Partida Rol por web

Universidad Far Far Away

Clase: El Multiverso I

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10/08/2019, 23:05
Djinn

Camino por los pasillos con arrastrando los pies mientras los jovenzuelos de todas las clases y cuentos se cruzan por delante de mi con energías desbordantes y gritos de emoción.

- ¡Eh, tú! niñato de tatuajes, deja de meterle la lengua hasta la campanilla a esa princesa! - le digo muy enfadado conteniendo el dolor de cabeza por la falta de sueño -  ¡y recoge ese maldito anzuelo! Ya es la segunda vez que casi me tropiezo con él.

Entro en el comedor murmurando desagradables palabras contra la juventud y sus prisas - Soy demasiado mayor para volver a la universidad... - murmuro masticando un croissant y un donut. - quién me mandaría a mi seguir por el dichoso remolino.. grunch... si no fuese por que la comida de Remy es impresionante.

- Eh, señorita... usted, la rubia. Acaba de congelarme el maldito café. - niego con la cabeza - les da igual, si es que les da igual.- soplo a mi taza y vuelve a estar caliente y humeante.

- Oh, ¡perritos calientes! - digo cogiendo algunas reservas para ir a clase.

Llego a la clase mientras mastico mis perritos

Miro al profesor y sonrío - ¡OH! ¡Mysterio! qué gran honor. Le ha tocado una clase compleja y a la vez fascinante. Estoy ansioso por ver cómo lo explica. ¿Le importa si mastico un tentenpie?

Saludo a la gente a medida que busco un asiento - Hola - me giro hacia las princesas - Buenas - Vaya, el señor Simba, pensaba que lo expulsarían. Ella debe sentirse muy benevolente - Buenos días - digo a la otra mesa inclinando la cabeza.

Veo que Aladdin se ha sentado en una mesa donde ya no queda hueco. - Vaya...  - pensaba que me guardaría un asiento. Soy su mejor amigo... bueno, el segundo mejor amigo después del mono, bueno, y quizás un poco después de la alfombra. Se me ha ido todo el apetito.

Suspiro y me acerco al asiento más cercano, guardando los restos de perritos para más tarde.

Al sentarme veo a Jasmin, la preciosa princesa de Agrabah, y la felicidad regresa de nuevo a mis labios dibujando una sonrisa fresca - Buenos días, mi princesa. ¡Qué agradable sorpresa encontraros!

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10/08/2019, 23:42
Z Simba

Entrecerró los ojos asintiendo a la pregunta de Ruby. No había saludado no porque no les desease los buenos días a las humanas, todo lo contrario, después de lo ocurrido lo que empujaba a Simba a alejarse era el deseo expreso de protegerlas y no causarles más daño. Con un animal nunca se está a salvo, con un animal nunca sabes como van a resultar las cosas si la rabia infecta su razón, las respuestas nacen por instinto. Si hubiese sabido que iba a transformarse en león involuntariamente, arrasando con todo lo que tenía delante, su estupidez, terquedad y orgullo no se habría traducido en un arrebato tan absurdo y a la vez peligroso. Esa versión de bestia no era él, pero el león tenía su propia manera de analizar la situación y alzar una barrera entorno a él y los demás para evitar que algo parecido se repitiese. Por descontado la seguridad que garantizaba Ella a sus alumnos era otro gran dique de contención.

Observó a caperucita cuando deslizó sus ojos hacia la cinta roja. Sigue donde la dejaste. Pero no soy sincero del todo, me revolví por la atadura y me la quité de noche sin darme cuenta. Solo al despertar de una pesadilla sangrienta he recordado el por que de este nudo y su significado. – era inútil intentar hablar, pero mentalmente le desfogaba la conciencia darle explicaciones a Ruby. Porque recordemos que Simba odiaba la mentira, y por algo así como estrellas falsas, supuestamente, había perdido los papeles contra la sirena. Tierno pero peligroso.

El olor de los pasteles desprendía el mismo aroma que la cinta, y por ese detalle Simba esbozó una ligera sonrisa, apenas perceptible bajo su barba poblada. Un pequeño espacio que se abrió a la gracia entre la tensión del momento al comprobar como los había robado del comedor y los guardaba cerca. No hizo falta mirar por debajo de la mesa para adivinar el juego de manos que se traía con los pastelitos. Él había comido carne para todo un día, pero probablemente a la hora de la comida necesitase más proteínas, la carne era su debilidad.

Peor fue comprobar que Nieves le temía, cuando la princesa apartó la mano que le había herido él revivió como habia intentado calmarle acariciándole la mejilla, corriendo el riesgo de que le mordiese cuando lanzaba dentelladas en el aire. Era buena, esa humana era muy bondadosa e inocente, y al mismo tiempo, valiente, unas cualidades dignas de admirar. Tragó saliva cuando le preguntó como estaba. La pregunta es como estás tu. – ya veía que la mano no tenía cicatriz alguna y se alegraba mucho de que sus garras quedasen en un mal recuerdo. Simba sintió el impulso de hacer algo, pero se contuvo. Acercarse a ella iba a ser contraproducente. Pero al igual que hizo con Ella, aquel gesto de arrodillarse y besar la mano de la mandamás, también le habría salido con Nieves.

Se ofreció a ayudarlo otra vez con la tarea que les puso el profesor, pero el león negó con la cabeza disuadiendo la idea y promesa que había hecho Nieves en el comedor dando su palabra a los presentes de que lo iba a ayudar. No obstante, el hecho de ponerse de pie y acercarse para sentarse a su lado le hizo enarcar una ceja mirándole pensativo. ¿Debía aceptarlo? ¿Le haría daño si rechazaba su compañía y ayuda? No dependía enteramente de él que ese movimiento se diese, una amable joven vestida de blanco, a la que también tenia algo que agradecerle, ocupaba la silla contigua, y al otro lado un humano al que no conocía aún pero había visto en la fraternidad de héroes e incluso le había prestado un pantalón.

Sin darle una respuesta contundente a Nieves en ese instante, por las dudas y la falta de voz, tomó papel y pluma y escribió en mayúsculas. Si no entendían que le ocurría, pronto lo harían: ELLA TIENE MI VOZ.

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11/08/2019, 01:17
Ariel

Entro de la mano de Rapun a clase, más maja... la verdad me siento un poco tonta, ella en un sólo día ha aprendido taaaantas cosas... y es taaaan maja que me las enseña. Como eso de las bragas, que son, como ponértelas y poder llevar faldas más cortas,  que ayer bailar con el vestido largo fue un poco complicado. 

Pero hoy llevo bragas, así que decido cortar mi falda y así ir mucho mas cómoda. 

¡Por el abuelo Poseidón! ¡No nos quedan sitios juntas! La abrazo y acaricio su mágico pelo dorado veo como se sienta y no puedo evitar fijarme en el chico del  mono, ¿por qué el tiene a un mono? Yo quiero ver a Flounder y a Sebastián. Jo, pongo morrillos, no puedo evitarlo. 

Decido sentarme en la primera mesa al lado del señor muy negro que cantó conmigo ayer. A lo mejor podemos hacer un coro. Y  veo que come algo que decido quitarle de una mano. ¡Buenos días! ¿Me das una? Tengo hambre y no he desayunado. ¿Es un pepino de mar? pregunto mientras lo meto en mi boca. ¡ESTO NO ES UN PEPINO! ¡ESTO ESTÄ MUY RICO! ¡ADORO LA COMIDA TERRESTRE! Le falta un poco de sal. Articulo entre mordisco y mordisco.

Intento concentrarme en el maestro, es decir, no en el maestro en sí sino en lo que dice, yo que se es mi primera clase. ¡Céntrate Ariel! Pero no puedo, no puedo evitar pensar en... ¡Oh Dios mío! ¡uy qué calor! ¡debe ser él! ¡el que la besó y el que le hizo... ¡¡¡ESO!!!. Me pongo roja como un cangrejo, ¡oh por papá! ¡ni que estuviéramos en un mar tropical! Digo mientras me abanico con el papiro este reseco que tengo delante. 

 

Notas de juego

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11/08/2019, 02:31
Z Grey Wolf

El Lobo levanta la vista para observar el plátano que le tiende el joven de piel tostada (@Aladdin) y alzó una ceja suspicaz. Como buena criatura taimada, no se fiaba de nadie, y menos de alguien que entregaba algo por nada.

— Yo soy Grey... — le contestó al chico cuya mascota parecía mucho más jugosa y apetecible que aquella fruta. Grey se humedeció la boca imaginando degollar de un mordisco a esa pequeña criatura peluda y destrozando su frágil cuello bajo el chasquido de sus dientes —  No gracias... — dijo rechazando el plátano de @Aladdin — Soy carnívoro. — dijo a modo explicativo mientras sonreía mostrando unos prominentes caninos blancos.

Grey cogió unas hojas en blanco y un lápiz. Hacía mucho de la última vez que había aprendido a escribir, así que empezó a hacer garabatos en el papel, devolviendo a sus aletargados dedos la destreza que adquirió en un tiempo pasado gracias al esfuerzo y testarudez. Grey parecía concentrado cuando escuchó una voz débil que parecía dirigirse a él.

-Creo que he encontrado tu historia… 

 Grey alzó la mirada del papel con suma curiosidad para encontrarse a la princesa llamada Bella. La chica, extrañamente sonrojada, le tendía un libro.

Grey se incorporó un poco hasta apoyar la espalda en el respaldo y estudió a la chica con el ceño fruncido. ¿A qué venía aquello? La había tratado mal, incluso la había despreciado por algo que hacían absolutamente todos cuando descubrían quién era él. ¿Acaso trataba de burlarse? ¿Acaso quería humillarle? El lobo era una criatura patética, y nunca esperaba una acción desinteresada de una humana. Inspiró profundamente y ladeó la cabeza, buscando su mirada pero que la chica volvía a evitar.

Extendió la mano con pereza y cogió el libro para mirar la portada — ¿... "50 sombras de Grey"? — Recordó las palabras de la jovencita rubia en los pasillos y sonrió — Hay muchas versiones y variaciones del cuento...— dijo en un tono bajo, para no molestar al profesor o a las otras mesas — esta debe ser una de esas versiones en las que hablan sobre todas las maldades que hice y haré. ¿Porqué habéis cambiado de opinión?

Grey se creía muy astuto e ingenioso, realmente había desarrollado un ingenio muy vivo, para poder engañar a los humanos en su forma de piel, al igual que pudo engañar a la hija de la cazadora, la dama vestida de sangre. Pero en el fondo, el Lobo no era tan listo como imaginaba, o habría imaginado que todas las versiones de su libro también habrían desaparecido de la biblioteca.

— Gracias de todos modos, mon petit princesse. — dijo sorprendido de haber pronunciado algo en esa enrevesada lengua. — ¿y vos? ¿Ya habéis encontrado a vuestro príncipe, aquel por el que suspiraréis y que os desposará en vuestro cuento?

La pregunta iba con maldad, por supuesto. Pero no tanto para herir a la joven e ingenua @Bella, como para distraer mientras se guardaba el libro en la chaqueta y poder leerlo algún día cuando se aburriese. Sabía el final, y era todo lo que necesitaba saber. 

- ¡Buenos días! –

La voz de la dicharachera princesa rubia sacó a Grey de sus pensamientos. Observó a la chica con precisión, después de su charla de ayer, pero la chica parecía tan emocionada por la clase que apenas reparaba en nada más.

Grey sonrió y se centró de nuevo en el papel. 

-Lamento mucho los problemas que te causé cuando te convencí de soltar a Simba...-

Grey detuvo su respiración unos segundo y alzó la mirada de forma sutil para observar al príncipe de piel tostada mientras soltaba aquella perla hacia Rapunzel.

Grey se giró para ver a Simba en la otra mesa.

El Lobo se quedó confuso y percibió la ira creciendo en él. ¿Qué significaba aquello? ¿Simba? Aquel petulante y peludo príncipe se había transformado en su forma bestial, perdiendo el control y había atacado a otros estudiantes. El Lobo recordó cuando dejó que la rabia se apoderase de él y desgarró a aquel príncipe. Le había costado la expulsión directa.

Y sin embargo aquel "héroe" había perdido los papeles como él, hiriendo no solo a otro estudiantes, sino a varias alumnas... ¡¿Y nadie le había expulsado?!

El Lobo comenzó a arañar la mesa para soportar la tensión. Para el joven era todo un insulto. Estaba claro que el trato que se le dispensaba a héroes y villanos era distinto, y las consecuencias de sus actos también distintas según tu origen. De nuevo, las leyes de los hombres le repugnaban y le hacían querer vomitar.

Por un segundo, estuvo tentado de levantarse e irse de la clase. Pero hizo acopio de fuerza de voluntad y miró con desprecio el folio y el lápiz.

Siempre sería así. No sabía ni cómo se le había ocurrido que las leyes de Ella serían iguales para un príncipe encantador como Simba, o para una miserable alimaña como Grey.

— No entiendo que demonios quiere el profesor ¿Una presentación escrita? eso es absurdo. Sería más fácil presentarnos directamente uno detrás de otro — cogió el lápiz y comenzó a mirar nervioso el papel.

No sabía que poner.

Soy el Lobo Gris. El líder de mi manada. El cambiapieles. El enemigo de los cazadores. Asesino de hombres. Devorador de entrañas. Embustero. Asesino. Vengador. 

Observó a todos unos segundo antes de cambiar de opinión y escribir algo corto en el papel, para luego darle la vuelta y dejar el lápiz encima de la hoja. Luego cruzó los brazos, aún con el corazón bombeando con fuerza su sangre, llena de ira y cólera.

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11/08/2019, 05:49
Z Megara

Tomo el pastel que Ruby me ofrece por debajo de la mesa, sonriente, y le pego un pequeño mordisco, mientras miro a Ruby directamente a los ojos. Cuando noto su delicioso sabor, me permito disfrutarlo, cerrando los ojos unos instantes, y cuando los vuelvo a abrir, me relamo los labios lentamente.

- Ruby, esto está... delicioso...

Al ver las intenciones de Nieves, sonrío a Simba, y le acaricio ligeramente el brazo antes de levantarme de la silla, para permitir que la princesa tome asiento junto a a él. Con voz ronca, mientras le acaricio la nuca suavemente, me despido de él. Aunque empezaba a gustarme, mucho, la idea de tenerlo cerca, ahora que sé que Ruby está bien, me resulta más que interesante tenerla al lado, y a Ludovic justo enfrente...

Hasta luego, gatito... - Miro a Nieves, y amistosamente le cedo mi asiento. - Todo tuyo, querida.

En lugar de dirigirme directamente hacia mi nuevo sitio, decido hacerle una "visita" a Ludovic. Me coloco detrás de él, y apoyo mis brazos en sus fuertes hombros. Me apoyo en él, dejando que sienta mi cercanía, y, mientras le acaricio el cuello con una mano, y con la otra viajo algo más allá de los límites del cuello de su camisa, le susurro al oído, tal y como hice la primera vez.

Rubito buenorro: - Finalmente nos encontramos de nuevo. La espera ya se hacía tortuosa, tal vez podríamos hablar más sobre lo que nos quedamos ayer.

Aguarda paciente, muchachote.... hoy, tú y yo vamos a tener una interesante charla en cuanto nos libremos de las clases. ¿Dónde crees que deberíamos ir a... hablar? Yo he pensado algunos sitios, pero antes quiero saber tú opinión... - Con la punta de la lengua, acaricio el lóbulo de la oreja de Ludovic sensualmente, y me alejo ligeramente de él, antes de volver a susurrar. - Te dejo pensarlo, seguro que encuentras una forma de comunicarte conmigo. - Señalo el papel con los ojos. - Hasta luego, muchachote...

Retomo mi camino, hacia la silla que Nieves ha dejado vacía, al lado de Ruby, y me siento. Me giro hacia mi, real y enteramente, preciosa compañera, y observo sus facciones, sus labios... por Apolo, cómo me gustaría volver a besarlos. 

Irresistible bocado: - Buenos días Meg Ayer me encontré a Jazmín en el baño de la universidad, deberías haber visto nuestras caras. Al menos pudimos aclarar las cosas.

¿Sabes? Habría pagado por ver vuestras cara, la verdad. Yo no tuve tiempo para charlar con ella sobre eso, pero no siento que deba darle explicaciones. No me avergüenza lo que vio. - Hago una pausa, sopesando lo que voy a decir a continuación. Me acerco a su oído, y susurro, para que solo ella pueda oírlo. - No tuve tiempo de decírtelo, pero estuviste maravillosa, fue una verdadera pena que te marcharas, no me habría importado seguir algo más de tiempo... - Al separarme de ella, la miro con una sonrisa pícara, y me muerdo el labio seductoramente. - Creo que tú y yo también deberíamos hablar, me habría gustado poder decirte algunas cosas. - Noto como un nerviosismo poco común me invade poco a poco. Estoy acostumbrada a las aventuras de una sola noche, a los "aquí te pillo, aquí te mato", a no volver a cruzar la palabra con la persona en cuestión, pero Ruby merece algo más que eso. Ruby merece ser apreciada. Dejo pasar unos instantes, mientras elimino esta extraña sensación, y reparo en los papeles donde, se supone, debemos escribir nuestra presentación. - Se me ocurren un par de cosas que podrías poner en la hoja, aunque no sé si al profesor le interesa saberlas... - Le guiño un ojo a Ruby, y en mi cara vuelve a instalarse esa típica sonrisa pícara. 

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11/08/2019, 07:11
Z Blancanieves

Simba duda de su propuesta y mucho, Nieves se siente algo tonta por sus intentos de ayudarlo y quizás procesar de mejor manera lo que había pasado el día anterior, solo quería saber cómo estaba y si le habían dado algún castigo así como también entender que había pasado con el león para atacarlos así, pero el silencio de Simba hacían difícil todo aquello, más cuando negó el nuevo ofrecimiento de ayuda, haciendo dudar a la princesa de seguir intentando acercarse al león. Se planteó seriamente el dejarlo en paz, pero si no hubiera sido por Meg y el hecho que se levantó, Nieves no se hubiera acercado a Simba y comprendería que necesitaba espacio y no a una tonta chiquilla como ellas dándole la lata, pero el León se puso a escribir y supo, en parte, lo que ocurría.

entonces este... es tu castigo — tomó el papel, deslizándolo por sobre la mesa y sin levantarlo, así los demás podrían leerlo, Grey mencionó algo de un castigo, y de seguro era ese, la princesa suspiró y terminó sentándose al lado del León, aún sin estar del todo segura de que Simba la quisiese junto a él, pero no iba a hacer volver a Meg a su silla por cambiar de opinión. 

Megara comenzó a hablar y a moverse de una manera muy sensual, ella, completa, era demasiado sensual, atractiva, sexy, todo lo que Nieves no era y claro que reparó en el hecho que de los presentes, solo con ella no había coqueteado o mostrado algún tipo de interés, quizás la encontraba demasiado sosa, ella también se encontraría así, después de todo, el día anterior había rechazado a un chico atractivo solo porque no creía que aquello fuese más que sólo atracción o aburrimiento. La princesa se sonrojó ligeramente, pensando en que podría pedirle consejos a la joven castaña sobre cómo comportarse y ser menos ella, menos torpe, aunque no era esa la palabra correcta. Además, ahora si tenía curiosidad por saber qué había pasado entre esas dos luego de que se perdiera en los pasillos, aunque mal no lo habían pasado, al parecer. Sonrió de nuevo, sonrojada o incluso más que eso y volvió su atención a las hojas donde debía escribir, intentando concentrarse en eso, en hacer la tarea y guardar silencio. Ahora que lo pensaba, al lado de Megara, ella parecía una niña. Definitivamente lo que había pasado el día anterior con aquel chico solo había obedecido al aburrimiento de él y creerla una presa fácil. Ahora sintió vergüenza de sí misma y lo pueblerina que debía parecer al lado de todas.

pensé que no sabrías escribir... entonces no necesitas mi ayuda... siento si te incomodo — le susurra a Simba, aprovechando la charla de Megara con Ruby, ya, en serio ¿que había pasado? Jazmín estaba implicada. Nieves tenía demasiada curiosidad, pero era demasiado recatada como para pregúntate directamente aquello, además al paso que iban las chicas, lo dirían abiertamente. Miró de reojo a Simba y sonrió algo nerviosa, y dubitativa en su idea de intentar saber si necesitaba ayuda. Nunca antes se había sentido tan insegura la princesa aunque se debía a que nunca antes había convivido con tantas personas de su edad. 

 

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11/08/2019, 07:56
Ruby Red

Nieves me pidió que no molestara al León, supongo que refiriéndose a mi actitud hostil, doy un bufido como una niña regañada y me concentro en mi presentación. Mi buena amiga parece asustada y aún así quiere ayudar a Simba, supongo que a diferencia de mi es demasiado buena, admiro su corazón puro.

Podría haber seguido atenta a los movimientos de Simba y eso hubiera sido lo más prudente, sin embargo cada paso que daba Megara y cada palabra de ella me resultaban hipnotizantes. Estaba aprendiendo mucho solo con mirarla. Mis mejillas se tornaron rosadas y la capa roja que siempre llevaba conmigo parecia más ajustada que de costumbre. En mi corazón deseaba tener la madurez y el aplomo de mis compañeras.

Meg le susurra al chico que viene llegando tarde, a quien acabo de notar. Me resulta muy parecido a Simba y me pregunto si también será un león, no me gusta la idea.

Afino el oído concentrándome para escuchar que dice no es difícil para mi. Una risita se me escapa, Meg es imparable, esta elevando las feromonas del chico a niveles que ya quisiera yo conseguir en alguien de mi interés.

- Y supongo que no se debería sentir vergüenza por algo que es natural- digo cuando por fin se dirige a mi. Sus labios tan cerca de mi piel me hacen cosquillas, siento el impulso de darme la vuelta y actuar por instinto, respiro profundamente para controlarme no es el momento ni el lugar.

-lamento haberme ido así, solo que me sentí acorralada y reaccioné por instinto. - le dije bajito esperando no llamar la atención- Además prefiero que la próxima vez sea más natural, me asusta mucho que uses "eso" para liberar mi bestia interna. Me da miedo perder el control y hacerte daño.

Me había inclinado sobre la mesa acercando mi rostro al suyo y al darme cuenta volví a sentarme recta.

- Además hay que tener cuidado al comer pastelitos. Mientras más deliciosos más adictivos.

Noté la mirada fija de Nieves en mi y mi cara termina por teñirse de rojo. Me pregunto si se habrá dado cuenta de lo que pasa, ni yo se muy bien que pasa conmigo. Trato de cambiar el tema volviendo a poner el foco en Simba.

- Simba si va a necesitar tu ayuda Nieves. Su caligrafía es muy mala- recordé la nota que me había escrito y que aún permanecía conmigo. Tan concentrada estaba por cambiar de tema que no noté que el volumen en que habia hablado Blancanieves era muy bajito.

Notas de juego

Ruby puede escuchar sus susurros no es metajuego.

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11/08/2019, 08:53
Mérida

Mérida se quedó mirando fijamente la manzana. Preferia los bollos, pero no estaba mal. - Gracias Aladdin - Fue entonces cuando Bella le pasó el libro a Grey y no pudo evitar que la curiosidad le obligara a semilevantarse para estirar el cuello e intentar ver que ponia en la portada. 

- ¿Que cuento es el tuyo entonces? - si no hubiera salido a coalición seguramente le habria importado un pepino, pero ahí estaba la información, delante de ella y no podia quedarse con las ganas. Y mucho menos si el chico decia que hacia cosas malas... - ¿Qué clase de maldades haces? Es por estar precavida - ahí estaban sus palabras sin pensar en como podrian sentar. Sus ojos no denotaban miedo ni juicio alguno.

Cuando obtuviera su respuesta miraria su papel al hacer aquella pregunta la bella Rapunzel - Pssssss......no se....¿lo que nos gusta? - habia alzado el rostro para mirarla a ella cuando Ludovic entró en su campo de visión. Su espalda se tensó mientras su mano se engarfiaba en la pluma. Suspiró cuando pasó de largo y se sentó en otra mesa.

- Estoy con Grey - farfulló - mejor hablar las cosas que no escribirlas - se pasó la mano por el pelo para colocarse sus abultados rizos a un lado y ponerse a escribir de mala gana pero con bastante fluidez.

 

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11/08/2019, 09:08
Rapunzel

A Juzgar por como miraba Grey a Simba, seguramente su princesa le había contado todo cuando les dejó solos. Miro de nuevo a la mesa y luego de reojo a Aladdin, y le devuelvo el susurro acercándome y poniendo mi mano en su brazo para no molestar a nadie más y que solo me escuche él. Mis pechso se pegan a su brazo mientras se susurro sin que yo me de cuenta. Luego sonrío y vuelve a dejarle espacio.

Es entonces cuando escucho el quejido de Grey sobre el profesor, enarco una ceja, desde luego la arrogancia brilla como el sol, ahora la veo. Mérida se suma y le apoya de una manera mucho más inocente pero yo miro pensativa a Grey, parece un chico muy diferente al que yo encontré en aquella sala de juegos. Definitivamente no es el chico amable y simpático que yo conocí ayer. ¿Qué le ha pasado al muchacho? No lo sé, la princesa quizás le recordó quien era y el muchacho con el que yo hablé era un espejismo. O quizás era todo mentira y fingía ser alguien que no era.

Mérida le pegunta por su cuento a Grey, a mí no me lo dijo expresamente, también pregunta por sus maldades. No conozco el libro ese de las sombras, pero yo habría jurado que el muchacho de los pasillos no sería capaz de hacer nada malo a nadie.

- No estamos aquí para cuestionar al profesor. Tendrá sus motivos. Estamos aquí para aprender, así que a escribir.

Rapunzel, la rubia tonta y sumisa, hay una cosa que se me da genial. Obedecer. Tan es así que obedecí a una prohibición absurda de toda una vida. Mi sonrisa presionando un labio contra el otro se torna extraña. Luego miro a los demás. Me vuelvo hacia Mérida y Aladdin, leo lo que ha puesto Al.

- Agrabah… qué bonito suena. Al. ¿Y tú Mérida? No sé qué poner – suspiro. Cojo la pluma:

“Soy Rappunzel, la chica de la Torre Oscura en lo profundo del bosque. He vivido dieciocho años encerrada en ella. No volveré a mi cuento. FIN”. Contundencia, eso es.

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11/08/2019, 09:15
Rapunzel

-Lamento mucho los problemas que te causé cuando te convencí de soltar a Simba...-realmente parecía compungido por lo que estaba diciendo -Si puedo hacer algo para compensarlo... Pero sea como sea, me alegro que todas estéis bien.

- No pasa nada, no te preocupes - mis labios rozan su oído al hablar, lo tengo cogido por el brazo, mis pechos se apoyan en su brazo casi presionados contra éste – fui yo la tonta que le solté, pero ya está, ya ha pasado, de verdad no te apures, está todo genial, yo les curé a todos. Gastón me odia un poco, me cree una bruja, pero se le pasará. Supongo. Oye… qué bien hueles…

Aspiro su olor, huele genial el chico de las dunas de arena.

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11/08/2019, 10:33
Z Gastón

Gastón voló casi literalmente hacia el comedor en cuanto se levantó. Había encontrado aquella nota que le habían dejado sobre la cama y luego la encerró en el interior de su puño antes de tirarlo a la papelera. Pensó sobre ello por culpa de Cheshire, porque desde la conversación que tuvo que ella ya empezaba a cuestionarse sus propias reacciones, sus modos de hacer ya que temía a su vuelta a “casa” y con ello, su vuelta a su negro destino. Sin reconocerlo le causaba inquietud cruzarse con Rapunzel, aunque su magia le había curado la espalda le causaba cierto… ¿temor? Quizás no podía identificar dicha emoción porque nunca antes la había sentido, pero era lo normal, ¿no? El miedo a lo desconocido, y en su caso era la magia. Le causaba escalofríos porque no la entendía; no la controlaba.

Así que, después de darle un par de bocados a una tostada, llegó a clase, se sentó en la primera mesa que vio, una en la que no estuviera la rubia. Estaba preocupado, sus planes se habían ido a la mierda en menos de 24 horas y tendría que encontrar otros que le diesen buenos resultados. Necesitaría ayuda con los libros, ¿pero quién? Miro a su lado, viendo a Jasmin, la cual no creía que le echara una mano, Djinn era extraño pero parecía muy interesado en la clase. Pero no se acercaría a él hasta que no se comiese esos perritos, no fuera que le manchara la ropa. — Hola — saludó de manera neutra, aun con la cabeza echándole humo de las cosas que tenía en mente en esos momentos. Y Ariel... a la cual saludó con un gesto de la mano, no sabía si podría ayudarla si confundía un tenedor con un peine... 

Se fijó en el guaperas que tenían de profesor, y esbozó una burlona sonrisa al oír su nombre “Mysterio” ¿qué nombre era ese? ¿Es que se quería hacer el interesante? Gastón era así, y contra ese pensamiento no pudo luchar, ni tampoco contra la gracia que le hacía. Luego bajó la mirada hacia la hoja de papel que tenía en frente, parecía un pergamino pero era mucho más liso y perfecto. Tomó una pluma y comenzó a escribir en el folio. No tendría una bonita caligrafía… ni una buena ortografía aunque él creyera que sí, obviamente.

Notas de juego

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11/08/2019, 11:25
Hércules

Llego tarde, por las sandalias de Hermes llego tarde! Me había quedado dormido, ya podia oir a Phil de fondo, espavila novato un heroe ha de madrugar ¡NO PUEDE QUEDARSE DORMIDO! ¿cuantas veces te lo he dicho? No voy a estar siempre ahí, cuidando de ti, arriba y hazme C flexiones. Me levanto de un salto agarro lo primero que encuentro en el armario y salgo de la fraternidad sin perder ni un segundo.

Empiezo a correr por los pasillos esquivando armaduras, saltando por encima de muebles, cosa nada fácil con esto que llamaban pantalones, y sobretodo evitando atravesar paredes, la gente solía enfadarse cuando improvisaba una puerta nueva.

Finalmente encuentro el aula que estaba buscando, Multiverso I, asiento y suspiro aliviado mientras abro la puerta con cuidado para no arrancarla de cuajo, ya llevaba una puerta y con una a la semana había suficiente.

Eche un vistazo y me senté en el primer sitio que vi libre en la esquina de la primera fila, junto a la amiga de Aladin, el Genio la chica pelirroja y Gaston. Les dedico una amplia sonrisa a todos - Buenos días - Al ver al Genio comer su tentempié mi estomago rugió quejándose por haber olvidado el desayuno. - Me he quedado dormido, y no me ha dado tiempo de pasar por el comedor - Me disculpe sonriendo.

¿Que seria esto del multiverso? Era eso de que venían de cuentos distintos o algo así, tenía pinta de ser complicado, muy complicado, y lo de derrotar monstruos y salvar damiselas lo tenia mas o menos por la manga, pero no tenia muy claro que mis poderes de semidios fueran a servirme de mucho.
Y para colmo este calzado era incómodo hasta decir basta, pero sin duda lo peor era esta cosa que llamaban pantalón, donde estuvieran unas buenas sandalias y un Quitón que se quitara lo demás.

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11/08/2019, 12:56
Ludovic MacGuffin

Por un momento no había notado que aquella chica la cual llamaban Nieves estaba esperando por alguno de nosotros que le cediera el puesto hasta que Megara lo hizo, ¿Donde estaban mis modales? Perfectamente pude haberlo hecho yo, pero supongo que estaba algo distraído al pensar en una presentación la cual escribir en aquel pergamino que me entregó la chica con capa roja. Y fue entonces que Meg se acercó nuevamente, escuchando un tanto ansioso sus palabras mientras tenía sus manos sobre mis hombros y un escalofrío corrió por mi cuerpo.

Cuando ella se separó aproveché de tomar el papel, pensando un poco en un lugar donde podríamos tener aquel furtivo encuentro hasta que algo llamó mi atención.

Meg: - Creo que tú y yo también deberíamos hablar, me habría gustado poder decirte algunas cosas. -

Allí alcé la mirada, notando que hablaba con esa chica la cual me había explicado lo que teníamos que hacer, escuchando nuevamente parte de su conversación.

La de la Capa Roja: - Además prefiero que la próxima vez sea más natural, me asusta mucho que uses "eso" para liberar mi bestia interna. Me da miedo perder el control y hacerte daño.

Ahora algo cruzaba mi mente: ¿Como era que el día anterior de un momento fuera el típico manojo de nervios, y con una simple mirada de ella me volviera mil veces más seguro y atrevido de lo que he sido con una mujer en años? ¿Como había pasado de pensar en mis cosas a solo tenerla en mente a ella?. Antes había escuchado de algo así, criaturas las cuales llegan a cautivarte para solo llevarte a la perdición.

"Huldra" creo que era el nombre que me dijo alguna vez un tío, que poseían una cola de vaca o zorro que procuraban esconder debajo de sus faldas y una espalda como si fueran tronco podrido, si lograbas satisfacerla seguirías vivo, de lo contrario estarías condenado a una muerte inmediata. Pero incluso si lo lograba no tendría seguridad de seguir, "Una vez encantado, siempre estarás condenado Ludovic, solo ramas de matacabras y vandelrot son lo que te harán que pierdas el interés, o si no..." Y hasta allí llegó mi memoria.

De momento encajaba con la descripción, y como no sabría si esas ramas se encontraban en este raro lugar que estábamos y no recuerdo la otra alternativa que me dijo alguna vez mi tío, lo mejor sería evitarla. Además, verla coqueta con alguien más no me causaba gracia alguna.

Solté un bufido por lo bajo, para así llevar mi vista hasta el papiro y la pluma, donde comencé a escribir aquella presentación mientras que en mi mente seguían apareciendo imágenes fugaces de Megara, pero no iba a caer en su hechizo, no lo haría así de fácil.

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11/08/2019, 12:34
Aladdin

Tomado absolutamente por sorpresa por la cercanía de aquella chica rubia, que para nada había pasado inadvertida para Al, sintió un placentero escalofrío al notar el contacto directo de su brazo con los generosos pechos de Rapunzel, únicamente cubiertos con una fina tela que le hizó entrar en calor de golpe.

Hacía demasiado tiempo que no visitaba a las trillizas en el Bazar , demasiado tiempo sin compartir un buen rato con alguna chica del zoco, por lo que aquel inesperado contacto fue suficiente para que su corazón tomase el arbítrio de desviar un poco de sangre extra hacia el músculo varonil. Por suerte La extraña vestimenta de hoy, con aquellos ceñidos pantalones de gruesa tela azul lo aprisionaban estóicamente, evitando un escandaloso bulto a cambio de una discreta curvatura de la tela, escondida de todos modos bajo la mesa.

Al notar el roce de sus labios en su oreja, se giró como si de un resorte se tratase, haciendo que sus narices se rozasen involuntariamente y encontrandose frente a a quellos profundos e inmensos ojos de color de la menta, si bien la mirada de Aladdin saltó alternativamente de estos directamente a sus labios; aquellos perfectos labios que le recordaron a dos jugosos gajos de mandarina.

¿Se le estaría insinuando Rapunzel?¿O únicamente estaba siendo amable? Lo poco que sabía Aladdin de ella le había hecho crear un concepto ingenuo e inocente de la rubia, pero quizá únicamente estuviese buscando algo de diversión, como él tantas veces en el bazar.

Para tratar de medir su reacción y, correspondiendo a la aparente falta de problemas mostrado por Rapunzel con el contacto directo, el muchacho apoyó con suavidad y de forma natural su mano sobre el muslo de ella, lo suficientemente cerca de la rodilla para no incomodarla demasiado de estar él equivocado en sus suposiciones y se volvió a acercar al oido de la chica, para seguir con su conversación privada

-Gracias, tú también hueles muy bien...- Y lo cierto era que no mentía en absoluto. No había pasado por alto como el perfume de las flores que adornaban su intrincada trenza habían empapado sus cabellos y se mezclaba con el ya de por si agradable aroma de la joven. No creía equivocarse si dijese que era la muchacha con el olor más agradable que había podido experimentar, pues las trillizas no olían mal, pero si recargadamente por culpa de perfumes, inciensos y demás aceites aromáticos que solían usar. Por su parte, las chicas del Zoco no tenían aromas especiales más allá que sus propios olores.

-Pero de veras, si te puedo ayudar en algo... en lo que séa- hizo especial incapié en esta parte-símplmente búscame, ¿si?

Tras dedicarle una sincera sonrisa volvió a apoyar su espalda en el respaldo de su silla.

 

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11/08/2019, 13:08
Aladdin

Tras ruborizarse un poco por el inesperado contacto con Rapunzel e intercambiar algunos susurros, Aladdin devolvió su atención al abandonado trozo de papel.

-Tienes razón en eso...-respondió a la rubia torciendo el gesto.

Pese a estar centrado en su papel, no pudo pasar por alto el breve y brusco relato de la rubia.

¿Dieciocho años encerrada en una torre...? las negras cejas del chico se alzaron con sorpresa. ¡Aquello era realmente terrible!

A medida que empezaba a ser consciente de las historias de cada uno Aladdin empezaba a ser consciente de que su vida no había sido realmente tan mala. La falta de comida y techo seguro eran sin duda salvedades importantes, pero la absoluta libertad con la que había desarrollado su vida las compensaban con creces.

Empezaba a alegrarse de haber acabado en aquel lugar pese a sus actuales y personales circunstancias. Quizás no podría hacer nada para ayudarse a él mismo, pero sin duda había gente que realmente necesitaban de la ayuda de alguien y, si estaba en su mano, estaba dispuesto a ser ese alguien.

Con la determinación reflejada en su rostro, volvió a tomar su pluma, dispuesto a acabar su relato.

"Mi nombre es Aladdin, Al para los amigos. Abú y yo vivimos en Agrabah... Al encontrar la lámpara del genio pasé, sin quererlo, a ser su amo, le pedí el deseo de que me convirtiese en  un príncipe  Me hiciese parecer un príncipe para engañar a una persona importante para mí, lo que me hizo perderla. Mi destino es el de liberar al Genio de sus cadenas."

Escribir aquello le estaba sirviento también a modo de confesión, lo que en parte ayudaba a deshacerse de un peso importante en su corazón.

 

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11/08/2019, 13:51
Bella

Grey: .. "50 sombras de Grey"? Hay muchas versiones y variaciones del cuento... esta debe ser una de esas versiones en las que hablan sobre todas las maldades que hice y haré. ¿Porqué habéis cambiado de opinión?

-Nunca cambié de opinión, simplemente no me dejaste hablar -respondió ella de forma cortante.

"Todas las maldades que hice y haré". Desde luego, era una buena forma de explicar todo lo que había leído aquella noche, en aquel libro. Jamás pensó que alguien podría utilizar una forma tan antinatural de proceder para algo que, se supone, es tan natural...

Grey:  Gracias de todos modos, mon petit princesse 

-De rien -respondió Bella, sin pensar, y mirando al frente de forma altiva, para fingir que atendía a las explicaciones del profesor.

Grey: ¿y vos? ¿Ya habéis encontrado a vuestro príncipe, aquel por el que suspiraréis y que os desposará en vuestro cuento? 

La muchacha frunció el ceño, pero no se dignó a contestar a la provocación de Grey, así que simplemente sacó una hoja de papel y procedió a cumplir con la tarea que les habían mandado.

 Mi nombre es Bella. Nunca conocí a mi madre, así que vivo sola con mi padre en un pequeño pueblo de la campiña francesa. Me gusta leer y cuidar de los animales de la granja mientras mi padre trabaja en sus nuevos inventos. No soy muy buena conociendo a las personas ni haciendo amigos, pero me estoy esforzando.

Bella titubeó durante unos instantes, pero decidió que no había mucho más que contar sobre sí misma, así que remató su redacción con un sencillo:

Fin.

Al levantar la cabeza, reparó en que muy pocos de sus compañeros habían terminado de escribir, así que trató de hacer tiempo mirando a los demás. Estaba visiblemente inquieta, no podía hacer como que no sabía nada, al fin y al cabo. Con un suspiro, regresó a una de las hojas que había en la mesa, y escribió unas pocas palabras antes de deslizarla hacia Grey de forma discreta. 

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11/08/2019, 13:59
Z Simba

No sentir atracción física por las humanas no quería decir que no fuese sensible a sus caricias. Especialmente ahora que la piel desnuda era su abrigo, la mano cálida de Megara ascendió por su fuerte brazo despertando cierto calor en esa zona. A Simba le gustó, y más le encantó cuando la mano acarició su nuca, arrancando de él un escalofrío y sonrisa solo para la griega, la cual se movía entre ellos como una auténtica felina poderosa, capaz de hacer perder el sentido a cualquiera que se propusiese.

No soy un gatito, y te convendría recordarlo, humana. – se lo hubiese recalcado amablemente ya que su promesa de protección se extendía a cualquier humano/a que pudiese caer en sus garras por accidente. Asintió conforme cuando prestó su silla a la princesa, Simba no la quería lejos de él deliberadamente, la bondad y disposición voluntariosa de Nieves hacia él le invitaba a dejar que se acercase y aprender a su lado.

La observó marcharse analizando su olor, un aroma dulce pero fuerte y penetrante a la vez. No la había visto sonrojarse como a otras humanas, la clase de valentía que ella poseía quizás era de otra clase, eso explicaría su atrevimiento a la hora de actuar como el instinto le marcase.

Centró su atención en la princesa sonriéndole con agrado, ese instante de verla sentarse a su lado le revolvió algo en el estómago, le causó satisfacción, pero también sentía la punzada de la duda en su conciencia, la imagen de la herida en la mano de Nieves tenía que repararse, Simba se había contenido antes y ahora no deseaba hacerlo. Hasta que repares el daño que el orgullo rompió. - recordó las palabras de Ella. Algunas veces no se puede reparar el daño que se hace, las palabras no sirven, y son los hechos y el tiempo los que permiten demostrar a quien dañas que un error puede enmendarse. Extendió su mano derecha hacia la princesa para ayudarla a sentarse. Si ella lo permitía besaría su mano, la que él hirió y en la que ahora solo quería volcar su sentimiento de protección y respeto hacia Nieves.*

Cuando se hubo sentado, la princesa mostró a los demás el papel que descubría el secreto de por qué estaba mudo. Ruby ya lo sabía, se lo había explicado también a Jazmín en los baños mediante señas escribiendo el nombre de ELLA en un espejo.

Sorprendido enarcó las cejas ante el comentario de la caperuza. ¿Que tenía una mala caligrafía? Bien, hasta él mismo lo sabía, no era algo discutible, pero su forma de dejarlo en claro frente a los demás le sonó medio despectiva. En ese momento el león echó en falta su voz para preguntarle de frente que problema tenía con su letra, comunicarse al menos, se comunicaba. Pídele una buena caligrafía a un humano, no a un león. – le dejó una mirada cargada de orgullo.

Por el momento la poca habilidad de su dedo pulgar e índice para escribir pasó a un segundo plano, la esencia de Megara flotaba en el aire, le distrajo del anterior comentario y la observó desprender sus armas con el humano rubio y la propia Ruby, seduciendo a ambos con caricias y su voz embaucadora. Frunció el ceño, en su mundo la hembra era para el macho, y el macho para la hembra. Así es como se reproducían los leones, e instintivamente es lo que buscaban, perpetuar la especie. Para Simba el apareamiento humano era confuso, ni siquiera sabía que tipo de reglas definían el código sexual, como se interactuaba, que se esperaba. Los leones simplemente penetraban. Eso es lo que él había visto hacer a su padre, y valga la redundancia, era tremendamente doloroso para las leonas. Igual entendía que los humanos se movían por otros impulsos y no tenía prejuicio ni objeción hacia tal cosa si esa era su manera instintiva de proceder.

Tomó un papel nuevo alargando su brazo al centro de la mesa y con la lentitud de antes y su mala caligrafía escribió un mensaje solo para Nieves.

Notas de juego

*Había hablado con “azul” que fuese él quien le enseñase a Simba trucos de caballero, pero parece que el jugador se dio de baja. Igual voy a mantener esa idea que me gusta, aunque el león no recuerde de donde lo aprendió ^^

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11/08/2019, 14:01
Bella

Siento lo de tu madre, Christian.

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11/08/2019, 14:02
Z Simba

Nota de Simba a Nieves:

No es un castigo, es una oportunidad para darme cuenta de que el orgullo es dañino para mi mismo y los demás. Siento haberte herido Blancanieves, fuiste buena conmigo y lo sigues siendo. Te debo una disculpa sincera. No sé si es bueno que te acerques a mi, tu voluntad de ayudarme complica que mantenga una distancia de seguridad contigo.
 

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11/08/2019, 15:11
Z Blancanieves

Al quedar sentada junto al León, este ofrece su mano y la princesa duda en tomarla pero al final lo hace, y sus dedos delgados y tibios tocaron la piel del hombre, se sentía fuerte, masculina, era agradable, no le inquietaba aunque aún sí le producía miedo, pero era controlable, esperaba que fuera a pasar en algún momento. Simba acerca la mano de Nieves a sus labios y la besa, y el roce de su barba le produjo algo de cosquillas, pero también le produjo mucho agrado, centrando toda su atención en ese gesto, deslizando disimuladamente sus dientes por su labio inferior. Le había gustado, sin embargo nuevamente esa mesura se hizo presente y no hubo muestra alguna de ese agrado más allá de la intensa mirada que sostuvo con el León, haciendo que esos segundos fuesen eternos y que nadie más existiera aparte de ellos dos. Los labios de la princesa se fruncieron y sus pupilas se dilataron, pues, por mucho que sus acciones fuesen controladas, su cuerpo era su delator y en ese instante, le jugaba nuevamente en contra. 

Luego de ese momento especial, quizás para la princesa porque el beso de Simba era de las cosas que le gustaban, sin embargo no sabía si para el León había significado lo mismo y prefería no indagar en aquello. Sentados al fin, uno al lado del otro, Simba le escribe una nota, la princesa lo mira de reojo mientras las chicas hablaban y Lud se quedaba callado con el folio y la pluma que Nieves le había pasado.

Bestia interna, daño, baños, acorralada, no sentir vergüenza, Nieves ya tenía una idea sobre lo que había pasado con sus compañeras y se encogió de hombros con una pequeña sonrisa en sus labios, pues aunque creía que las personas buscaban sus complementos y que casi siempre era el sexo opuesto, el amor o la misma atracción podía manifestarse de todas formas y eso estaba bien, además, no estaba segura si entre esas dos había surgido aquello que llamaban "amor a primera vista", era mas bien lo mismo que hubiera pasado con aquel chico si hubiera accedido, pero ahí sí ella no hubiera podido manejar todo aquello como un juego. Ruby se pone muy roja de pronto, hablaba algo fuerte y se reía, era adorable. Nieves volvió a suspirar y giró su mirada hacia Simba que ya terminaba de escribir aquella nota que le extendía para que la leyera.

— ya... chicas, nos dimos cuenta que la pasaron muy bien ayer y que les alegró que me perdiera en los pasillos y las dejara solas, ejem...  — se mordió la punta de la lengua mientras hacia esa acotación — pero pongan esa atención y tensión en la tarea que nos han dado... Ludovic ¿estás bien? te has quedado callado de pronto — tenía la nota de Simba entre los dedos y ahí se giró hacia él.

La princesa puso su mano sobre el antebrazo del León, y luego se colocó sobre el dorso de la mano del chico, volvió a buscar sus ojos, ahí, una sincera sonrisa adornó su pálida piel, sin dejar de acariciar su mano.

 bien, no creo que pueda mejorar tu caligrafía en tan poco tiempo, pero algo puedo hacer — le guiñó un ojo, luego de haberle susurrado algo sólo para el que León escuchara, — bien chicos, a hacer la presentación, ánimos — ahora miraba al resto, con sus manos sobre la mesa, levantando sus cejas en ese gesto, dándoles ánimos a los chicos. 

ah... por cierto Ruby, ¿crees que podríamos llevarle un pastelito a Hércules, llegó diciendo que no ha comido, y tus dulces le ayudarían,— estaba escribiendo cuando hace esa petición, algo recordaba sobre la relación de Meg con Hércules y no sería extraño que lo ayudase, ¿o no?.—  Meg se lo pude llevar, ¿no se conocían de antes? — ahí levanta la mirada y con total inocencia, espera la respuesta de la diosa griega.