Partida Rol por web

Una espada contra el Caos [Capítulo III]

7. Interludio: Camino a la eternidad

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25/12/2024, 22:31
Leinad Ikegar
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

MIERDA lo puse en bono, no en dificultad.

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26/12/2024, 10:29
Narrador

Leinad se inclinó sobre la pica. 

Primero, su mirada se posó en los fragmentos de armadura dorada. Levantó un pequeño trozo de ceramita y lo sostuvo a la luz. El daño era extenso: Impactos contundentes, presumiblemente de bólter, habían deformado la estructura del casco. Los sensores de su equipo confirmaron que las marcas eran consistentes con ráfagas a corta distancia. Las fracturas alrededor de la placa facial indicaban un colapso total de las protecciones de la cabeza. Este daño podría habría sido grave, pero no letal. 

El análisis de la pica reveló un segundo conjunto de daños. Leinad examinó el ángulo de los daños en la armadura y la profundidad de la penetración: La punta había desgarrado la protección de la coquilla, perforando después el diafragma y el esternón, y extendiéndose hasta la cavidad torácica. Los sensores identificaron restos de tejido adherido en las zonas donde el metal de la pica se había fusionado con sangre seca. Pequeñas partículas de hueso confirmaban que las costillas habían sido atravesadas, dejando poco margen para la supervivencia prolongada. 

Los indicios mostraban que el sujeto sufrió una muerte lenta pero inevitable.

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26/12/2024, 10:38
El reino del Immaterium

El eco llegó como un murmullo incomprensible, un torbellino de imágenes y emociones que se entrelazaban sin orden. Trebek vio destellos de dorado entre un mar de sombras. Un guerrero dorado, imponente como una estatua viviente, cargaba con una lanza resplandeciente. Su silueta apenas era reconocible en medio de un caos de movimiento. Las figuras borrosas de guerreros oscuros se interponían en su camino, y el brillo de la lanza desapareció en una explosión de oscuridad y sangre. Fragmentos de luz chisporrotearon mientras los ecos de disparos llenaban el aire, seguidos de un estruendo metálico cuando el guerrero dorado cayó de rodillas. Luego, figuras primitivas surgieron de la nada: Hombres y mujeres vestidos con pieles, rodeando al guerrero caído.

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26/12/2024, 10:43
El reino del Immaterium

El eco llegó como un murmullo incomprensible, un torbellino de imágenes y emociones que se entrelazaban sin orden. Leinad  vio un guerrero dorado, un Custodio, cargando con resolución hacia un lo que a todas luces, por su tamaño y complexión, era un Primarca. Estaba difuso, envuelto en sombras. Cuatro guerreros caídos yacían a los pies del Gurdián del Emperador, pero un quinto surgió desde las sombras. Una ráfaga precisa impactó en el casco y la armadura del Custodio. El guerrero dorado cayó de rodillas, su lanza resbalando de sus manos. Luego, figuras primitivas surgieron de la nada: Hombres y mujeres vestidos con pieles, rodeando al guerrero caído.

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26/12/2024, 16:54
Cole “Khronos” Angron
- Tiradas (2)
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26/12/2024, 16:57
El reino del Immaterium

El eco llegó como un murmullo incomprensible, un torbellino de imágenes y emociones que se entrelazaban sin orden. Cole  vio un guerrero dorado, un Custodio, cargando con resolución hacia un lo que a todas luces, por su tamaño y complexión, era un Primarca. Estaba difuso, envuelto en sombras. Cuatro guerreros caídos yacían a los pies del Guardián del Emperador, pero un quinto surgió desde las sombras. Una ráfaga precisa impactó en el casco y la armadura del Custodio. El guerrero dorado cayó de rodillas, su lanza resbalando de sus manos. Luego, figuras primitivas surgieron de la nada: Hombres y mujeres vestidos con pieles, rodeando al guerrero caído.

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26/12/2024, 21:11
Zorael Eduh
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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26/12/2024, 21:14
El reino del Immaterium

El eco llegó como un murmullo incomprensible, un torbellino de imágenes y emociones que se entrelazaban sin orden. Zorael vio un guerrero dorado, un Custodio, cargando con resolución hacia un lo que a todas luces, por su tamaño y complexión, era un Primarca. Estaba difuso, envuelto en sombras. Cuatro guerreros caídos yacían a los pies del Guardián del Emperador, pero un quinto surgió desde las sombras. Una ráfaga precisa impactó en el casco y la armadura del Custodio. El guerrero dorado cayó de rodillas, su lanza resbalando de sus manos. Luego, figuras primitivas surgieron de la nada: Hombres y mujeres vestidos con pieles, rodeando al guerrero caído...

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28/12/2024, 16:21
Trebek N'Kari

El despliegue de guerreros que se juntaron para hacer frente el último asalto contra las fuerza del Caos fue de categoría épico, con Ursarkar E. Creed y Belisarius Cawl al frente de la comitiva, desplegaron a todas las tropas frente a los Campos Elysion. Entonces Cawl activó su servocráneo para que guiara a los Heraldos del Amanecer a través del portal, Trebek ingresó al portal con la entereza y la determinación propia de un hijo del Emperador y dispuesto a sacrificarse por la defensa de la humanidad. 

Una vez al otro lado del portal, era como si hubieran ingresado en el Inmaterium de lleno, las paredes de la cueva empezaron a transformarse, cambiar de formas y colores, las lecturas psíquicas se salían de las escalas. Lograron atravesar aquél laberinto para llegar a una estancia llena de símbolos del caos pero aún así los astartes siguieron adelante hasta la siguiente localización, el tiempo parecía haber abandonado aquél lugar. Trebek sintió internamente que habían pasado unos minutos des de que ingresaron en aquél lugar pero podían haber pasado tranquilamente un par de horas. 

Al llegar a la última instancia había una armadura de un Custodio colgada de una pica, indicando que en aquél lugar había ocurrido unos hechos transcendentales. Trebek sintió algo en su psique y un torbellino de imágenes recorrieron su mente, en las cuales se veía el guerrero dorado, en medio de un encarnizado combate contra varios guerreros oscuros y tras un intenso combate el guerrero dorado cayó de rodillas, derrotado y hombres y mujeres, vestidos con pieles, rodearon al guerrero caído y ahí se detiene la visión pero Trebek se imaginó como terminó y realizó una breve reverencia ante el guerrero caído:-No se vosotros pero algo siniestro nos espera ahí dentro.-comentó Trebek y esperó respuesta de sus hermanos para ingresar y hacer frente a la oscuridad. 

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29/12/2024, 17:15
Leinad Ikegar

- Hermanos.... Esta armadura tiene sus problemas, pero es la lanza la asesina del Portador, ya que lo de la cabeza, es grave, pero no letal. Sentenció taxativamente y sin lugar a réplicas. Pocas veces había estado tan seguro de su análisis, pero, claro, si te empalan, ... no es compatible con la vida. - Y tras esto... sufrió durante un largo y agónico rato. Esto más que un sentencia es un tipo de muestra y ejemplo para otros.

No se molestó en refrendar lo que Trebek había dicho, ya que, más o menos todos pensaban parecido. Además, si se metían en un sitio "raro", date por seguro que no vas a encontrar placer, paz y descanso.

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29/12/2024, 18:31
Zorael Eduh

Descendíamos al interior de la tierra donde nos esperaba la siguiente prueba para defender este planeta y con ello, el imperio de la humanidad. En las cámaras que se abrían ante nosotros gravados de diferente índole, pero entre ellos maracas de los dioses oscuros que hacían daño solo con fijar la vista ente ellos, y una historia, la historia de unos de los hijos caídos del Emperador.

En la última de las salas, nos esperaba una imagen perturbadora, uno de los guardianes del trono dorado, se encontraba destrozado ante nosotros. La energía disforme se abre ante mi, dejándome ver los hechos pasados, siendo estos los últimos momentos del custode. - Parece que cuido de este lugar, siendo su enemigo, uno de los Primarcas alejados de la luz del Emperador, el que le dejo en ese estado. Señalo la marca del casco que nos había indicado Leinad. - Lo golpearon por la espalda .... ahí ya no tuvo nada que hacer. 

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30/12/2024, 04:47
Cole “Khronos” Angron

El camino al interior de aquellas cuevas se nos hizo largo, con la continua promesa de que nos acercábamos a un punto sin retorno. Poco a poco nos acercábamos a nuestro objetivo y todo nuestro cuerpo parecía reaccionar a la presencia de la grieta. Aún así, lo que llegamos a ver, en las cercanías de aquel error disforme nos sorprendió de igual manera a todos. Lo que parecía la servoarmadura de un custodio, de un tiempo remoto a juzgar por el estado en la que la vimos, se encontraba pendiendo de una pica. En ese momento, una visión nos atrapó a todos. Un vistazo a lo que debió ocurrir en aquel lugar. Cinco individuos, y uno de ellos parecía haber aniquilado al resto.

Escuché las palabras de mis hermanos. Ellos habían visto lo mismo que yo, al parecer. El análisis de Leinad tampoco arrojaba más luz sobre lo que pudo haber ocurrido aquí.

—La pregunta que me viene a la cabeza es qué hacía un custodio tan lejos de Terra.

Era en todo lo que podía pensar, pero todo mi ser me decía que la respuesta estaría en el interior de aquella grieta que debíamos traspasar. O eso esperaba.

Si ninguno de mis hermanos tenía nada que decir, pasaríamos al otro lado de la realidad de una vez por todas.

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30/12/2024, 17:52
Steingrimur Eachann
- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiradas hechas por Director.

La tirada de Psinisciencia no te dice nada. La tirada de Perspicacia, en cambio, te permite darte cuenta de que los símbolos que se repiten por las paredes hjacen alusión al Emperador, aquel con el águila imperial, y su contraparte, el Rey Oscuro, con la calavera. Además, las otras pinturas rupestres también parecían apuntar hacia un primarca. El guerrero gigante que portaba un libro en llamas y una maza, bien podría ser Lorgar.

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30/12/2024, 18:04
Narrador

Extracto del diario de guerra del General de Logística Conskavan Raik, Adeptus Munitorum

 

Cuán equivocado estaba...

Quién iba a decirme que cuando estábamos tratando de arrebatar el poder al Lord Castellano, considerando la posibilidad, mejor dicho, la necesidad, de rebajar el estado de emergencia, era Creed el único con sentido común de todo el consejo militar. Fui ingenuo al creer que el enemigo había retrocedido. Fui ingenuo al creer que el descenso de solicitudes de munición y combustible era que estábamos ganando. Ahora entiendo que aquella supuesta calma solo presagiaba el despliegue de una tormenta mucho más devastadora.

Bajo la oscuridad de un firmamento teñido de violeta por el Ojo del Terror, ya no distingo entre la noche y el día. La penumbra violácea ha transformado cada hora en un crepúsculo eterno. En las cuevas bajo los Campos Elysion, allí por donde han descendido los llamados Heraldos del Amanecer, los Guardianes de Egressium para las tropas cadianas, nuestras fuerzas trabajan sin descanso. Aquí, en las profundidades, hombres, mujeres, servidores, e incluso los sagrados Astartes, se afanan en una actividad febril: Refuerzan barricadas con rococemento, colocan búnkeres móviles en pasillos estrechos y alinean baterías de armas tanto a la entrada de las galerías como en sus recodos más ocultos.

De entre todos, los Puños Imperiales bajo el mando del Capitán Garadon, grandes maestros de la guerra defensiva, destacan por su disciplina. Sus ingenieros-guerreros, tan precisos como un bisturí, organizan a los equipos de trabajo con eficiencia impecable. Alrededor, martillos y sopletes transforman la roca en muros defensivos. Yo, como General de Logística, no puedo sino admirar su eficiencia en las tareas: Distribución y almacenaje ordenado de munición, reparación y soldadura de servoarmaduras, colocación de minas... La cadena de suministro no se detiene, aunque las manos que sostienen las herramientas tiemblen de fatiga o terror.

Hace unos minutos ascendí a una de las almenas de observación, y el amanecer no trajo alivio, sino la confirmación de nuestro destino. Allí estaban el Mariscal Amalrich junto al Hermano-Capitán Tegvar. Sus miradas escrutaban un horizonte polvoriento, detrás del cual se encontraba la marea de fuerzas traidoras. Una mancha negra de innumerables enemigos que se unían para la última batalla. Kilómetros y kilómetros de enemigos, una masa informe de mutantes, bestias y guerreros sin honor, que se amontonaba como una plaga. Hasta donde alcanzaba la vista vehículos de transporte, regimientos enteros, bandas de guerra y horrores indescriptibles se alineaban en un desorden demasiado desorganizado para cualquier identidad cohesiva.

Y en el borde de sus líneas, un bosque grotesco de vigas y postes de chatarra se alzaba. De ellos pendían los cuerpos mutilados de prisioneros, algunos todavía vivos. Era un mensaje tan claro como brutal: No habría piedad. Al verlo, el Mariscal Amalrich apretó los dientes y prometió vengarse. No lo conozco lo suficiente, pero su mirada dejó entrever que aquello no eran palabras vacías.

Sé lo que todos temen pronunciar: El enemigo nos superará. Es cuestión de días, quizá de horas, antes de que la marea de abominaciones nos arrase. Cada soldado, cada Astartes, cada servidor y sirviente sabe que no habrá tregua. Nadie escapará a la última batalla, y todos lo asumen, aunque las oraciones ahogadas en recovecos apartados del complejo nos recuerden que no somos más que seres frágiles implorando un milagro. Algunas voces repiten himnos, otras apenas balbucean. Lo que nos une es la necesidad de una intervención que tal vez nunca llegue.

Ahora, a escasas horas de enfrentar al destino, comprendo que mi pensamiento inicial fue un síntoma de una ilusión estéril. Abaddon no ha perdido. Nosotros, los que defendemos Cadia, estamos a las puertas del fin. Y sin embargo, persistimos, tercos y decididos, poniendo cada último recurso en juego. Este será el recuerdo final que el Imperio tenga de nuestra obstinada resistencia. No nos rendiremos, incluso sabiendo que la victoria es un espejismo. Y si he de enfrentar mi error, al menos dejaré constancia de ello en este diario para que otros, si es que sobreviven, entiendan la magnitud de nuestro sacrificio...

Notas de juego

FIN DE ESCENA