Partida Rol por web

Andrés asintió - ...el sello, si, se lo dió a un señor mayor y a un alien. - sonrió - Le dijo a August que lo ocultara y me pareció que iba a protestar... pero nadie le niega nada a la Dama Blanca. - el tono que puso al nombrar el título tenía una mezcla cómica de respeto y teatralidad, como si se estuviera refiriendo a un ser sobrenatural.

Se levantó y miró a Alfredo - Vamos a comprar ropa, y vos Mariuz, si August es tu maestro y te dijo que acá ibas a encontrar quien te enseñara, tené por seguro que así es. Alfredo seguro puede ayudarte, y en el peor de los casos creo que Jose y yo podemos al menos tratar de meterte en la cabeza lo que nos enseñó Muriel. - Le tendió la mano - Una vez que despertás, no podes volver a dormirte, no totalmente. Lo mejor que podes hacer es abrir bien los ojos y buscar.

 Miré hacia arriba como siempre que intentaba recordar y me acordé de cuando estaba haciendo Yoga y las mamushkas que se rompieron y Amalia entrando y todo, todo cambió ese día.

-No, yo hace unos meses recién que sé sobre todo ésto...

Recordé esa sensación de ese día, como si el mundo se pusiera boca abajo; como si el velo que lo cubría fuese desapareciendo.

-Desde junio que sé que soy... ¿especial?

Le sonreí.

-Pero en parte me gusta, no está mal ser diferente. ¿No? Entonces esta noche, no tengo problema- dije pensando en la propuesta. Después le pediría permiso a abu.

-¿Vas a pasear ahora? ¿A despejarte?

Temí por su seguridad, si antes lo habían lastimado. ¿Quién sabe dónde andaban esas personas ahora?

-¿Puedo... Puedo ir con ustedes?- dijo la mujer rompiendo su silencio por primera vez y cobrando ahora una apariencia mucho más viva que antes

-¿Ado..nai, la dama bla blanca?- mi rostro se lleno de sorpresa cuando Andres menciono estos nombres –no, no puede ser, como es posible que halla tantas coincidencias- me puse algo alterado, nervioso –August me ha hablado de estas dos personas en varias ocasiones, también me dejo dicho en una carta que los discípulos de la Dama blanca serian mis nuevos maestros…. No me lo tomen a mal pero, si ustedes son esos de los que me hablaba August, como es que ustedes siendo tan jóvenes puedan ayudarme- estaba realmente sorprendido con lo que estaba aconteciendo habian demasiadas conexiones.

Tomo la mano de Andres –pero quien soy yo para juzgar la capacidad de los demás y si Candau me dejo dicho que ustedes me ayudarian entonces asi sera, yo creo en él y ahora me toca creer en ustedes- esfuerzo una sonrisa, entre las palabras de Andres, hablaban de un sello que habían entregado a Candau para que lo protegiera pero este tema no me importaba en estos momentos.

Andrés se encogió de hombros - Somos discipulos de la Dama Blanca hace... - miró a Jose y a Victoria - ¿Diez años? fueron diez años de acá pero ¿Cuanto pasamos allá Jose? no se realmente, el tiempo no pasaba en el Templo Blanco. Nuestros cuerpos no envejecieron, ella nos cuidó de éste lado - dijo apretando cariñosamente la mano de Victoria. - Como sea algo aprendimos, y estaría más que contento de enseñarte lo que que sé o al menos guiarte para que encuentres tu propio camino.

Se giró entonces a la chica de rojo - Claro que podes venir, en cuanto vuelvan carlos y Ángeles vamos ¿Cómo te llamás?

Carlos sintió una mezcla de sensaciones al escuchar todo lo que había podido avanzar Ángeles en solo dos meses en comparación con él. Un poco de tristeza, un poco de vergüenza, un poco de enojo y sobre todo mucha impotencia. La abuela de Ángeles era probablemente quien la había entrenado, y con solo hablar unas palabras con ella, parecía ser mucho más permisiva que Alfredo. De todos modos no comentó esto que pensaba.

_No, me gustaría hablar con tu abuela. Me dijiste que ella puede ver los recuerdos de la gente, y yo necesito recuperar algunos de los míos. Gracias por todo, Ángeles. Después hablamos para arreglar para la noche. Bah, o vení conmigo ahora, como quieras.

Entonces Carlos fue en busca de Amalia para hacerle su pedido.

 -Te acompaño solamente para buscar a mi abuela y pedirle permiso para salir.

Aclarando rápidamente qué tipo de permiso, agrego:

-Para que sepa donde estoy nomás.

Es verdad no quería dejar a Babu sola y menos con estos enemigos.

No...

Pensé.

-Te acompaño a ver a mi abuela y me voy a recostar, estoy cansada.

Era mentira, no quería irme. No quería dejar a Babu, tenía miedo. Ella era mi única familia ahora y si todos salían, ¿quién la iba a cuidar??? Cuando pasé por donde estaba Alfredo con los chicos dije.

-Chicos yo me voy a quedar... no me siento muy bien. ¿Sabés donde está babu?- le pregunté a Alfredo.

Le hago una pequeña reverencia a Andres y a Jose en señal de disculpas por haber dicho que no creía que fueran capaces, pero de algún modo estos jóvenes estaban bien preparados, August tenia razón con respecto a ellos – Estaría muy agradecido si ustedes me instruyeran y me ayudaran a encontrar el camino del que me hablas Andrés- una gran sonrisa se marco en mi rostro, valla la chica pelirroja había hablado y yo que pensaba que era muda, pensar esto también me causo gracia.

Ángeles paso de largo diciendo que se quedaría en la casa y pregunto a Alfredo por su abuela.

- Será un placer Joven Padawan - dijo Andrés en tono de broma.

Las palabras que salieron de la boca de Andrés me hicieron reír demasiado –jajajaja!!! Solo espero no salir como Anakin Skywalker- digo en tono gracioso para después volver a mi composturas… -siento reírme así jeje les pido disculpas-

- Mientras yo no termine como Obi Wan... - respondió el atleta con una sonrisa - no te disculpes, la risa es una de las mejores medicinas para el alma. Reirnos de vez en cuando, incluso en las peores situaciones, nos ayuda a vivir mejor.

Después miró a Alfredo y al resto de sus compañeros - Bueno, si Ángeles no viene y Carlos tampoco podríamos ir arrancando. No me banco más estos pantalones, sin ofender Alfredo, parezco un embutido. - justo en ese momento recordó algo - Plata, sin guita no vamos a comprar nada, y dudo que las batas tuvieran bolsillos.

Carlos, Ángeles y Amalia se habían quedado solos en la casa mientras el resto de la gente se iba de compras.  Quizás ahora Carlos podría hablar con la mujer que ya se había levantado y se encontraba calentando agua en una pava.

De un modo muy raro había encontrado a quienes buscaba y ahora los iba a acompañar a comprar ropa, cuando Andrés dijo “plata”, yo palpe mi bolsillo trasero para descubrir que aun tenía mi billetera. -Uff gracias a dios la tengo, no se que hubiera hecho sin mis papelas y mi visa…- saque mi billetera para revisarla, tenia billetes entre euros y dólares, un par de tarjetas de crédito que mi papá, a pesar de haberme ido de la casa para vivir solo, aun velaba por mi y él se encargaba de pagarlas. Volví a guardar mi billetera en el bolsillo trasero, luego observe la hora en el reloj que mi padre me había regalado en aquel día en que mi vida cambio por completo.

Ángeles y Carlos entraron cuando el resto hablaba de ir de compras.

_Si me podés conseguir conseguir algo cómodo, tipo jogging o buzo, después cuando volvamos a Capital te lo pago. Igual si no te jode que te siga usando la ropa, a mi tampoco -le dijo Carlos a Alfredo, después de explicarle que se iba a quedar-.

Una vez que todos se fueron, Carlos ingresó a la cocina, donde Amalia estaba calentando agua.

_Quería disculparme. yo la verdad que no sabía nada... -hizo una pequeña pausa y quiso cambiar de tema-. Señora, tendría que pedirle un favor. ¿Después si tiene un ratito podríamos hablar?

 Veo que Carlos quiere hablar algo importante con babu.

-Babu, me voy a recostar. Cualquier cosa ando por acá.

Miré a ambos y saludé con la cabeza. Cerré la puerta para darles mayor privacidad. Una vez en mi cuarto me tiré sobre la cama y cerré los ojos. Ahora que había puesto esa excusa para quedarme me dí cuenta de que realmente tenía mucho cansancio. 

"Quizás pueda dormir... algo"

Respiré hondo e intenté que mis temores se fueran lejos, volando... como los copos de nieve en Moscú.

El mensaje llegó claro a la mente de Layka -Quedate se cerca, si se vuelve a descontrolar voy a necesitar tu ayuda- luego con una sonrisa en la boca dijo en voz alta -Si, decime ¿En que te puedo ayudar?-

 Abrí los ojos cuando oí a mi abuela. Me senté sobre la cama. 

Miré hacia la puerta de mi pieza y la abrí. La dejé realmente entreabierta, cuestión que pueda salir corriendo si Babu tiene problemas con el chico.

Paco aprovechó para entrar y tumbarse en la cama, enrollado.

Yo me senté una silla, delante del espejo que tenía en el pequeño escritorio, a mirar mi reflejo.

Saqué un cepillo y comencé a cepillar mi cabello. En realidad solamente estaba haciendo tiempo y evitando quedarme dormida.

"Tranquila Babu, me quedo despierta, aquí."

Pensé con fuerza y seguí con mi tarea pero prestando atención a mi alrededor.

_Le explico: la gente que me agarró fue la misma que mató a mi papá, porque parece que no los quiso ayudar. Recién ahí me enteré que mi papá tenía poderes, él nunca me dijo nada. Los recuerdos de mi mamá yo mismo me dí cuenta de que fueron alterados, entonces pensé en si mis abuelos sabrían algo... ¡Y me doy cuenta de que no recuerdo nada de mis abuelos! Sus nombres, sus caras, si siguen vivos, momentos pasados con ellos de chico, no hay nada -digo llevándome un índice a la sien-. Recién hablando con Ángeles, me dijo que usted podía ver recuerdos de la gente, y bueno, quería pedirle si por favor se podría meter en mi cabeza a ver si encuentra algo de mis abuelos.

La mujer sonrió con amargura -Podemos buscar esos recuerdos, y podemos encontrarlos, si es que existen.  Pero la mente de las personas es algo muy complejo.  Yo diría que cada una es un mundo, un universo.  Lo que existe, está, se puede ver y se puede conocer, pero lo que desapareció, lo que se alteró, no se puede hacer reaparecer o desalterar.  Si por algún motivo vos bloqueaste esos recuerdos puedo ayudarte a desbloquearlos pero si nunca existieron entonces no hay nada que hacer- la mujer se detuvo unos segundos para atender la pava que hervía y luego volvió a hablar -Esta noche voy a decirle a Alfredo y cuando él lo disponga lo hacemos.  ¿Querés té, mate o algo?- añadió mientras le decía mentalmente a su nieta que descansara si así lo quería.

 -Paco no te voy a dar de comer, comiste hace dos minutos...

Le estaba diciendo a mi gato que se la pasaba, dale que te dale, caminando entre mis piernas para que le llene el cuenco. Paco era muy glotón, si una le daba diez veces de comer, comía diez veces pero yo sabía que tenía que alimentarlo dos veces por día y dejarle tomar algo de leche por la mañana.

-No... nada de comida ahora.

El gato se sentó y me protestó con un maullidito de queja.

Entonces escuché a mi abuela.

"Bien... besos"

Le dije. Sonreí y me tiré en la cama. Me quedé de costado, con la cabeza apoyada en uno de mis brazos y Paco, se subió y se puso en mi panza.

-A veces creo que sos un perro reencarnado- le dije con una sonrisa. Y cerré los ojos.