Partida Rol por web

Tombstone: Dead Lands

Capítulo 4: Perseguidos y malditos

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13/05/2011, 02:51
Charles Eckhardt

Solo confirmación de la recepción de mi mensaje. Supongo que cualquier transmisión de vuelta tardará unos minutos... eso es una buena razón para tomar nuestro té sin prisas.

Queda pensativo. El refinado gentleman que solía habitar en Charles también añora el placer de la charla vanal y la gastronomía cuidada, aunque modesta.

Sea. Descansemos unos minutos y desayunemos como nuestro buen anfitrión propone.

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13/05/2011, 03:19
Director

Dakota y Frank llegan a la cercana aldea sin incidentes, y ahí son recibidos con frialdad por los nativos. Por todas partes hay guerreros con lanzas o mazas de piedra, los tótems representan animales depredadores como el águila o el puma... Sin embargo nadie detiene el paso de los extranjeros. La población india da la apariencia de ser un pueblo de tradición guerrera acostumbrado a la paz. Viven muy cerca de asentamientos blancos con los que han llegado a un equilibrio y, a diferencia de los sufridos yaqui, los habitantes de esta tribu no conocen enemigos desde hace dos generaciones.

Los dos viajeros no han llegado tan lejos para impresionarse por miradas frias, y no tienen reparos en interrogar a los pobladores más cercanos en cuanto a la ubicación del Hombre-Medicina. Aunque la Máscara no está a la vista, quizá parte de la maldición pueda ser sentida por estas gentes, porque nadie reacciona de forma muy amigable. Las miradas, especialmente al mencionar al chamán del pueblo, son o bien tristes o bien enfadadas. Seguramente muchos de los hamakhava hablen o entiendan algo de inglés, pero Dakota se alegra de poder recurrir a algunos idiomas del hombre rojo, porque, eventualmente, son sus preguntas las que obtienen una respuesta.

Los dos visitantes son obligados a esperar un momento, y después se les conduce hasta un tipi. Tras dejar los caballos y coger la máscara, entran en la tienda señalada.

Las paredes de piel de búfalo contienen un reducido espacio con abundancia de bultos. Esteras en el suelo, plumas colgando de la parte superior, platos de barro y todo tipo de objetos dispersos. Solo hay dos personas dentro, y una de ellas es un niño, pero aun así el tipi queda abarrotado con la entrada de los otros dos.

Hasta ahora parecía haberse obtenido cooperación, aunque fuera desganada, por parte del pueblo, pero Dakota tiene un mal presentimiento cuando entiende que el que les recibe no es el chamán sino el jefe de la tribu.

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13/05/2011, 03:53
Gran Jefe Hamakhava

¡How!

Saluda.

Soy Gran Jefe Pie de Piedra, y doy bienvenida.

Su inglés es bastante comprensible, cosa que resulta un alivio para los dos forasteros.

¿Qué querer de los hamakhava o de su Hombre-Medicina?

El niño permanece en silencio, mirando con una fijeza insolente a los dos recién llegados. No es más que un crio semidesnudo, a duras penas podría ser considerado un adolescente, pero aún así calla y observa con un aire de solemnidad que casi le pone al nivel del jefe.

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13/05/2011, 05:52
Dakota

 

Un escalofrío recorrió la espalda de Dakota cuando entró en la tienda. Observó con aquellos ojos inmutables al pequeño, que le devolvió la mirada con el orgullo propio de un señor. La presencia de aquel joven en la tienda del Jefe era un mal presagio. Muy mal presagio.

- Gran Jefe. – dijo finalmente con su grave y potente vozarrón, utilizando el viejo idioma de su tribu – Dos Bravos querer hablar con Hombre- Medicina Hamakhava. Frank, del Pueblo-de-los-Hombres-Blancos y Dakota, El-Que-Viaja-Solo. Recorrer largo camino para llegar aquí, y traer palabras extrañas. – la última frase del indio sonó casi como una advertencia, como si quisiera avisar al Gran Jefe que tal vez no alcanzara su sabiduría para comprender lo que aquellos dos tenían para decir. Era también la forma más sutil que pudo encontrar el mestizo para solicitar nuevamente por la presencia del brujo.

- Hombre-Medicina Yaqui contar historia. Historia que hablar de Pueblo Hamakhava y Talismán perdido- dijo por último, para remarcar el carácter sobrenatural de su misión. - Talismán que traer Mala Medicina... y que ahora devolver.

 

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13/05/2011, 10:51
Frank

Frank queda impresionado al entrar en el "hogar del indio". Nunca antes había estado en un lugar como aquel. Aunque no manifestó ningún signo de sorpresa o asombro, el cowboy realizó el signo de respeto mayor que se le ocurrió: se quitó el sombrero.

Observó el encuentro entre los pieles rojas. Tenía claro que no hablaría a no ser que se le preguntara. En su opinión, Dakota era el indicado para esta misión.

Menos mal que no está el bocazas de Boyle...

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13/05/2011, 14:41
Director

El jefe parece comprender rápidamente a qué hacen referencia las palabras del mestizo. Un brillo de ira pasa por su rostro, pero pronto se calma, y después se vuelve incluso más sosegado que antes.

El Gran Jefe dirige su mirada al niño, y le dedica unas frases cortas en el dialecto de la tribu, que solo es comprensible por Dakota a medias. Parece estar traduciendo el discurso del gigante apache, y mencionando, o preguntando, algo sobre el objeto sagrado.

El niño vuelve a mirar fijamente a los extranjeros, pero esta vez no se conforma con eso. Avanza hasta ellos y comienza a examinarles detenidamente y de cerca. No pierde en ningún momento el tono de ceremonia y seriedad, sino que más bien lo acentía mientras palpa las ropas de Dakota, agarra sus manos inspeccionando los dedos y clava sus pequeñas pupilas en las del extranjero indio. Pareciendo satisfecho del análisis de Dakota, pasa a Frank, y comienza a repetir el proceso, tocando las mangas de la camisa, evaluando cada detalle.

Para rematar su extraño comportamiento, el niño alarga sus pequeños brazos hacia la cara del vaquero. Al quedarse al menos un palmo corto, incluso de puntillas, el pequeño indio mira con aire ofendido al cowboy y su cara empieza a enrojecer de rabia, con lo que parecen los inicios de una rabieta muy propia de su edad. Aún así, no pierde toda su solemnidad, y acierta a tranquilizarse para pronunciar una única palabra.

Ni Dakota ni, por supuesto, Frank entienden lo que dice el indio en miniatura. El Gran Jefe no ayuda, y ahora parece tan en segundo plano como si el pequeño fuera el jefe, y él solo una squaw.

Las miradas vuelven al pequeño, que alza las manos de nuevo hacia el rostro de Frank, sin alcanzarlo. Mientras se pone de puntillas, dice otra palabra, esta vez entendible.

Baja.

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13/05/2011, 15:27
Dakota

Los temores del indio empezaban a confirmarse. Aquella extraña sensación de incomodidad que recorría su espalda se había extendido por su cuerpo, y ahora atenazaba su estómago con la fuerza de la desesperación. Un muy terrible presentimiento se había apoderado por completo del mestizo, y no lo abandonó ni siquiera cuando se entregó sumisamente a las indagaciones del pequeño.

Dejó que el niño palpara sus manos, que examinara los innumerables cortes y lastimaduras que las surcaban. Muchas de ellas aún sangraban, y otras tantas acompañarían al imponente salvaje por el resto de su vida. Incluso creyó ver todavía algún rastro de aquella extraña “sangre negra” que había salido de la tierra.

Luego, sostuvo su mirada con respeto, pero también con serenidad. Hasta el más olvidado de los hombres del Pueblo sabía como darse a entender en aquel mudo lenguaje. El niño no preguntaba por lo que Dakota “sentía” en aquellos momentos, sino que trataba de indagar “quién era” en realidad. Afortunadamente para el mestizo, esto último era bastante más fácil de responder.

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14/05/2011, 19:28
Frank

Frank se sorprende del movimiento del benjamín. No obstante, se deja hacer, consciente de lo ceremonial de los movimientos.

Pero la sorpresa se torna en estupor cuando el niño le habla... dándole una orden.

No obstante, Frank obedece, y acerca su rostro a las manos del niño.

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14/05/2011, 19:39
Director

El niño toma al fin la cara del vaquero entre sus manos, y examina el rostro con la atención de un matasanos examinando al paciente.

Cuando decide que el análisis basta, deja a Frank incorporarse y da la espalda a los extranjeros para hablar de nuevo con el Gran Jefe. El dialecto vuelve a ser incomprensible, pero Dakota entiende que los declara "de corazón limpio, sin lengua viperina". También hay algunas palabras sobre una maldición.

Finalizado esto, el chico regresa a su lugar en la tienda, volviendo a parecer parte de la extraña decoración del tipi.

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14/05/2011, 19:49
Gran Jefe Hamakhava

El jefe Pie de Piedra habla de nuevo, y esta vez no parece haber más que lástima en su parca expresión.

El pueblo hamakhava agradece devolver nuestra máscara sagrada. Retornado a su hogar, maldición hacia el hombre-blanco-ladrón termina. Los Manitous volverán a sus sombras.

Hace una ceremoniosa pausa. La llegada del silencio termina con las buenas noticias.

Pero Talismán propaga maldición más duradera, y su mancha no se borra al devolver. El agravio dura muchas vidas. Vuestra alma está manchada  - ¡malditos por eternidad, mal espíritu! - y solo un Hombre-Medicina hamakhava puede cambiar.

Otra pausa. El silencio deja oir vagamente unos llantos lejanos, procedentes de algún lugar del pueblo.

Pero Hombre-Medicina morir ayer. Pequeño búho señala al niño es siguiente chamán, pero no hasta que cabello volvérsele blanco y corazón volverse sabio. La marcha de Padre Águila hacia Terrenos de los Antepasados fue inesperada y trágica; nosotros sentimos.

Se inclina ligeramente, bajando la vista hasta el suelo. Un honor muy grande para un Gran Jefe hacia los extranjeros que devuelven el objeto sagrado, aunque ahora sea escaso consuelo.

Hamakhava dicen gracias. Lamento pero nadie entre los hombres rojos o blancos puede libraros de la maldición.

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15/05/2011, 14:52
Frank

Frank lleva el tiempo suficiente en la "misión" como para ser más que respetuoso. 

Agradece profundamente el hecho de que el jefe indio hable comprensiblemente.

Pero a pesar de la experiencia y del tiempo transcurrido, el cowboy se niega a "estar maldito" durante generaciones. 

Sin embargo, el estómago vuelve a arder...

 

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17/05/2011, 15:25
Dakota

El rostro del mestizo se mantuvo imperturbable. Nada de lo dicho por el gran jefe Hamakava parecía haberle provocado la más mínima sensación. Su pétreo rostro escuchaba aquella terrible condena con estoica determinación, con la infinita serenidad de los que ya se saben perdidos. Su única reacción fue dedicar una fugaz pero profunda mirada a su compañero, a ver como se tomaba todo aquello el duro pistolero.

En verdad, las palabras del líder solo confirmaban lo que el indio ya intuía en su corazón. La ausencia del Hombre-Medicina había sido toda una señal, demasiado evidente para aquellos que estaban acostumbrados a leer los signos que delataban los humores de los Espíritus. Dakota se había estado preparando inconcientemente para algo así desde el momento mismo en que vio a aquel niño en la morada del Gran Jefe. Quizás por eso no había sufrido tanto el golpe. O tal vez era porque ya se sabía condenado desde siempre, incluso desde mucho antes de que aquella maldita máscara se cruzara en su camino.

Sin que su tono de voz variara un ápice de aquel monótono y grave retumbar de siempre, el indio retomó la palabra.

- Dakota y Frank esperar a que Pequeño Búho tener cabello blanco. Entonces volver. - dijo con una tranquilidad tan desapasionada que heló la sangre de los presentes. – Pero antes preguntar… ¿qué hacer maldición?

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17/05/2011, 21:41
Frank

¿Importaba aquello? ¿Era relevante lo que la maldición hiciera? Lo cierto es que Frank no había llegado a formularse esa pregunta. Era de los que pensaba que moriría pronto, probablemente con un agujero en el estómago tras una reyerta en algún Saloon.

Pero la pregunta de Dakota le fa un giro a sus pensamientos.

Claro que importaba. ¡Vaya que si importaba!

Miró a los interlocutores, esperando la sentencia...

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18/05/2011, 01:46
Gran Jefe Hamakhava

El Gran Jefe parece conmovido con las palabras de Dakota. Media vida es tiempo largo que esperar, incluso para un paciente hombre rojo. Ese enorme mestizo medio apache parece estar hecho de roca en lugar de carne, y su inquebratable voluntad es igual a la que describen en los héroes de las viejas leyendas indias.

El caudillo mira ahora hacia el hombre-blanco-llamado-Frank. Viajar junto al guerrero bravo Dakota le acredita cierto valor de cara al Gran Jefe. Casi parece que el apache le trate como a un compañero, un hermano, cosa que resulta inconcebible. Posiblemente su silencio tenga que ver con esto: hay pocos blancos que sepan contener la lengua, y el jefe no esperaba que un rostro palido aceptara la noticia de maldición casi eterna con tanto estoicismo.

Con voz triste y un nuevo respeto hacia los forasteros, el lider habla.

La Mancha trae lo que los blancos llaman "mala suerte". Manitous sin cuerpo acechan a los malditos, y propagan la ruina y el dolor entre ellos. Vida será tan larga como la de hermano roble, pero será un camino de piedras puntiagudas donde las esperanzas mueren y todos los sueños se convierten poco a poco en pesadillas.

Por segunda vez en el encuentro, hace una ligera inclinación. Una reverencia de reconocimiento ante el pesado destino con el que cargarán sin remisión por largos años.

Nosotros Hamakhava hacemos powwow en honor de Hombre Medicina. Dakota y Frank estar invitados. Hombres de la tribu honran con danza y mujeres lloran la muerte prematura del sabio.

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24/05/2011, 01:39
Dakota

El imponente mestizo escuchó la terrible sentencia sin siquiera inmutarse. Observaba al Gran Jefe a los ojos, aceptando su condena con la naturalidad de los eternos. Cuando al fin concluyó, su voz profunda y grave retumbó en la pequeña estancia.

- Mala suerte… espíritus sin cuerpo… dolor…y esperanzas que volverse pesadillas… - el indio se giró hacia Frank antes de continuar, y por un brevísimo instante el pistolero tuvo la ominosa sensación de que le guiñaba un ojo – Dakota poder soportarlo. Hacerlo desde que ser niño.

Por primera vez en toda la entrevista, el rostro del indio se contrajo de una manera grotesca y aterradora, esbozando lo que parecía una amplia y perturbadora sonrisa.

- Dakota y Frank aceptar invitación. Sentir gran honor.

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24/05/2011, 23:21
Director

El modesto desayuno, consistente en huevos revueltos y bacon, hizo las delicias de los refinados invitados. No habían tenido muchas oportunidades de saborear buena comida desde que su sustento dependiera de la Wells Fargo Co. Hasta el viejo Hank Bully - en paz descanse - habría reconocido los talentos culinarios del telegrafista que, con escasos medios, sabía hacer un desayuno apetecible. El té, además, resultó ser de una variedad especialmente exquisita que Boyle no pudo identificar pero sí apreciar.

La charla estaba siendo incluso más grata que la comida, pero el siempre responsable Eckhardt no puede dejar de recordar que se han tomado varios minutos más de los planeados para su - en principio - breve visita.

Un aire de sopor y comodidad invita a quedarse en la cabaña indefinidamente. El propio Charles tiene que luchar contra su pereza para alzarse de la silla y tomar la iniciativa.

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24/05/2011, 23:34
Charles Eckhardt

Deberíamos... a duras penas reprime un bostezo deberíamos marchar. Dakota y Frank se estarán preguntando dónde estamos.

Masajea sus doloridos riñones, que le invitan a reposar en lugar de a caminar.

Si el señor Boyle lo desea, puedo ir a avisar a nuestros amigos de que estaremos aquí... o traerlos a la cabaña.

Dirige una mirada al anfitrión, pidiendo permiso, a lo que el telegrafista responde con un alegre asentimiento y unas palmadas silenciosas.

No hay razón para interrumpir tan agradable encuentro.

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24/05/2011, 23:53
Stephen Boyle

 Mi... reprime un bostezo en respuesta inconsciente al de Eckhardt... buen plumilla. Lamento tener que ejercer mi deber como voz de la conciencia en esta ocasión, empero conociendo las idiosincracias propias de la relación con nuestros compañeros cubre su boca para reprimir un segundo bostezo será de absoluta obligatoriedad el acto de presencia física de ambos. Luego no descartamos presentarles al señor Mojkevicz, ehm que digo Michaels.  El tozudo inglés conoce del proceder adecuado de un caballero, y más siendo un Boyle. Los cuales demandan que una vez aquirido un compromiso, este se cumpla a todo costo.

Lamento tener que interrumpir de súbito nuestra animosa reunión, espero sepa disculpar mi falta de modales al no quedarme a charlar. Sin embargo, si las circunstancia slo permitiesen haré un pronto retorno para proseguir con la diatriba. Como toque final de despedida, el joven alza su sombrero de copa y hace un gesto a Eckhardt para que le siga, retirándose de aquella pequeña cabaña.

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25/05/2011, 00:06
Encargado del telégrafo

Oh, pero ¿de veras tenéis tanta prisa?

El anfitrión se levanta de su silla como respuesta educada al mismo gesto de los visitantes, pero no parece dispuesto con ganas de dejarles ir tan pronto.

Apenas nos habíamos sentado, y pensaba ofreceros una galletas de nueces. ¿Quizá os apetezca otro té?

La insistencia, que podría resultar molesta, parece más bien simpática en el señor William. Se comporta como la abuela que atiborra a sus nietos con golosinas, o como el obsequioso anfitrión que nunca ha ofrecido lo suficiente a sus invitados.

Sea acepta con una sonrisa cuando la determinación - algo somnolienta, eso sí - de los dos forasteros parece invencible.

Si a vuestros amigos os parece bien, estáis invitados a almorzar aquí. ¡Me encantan las visitas!

Tras un apretón de manos, sale para despedir en la puerta a los nuevos conocidos.

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25/05/2011, 00:18
Director

El encuentro ha sido agradable, pero el amodorramiento por la comodidad y la comida puede más que las fuerzas renovadas por el descanso. La sensación recuerda a las brumas mentales de un despertar incompleto. Casi se diría que el haber entrado en esa cabaña parece un sueño... o quizá lo sea el haber salido de ella.

Sobre sus caballos, Stephen y Charles se balancean somnolientos. Se sienten excesivamente relajados, y ya empiezan a pensar que hay algo raro en todo ello...

Notas de juego

Tirada de Vigor dif. 5