Partida Rol por web

Orlando golpea con fuerza a Anastasio y luego se desplaza agazapado hacia el origen de los disparos. Casi parece ir en 4 patas, con la cabellera plateada ahora desprovista de boina, brillando contra la oscuridad.

-DENLE CON NA 'STACA! +grita entretanto.

Dispara hacia la sombra tambien, aunque en el apuro la bala rebota contra el cantero cercano.

-No pude comunicarme. +responde escuetamente a Javiera, sin entrar en detalles del problema. Pero se le nota preocupado.+ Por ahora hace lo que dice Orlando, conseguí una estaca.

-MIERDA! +se escucha fuerte y entonces el ruido entre los arbustos al ser violentamente desplazados...

Orlando llega hasta la sombra, encontrandose un rifle tirado. Cierra los puños, mirando hacia el Sur, donde el bosquecillo empieza. Para el es visible la ruta que ha seguido su presa.

-Ce 'scapa el cobarde!! +masculla, lanzandose en su persecucion.

La sorpresa se apodera del lugar. El cementerio queda en silencio, salvo por el ruido de la brisa ribereña entre los arboles y el alejarse del anciano gangrel tras el tirador misterioso... Alfredo se queda con los ojos abiertos, asombrado. Sarah, Javiera y el son ahora los unicos que se mueven entre las tumbas, bueno, figurativamente en el caso de la primera. 

Resopla molesta, la respuesta que le había dado no era satisfactoria, ellos no habían llegado, pero por un segundo se detuvo a pensar ¿y si los atacaron? o peor aún.. Javiera apretó los labios en una mueca de molestia, y miró en donde poder conseguir una estaca, cerca de ahí, había un árbol, y con el cuchillo en mano, corrió hasta él, para sacar una rama más gruesa, y volvió donde Alfredo,  al rama ya estaba ne punta cuando la arrancó, y la había limpiado con el cuchillo, haciéndola un poco más filosa.

- aquí tienes - se la pasa a Alfredo , que la estaba pidiendo, y se cruzó de brazos - Sarah está  más atrás, creo que no quiere beber de los cuerpos pero está muy mal herida, ¿nadie le explicó lo que debe hacer o qué? - había dejado atrás los buenos términos, entre el nervio y la sensación de haber sido traicionados, la habían puesto de un pésimo humor.

Sarah mira a su alrededor, tratando de hacerse una composición de lugar. Uno, voceando como si fuera un animal (que poco le falta) La otra bebiendo sangre por ahí (asquerosa) incluso el que parece normal, se dedica a pegar tiros.

La valoración son tres soldados muertos o dos... o yo que se. Y sin conseguir información. ¿Alguien me explica por qué estamos así? O más bien ¿Para qué habíamos venido? Porque si esto era una maniobra para conseguir algo, sólo hemos conseguido heridas.

-Lo desconozco, querida... +responde con aplomo, tomando la estaca. Se ha movido junto a Anastasio, y al tenerla en sus manos simplemente se inclina, apoyandola en su pecho, ligeramente al costado del esternon. Luego se la introduce con fuerza, cosa que hace abrir los ojos al gaucho! + Listo... Esto lo mantendra quieto hasta trasladarlo

Seguidamente otea el cementerio un momento.

-Hay que limpiar un poco mientras don Orlando vuelve. Esta es la parte menos grata de nuestras no-vidas... Ve a traer la camioneta y al profesor con el auto. Tenemos que llevarnoslos...+Diciendo esto, toma a Anastasio de las piernas y le arrastra sin mucha ceremonia donde Sarah, para armar el montoncito alli.

Bufó, pero no agregó ninguna palabra más, la chica estaba en problemas, pero ya verían que hacer con ella, quizás llegando pronto donde el primogénito de los brujah, pudieran ayudarla de mejor manera. Javiera asintió con un mero movimiento de cabeza, y fue hacia la salida del cementerio, siempre muy atenta a los movimientos, no vaya a ser que hubieran más personas esperándolos, el arma de fuego estaba en su mano, y se movió lo más sigiloso posible, hasta poder divisar la camioneta en donde los esperaba el profesor. Por un segundo temió por él, no sabía la razón, fue una corazonada.

Miraba todo a mi alrededor. Vamos a ver. Yo había venido para rescatar a JJ. Y no hay ni JJ ni rescate.

Encima esta gente dios sabe lo que está haciendo. Ahora debería ser el mejor momento de escaparme para ver si puedo localizarlo por mi cuenta. Con unos días de descanso, esto seguro que baja.

El profesor esta bien, por suerte. Se encuentra agazapado afuera del vehiculo, con el auto encendido y un revolver en la mano, uno con el cual apunta a tu figura hasta que te reconoce. Suspira fuertemente.

-Dios mio, Javiera... Menos mal que venian a conversar. ¿Que demonios paso?+pregunta con voz apremiante, incorporandose un tanto al hacerlo. Notas que su pulso esta vacilante, y tambien alcanzas a percibir el fuerte latido del corazon, de la sangre bombeando por sus venas aceleradas... Huele bien, y peor, a sabroso.

Trae el cuerpo estacado hasta muy cerca, dejandolo en el suelo. Enseguida se aproxima a vos, pero en lugar de atenderte, revisa el cuerpo del soldado, buscandole pulso. Su chica se aleja entre las tumbas hacia los autos...

-¿Porque no estas curando? +pregunta con serenidad, dejando caer los hombros luego de comprobar la futilidad del sondeo+ ¿Haz agotado tus reservas?

- No lo se - responde de forma escueta - ¿Dónde está mi marido? Vinimos a buscarle y no le encontramos.

Estaba cansada de seguir órdenes y más de civiles.

- Dijisteis que aquí le encontraríamos

-No recuerdo haber dicho tal cosa. Existia la posibilidad de obtener informacion, nada más. Por desgracia, no han sido tan cooperativos como era deseable... aunque eso se arreglara pronto.

Se incorpora dignamente, con la serenidad personificada en la cara 

-Piensa en sanar y usa tu vitae.  Se que te queda, si estuvieras agotada entrarias en frenesi o letargo por el hambre. Si no quieres, tendras que aguantar hasta que volvamos a Parana. No te recomiendo que te alimentes de ninguno de los cadaveres... aunque si decides hacerlo, hazlo de los soldados, al menos estan frescos y sanos. Con lo otro lidiaras despues... 

Llega donde el Profesor, afortunadamente nada malo le ha pasado, y eso la alivia, se pone frente a él, y mira con cierta angustia dentro del cementerio chasqueando la lengua, si claro, conversar, soltó un poco de aire - vamos a hablar, dijeron, será fácil, dijeron - dice con con sarcasmo, - necesitamos llevar la camioneta dentro, profesor,  -va a la camioneta y se sube dejando al profesor de piloto - solo hay que entrar de cola, y nos vamos de este lugar...- le da indicaciones, aun tiene en su mano el arma, por si los atacaban desde las sombras.

Te acompaña a la camioneta. Por suerte las llaves estaban puestas, dado que esperaban entrar y salir rapido de alli... El profesor se sube y arranca, suspirando.

-Pensaba que mi epoca de rondar cementerios habia pasado hacia tiempo...+murmura, enfilando la camioneta para entrar con cautela entre las tumbas+... Debo suponer que no han sido pocas las bajas. ¿Como esta Alfredo... y tu?

Esto ultimo lo dice notando la rotura en tu remera, asi como la mancha que dejo la herida.

Algo más aliviada y recordando que debe canalizar su frustración y rabia de una manera sana,  intenta responderle de la mejor manera al profesor, para no ofenderlo - parece que no... profe - responde a su  comentario sobre los cementerios, y se mira las ropas y la marca que aún estaba en su piel - me han dado un machetazo, pero ya está sanando, alguna ventaja debe tener el ser esto...¿no? - le comenta con una media sonrisa en los labios.- Alfredo está bien, no le pasó nada, pero no podemos decir lo mismo de los soldados, Orlando y su muchacha - comenta encogiéndose de hombros, y esperando pronto terminar todo eso. Estar en la mansión del fasistoide asesino era incluso más agradable que estar ahi.

Menea la cabeza, entristecido. Eso le distrae y topa con una lapida, aunque por suerte iba despacio. Se detiene enseguida. 

-Odio los conflictos. +añade, cambiando la marcha para remendar el error y volver al camino+ No me trae ningun buen recuerdo, querida, esto de las balas en la noche... vos sabes a que me refiero. Al final termina siempre repitiendose la historia, solo cambian las armas.

Al parecer pensar en esto le pone tenso, porque topan casi enseguida, mas fuerte, con otra tumba asomandose. Barros se frena y mira el volante, respirando fuerte. Por algun motivo la calma le ha desaparecido...

- y cambian los protagonistas - termina al frase del profesor, ella pensaba lo mismo, las armas, la violencia le recordaba malos momentos en su vida, en su infancia, y el miedo constante a perder a sus padres. Llevó una mano a su frente y se la rozó, estaba  helada, eso era algo a lo que aún no se acostumbraba del todo. Y de pronto, algo cambio, chocaron con una lápida, pero tanto ella como el profesor se pusieron tensos, más Javiera que seguía sintiendo su cuello y su aroma a sangre. Calma, se dijo.

- profesor.. cierre las puertas...- murmuró la orden, Barros era sólo un humano y se estaba arriesgando demasiado en ese escenario tan peligroso, incluso para ellos, y  abrió la puerta del auto, con sus sentidos en alerta y el arma en las manos, para ver si estaban ya cerca de los cuerpos, y podrían largarse.

Extrañado, el hombre tarda unos momentos en reaccionar, pero luego pasa seguro a las puertas...

Faltan unos 100 metros para llegar al fondo, a los mausoleos. Es algo dificil en la oscuridad, por las callecitas estrechas... No es de extrañarse que el pobre viejo tenga problemas y se tope con algunas de las tumbas mas salientes. De hecho la camioneta apenas y si cabe por la senda.

El aire nocturno, apenas hace minutos rasgado por los tiros, ahora se siente pacifico. Nada perturba la paz del cementerio. ¿Nada? Aguzando el oido te parece oir algo muy distante... Sirenas

- mierda... - exclama entre dientes, y como se ha quedado abajo de la camioneta, camina a su lado, si embargo escucha las sirenas cuando el motor se apaga.- Alfredo, rápido, hay que cargarlos - corre hacia donde está su sire, y comienza a ayudarlo a cargar los cuerpos. La sangre la llama y altera sus sentidos, pero aun puede controlarse, debían salir de ahí.

Miro a los soldados, a él y a su Chiquilla.

- Eso es una guarrería. Sólo necesito descansar.

La verdad que sangre de esos no es lo que estaba pensando tomar.

- Solo eso. Entonces... me engañó. Pense que era alguien de más palabra y al final no es más que otro igual.... - chasquea los dientes.