Partida Rol por web

Vesania y Supremacía

Chapter VI: The Night Call

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01/02/2013, 01:34
Elizabeth Blackmore

-Es usted muy considerado pero Jemaine no lo aprobará, muy a mi pesar. Haré cuanto pueda por ello -aseguró mientras sus dedos se colaban bajo la manga ajustando el vendaje. Levantó la mirada y guardó un momento de silencio. Parecía soñar-. Me encantaría poder conocerle más, Gerald.

Su tono fue tan alto como el de un secreto, claro y discreto. Volvió a agachar la cabeza sintiendo que aquello no estaba bien.

-Estaría bien tener alguien en quien confiar, para variar. -Y que no intente aprovecharse de mí o usarme, agregó en su interior. Pero aquello sí que había sido demasiado.

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01/02/2013, 01:58
Gerald Ryker

- Imagino que no lo hará, pero creo que ninguno pensábamos que íbamos a poder reunirnos sin él presente y ha ocurrido, ¿no es así? - tenía razón aunque aquello hubiese ocurrido por razones muy concretas que el propio Gerald desconocía

- Yo también deseo conocerla más, Purity. Y lo haremos, tarde o temprano, no se preocupe. - esbozando una sonrisa le hizo una pequeña reverencia desde su posición, poniéndose la mano en el pecho - Siempre existe una luz hasta en la más oscura de las noches y hay esperanza hasta en la más ignota de las etapas de nuestra no-vida. No pierda eso jamás, Purity, es lo poco que nos diferencia de la Bestia de nuestro interior. -

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01/02/2013, 02:28
Elizabeth Blackmore

Purity sonrió alentada por sus palabras y se mordió el labio inferior. Una idea resistente como el fuego seguía ardiendo en su cabeza, imperceptible a ratos y demasiado molesta en otros como para ser ignorada. Durante un momento esa chispa se avivó y se sintió lo suficientemente atrevida como para indagar un poco más. Se acercó al borde de su asiento, inclinándose un poco hacia él.

-Gerald, ¿puedo hacerle una pregunta? -Buscó algún signo afirmativo en su actitud y se lanzó atropelladamente antes de que aquel momento de valentía se consumiese-. ¿Por qué me ha traído esa flor?

 

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01/02/2013, 02:41
Gerald Ryker

El cainita asintió a su petición mientras aguardaba de brazos cruzados la pregunta de la neonata. Al formularla, no pudo evitar una pequeña agradable carcajada. Le dedicó a Purity una mirada con la sinceridad viperina que Gerald había perfeccionado. Cuando miraba así a alguien era una lotería aventurar si sus palabras eran sinceras o una pantomima.

- Se la he regalado, Purity, deseando que noches como ésta se repitan y pueda disfrutar más tiempo de su compañía, pues hablando con usted y escuchándola tocar el piano la eternidad se hace menos... eterna, si me permite la redundancia. - dijo haciendo una mueca que hubiera significado un suspiro si todavía necesitase respirar - Créame que me duele en el alma que sus normas sean tan estrictas y no poder llevarla al teatro de West End. -

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01/02/2013, 03:10
Elizabeth Blackmore

Al final de la frase lo único que fue capaz de retener fue la mención del teatro. Hacía tanto tiempo que no acudía a esa clase de congregaciones culturales, y a eso debía añadirle que fue en un teatro donde había coincidido por segunda vez Jemaine. Dejó escapar un suspiro, nostálgica. Aquella conversación había cambiado su vida por completo.

-Teatro -repitió-. Echo de menos el teatro. Tal vez en otra ocasión, entonces. Dicen que lo bueno se hace esperar y, como usted bien ha dicho tenemos toda la vida por delante. Gracias igualmente por amenizar mi aburrida noche.

Notas de juego

Purity ante la mención del teatro --> 

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01/02/2013, 03:21
Gerald Ryker

- Teatro, entonces. Cuente con ello. Será mejor que me vaya ya, creo que ya he abusado lo suficiente de su hospitalidad. - dijo mientras se levantaba. Se acercó a Purity ofreciéndole la mano para que se levantara del sillón y cuando lo hizo, besó el dorso de su mano sin dejar de mirarla a los ojos. Aquel gesto era más digno de alguien de la realeza que de una simple londinense pero Gerald buscaba que en aquel momento Purity se sintiese como una.

- El placer ha sido todo mío, de verdad. La próxima vez espero que me vuelva a deleitar con una de sus piezas. - se dirigó a la puerta para que Purity le devolviera su abrigo y cogiendo el sombrero de nuevo se enfundó ambas cosas antes de salir por la puerta

- Que pase una buena noche... señora Drummond. - le dijo con un guiño de ojo antes de irse del todo.

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02/02/2013, 03:49
firecrackerx

Apenas había cerrado la verja tras de sí y había caminado unos metros cuando un joven se le acercó a la carrera, vestido con ropa vieja y remendada en varios puntos. Se detuvo ante él y se puso de puntillas para mirar por encima de su hombro la casa de la que acababa de salir antes de quitarse la gorra de un manotazo torpe:

-El señor Ryker, ¿no? -le tendió una nota sin lacrar-. Un caballero me pidió que le dijera que le espera en esta dirección.

La nota que desdobló le citaba en Whitechapel; iba a ser una noche larga.

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02/02/2013, 16:30
Elizabeth Blackmore

-Gracias, señor Ryker. Lo mismo le deseo a usted -se despidió con una sonrisa amable.

Esperó a que hubiese descendido los escalones de la entrada antes de cerrar la puerta tras de sí.

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02/02/2013, 16:37
Elizabeth Blackmore

Purity frunció el ceño tras la puerta con la extraña sensación de sentirse en medio de ninguna parte. Aunque su parte más romántica revoloteaba por la habitación dando ficticios saltos de alegría, aquella que realmente la mantenía a salvo en esa vida que le había tocado le repetía en susurros que Gerald seguía siendo una serpiente y confiar en alguien así era demente. El Chiquillo de Halim resultaba tan osado como su propio Sire sin apenas tener experiencia, se había saltado a placer toda una serie de normas establecidas por la sociedad Cainita y se pavoneaba ante Mithras con la tranquilidad de quien se sabe ganador en una batalla que ni había comenzado. Y eso era algo que Purity no podía tolerar. Como bien había dicho Holden el día de su presentación, Gerald estaba fuera de toda jurisdicción. Definitivamente no era la clase de persona en la que podía confiar para revelar la clase de información que poseía.

La malkavian regresó a su habitación y cogió la rosa que la serpiente le había dado con intenciones poco decentes y promesas que se le antojaban vacías. 'Deja de comportarte como una cría tonta' se regañó a sí misma. Aquella flor sólo era una evidencia más de todo lo que pensaba respecto a Gerald Ryker. Bajó al salón y la dejó sobre la mesa que días antes había sido bolcada con violencia con intención de ofrecérsela a Jemaine. Después se sentó frente al piano a ensayar.