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Una espada contra el Caos [Capítulo III]

9. Interludio: La muerte de un gran Héroe

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08/04/2025, 15:16
Trebek N'Kari

El tiempo en el inmaterium era algo natural en los astartes y más aún en los caballeros grises que era máxima función pero para Trebek esta vez fue demasiado. Esta vez la disformidad atravesó las defensas de Trebek durante un instante que pareció eterno pero lo suficiente como para que cuando reapareció al otro lado de la Puerta de la Eternidad, quisiera quitarse el casco para regurgitar la bilis de su interior y expulsar todo lo absorbido en ese breve instante eterno. Cayó de rodillas al suelo y tuvo que reunir todas sus fuerzas para no desmayarse y volver a ponerse en pie:-Mierda.-sólo fue capaz de decir en cuanto la sensación de mareo, congoja y desazón se disiparon. 

Tras recuperarse, siguió a sus compañeros a través de los pasillos para alcanzar una nueva sala y ante ellos se alza la verdadera Puerta de la eternidad, una visiblemente diferente a la encontrada en el exterior, con colores más oscuros y plateados y que ofrecían una visión algo distorsionada de los Astartes allí presentes. Todo parecía demasiado extraño, el mundo se estaba acabando en el exterior pero allí no existía el sonido, de forma literal, sólo se escuchaban las pisadas de las metálicas botas de los caballeros grises pero nada más. El sonido del exterior parecía ni querer acercarse a ese lugar. 

El silencio fue roto nuevamente por la presencia de un Dreadnought dorado y de aspecto antiguo el cual indicaba que todo aquél que quisiera ingresar en el Sanctum Interior debía leer el libro que tenían enfrente. Cada uno de los Caballeros Grises se acercó a leer una página de aquél libro hasta que llegó el turno del expiador, que parco en palabras se acercó al libro para leerlo. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Resistencia: 50+30-20: 60>19: éxito. 

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09/04/2025, 08:29
Narrador

Uno tras otro, los Caballeros Grises se acercaron al atril de piedra, donde el libro abierto reposaba como un artefacto sagrado… pero no era un grimorio de fe, ni un códice de plegarias. Era un tomo frío, racional, antiguo en sabiduría y perturbador por su claridad. Las frases escritas en sus páginas no hablaban de deidades ni juramentos, sino de conceptos filosóficos que desgarraban las certezas. Ciencia vestida de duda.

Cada uno leyó en voz alta, y al hacerlo, las palabras ardieron en sus lenguas como brasas suaves, no lo suficiente como para dañarlos, pero sí como si la verdad misma les estuviera purificando desde dentro.

“Como tiemblan los niños en la oscuridad, así tememos nosotros a veces la luz...”

“El temor a lo invisible es la semilla de toda religión...”

"Una mente crédula encuentra el mayor deleite en creer cosas extrañas y, cuanto más extrañas son, más fácil le resulta creerlas..."

Las frases seguían, cada una tan aguda como un cuchillo, cortando las mentiras cómodas con las que incluso los puros se protegían. Y sin embargo, ninguno cayó. Ninguno gritó, ni retrocedió. Porque ellos eran los Heraldos del Amanecer, y su pureza no estaba en la ignorancia sino en la aceptación de que la verdad y el deber eran caminos sin gloria ni consuelo. 

Conforme terminaban la lectura, cada uno atravesó la piscina rectangular que se extendía frente a la Puerta de Plata. El agua se arremolinó a su paso, trepando por sus grebas, brillando por un instante con una luz azulada. Sintieron el calor de una energía sanadora, extraña pero limpia, y sus heridas, cortes y agotamiento desaparecieron como si hubieran sido arrancados de la realidad. Era como si el cuerpo hubiera sido lavado, al igual que su espíritu.

Entonces, la Puerta se transformó. La cara humana tallada en su centro, austera y coronada por un halo de fuego, se partió por la mitad, deslizándose hacia los lados a medida que las hojas se abrían para ellos. Lo que había más allá no era un simple umbral: Era el corazón oculto de la Humanidad.

Pasaron por el umbral y fueron tragados por la bruma densa. La Sala del Trono Dorado se alzaba ante ellos. No era solo un lugar físico. Era una presencia. Una realidad más grande que lo real. La atmósfera estaba cargada con el peso de siglos. El aire olía a incienso y ceniza, pero no cualquier ceniza… sino la de millones de almas incineradas, consumidas como combustible sagrado. El suelo, de obsidiana negra, reflejaba sus formas distorsionadas, como si les mostrara lo que eran, lo que habían sido y lo que podrían ser.

Pilares titánicos se extendían en filas que desaparecían en la niebla. Alimentadores de energía colgaban de las alturas como colosos dormidos, vastos como Titanes, canalizando poder más allá del entendimiento. Las líneas eléctricas, gruesas como serpientes, recorrían el techo y las paredes, anudadas como un sistema nervioso, cargando un impulso que no podía medirse en simples amperios. Del techo invisible descendían filamentos de luz, cayendo sobre un altar-pirámide que parecía tallado en la misma voluntad del Emperador. Sobre él, rodeado de oscuridad y relámpagos, se alzaba el Trono Dorado.

Era una máquina, pero también una tumba, un dios mecánico que respiraba poder psíquico. Y en su centro, sentado como un esqueleto con alma, estaba Malcador, el Sigilita. No era el Emperador. No lo pretendía. Pero llevaba sobre los hombros lo que nadie más había podido cargar: el peso de un Imperio que agonizaba.

Malcador parecía pequeño ante la magnitud de aquel ingenio que se elevaba cientos de metros del suelo. Su cuerpo, encorvado por el esfuerzo, estaba envuelto en túnicas oscuras. Su rostro, otrora sereno, estaba marcado por líneas profundas de sufrimiento y concentración. El sudor perlaba su frente y descendía lentamente por su cara, mezclándose con las arrugas que surcaban su piel. Sus manos, huesudas pero firmes, se aferraban con una rigidez antinatural a los reposabrazos del Trono, conectadas a la estructura mediante filamentos finísimos que se hundían en su carne como raíces metálicas. Su expresión era de un agotamiento sin igual, pero también de una voluntad implacable.

Los ojos de Malcador, por otro lado, eran lo más sobrecogedor. Brillaban con una luz intensa y penetrante. No miraban hacia adelante. No miraban a los Caballeros Grises. Estaban clavados en el vacío, contemplando algo que los recién llegados no podían ver. Y en ese Vacío, Malcador aún luchaba. Por ellos. Por el Emperador. Por la Humanidad. Por todo...

Y la Puerta de Plata se cerró de golpe y un sonido seco y reverente llenó la sala.

Notas de juego

Todos estáis sanados, y ya no tenéis ningún malus por cuestiones físicas o psíquicas. Los PNJs no os acompañan ahora. Estáis solos. 

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09/04/2025, 08:37
Malcador, el Héroe

Malcador, o lo que fuera aquella figura que algunos llamarían “presencia”, pero que parecía sufrir de la misma forma que lo haría cualwuiera de los Caballeros Grises, aún parecía poseer la sabiduría de incontables eras.

Su voz resonó en las mentes de los presentes como un eco de tiempos olvidados, llenando la cámara con una presencia imposible de ignorar.

- Mis Caballeros… -Su voz estaba cargada de sentimiento, como si fuera algo que había esperado mucho para decir.

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09/04/2025, 14:57
Cole “Khronos” Angron

Cruzar aquel triángulo de agua fue verdaderamente reparador. Tras el esfuerzo titánico de la caminata, más la lectura de aquellas palabras que ardían en la mente, la liberación de tal cansancio fue agradecida. Cuando por fin pude concentrarme en lo que tenía delante me impresioné de la majestuosidad de la sala en la que nos encontrábamos. Si en algún momento había imaginado cómo sería la sala del trono, nunca me había acercado, ni remotamente a la santidad que desprendía aquella titánica construcción.

En lo alto de la pirámide se encontraba Malcador. O una sombra de lo que era, no sabía muy bien, pero de alguna forma, en mi interior, en lo más profundo de mi ser sabía que él era real. De alguna forma. Malcador llevaba el peso de la humanidad misma sobre sus hombros y ese esfuerzo se marcaba profundamente en sus facciones. Cuando habló, lo hizo con un tono que descargaba serenidad y autoridad. Si unos pasos al frente y me quité el casco. Asentí con firmeza y le miré a esos ojos brillantes que destacaban en la oscuridad que lo envolvía.

—Malcador —dije reconociéndole—. Iniciamos este viaje hace años concluyendo una investigación que responde a tu llamada. Aquí estamos, atendiéndola, ha sido un viaje tortuoso y largo, lleno de preguntas sin respuesta y dobles intenciones, pero estamos listos para acabar lo que un día, tiempo ha, comenzó.

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10/04/2025, 17:31
Steingrimur Eachann

La visión de las partes interiores del glorioso palacio, ver a un dreagnouth custodes leyendas, de las maquinas mas sagradas de la humanidad. Poder pasar por las purificadoras aguas del interior del palacio fue algo precioso en ese momento de destrucción y aniquilación. Las palabras de ese libro, no me produjeron ningún tipo de dolor solo reafirmaron lo que ya sabia. Soy puro como la maquina, como el emperador.

Tras las puertas vi al que probablemente fue uno de los pilares del imperio en su época oscura, Malcador, el Sigilita.

Inmediatamente me arrodille ante el, su poder, su presencia, su sacrificio es todo a lo que cualquier siervo puedo aspirar. Soy lo que el ha creado y se que todavía no estoy perfeccionado como si lo esta el, pero lo estaré.

Alli de rodillas ante nuestro mismisimo padre, sin alzar la cabeza digo. Malcador, se que hemos llegado tarde pero aquí estamos, cumpliremos tu voluntad, purgaremos toda debilidad bajo el mando de Cole. Solo dinos que hay que hacer y lo haremos

Continuo de rodillas sin moverme ni un poco esperando que mi señor me ordene que hacer.

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10/04/2025, 19:11
Leinad Ikegar

Se le hacía extraño. Siempre les habían dicho que era el Emperador quién estaba en ese Trono, con el sacrificio psíquico, creando el faro para la navegación por el Empireo. Pero ahora estaba este viejo administrador. Este gobernador del Imperio, bajo la tutela, como si fuera el Regente, a falta del Propio Emperador por incapacidad de este. Ahora un escalofrío le recorrió la espada. - ¿No será el Sigilita El Quinto... verdad?

Tal vez fuera desconfiado, tal vez fuera incomprensible, pero habían visto tantas cosas extrañas, que una más no sería tan rara. Todo esto lo había creado la mente de este "hombre". No lo veía tan descabellado: - Pero ¿Para qué?¿Si venimos a luchar contra El Quinto, y es él, busca en nosotros su muerte?

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11/04/2025, 19:19
Zorael Eduh

Nosotros creados bajo el Credo Imperial, estábamos ante las puertas más sagradas del Imperio y allí ante ellas un libro, aquel que nos debería ser respuestas ... pero estás no eran las que pensaba, era una verdad pero, era una para la que no estaba preparado ...¿Sería otra trampa del quinto? ... Con eso en la mente termino de leer, y el agua purificadora limpia mi alma, al mismo tiempo que restañan nuestras heridas.

Es una forma de presentarnos ante el Trono, allí sobre ese lugar sagrado, no se encuentra el Señor de la Humanidad, pues no sentimos el calor de la luz del Trono, ni somos abrasados antes de llegar a sus escalones, allí se encuentra nuestro creador, aquel que pensó en los Caballeros Grises antes de su creación real ... Malcador.

- Señor.  No sé muy bien cómo se habla a una figura de leyenda. - Llegamos aquí, para un último combate con un formidable enemigo. ¿Cómo podemos confrontarlo?.

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12/04/2025, 16:02
Trebek N'Kari

La lectura de aquél libro hizo arder las almas de los caballeros grises pero no en el mal sentido de la expresión si no que se trató de un rito de purificación de sus propias almas y el baño a continuación en la piscina rectangular sanó sus cuerpos, en preparación del enfrentamiento final que iba a producirse. Cada uno de los astartes realizó este acto antes de tener que atravesar la Puerta de Plata y entrar en el corazón del Imperio de la humanidad. 

La sala contigua era mucho más grande de lo que ninguno imaginó y en el centro, dominando la sala, estaba al final de una larga escalinata el Trono Dorado pero quien debía estar allí, el mismísimo Emperador, no lo estaba sino que se trataba de Malcador, no como usurpador si no como pieza clave y soportando todo el peso del Imperio sobre sus hombros. El rostro del antiguo héroe era un cúmulo de sufrimiento y concentración. Habló y su voz resonó por toda la estancia, sonó en las almas de los astartes y cada uno de ellos habló en respuesta de Malcador.

Trebek se mantuvo en silencio, no era tarea suya el hablar a menos que tuviera algo importante que decir, se mantuvo estoico y en silencio a la espera de que ocurriera lo inesperado. 

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13/04/2025, 04:55
Malcador, el Héroe

- Mis Caballeros… -Repitió el Regente, irrumpiendo en la mente de los Caballeros Grises como un torrente-. Escuchadme bien, pues no hay mucho tiempo y lo que os revelaré ha sido ocultado incluso a los más grandes de entre los siervos del Imperio. El universo no es un escenario de eventos aleatorios, sino un ciclo perpetuo de ascenso y caída. Cada gran civilización en la historia de la galaxia, en su momento de mayor esplendor, ha engendrado su propia ruina. Un dios nacido de su grandeza, que al final la devora.

Aunque Malcador no pronunció palabra alguna, la verdad ardió en la mente de los Caballeros Grises como un recuerdo antiguo y maldito. Vieron el final de los Aeldari. No el final de su raza en su totalidad, no la lenta decadencia que aún persiste, sino el instante exacto en que su gloria se transformó en su condena. En su era dorada, modelaban mundos con su voluntad, erigían ciudades flotantes de una belleza inconcebible y vivían en un paraíso sin enfermedad ni guerra. Pero su ambición de trascender todo límite los llevó a la degeneración: El placer se convirtió en obsesión, el arte en frenesí, la emoción en abismo.

Sin darse cuenta, alimentaron algo en la Disformidad, algo que crecía con cada exceso, con cada nueva perversión llevada al extremo. Entonces, la realidad se rasgó. En un estallido de éxtasis y horror, el primer grito de Slaanesh devoró las almas de miles de millones de Aeldari, convirtiéndolos en el banquete de su propia creación. El Ojo del Terror se abrió como una herida incurable en el espacio y su imperio glorioso quedó reducido a tumbas flotantes y mundos vacíos.

- La Humanidad también enfrentó su crisis, y la llamó la Vieja Noche, la Era de los Conflictos. Antes de que el Emperador dejase de guiar a la Humanidad bajo subterfugios y múltiples identidades, antes de la Unificación y la Gran Cruzada, hubo una era de esplendor donde la Humanidad se expandió sin oposición por las estrellas, confiada en su superioridad. Pero la arrogancia... Siempre precede a la caída.

Su voz se tornó más grave, como si cargara con el peso de milenios de lucha y sufrimiento.

- La Era de los Conflictos casi nos aniquiló. Fue la primera señal de que el ciclo se repetía, de que la Humanidad había llegado demasiado lejos y la Disformidad reclamaba su precio. Por suerte, un líder humano, un psíquico inmensamente poderoso, Él, el Emperador de la Humanidad, tomó las riendas, y comenzó a poner en marcha sus planes para reunir y poner bajo su control al resto de la Humanidad con la intención de enfrentar el Cataclismo.

Malcador dejó que el peso de sus palabras se asentara en la mente de los Caballeros Grises antes de continuar. Sus ojos, aunque carentes de vida, parecían iluminarse con el reflejo de una verdad que había permanecido oculta durante milenios.

- ¿Creéis que el Emperador ascendió solo? ¿Que su destino fue una anomalía, un evento único en la historia de la galaxia? No, su poder no emergió de la nada. Él era el eco de algo más antiguo, algo que ya había existido, que ya había gobernado… y que ya había caído.

Sus palabras no fueron un relato, sino una descarga de conocimiento, una verdad que los golpeó con la fuerza de una revelación enorme.

- El Rey Oscuro no es una entidad separada del Emperador… es su reflejo, su sombra, su otro yo. Por ello nunca desaparecerá del todo, en verdad.

Los Caballeros vieron en sus mentes las eras más antiguas de Terra, antes incluso de que la humanidad comprendiera la Disformidad. El Rey Oscuro había caminado por Terra antes de que existieran reyes, antes de que las grandes ciudades se alzaran, antes de que el primer fuego fuera encendido, antes de que Terra siquiera diera origen a sus primeros organismos unicelulares. Un ser sin forma fija, sin rostro propio, que se deleitaba en la naturaleza violenta y primitiva. Las imágenes los golpearon con crudeza. Guerras sin sentido, tribus exterminándose unas a otras por la simple voluntad de su amo disforme. Sacrificios de sangre, masacres fratricidas, la esclavitud y el dominio absoluto. Él no necesitaba levantar un arma; su influencia bastaba para corromper los corazones y convertirlos en bestias.

Pero no era el único. Otros llegaron. Y con ellos, la humanidad encontró nuevos amos, nuevas voces que les susurraban desde la Disformidad. Los Dioses del Caos veían en la humanidad un campo fértil, un recurso infinito de almas para cosechar, más allá de las almas de otras civilizaciones diezmadas o extintas que ya habían visitado tras incontables milenios. Pero para ello, el Rey Oscuro debía caer.

- Temieron su dominio -continuó Malcador, como si aquellas imágenes fueran una simple extensión de su voz-, pues no compartía su visión. No buscaba la corrupción ni la conversión, solo el control absoluto, el placer del juego entre titiritero y marioneta. Y los humanos, repletos de emociones, eran algo irresistible. Así que los Poderes Ruinosos se unieron con un mismo propósito por única vez en su existencia, y le arrebataron el trono. Lo desterraron a los confines de la Disformidad, encerrando su verdadera esencia en un lugar del que, teóricamente, jamás podría escapar.

Las visiones mostraron al Rey Oscuro, una entidad sin forma, atrapado en un lugar sin tiempo, sin salida, con su consciencia partida en miles de fragmentos y dispersada por la galaxia. Pero uno de esos fragmentos caminó entre los hombres.

- Él regresó -En la mente de los Caballeros Grises se forjó la imagen de un hombre sin rostro-. Se convirtió en el vagabundo sin nombre, en el chamán inmortal, en el visionario que predicaba la unificación de la Humanidad. Se convirtió en el Emperador. Por eso mismo Él rechazaba la idea de ser un Dios. Porque era consciente de su pasado.

Los Caballeros sintieron la magnitud de lo que se les revelaba, aunque no fuera la primera vez que discutían esa teoría. Ya lo dijo la Vidente Aeldari, y también Leinad y Cole lo escucharon del Ex-Inquisidor Baltassar Caro. El Emperador de la Humanidad y el Rey Oscuro eran uno solo. Dos fragmentos de la misma entidad, divididos por la traición de los Dioses del Caos. Uno guiando a la humanidad hacia la luz… el otro acechando en las sombras, esperando su momento.

- Y así, al final, llegó la Gran Herejía, pero el Emperador no fue sorprendido por las ambiciones de Su hijo Horus. No fue un acontecimiento inesperado, ni un giro del destino. Fue un plan. Su Plan. Sabía lo que venía, sabía que el Ciclo estaba a punto de repetirse, y… -dijo Malcador con un tono de tristeza insondable-. Sabía que el Rey Oscuro de alguna forma regresaría.

» Horus no fue un accidente. No fue una simple traición. Fue una herramienta. El Emperador dejó que cayera. No porque dudara de su lealtad, sino porque necesitaba que fuera el receptáculo de los Cuatro Dioses del Caos. El Único al que los Cuatro ansiaban, y el único que aceptaría los Dones de los Cuatro y no se dejaría embaucar por uno solo de ellos, como Angron o Fulgrim.

De nuevo, esta realidad golpeó a los Caballeros Grises como un enorme mazazo. ¿El Emperador condenó a su propio Hijo, y dejó que ocurriese una de las mayores catástrofes de la Historia de la Humanidad? El aire se volvió denso, como si las palabras de Malcador no solo fueran una revelación, sino una sentencia.

- No subestiméis lo que hizo, pues todo era parte de Su Plan -Continuó Malcador-. El Emperador sabía que Horus no podría ser detenido solo con fuerza -La voz de Malcador resonó en sus mentes, grave, solemne-. Había alcanzado un poder que ni siquiera Él podía enfrentar directamente. No solo era un Primarca en su máxima expresión, sino el receptáculo de los Cuatro. Necesitaba algo más… Algo que el Caos temiera.

Los Caballeros vieron entonces el momento en que el Emperador tomó la decisión final. La entidad que había sido desterrada por los mismos Dioses del Caos, la que había dominado Terra en los tiempos primigenios, la que había jugado con la humanidad como si fueran meros peones en un tablero de guerra. El Emperador lo liberó. No para servirle, sino para usarlo. Y en ese instante, el Rey Oscuro y el Emperador fueron uno.

Los Caballeros vieron la escena final con sus propios ojos. No era solo el Emperador enfrentando a Horus en el Espíritu Vengativo, sino el Emperador portando la ira del Rey Oscuro, usando su poder para lo único que podía justificar su existencia: La destrucción absoluta. El golpe final no solo mató a Horus, rasgó la esencia de los Dioses del Caos dentro de él. Por un instante, el Imperio estuvo al borde de la salvación. La Disformidad se agitó, sus poderes temblaron.

- Los Cuatro sintieron el impacto de su propio error -Continuó el Sigilita, como si supiera exactamente lo que los Caballeros Grises estaban viendo-, la trampa en la que habían caído. Pero el Emperador no pudo controlar lo que había desatado. El Rey Oscuro no era una herramienta que pudiera desechar. Intentó dominarlo. Intentó sellarlo nuevamente. Pero era tarde. El golpe contra Horus había debilitado a los Cuatro, pero al hacerlo, había fortalecido al Quinto.

» Yo lo vi -dijo el Regente de terra, y por primera vez su tono le traicionó, y mostró un atisbo de tristeza-. Vi lo que ocurría. Vi cómo el Emperador, mi amigo, en su sacrificio se convertía en aquello que tanto había intentado destruir. Por eso actué, y nuevamente lo sellé.

Los Caballeros Grises no escucharon la historia de Malcador; la vieron. Como un titán emergiendo de un abismo sin fondo, la sombra del Quinto Dios se alzaba desde la Disformidad para reclamar lo que una vez fue suyo. No tenía forma fija, no tenía un rostro reconocible. Era un torbellino de poder sin nombre, de ambición sin límite, de voluntad devoradora. Era el Emperador en su máxima expresión. Y Malcador, en su último acto, se interpuso. Los Caballeros sintieron el esfuerzo titánico de su mente, el fuego ardiente de su alma siendo consumida. El Trono era su herramienta, su canal, su prisión… y su pira funeraria.

No fue un simple esfuerzo psíquico. Fue su completa inmolación. Sintieron cómo su espíritu se desgarraba, no como una vela apagándose, sino como una estrella implosionando bajo su propio peso. Su conciencia no se disipó con la paz de un alma que encuentra el descanso en el Empíreo. Se fracturó.

Fragmentos de Malcador estallaron a través del tiempo y la realidad, dispersándose en la Disformidad, en los sueños de los videntes, en los susurros de los psíquicos que aún hoy escuchan ecos de su voz. Algunos quedaron atrapados en el Trono, y aún a día de hoy ayudan a guiar a la Humanidad. Otros… fueron arrastrados al Reino del Rey Oscuro, donde el Sigilita lo había vuelto a desterrar. No obstante, aquel destierro nuevamente no fue eterno. Milenios después volvió a encontrar una salida, esta vez en la forma de un frágil y popular Santo no reconocido llamado Invizarus Octarion. Su posterior encierro tras el sacrificio físico de la Vidente eldar en el planeta de Sanctum Secundus tampoco fue perpetuo, y los Caballeros Grises no llegaron a tiempo de prevenir su despertar. Quizá ahora, al menos, su ciclo acabe.  

Y con esa última revelación, la visión se desvaneció...

- Ahora os pregunto, Caballeros… -Malcador no los miró, pero ellos sintieron que algo los observaba con una intensidad devastadora, como si les ofreciera la última advertencia que podría dar-. Al igual que yo hice, ¿Estaríais dispuestos a enfrentar al Emperador mismo si fuera necesario? ¿A mantener el silencio de todo cuanto habéis visto, oído y sentido, y todo aquello que vendrá? 

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13/04/2025, 09:38
Cole “Khronos” Angron

Las palabras de Malcador resonaron en mi mente como un eco imposible de ignorar. La verdad que había sido revelada no solo desafiaba mis creencias, sino que amenazaba con desgarrar el tejido mismo de mi fe. ¿Cómo puede un Caballero Gris, un siervo del Emperador, aceptar que el mismo ser al que juró proteger podría ser la mayor amenaza para la Humanidad? Todo empezó a encajar en mi cabeza como si las piezas faltantes del pulse acabaran de ser encontradas. Las palabras de Baltassar Caro, las acciones de Yelena, incluso lo ocurrido con los Eldar y la vidente. Algo en mi interior se quería resistir a dar por cierta ests verdad, pero tenía todo demasiado sentido. No me pude creer que después de tanta discusión con Actae al final la puesta en duda de todo acabaría por ser la certeza más visceral y sorpresiva. En este momento ya no sé podía hablar de fe, porque todo se había terminado construyendo sobre el más puro y frío pragmatismo. Una mentira necesaria para dar cabida al imperio del hombre que le protegía de los poderes ruinosos que se alimentaban de sus pecados. 

Por mucho que esta verdad quemara en mi alma, sabía que no debía salir de este lugar. La Humanidad necesitaba al Emperador como símbolo, como guía. Cómo había sido hasta ahora. Si el Emperador mismo había sacrificado a su propio hijo para proteger a la humanidad, no me cabía la menor duda de que aceptaría sacrificarse por salvar su más preciada creación, el Imperium.

—Si esta verdad se supiera, las llamas del Caos consumirían todo lo que hemos construido. Y habló como especie del universo en continua lucha contra lo impuro —dije con pesar en las palabras. Levanté la vista hacia Malcador—. Juro aquí y ahora que me llevaré este secreto conmigo a mi merecido descanso en aras de proteger a la humanidad de sí misma.

Pero aún quedaba una cuestión en el aire que me costaba, tan siquiera, pensar en ella. Había visto a esa manifestación, a ese Quinto, ofreciendo el poder necesario para luchar contra cualquier enemigo. Había visto mi reflejo pervertido en las aguas del estanque de aquella sala. De alguna forma sabía que era verdad, pero me seguía resistiendo a pensar que bajo ningún concepto, el Emperador pudiera tener una mácula de perversión en su existencia. Pero el pragmatismo era así, la lógica máquina a cualquier tipo de problema, algo que nadie con capacidad de sentir, podría llegar a aceptar como bueno o válido.

—Si el Emperador sucumbe al Rey Oscuro, no dudaré en hacer lo necesario. Mi lealtad no es a un hombre, ni siquiera a un dios; es a la Humanidad. Si debo enfrentarme al Emperador mismo para protegerla, así será. Que mis hermanos me juzguen si fallo —sentencié finalmente—. Aún así, no puedo aceptar que este sea nuestro destino final. Si existe una forma de separar al Emperador del Rey Oscuro sin destruirlo, debo encontrarla. No importa cuánto tiempo tome ni cuántos sacrificios sean necesarios. Si existe la posibilidad, la llevaré a cabo.

 

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14/04/2025, 19:28
Leinad Ikegar

Leinad fue mucho más parco que su líder. Un monosílabo que resumía todo aquello. Ellos eran simplemente eso, defensores de la Humanidad. Si, con mayúsculas. Con todo lo que ello implica, defendiéndola de los enemigos exteriores, de los intermedios y como no, lo más difícil, de los enemigos internos. Era su brazo armado. Su protección allá como fuere, allá donde fuere, fuese contra quien fuere. Daba igual. La defenderían, lucharían por ello, y cobrarían su precio por la victoria. Y si el enemigo ganaba, ellos solo serían una capa de las muchas capas que tendrían que "pelar" de esa cebolla, para poder llegar a donde quisieren llegar.

Simplemente: - SI. Un monosílabo. Lo más parco en palabras, lo más corto y rápido, pero que implicaba muchas cosas... incluso un sacrificio propio, un silencio eterno, que si fuera desvelado, los cimientos de la humanidad se derrumbarían para no una eclosión posterior. Se derrumbarían definitivamente. Por siempre... y no habría forma de reconstruirlo. 

Pero para si, se aleccionó a si mismo: - Y si lo cuento, o me tomarían por hereje, o por chalado o simplemente por idiota.

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14/04/2025, 21:23
Zorael Eduh

Con lo que el Sigilita nos estaba contando, todas las creencias del Imperio se tambaleaban, no solo sabíamos lo ocurrido con las legiones traidoras, sino que también la razón por la cual, había sucedido la herejía ... no había sido mas que un plan para terminar con una criatura mucho mas mortífera que los cuatro dioses del caos. Pues lucharíamos contra el mismo Emperador o una imagen distorsionada de él mismo, si luchar contra un dios ya era complicado, luchar contra "el dios", se remarcaba como imposible. - Haremos lo que deba hacerse. Nigo con la cabeza mientras no solicita una última merced. - No se debe ocultar la verdad, pero en este caso, solo traerá mas desgracias, decir lo que ahora sabemos. 

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15/04/2025, 20:51
Trebek N'Kari

Todas las revelaciones que mostró Malcador a los caballeros grises, tambalearon los mismos pilares de su fe y su creencia de que estaban haciendo lo correcto y en cierta manera era así. Habían estado todo este tiempo evitando que el Rey Oscuro volviera a resurgir y por si fuera poco todo lo ocurrido con los Eldar, Baltassar Caro y Yelena era cierto y murieron defendiendo sus creencias. Ahora les tocaba el turno a los caballeros grises y Trebek, tras toda aquella revelación esto fue lo primero que dijo:-Mierda, ahora todo tiene sentido. Duele decirlo a viva voz pero es cierto.-la misma idea de que el Emperador y el Rey Oscuro eran el mismo hizo entender a los astartes de que toda su fe podía quebrarse tanto si lo aceptaban como si no y el hecho de que Cole Angron lo dijera fue un duro golpe. 

Malcador les preguntó qué harían ahora que conocían aquella verdad tan dolorosa:-No tenemos otra opción, no? A pesar de que somo hijos del Emperador, somos los defensores de la humanidad. Somos los Hijos de Titán y nuestro deber es combatir al Archienemigo en la forma que escoja mostrarse y en este caso lo hará en la forma del propio emperador pero lucharemos contra él y detendremos el ciclo. El Rey oscuro no debe resurgir.-explicó Trebek lo mejor que pudo para dar a entender que iba a combatir al Emperador. 

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16/04/2025, 13:30
Steingrimur Eachann

Como sabemos que tu no eres el 5 dios tomando la forma de Malcador. Matar al Emperador seria el mayor gesto de traición y blasfemia contra la humanidad. Un rebaño morirá sin su pastor será devorado por lobos, pero un pastor puede vivir sin su rebaño, puede encontrar otro , crear otro.

Guardo silencio sabiendo que sus palabras le pondrán en contra a toda su escuadra, pero sus hombros ya han soportado cargas aunque esta será la más pesada.

Os ayudaré pero quiere que quede claro que mi lealtad es para con el Emperador por encima de la humanidad, somos los hijos de Titan creados para luchar las guerras más sombrías. Pero eso no nos exime de nuestro deber de para con el, servir fielmente y sin piedad. He de recordaros hermanos que la piedad es matar a miles para salvar a uno solo, he de recordaros que no debemos dudar y sin embargo lo hacemos una y otra vez. Luchare contra el Emperador pero si os equivocais en vuestro juicio, si desois mis palabras una y otra vez y esto condena a la humanidad. Sereis los responsables de ese acto y de todo lo que acarre.

Un silencio inundo el corazón de Stein, sabia que lo que hiciera tendría consecuencias eternas.

Aun con todo lo dicho solo os pido una única cosa, escuchad mis palabras reflexionad sobre ellas y dejad de tratarme como a un fanático, no lo soy y nunca lo he sido. Como gesto de hermandad os seguire en esta decisión y cargare el fracaso o el éxito de ella con vosotros.

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16/04/2025, 15:07
Malcador, el Héroe

El fulgor dorado del Trono continuaba irradiando desde lo alto, envolviendo a Malcador en un halo de condena y propósito, mientras el eco de su última revelación se desvanecía en la mente de los Caballeros Grises. Nadie pudo verlo, pero parecía como si Malcador estuviera sonriendo. Las dudas en los Caballeros Grises eran algo normal después de lo que él les había transmitido, y eso recordaba que serían teniendo su parte de Humanidad. 

Entonces, desde el extremo más alejado del Salón del Trono Dorado, una losa blanca se retrajo con un sonido pétreo, y del umbral emergieron figuras conocidas. Keeler, Sindermann, Actae, Arkhan Land, Mauer y Andromeda. Ninguno de ellos pronunció palabra. Sus ojos reflejaban un estado de quietud extraña, más allá del cansancio o la voluntad. No caminaban como personas, sino como recuerdos. Fragmentos de una conciencia dispersa que ahora regresaban a su núcleo, tal y como Keeler intentó explicar en el pasado.

Como si respondieran a una orden, comenzaron a ascender por la inmensa escalera hasta la cúspide de la pirámide del Trono, bañados por la luz que descendía del foco sobre Malcador. Keeler, con la mirada serena, volvió el rostro brevemente hacia los Caballeros Grises y asintió. Era el momento.

Y entonces, la voz del Sigilita resonó de nuevo. Si daba respuesta o no a las incógnitas de los Caballeros Grises, era algo que, ahora mismo, no era prioritario para el Regente. 

- Los nombres tienen poder... —retumbó la voz del Sigilita en las mentes de los presentes, pues la fuerza de su espíritu se negaba a morir, encadenada a aquel Trono. Su rostro surcado de arrugas permanecía inmóvil, pero la resonancia de su discurso penetró la mente de cada uno-. Los nombres pueden inspirar fe o terror, pueden abrir las puertas de la Disformidad o sellarlas para siempre. El simple acto de pronunciarlos puede avivar el valor o sembrar la ruina en quienes los escuchan. Hasta los demonios temen que los descubramos, pues un nombre pronunciado con convicción puede herirlos. 

El silencio fue total. Incluso las luces parpadearon, como si el aire mismo esperara su juicio.

- Siempre fui dado a otorgar nombres. Era algo que daba sentido a cada individuo, incluso cuando conformaban parte de un todo mayor. Hijos de Titán... No... -Prosiguió Malcador, su voz ahora impregnada de solemnidad-. Ya no seréis llamados hijos de aquella luna custodiada en secreto. No. Seréis Titanes. Como los antiguos seres mitológicos de la vieja Terra, que desafiaron a los dioses sin temer las consecuencias. Porque lo que viene exige algo más que valor o pureza. Titanes, os llamo. Sed el cimiento en el que la humanidad pueda sostenerse cuando la Disformidad aúlle a su alrededor.

Desde lo alto, la voz del Regente, atada aún al trono por pura fuerza de voluntad, cayó sobre los Caballeros Grises como una bendición. Su mirada, pese a no dejar de observar el infinito, cayó primero sobre Cole y un sigilo con forma de runa del infinito se encendió sobre su hombrera izquierda.

- El filo que decide cuándo la eternidad debe acabar. El que recuerda lo que fue y marca lo que no debe repetirse. El que observa el fluir del tiempo. Tú, que has liderado a los Titanes, serás Khronos, Guardián del tiempo. Como aquel que guió la batalla contra los dioses en épocas pasadas.

Ahora, la mirada invisible del Regente tocó a Zorael. Un sigilo con una espiral dorada se grabó en la hombrera del bibliotecario.

- Tú, que has mirado dentro de la tormenta sin perderte. Tú que has visto más allá del velo y aún no te has quebrado. Tú, serás Xoios, aquel cuyo pensamiento desafía a los dioses. Guardián del conocimiento.

Ahora era el turno de Stein. Un sigilo con la forma de un cuadrado y un triángulo en su interior se formó en la hombrera del tecnomarine.

- El pensamiento hecho carne y la carne hecha máquina. El que habla cuando el silencio corrompe, y calla cuando las palabras son armas. Tu lógica ha sido piedra donde otros solo tenían barro. Eres el pensamiento hecho acero. Serás Zalos, Guardián de la razón.

Ahora, la voz del Sigilita rozó el alma de Leinad. Un sigilo con dos triángulos invertidos se grabó en su hombrera. 

- Tú que has caminado la línea entre la fe y la razón, sin caer en la ceguera ni en la duda. Mano que cura y mano que castiga. En ti arde la llama que no consume, sino que guía. Serás Methios, Guardián de la llama redentora. Guía a los tuyos con la claridad que los ciegos confunden con locura.

Finalmente, Malcador le habló a Trebek, y un sigilo similar a una estrella de cinco puntas se grabó en su hombrera.

Y tú… Surthur. Guardián del sexto círculo. Llama devoradora. Eres el ejecutor de lo que otros no comprenden. El portador del fin necesario que camina con la muerte en una mano. El ejecutor que mira al vacío… para que los demás no tengan que hacerlo.

El silencio que siguió fue absoluto. Las llamas de los sigilos aún brillaban, marcando a cada uno de ellos como lo que ahora eran: Guardianes de una era que aún no había nacido, Centinelas del fin de la vieja humanidad y Heraldos ya no solo del Amanecer, sino de su su propio renacer.

Recordad… ahora sois Titanes, y no meros hijos de Titán. No un título, sino un destino. No deseéis conocer más de estos nombres, pues su origen es tan antiguo como ignoto a los hombres de estos tiempo, mas sabed que su poder os guiará en la última línea de defensa -El Regente hizo una pausa, pero pronto sus palabras se arremolinaron nuevamente en las mentes de los Caballeros grises-. Lo que fuisteis no se pierde; permanece en la sangre, en la cicatriz, en el juramento. Pero estos nombres, estos Sigilos, os señalan como algo más. Como pilares sobre los que se alzará, o caerá, la Humanidad. Sois leyenda forjada sobre cenizas, herederos de lo que vino antes y centinelas de lo que aún no ha nacido. Porque sois Titanes… y el Imperio os necesitará como tales… cuando todo lo demás haya caído. Ahora id -De forma instintiva, la vista de los Heraldos se posó en el túnel que usaron Keeler y los demás para entrar a la sala del Trono Dorado-, vuestro destino os espera...

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16/04/2025, 15:18
Director

Notas de juego

Como si hubierais sido "bendecidos" para la batalla final, e iluminados por Malcador, se os han dado dos "dones" a cada uno en base a los nombres de titanes que el Regente os ha otorgado, y otro talento que tenéis que escoger de la lista final en base a los PNjs que han llegado a reunirse con su origen.

- Recuperáis 1PD. Si hubierais sacrificado alguno (no es el caso) se hubiera recuperado.

- Sanáis al 100% de vida, como ya comenté al pasar la piscina de entrada.

 

Khronos - Favor de Malcador ganado: “Presencia Inquebrantable”

- Descripción: Khronos no necesita alzar la voz. Su mera presencia impone certeza, como si el tiempo se ralentizara a su alrededor para permitirle observar y ordenar. Allí donde otros dudan, él no, como una figura tallada en piedra. Esta aura de estabilidad proyecta seguridad entre los suyos... y, a la vez, una tensión que puede sofocar a quienes no compartan su disciplina.
- Efectos: Khronos obtiene +10 a Mando. Mientras Khronos sea visible para sus aliados, un número de aliados igual a la suma su Mod EMP y su NP pueden repetir una prueba de Voluntad fallida para resistir Miedo o Acobardamiento, una vez por encuentro. Se toma el segundo resultado aunque sea peor. Además, los efectos de Miedo del enemigo cuentan como si tuvieran un grado menos para calcular penalizadores o pruebas de VOL. La firmeza de Khronos impone un aura de autoridad que puede afectar negativamente las interacciones no marciales. Khronos sufre –10 a las Pruebas de Interacción Social (Negociar, Carisma o similares) con PNJs que no estén bajo su mando directo o que no compartan su escala jerárquica (ciudadanos, aliados no militares, civiles, nobles, etc.). Su autoridad se percibe como intimidante o distante.

“El reloj del tiempo”

- Activación: Media acción. Requiere una prueba de Voluntad con dificultad 10.
- Efecto (con éxito): Durante este turno, y hasta un máximo de turnos como su NP, Khronos puede realizar media acción o una reacción de parada/esquiva adicional (a escoger) y gana el rasgo regeneración (NP), como si el tiempo pasase de forma acelerada.
- Usos: 1 vez por combate.
- Fallo: No se activa.
- Se considera poder psíquico.

 

Zalos - Favor de Malcador ganado: “Tocado por Omnissiah” 

- Descripción: Zalos mantiene una comunión casi perfecta con los espíritus máquina. Sus augméticos emiten zumbidos y pulsos rítmicos que, para los no iniciados, resultan inquietantes o incomprensibles.
- Efectos: Si su arma se encasquilla puede repetir la tirada de ataque con un -10 a la prueba de HP, como si no hubiera sucedido. Mientras esté a 10m de un aliado, uno de sus aliados puede repetir la tirada de ataque si su arma se encasquilla, con el mismo penalizador. Si ocurre una segunda vez, se encasquilla para ambos. Solo puede hacerlo una vez por aliado por combateLas dificultad de las pruebas de Competencia Tecnológica cuando sea con vehículos o autómatas imperiales disminuye en 1 grado, hasta un máximo de +0. La extraña comunión mecánica de Zalos (Stein) produce un murmullo rítmico en sus implantes, que fluctúa con la proximidad de sistemas mecánicos o campos electromagnéticos. Mientras se halle en presencia de PNJs ajenos al Mechanicus, Zalos sufre –10 a Pruebas de Interacción Social. En entornos del Adeptus Mechanicus (o con especialistas en tecnología, Manos de Hierro y sucesores…), este zumbido puede ser interpretado de forma positiva.

“Armadura de bronce”

- Activación: Media acción. Requiere una prueba de Voluntad con dificultad 10.
- Efecto (con éxito): Durante este turno, y hasta un máximo de turnos como su NP, Zalos obtiene un blindaje adicional igual a su NP.
- Usos: 1 vez por combate.
- Fallo: No se activa.
- Se considera poder psíquico.

 

Xoios - Favor de Malcador ganado: “Visiones del Augurium”
- Descripción: Se dice que la mente de Xoios atisba fragmentos de otras eras, de tomos perdidos y consciencias antiguas. Su conocimiento se expande más allá de lo humanamente posible. Sin embargo, sus visiones cripticas pueden inquietar a quienes no confían en lo invisible.
- Efectos: Xoios puede realizar pruebas de cualquier habilidad de Saber, incluso prohibido, aunque no la tenga entrenada, como si la tuviera al 50% (De igual forma que una habilidad básica no entrenada). Este saber acumulado, puede causar que en sus momentos de vigilia o meditación, Xoios pueda contemplar pinceladas de lo que parecen visiones del futuro: Escenas distorsionadas y simbólicas. A veces sus ojos se encienden con una fosforescencia pálida y comienza a hablar en murmullos crípticos, alarmando a quienes no comprenden su don. Si Xoios expone públicamente sus visiones sin dar evidencias claras, sufre –10 a Pruebas de Interacción Social con PNJs incrédulos.

“Condena del Prognosticador”

- Activación: Acción Completa, enfrentada. Requiere una prueba de Voluntad. Este poder sólo puede ser usado contra una criatura con el Rasgo Demoníaco.
- Efecto (con éxito): Xoios desata un rayo psíquico de 20m de longitud y, por cada grado de éxito en la tirada enfrentada, el objetivo sufre 1d10 de daño ignorando resistencia (Pero pudiendo usar la VOL para resistir daño), con un máximo de dados igual al NP.
- Usos: 1 vez por combate.
- Fallo: No se activa.
- Se considera poder psíquico.

 

Methios - Favor de Malcador ganado: “Mirada Inquietante”
- Descripción: Methios, tras ver su fe reforzada por el fuego sagrado, ha quedado con una mirada pálida y severa.
- Efectos: Methios gana un bonus +10 a las tiradas de Intimidar cuando su rol sea invocar la justicia del Emperador, castigar impuros o purificar a herejes. El fuego de los dioses purgó sus iris, dejándolos pálidos y sin vida. En un primer contacto, esto evoca temor y extrañeza. Al tratar con PNJs que no sean aliados de confianza o estén bajo efectos de Miedo, Terror o Shock, obtiene un malus de –10 a Pruebas de Interacción Social (negociar, persuadir, etc.), pues su mirada les provoca inquietud.

“Luz del Emperador”

- Activación: Acción completa. Requiere una prueba de Voluntad.
- Efecto (con éxito): Por el más breve de los instantes Methios canaliza la luz del Emperador, cubriendo a todos los cercanos con Su luz. El poder puede afectar a un número de aliados igual a su Mod INT dentro de su línea de visión y alcance de este poder. Los afectados son sanados por la luz divina y recuperarán tantas Heridas como NP del bibliotecario. 
- Límite de usos: Un mismo aliado no puede recibirlo en 24 horas.
- Fallo: No se activa.
- Se considera poder psíquico.

 

Surthur - Favor de Malcador ganado: “El portador de Su mandato”
- Descripción: Surthur no ejecuta por ira, sino por designio. Su mano no tiembla, ni espera aplausos. Allí donde su juicio cae, las estructuras colapsan y los siervos del Caos arden. Él no comanda. Cumple lo que estaba escrito.
- Efectos: Surthur obtiene +10 a las pruebas de Demoliciones, y puede realizar una acción de Demoliciones como si tuviera herramientas adecuadas incluso si no las lleva (siempre que sea lógico). Cuando elimina a un enemigo que sea “cultista” o “demonio”, el siguiente ataque a distancia que realice en ese mismo combate ignora cobertura, de haberla. Sufre un malus de –10 a Mando para organizar, dirigir o motivar a otros.

“Llamas del Destino”

- Activación: Media acción. Requiere una prueba de Voluntad con dificultad 10.
- Efecto (con éxito): Durante tanto asaltos como su NP, cualquier arma a distancia disparada por Surthur obtiene la Cualidad “Lanzallamas” y añade al daño su NP. Si el objetivo sufre alguna herida, debe superar Agilidad o queda ardiendo (efecto de lanzallamas estándar). Contra una horda añade 1 impacto adicional al arma. Si el arma ya tiene la cualidad Lanzallamas, solo añade 1 impacto adicional contra hordas. 
- Limites de uso: 1 vez por combate
- Fallo: No se activa.
- Se considera poder psíquico

 

A escoger, máximo 1:

1. Kyril Sindermann: Sindermann fue el gran Rememorador, símbolo de la interpretación racional y la veracidad histórica en mitad del caos, además de uno de los fundadores de la Inquisición. 
Talento Avanzado: “Memorias del Primer Rememorador”
- El personaje gana +10 a las pruebas de Perspicacia y Escrutinio
- El personaje adquiere Saber prohibido (Inquisición). Si tiene la habilidad ya entrenada, gana +10 en ella. 

2. Euphrati Keeler: Keeler encarnó la fe inquebrantable en el Emperador, uniendo a los suyos a través de su devoción y mostrando que la Fe puede ser un arma poderosa. 
Talento Avanzado: “Bendición de la Santa”:
- El personaje gana +10 a las pruebas de Carisma y Negociar
- El personaje adquiere Saber escolástico (Credo Imperial). Si tiene la habilidad ya entrenada, gana +10 en ella. 

3. Actae: Actae representa la faceta del Sigilita que optaba por medidas drásticas en aras del bien mayor.  
Talento Avanzado: “El Filo del Deber”
- El personaje obtiene un +10 a Pruebas de Intimidar y Engañar
- El personaje adquiere Saber prohibido (Herejías). Si tiene la habilidad ya entrenada, gana +10 en ella. 

4. El Legionario Alfa - No disponible: El Legionario Alfa encarna la estrategia oculta, la manipulación y la omisión de la verdad a favor de la victoria.
Talento Avanzado: “Reflejo de la Legión”
- El personaje gana +10 a las pruebas de esconderse y moverse sigilisamente.
- Una vez por combate, el personaje puede despistar a un enemigo por un asalto completo. Se hace una prueba enfrentada de moverse sigilisamente vs la Percepción del objetivo. Si supera la prueba, el enemigo tiene un malus de 20 para cualquier tirada que tenga como objetivo el personaje en el siguiente turno. 

5. Arkhan Land: Arkhan Land fue un visionario arqueotecnólogo que halló soluciones en la tecnología prohibida o antigua.
Talento Avanzado: “Conocimiento de Marte”
- El personaje obtiene +10 a Competencia Tecnológica y Lógica
- El personaje adquiere Saber prohibido (Arqueotecnología). Si tiene la habilidad ya entrenada, gana +10 en ella. 

6. Andromeda-17: Andromeda-17 sirvió de puente entre la ciencia y la tecnología, siendo los Selenar parte fundamental de la creación de los Astartes. 
Talento Avanzado: “Legado de Selenar”
- El personaje recibe +10 a pruebas de Medicae y Competencia Química
- Una vez por capítulo, cuando trate las modificaciones genéticas (p.ej., implantes de Astartes, experimentos biólogicos, etc.), el personaje reduce en 1 paso la dificultad. Si tiene 20 de dificultad, serían 10. Si son 10, sería 0. Si es 0 o menos que 0, se mantiene en 0.

7. Hellick Mauer 
Hellick Mauer fue una tenaz, curiosa y excepcional investigadora y primera Boetarca del naciente Comando Prefectus, lo que posteriormente sería el Comisariado de la Guardia imperial.
Talento Avanzado: “La Autoridad del Regente”
- El personaje obtiene +10 a las pruebas de Interrogar e Indagar
- El personaje adquiere un grupo de habilidad de Tácticas a su elección. Ejemplo: Doctrina de asalto, Reconocimiento y sigilo…. Si tiene la habilidad ya entrenada, gana +10 en ella. 

Estos últimos "talentos" otorgan bonus a las habilidades, pero recordad que si la habilidad no está entrenada, si es básica se podrá usar con la mitad de su base, y si es avanzada, directamente no puede tirarse. Escoged con sabiduría :)

En la escena [Mejora de personajes] La Cámara de las Pruebas os dejaré a todos experiencia por el capítulo 8 y 9, y ahí mismo o en el Off podremos comentar cualquier duda sobre este último turno sino ha quedado claro. 

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19/04/2025, 18:03
Trebek N'Kari

Malcador trajo al salón del trono a los humanos que habían acompañado a los astartes hasta allí y como si de meros títeres que se trataran hasta colocarse frente a ellos y como si miraran sus almas cada uno de los humanos fue escogido por el astartes. Trebek escogió a Mauer, dado que él mismo se veía como un reflejo de las aptitudes de la Prefecta, el respeto por la cadena de mando, su fe inquebrantable en el Emperador y sin un ápice de duda a la hora de impartir la justicia del Emperador. 

Instantes después Malcador volvía ha crear un espectáculo de luces en la sala y empezó a otorgar nombres de seres de antaño a los caballeros grises, ahora convertidos en Titanes. El símbolo de una estrella de cinco puntas apareció en la hombrera izquierda del expiador, el cual había sido renombrado como:

SurthurGuardián del sexto círculo. Llama devoradora. Eres el ejecutor de lo que otros no comprenden. El portador del fin necesario que camina con la muerte en una mano. El ejecutor que mira al vacío… para que los demás no tengan que hacerlo.

.-Acepto con honor y comprensión este nombre que me otorgáis Malcador. Usaré estas llamas para calcinar las almas del enemigo y defender la Humanidad.-respondió Trebek llevandose una mano al pecho. Ahora era momento de enfrentarse a su destino.  

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19/04/2025, 21:45
Cole “Khronos” Angron

En silencio, asiento y aceptó el obsequio del regente. 

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20/04/2025, 08:03
Director

Notas de juego

FIN DE ESCENA