Partida Rol por web

- Bien, amigo Swot, camina a mi lado - dice Hal descabalgando de Negraluna - No parecen nerviosos, ni he notado que les haya sorprendido la emboscada - con Swot siempre ha podido hablar con más soltura que con los otros, Hal nunca se lo ha dicho por no ofender pero, a veces se olvida de que es enano, salvo por la altura.
- Entonces, los dos estruendos como truenos, durante la lucha, ¿eran pues magia enana?, perdón, "mostali", me has corregido varias veces pero nunca lo recuerdo antes de abrir la boca. - Hal insite un poco más a Swot sobre el tema, se gira para mirar a Krunk, al que parecen tener bastante respeto y obedecer los demás, esperando que alguna de sus palabras motive algún tipo de respuesta. Algo increible esconden estos enanos, algo que Hal no había visto nunca. Y ese otro, Thorkegar, controla a los espíritus de la tierra, no es tan poderoso como las sacerdotisas de Maran Gor pero, ¡ha creado un pozo de la nada!.
- Creo que también habéis comprobado como actúa el hierro en un aldryami, ¿es cierto que les hace más daño que un filo de bronce? - ¿que otra ocasión podría tener Hal para saciar su curiosidad?, ya sabe que, por si mismos, los mostali, no son muy habladores, hay que darles un empujoncito.
- Quizá en ese sitio al que vamos, Malnegozio, podáis pedir rescate por esta aldryami a su clan o su familia. Podrían tener algo interesante que ofrecer - nuevamente Hal mira atento a un mostali, esta vez a ese tal Argorath, a quién custodian con tanto celo.

Vorkadung nunca habia probado el efecto del hierro sobre las otras razas antiguas. Sabía que tanto los Uz como los Aldryamis sufrian una debilidad natural ante este metal, pero nunca había comprobado sus efectos con sus propios sentidos. Todos le habian dicho que los elfos se parten como ramas secas al contacto con el hierro, y que los uz, con lo grandes que son, huyen como niños asustados cuando ven el hierro porque su carne, al contacto con el hierro se abre como si fuera una babosa de laguna subterránea.

Como si se hubiera percatado de que con anterioridad habia sido algo hosco con el otro humano, trata de ser más sociable en lo que queda de viaje, asi que aprovecha la pregunta de Hal para saciar su curiosidad, al tiempo que mejora la imagen que puedan tener de él.

- Pues si. -dice interviniendo en la conversación entre Hal y Swot sobre las armas de hierro- He prrobado porr prrimerra vez el efecto del hierro en los aldryamis. Segurro que en los Uz tiene el mismo efeccto. -rie con desprecio y continua- Fue currioso, porque no me parresió haberle dado tan fuerrte. Apostarria a que el simple contaccto con el hierro les incomoda.

Sin embargo hace oidos sordos a la mención que hace a los disparos de arma de fuego producidos durante el combate, y que ha considerado "magia enana" gracias a su ignorancia. Como debe ser, ese asunto debe quedar en misterio. Bastante es que haya sacado de su funda la pistola delante de ellos.

Durante el viaje sigue comentando con agrado y asombro cómo se sorprendió cuando golpeó la rodilla del elfo y vió la herida que le había causado. El primer golpe apenas atravesó su armadura y no se fijó, pero el segundo... ahí sí notó la debilidad de esa patética raza ante el hierro. Finalmente, cuando lo remató, notaba como si la carne del elfo se abriera sola al contacto con su hacha. Apenas notó resistencia de la osamenta elfica.

Se puede constatar por la relación que existe entre los demás enanos, que es el de menor rango y experiencia entre los soldados enanos. Aún así, se nota la superioridad de sus habilidades de combate en comparación con un humano de su edad.

Siente curiosidad por saber qué planea hacer el capitán con la prisionera. Se pregunta si de verdad la dejará con vida o la matará, como merece. De momento se la ha ofrecido a Argörath, quien puede que planee torturarla. Tres Tubos no lo aprueba demasiado, no por que sea cruel, si no porque no merece la pena malgastar tiempo en algo que no tiene arreglo. De todas formas su opinion no cuenta, asi que poco importa.

- Te agrradezco el ofrrecimiento, maese Krunk - responde Argörath en lenguaje comercial, dirigiendo una terrible sonrisa a la prisionera - Cierrtamente se me ocurren muchas cosas parra hacer que esa desprreciable criatura suplique la muerrte; pero quizás prrefiera seguir con su miserrable existencia a cambio de prroporcionarnos inforrmación... -

El Mostali de plata lleva bastante tiempo viajando al exterior. Incluso ha llegado a apreciar la utilidad de ciertas especies que habitan en la superficie; sin embargo no consigue entender la valía de los Aldryanis, mas allá de servir como cobayas o simplemente ser aniquilados en beneficio de Mostal. Sin embargo la experiencia le ha enseñado a no precipitarse a la hora de poner fin a una vida; hay criaturas dispuestas a mucho con tal de seguir viviendo.

Por otra parte agradece enterarse de quíen ha sido su sanador. Parece que el tal Swot tiene conocimientos mágicos... y también algún tipo de defecto que le impide seguir instrucciones o formar parte de la maquinaria de Mostal - Interesante -

- Dime Adryani - Se dirige a la prisionera en lenguaje comercial - ¿Erres capaz de entender esta sencilla lengua? ¿O acaso las ramas putrefactas que tenéis dentro de la seserra no dan para mas? -

La criatura tuerce el gesto ante los insultos pero es consciente de su situación, y tras unos segundos en los que mastica su orgullo antes de tragárselo, le responde al hechicero enano en el idioma comercial:

- Si, entender el idioma de los comerciantes. ¿Qué pedir de mi por mi libertad?

Argörath mira complacido a la Aldryani - Demuestra ser inteligente al no caer en la trampa de los insultos - Suaviza su sonrisa pero se sigue dirigiendo a la prisionera en tono amenazador - Como ya has oido mi nombre es Argörath; así que sería un buen comienzo saber tu nombre. Y después quisiera saber algunas cosas; como por ejemplo por qué nos habéis tendido esta emboscada; si nada teníamos contra vosotros, ni recuerdo haber luchado contra los de tu especie desde hace ya mucho tiempo -

- Sobrre lo que me prreguntas, amigo, le debo un rrespeto a mi rraza. No quierras saberr má...

Las palabras de Swot a Hal se cortan bruscamente al ver aparecer al enorme tanque enano. Lo mira con una mezcla de vergüenza y respeto mientras describe los efectos del hierro sobre los aldryamis. "Tres tubos" parece disfrutar al describir sus efectos y Swot no puede evitar sonreir.

- Sí, seguro que incluso uno de mis débiles golpes habría hecho mella en sus arbóreos cuerpos -dice golpeando la extraña hacha de minúsculo astil, de ese venenoso material, que tiene al cinto-. El mundo no sería el mismo sin la tecnología y los armeros enanos -Una cosa es que la actitud de Swot escape incluso a los preceptos de los menos ortodoxos enanos pero lo que está claro es que está orgulloso de su raza-.

Durante el camino continúa mirando con admiración al fornido enano mientras relata vívidamente como se desarrollaron los acontecimientos y los efectos que produjo el hierro en sus oponentes pero, de vez en cuando, su mirada se dirige hacia Argörath con curiosidad, como si deseara decirle algo y no encontrara el momento.

La aldryami escucha las palabras del enano que la interroga, mientras hacen un alto en el camino. Está a merced de sus enemigos, así que cuida lo que dice y cómo lo dice.

- Mi nombre es Sstomara... no saber cómo se dice en lengua de comerciantes.

Luego medita unos momentos, antes de proporcionar el resto de información que el enano requiere.

- Vosotros los hijos del difunto Mostal siempre estar en guerra contra los bosques. Vuestras máquinas dentro de la montaña emponzoñar los ríos de los que beben las plantas, y contamian con sus vapores el aire que respiran. Vuestras fraguas arden con los cadáveres de los árboles que asesinais. ¿Que por qué os atacamos?, solo nos defendemos, hombre de la roca, solo nos defendemos.

El acorazado capitán bufa al oir las palabras de la aldryami. Impaciente, pega un tirón a la cuerda que la sujeta para llamar su atención y le lanza unas preguntas en rápida sucesión.

- Entonces... ¿quién os manda?, ¿cuántas patrrullas de elfos hay porr la zona?, ¿y de cuántos guerrreros cada una?, ¿hay una fuerrza arrmada mayor cerrca?, ¿cuál era el prropósito de vuestrra parrtida?... ¡Habla!

La elfa se gira brúscamente hacia el férreo mostali. Lejos de mostrar miedo, su primera reacción es de rabia, pero se contiene dada su situación.

- ¿Que quién nos mandar?... Fodronu mandar nuestro grupo. Un joven guerrero, pero menos joven que el resto. Ahora es humo, devorado por vuestras llamas -dice con ojos embargados por el dolor- No saber de otras patrullas de elfos... solo de la nuestra. Éramos ocho guerreros que solo debíamos patrullar el bosque... pero Fodronu decía demasiado aburrido. Querer aventurarse una jornada hacia el este y volver al bosque con sangre de los enemigos del bosque en nuestras flechas y nuestras lanzas... -se detiene y mira hacia el suelo, algo abatida- Algunos protestar, pero Fodronu decir cobardes con miedo a salir del bosque. Cuando oimos vuestro ruido desde muy lejos planear emboscada. Todo salir mal...

La elfa parece haber terminado de contar lo que sabe. Tras lo que acaba de contar parece abatida y derrotada. Menos orgullosa que hace unos minutos.

Arbar acaricia la empuñadura de su martillo mientras habla la alrdriani. A medida que esto sucede su cara va mudando y se nota que se está empezando a molestar las palabras que oye

¡Informasssión esa no serrvir para nada!, entonses no valerr nada dice sin contenerse.

Obendiya se acerca con tranquilidad a Martilloalto al ver que acaricia su arma, y le dice:

-Espera, a lo mejor Argörath y Krunk quieren preguntarle algo más.

Cuando Obendiya le habla, francamente no se lo esperaba pues no habían tenido una relación muy cercana y le comenta parco, casi sin pensarlo.

Krunk serr capitán expedissión, lo que el dise eso se hará...

Y espero que seas consciente que afecta a tus actos también, humano.

Para no ponerse negro, rebusca en un bolsillo y saca un paño, con el que comienza a limpiar su martillo, manchado por los "acontecimientos" mientras murmulla.

Argörath mira a la aldryani con gesto serio - Parra tu desgracia Arbar tiene razón; lo que nos has contado no es suficiente pago por tu liberrtad - Se aparta de la repugnante criatura - Tendrrás que darr un buen motivo parra salirr de esta de una pieza -

Háloric da por perdido el asunto de los "truenos mágicos enanos", la próxima vez prestará más atención. Agradece con un leve gesto de cabeza las palabras de Swot y Vorkadung, aguzando ahora el oido para escuchar el interrogatorio que sucede tras él. Tras una estación, queda bien claro quién tendrá la última palabra pero, debe decir algo, en caso de una emboscada más firme, Obendiya y él se llevarían la peor parte. El odio racial parece cegarles.
- Debo deciros algo, Capitán Krunk, Maese Argörath, ... - Hal intenta pronunciar sus nombres del modo más preciso - ... estoy aquí para guiaros con la mayor seguridad y evitaros los problemas de la superficie. Esta emboscada nadie la podia esperar pero, en la superficie, usamos todas las ventajas posibles contra nuestros enemigos, algo que, como veo por el hierro de las armas mostali, también es costumbre entre vuestro pueblo. Recordad, huyeron dos aldryami, si vuelven en mayor número antes de que lleguemos, la elfa será nuestra ventaja. Si les preocupa tanto su vida como a ella la de sus amigos muertos, podriamos conseguir paso seguro. Tuvimos mucha suerte con las flechas que nos alcanzaron, quizá no dure. Os entiendo porque intentaron matarnos a todos por igual pero, antes de tomar la decisión, por favor, pensad en el trecho que aún nos queda.
Hal vuelve a subirse a Negraluna y, ya desde arriba, añade mirando fijamente a la aldryami - Será mejor que si notas la presencia de otros aldryami les grites que no tiren y lleguen a un pacto por tu vida, si las flechas vuelan otra vez, serías la primera en caer - tras estas palabras, hace una señal a Obendiya para que sepa donde va y empieza a adelantarse un poco buscando un lugar resguardado para acampar.

Me parece muy cabal lo que dice el larguirucho... como lleguen los aldrianis con refuerzos...

Piensa mientras sigue sacando brillo al martillo, que ya está con los tachones relucientes como antes de la batalla...

El mostali de plata entrecierra los ojos y tuerce ligeramente el gesto. Se dirige al capitan Krunt aunque el resto de compañeros puede oir lo que dice - El que llaman "buscasendas" habla con sabiduria - le dice Argörath en el lenguaje de Mostal - Aunque no parece haberse dado cuenta de que lo que pretendemos es intimidar a la prisionera para que diga lo que sabe.

El mostali de plata entrecierra los ojos y tuerce ligeramente el gesto. Se dirige al capitan Krunt aunque el resto de compañeros puede oir lo que dice

- De sakalte "sokeveier" snakker med visdom - le dice Argörath en el lenguaje de Mostal. Selv om det ser ut til a ha innsett at det de onsker er a skremme fangen til a lese hva du vet.

El capitán se permite una sonrisa al escuchar las palabras de Argörath en mostali, y luego le responde a Hal:

- La elfa no nos ha satifecho con su inforrmación... -le dedica una mirada de soslayo a la aldryami- ...una vulgar patrruya de imberrbes que querían saberr lo que erra la glorria... ¡bah!, suerte que habéis sobrevivido algunos. Ocho arrbustos con patas no son suficientes para enfrentarse a un grupo que cuenta con cuatrro enanos de hierro. Ni siquiera lo hubiérais conseguido con el doble de guerreros. No valéis ni para hacer leña.

El grupo se pone de nuevo en marcha, con la elfa andando a trompicones por los tirones de Krunk.

- Te llevarremos a Mal Negocio. Te dije que salvarrías tu vida por la inforrmación que pudierras prroporrcionarr... pero no he dicho yo que vayas a quedarr librre. Segurro que en Mal Negocio hay alguien que pague porr una esclava elfa un buen dinero que vendrrá bien a todos.