Sí, todo estaba relacionado y parecía que nosotros le seguíamos la pista como un perro de presa que se niega a dejar huir a su presa. Yo también había reconocido a los cadáveres de la Barcaza de batalla Fuego del Alba. También reconocía los nombres de los heréticos que se carteaban entre ellos con impunidad. El santo... el quinto... todo formaba parte de la misma conspiración y estaban usando su palabra para pervertir la mente de los fieles. Teníamos el título de los libros y teníamos que dar con ellos para quemarlos en una pira, pero hasta la inquisidora sabía que era un trabajo titánico imposible para un puñado de marines.
La voz del Capitán Prassius me sacó de mi ensimismamiento. La comunicación no era buena, pero nos estábamos quedando sin tiempo. No podíamos permitir que eso ocurriera, pues nuestra misión estaba lejos de acabar. Me acerco a recoger el medallón y se lo acerco al Tecnomarine.
—Estúdialo e informa de cualquier avance que hagas —miro alrededor—. Recoged pruebas, lo que veáis que pueda ser relevante. Nos tenemos que marchar antes de que la turba enloquecida nos corte el paso. Nos reuniremos en la nave para discutir el próximo paso. Démonos prisa. No es momento de seguir especulando. Inquisidora, colóquese entre nosotros mientras avanzamos.
Había que evitar cualquier tipo de imprevisto y si le servíamos de escudo... sería más difícil que saliera herida. Recojo la carta que estaba al lado del medallón y echo un rápido vistazo a ver si veo algo que pueda servirnos de ayuda. Si no viera nada, nos preparamos para salir a la carrera hacia la nave.
Tras decidir la purga mediante promethium de los escribas corruptos, Trebek se coloca frente a ellos:-Descansad en paz.-les dijo a los cuatro escribas que seguían reproduciendo y apretó el gatillo del lanzallamas exótico, purgando aquella sala de toda corrupción.
Salió junto al resto a la sala contigua mientras las llamas purificaban la otra y recabaron toda la información que pudieron y se dispusieron en formación para salir de aquél lugar para volver al Inquebrantable, cuyo capitán había estado haciendo intentos de comunicación para contactar con los Astartes o la Inquisdora.
El nivel de herejía que habíamos encontrado en la catedra, sobre pasaba con mucho al de ciertos lugares demoniacos que habíamos pisado en el pasado, aun no podía creer que las hermanas de batalla no hubiesen podido ver algo tan claro. - No puedo creer que el celo de las hermanas de batalla, las haya impedido ver esto. Niego con la cabeza, mientras señalo a las calaveras. - Podrían estar haciendo algún tipo de ghoul para dar cuerpo a lo que sea que quieren atraer*. Recojo una de las pruebas que hay sobre la mesa, ante lo que nos decía el capitán y las ordenes del hermano Cole, no podíamos terminar de investigar la sala.
*Recojo una de las calaveras para inspeccionarla, y si hay algún esquema sobre la mesa, también. **Me da en la nariz, pero no tengo pruebas, aunque tampoco dudas.
Cole cogió el amuleto de la mesa. Inmediatamente, fue abrumado por una serie de flashes.
En su visión, emergió un ojo blanco y negro que observaba el firmamento. Parecía ser el Ojo del Terror, epicentro de maldad, y la mayor Tormenta Disforme de la Galaxia, donde las corrientes del Inmaterium rugen y se arremolinan. La dualidad de su iris blanquinegro transmitía una profunda sensación de inestabilidad, a la par que una sensación de equilibrio.
Después, su visión se oscureció brevemente y luego, tras un breve parpadeo, el justicar pudo sentir la inmensidad de la galaxia, con su vasta extensión estrellada extendiéndose ante él, abrumadora, a medida que los planetas y astros se movían frente a él a una velocidad inhumana, pasando de uno a otro de los planetas que, al parecer, giraban en torno a ese Ojo.
Finalmente, el ojo se fijó sobre un planeta concreto. Esa escena presagiaba la llegada de un gran mal, pero ese planeta le era desconocido al Caballero Gris...
Al tomar una de las calaveras, Zorael pronto se da cuenta de que no es una calavera auténtica. Al compararla con las demás, detecta rápidamente que se trata de una especie de réplica falsificada, de ahí las herramientas sobre la mesa. Una de las calaveras es real, pero las demás son hábiles falsificaciones. A simple vista, para un observador sin conocimientos específicos o dispuesto a aceptar lo que se le presenta, todas parecen auténticas...
- Ivanov... -Stein zumbó en su servoarmadura mientras reflexionaba sobre el Tecnosacerdote Oscuro de Laurentix-. Ese apóstata merecía su ineludible destino, Leinad. No obstante, la falta de lógica reside en el motivo para eliminar al Ex-Inquisidor. ¿No éramos nosotros quienes debíamos perseguirlo?
Al recoger la mesa buscando pruebas detectas un nueva carta, esta vez de una persona diferente:
A su Excelencia el Archicardenal,
Es un honor informarle, como es costumbre, que hemos localizado un nuevo especimen en las entrañas de nuestra colmena. Su descripción es la siguiente:
Nombre del pasajero: A D
Edad: Aproximadamente 17 años.
Complexión: Delgado, de estatura media.
Color de ojos: Azul profundo.
Cabello: Castaño, de longitud media.
Tatuajes y marcas: Ninguna visible.
Es importante señalar que las capacidades de este individuo han llamado la atención en varios lugares debido a ciertos incidentes en la subcolmena. Se le ha asociado con varios eventos inusuales, ya que parece ser que carece de un control adecuado de sus habilidades. Es un caso Alfa, por lo que hemos de actuar.
Estamos preparados para seguir con los procedimientos habituales en la preparación y envío de este individuo, de acuerdo a sus indicaciones. Esperamos sus órdenes, Excelencia.
Barduk Morn, Jefe de Seguridad
Mientras recogía la mesa, llena de documentación, Trebek encontró una carta sellada, dirigida al Archicardenal pero el emisario era otra persona:-Hermanos, Inquisidora. He encontrado esta carta del Jefe de Seguridad. Parece que han encontrado un psíquico por lo que da a entender la carta. Un niño, iniciales A D, no parece indicar el nombre por ningún otro lado pero parecían que iban a capturarlo.-explicó el expiador acerca del contenido de la carta.
- Hermano Leinad, dele un vistazo a esto. Señalo las calaveras incluida la que yo había cogido. - Parecen auténticas, pero solo una de ellas lo es. ¿Para que las querrían?.
La carta mencionada por Trebek es la siguiente:
A su Excelencia el Archicardenal,
Es un honor informarle, como es costumbre, que hemos localizado un nuevo especimen en las entrañas de nuestra colmena. Su descripción es la siguiente:
Nombre del pasajero: A D
Edad: Aproximadamente 17 años.
Complexión: Delgado, de estatura media.
Color de ojos: Azul profundo.
Cabello: Castaño, de longitud media.
Tatuajes y marcas: Ninguna visible.
Es importante señalar que las capacidades de este individuo han llamado la atención en varios lugares debido a ciertos incidentes en la subcolmena. Se le ha asociado con varios eventos inusuales, ya que parece ser que carece de un control adecuado de sus habilidades. Es un caso Alfa, por lo que hemos de actuar.
Estamos preparados para seguir con los procedimientos habituales en la preparación y envío de este individuo, de acuerdo a sus indicaciones. Esperamos sus órdenes, Excelencia.
Barduk Morn, Jefe de Seguridad
Como te comenta Zorael al tomar una de las calaveras, Leinad pronto se da cuenta de que no es una calavera auténtica. Al compararla con las demás, detecta rápidamente que se trata de una especie de réplica falsificada, de ahí las herramientas sobre la mesa. Una de las calaveras es real, pero las demás son hábiles réplicas. A simple vista, para un observador sin conocimientos específicos o dispuesto a aceptar lo que se le presenta, todas parecen auténticas.
Si sumamos esto a una de las pruebas que encontrasteis en los aposentos del Archicardenal, en concreto una carta entre el eclesiástico y la antigua Abadesa de Scelus Lynenta Agnais, donde se mencionaba el diseño y la creación de falsas reliquias para financiar los esfuerzos del Archicardenal para atraer fieles hacia su causa, podríais estar ante una buena falsificación con intención de ser vendida al mejor postor o a cualquier incauto, y obtener ingresos extra.
Con respecto a quién fue en vida esa calavera, sabes que se trata de un varón de unos 40 años físicos, a quién alguien o algo golpeó en la sien, lo que todo apunta que le causó un derrame cerebral que le causó la muerte. La calavera tiene cientos de años, por lo que la persona que fuera murió hace muchísimo tiempo.
Motivo: Leinad - Inteligencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 59-
Resultado: 16 (Exito) [16]
Motivo: Leinad - Inteligencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 59-
Resultado: 100 (Fracaso) [100]
Motivo: Leinad - Medicae
Tirada: 1d100
Dificultad: 59-
Resultado: 31(-10)=21 (Exito) [31]
Te avanzo turno, para que no sea simplemente un "cojo la calavera de Zorael" xd
La primera tirada de INT (éxito) era para recordar la carta entre al archicardenal y la abadesa. La sugunda tirada de INT (fallo) era para ver si identificadas algo de la calavera y lo "conectabas" con algo que hubieras oído, y la tirada de Medicae (éxito) era para determinar la edad/muerte.
Los psíquicos son el arma contra los demonios más potente que tenía la humanidad, pues nosotros éramos prueba de ello, pero un psíquico sin entrenar, era un conducto entre nuestra realidad y el inmaterium, un portal andante para la llegada de entes demoniacos - Ese psíquico Alfa ... si existe, y está en poder de nuestros enemigos. Dejo la posibilidad en el aire, mientras niego con la cabeza. - Si un simple mortal atrajo a un siervo de los señores del caos. ¿Qué querrán atraer con ese muchacho?.
Tirada oculta
Motivo: Saber Demonología
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 49 (Fracaso) [49]
Tirada oculta
Motivo: Saber Inquisición
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 28 (Exito) [28]
Mientras ayudaba a recoger papeles, había hecho acopio de un tomo de cada uno de los libros duplicados. Era interesante que se investigase en profundidad, para que, si se podía, en el futuro se pudieran evitar estas corrupciones e intrusiones de la traición entre la población. Para sus adentros rumiaba : - Ad.... A....D..... ad....
No tardó en protestar: - ¿Cómo se llamaba el Falso Santo ese? No le salía el nombre, pero estaba claro que esas siglas eran algo, y estaba seguro que lo usarían. - Tenemos que ver si lo van a usar para despertar al Santo ese o para que haga de huesped.... o algo. Se refería al chico. Esto no era una misión de rescate como tal, si no que tenían que evitar que lo utilizasen para sus propósitos, y matarlo era una posibilidad. Empezaba a pensar que tenían que salir rápido de allí e iniciar una persecución. Miró de reojo a lo que le comentaba Zorael y señaló. - Esa es la auténtica. Sentenció. -Varón, unos 40 años, golpe contuso mortal en la sien. Fallecido por el golpe al causarse un derrame cerebral por el impacto. Lo había hecho como si no fuera importante, sin prestarle demasiada atención. - El resto son copias.... y muy buenas. Paró en seco, como si lo hubieran congelado. Miró el material de delineante. - Necesitaban una calavera para algo....y esa, la buena, habría que guardarla, pero, me llevaría también algunas de las copias.... que seguro pagará gente de esa "congregación" buenas sumas por una Reliquia, por muy falsa que sea, si no se dan cuenta.
Por su fuero interior corría la idea de que esa podría ser una de las reliquias robadas....pero también habían leido antes de que tenían una trama de falsificación, con la consiguiente "estela de estafas" que eso podría causar; a parte de unos grandes emonumentos por ingresos ilícitos por venta de falsificaciones.
Tomo como material que nos llevamos un libro de cada, de los copiados, para poder ser usado en investigaciones.
Al tocar el amuleto me quedo paralizado. La visión que me viene es demasiado vívida, demasiado real como para dejarle pasar por alto. Los planetas que pasan frente a mis ojos no los reconozco, pero descubro una amenaza real en este “aviso”. El ¿origen del caos? ¿El origen de esta falsa creencia del quinto? No lo sé… todo es muy confuso, rápido y soy incapaz de localizar el sistema con mis conocimientos actuales. Al volver en mí descubro a mis hermanos hablando, pero apenas he podido prestar atención.
Recupero la compostura y carraspeo. Quizá el amuleto pueda ayudar en algo, nos de alguna información a parte de todo lo que están descubriendo mis hermanos de batalla.
—He tenido una visión al recoger este amuleto… un ojo, blanco y negro, un planeta… quizá el origen de todo este sinsentido blasfemo… o el planeta donde se pretende liberar o convocar al falso dios
Niego con la cabeza y se lo acerco a Stein pidiéndole, de nuevo, que lo estudie en profundidad.
—Si habéis terminado… pongámonos ya en marcha. Discutiremos los hallazgos en la nave. Es hora de abandonar este impío lugar apartado de la luz del trono.
Si no hay nada más de interés. Salimos en dirección a la nave.
Puedo tratar de descubrir la localización de ese planeta con alguna tirada?
Los Caballeros Grises, acompañados por la Inquisidora Yelena, desandaron sus pasos y salieron de la cámara oculta, no sin antes llevarse todas las pruebas pertinentes, incluidas varias posesiones personales del Inquisidor asesinado y sus acólitos.
El aire de la catedral estaba enrarecido, cargado con el olor a humo, carne quemada y muerte. Los siniestros e impíos símbolos que antes ocultaba el pasillo secreto ahora también cubrían las paredes y columnas de la nave central, como si se hubieran extendido, y la torre en llamas amenazaba con derrumbarse en cualquier momento llevándose consigo parte del lugar.
De repente, al alcanzar la nave central, todos vieron una visión aterradora: El Archicardenal estaba allí, de pie en medio del otrora majestuoso espacio central de la Catedral de la Salvación. Una herida mortal, infligida por la férrea mano de Cole, se extendía desde su hombro hasta su bajo vientre, dividiéndolo en dos partes desiguales que se balanceaban ligeramente por el viento, con sus órganos internos asomando grotescamente a través de la brecha, como si la muerte lo hubiera reclamado pero él se resistiera a morir.
Sus labios murmuraban palabras ininteligibles y su mirada estaba fija en el infinito con una expresión de éxtasis absoluto, levantando sus brazos al cielo como si implorara. Entonces, el Archicardenal bajó la mirada y la clavó en el grupo de Caballeros Grises, y antes de que estos pudieran hacer o decir nada, chasqueó los dedos y la puerta principal de la catedral estalló de golpe, dejando en el ambiente un fuerte olor a ozono, unas plumas en llamas, y los heréticos susurros de una horripilante voz del Inmaterium que renegaba de los cuatro Poderes Ruinosos del Caos.
- Negaremos a Nurgle ... Negaremos a Khorne ... Negaremos a Tzeentch ... Negaremos a Slaanesh ...
La puerta de roble macizo, tallada con intrincados diseños religiosos, voló convertida en astillas y escombros, y una horda de cientos, quizá miles, de violentos feligreses irrumpió en la catedral con furia, armados de forma improvisada con armas primitivas, y de bajo y medio calibre. Sus rostros estaban desencajados por la locura y el fanatismo, sumidos en una ira homicida, y sus ojos brillaban con un odio y una furia más que evidente.
En medio de este caos, el Archicardenal desapareció tras un rápido parpadeo. Era como si nunca hubiera estado allí, como si sólo hubiera sido una alucinación. Sin embargo, su voz resonó en la mente de los Caballeros Grises, con sus últimas palabras:
- La Gran Obra ya ha comenzado...
Los Astartes, atónitos por el fugaz espectáculo, se encontraron frente a una muchedumbre enloquecida que avanzaba hacia ellos completamente fuera de control.
La Inquisidora dio un paso atrás, visiblemente asustada ante la situación. Era evidente que su misión estaba en peligro. Debían actuar rápidamente si querían llegar hasta la zona de aterrizaje, donde su Stormraven aún los esperaba, y no verse atrapados entre la muchedumbre y el fuego abrasador...
@Cole: Se necesitaría el saber "navegación (estelar)" que ninguno tenéis actualmente y al ser avanzada no podéis tirar sin entrenamiento. Pero, como pista, esa es una habilidad que se necesita para pilotar naves en el espacio.
@Todos: Este podría ser ya el fin de escena, aunque todo depende de vuestras acciones. Siempre puede lanzarse un poder psíquico que convoque un demonio en el plano material, y no sea el fin de escena, sino de juego XD
Todo fue tranquilo hasta que volvieron a la nave principal de la catedral, allí los Astartes encontraron algo que no hubieran imaginado. El Archicardenal, a medio cercenar por el último ataque de Cole, estaba de pie, murmurando palabras sin sentido, conjurando los poderes Ruinosos pero la última afirmación heló la sangre a los allí presentes "La Gran Obra había empezado" y entonces hizo chasquear los dedos y la puerta de entrada a la catedral se convirtió en astillas y un gran número de fieles sin mente aparecieron con armas improvisadas, a los Astartes no les afectaría mucho el calibre pero a la Inquisidora podría bien hacerle una mala faena así que en cuanto el Archicardenal desapareció y los astartes se quedaron a solas con los feligrese, Trebek tomó la iniciativa.
.-Si queremos llegar a la cañonera tendremos que pasar por encima de ellos. Crearé una distracción para que podamos pasar entre ellos.-dijo el expiador mientras sacaba una de las granadas de fragmentación y quitaba la anilla:-A correr.-dijo a continuación antes de lanzarla.
Motivo: HP: Arrojar granada frag
Tirada: 1d100
Dificultad: 62-
Resultado: 14 (Exito) [14]
Motivo: Daño granada frag
Tirada: 2d10
Resultado: 12(+6)=18 [10, 2]
Motivo: Daño granada frag 1
Tirada: 2d10
Resultado: 14(+2)=16 [9, 5]
Motivo: Daño granada frag 2
Tirada: 2d10
Resultado: 12(+2)=14 [8, 4]
Motivo: Daño granada frag 3
Tirada: 2d10
Resultado: 12(+2)=14 [7, 5]
Motivo: Daño granada frag 4
Tirada: 2d10
Resultado: 11(+2)=13 [7, 4]
Motivo: Daño granada frag 5
Tirada: 2d10
Resultado: 11(+2)=13 [6, 5]
Munición Bolter Psy: 20/20
Munición Kraken: 0/30
Munición Hellfire: 30/30
Munición bolter: 140/170
Granadas krak: 2/2
Granada frag: 1/2
Ataque: 62 + 20 (apuntar) + 10 (odio) + 10 (predictor mov): 102
Tiro poderos: +2 al daño.
Heridas: 23/23: curado.
Locura: 4
Impactos de granada: 62>52>42>32>22>14: 5 impactos. La primera tirada de daño no cuenta estaba mal el modificador.
Daño 1: 16
Daño 2: 14
Daño 3: 14
Daño 4: 13
Daño 5: 13
Como una marea de odio y violencia, los ciudadanos se precipitaron hacia los Caballeros Grises, en tanto que estos comenzaban a avanzar hacia la plataforma de aterrizaje. Trebek decidió actuar antes de que la turba los alcanzara. Sacó una granada de fragmentación de su cinturón, detuvo su carrera por un momento y después, sin una pizca de vacilación, retiró el seguro del explosivo y lo lanzó con fuerza hacia la multitud enfurecida.
La granada giró en el aire antes de explotar en una lluvia de metralla mortífera. El estruendo resonó en el aire, seguido de gritos de terror y dolor. Cuerpos y extremidades saltaron por los aires, y la multitud frenó momentáneamente. O eso era lo que los Caballeros Grises creían... La explosión no detuvo por completo la turba y algunos de los fanáticos, heridos pero aún dispuestos a cualquier cosa, continuaron persiguiendo a los Caballeros Grises y la Inquisidora, atravesando el humo y el fuego en su furia implacable.
El caos llenó la catedral mientras huían. La multitud se acercaba impulsada por un fervor impío, como una marea que lo inundaba todo. Los Caballeros Grises, cargando con la Inquisidora, corrieron por sus vidas. Las ráfagas de bolter surcaban el aire, proporcionando fuego de cobertura, pero sabían que tenían que alcanzar la seguridad de su nave lo antes posible.
Cuando llegaron a la zona de aterrizaje, los motores de la Stormraven rugieron, y sus potentes propulsores la elevaron del suelo. La rampa de embarque se bajó y aún con la nave ya en el aire todos subieron apresuradamente, perseguidos por la furiosa multitud. Justo cuando el último Caballero Gris abordó la nave, la rampa se cerró y la cañonera ascendió.
Mientras la Stormraven se alejaba de la catedral los Caballeros Grises y la Inquisidora observaron un espectáculo sobrecogedor a través de las ventanas de la nave. La torre en llamas finalmente sucumbió. Con un estruendo ensordecedor, se derrumbó, enviando una lluvia de escombros y llamas ardientes sobre gran parte de la catedral. El colapso de la torre provocó una reacción en cadena que hizo que numerosos pasadizos y corredores de la catedral se derrumbaran, incluida su bóveda central.
Sin embargo, la catedral no era el único lugar de la colmena que sufría disturbios. A medida que la nave se alejaba, pudieron ver destellos de incendios y humo ascendiendo desde numerosos puntos de la colmena y subcolmena. Otros sectores de la vasta aguja se sumían en el caos, y la locura se extendía como una plaga. Todo apuntaba a una conclusión inevitable: La Colmena Corinium necesitaría ser purgada y sus ciudadanos esterilizados para detener la propagación de la corrupción y la locura, pero ahora le tocaría a otros calmar las aguas.
Aunque la guerra aún no había terminado, los Caballeros Grises habían escapado tras enfrentarse al mal y haber cumplido su misión. Ahora el equipo de batalla tendría un momento para reorganizarse y planificar su próximo paso...
FIN DE ESCENA