Partida Rol por web

Esta escena se crea para que podáis comentar cosas en común todos los del grupo. Se puede usar para discutir estrategias, tomar decisiones, o simplemente conocer mejor a los otros personajes sin tener que llenar de mensajes las escenas de desarrollo de la partida.

Las otras escenas anteriormente creadas para los grupos de personajes que comenzaban juntos se mantienen (ciertos personajes con pasado común y lazos ya creados seguirán teniendo cierto grado de complicidad mayor entre ellos y en dichas escenas tienen un apartado para discutir cosas que quizá quieran mantener en privado de cara al grupo completo).

La anciana Aleü tal vez no sea la más indicada para inmiscuirse en temas militares, pero experiencia en los caminos desde luego no le falta, de modo que no parece tener ningún reparo en exponer sus propuestas para la seguridad del grupo:

- Supongo, jovencitos, que después de lo que acabamos de vivir organizareis unos turnos de guardia decentes durante las noches - exclama con su voz cascada, autoexcluyendose de forma significativa, escudada en su avanzada edad - Porque yo no tengo nada en particular contra esa miserable, rastrera y sucia criaturilla de la oscuridad que tiene Groth como mascota, él sabrá los errores que comete... ¡Pero no pienso confiar la seguridad de todo el grupo a un ser tan poco fiable!

Se escuchó una carcajada en todo el campamento saludando la intervención de la anciana.

- ¡Arkat nos libre de los prejuicios, venerable señora! Un Arkat que, si no recuerdo mal la leyenda, también vivió entre los trolls durante un tiempo -se incorpora un poco mientras guiña ostensiblemente un ojo- Pero no le falta razón. Es mucho mejor confiar en cualquiera de nosotros. A ver... tenemos el hombre y medio... el guerrero amable de las pieles, los mercaderes o yo mismo como ejemplo de virtud -vuelve a reírse- Y por supuesto, no dudaré de la virtud de la Cazadora ni de sus embrujos, anciana.  Claro que ninguno puede ver en la oscuridad, como los trolls ¿verdad?

Mira alrededor sonriendo, consciente de las miradas de sus compañeros.

- Pero tiene mucha razón en una cosa: nadie debe montar guardia solo. Y mucho menos Suk. Podría distraerse buscando comida, o cualquier otra cosa. Mirémoslo desde este punto de vista... Yo pondría al menos dos centinelas. La ventaja nocturna de Suk nos libra de cubrir uno de esos puestos, así que solo tenemos que establecer turnos entre los demás. Entiendo que cuantos más seamos, más dormiremos y yo me ofrezco a hacer la primera guardia, pero estoy dispuesto a negociar.

Y se vuelve a recostar, riéndose como si hubiera algo que le hace mucha gracia.

La anciana dedica una fría mirada a Danegar y susurra con voz queda:

- Akat extrajo lo que le interesó de los Uz para lograr su objetivo y punto... pero este no es momento para hablar de todo eso - luego suaviza su expresión y añade - Pero me siento mucho más segura después de oír la forma en que pensais organizar las guardias, es una suerte contar con vigilantes experimentados en la caravana...

Gábriel escucha las historias de la vieja mientras come un poco. El ambiente está tranquilo y distendido. La cazadora sonríe ante los comentarios de Groth y cuando éste se vuelve a recostar, la mujer parece que tiene ganas de darle al palique y comienza a soltarse-Grandioso fue cuando vencí a aquel dragón de la caverna. Cuando todos huyeron yo me quedé allí para hacerle frente. Sus bocanadas de fuego me quemaron el rostro y el cabello. Pero esa artimaña no sería suficiente para acabar conmigo, jeje. Así que como estaba escrito, yo me alcé gloriosa con una de sus escamas -la mujer sonríe orgullosa narrando sus hazañas- Y ahora me dispongo a hacer lo mismo con las bestias que encuentre en el Bosque de las Maravillas -la mujer se anuda fuertemente la bota- ¿Habéis oído hablar de él? -hace una breve pausa, se pone la mano en el mentón y pone cara de duda -Por cierto, ¿y adónde os dirigís vosotros si puede saberse? ¿Una vieja anciana solitaria y un fornido hombre con un trollkin...? -la cazadora presupone que, como el resto de personas que viajan en la caravana son mercaderes (a parte de sus compañeros) estos irán a realizar labores mercantiles de un poblado a otro. Sin embargo, es más infrecuente encontrar una anciana de avanzada edad viajando sola y a un hombre con ese singular acompañante.

Durante el dia, Suk apenas se deja ver, y en sus escasas salidas al exterior, para hacer sus necesidades principalmente, siempre aparece completamente cubierto con su capucha y se mueve tambaleandose. Por las noches, en cambio, parece sentirse mejor y está mucho más activo. Los que hacen guardia con él lo ven moviendose sin cesar, caminando por los alrededores del campamento en completo silencio y de vez en cuando aparece masticando alguna cosa crujiente.

No se comunica con nadie más que con Groth, y aunque parece conocer algo de idioma comercial, nunca participa en conversaciones ni muestra interés por ellas y solo levanta la cabeza cuando oye la palabra "troll" "trollkin" o "comida". A pesar de no mostrar interés alguno por las cosas de los humanos, mira con temor y respeto al hombre oscuro; Parece que el color de su piel y su gran estatura le recuerden a alguien...

La vieja Aleü contesta presurosa y solícita para satisfacer la curiosidad de la temperamental cazadora vingana:

- Yo no soy más que una feriante que deambula desde hace años por los caminos, buscando los mercados y las celebraciones de la cosecha, las ferias de ganado o las fiestas sagradas, con objeto de vender mi antiguo arte – mira de reojo, encorvada… y les regala una sonrisa torcida cargada de intención – Pues la anciana Gaal puede atisbar retazos del futuro más o menos cercano y leer la buenaventura… y además vendo filtros de amor y pociones curativas, así como algunas otras cosas útiles… para cualquiera que pueda pagarlo – hace un gesto con las manos, como alejando el mal de ojo, para añadir con determinación – Pero nada de magia negra, yo no toco esas malas artes…

Groth se encoje de hombros al escuchar a las dos mujeres.

- No me interesa demasiado saber mi futuro. Con esta clase de vida y en este mundo, no creo que llegue a viejo -ríe de nuevo- Pero no me da miedo la muerte... es algo que nos debe llegar a todos. Menos a esas criaturas antinaturales, ya sabéis: zombies, esqueletos, vampiros... no soporto esas cosas.

Mira a Suk, que está royendo una ramita, algo más lejos.

- El pequeñajo viene conmigo desde que me sacó de una jaula troll. Yo le devolví el favor llevándole conmigo, evitando así que se lo comieran... por alguna extraña razón les había dejado de ser útil. Creo que tiene que ver con esas toses suyas. De todas formas, excepto por su... penetrante olor, y sus hábitos alimenticios -otra risita- su capacidad para manejarse en la oscuridad puede ser sorprendentemente hábil. Así que de momento viajamos juntos ¿a dónde? No lo sé. Supongo que donde nos lleven contratos como éste.

Horen se mantiene en silencio escuchando a cuantos le rodean. No es muy amigable de los entornos tranquilos y apacibles. Se siente inquieto fuera de su ambiente. Además, la tensión constante le ha permitido permanecer vivo más tiempo. Camina siempre cerca de los campamentos atento a cualquier cosa, y no suele prestar mucha atención a los cuentos que se cuentan junto a la hoguera. Cuentos de niños. Escucha distraídamente a Gábriel cuando empieza a contar sus historietas. No sabe  bien si creerselo o no. Sabe cómo lucha, lleva con ella el tiempo suficiente observándola -no sólo por el combate-. Pero... ¿un dragón? Horen jamás ha visto uno, pero se crece ante la posibilidad de hacerlo.

- Supongo, pelirroja, que no te acercarías a menos de cincuenta metros de él. Y seguramente irías acompañada de alguien más y pertrechada con tu arco, ¿no? Lo realmente heroico sería enfrentarse a él cara a cara, con hacha en mano, como hicieron los grandes líderes de mis antepasados. Suponiendo, claro, que lo que digas es cierto. Ya veo que te crees una reina, con tu corona siempre puesta. ¿Pero qué haces con eso puesto?

¿Pero a qué viene esto? ¿Por qué le doy la oportunidad de hablar más de sus historietas? ¡Demonios del inframundo! ¡Esta mujer me distrae demasiado!

Entonces, justo después de girarse para evitar que ella siga hablando de "su dragón", escucha a la anciana decir lo que vende. Se detiene en seco y aprieta con todas sus fuerzas el mango de su hacha, tratando de resistir la tentación.

-No te fies de los trollkin, Groth. He visto a muchos venderse por un puñado de chuletas... e incluso por menos.

Entonces, todavía de espaldas a ellos, continúa.

-Señora Aleü, ¿podría hablarme más de esas pociones que vende, y su precio? Igual podrían resultar útiles para el combate.

Ya lo he dicho. Es tarde para echarse atrás.

La vieja se sonríe con expresión astuta al oír al guerrero expresar interés por lo que puede proporcionar:

- Pasaos por mi carro más tarde, valiente Horen... y ya negociaremos un precio adecuado.

El intercambio de historias me llama la atención, sobre todo la hazaña del dragón de Gábriel. ¿Estará exagerando?

-Si esa historia es cierta, somos afortunados por contar con una matadragones en este viaje -comento con una sonrisa y expresión de sorpresa-. No me extraña que rechazaras tan fácilmente a los bandidos. Y comparto el interés de Horen por saber más sobre ese dragón, ¿dónde ocurrió todo eso? ¿Lo derribaste con tu arco como dice Horen? ¿Y todavía la conservas la escama como trofeo? Si es así, me gustaría verla, porque por suerte o por desgracia, nunca he visto un dragón. En mi tierra se ven muy pocos.

La cazadora escucha atentamente las historias de Groth y la vieja Aleü, sobre todo la del hombre -Los trolls le habían capturado...y odia a todo tipo de criaturas antinaturales...-parece que Gábriel comparte la misma opinión -Sí, yo tampoco los soporto- rápidamente vuelve sobre la historia de Groth-¿Y cómo es que te capturaron esos malditos trolls?¿Dónde sucedió?- le pregunta. De pronto, ese alcornoque de Horen vuelve a buscarle las cosquillas y como siempre ella sale airosa de sus comentarios -Para aquel entonces yo todavía no era una Hija Leal de Vinga- vuelve a hacer hincapié en su estatus -Pero tuve suerte, y con el humilde arco que poseía por entonces conseguí atravesarle el ala. Sin duda,  fueron dos flechas certeras - entonces se rie -cuando ese monstruo cayó al suelo, entonces sí que aparecieron mis compañeros, jeje, malditos canallas aprovechados- vuelve a anudarse con fuerza la otra bota. Respecto al comentario de la corona, se pone seria -Esta corona no es de tu incumbencia. Lo único que debes saber es que es una regalo personal y múltiples protecciones la mantienen a buen recaudo sobre mi cabeza. Yo de ti no la miraría mucho- amenaza sutilmente al hombre. Parece que ese comentario no ha sido acertado y la mujer está visiblemente molesta. Sólo las palabras de ese simpático mercader le hacen olvidar molestos comentarios-Pues verás amigo, a ese desgraciado lo derribé en una caverna cerca del Glaciar de Valind- se queda mirando entonces su arco- pero no fue con esta maravilla...aún así, tengo mucho cariño por aquel arco- la mujer se queda con cara pensativa -Creo que lo compré a un mercader en el Paso del Dragón. Y respecto a esa escama, no la llevo siempre conmigo. Pero si algún día tus pasos se dirigen a Murallas Blancas, pregunta por Gábriel La Cazadora, y si me encuentro por esos lares, no dudaré en mostrártela- en ese instante se quita la corona y la introduce en la mochila, de la cual no se despega un sólo instante.

Groth escucha con expresión divertida el intercambio de opiniones. Cuando cree que ha llegado su oportunidad, mete baza. Le lanza una mirada de soslayo a la empuñadura de su espada, que asoma por el costado de su cabalgadura y comienza a hablar.

- Me temo que mi talento está muy lejos del de la Cazadora aquí presente -comenta con aire distendido, inclinando la cabeza teatralmente frente a Gábriel- y caí en una emboscada troll cuando viajaba en solitario. De todos es sabido la pericia de esas criaturas en el combate nocturno, y no me avergüenza reconocer que me atraparon cuando dormía al raso demasiado cerca de sus tierras de caza.

Hace una pausa dramática, disfrutando con la atención de su audiencia. Después sonríe con su habitual socarronería y continúa.

- Afortunadamente, no sois los únicos que minusvaloran a los trollkins. Sus propios amos no tuvieron problemas en decirle al bueno de Suk que tenían intención de cenárselo, así que en un momento de lucidez pensó que liberarme era una buena opción. Esa noche lo hizo y escapamos juntos. Desde entonces viajamos a la par... y ya no nos han vuelto a sorprender aprovechando la oscuridad.

Se toca con gesto distraído la punta de la bota, como midiendo su desgaste.

- Esa noche aprendí varias lecciones. Una de ellas, a no subestimar a los trolls. Otra, a no hacerlo tampoco con sus pequeños parientes. Me considero un hombre más sabio desde entonces.

Groth busca con la mirada al enlo... aunque su comportamiento todavía le supone un misterio sospecha que no se ha perdido detalle de la conversación. Le observa con una mirada de pretendido cálculo.

- Y en cuanto a lo de fiarse... supongo que con él uno al menos sabe a qué atenerse. Los humanos somos más complejos. Sin embargo con Suk la clave está en darle siempre más chuletas que el contrario.

Echa la cabeza hacia atrás y suelta una risotada.