Partida Rol por web

-¿¡Cómo que se regenera!?-pregunto, evidentemente aterrorizado-¡Sé que el fuego le daña, yo le lancé una lámpara de gasolina que pareció hacerle daño, y supuse que ya estaría herido! Maldita sea, éso lo complica todo. ¿Dónde están el resto?-vuelvo a insistir en mi pregunta, para luego negar con la cabeza-no sea estúpido, ¿de verdad piensa que nos iban a creer? He hablado con la señora Seaforth, y le he dicho que Freygan y los canallas de la colina tienen secretos siniestros y una extraña bestia aterradora... Pero no puedo decir que la bestia es Freygan, ¿no se da cuenta? 

—No tengo más noticias de los otros que Ud. Se que Kellemport cayó inconsciente cuando nos escapamos y que Freygan iba a por nosotros por lo que deduzco que el resto escaparon y puede que ayudaran a Kellemport al no estar Freygan por allí. Lo que es seguro es que necesitan nuestra ayuda y debemos llevar refuerzos!!

—Mi idea es volver con el mayor número de gente del pueblo que podamos convencer, cada uno con candiles, bidones de gasolina, antorchas y escopetas ... de lo contrario no saldremos vivo ninguno! tuvimos mucha suerte de poder escapar para pedir ayuda.

—Si no le importa, me gustaría secarme, entrar en calor y hablar con la Srta. SeaFord. Podemos hablar de camino al motel. ¿Qué le ha contado?

- Mi plan es magnífico! será tan imprevisto que no podrán reaccionar, entramos corriendo y sacamos de allí a Kellemport, simple y efectivo, ¡es perfecto!- estaba claro que Edward no era ningún estratega ni mucho menos y de las armas prefirió no decir nada pues estaba claro que aunque era fuerte, no tenía ni la menor idea de usar un revólver a priori.

Con la linterna en la mano izquierda, y el cuchillo en la derecha... encabezo la marcha.

Ilumino el pasillo para no encontrarme con ninguna sorpresa y me encamino lo primero hacia la puerta más cercana (C-3) para abrirla* con cuidado y ver qué se esconde detrás.

—Claro, seguro que podremos sacar de ahí a un hombre de ciento setenta libras mientras los alegres celadores del manicomio se quedan paralizados como patanes estupefactos. Es más, el tipo al que drogamos, le pusimos un pañuelo sucio en la boca y escondimos en un armario dirá algo como: bien jugado, caballeros, pueden proseguir. Un plan perfecto, sin duda. Si no le importa, yo esperaré aquí, digamos, vigilando. Pero usted no se corte, ¿qué podría salir mal?

Al abrir la puerta y cerciorarte de que no hay nadie tras ella, ves que se trata de una habitación, probablemente de alguno de los loqueros. Hay una cama, mesita y algo de ropa fea y apestosa en una percha. También unos zuecos bajo la cama. Poco de interés en este lugar, ni siquiera dentro del cajón de la mesita, que contiene unos tapones para los oídos, calzones y una novela barata.

No me gustaría enfrentarme a un tipo tan duro, observo el espejo y el ángulo de visión que tiene. ¿Podría acercarme por la espalda sin que me viera y darle un buen culatazo? De no ser así paso de largo discretamente en busca de Kellemport.

Salgo de la habitación y avanzo el resto del pasillo hasta el recodo de la esquina... donde a un lado está otra puerta blindada y en la dirección opuesta avanza el pasillo hasta una puerta que dará a las escaleras que nos llevarán al piso inferior y espero que a la libertad.

Antes de dirigirme hacia la salida pregunto al chaval: - Oye... ¿Sabes si ahí tienen más prisioneros? - indico con la cabeza la nueva puerta blindada. Si hubiera más prisioneros debemos salvarlos.

Asiente satisfecho por la aprobación de su plan y se gira para ponerlo en práctica sin apenas haber escuchado las últimas palabras pronunciadas por Marlowe , cuando... vuelve a girarse y frunciendo el ceño dice -¿Es sarcasmo eso que me ha parecido notar en el tono de su voz? ¿acaso tiene un plan mejor? ¿Esperar? ¿ a qué? ¿ a que maten al bueno de Kellemport?

Tras comprobar que resultaría muy difícil acercarte a Bristol sin que te viera, y temiendo que enfrentarte a él pueda ser fatal, avanzas de forma sigilosa y pasas por delante de la puerta en el momento en que consideras más prudente.

Llegas a la intersección donde tuvisteis el enfrentamiento con Freygan. El cadáver de Standish sigue hecho polvo donde cayó, no obstante tu amigo ya no se encuentra donde estaba. La puerta blindada que lleva al primer piso está cerrada, no obstante la que lleva al lugar donde Freygan intimaba con Charity Ballow sigue abierta.

El muchacho se encoge de hombros.

—No puedo asegurarlo, Freygan hace mucho que no me deja salir de la celda. Lamento no poder serle de más ayuda.

—S-si, hay más personas. A-a los d-del a-área de s-seguridad nos s-separan d-del resto del sanatorio. D-dicen que somos un p-peligro p-para la s-sociedad. D-desaparecen a m-menudo, s-siempre hay gente nueva. G-guárdese de Zills, e-es un maníaco q-que vive p-para su osito. P-pero l-la señorita Lou m-me t-trata b-bien. N-no se-se por qué l-la t-tienen aquí.

- Bien... intentemos liberarlos. - digo a mis 2 extraños acompañantes mientras me concentro en la cerradura de la puerta blindada* y trato de abrirla.

—Meternos ahí dentro a lo loco no va a ayudar a Kellemport, ni tampoco a Palance. Lo más fácil es que nos maten a todos. Hay que andar con cautela. Mire a ese tipo, al que está junto a la gorda. Eso que tapa el seto es una escopeta. No sé qué tal se le da disparar a ese desgraciado, pero no me gustaría permitirle que me agujeree la camisa. Y si hacemos ruido de explosiones podemos atraer a la bestia.

Marlowe se frota los ojos y frunce el ceño. Tampoco cree que dejar a Palance solo ahí dentro sea buena idea.

—En cualquier caso, si quiere arriesgarse, adelante, yo le cubro. Ayúdese de las sombras y yo encañonaré al de la escopeta. Con un poco de suerte veremos el amanecer.

Tras hurgar en la cerradura, la puerta se abre. El pasillo se ilumina a través de las ventanas enrejadas tras estallar un relámpago.

Mi corazón empieza a latir con rapidez, ahora ya no veo tan claro como antes lo de salvar a un semi desconocido, sobre todo cuanto más me adentro en el manicomio. Mentalmente intento prepararme para cualquier cosa horrenda que pudiera surgir pero lo único que tengo son ganas de salir corriendo, aún así me asomo a la habitación de la que salieron el monstruo y su "amiga". Con mucho cuidado y con el arma en ristre, además no me quito de la cabeza que ahora tengo un tarado antes de la puerta que pudiera venirme por la retaguardia... tengo los nervios a flor de piel.

Bien, tenemos cuatro celdas con gente a la que liberar... y para colmo de males fuera está lloviendo. Hago pasar al crío y al otro prisionero conmigo y cierro detrás nuestro la puerta blindada... Si alguien viene por las escaleras no tiene por qué sospechar que hemos abierto esta puerta y entrado después.

Me dirijo a la primera de las celdas para ver si hay alguien dentro (C-16)

- Sí quiero- y salió de su escondite y empezó a zig-zaguear mientras intentaba cobijarse en las zonas más oscuras para no ser descubierto, ni siquiera miró atrás para ver si Marlowe cumplía con lo acordado y le cubría.

Si unos días antes alguien le hubiese dicho que él, Edward Von Steiffen, erudito de la Ciencia Antigua, iba a estar jugándose la vida para rescatar a un casi completo desconocido en un manicomio donde Cristo perdió la sandalia...

Apretó los dientes y rogó a Dios no ser descubierto.

-El tiempo es vital para salvar al resto-digo, con un tono de cierto enfado-no tuvimos suerte, fuimos estúpidos al entrar, como les advertí. Y más estúpidos aún al abrir la puerta, como también les advertí. En cuanto a la señora Seaforth, le dije la verdad. O, al menos, parte de ella. Que hemos venido aquí de caza, a por lo que seguramente mató al hermano del padre Hoyt, y también al cazador. Y que dimos con ello. Que es una bestia que Freygan tiene encerrada, y que él y los de la colina guardan oscuros secretos. 

-Así que, si usted quiere volver, adelante. Pero yo voy a echar un vistazo y ver si puedo salvar a alguno de los otros. ¡A echar un vistazo, no meterme estúpidamente en la boca del lobo!-finalizo, reanudando la marcha hacia el manicomnio bastante airado. Lo cierto es que Olmer acababa de pagar parte del enfado que arrastraba por la situación, pero en parte también era responsable, así que aquello no perturbaba demasiado al periodista. 

C-16 está vacía, en su interior sólo hay un intenso olor a lejía y a falta de ventilación.