Partida Rol por web

Valladolid (1559-2012)

[2012] Capítulo 1: Bajo la luna del Demonio

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14/09/2014, 12:51
Narrador

Valladolid. Lunes 24 de Diciembre de 2012.

Tus ojos se abren una noche más, despertando a esa maldición en que se ha convertido el mundo desde que Cordelia se cruzó en tu camino. Han pasado ya más de dos semanas desde entonces. Dos semanas llenas de un aprendizaje que en ocasiones has podido vivir como un justo castigo para tus pecados y en otras una posibilidad para empezar una nueva vida. En cualquier caso, sabes que ha llegado la noche que tanto tu sire como tu mentor han estado esperando desde hace mucho. La noche en la que vas a ser presentada a la sociedad vampírica. La noche en la que ese al que llaman Príncipe va a juzgar si mereces seguir caminando en las noches. Si eres digna de la existencia a la que te han obligado al abrazarte. 

Fuera de tu habitación Cordelia se ha convertido en un torbellino rosa lleno de volantes de tul. Parece estar de un humor inmejorable, excitada e ilusionada con la reunión, que ella parece considerar una fiesta. Luis baja de la planta superior, donde están su dormitorio y su despacho, vestido de forma más elegante a lo habitual, pero bastante informal

Raúl, el ghoul de Luis, al que has llegado a conocer un poco, está listos para acompañaros también, aunque él van vestidos simplemente de gris con ropa sencilla, de una forma discreta. Por lo que has llegado a pillar de algunas conversaciones parece que él simplemente os dejará allí y luego se marchará con el coche hasta que lo llaméis para que os recoja.

Y a las diez y media de la noche todos montáis en el coche de Luis y os encamináis a lo que de alguna manera parece ser el primer día de tu nueva vida, como si todos los días anteriores tan sólo hubieran sido una preparación para esta noche.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezas con 7 puntos de sangre. Por ahora tienes Benzodiacepina en el organismo.

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14/09/2014, 12:52
Narrador

Valladolid. Lunes 24 de Diciembre de 2012.

Una noche más despiertas y una sonrisa ilumina tus ojos al sentir el aroma de Julia en la almohada que acompaña a la tuya. Como cada noche, ella ha despertado antes que tú y ya no está a tu lado, pero en la cama todavía puedes intuir la forma de su cuerpo tras pasar el día en ese extraño limbo, pero con ella.

No tardas en recordar que ha llegado la noche que has estado esperando con una mezcla entre ilusión y ansiedad. La noche en la que por fin vas a ser presentado al resto de la sociedad vampírica de la ciudad. Esa noche en la que estás decidido a hacer que Julia se sienta completamente orgullosa de ti. Todavía tardas un poco en levantarte, dedicando unos minutos a repasar todo lo que ella y Damián te han enseñado en estas últimas semanas. No puedes fallar esta noche. 

Cuando te levantas puedes ver que la casa parece haberse convertido en un salón de belleza. Una mujer que no conoces acompaña a Julia y a Lucía en su acicalamiento, las maquilla, las peina y las ayuda a vestirse. Y tras un par de horas llega Damián, con un traje negro con cierto aire barroco y motivos de brocados. 

Sin embargo, cuando Julia sale ya preparada por completo, no tienes ojos más que para ella. Su vestido dorado, informal y elegante al mismo tiempo, le queda como un guante y toda ella parece brillar con luz propia, haciendo que tus ojos la sigan a cada paso. Lucía sin embargo, lleva un vestido gris, discreto y sencillo. Con el toque de elegancia necesario, pero completamente estudiado para que no llame la atención ni eclipse a ninguno de los cainitas.

A pesar de que la reunión es muy cerca de la casa de Julia, un coche que parece haber contratado Damián está preparado en la puerta para llevaros. Y a las diez y media de la noche todos montáis en él y os encamináis a lo que de alguna manera parece ser el primer día de tu nueva vida, como si todos los días anteriores tan sólo hubieran sido una preparación para esta noche.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezas con 9 puntos de sangre.

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14/09/2014, 12:52
Narrador

Valladolid. Lunes 24 de Diciembre de 2012.

Una noche más tus ojos se abren. Y una noche más tu boca dibuja una mueca de desagrado al darte cuenta de que sigues encerrado en ese lugar, aislado del mundo y de todos los que conocías. Han pasado ya más de dos semanas desde que Laura Muñoz se cruzó en tu camino dándole la vuelta por completo y todavía no has conseguido acostumbrarte a vivir privado de libertad. 

Sabes que ha llegado la noche de la que muchos en la Capilla han estado hablando. Y por lo que parece esta noche no es importante tan sólo por la última gran reunión del año. Ni tampoco porque vaya a ser tu presentación en la sociedad vampírica de la ciudad. Sabes que el Príncipe es también Tremere y algo te dice que eso significa que no tendrás ningún problema en ese sentido. Para Laura tu presentación es un mero formulismo y no un riesgo. 

Pero si hay algo que tiene a tu sire alterada desde hace unos días es el eclipse lunar que presidirá el cielo esta noche, creando el efecto que ella ha estado llamando Luna del Demonio. Sabes que algo ha estado gestándose en la Capilla, algo que dará comienzo con el eclipse. Pero tu sire y mentora no ha considerado que estuvieras preparado aún para saber de qué se trata, ni para formar parte. Así que tan sólo te has quedado con ligeros rumores captados por los corredores de piedra. 

Cuando llega la hora te diriges a la sala donde te han citado para salir hacia la reunión. No puedes evitar que tu mente fantasee con la idea de escapar aprovechando que vas a pisar la calle por primera vez. Tal vez pedir ayuda o llamar a gritos a la policía. Pero en el fondo sabes que no serás capaz de hacerlo. No sólo por el riesgo hacia tu vida que eso provocaría. Sino porque en lo más profundo de ti te sientes incapaz de hacer algo que perjudique a tu clan.

Allí te esperan Laura, Alfonso y Marco, el Regente de la Capilla. Los tres van vestidos de negro, ella lleva un vestido negro, largo, sobrio y elegante, pero que se amolda a su figura como un guante y que contrasta con sus cabellos pelirrojos y la palidez de su piel. Ellos, sendos trajes negros, de un estilo similar al vestido de ella. No puedes evitar pensar que parecen ir de alguna manera uniformados. Dejando claro que van juntos, que son del mismo clan. Y a las diez y media os ponéis en marcha. Te guían hacia unas escaleras que habías visto antes en tus recorridos por la Capilla. Siempre te había extrañado que terminasen en lo que parecía ser un muro de piedra, pero ahora, ante el Regente, el muro se disuelve y una puerta de madera gruesa aparece ante vosotros y os franquea el paso hacia el exterior.

Salís por una puerta trasera de la Iglesia de Santa María la Antigua y tras atravesar una verja empezáis a caminar hacia la Plaza de la Universidad, a tan sólo un par de minutos de allí. No deja de llamarte la atención la cercanía del Eliseo y la Capilla, como una seña más del clan al que pertenece el Príncipe.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezas con la reserva de sangre completa.

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14/09/2014, 12:52
Narrador

Valladolid. Lunes 24 de Diciembre de 2012.

Tus ojos se abren una noche más en el apartamento del edificio de Ricardo en el que te has acomodado. Poco a poco has ido acostumbrándote a tu nueva forma de existencia y el despertar es cada vez menos traumático. Han pasado más de dos semanas desde que Lucas te llamó a su despacho marcando lo que sería el inicio de tu nueva vida. Aunque por lo que parece hasta ahora todo ha sido una preparación para esta noche. 

Ricardo lleva días hablando de lo genial que será la cara de Cristina al verte aparecer esta noche. Y tardaste un poco en comprender que hoy es el día en que por fin vas a ser presentada a la sociedad cainita de Valladolid. Por lo que has conseguido entender de lo que Ricardo te ha explicado a medias el Príncipe juzgará esta noche si estás preparada para formar parte de ella, si eres digna de seguir caminando por las noches. Y aunque tu sire no te ha preparado demasiado para ese momento, más preocupado de que te vistas de forma que atraigas las miradas que de que te luzcas por tu preparación ante el Príncipe, esperas tener la situación bajo control y poder salir adelante.

A las diez y media sales del apartamento para reunirte en el portal con él a la hora convenida y al verlo vistiendo un traje negro y elegante durante un instante te sientes tan deslumbrada por su atractivo que olvidas lo sumamente hijo de puta que puede llegar a ser. Si todavía fueras humana probablemente habrías contenido la respiración durante ese segundo. Pero al ver cómo te mira de arriba a abajo, analizando y juzgando tu aspecto, te recuperas.

Apenas unos minutos después ya estáis montados en su deportivo, encaminándoos hacia el centro de la ciudad. Ricardo charla animado, con un brillo de excitación en el fondo de su desquiciada mirada. Parece estar paladeando por anticipado la expectación de vuestra llegada a la última gran reunión del año.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezas con 6 puntos de sangre.

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14/09/2014, 12:53
Narrador

Valladolid. Lunes 24 de Diciembre de 2012.

Despiertas una noche más en el cuarto que hay en el taller de la casa de Darío. Y el alboroto de Rocky te hace recordar que ha llegado por fin la noche que Elisa ha estado esperando. Han pasado ya más de dos semanas desde que esa mujer se cruzó en tu camino y con el paso de los días la reticencia inicial que sentías hacia ella se ha ido suavizando mientras comprendías poco a poco por qué te había escogido. 

Sabes que esta noche es la noche en que serás presentado al resto de la sociedad vampírica de la ciudad. Igual que sabes que tendrás que rendir cuentas ante el Príncipe de la ciudad y que él tiene potestad suficiente para ordenar tu eliminación si no te considera digno de ser un cainita libre y con derechos. Elisa y Ennoia han tratado de tranquilizarte al respecto, pero lo cierto es que no puedes evitar sentirte aprensivo sobre esa gran reunión que parece que será decisiva para asegurar el resto de tu existencia. 

A las diez el sonido de una moto deteniéndose en la calle y un golpeteo de nudillos en la puerta del taller revelan que Elisa ya ha llegado a buscarte y cuando abres la puerta la encuentras vestida como suele hacerlo cada noche, con pantalones vaqueros oscuros y un jersey cómodo de color claro. Y por supuesto la gabardina larga y el sombrero. No parece por su aspecto que sea una noche especial. Junto a ella, Ennoia se encuentra sentada mirando con curiosidad hacia la puerta. 

Y apenas unos minutos después os encontráis ambos sobre la moto, encaminándoos hacia el centro de la ciudad a lo que de alguna manera parece ser el primer día de tu nueva vida, como si todos los días anteriores tan sólo hubieran sido una preparación para esta noche.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Empiezas con 7 puntos de sangre.

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14/09/2014, 12:53
Narrador

Las calles están silenciosas y casi desiertas. Pequeños grupos de mortales terminan de meterse rápidamente en los portales, dispuestos a celebrar por todo lo alto y en familia una de las noches más emblemáticas del año. Las farolas iluminan las calles con ese cálido y sucio tono anaranjado del tungsteno y los adornos navideños se prodigan por doquier en todo el casco antiguo de la ciudad. El cielo se muestra cubierto por densas y espesas nubes esta Nochebuena, pero no por ello el aire deja de ser frío y cortante. El invierno está siendo duro, el más duro desde hace décadas por lo que dice la prensa, y la nieve que estuvo cayendo durante varios días cubre el suelo como un manto de pureza mancillado y pisoteado por miles de pies. Desde luego no es habitual que nieve en Valladolid, menos con tanto ímpetu como para que la nevada cuaje. 

Y presidiendo el cielo, como si de una enorme roja manzana se tratase, la luna brilla cubierta de un intenso color granate que la dota de una extraña maldad. El eclipse de luna es visible en todo el país y el astro se muestra de tanto en tanto en toda su plenitud, cuando las nubes lo permiten, tiñendo las calles de un extraño tono demasiado cálido para la noche, que podría erizar por su extrañeza la piel del mortal más avezado.

Sin embargo, no son mortales las figuras que se reúnen en la Plaza de la Universidad. O no todas desde luego. Cualquiera podría pensar que se trata de una fiesta privada normal para el personal de la universidad. Pero la palidez de la tez de los que allí se congregan, la belleza inhumana que algunos rostros ostentan, el brillo salvaje en los ojos de algunos o ese rictus que curva las comisuras de los labios con un aburrimiento de siglos pueden dar fe de que la mayoría de los que esperan para traspasar las puertas del edificio hace mucho que ya perdieron su humanidad.

Mezclándose entre los leones que presiden la fachada, esos leones a los que las lenguas supersticiosas adjudican el poder de impedir que quien los cuente termine con éxito los estudios, las figuras se saludan con inclinaciones de cabeza o breves palabras de reconocimiento. Y es que por algún irónico motivo al Príncipe de la ciudad le gusta celebrar la última gran reunión del año el mismo día en que los mortales celebran el nacimiento del hijo de quien maldijo a al padre de todos los cainitas.

Poco a poco todos los presentes van pasando al interior del edificio, iluminado con todo su espledor. Los pasos resuenan sobre la escalinata que se divide en dos para ascender al piso superior y guiar el camino de todos hacia el paraninfo de la universidad. Por las vidrieras del fondo se cuela la luz de la calle, creando una extraña e incómoda diferencia de ambiente, incrementada por el color que proyecta la luna esta noche. Por los pasillos se pueden ver desperdigados los criados que parecen ser los responsables de la alimentación y la seguridad de los vástagos durante el desarrollo del evento. Y salpicados entre ellos, los hombres del sheriff, de quiénes apenas habéis oído hablar, se deslizan con ojos vigilantes.

      

Sin embargo es al llegar al paraninfo cuando el Eliseo se muestra con toda su magnitud. El lugar es amplio y se divide en dos ambientes. Al fondo una mesa alargada con ocho asientos forrados de terciopelo rojo, dispuesta para el Príncipe, el Senescal y la Primogenitura. Y dispuestas de forma perpendicular a la mesa, en sus laterales, varias filas de asientos, del mismo terciopelo, pero menos ornamentadas, parecen esperar a que los vástagos de la ciudad se distribuyan entre ellas. Una barandilla separa esta zona de otra, más amplia, pero llena de las filas de asientos que ocupan los alumnos en los actos universitarios. En esta última zona es donde se colocan los criados que han acompañado a sus señores a la reunión. 

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27/09/2014, 02:19
Narrador

 Sentado en el centro de la mesa que preside el paraninfo se puede ver a un hombre atractivo de mediana  edad, vestido con una elegante y discreta corrección. Parece distraído contemplando a los que van  llegando y tomando asiento, pero algo en sus ojos azules hace pensar que hay más en él de lo que  muestra su sobria fachada. No es necesario que vuestros sires os informen de que se trata del Príncipe, el  Tremere Rodrigo Villena. 

 

 A su lado, podéis ver a un hombre también elegantemente trajeado, de expresión seria y concentrada.  Suponéis que se trata del Senescal, el Ventrue Esteban Guzmán.

 

 

 

Compartiendo mesa con ellos podéis ver a otras cinco personas. Intuís que podría tratarse de la Primogenitura de la ciudad, aunque parece faltar representación de algún clan. Dos mujeres, una portando un elegante vestido de noche sin mangas, de seda roja con bordados en negro y el cabello recogido cuidadosamente. La otra, con una abundante melena negra y despeinada lleva un traje de chaqueta  y pantalón de color gris oscuro. Los tres hombres son muy distintos entre sí, uno con aire de ejecutivo, trajeado y peinado con cuidado. Otro con cabellos lacios, largos y despeinados viste con vaqueros y una camiseta oscura. Y el último, con la piel negra y cuarteada muestra una extraña marca blanca atravesando su rostro. No estáis seguros de si es debido a su extraña piel o la forma en que sus dedos se curvan crispados, pero transmite una honda sensación de amenaza que no parece posible esconder. No sois capaces de mirarlo más de un segundo antes de apartar la mirada con una mezcla entre repugnancia y temor encogiendo vuestros estómagos.

     

Hay otras personas moviéndose por la sala con seguridad y aires de tener tal vez cierto rango o importancia en la ciudad. Sin embargo, no queda claro cuál es el puesto que ocupa cada uno, o si se trata simplemente de Antiguos poderosos. Entre ellos llama la atención la presencia de una adolescente. No aparenta más de once o doce años, pero su mirada parece contener siglos de experiencia.

      

Y pequeños grupos van llegando y buscando su lugar, saludándose entre sí entre tan variopinto cúmulo de personas diferentes, la mayoría vestidas de forma elegante y cuidada. 

Por la puerta entran entonces tres personas, un hombre, una mujer de mediana edad y una joven. El hombre camina con seguridad y tranquilidad, pero la mujer parece tener un aire de resignación impregnado en su piel. La joven es tal vez la más llamativa del grupo, pues no sólo sus cabellos son de color rosa pastel, sino también su ropa y sus zapatos. Su mirada es dulce pero parece cargada de melancolía.

  

Un grupo de cuatro personas, tres hombres y una mujer pasa a la sala y no es difícil ver que uno de los hombres y la mujer, los que parecen dirigir el grupo, intercambian una mirada con el Príncipe. En cuanto a los otros dos, uno irradia un aura de maldad casi palpable y parece moverse con la torpeza de quien lleva poco tiempo aprendiendo a controlar sus nuevos instintos y el otro, a pesar de su aparente juventud, se mueve con seriedad y discreción.

   

Tras ellos entra un grupo de tres personas, el que camina delante con una sonrisa colgada de los labios es un muchacho que no aparenta más de veinte años y que se acerca a saludar a algunos de los que parecen ser más antiguos en la sala. La mujer, una joven rubia de más o menos la misma edad, presenta un aspecto deslumbrante, no sólo por su vestido de noche, sino también por la sonrisa radiante con la que contempla a todos los que la rodean. No se separa del otro hombre, más mayor en apariencia que ellos y con un ojo tapado por un parche, pero en el que se intuye el nerviosismo de quien quiere demostrar que es capaz de hacerlo bien.

  

La joven saluda con la cabeza a otro de los presentes. Un chico de un atractivo arrebatador, que se mueve con una media sonrisa afilada en el rostro y un brillo peligroso en la mirada. Va vestido con un elegante traje negro, perfectamente planchado y hecho a medida y su paso es seguro y decidido. Junto a él, una chica rubia contempla con curiosidad a los presentes. 

 

Él busca inmediatamente con la mirada a una mujer que parece haber venido tan sólo acompañada de un criado al que deja atrás al pasar a la parte del fondo de la sala. Y cuando los ojos de ambos se cruzan, una sonrisa se dibuja en los labios de él y ella frunce el ceño.

Sin embargo, pronto los ojos de muchos se dirigen sorprendidos hacia la puerta por la que entran dos jóvenes, chico y chica. Un murmullo y algunas cejas enarcadas los reciben, como si su presencia no fuese esperada esta noche.

 

Dos personas entran tras ellos, aparentemente sin ser conscientes de la atención que han suscitado sus predecesores. La mujer viste con vaqueros oscuros y una gabardina larga de cuero negro. En la cabeza lleva un sombrero que le da un aire un poco estrambótico y que impide ver claramente su mirada por la sombra del ala. Junto a sus pies camina un gato negro que no se separa de ella y que a pesar de no mostrar temor, mira a los presentes con desconfianza. El joven que la acompaña parece ir vestido como un mendigo, aunque su ropa está limpia y lleva un abrigo en cada hombro del cual se puede ver un animal disecado, una ardilla en el izquierdo y un pez en el derecho.

  

Deslizándose entre las sombras se mueve una figura discreta con aire de quien le gustaría poder fundirse con ellas y no ser visto. Se trata de una mujer y sus rasgos podrían haber sido atractivos en algún momento a pesar de su nariz aguileña, pero su piel parece haber sido desfigurada. Apergaminada y cuarteada parece tan fina y quebradiza como el papel de fumar. Pequeños pedazos de ella tienen el aspecto de estar a punto de desprenderse de su piel y un olor desagradable, como a quemado, la acompaña allí donde se mueve. 

 

 

Notas de juego

Hacedme cada uno una tirada de Inteligencia+Mentor a dificultad 7 y una de Percepción+Empatía a dificultad 6. Ambas en oculto ^^.

Yo he descrito principalmente a los pnjs. Aprovechad vuestro primer post para describiros a vosotros, tanto físicamente como la ropa que lleváis y también las sensaciones que transmitís en una primera impresión.

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27/09/2014, 16:55
Narrador

Hay dos de las mujeres de la sala cuya presencia te sobresalta y no puedes dejar de percibir. Una es Cristina, más delgada y pálida que cuando la conociste en vida. Y la otra es Silvia, con un aspecto mucho más demacrado y la mirada un tanto ausente.

 

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27/09/2014, 16:57
Narrador

Desde que empiezas a acercarte a la Plaza de la Universidad junto con Elisa y Ennoia un pequeño escalofrío empieza a recorrer tu espina dorsal. Como si tu propio cuerpo te avisase de que muchas de las personas que te rodean no son mortales comunes y corrientes. No es sólo que lo sepas racionalmente o que puedas analizar sus rostros y ver en ellos la palidez que cubre tu piel. Es que sientes algo sobrenatural en ellos.

 Hay una mujer en la sala a la que ya conoces. Se llama Helena y te la ha presentado Elisa, es su Mentora,  aunque hace tanto tiempo que viajan juntas que a todos los efectos es como si fuese su sire. Sabes que  tiene el cargo de Azote en la ciudad.

 

 

 

- Tiradas (1)
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27/09/2014, 16:57
Narrador

 Hay un hombre que reconoces en la sala. Se llama Sergio y ha ido en un par de ocasiones a la casa de  Luis desde que tú estás allí. Sabes que es el Primogénito de tu clan y cuando te has cruzado con él te ha  parecido un tipo bastante disperso. Incluso en ocasiones dejaba las frases a la mitad o cambiaba  bruscamente de tema. 

 

 

 

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27/09/2014, 16:58
Narrador

Hay dos personas entre los presentes a los que has visto en alguna ocasión en casa de Ricardo. Una es Julia, la toreadora rubia, con la que tu sire parece tener mucha confianza. El otro es un hombre que se hace llamar J.L.K., o simplemente J, del que sabes que es el Sheriff de la ciudad y otro miembro de tu clan.

 

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27/09/2014, 17:00
Narrador

 El hombre que os acompaña es el Regente de la capilla, Marco Andrade. Sabes que también ocupa el  cargo de Primogénito Tremere en la ciudad, pero prefiere mostrar la unidad del clan acompañándoos hasta  que la reunión comience antes que juntarse con el resto de la Primogenitura nada más llegar. También  sabes que realmente el Regente era un hombre llamado Guzmán de Zúñiga, y sire de Laura, pero que por  motivos que desconoces tuvo que ausentarse del país y Marco pasó a ocupar su lugar temporalmente,  hasta que Guzmán vuelva.

 

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02/10/2014, 20:30
Óscar Fernández
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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02/10/2014, 20:33
Narrador

Puedes notar que bajo las sonrisas que la mayoría parecen prodigar de forma constante, hay tensiones entre algunos de los presentes. No todas las miradas amables que se dedican unos a otros son sinceras. 

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02/10/2014, 23:58
Eric Maneiro
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

He tirado Percep+Empatía, pero como tengo 7 de reserva y es más que la dif creo que es éxito automático jijijiji

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03/10/2014, 00:30
Narrador

No recuerdas nada más sobre ninguno de los demás individuos presentes, ni percibes nada fuera de lo normal en sus actitudes. Todos parecen muy cordiales unos con otros, cualquiera habría pensado que entre seres sobrenaturales como los vampiros habría rencillas internas, pero no parece ser así. Las sonrisas y los saludos amables se prodigan por doquier.

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03/10/2014, 15:52
Francisco Ansúrez
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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03/10/2014, 16:15
Narrador

No te cuesta percibir que bajo las sonrisas que la mayoría parecen prodigar de forma constante, hay tensiones entre algunos de los presentes. No en vano has pasado largas horas con una de esas sonrisas en tu propio rostro firmando un libro tras otro a una cola interminable de fans. Y no sólo hay tensiones internas bajo esa máscara de cordialidad. También te das cuenta de que muchos de los presentes a pesar de que parecen estar embebidos en sus conversaciones, no pierden ojo de lo que sucede a su alrededor.

Es evidente que la chica que ha venido solo con un criado no se siente nada cómoda con la presencia de ninguno de los dos hombres que han llegado acompañados de una joven rubia. Y sin embargo, mientras que su barbilla se levanta con una cierta soberbia al mirar al primero, sus ojos expresan sumisión al mirar al segundo.

Tampoco te cuesta darte cuenta de que la llegada de tu grupo atrae varias miradas interesadas y no todas agradables. El Senescal te examina discretamente y una pequeñísima inclinación de la comisura de sus labios te indica que la presencia de tu clan no le produce ninguna alegría.

Y por otra parte, percibes una cierta tensión entre el Senescal y el hombre de gafas de la Primogenitura. Tras sus intercambios cordiales puedes notar que no se caen precisamente bien. Sin embargo, la mirada indescifrable que el Príncipe dedica a tu sire tiene un ligero brillo que te llama también la atención.

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03/10/2014, 19:01
Eric Maneiro

Desde la entrada del Elíseo puede verse cómo sigo a Damián y Julia en especial. Me mantengo junto a ella como si no pudiese ser de otra manera. Ellos van deslumbrantes y, yo sin ser menos, también voy arreglado para la ocasión. Llevo puesto un traje negro muy sencillo que me queda como un guante, revelando una figura de estatura media, proporcionada y con buena percha. Evidentemente también llevo una corbata negra a juego y una camisa roja entallada. Llama la atención que lleve parche, pero este es básico y negro. Mi pelo, largo hasta poco más del cuello va recogido en un moño pequeño y alto perfectamente ejecutado que parece que por nada del mundo podría caerse de ahí.

Mis andares no son lentos ni apresurados, van marcados por el paso de Julia y distraídos por mi curiosidad al mirar hacia todos los detalles del salón de la universidad. Seguramente se me perciba como un tipo algo desubicado y nervioso, pero me imagino que como todos los que van a ser presentados esta noche. Por otro lado se nota que soy un tipo afable y sencillo, acorde con el tono que parece tener esta noche de Navidad en el Elíseo. 

Todo es de una elegancia tal que me deja sorprendido unos instantes, al igual que el resto de vástagos que pueblan el lugar. La disparidad entre estos me descoloca un poco, así como otros matices que percibo en el ambiente, pero mi inicial nerviosismo ante esta velada se atenúa al adentrarme. 

La figura de los vástagos de mayor poder y responsabilidad como el Príncipe, el Senescal y la Primogenitura me hacen sentirme algo impresionado, aún así, por lo que evito fijarme mucho en ellos si bien con un vistazo llega. Reparo en los distintos grupos que se forman, que deben atender a la organización en grupos de amigos y viejos conocidos. No puedo evitar fijarme en los dos que parecen estar marcados por la desgracia del clan Nosferatu, con aspectos alejados del típico humano que parecemos el resto de los nuestros. Me intrigan, sin embargo. 

Trato de quedarme con una panorámica de la situación y llegado a cierto punto al ver a una mujer a la que la siguen una pareja de jóvenes mi semblante se vuelve tenso y me dispongo a tratar con mi sire.

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03/10/2014, 19:35
Eric Maneiro
Sólo para el director

Al ver a Cristina siento una punzonada en el el pecho, tal como la hubiese sentido de haberla visto con vida semanas atrás. Viendo que está más delgada, pálida y, en una palabra, empeorada, estoy seguro de que es la mujer a la que vi en mi cita con Alicia aquel día. ¿Cuánto hubiesen cambiado las cosas si hubiese ido tras ella con más decisión? Aunque, ¿qué importa ahora? Debe estar tan cambiada que con seguridad no será la chica que recuerdo. 

Sin embargo, cuando veo a Silvia no puedo evitar sentir pena: se la ve mal. Otra persona que conocí en vida... Y ahora estamos todos aquí. Trato de mantenerme, con discreción, de espaldas a ellas, pues aún no me siento preparado para hablar con ellas.