Partida Rol por web

— entonces tendremos un problema, te prometí que te ayudaría... y quiero saber porqué pasó lo que pasó y ayudarte a que no se repita, eres algo así como mi responsabilidad Simba, no me mantendré alejada de ti... me agradas, aunque aún me das algo de miedo... no te lo negaré — fue el susurro que le dijo al León, sin perder los ojos de Simba de vista. — no dejes que el miedo te limite, León. — agrega. 

Cuando me disponía a contestar a Ruby, me veo interrumpida por Nieves. 

 Nieves: - ya... chicas, nos dimos cuenta que la pasaron muy bien ayer y que les alegró que me perdiera en los pasillos y las dejara solas, ejem...

Alzo una ceja ante las palabras de la princesa, y sonrío con seguridad. Durante unos instantes, dejo que mis ojos se deleiten con su cuerpo y sus bellas facciones, me pregunto si es consciente de su gran atractivo, aunque... a juzgar por su vestido, y el poco partido que este le saca a su figura, determino que no.

- Oh, créeme, también lo habríamos pasar muy, muy, bien si te hubieses unido a nosotras... - Mientras miro a sus profundos ojos verdes, me relamo el labio inferior lenta y provocativamente. Le guiño un ojo, y, de nuevo, me giro hacia Ruby, y continúo con nuestra conversación.

Ruby: - Además prefiero que la próxima vez sea más natural, me asusta mucho que uses "eso" para liberar mi bestia interna. Me da miedo perder el control y hacerte daño.

Reflexiono ante lo dicho por Ruby, es cierto que ella misma preguntó acerca de mi poder, pero pude habérselo explicado, sin necesidad de mostrárselo, aunque no parece realmente molesta. Con más cautela de la habitual, me acerco a su oído, y susurro.

- Me alegra saber que estarías dispuesta a repetir, para mí sería... todo un placer. Sin embargo, realmente necesito hablar contigo, quizá no actué del todo bien. - Por un momento, un brillo de inseguridad aparece en mis ojos, y me siento realmente desnuda. - Pero lo hablaremos cuando tengamos algo más de privacidad. - Y no solo con ella, también debería ser honesta con el rubio. Suspiro y sonrío de medio lado antes de volver a mi postura habitual. 

Cuando vuelvo a mirar hacia el resto del grupo, me fijo en que el gesto de Ludovic ha cambiado, parece algo molesto. ¿Qué le habrá hecho sentir así? ¿No estará celoso, verdad? No es la primera vez que me encuentro en esta situación, pero, por algún motivo, en lugar de reírme o sentirme complacida, en estos momentos me siento terriblemente incómoda. Sí, tenemos que hablar, antes de que ocurra nada entre nosotros, tengo que dejarle las cosas claras.

Por último, antes de ponerme con la tarea que el profesor nos había asignado, miro hacia Simba, que parece... contrariado, ¿quizá? Él definitivamente no puede estar celoso, pero entonces, ¿a qué viene ese ceño fruncido? Le dirijo una mirada interrogativa, esperando que, aunque no pueda hablar, me de una pista acerca de por qué parece confuso.

Cuando retiro mis ojos de los del león, y me dispongo a agarrar el folio en blanco, de nuevo, me veo interrumpida por Nieves, que me sugiere llevarle un pastel a Herc... mi corazón pega un vuelco, y sensaciones contradictorias se agolpan en mi pecho. Venga Meg, es tu amigo, y os salvó. Hazte a la idea, no vas a poder evitarlo todo el tiempo, y él no lo merece. No vas a enamorarte, porque sabes lo que eso significa, pero no es necesario tratarlo mal. Tienes que hacer bien las cosas, sobre todo ahora que Hades no tiene ningún tipo de control sobre ti.

Cuando retomo el control de mis pensamientos y emociones, miro a Nieves, y sonrío, orgullosa. 

- Sí, lo conozco, somos amigos. En Grecia es considerado un gran, gran, héroe.

La verdad me había desconectado por completo con el grupo mientras escribía en el pergamino, ejerciendo un poco más de presión en el mismo al utilizar la pluma, tal vez y hasta lograría atravesar la hoja con la misma si seguía así. Cuando ya Nieves se dirigió hacia mí, levanté la vista tratando de suavizar un poco mi expresión facial, para después asentir con la cabeza. -Si, no pasa nada.- 

Respondí con tranquilidad antes de volver a bajar el rostro para continuar escribiendo en este, volviendo a esa expresión de molestia mientras todos seguían hablando entre sí, apenas y queriendo escuchar como Megara seguía coqueteando con Ruby, o quien quiera que sea. Cuando finalmente terminé de escribir en el folio dejé la pluma en la mesa, mirando hacia el profesor por unos segundos antes de dirigirme al grupo. -¿Y una vez que terminemos tenemos que entregárselo? ¿Leerlo en voz alta al grupo? Porque no me gusta perder el tiempo sin hacer nada.- Pregunté en general mientras esperaba una respuesta.

Mentalme agradezco a Blancanieves por detener el tema aunque una parte de mi se siente regañada y a ratos culpable. Veo que murmura cosas a Simba e intento concentrarme para escuchar.

- No es lo que piensas o bueno no se...

Mi nivea amiga parece haber perdonado muy fácil al León y eso me pone irremediablemente celosa, la atención que le presta y como coquetean junto al hecho de que Simba me mira feo me obligan a fruncir el seño molesta. "Blancanieves no puede estar pendiente de ti solo porque sean amigas" dice mi consciencia pero ser hija única te hace egoísta.
Escribí una notita y se la pasé a Nieves, justi cuando Meg coqueteaba con ella, trato de no reírme de la situación ya que con lo poco que la conozco imagino que se pondrá muy nerviosa.

Saco un pastel de la canasta y se lo entrego a Meg para que se lo lleve a su amigo. Aprovecho para tomar su mano y mirarla con calma.

- Podemos hablar todo lo que quieras. Pero por favor no te sientas mal, jamás podría enojarme con una amiga como tu. Deja de sentirte culpable por ser quien eres, si asi estás perfecta- sonrío dulcemente y suelto su mano para dejar el pastel en ella- Ahora llevale esto a tu amigo pero no le digas donde lo conseguiste.

Miré al rubio que parecía hermano menor de simba cuyo cáracter y expresión molesta avalaban cada vez mas mi teoría ( @Ludovic)

- Podemos leerlas en voz alta al menos entre nosotros. Empiezo yo

"Soy Ruby Red, Aprendiz de cazadora. Vivía en el bosque en una cabaña cerca de mi madre y abuela. Mi abuela me enseñó todo lo que sé y es mi ejemplo a seguir en la vida, por ella es que sigo un código estricto de vida, llamado el código del cazador.
Me gusta mucho preparar pasteles pero más me gusta comerlos sobre todo si están rellenos de mermelada de moras. Si hacemos una fiesta prometo hacer muchos pasteles para todos.

- ¿Qué les parece?

La nota dice:

"No te enfades conmigo luego te contaré todo <3. Por cierto ten cuidado con el señor león [león mal dibujado]"

Los labios del león acariciaron la piel de la princesa en un beso inocente y tierno, un beso que nacía de la buena intención de ambos al unirse otra vez, tal vez para forjar una amistad que perdurase en el tiempo. Simba era un animal noble y leal, Mufasa le había enseñado el valor de pertenecer a una manada, luchar por el bienestar de todos sus hermanos y respetar ese vínculo de sangre con ellos hasta el final. Ahora no imaginaba que un sentimiento bueno y puro como el que sentía hacia Nieves fuese a traerle problemas, siendo él un león, un animal de otra especie distinta a ella ninguna puerta se abría a que pudiera tratarla como a una leona y verla de ese modo, además del peso de las obligaciones que Simba cargaba sobre su espalda. Pese a todo, esa barrera que se planteaba insalvable diferenciándoles físicamente, no impedía que el olor de Nieves le atrapase por esos breves segundos cuando la tuvo tan cerca, así fue en un principio cuando la percibió entre otras mujeres también conectadas a la naturaleza. Le sostuvo la mirada sonriéndole afectuosamente, sin hacer ningún esfuerzo porque aquella sensación que le tenía prendido a la piel y aroma de Nieves desapareciese y no le afectase lo más mínimo, simplemente disfrutó de ello impregnado por el encanto de los ojos que le devolvían la mirada de frente, como miraban los felinos y como a él le gustaba mirar y que le mirasen. Dejándose ver. Dejando que el otro le vea, sea lo que sea lo que sienta o pase por su cabeza.  

Fue difícil romper ese magnetismo con la princesa cuando decidió acariciarle el antebrazo y luego el dorso de la mano. La calidez fluyó libre por su piel dándole la sensación que traspasaba mucho más abajo de la capa de abrigo humana, hacia la sangre, un calor concentrado donde ella tocaba. No pensó que debía hacer, para él no había nada que cuidar ni de que preocuparse, las voces ajenas no le importaban. Era un león, no un hombre. ¿Qué sabia de protocolo? Absolutamente nada. Acarició de vuelta su mano mientras Nieves hacia distintas observaciones a los presentes, incluido a él.

Fue la mirada interrogativa de Megara la que lo entretuvo de responder al susurro de la princesa con una nota y escribir después su presentación. Dudaba que la caligrafía pudiese mejorarla, su torpeza para equilibrarla y ser constante, lo incómodo que se le hacía sostener la pluma en su mano era el motivo que le influía a escribir con esa letra irregular y poco legible. El gesto de confusión de la joven de blanco debía estar relacionado directamente con el asunto del apareamiento. Su invitación extendida a la princesa a participar en el juego de flirteo femenino provocó por instinto que el león soltase su mano y se apartase de ella ligeramente, dejándole claro a cualquiera que él no era el alfa de Nieves. Después cogió otro papel del centro dispuesto a solucionar cualquier malentendido con Megara*.

Finalmente, sin esperarlo la presentación de Ruby resultó una revelación importante, explicaba su psicología, la temeridad que había demostrado en los baños. ¿Un código de cazadora? ¿Sería bueno y respetuoso con los animales? Al terminar de hablar Simba se tocó la cinta de su muñeca tironeándola con malestar.

Cita:

- ¡Eeeeeehhhh...! ¡Noooooooo....! - exclamo notablemente sorprendido extendiendo una mano a cámara lenta cuando alguien me roba el último bocado de mi salchicha. Oigo una música trágica. Se la come... La mejor parte, la que me dejo para el final, con mucho queso por encima y esa perla de salsa en la punta que supone una delicia sin... - ¡Ah! sois vos, la chica de voz maravillosa que duerme a las bestias...  - mi rostro cambia de la desesperación más absoluta a una sonrisa afable.

- Estuvo muy bien aquello. Ese ritmo... la tonadilla... tienes talento damisela. ¿Cómo os llamabais?

Me giro para ver al rubiales (@Hércules) sentarse en nuestra mesa con el guaperas de acento franchute, el noviete de Bella (@Gastón)

- Jo, lo siento muchísimo. Me he comido todo lo que llevaba. Aunque ha sido un desayuno muy escueto, apenas me he comido cinco piezas de bollería, dos tostadas, un café con leche y una pieza de fruta. Espero que nos dejen almorzar a media mañana, porque en breve volveré a tener hambre.

Extiendo el trozo de papel y vuelvo a mirar al profesor. Bajo la voz y recomiendo a todos mis compañeros - Será mejor que os pongáis a hacer lo que ha pedido el profesor. Una presentación. Vamos, es sencillo.

Miro de reojo a Jasmin y me pongo un poco serio. Pronto tendré que hablar con ella sobre Aladdin.

Aquella mañana me desperte poco.antes que el.sol, la verdad, aún no terminaba de asimilar todo esto, pero comprendía que era más un tema de falta de información que otra cosa.

Es por ello que tras vestirme, con el mismo estilo de siempre, pues no me sentía cómodo usando prendas de vestir cuyo estilo no me resultaba familiar, decidí revisar mi horario de clase en el salón común.

¿Multiverso? ¡Vaya palabra más rara! Debe ser cosa de magos, bueno, tal vez allí encuentre las piezas de información que me falta o al menos eso espero. - pienso mientras reviso mi alforja y veo que tenga todo lo necesario.

¿Pluma y tinta? Bueno ya veré como escribir, recursos nunca me han faltado.

Sin perder tiempo, me pongo camino al comedor, tomo una hogaza de pan y algo de beber y me encanino al aula en silencio.

Una vez en el salón, veo que Ruby, Nieves, Meg y Bella ya listas para la clase, no muy lejos estaban Al, Hércules, el genio y Gastón.

Las palabras que el genio le dedicó al profesor me hicieron darme cuenta que estaba en el lugar correcto, saludo al profesor con una leve venia.

Antes de tomar asiento, me acerco hasta Ruby y Nieves quienes se disponían a ubicarse en sus lugares, luego me dirijo a Bella, para finalmente tropezar accidentalmente con Jasmin

@Ruby y @Nieves - ¿Cómo se encuentran? ¿Descansaron bien? ¿Gustan dar un paseo después de clase? - pregunto con un tono de voz mucho más sereno y calmado que el de los últimos días, incluso podría decirse que se me veía hasta relajado.

@Bella - Buenos días señorita le agradezco mucho su tiempo ayer, tal vez podríamos conversar hoy durante el almuerzo sobre la historia que usted conoce y la que yo he vivido y con gusto absolveré todas sus dudas sobre mi persona. - dicho esto, hago una reverencia y me diriko a la última fila tropezando con Jasmin en el trayecto.

@Jasmin - Mil petsones señorita, le ruego perdone mi desliz, permítame compensarla por mi torpeza, se lo ruego, tal vez podría ayudarla con los deberes hoy por la tarde, si usted gusta claro está. - sentencio haciendo una ligera venia.

Tras presentarle mis disculpas a Jasmib continúo mi camino y le dedico una sonrisa amable a la señorita Megara, para luego saludar con la mano a mis compañeros de fraternidad, para luego caminar hasta la última fila y tomar asiento a un extremo de la mesa e inicio mis deberes, no sin antes darle un ligero golpe en el hombro a Hércules, de manera amical.

@Hércules - ¿Qué tal Herc? ¿Dormiste bien? Espero no haber turbado tus sueños con mis ronquidos. - comento en tono amable.

Jasmin sonríe a las palabras de Megara, no sabía quienes eran las moiras esas ni Electriona, pero parecían ser gente importante en su cultura, ¿quizás algunas diosas? Jas no tenía ni idea, pero parecía ser un alago por lo que asintió.

-De nada Megara, por cierto, me gustaría poder hablar contigo después si no te importa, ya que ayer no tuvimos ocasión.

La princesa mira unos segundos fijamente a la griega mientras esta se aleja, y un pequeño rubor cubre sus mejillas al recordar lo visto el día anterior. Entonces, alguien choca contra ella, Robin recordaba que se llamaba, él se disculpó, ofreciéndose a ayudarla con los deberes esa tarde.

-Muchísimas gracias por tu ofrecimiento Robin, lo tendré en cuenta. – le dijo con voz amable, es al hablarle cuando se fija más en él y descubre que es bastante atractivo y se siente tentada a aceptar el ofrecimiento a pesar de que ni siquiera tienen aun deberes, ¿sería todo aquello que estaba descubriendo? Jasmin se siente algo incómoda, por lo que, intentando que él no se de cuenta, vuelve a centrarse en su mesa ya que Djinn se había sentado junto a ella y le hablaba.

Cita:

-Buenos días Genio. – Jasmin le saluda amablemente, - Parece que seremos compañeros de mesa.

La princesa observa como come los perritos calientes con felicidad y de nuevo la imagen de Aladdin vuelve a su mente, “No, no, no, Jas, es un mentiroso, un mentiroso…. Pero Djinn no tiene la culpa”, la joven tuerce un poco su cabeza y le sonríe. Es cuando Ariel se une a ellos y coge uno de los perritos de Djinn y se lo come sin previo aviso a lo que Jasmin no puede reprimir una carcajada.

-¡Pero qué rápida!

Un nuevo integrante se une a la mesa, Gastón, aquel chico que la llamó “mujer” de esa forma tan… ni siquiera ella sabía cómo describirlo. Sin embargo, en aquella ocasión el muchacho solo saludó y se sentó a su lado tomando el papel y comenzando a escribir.

-Buenos días, quizás no hemos empezado con muy buen pie, veamos qué tal ahora: Mi nombre es Jasmin, - le dice y le tiende una mano con una enorme sonrisa.

Segundos después la mesa ya estaba llena con la incorporación de otro chico más.

-Parece que eso de quedarse dormido es cosa de griegos, - bromea – A Megara le pasó lo mismo que a ti.

Djinn les sugiere que comiencen a redactar su presentación y Jasmin se lleva el lápiz a los labios, ¿Cómo podría ella presentarse? Además ya todos, o casi todos se conocían, no veía sentido a aquello y sin embargo la había hecho sentir algo nerviosa.

-Vaya… ni siquiera se cómo empezar.

Despegó la mirada del folio para fijarla en el genio, el que parecía haberse comido el desayuno de tres cursos enteros. Sus ojos le recorrieron de arriba a abajo preguntándose dónde metía todo lo que comía. Aunque él no se quedaba atrás cuando el cuerpo se lo pedía pero esa mañana le fue imposible al haberse levantado a lo justo, y lo notaba. Tenía un hambre voraz, se comería a un jabalí entero.

Hércules también se despertó tarde pero al menos fue él quien llegó de los últimos en clase. Iba a seguir con lo que estaba escribiendo pero la voz de Jasmin le distrajo. Parpadeó una sola vez y miró hacia su derecha, por si le hablaba a alguna otra persona que estuviera a su espalda, pero no, le hablaba a él. El muy troglodita nunca entendió el enfado de la mujer cuando se conocieron pero no lo dejó pasar, a veces era.mejor no remover la mierda y mucho menos cuando su razonamiento no era demasiada alta. Era mejor ser amable desinteresadamente o al menos intentarlo.

- Y yo Gastón - correspondió al saludo y estrechó su mano con firmeza y seguridad. - Un placer - Es lo que se solía decir ¿No? Nunca se imaginó que el trato con otros le resultase tan complicado. Demasiado acostumbrado a los elogios gratuitos de todos los aldeanos de su aldea y a los suspiros de sus damiselas. Aquí conseguir el respeto de la gente y su favor tendría que ganárselo, pero lo tendría difícil siendo él mismo. ¿Cómo mantener su esencia y a la vez caer bien?

- Es fácil - Coincidió con el genio. - Solo hay que describirse un poco - y continuó escribiendo.

"Me yamo Gastón, y soy el mejor cazador de mi aldea, y provablemente del mundo. Me gusta comer, beber, flirtear, los espejos,y cazar, y no me hacía falta nada mas aparte de una esposa asta aora... "gracias"". - Se llevó la mano libre bajo la barbilla pensando si debía añadir además sus motivaciones a su presentación. Por él, si era escribir sobre sí mismo, escribiría hasta quedarse sin tinta.

El león era tierno y dulce, no dejó de tocar a la princesa incluso cuando ella le decía a todos que debían trabajar, parecía encantado de que ella quisiera aún su cercanía a pesar de lo que había pasado y que lo sensato era lo que Ruby había planteado, tener cuidado con el León, pero Nieves quizás no era muy lista o quizás era más bondadosa que lista, por eso le causó gracia la nota de su amiga a la que le dedicó una risita nerviosa y un movimiento de cabeza, estaba bien y se haría responsable de sus decisiones, para bien o para mal, además confiaba en que el león era bondadoso y lo que había pasado había sido una serie de desaciertos pero que no se volverían a repetir. Más le valía al León que no se volvieran a repetir.

La cara de pocos amigos del otro joven y el coqueteo constante de las chicas y el hecho que su conversación dejaba entrever lo que había pasado, aunque “eso” podría ser desde un beso hasta cualquier cosa, era muy amplio el abanico de posibilidades y las chicas jugaban con la imaginación de los presentes, aunque quizás uno parecía más bien molesto y de seguro no estaba disfrutando de la entretención a juzgar de su llegada y cómo le hablo a Megara y cómo de pronto quedó en un pesado silencio. Simba también reaccionó de hecho a todo ese coqueteo, apartando su mano de la mano de ella, e incluso tomado distancia, Nieves lo miró de rojo, extrañada de su acción.

  — ay.. ay no, gracias Meg, pero eso sería mucho banquete para mí — se excusó a la invitación de la griega, levantando sus manos y mostrando sus palmas, un poco nerviosa, y quizás sonrojada por lo osada de la propuesta, ¿hacerlo en un trío? Ni siquiera se había planteado que pudiera sentir atracción por una chica y terminar con ellas en las duchas se le volvió simplemente abrumador — ejem... no he dado ni un beso... así que sería más un manojo de nervios que alguien entretenido — se rio, algo más fuerte por los nervios — además... quiero que eso... sea... especial —  fue bajando la voz, mirando su folio, había hablado de más, y se sintió muy torpe, demasiado. Definitivamente parecía una niñita al lado de las chicas a pesar de su edad, pero vivir sola en el bosque no te otorga muchas posibilidades  de conocer a otros.

Simba escribe una nota, Meg tiene ya el pastelillo para su amigo el héroe, Hércules, Nieves lo observo de reojo, era fuerte y realmente valiente, había lanzado a Simba lejos y además era muy guapo, cómo el mismo Simba o Grey o cualquiera de los chicos que habían en esa sala. Nieves suspiró y sintió algo de desazón, pues a pesar de ser tan atractivos ¿podía pensar en esos menesteres? Las chicas le habían  desordenados los pensamientos, aunque estos ya venían algo confundido desde el día de ayer, pero aún así ¿podía sentir gozo con la misión que tenía de salvar a su reino y derrocar a su madrastra? Sentía que eso era indebido, aunque también posiblemente le estaba dando demasiadas vueltas y era mejor ocuparse que preocuparse, así que comenzó a escribir.

“Soy BlancaNieves, princesa del reino de Reino de Lohr am Main, mis padres murieron hace años y el reino está en manos de mi madrastra, la reina Grimhilde. Vivo dese hace 3 años en lo profundo del bosque y trabajo para 7 enanos que son mineros, les llevo la limpieza de la casa y cuido de ellos cuando están descansando de sus labores”.

no quiso contar nada más, no quiso hablar de los detalles de su vida, de hecho que ha sido sirvienta los últimos 10 años, que ha estado sola gran parte de su vida y que su madrastra la quiere muerta y que ha atentado dos veces contra su vida, ¿para qué contar esa historia?, pensó hasta que Simba le entregó la nota en la que estaba trabajando y ella la leyó, sonriendo y acercándose a la mejilla del León para darle un beso, más cercano a sus sienes la verdad, luego volviendo su rostro hacia Ruby, con una expresión de pidiendo disculpas, aunque sin perder la travesura en ese gesto.

Luego de eso, leyó la presentación a sus compañeros que de seguro les dejarían más dudas que certezas sobre quién era BlancaNieves.  

No podía explicarle a Nieves que apartó la mano para que no pensasen que él tenía derecho sobre ella o la estaba reclamando para aparearse. Seguro que los humanos de la mesa no conocían como actuaban los leones en manada, que papel tenía el alfa, o mejor dicho el Rey. Nieves, pese a ser hermosa en su conjunto, su piel, su olor, sus ojos, su bondad, no era una leona con la que él pudiera tener un cachorro.

Realmente si la mujer de blanco, la seductora quería algo con ella, no hallaría un impedimento en Simba para conseguirlo, de ahí que el león soltara la mano de la princesa. No obstante, el gesto causó más confusión en ella, reparó en la inutilidad de su movimiento y la intención de señalizar el camino libre que él dejaba cuando la princesa le miró extrañada. Simba se encontró en una situación donde no sabía si debía volver a tomar la mano cálida de Nieves o no. Por él, así habría sido, al león no le molestaba el contacto físico. Sería dado a tenerlo con cualquiera con quien se sintiese bien al lado. De momento Nieves era la única persona que se atrevía a tenerlo así de cerca, Megara lo acarició pero no devolvió esas caricias, el león pudo entender que lo quería seducir y nuevamente una humana no se convierte en leona, Ruby, le desafió presionando su mano sobre su escote donde le había abierto la herida.

Finalmente, fue la propia princesa quien reaccionó rechazando la invitación, habló de un banquete en referencia a las hembras, el león la miró de lado confundido, enarcando las dos cejas. ¿Qué es lo que harían, comerían mientras se apareaban? La princesa detuvo el atrevimiento de Megara con determinación y una claridad que no titubeaba, pero el felino vio el color rojizo que apareció alrededor de sus mejillas resaltándose en su piel blanca. Tras la incomodidad que ya entendía lo que ese gesto significaba, Nieves reveló que nunca había besado a un hombre.

Simba hizo un esfuerzo por recordar que tenía de especial un beso. Como se besaban los humanos, la memoria funcionó, trajo a su recuerdo la imagen de una dama y un caballero, un recuerdo residual de su expedición en la biblioteca el año pasado. La forma de hablar de Nieves, tan ensoñada y aferrada a un ideal que ella deseaba, le hizo levantar la cabeza y buscar entre sus compañeros.

Un caballero es un hombre que monta a caballo. Un caballero sería digno de besar a Nieves y aparearse con ella.* El león detuvo sus ojos sobre Hércules, su compañero de fraternidad, un gran héroe en palabras de Megara. Recordó como lo frenó agarrándolo de la cola dándole vueltas y lanzándolo contra una mesa. Podría proteger a Nieves de cualquier peligro, como lo hacía un alfa con las leonas.
Sonrió a la princesa cuando recibió de ella el beso familiar en la sien, para él simbolizaba un acercamiento como el que de cachorro recibía en la manada, pero en vez de un beso humano, un lametón de su madre, padre, leonas, hermanos, Nala. Notó un cosquilleo agradable en la piel. Tomó su mano unos segundos jugando con sus dedos y después la escuchó. Quedó claro por ambas presentaciones que la cazadora y la princesa no eran hermanas. Simba frunció el ceño intensamente cuando ella explicó que su madrastra poseía la corona. ¿No debería ser la princesa la que ocupase el trono? ¿Quiénes eran los enanos y por qué una princesa limpiaba para ellos? Tenía que recuperar su voz, había mucho de que hablar con Nieves, su pasado, presente, y futuro. ¿Aceptaría el consejo del león para plantearse a Hércules como pretendiente?

Estaba teniendo un profundo sueño perseguido por los recuerdos de mi pasado y las dudas del presente aunque desgraciadamente eso no pudo durar porque el infernal sonido que la pequeño aparato en mis aposentos producía cada día dándole nuevamente un golpe para silenciarlo pero aun asi tenia que agradecer que me despertaba de mi sueño para ser puntual a las llamadas del lugar.

Aunque mi estadía en este lugar a sido breve había logrado comprender un par de cosas de este sitio como donde quedaban algunos lugares con sus respectivos nombre,donde podría alimentarme siempre que quisiera aunque el hecho de no tener que cazar me provocaba un sentimiento de debilidad peor no podía negar que los alimentos eran un manjar que jamás podría compararse con la carne de mis presas.

Aún más importante había encontrado un lugar donde el agua parecía abundar infinitamente y donde podría asearme aun sin usar jabón podía verse a simple vista que la suciedad desaparecía de mi siempre que me limpiaba cual felino y aún más importante a mi descubrimiento fue encontrar las pieles en mi habitación que quedaban perfectamente en mi cuerpo.

Entrar en aquella habitación lleno de personas esperando por las enseñanzas sobre la clase del multiverso fuera lo que fuera impartida por el auto proclamado Mysterio ,pero no dejaba de ser un enigma para mi,solo pude recurrir a mis modales antes de dirigirse a los presentes -Un gran dia para todos los presentes,espero que hoy no hay ningún tipo de contratiempo- mencione con cierta ironía mirando a @Simba fijamente antes de continuar rumbo a uno de esos asientos que se encontraban vacíos no sin antes dedicarle una sonrisa a @Bella acompañada de unas palabras -Maravillosos dias Bella.

Una vez en mi asiento alejado de Úrsula y sus gestos amistosos pero aún cerca de los otros dos individuos mirando la hoja y la pluma sin saber que hacer empecé a rascar mi mentón dudoso -Curiosa capacidad que desgraciadamente no poseo y desconozco su función- al parecer debía solicitar ayuda de alguno de los presentes aunque no sabía bien cómo debía pedirla -Parece ser que necesitare la asistencia de alguno.

Bella:
"Nunca cambié de opinión, simplemente no me dejaste hablar"

 El Lobo alzó una ceja pero no le siguió con la mirada  — A veces los ojos dicen más que las palabras... —  dijo en un susurro, más para sí mismo que como una contestación.

Mérida dijo:
"¿Que cuento es el tuyo entonces?  ¿Qué clase de maldades haces? Es por estar precavida"

El Lobo se giró lentamente hacia la atrevida pelirroja y la observó en silencio unos instantes. 

— Siempre deberías estar precavida... jovencita — Aunque Grey parecía un joven, tenía una mirada de alguien mucho mayor, alguien que había vivido suficientes cosas y que había perdido todo cuanto uno puede perder: todo. — Respecto a las maldades, estoy seguro de que la erudita de Bella os lo podrá ilustrar con más detalles que yo. Después de todo la maldad es solo un punto de vista ¿no?

Grey se mantuvo de brazos cruzados mientras observaba como sus compañeros escribían. Él observaba al resto de la clase y mantenía su folio dada la vuelta, donde había escrito apenas unas palabras.

Casi echa una carcajada cuando vio entrar a aquel payaso de @Robin Hood, el cual se cercioró bien de saludar a todas las damas que le interesaban.

De pronto vio como Bella le dejaba una pequeña nota doblada. Miró a la joven con suspicacia, pues no se fiaba en absoluto de ella, pero la princesa erudita siguió con sus cosas sin prestarle mas atención. Grey deslizó os dedos para coger aquel trozo de papel, y luego lo abrió un segundo para leer su contenido antes de guardárselo en el bolsillo de la chaqueta.

Aquella chica, era muy extraña y complicada. A Grey le costaba entenderla, y eso le producía frustración.

Cojo el papel y la pluma vuela hasta mi mano. Estudio el papel en blanco mientras froto la pelusilla de mi mentón. Me remango y comienzo a escribir con delicadeza y buena letra...

Termino mi escritura y sonrío satisfecho cogiendo perspectiva.

- Vamos, princesa - animo a Jasmin - Tenéis un linaje impresionante para recitar y tantas virtudes como persona que podría escribirse un libro.

Miro a Ariel y a Hercules. - Vamos, vamos. El profesor nos ha pedido una tarea simple. Como grandes héroes de leyenda, ambos tenéis muchísimas cosas que contar de vuestro linaje y herencia. Ooooh... se escribirán tantas cosas sobre vuestras historias, incluso un día harán películas... ni lo podéis imaginar.

Me quedo mirando al muchacho francés y me doy cuenta que no conozco mucho sobre un héroe llamado Gastón. - Bu...bueno... y de ti se escribirá fijo también. Me suena una canción muy pegadiza sobre una docena de huevos y tanto pelo como un oso polar...

Vamos... escribid. No hace falta extenderse mucho, algo breve como el mío - les digo mientras enseño mi pergamino:

أنا الجن.
الجني العظيم والرائع لمصباح العجائب.

بدأت على متن طائرة أخرى قبل أن يتعلم الرجل الكتابة.
كونها زرقاء الخالد السجين الأبدي.

انا صديق جيد
الجوزاء
أنا أحب الحلوى والطلاء مع الطباشير الملون.

 

 

Cita:

Encantada por conocer a gente nueva y simpática, no como el gato con maas pulgas, respondo con una sonrisa a Gastón mientras me termino de tragar el suculento bocado del genio. Le sigue faltando sal. 

Extiendo una mano para estrechársela a Jasmin, ya que hasta el momento no conocía su nombre, es verdaderamente hermosa, y esa piel tan oscura, debe haber estado muchas horas bajo el sol, tendrá tantas cosas que contarme... 

Yo soy Ariel, hija de.. entonces recuerdo las palabras de Ella, hija de..., mujer de... Soy Ariel, me reafirmo, y hasta hace dos días era una sirena que vivía bajo el mar.  ¿Hay sirenas que viven en la tierra? yo por si acaso hago la aclaración, que leones hay terrestres y marinos...

Después miro al fortachón que tiene la criatura mágica, la verdad tengo más curiosidad por conocer la criatura que a él, ¿será comestible? Buenos días señor  Héroe Salvador. ¿han dicho Herc? ¿qué nombre es ese? señor Salvador por el momento está bien. 

Miro el pargamino del genio, lo cojo y le doy la vuelta, ohhh que vergüenza, yo no escribo así, van a pensar que soy un pez idiota. Luego miro al de Gastón de reojillo y no se que es peor. Respiro hondo, que sea lo que tiene que ser. cojo el tintero y la pluma esa. 

Y... ¿y qué? era una sirena y hacía cosas de sirena, los cantos de sirena y ya está. Me muerdo el labio inferior e intento continuar. Bueno pues voy a tirar por ahí, Sigo escribiendo, ... diría que tengo voz de mezzosoprano, y que ... bueno puedo deciros todas las clases de peces que hay bajo el mar. He visto cosas que nunca creeríais pero claro, ellos también han visto muchas cosas que yo no he visto! ¡Tengo tanto por aprender!