenta del engaño, mis tropas y las de doña Jimena atenazarán Astorga.

Moncada asintió y el caballero García soltó una risotada, pero intervino don Silvestre.

-Osorio, para ello harán falta dos cosas: la primera es que ganéis, y la segunda es contar con el consentimiento de don Eleazar, el Padre de su Madre. Doña Jimena no movilizará ni a un solo hombre si de Polanco no da el visto bueno -se hizo un breve silencio, pero don Silvestre continuó-. El plan es aceptablemente razonable y desde luego no podemos esperar. Yo mismo cabalgaré a Toledo y hablaré con don Eleazar. De todas formas tengo que ir allí.

-Cierto -convino Moncada-, pero sobre Toledo ya lo hablaremos más adelante. Don García, su turno.

-Gracias, padre Moncada -intervino García de Rubio-. Cada vez son más los reportes que avisan de Reyes en Galicia. Desgraciadamente, mi señor Padre...

-...está loco de remate y odia a vuestra merced, sí García, lo sabemos -espetó Moncada-. Díganos algo que no sepamos.

El caballero se aclaró la garganta y continuó.

-Si yo fuera Príncipe de Santiago, derrotaría a la amenza exterior que ahoga a nuestra Casa.

-¿Amenza exterior? -preguntó el padre Moncada divertido-. ¿Tus Lobos y tus Alimañas ven un barco y ya piensas que los Reyes se quieren hacer con Galicia? Por Nuestro Señor Jesucristo, García, seamos serios.

El rostro del caballero gallego se congestionó por la ira, pero intervino don Silvestre.

-Lo que mi Chiquillo quiere decir es que proponer el derrocamiento de un Vástago de nuestra Casa, y miembro antiguo de los Amici Noctis es poco menos que traición, don García. Somos conscientes de lo delicado de vuestra situación para con su Padre, pero el Príncipe don Reinaldo es un activo muy valioso en nuestra Cruzada.

-Es cierto que sus hordas de Sirvientes sirven bien a nuestra Casa, pero una cosa les digo, señorías: su locura hará que nos maten a todos... y los Reyes volverán a gobernar Galicia.

-En Galicia solo encontraréis muerte -repuso don Silvestre-. Mejor haría su señoría en fijarse unos objetivos menos comprometedores que Compostela. Hacen falta en las tierras del Duero caballeros como vos. Os propondré ante los Amici Noctis como Príncipe de Zamora.

Don García relajó el gesto y asintió no muy convencido.

-Bien -interrumpió hastiado Moncada-, llegados a este punto, hablaremos sobre Toledo. En la noche de la Asunción de Nuestra Señora habrá un Concilio de los Amici Noctis. Al parecer han ocurrido una serie de... cómo decirlo... extrañas desapariciones. Los hombres de Fáñez culpan a los de don Eleazar y viceversa. El problema es que la violencia está aumentando y los desaparecidos cada vez son de más alta alcurnia. Si no ponemos fin a ésto, Dios nos castigará a todos por igual y los infieles volverán a tomar la ciudad.

Don Silvestre le tomó la palabra a su Hijo.

-La situación es tal que los Amici Noctis, forzados por el Príncipe don Álvar y sus Leones, hemos tenido que llamar a filas a su propia Hija doña Leonor y a Al-Warda, la letal Hija del Sultán Karim de Zaragoza. Don Álvar ha hecho un hábil movimiento: por una parte aumenta su presencia en la ciudad con su Hija, mientras que Al-Warda sirve de contrapunto. Por todos es sabido la inclinación de don Eleazar hacia lo árabe, y atrayendo a su lado a una Hija del radical musulmán Karim, se gana el afecto de los moriscos de la ciudad.

El padre Moncada soltó un bufido y habló a continuación.

-Nos quieren dejar fuera, señorías. Fáñez recluta a extranjeros mientras que de Polanco entierra su cabeza en Sevilla. El atrevimiento de unos pocos y la molicie de muchos desgarrarán Castilla y todo lo que estamos construyendo. Pero no será así. Mañana, don Silvestre y mi caballero Fonseca cabalgarán hacia Toledo junto con nuestro ejército. Y hablando de ésto, dígame don Fonseca, ¿ha servido de algo su viaje de reclutamiento por Aragón?

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28/11/2013, 10:43
Leonor Ramírez de Ucero

- Decidme Doña Amal, ¿conocíais con anterioridad a Don Fonseca o a su señor?,en Xadraque mencionasteis que habiais comenzado este viaje en solitario. comentó Doña Leonor en voz baja al entrar Tyra y Fonseca ne la sacristía de la iglesia.

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28/11/2013, 19:26
Amal bent Karim al-Warda

- Así fue, pero en Ariza nuestros caminos se cruzaron. Ha demostrado tanto por sus palabras como por sus actos que es un caballero de fiar - Al terminar movió la cabeza observando el paisaje que les rodeaba. - Espero que nuestro camino hacia Toledo sea relativamente tranquilo,  no tengo ganas de volver a oler a perro - dijo con un tono de desprecio. 

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29/11/2013, 10:26
Leonor Ramírez de Ucero

-Espero que Nuestro Señor escuche vuestras palabras, pues nada deseo más que llegar a Toledo sin sobresaltos. dijo elevando su mirada hacia la figura de la crucifixión que se encontraba en el altar.

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29/11/2013, 10:30
Leonor Ramírez de Ucero

Leonor, no alargó más la conversación con Amal, la mujer era parca en palabras y nunca contestaba claramente a sus preguntas, estaba claro que algo ocultaba. ¿Se fiaba tanto de Fonseca solo porque habían coincidido en el camino? eso era muy raro, su padre siempre le había dicho que la clave de la longevidad de un vástago era la precaución.

Estaba espectante por conocer al tal Moncada, pero sobretodo por llegar pronto a Toledo y poder charlar de todos estos temas con su padre. Tendría que darle explicaciones por lo de Don ROdrigo, pero creía que había hecho bien.Podía ser util como sirviente o como uno de los Leones de su padre, esa decisión no le correspondía a Leonor, pero sentía que tenía una conversación pendiente con Don Rodrigo, era lícito que hablase con él antes de llegar a Toledo.

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30/11/2013, 14:50
Fonseca ibn Rashid
Sólo para el director

Fonseca observó y escuchó en silencio mientras las cuatro criaturas con las que estaba sentado debatían sobre el devenir de la tierra en la que vivían, como si de un juego de ajedrez se tratase. Solo que las piezas eran ellos mismos, incluyéndolo a él, porsupuesto.

El caballero era orgulloso, lo había sido sido siempre, hasta justo antes de conocer a Don Ambrosio, y toda la corte de demonios de la noche que manejaban los hilos de la historia entre los mortales. Ahora incluso podía aceptar que le llamasen sirviente, y recibiese órdenes que cumplía diligentemente sin oponer ningún tipo de resistencia. Aunque en lo más profundo de él, sobrepasando la cortina de sangre que lo cubría, su verdadero yo se revolvía:

- Mi señor -dijo con una inclinación de cabeza a modo de reverencia- el viaje puede considerarse un éxito dadas las circunstancias a las que nos hemos visto sometidos. Beltrán y Sharid, mis capitanes, han vuelto conmigo.- Fonseca sabía que a Monçada lo agradaría saber que dos de sus soldados más eficientes seguirían en pie, para seguir uitlizándolos en su beneficio, porsupuesto- En Sigüenza conseguimos a un mercenario almohade, acompañado de tres mudos. El valle del Jalón fue un completo fracaso, pero al paso por el Ebro convencimos a un grupo de asaltantes de camino. No son hombres de honor, pero la sangre y las monedas les hicieron entrar en razón. Navarra ha sido tierra de frutos, y hemos reclutado un curtido grupo de hombres, entre ellos un veterano del ejército aragonés. Volviendo hacia aquí, a la altura de Medinaceli nos emboscaron cambiaformas, y algunos de los bandidos, y un par de navarros, los menos entrenados cayeron en combate. Una lástima, pero así hemos hecho una criba con los mejores. La compañía asciende a 15 guerreros después de la misión, mi señor.

Fonseca esperaba que el resto de asistentes al claustro, hubiesen tomado nota de su efectividad, y por encima de todo, del buen hacer de Monçada en la elección de su futura progenie.

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30/11/2013, 16:38
Toledo Nocturno

Don Silvestre asintió gravemente con la cabeza, pero habló el padre Moncada.

-¿Quince? -preguntó sorprendido-. Muy bien, don Fonseca. Quince soldados de la Sangre bien pueden abrir ciertas puertas. Aunque la costumbre es que los doce nuevos sean Sirvientes antes que Vástagos, parece que tendremos que acelerar el proceso. Los veintiún Leones de don Álvar son criaturas viejas, así que no hay mucho tiempo que perder. Osorio, Rubio, ¿vuestras mercedes podrían reclutar Sirvientes soldado?

Hubo un silencio significativamente largo hasta que Osorio habló.

-En cuanto mi señora Madre y yo terminemos con la amenaza de de Castro y sus tres díscolos Hijos, pondré a vuestra disposición lo que vos considere oportuno.

Más animado, don García de Rubio habló a continuación.

-Si los Amici Noctis tienen a bien concederme el Principado de Zamora, por supuesto que estaré a vuestro lado, padre Moncada.

La mirada de don Silvestre era fría como el hielo, pero don Ambrosio sonrió y cabeceó con tono de aprobación.

Estos dos creen que han comprado sus privilegios, pero ha sido Moncada quien los ha comprado a ellos, pensó Fonseca.

-Ya hemos oído las buenas nuevas de tu misión, joven Fonseca -prosiguió Moncada-. Al parecer has compartido viaje y hospicio con las dos emisarias de Toledo, doña Leonor de Ucero y al-Warda, la Hija del Sultán Karim. Dinos, ¿qué opinión te merecen?

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01/12/2013, 13:48
Fonseca ibn Rashid
Sólo para el director

Fonseca relajó un poco los nervios al comprobar la satisfacción de Monçada sobre el reclutamiento, y un poco más por la aprobación silenciosa de Silvestre. Los movimientos políticos del obispo eran audaces, pero efectivos, y los huéspedes habían tragado hasta el fondo.

- De la Guardiana Leonor poco os puedo decir, pues solo compartí un momento mesa con ella mientras se debatía la ruta a seguir para llegar aquí, no me atrevo a hacer conjeturas basadas en nada -hizo una pequeña pausa- Sin embargo con la hija del sultán si que tuve más tiempo, la encontramos de casualidad, cuando nuestra comitiva avanzaba por Calatayud. Para ser joven en la sangre mantuvo la compostura cuando los perros atacaron, y lejos de cometer alguna estupidez propia de la juventud, ordenó una inteligente retirada. Si las cosas hubiesen sido de otra forma, la comitiva hubiese quedado diezmada.

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01/12/2013, 14:41
Toledo Nocturno

-Jóvenes juiciosos, lo que nos faltaba, don Silvestre -espetó Moncada.

-El Sultán Karim ha sido siempre famoso por adiestrar a sus Hijos dentro de las sanas normas de la sensatez -aseveró don Silvestre-. Rechazó hace tiempo una cátedra en el Concilium Hispaniae, demostrando tal vez más sentido común que los aquí presentes -el resto rió la ocurrencia-. Será imposible ganarnos a doña Leonor, Hija de Fáñez; pero estoy seguro que Al-Warda se verá más inclinada a escuchar los consejos de alguien afín a sus orígenes. Al fin y al cabo, Karim es un Ashirra en suelo cristiano.

-De las nueve Sombras, ¿cuáles estarán ocupadas? -preguntó acertadamente don Rubio.

-Don Eleazar de Polanco vendrá -respondió don Silvestre-, no le gusta perderse tales acontecimientos, aunque solo sea por pura diversión banal. El puesto de doña Jimena lo ocupará el aquí presente don Pero Osorio, en calidad de Ejecutor. La cátedra de Karim, como ya hemos dicho, estará desierta. Dudo que Al-Warda haya recibido órdenes de representarle como Ejecutora, al menos eso es lo que nuestro enlace con Toledo asegura. El Príncipe Álvar, don Raimundo de Aquitania y yo estaremos también, por supuesto, así como Boukephos. Al parecer, don Álvar quiere rodearse de su familia. Vos, don García -dijo don Silvestre sacando una carta lacrada- será el Ejecutor de su señor Padre. Y como Ejecutor del padre Moncada estará don Fonseca.

Don García y don Pero se miraron entre ellos y después observaron al joven Sirviente con atención. Nunca antes un mortal se había sentado en la cátedra.

-Mientras tanto -tomó la palabra Moncada-, yo partiré hacia Montecasino, y don Beltrán y el caballero Sharid cabalgarán hacia Burgos. De ahí, cuando don García sea Príncipe de Zamora y don Pero tenga la autorización de don Eleazar, tres frentes aplastarán al Rey de Castro y a sus advenedizos.

-El resto de nosotros, junto con nuestro ejército, cabalgaremos hacia Toledo -repuso don Silvestre-. Saldremos a primera hora, señorías.

Fonseca, Don García y Osorio salieron de la habitación al tiempo que la comendadora Tyra entró.

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01/12/2013, 17:20
Toledo Nocturno

La comendadora Tyra abrió la puerta y les hizo pasar a la sacristía. Era una habitación cuadrada y fresca, con tan solo una mesa redonda y varias sillas. Dentro estaban sentados una figura gorda y basta vestida de clérigo y un hombre pequeño y nervudo de nariz aguileña y mirada penetrante. El clérigo rollizo habló con voz de barítono.

-Buenas noches a todos, señorías. Mi nombre es Ambrosio Moncada y soy el Obispo de Madrid. A mi lado se sienta mi señor Padre, don Silvestre Ruiz. Ante todo, me alegra ver que aún existen Vástagos que hacen honor a la tradición de la hospitalidad y vienen a presentar los respetos a los señores de la ciudad. Don Fonseca ya me ha contado por encima quiénes son y cúales son vuestros propósitos, así que no perderemos el tiempo fingiendo que no os conocemos.

Don Silvestre habló.

-Mañana, tanto don Fonseca como yo mismo, partiremos a caballo a primera hora de la noche. Por supuesto, vuestras mercedes son libres de elegir cuándo partir, pero les recomendaría que vinieran con nosotros, puesto, a lo que parece, los caminos son cada vez más peligrosos. Sería un orgullo cabalgar con vuestras señorías.

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03/12/2013, 17:16
Leonor Ramírez de Ucero

¿Cabalgar junto a un antiguo, además desconocido? Eso es irresponsable, peligroso.... pero podría ser también interesante. Pero debería hacer caso de las palabras de mi padre, no considero muy sensato fiarme tanto de unos desconocidos, estamos poniendo nuestras vidas en sus manos... la mente de Leonor no paraba de dar vueltas, era un hervidero de ideas y de contradicciones, - antes de hablar de partir, me gustaría transmitir mi gratitud por su hospitalidad para con nosotros. Somos un grupo bastante numeroso y no es fácil dar cobijo a un número tan grande de vástagos.

Leonor no quería ser grosera pero no se sentía comoda en esa sensación, le gustaría poder demostrar su valía, pero era cierto que en algunas situaciones se sentía desprotegida. Era en esos momentos en los que podía oir de forma alta clara las enseñanzas de su padre resonando en su cabeza.

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03/12/2013, 17:32
Toledo Nocturno

Fue el padre Moncada quien intervino.

-Dadle las gracias a la comendadora Tyra por hacer el trabajo ingrato. Lo único que yo hago es servir de bálsamo y paz en este valle de lágrimas. Como ya os he dicho, pueden quedarse tanto tiempo como deseen, siempre y cuando observen las Tradiciones de la Estirpe. Dicho lo cual se me plantea una cuestión. Puedo observar que el caballero don Rodrigo no es ni Vástago, ni Sirviente. Mucho me temo que el techo de la encomienda de San Nicolás no podrá protegerle ni un día más -Moncada alzó las manos en gesto arrepentido-. Lo sé, lo sé, es una crueldad, pero en virtud de la precaucción no podemos hospedar a extraños bajo nuestros techos más de una noche seguida. Claro que no sería un extraño si mi señora... ya me entiende...

-No sea grosero, padre Moncada -interrumpió don Silvestre-. Si vuestras señorías me acompañasen mañana a primera hora, nos evitaríamos todo este desagradable incidente.

Amal escuchaba atentamente, pero don Nuño se retorció incómodo en su sitio. Don Rodrigo por su parte intentaba mantener una galante compostura, pero se entreveía el miedo a lo desconocido. La ignorancia aplacaba su desasosiego, pero la cercanía de aquellas criaturas de la noche, aunque no se supiera lo que eran, aterrorizaba hasta al más valiente de los soldados.

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05/12/2013, 11:44
Leonor Ramírez de Ucero

Leonor se tensó ante la situación, era evidente que los modales del tal Moncada dejaban que desear, aunque también era evidente que el tema de Don Rodrigo debía de ser tratado, y lo sería, pero no por desconocidos. Leonor irguió la postura, - Entiendo vuestra preocupación obispo, y no pretendo ser descortés con vos, pero ese es un tema que debo tratar con mi padre. Pero, por favor, no me malinterpreten, no pretendo ser desleal a la tradición. Por lo cual les pido, si son tan amables, que hablemos de la ruta que seguiremos en el viaje, para que podamos partir mañana y le evitemos problemas innecesarios Don Moncada.

Leonor no estaba segura al cien por cien de la decisión que había tomado, y buscó con la mirada encontrar alkgún gesto de aprobación en Don Nuño. Si su padre confiaba en él era su deber hacerlo también, pero en este momento no estaban hablando de rutas, viajes o sangre, estaban tratando de poder y Leonor no estaba dispuesta a que en Madrid creyesen que su padre no la había preparado para esas situaciones. No, ella era Leonor Ramírez, hija de Don Álvar Fáñez, y ningún vástago por muy obispo que fuera iba a poner en duda su liderazgo.

-Si a Don Silvestre no le importa compartir con nosotros los detalles de la ruta, claro. dijo Leonor tras una pequeña pausa y haciendo una pequeña inclinación de cabeza ante Don Silvestre y mostrando una pequeña sonrisa de tono amable que el resto de compañeros apenas había podido ver un par de veces durante el viaje.

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05/12/2013, 12:38
Toledo Nocturno

Parecía que el padre Moncada iba a comenzar a hablar, pero lo interrumpió don Silvestre con voz autoritaria y marcial, con ese tipo de ritmo del que está acostumbrado a hacer planes, asumir riesgos y dar órdenes.

-Don Fonseca y yo cabalgaremos al frente. El resto de mis hombres escoltarán una calesa en la que vuestras mercedes irán alojadas con todo tipo de comodidades, siempre bajo estandarte de Castilla, de Dios y de los Guardianes. Si a don Nuño o al joven don Rodrigo les parece deshonroso ir en calesa, pueden escoltar a mis señoras a caballo. Por supuesto, sus monturas estarán bien cuidadas. La ruta transcurrirá por la Sagra, pasando por Velasco, Illescas y Vargas.

Leonor miró de reojo a don Nuño, pero no vio ninguna expresión en él.

-Si no tienen más dudas, señoras -comenzó con voz melosa el padre Moncada-, daré la reunión por terminada y la presentación por satisfecha. Ha sido un honor conoceros.

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06/12/2013, 10:26
Leonor Ramírez de Ucero

Una vez terminada la reunión con Moncada y Silvestre, al salir de la sacristía doña Leonor se dirije a Don Nuño y Don Rodrigo, -Señores, si no es mucha molestia me gustaría charlar con ustedes en privado. Con un gesto de la mano les indicó que para tal propósito bastaría con sentarse en uno de los bancos de la nave central.

Leonor era consciente de que podían ser espiados por el regente de la iglesia, y bajó el tono de voz. -Don Rodrigo, comentó mirando a los ojos del joven caballero.-supongo que durante estas noches le habrán surgido preguntas y, aunque Don Nuño os está atendiendo de maravilla, estaré encantada de contestar cualquier pregunta que tenga  pues me gustaría que comenzase usted a formar parte de esta nuestra gran familia.

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06/12/2013, 10:35
Leonor Ramírez de Ucero

Una vez terminada la reunión con Moncada y Silvestre, al salir de la sacristía doña Leonor se dirije a Don Nuño y Don Rodrigo, -Señores, si no es mucha molestia me gustaría charlar con ustedes en privado. Con un gesto de la mano les indicó que para tal propósito bastaría con sentarse en uno de los bancos de la nave central.

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06/12/2013, 15:17
Rodrigo Pérez de Osorno

Leonor, cuando formuló la pregunta, percibió una relajación enorme en los tensos ojos del joven caballero.

-Supongo que la pregunta más importante es también la más obvia. No sois humanos, ¿no es así? He visto a don Nuño moverse a una velocidad increíble, siempre vivís de noche, nunca os he visto ni comer, ni beber ni atender las necesidades de todo hijo del Padre.

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09/12/2013, 16:20
Leonor Ramírez de Ucero

.Verás Rodrigo, aún podía escuchar en su cabeza las palabras de su padre cuando, no hace tanto tiempo, era ella quién formulaba las preguntas que ahora llenaban la mente de Don Rodrigo.-Nuestro señor tiene planes y seres ocultos a la mayoría de sus hijos. Somos vástagos, descendientes de Caín; la velocidad de Don Nuño, y otras cosas que aún desconoces se nos han concedido a cambio de vivir con el pecado de Caín noche tras noche. se detuvo un par de segundos para que Don Rodrigo pudiese oír con claridad sus palabras.-También tenemos necesidades, pero son diferentes de las que tuvimos tiempo atrás, nuestro poder, nuestro sustento y nuestra continuidad. Todo está en la sangre.