Partida Rol por web

Clive y MIchelle salieron juntos de aquel pub. Michelle no se encontraba muy agusto allí dentro y quizá algo incomoda por la presencia de aquella mujer..
Ella dijo que se marchaba y cuando menos se lo esperaba Clive apareció tras ella dándole un cariñoso y apasionado beso..

Tras salir llamaron a un taxi y en escasos minutos unas luces se ven a lo lejos aproximándose a ellos dos..
Es el taxi que para justo en la acera de enfrente de donde estáis..

Lo miro a los ojos, espero que no lo esté preguntando en serio. Asiento con la cabeza, es obvio que la pregunta tiene que ver con su incapacidad para responder. Uno no responde a un te amo con una pregunta pero no quiero pedir más, no en este momento.

-No te echaré con todo y ropa, creo que he cambiado de parecer... Estoy exhausta, ¿te parece si dormimos?

Es increíble como un par de palabras pueden cambiar todo un momento.

Aquello no era mas que una pregunta retórica, una pregunta que no necesitaba respuesta. No me sentía incómodo por sus palabras si ella quería irse a dormir lo aceptaría sin ninguna queja..

-Heyy.. decirte que te amo se me queda pequeño, alguien debería inventar nuevas palabras para definir las ganas que tengo de pasar contigo cada segundo..-

El taxi espera ahí fuera, pero no me importa, ahora estoy en un paraíso con ella y no quiero desaprovecharlo..
-Te digo que te amo, pero ya lo sabes, quizás de tanto repetírtelo se desvirtúan las palabras..-

Termino por sonreír levantandole el mentón hacia arriba para que me mire a los ojos y que su rostro se refleje en los míos..-Eh. Siempre estaremos juntos..- le dí un beso y cogí su mano para meternos en los asientos traseros del taxi..

Miro a Clive con una semisonrisa, es obvio que está confundido o no sé, no me interesa presionarlo, yo ya sé lo que sucede cuando le haces eso a un hombre. Subo al taxi sin decir palabra alguna, no quiero abochornarle más. Lo beso apenas se sienta junto a mí, parecemos dos adolescentes con ganas locas de hacerse el amor. Le acaricio la espalda, lo pego mucho a mí, lo quiero y no hay modo de disimular eso. Llegamos tan pronto a casa que apenas me doy cuenta y pensar que creía que me iba a ir de ahí sin él.

Entramos a la casa a trompicones, besándonos, sonriendo y paso primero por la cocina, quizás no sea hora de nadar pero si de un par de cervezas y le invito a poner música.

Mi casa se encuentra a un paso tras bajarnos del taxi, entre risas y algo bebidos nos tropezamos entre besos hasta llegar a la puerta. Allí empotro suavemente a Michelle mientras continúa comiéndome su boca a la vez que mis manos intentar buscar la cerradura para introducir la llave de casa..

Al hacerlo, todo sigue igual.. tan cálido, tan caliente sintiéndonos el uno del otro. Ella se separa para ir hacia la cocina y aprovechar un momento de respiro. Cuando se cruza conmigo, no puedo evitar repasar su cuerpo con la mirada, dejando escapar un suave silbido. Ella sigue de largo hasta la cocina. Yo me vuelvo y con la vista fija en ella, doy un par de pasos hacia atrás, chocando con el marco de la puerta.

-¡Voy poniendo la música!..- alzo la voz para hacerme oír y me dirigo hacia la cocina mientras el Cd va dando vueltas..

Antes de entrar me detengo en el marco de la puerta observando a esa mujer que esta buscando cervezas en mi frigo. Me encantaría poder ver eso cada una de las noches que pasan en mi vida..

-Hace un poco de frío para darse un baño.. ¿no crees?..- comenté apoyado en el marco de la puerta sin quitarle ojo en medio de una sonrisa..

Sonreí con dos botellas de cerveza en la mano, mirando a Clive.

-Es verdad que hace un poco de frío pero...-me acerqué a él y puse las botellas en la mesa.-Segura estoy que no me dejarás morir de frío.

Volví a besarlo apasionadamente y abrazarlo, olerlo, me perdí en su cuello durante unos segundos, saboreé su piel lentamente, regocijando a mis labios con su perfume, mazclado con su sabor.

-Muestrame la habitación más tibia de la casa...-esuchaba a lo lejos la música y mi insinuación era más que eso.

No sabía cuánto tiempo pasaría al lado de aquel hombre pero quería pasar la vida entera en esos brazos, naciendo cada vez en sus labios, guardando su sabor para otros momentos en los que no estuviera en casa mientras yo le esperara. Lo miré a los ojos, se lo dije todo con la mirada, era de él y él podía sentir la tibieza de mi cuerpo casi colgado del suyo. Lo amaba y no hacía nada por evitarlo si acaso eso se pudiera. Tomé su cerveza con una mano y se la puse en la boca para darle un poco, luego de la misma, bebí yo.

Aún sentía el burbujeo de la cerveza sobre mis labios cuando ella empujó todo el sabor de su boca sobre la piel de mis labios.

La cogí de la mano cogiendo la cerveza a mitad dejándola sobre la mesa, y salimos juntos de la habitación mientras la música sonaba de fondo.

-Me lo pones difícil.¡ Ven!..- la cogí de la mano fuertemente cuando ya tenía claro que habitación enseñarle. La arrastré tirando suavemente de su mano hasta una habitación a oscuras.

Al encender las luces, se ve un salón rústico con todo tipo de detalles decorativos. Una chimenea, estantes de madera que daban una sensación cálida, un par de sofás antiguos pero en excelente estado y un techo de madera que lo hacía mas reconfortante si cabe..

Me acerco a ella por detrás y enredo ambos brazos por detrás de su cintura atraiéndola mas a mí mientras vemos el salón..

-No se si te referías a esto.. digo dándole un beso en el hombro podríamos encender la chimenea.. tumbarnos a su lado... bebemos algo.. y.. ¿te apetece?..-

Lo miré sonriente, aquella habitación era sin duda hermosa y yo aún no conocía todos los lugares de la casa; esperaba hacerlo poco a poco, así como poco a poco ir conociendo su vida. Sentí sus tibios labios en mi hombro, el plan era tentador y él lo sabía.

-Me encanta la idea, sin ninguna duda...

Colgué mis manos de su cuello y besé sus labios, sus mejillas, su nariz, su frente. Inevitablemente las temperaturas empezaban a subir, así que suavemente me separé de él para que pudiera encender la chimenea.

-Anda, hazte cargo del fuego que yo iré por algo de beber a la cocina.

Me sentía a su lado parte de esa vida, de esa casa, de todo cuanto había alrededor. Incluso de esa perra hermosa que Clive tenía y que solía encontrarme siempre en la cocina esperando que le diera algo de lo que sacaba del refrigerador. Acaricié su cabecilla mientras tomaba una botella de champagne de alacena y la ponía en un balde con hielo, luego habría tiempo para las cervezas. Me desaté el cabello, cogí el champagne y volví a la estancia.

-¿Servicio a domicilio?-pregunté bromeando.

Abrí alguna de las ventanas para que el ambiente no se cargara demasiado. Ella se había ido de nuevo a la cocina, dándome tiempo a preparar la "velada". Me llevé la camiseta quedándome en una camisa interior de tirantes y puse algo de música* para dar un toque alegre a la estancia.

Apilé bien los troncos en el interior de la chimenea tras haber colocado finas ramas debajo para que prendieran con facilidad. Mientras le daba fuego al asunto escuchaba el taconeo de los zapatos de Michelle acercándose Yo estaba de espaldas terminando de encender el fuego y ella se presenta con una botella de champagne en un balde lleno de hielos.. preciosa, exuberante.. tanto que no puedo evitar levantarme y acércame a ella..

-Vaya.. ojalá todas las noches de mi vida viniera una chica tan guapa a mi casa para traerme bebida.. estoy a punto de chocarme con sus labios.. me la comería entera Los rostros quedan muy juntos. Tanto, que puedo respirar el aire que ella expulsa.. todo indicaba que iba a besarla pero sin embargo tan solo doy un mordisquín en su labio inferior. La atraigo con dos de mis dedos que estaban amarrados a su mano para que tome asiento..

-Oye, ¿no has pensado en presentarte a modelo? Es que no entiendo como alguien tan... Bueno...- subo mis manos hasta la parte posterior del cuello mientras observo como prende el fuego -Es que creo que deberías estar delante de una cámara..-

Mientras voy hablando voy apartando la mesa para que tengamos mas espacio y voy en busca de una pequeña manta para extenderla en el suelo, justo enfrente de la chimenea..

Los modos de Clive hacen que olvide cualquier cosa desagradable que nos haya sucedido. Sonrío mientras le observo acomodar todo, una manta cerca de la chimenea, me guardo la respuesta para cuando pueda mirarle a los ojos. Una vez que termina y escuchando la suave música de fondo, me siento sobre la manta, mirando al fuego por varios segundos. Luego sonrío y lo atraigo con mi mano para que se siente junto a mí.

-¿Te gustaría verme frente a una cámara?-pero la respuesta ya la sé o no me habría dicho lo que dijo.-Bueno, lo cierto es que debo buscar trabajo, porque me he quedado sin uno. Aunque para serte sincera no me pesa en lo absoluto, no me habría sentido bien jamás haciendo eso, además, me enamoré de mi compañero de escena...

Mis ojos brillan y hago un alto para servir el champagne en dos copas que había cogido de la cocina. Respiro profundo y bebo un poco, luego le entrego a él la otra copa.

-Iré a ver si alguien tiene una oportunidad para mí, de lo contrario, volveré al cine-me pongo seria unos segundos esperando su reacción y luego vuelvo a reír, nunca lo haría siendo suya.-No es verdad, me gusta estar contigo y no era mi verdadera vocación. Ambos necesitamos un trabajo, no vamos a mantenernos de aire, además, eres de gustos caros.

Paso un mano a su costado y le hago cosquillas suavemente mientras pongo mi copa en la alfombra al lado nuestro.

-¿Qué harás tú, Clive? ¿Qué piensas de todo esto?-luego lo beso suavemente, deteniéndome en su labio inferior, saboreándolo, chupándolo como un caramelo mientras mis manos se pierden en su pecho.

Me llevo los zapatos y los calcetines dejándolos en algún punto perdido del suelo de esta cálida estancia antes de sentarme junto a su lado y acercarme a ella mientas el precioso fuego rebota en nuestros rostros.

-Joder, la tienes completamente enamorada tío. Tienes que decirle realmente lo que sientes..-

Con una sonrisa y sin poder decirle nada de lo que realmente sentía cogí la copa entre sus dedos y me la lleve a la boca notando como esas burbujas estallan en mi interior. Siento un cosquilleo cuando me dice que quiere seguir en el cine erótico, pero al mismo tiempo se que está bromeando..

-Mala. No seas mala.. me lleve de nuevo la copa a los labios y continúe tras una breve pausa.. Supongo que tienes razón hago una mueca torcida mañana tengo que ir a ver que les parezco como fotógrafo. La chica que vino a buscarme esta noche antes de salir ¿recuerdas?..- No se si le parecerá una gran idea, espero que no se sienta celosa, al fin y al cabo es un trabajo y es lo que yo deseo..

-Creo que.. me entrecorto al hablar ya que sus labios me saborean como a un dulce gelatinoso. Estoy en la misma posición mientras ella me besaba.. tengo que aprovechar esa oportunidad y tú podrías quedarte aquí en casa hasta que encontremos algo. Claro que yo quiero lo mejor para ti y tú eres quien tiene que decidir..
¿Sabes?.. me reincorporo entre la manta cogiendo las manos que descansaban en mi pecho después de dejar la copa apoyada encima de la manta.. cuando te vi salir esta mañana de aquel estudio lo primero que pensé fue que eras una chica caída del cielo. Una chica única en este mundo y aquel que consiguiera estar con ella sería un afortunado. Me cuesta creer que este aquí contigo y aún mas que estoy loco por ti y que te quiero muchísimo.. Te amo..-

La mujer de mis sueños debe saber lo que espero a mi sentir y a mi parecer, y ella es la mujer perfecta para mi.

En silencio escuché lo que Clive tenía para decirme, sin duda no lo esperaba, sin duda parecía que habíamos pasado un montón de días juntos y aunque en la práctica no era así, en la realidad de nuestras emociones lo era.

-Ella no me agrada, de coquetea pero eso me pasa por enamorarme de un tipo medianamente guapo-bromeé.-Tranquilo, tienes que hacer lo que tienes que hacer.

Sonreí y lo miré a los ojos, sus otras palabras eran aún más fuertes, al grado de hacerme palidecer, enrojecer y luego, aflorar las lágrimas. Un montón de veces me habían dicho aquello y terminaba siendo una treta para acostarse y follar conmigo, pero nada más; sin embargo, con Clive era distinto, lo otro ya lo había conseguido y no tenía necesidad. Me sentí amada por primera vez quizás, pues siempre había tenido la no fortuna de encontrarme con patanes literalmente. Mi voz tembló antes que pudiera decir nada.

No tenía que decirle nuevamente que yo también lo amaba, eso él ya lo sabía. Así que simplemente, llevé nuestras manos hasta mis labios, las besé y luego lo besé a él con una vehemencia tal, que no necesité palabras para explicarle lo que estaba sintiendo.

-Encontraré un buen trabajo, si no es de modelo, de lo que sea pero lejos de ese mundo al que tontamente quería entrar pero gracias al que te conocí...

Dije para luego volver a besarlo.

Al fin le dije lo que realmente sentía en mi interior, esas palabras que solo se dicen si has encontrado un paraíso que no se puede rechazar entrar y quedarse para siempre, así es como sentía un te amo y solo lo decía de verdad si lo sentía, jamás le diría esas palabras a una mujer para luego dañarla, tienen que ser una palabras sinceras y para siempre.

Me fundía en sus labios, en su boca, en su lengua..

-Por esa regla de tres, tendría que cortarle los ojos a todos los hombres que te mirasen preciosa- bromeé.

-No me importa que esté tan lejos de una cámara de cine.. Tienes una cara perfecta. Unos ojos preciosos, una piel perfecta, una sonrisa irresistible... hago una pausa para ordenar mis pensamientos y añado.. podrías hacer películas de cine..- Sonreí, creo que no le iba a gustar la idea.

-Mmmm.. se me ocurre una idea.. levanto el dedo indice y ese mismo dedo lo llevo a sus labios antes de que pueda decir nada, lo aparto y los sustituyo por un beso sin lengua.. ¿qué me dirías si quiero hacerte un masaje?..- digo en un tono divertido mientras me crujo los dedos de ambas manos.

Sonrío, no me veo en el cine ciertamente, al menos no muy cerca de ser una actriz; quizás una productora pero en este momento soy capaz de creer que puedo hacer cualquier cosa, cualqier sueño, nada me detiene. Soy como una adolescente de esas que creen que se comen al mundo. Lo miro a los ojos, es el hombre que amo y parece que él a mí también. Si antes nunca dí una oportunidad al amor por considerar que siempre terminaba lastimada, ahora sé que no es así.

-Un masaje estaría perfecto... Tienes unas manos, tan..., suaves-dije bromeando mientras acariciaba su mejilla.-Eso sí, después no te quejes si me adormeces.

Sentía el licor burbujeante que se arrastraba en mis palabras, aquel había sido un día largo pero un día muy bueno. Yo que nunca creí merecerme nada igual, estaba en los brazos de un hombre que valía la pena, uno capaz de hacerle frente a Sean sin que se le cayeran los pantalones por ello; uno capaz de hacer cualquier cosa por mí, uno de esos que sólo había visto en las pelis.

-¿Sabes?, me alegro de que te sientas tan cómoda..- añado después de sentarme sobre ella, justo sobre su trasero.

Froto mis manos un poco para calentarlas y evitar que el primer contacto sea desagradable. Después las coloco sobre su cuello. Antes de comenzar me inclino un poco sobre ella y le susurro:
-Relájate-
Comienzo a frotar su cuello suavemente primero, subiendo de intensidad poco a poco. Mis manos se deslizan por su espalda..-¿Puedo desaflojarte la blusa?- siguen mis susurro muy cerca de su oído tanto que debería sentir cosquillas por mi aliento.

Sin esperar respuesta, tan solo una sonrisa... Mis manos bajan muy lentamente la blusa notando y mirando como se relaja. Cuando su espalda está al descubierto mis pensamientos vuelven a otra parte que no creo que se me borre de la memoria nunca. Aquella piel tan suave la tenía ante mí, entre mis dedos acariciándola primero con suavidad escurriéndolos por su columna, para acabar con un largo masaje en sus hombros, pero un pensamiento no dejó de rondarme por la cabeza mientras lo hacía..

Me vuelvo a inclinar hacía ella..

-Ya está- susurro.

Me tendí en el piso y empecé a sentir sus manos recorrerme entera, sentí como suavemente se deshizo de mi blusa y sonreí. Ciertamente había empezado a relajarme y su tibio aliento en mi oído me volvía loca. Pero no pensaba ni por poco en dormir, así que cuando dijo que había terminado, me di media vuelta y apreté mi blusa contra mis pechos y le sonreí.

-¿Es todo?

Lo atrajé hacia mí, enredando mis brazos en su cuerpo, apretándolo con vehemencia contra mi cuerpo a medio vestir, lo besé suavemente al inicio para continuar con pasión desmedida, bajando mis manos por su espalda, luego metiéndolas bajo su camiseta. Deliberadamente buscando provocarle. Él me encendía como nunca nadie había podido hacerlo y no conforme con eso, me hacía sentir amada y eso no tenía precio.

-¿Prefieres dormir?-pregunté en su oído con la voz entrecortada y una ligera sonrisa.

Me incliné levemente para que ella pudiera girarse y se quedará debajo de mí pero de frente tras finalizar mi masaje.

-Creo que te toca a tí..- Antes de darme una oportunidad a responder del todo ella se lanza sobre mi.

Me dejo llevar por sus manos, por el roce de su tibio cuerpo junto al mío que me hace temblar y sentir sensaciones irresistibles. Siento sus senos como rozan mi pecho. Aspiro el olor que suelta su aliento, besándola y entreteniéndome con su boca, deseando entretenerme con su cuerpo como una noche radiante e infinita con la mujer que quería.

Sus manos se cuelan por debajo de mi ropa, notando sus uñas como rozan mi espalda, provocándome..

Parpadeo, pero permanezco en la misma posición. Contemplando la maravilla que tenía ante los ojos cuando ella me dice que si prefiero dormir..

-Eres preciosa...-

Me aseguro de sostenerla bien para intercambiar posiciones rodando por el suelo hasta que ella se quede encima mía y junto a mis labios, mientras mi mano izquierda se desliza suavemente por su vientre, muy despacio. Los rostros quedan muy juntos. Tanto, que puedo respira el aire que ella expulsa. Espero que esto le sirva como respuesta de que no quiero irme a dormir.
El instante se graba a fuego en mi memoria, que parece que vuelvo a la realidad al oír como cambia el vinilo de canción..

-Aunque si tú prefieres irte a dormir me quedaré aquí solo con unas cervezas..- bromeé.
Me imaginaba su respuesta, así que volví a enredarme en sus labios y mis manos se deslizaban por su cuerpo hasta meterse por debajo de su blusa y llegar al cierre del sujetador para desaflojarselo.

Me volví con la fuerza de su abrazo hasta quedar sobre él, la blusa cayó al instante y luego con él, sentí como aflojaba mi sujetador. Sonreí mientras le comía la boca a besos, mientras mis caderas se movían sinuosamente sobre las suyas. Era obvio que ninguno de los dos quería ir a dormir. Metí mi mano entre nosotros dos y desabotoné su pantalón, aunque bastante complicado era quitarlo desde allí, así que bajé hasta su cuello y me perdí en él por largos instantes, recorriendo cada arruguita, cada centimetro.

-Soy lo que soy porque estoy contigo...

Murmuré en su oído y luego introduje la puntita de mi lengua juguetonamente en él, para luego pasar a saborear su lóbulo. Estaba loca por él, eso no era una novedad y lo deseaba con cada parte de mi ser. Yo misma hice lo propio con mi pantalón y me levanté para deshacerme de él, quedando sólo en la ropa interior, aunque el sujetador ya desprendido, no me lo quité. Luego, besé su pecho y bajé lentamente hasta la cintura de su pantalón y con mis manos lo despojé de él.

-Toda tuya-dije y volví a sentarse sobre sus caderas, provocándolo cada vez más.

En mi pantalón se puede distinguir perfectamente la forma de mi miembro, pugnando por salir de su prisión de tela, pero sólo tengo ojos para perderme en la clara mirada de Michelle.. y para recorrer la deliciosa redondez de sus incitantes pechos.

Sonrío mientras entra en mi cuerpo con sus caricias y roces.. avanzo sobre ella sin perder de vista su mirada hasta que los labios se vuelven a encontrar en un apasionado beso. Tratando de ganar un poco de espacio, consiguo atrapar entre sus labios su lengua y la chupo, recorriendo toda su longitud.

-Me vuelves loco, cielo...- susurro mientras ella baja poco a poco, dejando un sendero de besos y lametoncitos sobre mi piel. Noto como se mueve, como cabalga ligeramente con sus caderas después de deshacerse de mis pantalones.

Embriagado por la suavidad y el aroma de su piel me voy encarando a ella para besarla y disfrutar de sus labios y de su forma de besar, poco a poco y mutuamente nos vamos moviendo hacia abajo para que ella quede debajo de nuevo.
Beso su boca, su mentón y bajo hasta encontrarme con el sujetador a medio quitar, me deshago de el.
Extiendo un poco más mi lengua y con ella sigo el contorno de uno de sus pechos, envolviéndolo en un círculo de saliva. Sin dejar de lamer voy trazando espirales sobre el pecho, lento y parsimonioso, ansiando arrancar un gemido de mi dueña mientras continúo bajando hasta su vientre..

Su lengua se vuelve una serpiente tibia en mi piel, no concibo el deseo con otro nombre más que el de él y sus manos, su tibieza, su cuerpo, se funden en mi piel haciendo que los gemidos suaves se hagan cada vez más audibles. Siento su respirar en mi piel, muy cerca de mi ropa interior o lo que queda de ella y estoy casi a punto de gritar que te tome, pero sonrío y juego con el arte del deseo, del esperar; sujeto su cabeza, juego con mis dedos en su cabello, mientras mis caderas se contonean siguiendo el juego de su lengua.

-¡Oh, Clive!-murmuro soltando su cabello, llevando mis manos a mis pechos.

Mis piernas se enredan alrededor se su pecho, sé lo que vendrá y el hacerlo esperar me pone, espero que tanto como a él pero no resistiré mucho más; lentamente, poso mis manos en mi ropa interior para intentar bajarlo, señal inequívoca de mi deseo por él. Pero lo dejo sólo a la mitad, sigo jugando con él, con nuestro deseo, luego elevo lentamente las caderas y atraigo su atención con mi mano en su frente y le sonrío para luego cerrar los ojos. Si pudiera decirle lo que siento en este momento, sería demasiado irreal. Suavemente lo empujo con mis piernas de modo que su rostro se encuentre más y más cerca de mi humedad que tanto anhela sus caricias.