Partida Rol por web

 Turno 111

Oin no piensa intervenir. Su trabajo es proteger la caravana no hacer de hermanita de la caridad. Así que, se mantiene junto a la cabecera de la caravana mientras carga el virote. Si la caravana avanza lo hará con ella y si no, pondrá rodilla en tierra y oteará peligros en derredor. 

- Humanos... - murmura y escupe al suelo.

Turno 111

Gelion, confuso no terminaba de decidirse sobre el curso de actuación. Elendur quería perseguir a los recién llegados, Ilidan opinaba lo contrario, al igual que Draupner, quien además toma la iniciativa y ordena continuar.

"Una mala decisión es mejor que ninguna decisión en absoluto" Gelión se habría quedado para tomar conocimiento de esta nueva situación pero no estaba él sólo. Había prometido desempeñar su tarea lo mejor que pudiese y su tarea era llevar a aquellas personas hasta su destino. Detenerse ahí podía ser muy mala idea. Percibió el ruido de la carreta de Bolgo que volvía a ponerse en marcha. Hizo lo propio, dando una pequeña orden de mando a los caballos para que iniciasen de nuevo la marcha. Sin embargo intentaría hacerla lenta para poder prever cualquier problema inesperado. Intentó encogerse lo más posible en el pescante para no ser un blanco fácil.

Nos movemos gente, atentos a todo.

Gelion habló más para que todos acompañasen el camino de las carretas que para alertar al grupo. También lo hizo para que Elendur comprendiese que si iba a intervenir lo haría solo.

Turno 111

Elendur se resigna a ir tras aquel hombre a causa del poco interés de sus compañeros de viaje....aún así mira de reojo hacia Agranil por si estipula algo en relación a actuar en lo ocurrido.
De no estar ahora bajo las órdenes del alcalde de la Ciudad del Lago, hubiese ido a tratar de solucionar el posible problema que tuvieran esa gente. Su alma de Montaraz del Norte así se lo pedía.

En cambio continúo la marcha como el resto de la caravana, sin mediar palabra alguna, pero con su mano cerca de la empuñadura de su espada.

 RESOLUCION DEL TURNO 111

Ante la idecision a la hora de actuar,  los hombres que corrian por el bosque desaparecieron de la vista de los aventureros. Se alejaron corriendo en direccion noroeste confundiendose entre los troncos de los arboles y arbustos existentes.

Se habia tomado la determinacion de continuar, y asi lo hicieron. Tanto Bolgo como Gelion azuzaron a los animales de tiro para emprender de nuevo la marcha con el beneplacito de casi todos los miembros de la escolta. En apenas unos instantes se encontraban entrando en una gran explanada, donde al fondo ya se podian ver algunas de las cabañas del asentamiento y oir el rio tras ellas. Dos hombres estaban apostados varios metros por delante de las edificaciones. Llevaban dos largas hachas que apoyaban en el suelo. Nerviosos veian como os acercabais a ellos, aunque lejos de asustarse, esperaron a que estuvierais cerca para hablaros.

- ¿Quién va? - dijeron varios metros antes de que os acercarais, aunque sin ordenaos deteneros inmediatamente.

Continuasteis unos metros mas hasta que os detuvisteis cerca de ellos cunado uno alzo la palma de la mano para que os pararais. Dorhand se bajo de inmediato de la tartana en la que habia viajado, antes de que ninguno abriese la boca. El mercader no se habia pronunciado sobre la idea de perseguir a los tres hombres que parecian huir, pero ahora si intervendria.

- Buenas noches, mi nombre es Dorhand de Esgaroth, deseo ver a Letar, esperaba nuestra llegada. - dijo solemnemente el comerciante.

- Si, creo que asi es. Esperad aquí mientras aviso de su llegada, mi señor - esos hombres no parecian ni mucho menos soldados. Eran mas bien trabajadores venidos a mas para el desempeño de esa labor. Ademas se les notaba que no estaban acostumbrados a aquellos menesteres y no sabian bien como actuar. Sencillamente fueron a buscar a la persona que si sabria como hacerlo.

Uno de ellos se giro y caminando rapido se dirigio hacia las cabañas. El otro se quedo en mitad de vuestra trayectoria, como queriendo cerraros el paso, si es que una sola persona pudira hacer tal cosa.

Pronto aparecieron por detrás dos hombres mas. Llevaban unos hachas parecidos a los que portaban los que os dieron el alto. Estos ultimos aparecieron por la retaguardia, del bosque. Llevaban el mismo tipo de vestimenta que sus compañeros. Ligeras ropas de lino claro, con cintos de cuero y gruesas chaquetas de cuero forradas de piel de cordero.

Alli, en aquella explanada, el aire corria con mas fuerza, que unida a la azulada luz de la luna acrecentaba la sensacion de frio. Ahora tocaba esperar a que ese tal Letar viniese. No entendiais por que secillamente no podiais ir a buscar una buena hogera para calentaros, pero imaginasteis que eran cosas del protocolo, o costumbres de aquellas tierras.

Turno 112

Bolgo no estaba seguro de haber actuado bien ignorando el conflicto que habían presenciado y la duda lo carcomía por dentro.

¿Y si aquel hombre estaba en apuros? ¿Y si era un fugitivo y sus intenciones eran malignas?

Fuera cual fuera la respuesta a aquellas preguntas, habría sido conveniente intervenir, sin embargo, tenían otras responsabilidades en aquellos momentos y no podían emprender cualquier causa descuidando su carga. La duda danzaba en la mente del mediano.

La marcha continuó hasta encontrarse con varios hombres que les cortaron el paso. Bolgo activó el freno y tiró de las riendas para detener a los caballos agradecido por el cese del movimiento. El traqueteo comenzaba a hacer mella en sus posaderas. Disimuladamente, el hobbit se llevó una mano a las mismas y se las masajeó para desentumecerlas.

A la espera de que un tal Letar, que había sido llamado acudiese hasta ellos, Bolgo elevó la vista y contempló el hermoso cielo estrellado.

Echo de menos mi hogar, pensó durante un instante. Apartó aquel pensamiento de su mente consciente.

Concéntrate, Bolgo. No pienses en ello, se reprendió. No es momento para la nostalgia.

En el fondo sabía que aquella era una batalla perdida de antemano.

 Turno 112

Oin se mantiene con el gesto ceñudo y la ballesta baja pero preparada mientras el anciano habla con los humanos. No le gusta el aspecto de esos hachas y menos, el que les rodeen. No obstante, se mantiene en su puesto junto a la cabecera de la caravana.

"primero, le atravieso el cuello a ese... y luego, le parto la cabeza a ese otro y luego..." 

Oin se entretiene en planear sus movimiento en caso de que haya pelea a la espera de que aparezca el susodicho Letar.

Turno 112

La cordura paracía haberse impuesto tras sus palabras de no detener la marcha y proseguir con su misión, así que al poco perdieron de vista tanto a perseguidores como al perseguido, pese a no ser mucha la distancia que les separaba de los primeros barracones. 

Una vez allí vieron a los guardias y avanzaron decididamente hacia ellos para darse a conocer.

Todavía seguía con el martillo en la mano y el escudo embrazado, cuando Dorham tomó la palabra, y al ver que por la retaguardia dos hombres más les cortaban la retirada, su instinto de supervivencia le alertó, así que no bajó la guardia.

- [Khuzdul] Бъдете нащрек! Ние отсече отстъпление. Jajaja - dijo como si acabara de hacer un comentario gracioso.

TURNO 112

En cuanto la caravana volvió a ponerse en marcha para recorrer los últimos metros que los separaban del asentamiento de los almadieros, de forma que ya se había tomado la decisión de no tomar parte en la persecución, Ilidan destensó el arco pero dejando la flecha cargada en la cuerda y cogió tanto el arma como el proyectil con su mano zurda, pasando su dedo índice por encima de la parte de madera de su saeta y el dedo corazón por debajo, ambos a su vez rodeando la parte central del arco como los demás dedos, salvo el pulgar que lo mantenía apoyado en su parte más baja e interior en la flecha. Mantenía esta posición dispuesto a actuar con la mayor premura si algún contratiempo se sucedía.

Cuando los dos hombres les dieron el alto, el numenoreano no hizo ningún amago en coger su arco para tomar una posición ofensiva pues pensó que se trataría de los guardias del asentamiento, pero si que miro a su alrededor para ver donde estaban situados sus compañeros. Fue entonces cuando vio aparecer en la cola de la caravana a dos hombres más.

Ahora sólo tenía que esperar a ese tal Letar, mientras de fondo se escuchaban las turbulentas aguas que el montaraz ya había percibido metros antes, para, tras tomar algo de cenar, tomarse su descanso.

Turno 112

- ¡Estad alerta! Nos cortan la retirada. Jajaja -

 Turno 112

Marga salto del carromato con una cara de somnolencia. Se habia despertado tras las palabras de Draupner, sin saber bien que pasaba. Miro alrededor y comprobo que ya debian de haber llegado. Se estiro un poco, alzando los brazos como si quisiese alargarlos mucho.

- Veo que lo teneis todo contralado, hemos llegado ya verdad? mi espalda no soportaria una hora mas de viaje...

Despues camino hasta la vanguardia para ver que pasaba.

 Turno 112

 - [Khuzdul] джоэла полностью Draupner нью, не Oin сейчас разработкой про. ja ja ja - dijo el enano mirando a Oin entre fuertes risotadas. Despues saludo a Marga y espero impaciente a que se solventara todo, solo queria calentarse y comer en condiciones....

 Turno 112

- Tranquilo Draupner, Oin acabara con todos - dijo mirando a Oin.

Turno 112

Gelion se maldecía ante su desconfianza y extremadísima precaución. Sin duda su imaginación le jugaba malas pasadas y el cansancio y su mente calenturienta le hacían desconfiar de todo y todos. Se recriminó a sí mismo su recelo pero no pudo evitar preparar una pequeña prueba. Se estiró mostrando el cansancio del viaje. No podía evitar recordar la escena que acababan de vivir e intentando mostrar candidez y despreocupación sonrió al guardia.

Decidnos buen señor, ¿ qué nuevas traen los caminos ? ¿ Pasan muchos viajeros estos días ? ¿ Debemos temer un asalto de bandidos ?

Las palabras resonaban no sin cierto retintín.

Gelion observaba el rostro del guardia buscando una vacilación o algo que le dijese que no era quien parecía ser. Quizá quien huía era uno de los legitimos guardias. Sabía que probablemente no había nada que temer pero si el guardia se mostraba huidizo en su respuesta sin duda sería mala señal. Una vez más maldijo su excesivo recelo y desconfianza. Pero se dijo a sí mismo que había sido la falta de ese recelo lo que le terminó por convertir en prisionero de unos bandidos unos días atrás, días que parecían muy lejanos.

 Turno 112

- Bueno... lo cierto es que no, aqui no suelen venir demasiadas visitas, tampoco hay nada que poder robar salvo madera... o nuestras herramientas - dijo son mas el hombre. Si, vacilaba un poco, pero quizas mas por la inexperiencia de verse en esas situaciones que por sus intenciones.

- Si sois quien esperamos, sereis bienvenidos. - dijo valentonado el hombre - Si no sois... Letar decidira... - realmente se habia descubierto el solo, pues no tenia ni idea de que debia decir.

Turno 112

Elendur seguía mordiendose la lengua en cuanto a ignorar lo que había sucedido hace unos instantes, no estaba acostumbrado a ello, e inconscientemente parte de sus sentidos estaban varios metros atrás por si oía o veía algo que le hiciese averiguar que pasaba o si tenia que reaccionar.

Finalmente llegaron y la presencia de aquellos hombres, inexpertos en lo que realizaban pues estaba a la vista que no estaban acostumbrados a ello.

Era extraño, perecía todo como demasiado desconfiado, el ambiente que se había creado era tenso e incomodo. A pesar de eso dejo que los comerciantes interactuasen, pues esa era su labor en esta contienda.
Así pues el montaraz solo se dedicó a oír y ver lo que sucedía en los alrededores.

Gallindum - Turno 112

Una vez el fugitivo y los perseguidores se hubieron perdido de vista, Gallindum adoptó una actitud más relajada, colgó su martillo del cinto y continuó caminando, aunque con el escudo todabía embrazado. Tras unos cuantos metros de caminata, llegaron al fin al asentamiento en si. Al parecer dos inexpertos guardias les cerraban el paso. Parecían trabajadores a los que les hubiesen dado un par de hachas y les hubiesen dicho, "pararos aquí y antes de dejar pasar a alguien, avisad al jefe". Gallindum apostó para si mismo que si alguno de esos dos había estado en una pelea, había sido en una taberna y no habían salido a relucir más que los puños. No parecían representar un gran peligro para el grupo que formaba la escolta de la caravana.

No obstante, esto hizo pensar al enano, "Primero la escenita de la persecución, y ahora unos guardias improvisados que por la barba de mi abuelo no parecen llevar ni un mes realizando esta tarea... Valgame Durin, que parece que hay problemas en estas tierras".

Los guardias les instaron a esperar a un tal Letar, quizá el jefe de los almadieros, Gallindum no entendía. Si estaban esperando a gente de la calidad de Dorhand, Agranil y Egorant, como no los estaban esperando con una buena comitiva. Es más, dado que se habían retrasado algunas horas, cualquier jefe, alcalde, alguacil o persona de responsabilidad; habría mandado gente a recorrer el camino en busca de noticias de tan importantes viajeros. Sin duda no era una persona muy diplomática aquel Letar.

Gallindum suspiró mirando al cielo ¿cuanto más los iban a hacer esperar antes de dejarles cenar caliente y dormir para mitigar la fatiga de la dura jornada?. El enano esperaba que Dorhand o Agranil le cantaran las cuarenta a aquel tal Letar.

 RESOLUCION DEL TURNO 112

El hombre desaparecio tras una de las cabañas que habia al fondo, para aparecer casi de inmediato acompañado por otro individuo. Sin duda debia ser Letar.

Ambos se acercaron hasta el grupo, y una vez alli, saludo a todos, dando la bienvenida al asentamiento.

- Bienvenidos amigos - dijo en general a todo el grupo, que aun se preguntaba el motivo de la espera. El capataz se presento.

- Mi nombre es Letar, y soy el capataz de este asentamiento. - Dio la mano a Dorhand. - Acompañenme por favor, siento que les hayan hecho esperar aquí, pero no habian recibido ordenes al respecto y han ido a llamarme, espero me disculpen…

Tras los respectivos saludos, os guiaron de camino al campamento. Los dos hombres que habian aparecido por la retaguardia, os acompañaron, pues eran hombres de Letar. Por delante los otros dos almadieros ayudaban a guiar los caballos.

Los carruajes fueron colocados en la pared este de la cabaña mas grande, mientras todos sus ocupantes bajaban de ellos.

Agranil, junto a Egorant y Dwalin bajaron de la tartana. Incluso Briniel bajo, ayudada por su hijo Coralak y Marga. Una vez todos reunidos junto al fuego, saludaron a Letar. Egorant mando a Elendur y a Gallindum que se ocuparan del cajon que transportaban en cuanto supieran donde iban a descansar. Queria que lo bajasen y lo guardaran en el interior de la cabaña que les asignaran.

- Bueno amigo Letar, mucho tiempo hacia que no te veia, parece que no has cambiado mucho. ¿Recibiste mi carta?, no veo a mi hombre por ningun lado… Bueno, ahora hablaremos de eso. Estamos cansados y creo que deberiamos instalarnos cuanto antes, sobre todo Briniel… - dijo mientras estrechaba la mano de su amigo Letar.

- Oh, lo olvidaba. Te presento a Agranil, alcalde de Esgaroth… este es Egorant, estoy seguro de que has trabajado para el, aunque aun no le conozcas… y este es Dwalin, un maestro herrero que nos acompaña. - dejo que diese la mano a cada nuevo invitado. - Aquel es el hijo y la esposa de Agranil. Briniel y Coralak. ¡El resto son una buena escolta que nos hemos procurado!- Dijo divertido.

- Ahora necesitamos que nos digas donde dormiremos, despues tu y yo hablaremos largo y tendido.

- Oh, si claro, hemos tenido que acomodaros en la cabaña principal. - dijo señalando la mas grande de ellas - Podeis usar mis dependencias, he preparado en ella cuatro camas aparte de la mia, pero me temo que el resto han de dormir en el almacen. Hemos dispuesto camastros para todos, y tenemos mantas suficientes.

- Te lo agradezco Letar, ahora si me disculpa he de ir a acostar a mi esposa. - Agranil se marcho junto a Marga y Coralak, acompañado de uno de los hombres de Letar, que les indico el camino hasta la habitacion.

Fuera quedaron todos los demas. Tanto la escolta, como Dorhand, Egorant y Dwalin.

- Bueno, dijo dirigiendose a la escolta, sin mirar a nadie en particular. Subid el cajon a la habitacion de Agranil, y establecer las guardias, nosotros nos iremos a acostar en un rato, mañana sera un duro dia. - señalo antes de darse la vuelta y atender de neuvo a Letar.

- Esperad, no tengais tanta prisa, habia preparado algo de refrigerio. Esta en aquella cabaña - dijo señalando la que estaba mas al norte. - Alli tendreis comida y bebida suficiente. No os podre atender pues hace ya rato que mis hombres se han ido a dormir tras un duro dia de trabajo, pero coged cuanto querais.

En el centro del campamento una gran hoguera ardia, ya con llamas bajas. El fuego debio de haber sido bastante grande a juzgar por el calor que desprendian su enorme cantidad de brasas.

En el interior de la cabaña que servia de comedor habia un autentico festin. Asado, patatas asadas, jamon ahumado, truchas asadas, vino y cerveza. No parecia faltar de nada. Habia gran cantidad de cada cosa. Por el estado en el que habia quedado todo parecia que alli se habia organizado una gran fiesta. Ahora habia vasijas rotas, platos sucios y desperdicios por todos lados. Menos en la mesa que le tenian reservada, que estaba inpecable.

Mientras todos se disponian a cenar, Letar, Egorant, Dwalin y Dorhand, se quedaron hablando alli mismo.

 Turno 113

- Bien, me muero de habre, comamos primero, despues pensarmos. mis tripas rugen... - dijo Arlan mientras se frotaba su barriga.

Siguio a Marga y Coralak, mientras seguan a Agranil y el almadiero al interior de la casa. - Ello comeran despues...

TURNO 113

Tras un rato de espera que se hizo más largo de lo que realmente había sido debido al cansancio del viaje, el tal Letar apareció para aportar algo más de oratoria a la mostrada por los guardias con relevancia a su llegada y hospedaje en el asentamiento de los almadieros. Por suerte, a pesar de que habían llegado unas cuantas horas más tarde, el hombre se había ocupado de reservar al grupo comida caliente y un camastro.

Ilidan espero a que Elendur y Gallindum llevaran el cofre hasta dentro de la casa, como les había mandado Egorant, para asegurarse que no ocurría ningún incidente indeseado durante sus traslado.

Después, fue hasta el comedor para reponer energías para la consiguiente guardia. El numenoreano comió hasta quedar completamente satisfecho, bebiendo por contra muy poco, únicamente una copa de vino. En ese mismo rato fue cuando lanzó una pregunta al aire.- ¿Cómo nos repartimos las guardias?- A él poco le importaba el turno que le tocará, y el sitio donde descansar, aunque este sólo fuera un establo con una única manta para arroparse. Unicamente, se conformaba con dormir lo suficiente para desempeñar bien su trabajo el día siguiente.

Truno 113

Parecía que por fin las cosas se iban aclarando, llegó ese tal Letar y nos recibió amablemente, tras las presentaciones nos dirigimos a la zona donde estaba la fogata, cosa que se agradecia. Después de un largo viaje bajo la luz de las estrella se agradecía algo de calor.

Parecía que por unos instantes Elendur se había olvidado del altercado de hace un rato, ni siquiera habia hecho un comentario al respecto y su rostro ya no mostraba aquella preocupación.

Por contra se mantuvo atento a todo momento por si tenía que ayudar en algún aspecto.

Na da más oir la órden de llevar la valiosa mercancía el montaraz se dispuso a realizarla, justo cuando el hombre llamado Letar dijo algo sobre una comida, fuen entonces cuando rugió el estómago del dunedain. Pero entendió que era prioritario poner a salvo la emrcancia y dijo.

-Primero llevaremos la mercancia a los aposentos destinados al Alcalde, con el fin de que todo quede en condiciones, antes del tentempie.

Y así hizo esperando que Gallindum hiciese lo propio tal y como dijo Egorant. Después se turnarían para hacer las guardias, por suerte eran muchos y sería guardias cortas para poder descansar bien.