Partida Rol por web

|El comedor|

Estaba pensando en lo que Naida me habia comentado, quitando el detalle de ver la muerte de la reina, la idea de tener visiones me gustaba. Me despedí de ella y fui a buscar a Dana por si ella me podría encaminar un poco. De camino ví el acaramelado encuentro entre la reina y Walgior.. Pensé en lo que podria pasar si mis visiones llegaran a cumplirse y... Naida tenia razon, necesitaba hablar con alguien que supiera mas sobre estos temas

[Jardines - Biblioteca]

"¡Mientes!" Grité a Dana mientras se alejaba refiriéndome al 'espejismo', lleno de rabia.

Me marché directo a la biblioteca.  Necesitaba meditar un poco y buscar respuestas a mis inquietudes.

Por lo pronto, aunque bastante fastidiado por el origen, buscaría algún tratado sobre el autocontrol por el mero hecho de saciar la curiosidad.

Entré en la biblioteca y miré, esperándo encontrarla vacía.

|JUGADA MASTER|

Dana miró detrás suyo, desde donde Fistandantilus le había gritado que mentía, pero ambos decidieron olvidarse de todo y dar por finalizada aquella conversación.
La profesora de adivinación, se encaminó hacia el despacho de Farilynn, donde le esperaban ella y Risk. Tocó con los nudillos un par de veces y, después de recibir el permiso de entrar, abrió la puerta y se adentró en la estancia.
- ¿Me buscaban?- preguntó, aún con el rostro lleno de tristeza.
- Sí... Risk me ha dicho que no quieres aceptar el cargo de directora, ¿por qué?- preguntó la reina elfa, que se había sentado detrás de su escritorio-. Pensaba que te gustaría el cargo-.
- Y me hubiera gustado... Pero ahora no puedo aceptarlo, lo siento mucho, Majestad- dijo la profesora de adivinación, haciendo una pequeña reverencia.
Dicho aquello, se marchó a sus aposentos, dejando a Risk y a la reina solos en el despacho.
Cuando Dana entró en su habitación, se sentó en un lado de la cama y hundió su rostro entre sus manos. De pronto, se escuchó un ruido en su ventana y acudió, sabiendo que no podría evitar lo que estaba apunto de suceder...
Alguien, a quien no consiguió verle la cara en ningún momento, ni siquiera en sus visiones, le cogió por el brazo y le dio un tirón lo suficientemente fuerte como para lanzarla al vacío.
Ni siquiera chilló, pues ella sabía lo que le esperaba al llegar a su habitación y había visto en sus visiones que no podría evitarlo...
De repente, los alumnos que se encontraban en el jardín presenciaron el cuerpo de su profesora de adivinación en el suelo.
Algunos chillaron al verla allí, herida de gravedad, sin saber si estaba viva o muerta. Un par de alumnos no dudaron en acudir al despacho de Farilynn para avisarle de lo sucedido y cuando llegaron al lugar, Farilynn se tapó la boca con la mano. Risk, sin embargo, se agachó para comprobarle el pulso.
Justo en ese momento, apareció Helen, la enfermera del internado, acompañada por sus ayudantes.
- ¡Rápido, tenemos que llevarla a la enfermería! Debemos hacer todo lo posible por recuperarla, quizá no sea demasiado tarde- dijo Helen, mientras los ayudantes cargaban con la profesora y se apresuraban a llevarla hasta la enfermería.

| Puerta trasera |

Apesar de las severas y duras palabras de Markwolf, no sentí miedo. No porque el no me lo diera, sino porque estaba totalmente convencido de que cumpliría con mi misión.
-No se preocupe, señor. Todo saldrá a la perfección.-dije, con una nueva reverencia. Walgior pensaba que yo era de los buenos y tal vez un buen compañero de combates. Entonces pensé en algo, algo importante.-Señor... Tengo una proposición que hacerle.-cojí un poco de aire.-¿Qué le parece si voy al castillo lo antes posible? Walgior me conoce y si no me ve en todo este tiempo y solo aparezco antes de las batallas o en ellas no se fiará de mi. Tengo su confianza resbalando sobre mis dedos, pero si me dá unos días le tendre en plena palma de mi mano. ¿Qué le parece, señor?.-sonreí con malicia. No quería dejar pasar la oportunidad de estar mas cerca de mi enemigo, ademas de que si tenia la oportunidad de acabar con el antes de la batalla pues muchisimo mejor.

|Jardin|

Estaba andando por un pasillo en busca de Dana cuando de repente mucha gente empezó a correr hacia el jardin, al fondo se escuchaba lamentos... Salí a ver lo que pasaba y alcancé ver el cuerpo de Dana en el suelo... Me quedé horrorizada. Las enfermeras venían corriendo y me aparté para dejarles sitio, vi a Farilynn, pero todo el asunto de las visiones se me habia olvidado al ver la imagen de Dana en el suelo. ¿Que habria pasado..?

|Jardines|

De repente, cuando estábamos preguntándonos a quién pertenecía aquel trozo de pergamino, escuchamos unos gritos cerca de la puerta del internado.
Miré atónita a Sirius, mientras me levantaba rápidamente y, cogiendo de la mano a mi amado, nos apresurábamos hacia el lugar de donde provenían los gritos.
Al llegar, la imagen era espeluznante. En el suelo se encontraba Dana, la profesora de adivinación, que en ese momento se la llevaban a la enfermería.
Me tapé la boca con la mano, para después ocultar mi rostro en el pecho de Sirius y ponerme a llorar desconsoladamente.
- Esto no puede ser casualidad... Esto no puede estar pasando...- me decía una y otra vez, rodeando con los brazos el cuerpo de mi amado.

| CONJUNTA JAIRON RHAUS - MARKWOLF |

| Puerta Trasera |

Markwolf: Solté una carcajada.
- ¿Crees de verdad poder ganarte la confianza de ese elfo?- le pregunté, arqueando una ceja, incrédulo-. Tengo entendido que es muy desconfiado y tozudo. ¿Crees que podrías conseguir quedarte allí hasta que llegue.-

Jairon: No pude evitar sonreir con superioridad por un breve instante hasta recordar a quien tenia delante, entonces aquella sonrisa desaparecío y me puse serio.
-Señor, el poco tiempo que estuve en el castillo me sirvió para acercarme a el. Ya tengo una pequeña amistad con el. De hecho...-me callé un momento, pensando lo que ya habia pensado durante mucho y me resultaba realmente raro.-Luchamos extrañamente con una tecnica muy parecida. Le propuse por ese suceso de luchar juntos y le puedo asegurar que apesar de negarse, se lo pensó. Respecto a si puedo estar allí hasta el día de la batalla es mas que seguro. No tendré problemas para parecer uno más.-

Markwolf: Me froté levemente la barbilla, pasando por alto aquella sonrisa que había ocupado su rostro durante unos segundos. Aquel muchacho me caía realmente bien. No estaba acostumbrado a mantener una conversación tan larga con mis aprendices.
- Pero tu tenías confianza con tu apariencia real, ¿cierto? ¿No crees que sospechará si de repente apareces después de no haberte visto el pelo durante meses?- le pregunté, intrigado por la idea del muchacho.

Jairon: Asentí con desganas, ese era el unico problema que veía en mi plan y me fastidiaba.
-Exacto, es el unico problema que veo.-admití, agachando la cabeza un momento, pensando.-Pero bueno, el castillo es realmente grande, si aparezco cuanto antes sería mejor que el mismo día de la batalla. Ya le diría que e estado entrenando en el bosque y descansando cuando terminaba o cualquier otra cosa. O tal vez...-me quedé callado un momento, mirando hacia ninguna parte.-Si me presento en el castillo destrozado... Soy un desaparecido de la batalla que nadie echó de menos y ahora aparece. Esta claro que apareceré muy mosqueado, hay que guardar las apariencias. Si me preguntan como e llegado diria que me escapé, pero que no recuerdo como volver...-miré a Markwolf a los ojos. Era una simple idea, tal vez lo mejor sería llegar sin más, nadie excepto Walgior notaria mi ausencia y solo tal vez... Alomejor ni se fijaba.

Markwolf: Volví a frotarme la barbilla con delicadeza. El plan en sí estaba realmente bien, pero le faltaban algunos detalles por perfeccionar.
- Eso está muy bien... Si llegas herido y destrozado es más creíble, pero lo sería más si llegaras con alguien más, concretamente con Neith... Lo ideal sería llegar con ella en brazos, como si estuviera inconsciente o algo así... Al llegar, si alguien te pregunta, les dices que sólo pudiste salvarla a ella y que los demás murieron en el intento de escapar- le expliqué, intentando que entre los dos surgiera una idea más perfeccionada y elaborada.

Jairon: Chasqueé los dedos y sonreí.
-Me parece genial la idea, señor.-pensé en halagar por un rato sus ideas, pero no es propio de mi hacer eso, nisiquiera ami propio jefe.-Así dudo que alguien haga mas preguntas. Me comportaré de forma distante con los demás, por no darse cuenta nadie de nuestra ausencia, haciendoles que se sientan culpable... Incluso lo puedo hacer con Walgior, así es posible que se acerque más ami para disculparse.

Markwolf: Asentí, satisfecho por haber concluído con el plan.
- Me parece una idea perfecta. De esa manera resultará más creíble todavía- dije, con media sonrisa en mi rostro-. Debemos matar cuanto antes a la reina Farilynn, así que pronto partirás hacia el internado... Cuanto antes empieces a prepararte la misión, antes podremos recuperar a Victoria. Ahora, si me disculpas, debo ir a verla. Hasta luego, Jairon- le dije, sin dejar de borrar mi media sonrisa, marchándome del lugar.

| Comedor - Jardín |

Escuché gritos y mucho jaleo. Dejé caer la pieza de fruta que tenia en las manos con dos bocados dados y salí al vestíbulo con rapidez, entonces ví que todo el mundo estaba corriendo hacia el jardín. Al salir ya pude ver la escena. Miré hacia arriba y ví una ventana abierta de par en par. " ¿Un suicidio? " pensé. Era posible... Pero tampoco era la unica opción.

|Comedor - Jardines|

Vi como Lilith se marchaba, decidida a hablar con alguien sobre sus posibles visiones del futuro.
Seguí comiendo las tostadas que me había preparado con mermelada cuando, de repente, escuché gritos en los exteriores.
Sin dudarlo un segundo, salí corriendo y me encontré por el camino con la enfermera y sus ayudantes, que se llevaban el cuerpo de Dana a la enfermería.
Abrí la boca, horrorizada por aquella imagen, y salí al exterior donde estaba Lilith.
- ¿Qué ha ocurrido?- le pregunté a mi amiga, sin dejar de mirar hacia el interior del internado.

|APOSENTOS DE NEITH|

Mientras estaba con Neith, escuche la voz de Casandra haciendo esas afirmaciones… Al ver que Neith me decía lo mismo le regalo una risa irónica y digo –¿Qué?, acaso esto es una conspiración contra un pobre infeliz?- seguido la miro profundamente y le digo con todo mi corazón (o lo que queda de el…) –Si, pero es más que una simple adicción…para que negarlo…- la bese y continúe con las caricias mientras le quitaba la ropa.

[Biblioteca]

Al igual que el resto escuché el alboroto que se estaba formando.  Me asomé a la ventana y ví que todos corrían en la misma dirección.

Bajé apresuradamente las escaleras.  No me dió tiempo a salir del edificio.  En la primera planta, bajando las escaleras ví como entraban su cuerpo apresuradamente y la metían en la enfermería.

Decenas de ideas pasaron por mi cabeza mientras, paralizado, miraba atónito la escena.

Me acerqué rápidamente y pregunte - a nadie en concreto - qué había pasado mientras ayudaba a meterla en la enfermería.

|Enfermería|

Una vez que tumbaron a la profesora en una de las camillas y se disponían a hacerle las pruebas pertinentes, me acerqué a la puerta para hablar con Fistandantilus.
- Lo único que sabemos es que nadie la escuchó gritar. Simplemente, los alumnos chillaron cuando la vieron en el suelo... La Reina está tratando de investigar lo que sucedió- le expliqué, y seguidamente me volví hacia la camilla.
Tenía una herida muy grave en la cabeza, pero al menos parecía que respiraba, aunque su pulso se iba apagando poco a poco...

|Mis aposentos|

Sonreí, complacida, aunque no sabía exactamente por qué Cassandra había ido a la habitación y le había dicho esas cosas... Cassandra parecía ser la típica mujer a la que no le gusta compartir un hombre en el momento en que está siendo suyo...
Realmente me daba igual. Me había ayudado a convencerle de que reconociera que era adicto a mí y ya por eso había valido la pena.
Me levanté, dejándole allí, ansioso por tenerme... Me acerqué a la cómoda y me senté encima, ya casi completamente desnuda.
- Creo que aquí nos divertiremos mucho...- le dije a Mefiroth, guiñándole un ojo, haciéndole señas con el dedo índice para que se acercara. Separé levemente las piernas una de la otra mientras me mordía el labio inferior-. ¿Me deseas, querido Mefi?- le pregunté, con una sonrisa. Quería poder dominarle, quería tener poder sobre él cuando estuviéramos en estos momentos íntimos.
Me encantaba ser dueña de su mente...
Pasé mi dedo índice por mi pecho y lo saboreé...
- Aún queda algo de vino por aquí, así que si te apetece...- dije, con una sonrisa maliciosa en mis labios.

-Que personalidad, me encanta esta mujer- me dije mientras esbozaba una sonrisa –Espero que disfrutes del espectáculo- le dije a Cassandra mientras caminaba directo a Neith.

Esperaba complacerla y satisfacerme.

|Jardín|

- No se lo que ha pasado Naida, pero es algo terrible- dije con la voz temblando- la estaba buscando justo cuando escuche los gritos, salí corriendo y la ví aqui en el suelo- Se me llenaron los ojos de lágrimas al recordar la imagen pero me aguanté y le dí un abrazo a Naida.. lo necesitaba - Ojalá sobreviva....-

|JUGADA MASTER|

[En el internado...]

Todo el mundo era ya consciente de lo sucedido con Dana. La profesora de adivinación se encontraba inconsciente en la enfermería, aunque no muerta.
Helen, la enfermera, estaba haciendo todo lo posible por conseguir que la adivina sobreviviera, aunque no estaba segura de poder lograrlo.
Pociones, encantamientos... Todo era poco para intentar lo más difícil con lo que se había encontrado el equipo de la enfermería.
Fistandantilus seguía allí, observando cómo su profesora de adivinación estaba debatiéndose entre la vida y la muerte.
Tal y como le había dicho Helen, la Reina Farilynn se encontraba ya investigando lo sucedido, en los aposentos de la adivina.

- Es demasiado extraño... No parece que haya nada fuera de su sitio, así que podemos descartar que hubiera una pelea o que Dana opusiera resistencia...- dijo la elfa, mientras Risk y Jack permanecían en la puerta de la habitación, encargándose de que nadie interrumpiera-. Puede ser que conociera a su víctima y le cogió por sorpresa... Pero lo más normal es que cuando a una persona le hacen algo que no se espera, algo tan aterrador como para perder la vida, grite durante el trayecto desde la ventana hasta el suelo...- explicó la reina, simulando que ella era la profesora de adivinación-. Todo es demasiado extraño... Tendremos que hablar con las personas que estuvieron en contacto con ella poco antes del suceso... Puede que así obtengamos alguna pista - concluyó la reina, mientras los tres salían de la habitación.
- Si me permite, Mi Lady, tuve una sensación extraña cuando estuvo en su despacho para hablar sobre el cargo de directora... -empezó a decir Risk, mientras cerraba la puerta de los aposentos y se quedaban parados delante de éstos-. Usted dijo que ese cargo le haría ilusión y, sin embargo, lo rechazó... Estoy completamente seguro de que conoce a la perfección los gustos de todos los que estamos aquí, en el internado- dijo Risk, como si con aquella frase quisiera lanzarle algún mensaje oculto a Farilynn-. Algo ha sucedido en las últimas 48 horas para que Dana recapacitara de ese modo... Demasiada casualidad, ¿no cree?- preguntó, sin alzar mucho la voz.
- Estoy totalmente de acuerdo con Risk- dijo Jack, que estaba especialmente furioso por aquella tragedia-. En los últimos meses he tenido una buena relación de amistad con Dana... No ha vuelto a ser la misma de que sufrió el secuestro, pero estoy completamente seguro de que hay algo más... Hace tiempo que sospechaba, pero jamás pensé que pasaría ésto...- añadió, con tristeza.
Risk, que se había convertido en un buen compañero para Jack, le dio unas suaves palmadas en el hombro.
- Ella es adivina... Apuesto a que vió venir todo esto- dijo el hechicero, volviendo a juntar sus manos detrás de su espalda.
Farilynn se limitó a asentir con la cabeza y, rápidamente, se marcharon al despacho de la reina, donde siguió la conversación.

Hëndel y Sirius consiguieron ver a Walgior entre todo el gentío, y la joven elfa se acercó a él.
- Walgior... ¿Te has enterado de lo que ha sucedido?- le preguntó la muchacha, con los ojos bañados en lágrimas-. Creemos que tenemos una pista, aunque no sabemos si ésto pertenecía a Dana...- le dijo, tendiéndole el trozo de pergamino donde alguien había escrito sobre la proximidad de su muerte.

Naida abrazó fuertemente a su amiga, sabiendo que en aquellos momentos se necesitaban la una a la otra.
- Ven, vamos a ver qué opinan mis compañeros de aventuras- le dijo a Lilith, cogiéndole de la mano para arrastrarla hasta donde se encontraban Walgior, Sirius y Hëndel.
Les miró, detenidamente, y después miró el trozo de pergamino que la elfa le estaba dando a Walgior.
- ¿Qué pasa? ¿Qué es eso?- les preguntó, intentando también que Lilith empezara a integrarse en el grupo de aventureros e investigadores.

[En la casa lúgubre...]

A pesar de que Mefiroth pensara que Cassandra se iba a limitar tan sólo a mirar, la hechicera se acercó a la pareja y comenzó a besar el cuello del elfo.
- ¿Quién ha dicho que sólo voy a mirar? Yo también quiero participar...- susurró la voz de la hechicera, al oído de Mefiroth.
Neith sonrió, pues le gustaba la idea de que la hechicera se ocupara de ayudarle a animar al elfo.

Jairon seguía en la puerta trasera de la casa, sin compañía, después de que Markwolf y él crearan un plan perfecto para debilitar al enemigo antes de la batalla.
A su lado, en esa ocasión, apareció Cassandra.
- Hola, Jairon- dijo la hechicera, sujetando una copa de vino en su mano. Sus ojos se habían vuelto rojos, aunque no estaba seguro de ser por la bebida o por haber estado llorando, poco probable en una mujer tan fuete como ella.
Sonrió, dando otro trago a su bebida.
- ¿Qué tal está el ojo derecho de Markwolf?- le lanzó aquella pregunta acompañada de una risita. Se apoyó en el marco de la puerta para asegurarse de que mantenía el equilibrio. Volvió a soltar otra risita-. ¿Ha decidido dejar de utilizar sus armas con las mujeres para utilizar a hombres en sus misiones más importantes? ¿O es que sólo pretende que seas un objeto suyo?- le preguntó, sin pronunciar debidamente sus palabras-. No sería la primera vez... Mira la pobre Victoria, ¡cómo ha terminado la pobrecilla!- dijo, alzando un poco más la voz, y seguidamente dio otro trago de su copa.
De repente, se dio cuenta de que la tenía vacía y, con un simple movimiento de su dedo índice, volvió a llenársela.

| Jardín |

No me quería ver en la situación en la que me encontraba. Pero era inevitable, por el momento.
Miré el pergamino y luego Naida hizo lo mismo, desde que llegó acompañada de aquella otra chica (Lilith) no le quité ojo.
-¿Quién es?.-pregunté sin miramientos, sin dejar de mirarla. No podia evitar desconfiar de toda persona nueva.-Nunca antes al habia visto.-luego miré a los demás, tampoco es que esperase una respuesta.-Debeis de darle este pergamino a Farilynn enseguida, nosotros no tenemos nada que hacer. Seguro que a ella le sirve más que a nosotros.-estuve apunte de marcharme pero entonces una pregunta hizo que me quedara.-¿Qué opinais de Annette?. Esta cambiada, demasiado para mi gusto. Mi consejo es que no confieis en ella...-Aquella chica me tenia realmente intrigado, debia de admitirlo.

| Puerta Trasera |

Apesar de tener la presencia de Cassandra ami lado, apenas me inmuté. Ya apenas sentía aquella atracción por ella... Tal vez por mi misión... Era lo unico que me importaba ahora.
-Sea lo que sea, Cassandra, Markwolf confia en mi y no pienso fallarle.-dije sin mirarla, con mi mirada fija en el placido bosque.-No me importa ser su nuevo juguetito, siempre y cuando no salga mal parado por alguna misión absurda y conociendo a Markwolf... Sé que no le gusta esa clase de misiones. Todas son arriesgadas, porsupuesto. Pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr por esta causa.-entonces me giré hacia ella y la miré, luego a su copa.-No deberias de beber tanto, Cassandra, el alcohol puede nublarte el juicio a dosis elevadas.-sin mediar otra palabra, entré en el comedor, dejandola tras de mi.

|En el interior de la casa|

Le miré con el ceño fruncido, furiosa. No me gustaba que confiara en alguien como él.
- Mira, mocoso- le dije, después de que le detuviera agarrándole del brazo. Mis palabras ya no sonaban tan arrastradas como al comienzo de la conversación. Además, el color rojo de mis ojos desaparecieron, dando a mi rostro una expresión más serena-. Nunca he llegado a confíar plenamente en tí... Si nuestro Señor ha decidido hacerlo, yo no dejaré que nos traiciones... Yo me encargaré de vigilarte y como cometas algún fallo, yo misma acabaré con tu vida, Jairon...- añadí, mientras dejaba fuertemente la copa sobre la mesa del comedor, consiguiendo que se rajara sin clavarme ni un sólo cristal.
Me encaminé hacia el despacho de Markwolf. Entre ambos había confianza y quería expresarle mi opinión sobre esa extraña misión.

[Enfermería]

Aunque no era mi especialidad, debía intentar algo por Dana.  Quería una explicación y de ser necesario, venganza.  Junté mis manos sobre su tullido cuerpo y realicé un conjuro que aliviaría el dolor y la estabilizaría de surtir efecto.

Más adelante me encargaría de averiguar - fuese cual fuese el precio - qué había pasado y actuar en consecuencia.