Había cumplido mi Misión, dar tiempo a Cole y la oportunidad a Zorael de auxiliarlo. Mi lucha no había acabado, esos perros, ladraban y habían de ser silenciados. Uno de ellos logro darme, pero sus patéticas garras apenas arañaron mi argentea armadura. Sin piedad pensé. -(Me reí en voz alta), Khorne eres tan patético como tus perros incapaces de dañar a un leal siervo del emperador, tu sentencia muerte-
Motivo: Espadazos mastines
Tirada: 2d100
Dificultad: 59-
Resultado: 23, 74 (Suma: 97)
Exitos: 1
Motivo: Espadazos daño
Tirada: 1d10
Resultado: 5(+13)=18 [5]
Ha 49 +10 Po odio.
Daño 18 con penetración 2 sin contar mi factor psi.
La continua presión contra el Príncipe Demonio le estaba haciendo caer, lo notaba. Enviaríamos a este engendro del vacío al lugar al agujero del que no debería haber salido jamás. Sus continuas pataletas sólo indicaban el miedo a la derrota. Invocar el nombre de quien le ataba la correa no era nada más que una amenaza velada y vacía. El terror y la rabia le hacían fallar ataques que, alguien con la rectitud y la seguridad de su lado, lanzaría certeros, estaba perdido y lo sabía. No dudé en activar el teletransporte en cuanto vi que podría desequilibrarle tras lanzar algún tajo bien medido.
—Correrás, como el perro apaleado que eres, al vernos aparecer, cuando nos toque recorrer el inmaterium —dije mientras lanzaba una estocada—. Recordarás cuando te expulsamos de esta realidad y temerás el lugar al que te enviaremos si nos volvemos a cruzar. Engendro del vacío.
Seguí con mi baile de muerte.
Motivo: HA1
Tirada: 1d100
Dificultad: 71-
Resultado: 65 (Exito) [65]
Motivo: HA2
Tirada: 1d100
Dificultad: 71-
Resultado: 16 (Exito) [16]
Motivo: Daño1
Tirada: 2d10
Resultado: 9(+19)=28 [3, 6]
Motivo: Daño2
Tirada: 2d10
Resultado: 13(+19)=32 [6, 7]
Poco a poco había recuperado la capacidad pulmonar, aun sentía el peso de los cascotes sobre las costillas, pero avancé hacia el demonio. - Tras tu caída, la de Abbadon, hay sitio en el infierno para todos. Siguiendo concentrado en dejar las defensas de la criatura lo mas reducidas posibles, alzo la espada cubierta de símbolos hexagrámicos y la descargo contra la pierna de la bestia. - No es mi mejor estocada, pero tendrá que servir.
Motivo: Espadazo demonio
Tirada: 1d100
Resultado: 45 [45]
Motivo: Espadazo demonio (bueno)
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 73 (Fracaso) [73]
** No puse el marcador en el primero tiro de nuevo .. para que sea legal. Fallo
Un dolor ardiente atravesó el pecho del Príncipe Demonio. La hoja sagrada de Titán fue clavada en su vientre, luego de que su escudo protector blasfemo desviara el primer golpe, hundiéndose hasta que la punta del mandoble atravesó el lugar donde debería haber estado su monstruoso corazón. Pero Urkrathos no tenía corazón, al menos no desde su ascensión a la demonicidad.
Se tambaleó, y el enorme ente disforme se agachó sosteniéndose el pecho como si padeciera un infarto. Por sus rasgos, el demonio parecía convencido de que esto no debería estar sucediendo. Había conquistado Cadia, o al menos había conseguido lo que su amo no había hecho en meses, que era abrir una brecha hasta el corazón de las defensas cadianas. Se la había entregado al Maestro de Guerra Abaddon y al Dios de la Sangre, por lo que no podía morir. No ahora.
Pero cuando la espada fue arrancada de su vientre, su rugido de dolor se perdió en el cielo.
- Disfrutad de vuestra victoria -Gruñó, mientras su forma se desvanecía-. Abaddon hará que sea breve...
Y Urkanthos, Príncipe Ascendido y antiguo Gran Destructor de la Flota Negra, experimentó por primera vez su esencia siendo desterrada al caos del Inmaterium...
Motivo: Escudo Infernal Star vs Cole
Tirada: 2d100
Dificultad: 50-
Resultado: 4(+20)=24, 93(+20)=113 (Suma: 137)
Exitos: 1
Motivo: Parada vs Cole
Tirada: 2d100
Dificultad: 75-
Resultado: 91(+10)=101, 3(+10)=13 (Suma: 114)
Exitos: 1
La derrota de Urkrathos tuvo un impacto inmediato sobre el campo de batalla. Cuando el colosal demonio se desvaneció, los cultistas de la Legión Negra, antes enardecidos por la supremacía del Príncipe Demonio, ahora vacilaban. Algunos cayeron de rodillas, llorando lágrimas de sangre mientras sus mentes se fragmentaban por la desconexión abrupta con el poder oscuro que los alimentaba. Otros, más fanáticos, se lanzaron al combate en un último y desesperado intento de causar daño, pero sus ataques carecían de la ferocidad sobrenatural de antes. Los disparos coordinados de los defensores los diezmaron rápidamente.
Los mastines de Khorne que seguían luchando contra los defensores, se detuvieron en seco, emitiendo gruñidos confusos antes de retroceder con las colas entre las patas. Uno a uno comenzaron a disolverse en nubes de humo rojizo, con sus cuerpos devorados por las energías de la disformidad. Sin su líder demoníaco los desangradores restantes se paralizaron, vinculados al poder del príncipe caído, y mientras unos se desvanecieron con aullidos de rabia y dolor, otros cayeron al suelo, retorciéndose antes de ser reclamados por la disformidad.
Los Perros de Abaddon, que hasta ese momento habían luchado con una ferocidad inhumana, sintieron el impacto de la desaparición de Urkrathos como un golpe psíquico. Aunque sus mentes estaban dominadas en muchos casos por los clavos del carnicero, implantes neurales creados por su Primarca destinados a eliminar todo rastro de miedo y potenciar al máximo la agresividad, la conexión con el Príncipe Demonio los mantenía en un estado de euforia sangrienta. Al desaparecer esa figura central su mente empezó a aclararse. Por un instante, vacilaron, confundidos por una sensación de vacío que no entendían completamente. Sus gritos de guerra fueron reemplazados por rugidos de frustración, y algunos incluso comenzaron a luchar entre ellos en un intento desesperado por canalizar esa sensación de desesperación o dolor en sus mentes.
La caída de Urkrathos no solo había desmoralizado a los cultistas y demonios, sino que también había despojado a los berserkers de la Legión Negra de su ventaja táctica, y lo que había comenzado como una ola imparable de destrucción se había reducido a un puñado de figuras desorientadas y aisladas, completamente superadas por los defensores del Imperio.
Los supervivientes del Adeptus Astartes, las Hermanas de Batalla y de la Guardia Imperial no tardaron en reagruparse, apoyados por los Caballeros Grises. Las palabras "Cadia resiste" comenzaron a resonar entre los combatientes como un mantra que llenó de esperanza a los que aún luchaban por el planeta y, con una determinación renovada, lanzaron un contraataque unificado, limpiando las posiciones enemigas con una eficiencia brutal.
Lo que parecía una defensa a la desesperada, una victoria imposible, se había convertido en una realidad tangible. A pesar de las profundas heridas, el cansancio extremo y las numerosas bajas, los defensores de Cadia lo habían logrado... ¡Cadia resiste!
FIN DE ESCENA
La dejo abierta por si queréis escribir algo, pero en principio no habrá más turnos míos aquí.
Seguimos en la siguiente!
Personaje | Heridas | Destino | XP Gastada | XP Guardada | Locura | Renombre |
---|---|---|---|---|---|---|
Cole | 20/24 | 3/5 | 25300 | 590+200 | 3 | 51 |
Leinad | 23/23 | 5/5 | 24.850 | 145+200 | 0 | 40 |
Zorael | 24/24 | 2/5 | 25.150 | 850+200 | 2 | 49 |
Trebek | 23/23 | 2/5 | 25400 | 315+200 | 5 | 42 |
Stein | 24/24 | 2/5 | +200 | 0 | 27 | |
Apollus | 11/22 | 2/2 | 0 | 15 |
Zorael: +1 PD por uso del Portal al salvar a los Puños Carmesíes.
Cole: +1 PD por la Arenga. +1 PD salvar a Korahael.
Tras una última estocada, la Espada Reliquia Titán se hunde en el cuerpo del engendro del vacío desterrándolo de esta realidad. Devolviéndolo al agujero del que no debió de haber salido. Sus últimas palabras son tan vacías como las que que ha ido profiriendo a cada momento. Si Abbadon baja a tratar de hacerse con Cadia, recibirá su justo castigo. Igual que todos.
Mi armadura chorrea sangre herética cuando lo único que queda del Príncipe Demonio es un puñado de cenizas. Miro a mi alrededor, poco a poco mis hermanos van ganando la batalla. Guardo la espada y me acerco al Maestro de los Ángeles Oscuros. Coloco una rodilla en el suelo y le inspecciono.
—¡LEINAD! —grité—. ¡LEINAD! —urgí por voco.
Si había algo que se pudiera hacer, tendría que hacerse ahora. Si no, tendría que recoger la semilla genética del guerrero caído. Hoy Cadia había resistido. Las voces a mi alrededor se empezaron a sumar como una promesa elevada hacia la nave del traidor.
Sí, Cadia resiste. Y seguirá resistiendo.
La victoria había sonreído a nuestro bando, ensangrentados pero nunca doblegados, en el fondo de mi ser sentía respeto por los cadianos, enfrentaban los mismos horrores que nosotros pero eran simples hombres y mujeres.Ellos no nos recordarían pero yo recordaría cada uno de los nombres y rostros que allí lucharon y allí murieron.
Venganza, clama mi original alma humana, venganza por la sangre, venganza por las lágrimas,venganza por el dolor causado, la máquina está vez vencida por el corazón, por ello al comprobar que mi escuadra estaba bien y Cole estába vivo, todos los indicadores de salud de la escuadra estaban en parámetros aceptables. Di rienda suelta a mi furia, sin piedad, con eficacia mecánica fui avanzando Bolter en mano disparando a los bersekers que quedaban, uno tras otro murieron. Los cultistas siguieron el mismo destino alguno llegaba a darme un golpe con un arma improvisada, con absoluto desdén y de un simple puñetazo los obliteraba. Solo uno de los bersekers consiguió sobrevivir para llegar hasta mi, su hacha rechinó en mi hombrera. Acto seguido mi espada némesis atravesó su vientre de abajo arriba, saliendo por su espalda. Su dios clamaba cráneos pues tendría uno, así que con la mano libre agarre el casco del marine mientras la mano que empuñaba la espada alzaba como si de un bandera se tratara. Le arranque la cabeza de cuajo y la ofrecí al cielo en un gesto se burla y superioridad. Después simplemente quite al marine muerto de mi espada de una patada. Sonreí.Este combate es poco eficiente pero muy satisfactorio.
Así proseguí enfrentándome a los enemigos hasta que no quedo ni uno solo de ellos que respirara, sin cuartel.
Cuando la sagrada y eficiente matanza acabo volví y cumplí mi tarea como sacerdote del dios máquina ayudando a restaurar las comunicaciones, recuperando equipo que podría servir para la lucha que está por venir. Salvo que mi justicar me ordenará hacer otra cosa.
La caída del príncipe demonio fue el inicio del contraataque de las fuerzas imperiales en todo el planeta. Las fuerzas enemigas notaron su caída y flaquearon, situación que fue aprovechada por los aliados para recuperar sus fuerzas y contraatacar al enemigo.
Urkrathos cayó al suelo, con la espada Titán clavada en su cuerpo, sus fuerzas flaqueaban a cada segundo que pasaba y su esencia, ahora convertida en energía, era transportada al inmaterium, donde, con suerte no volvería debido a que se perdería dentro de su caos. En ese momento los demonios invocados se desvanecieron al perderse la conexión psíquica que ejercía el príncipe demonio y los mantenía allí, así como las fuerzas enemigas perdieron su ímpetu por el mismo motivo. Ahora las fuerzas aliadas embestían para eliminar a la mayoría de los enemigos antes de que éstos últimos se reagruparan.
Cole guardó su arma y corrió hacia el maestro de los ángeles oscuros, gritando a Leinad para que proporcionara primeros auxilios al maestre. Trebek, quién había estado disparando como un loco a los mastines del caos, ahora proporcionaría cobertura de nuevo para proteger al aliado caído:-Vamos Leinad. Te necesitan.-dijo el expiador al capellán.