Partida Rol por web

La Clepsidra

Amarna, el pueblecito de pastores

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30/09/2013, 19:18
Director

Amarna era una pequeña aldea de agricultores y pastores situada en el norte del Valle de Agavé, al comienzo de los montes Adhún. Probablemente nadie lo conocería si no fuera por que era el último pueblo antes de llegar a Aku, la Villa Colgante, a donde un número nada despreciable de personas acudía en busca de respuestas y de los servicios de Maba Gathra, así como para contemplar el sauce plateado que allí había, uno de los últimos y muy venerados árboles del Valle de Agavé. Por ello Amarna era el lugar en que quienes viajaban al norte se aprovisionaban antes de comenzar su viaje.

El camino hacia Aku no era precisamente coser y cantar. A partir de Amarna, hacia el norte, quien quisiera llegar a la Villa Colgante debía atravesar una zona montañosa bastante escarpada, donde caminos en mal estado se adentraban en el corazón de los montes Adhún. Retorcidas y quebradizas escaleras de piedra ascendían entre rocas y desfiladeros. Con frecuencia las brumas impedían ver más allá de un tiro de piedra, y un paso en falso podía suponer que el viajero no viviría para contar su viaje. Ello no desanimaba a los agavíes, que estaban acostumbrados a estos y a otros peligros incluso mayores. Eso sí, era preferible no andar en solitario por aquellos lugares, y había que iniciar el viaje estando bien preparado. En días soleados uno podía levantarse temprano y llegar a Aku antes del anochecer, si se daba prisa. En cambio, cuando las nieblas eran espesas era preferible evitar el camino, ya que era muy peligroso, y en caso de decidir andarlo podía tomar dos o incluso tres días atravesarlo, si las condiciones eran adversas. Aquel era el motivo por el cual Uarda había decidido esperar un par de días en Amarna hasta que el Sol volviera a salir y el camino volviera a ser relativamente seguro. 

Finalmente parecía que aquel día el cielo iba a estar por fin despejado, por lo que tan pronto como amaneció Uarda se dirigió a una casucha en la que esperaba comprar algo de carne seca y tal vez alguna otra cosa antes de partir. Fue allí en donde vio a la que probablemente sería su compañera de viaje a Aku.

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30/09/2013, 19:38
Rashú

—Aquí tienes Alma, la mejor carne seca para tu viaje. —dijo el pastor sonriente—. Espero que tengas suerte y que Maba Gathra te acoja entre sus discípulos, de verdad, pero recuerda que no es ninguna ofensa ser pastora, así que si no tienes esa suerte aquí te estaremos esperando con los brazos abiertos.

Notas de juego

Pueden comenzar :)

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30/09/2013, 19:53
Alma

Toma la carne con una sonrisa.

-Ya lo sé, no es ninguna deshonra. Pero creo que al menos debo intentar que Maba Gartha me vea y aunque ella me considere candidata para ser su alumna nunca dejaré de ser quien soy.

Guarda la comida en el petate y le entrega unos paquetitos muy pequeños a cambio.

-Son medicinas que he hecho yo como pago por la carne.

Se echa el petate al hombro y se arregla la ropa. Aunque sus padres hayan accedido a dejarla ir si el día es claro y bueno, sabe bien que su idea es que vuelva a casa para aceptar quien es y que pronto deberá desposarse y continuar con el legado familiar y no es algo que le disguste, pero si aparte de eso puede aprender cosas con Maba Gartha para poder ayudar a su aldea, entonces cree que es necesario el sacrificio del viaje.

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30/09/2013, 20:39
Uarda

Uarda tenía el gesto cansado, también el cuerpo. La arena se acumulaba en los pliegues de sus ropajes e incluso en sus labios resecos.

Su mirada, cristalina y profunda, no perdía oportunidad de analizar con detenimiento todo lo que se ponía a su paso, y aquella joven desconocida no iba a ser menos. Si había llegado a la edad que tenía, según su profesión, era por no ignorar ni a nada ni a nadie de su alrededor, y nunca se preocupaba por pasar desapercibida o por la discreción, esos eran calificativos que se le quedaban muy grandes a la hermosa zahorí.

Date prisa Rashú, la niebla no va a esperar a que acabes tu charla para volver. -El tono no era agresivo, pero tampoco sonreía como si fuese una broma mientras miraba fijamente al hombre. La voz era más ronca de lo que se esperaría de una mujer de su edad, ningún acento se entreveía entre sus palabras.

Miró con atención los ungüentos que sacó la chica, cambiando la expresión a evidente interés y preguntó algo bastante prioritario para ella, la comida había pasado a un segundo plano inmediatamente –¿tienes algo que proteja la piel del sol?- Ciertamente algunas zonas de su cara parecían enrojecidas, no hasta el punto de provocar dolor pero si de requerir algún cuidado, era evidente que habían pasado demasiado tiempo expuestas, lo que se agravaba según el color tan pálido de tez que le había tocado tener.

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30/09/2013, 21:01
Alma

Observa las zonas enrojecidas de la zona de la mujer que también espera ser atendida por Rashú y las evalúa con sus conocimientos. Es difícil que la gente de la aldea se queme la piel pues desde pequeños se dedican a estar todo el día al sol cuidando del ganado, pero a veces si que se irrita si el sol es demasiado fuerte... 

-Es posible que tenga un ungüento para la piel enrojecida por el sol y creo que podría hacer algo para proteger la cara y la piel expuesta... aunque mis ungüentos y medicinas no son tan potentes como la de la curandera del pueblo, te aliviarán.

Está dispuesta a darle a Uarda lo que pide, pero aquellos que piden deben dar algo a cambio: dinero o trueque.

-¿Qué me darías a cambio de mis medicinas?

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01/10/2013, 09:07
Uarda

Uarda miraba fijamente a la joven mientras hablaba, seria y concentrada en lo que decía. Había acabado su exposición con la expresión más frecuente en Agapé, eso demostraba, entre otras cosas, que no era tonta.

Sólo quiero un poco de las dos cosas, sólo para llegar hasta Aku.- Allí tenía su curandera particular para ese tipo de crema, aunque llevaba cien días sin ir a su hogar... lo mismo cuando llegase se encontraba que ni la curandera, ni sus medicinas ni sus hijos estaban donde los había dejado, o quizá disfrutasen de la compañía de un hombre que sí los acompañase y protegiesen lo que se merecía. Desde hacia demasiadas veces le acompañaba esa sensación lúgubre, ese oscuro presagio, cuando comenzaba el regreso a Aku.

Y sabía perfectamente que ella misma se estaba buscando que finalmente ocurriese.

Vas a ver a Maba Garth, ¿verdad? Si vienes conmigo llegarás a su choza sin un sólo rasguño, y por el camino que es, te estoy ofreciendo una ganga.

La zahorí miraba francamente y sin contemplaciones a la chica, creía estar ofreciendo un trato justo para ellas. No utilizaba el mismo tono zalamero y embaucador de los comerciantes, no le estaba invitando a que se pusiesen a subir y bajar precios. El timbre era más bien de estar cerrando el trato o  si no, que cada una se fuese para Aku como le diese la gana.

Quizá por la posibilidad de que el día empeorase, o por el cansancio de tantos días lejos de casa era que no quería regatear.

 

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01/10/2013, 13:23
Alma

Sopesa la oferta aunque sabe que le conviene.

-Creo que es un trato justo pues no conozco el camino, pero se que es peligroso. Y la compañía en un camino largo no está de más. Y tienes suerte porque justamente las tengo en mi petate por si el sol es demasiado fuerte y debo protegerme. Puedes ir haciendo tratos con Rashú mientras yo busco.

Vuelve a abrir el petate mientras busca entre las pocas cosas que lleva como equipaje. Realmente no lleva mucho: una muda de ropa, la comida para el viaje y los ungüentos. Sus padres, además, le han dado un par de monedas. No será mucho, pero si en Aku no puede intercambiar nada, quizá le salven de algún apuro.

Saca los botecitos de arcilla y quita el precinto con cuidado.

-Puedo aplicarlo yo, si quieres.

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01/10/2013, 14:28
Uarda

Casí sonrió cuando la joven aceptaba su trato, pero la comisura de sus labios no cambiaron perceptiblemente, la impresión de parecer más relajada fue producto de disminuir la expresión seca de sus ojos.

Se volvió al comerciante y colocó en lo alto el mismo paquete que hacía ya años, unas pequeñas y valiosas mercancías que le traía de Baru cuando pasaba de camino a Aku, siempre a cambio del mismo tamaño de carne seca. -Aquí tienes Rashid- Esperó casi impaciente su premio, que iba directo como regalo para los hijos de Asisa, y entonó la misma despedida que las últimas veinte veces que se habían visto -Que la luna te sea favorable....

Era una expresión que no entendía, pues desde los antiguos estaba la luna partido en trozos, pero mucha gente la usaba todavía, ¿Por que motivo? ¿acaso importaba?

Se giró al ungüento y a las palabras de la chica, era un ofrecimiento normal, Asisa lo hacía frecuentemente, entre otros motivos para evitar el desperdicio de la crema en manos torpes, pero Uarda llevaba años aprendiendo a ponerse esas sustancias, no iba a hacer mal uso de la protección. -No es necesario, yo lo haré.

Apenas mojó las yemas de dos de sus dedos y aplicó la pasta con mano evidentemente experta en sus zonas dañadas, sin dejar de mirar seriamente a su nueva acompañante y sin desperdiciar nada en absoluto -Soy Uarda,- la mejor zahorí desde Uro a Aku, miró concienzudamente de arriba a abajo, a la otra viajera- venga vamos y podremos llegar antes del anochecer. Menos mal que tienes zapato adecuado...

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02/10/2013, 12:14
Alma

-Mi nombre es Alma, encantada. Solemos llevar calzado más o menos bueno pues aquí nos podemos herir con facilidad cuando llevamos el ganado a las montañas.

Guarda los tarritos de ungüento tras sellarlos de nuevo y comienza a caminar tras Uarda. Es una mujer que parece que siempre está enfadada o seria. Muy independiente, seguramente... y por lo que parece, le gusta viajar en solitario. Quizá es una especie de comerciante. Quizá no hablen mucho durante el camino, pero ir acompañada durante el viaje siempre es mejor que ir sola.

Se despide de Rashú con la mano.

-Y... Uarda ¿tú conoces a Maba Gartha?

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03/10/2013, 09:38
Uarda

Uarda notó un alivio prácticamente inmediato. Las células de su rostro parecía que se relajasen, que por fin, después de tantas horas durante tantos días al sol, recibían un justo trato y lo agradecieran. Ella era muy estricta con los negocios que hacía pero nada más que por ese instante de notar que su piel mejoraba merecía la pena el llevar a la joven a Aku. Esperaba que la protección del sol fuese igual de buena.

Cuando Alma se despidió del vendedor se ajustó el pañuelo que cubría su cabeza y cuello, para quedar completamente cubierta por la tela ocre. En la zona de la boca hacía un pliegue, de manera que los ojos quedaban libres y boca y nariz parcialmente tapados, pero de forma holgada, para poder respirar y hablar con la chica que era su responsabilidad hasta llegar a Aku.

Le tocaba cumplir su parte del trato. Salió de la tienda y esperó a tener a la chica a su lado.

Aku es pequeño, tiene seiscientas personas, todos se conocen y saludan.- Había hablado en tercera persona a drede, ella no era de las que iba por las plataformas parándose a charlar de nimiedades con todo con el que se cruzase. Que pérdida de tiempoAunque, si tu pregunta es hasta que punto la conozco, sólo de verla por las plataformas, rodeada de gente que quiere o tiene su favor.

Miró a la chica, nunca hablaba tanto sin que le hiciesen muchísimas más preguntas, puede incluso que Asisa se hubiese puesto celosa de ver esa actitud conociendo como conocía a Uarda, pero aquella joven estaba demostrando valentía en lo que se disponía a emprender sola, y también buen hacer, no era una crema del tres al cuarto.

Y además, o sobre todo, era una mujer, las mujeres tenían que ayudarse las unas a las otras, todas las mujeres de Arna lo aprenden incluso antes que a andar.

Si las cosas no te salen como esperas... busca a la curandera Asisa, seguro que ella estará dispuesta a ayudarte.- Escudriñó el cielo, concentrada en él y en sus pensamientos, por un momento parecía que se hubiese olvidado de Alma y de donde estaba. Entrecerrró los ojos, mirando ahora hacia el horizonte y entonces habló. -Vamos, es por allí.

Y sin más explicación comenzó a andar a buen ritmo.

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05/10/2013, 22:57
Director

Todavía era temprano y los pájaros trinaban cuando Uarda y Alma comenzaron su camino hacia Aku, y aunque el cielo se veía casi totalmente despejado y había luz, el Sol todavía quedaba tras las montañas. El aire aún estaba fresco, la tierra olía húmeda, y podía verse el rocío sobre las rocas, las telas de las arañas y las plantas. Sin embargo, a medida que avanzaban su camino y el Sol iba subiendo desde el Este la temperatura aumentaba rápidamente, hasta que pronto comenzó a hacer un calor sofocante, sobre todo para quienes subían y bajaban a tal ritmo los desniveles del camino que lleva a Aku. Sin duda Uarda estaba en buena forma física, pero se notaba que su compañera de viaje no lo tenía tan fácil para seguirla, y los jadeos eran constantes. Lo que Alma no sabía era que aquello no había hecho más que comenzar. Aquélla era la parte fácil del camino, pronto vendrían los desfiladeros y las retorcidas escaleras de piedra. Amarna todavía se divisaba desde allí, pero se había convertido en una pequeña mancha en la distancia desde la que subían finas columnas de humo, seguramente de las chimeneas.

No tardó en aparecer el primer cinnabari, el árbol representativo de la villa de Aku. En realidad era un falso árbol, aunque no por ello menos hermoso que el sauce plateado que crecía junto a la casa-cueva de Maba Gathra. Su sombra invitaba a descansar, aunque las caminantes eran conscientes de que si reposaban mucho tiempo no llegarían a Aku ese mismo día y tendrían que hacer noche en el camino, con todo lo que aquello podía suponer (el posible ataque de animales salvajes, bandidos, dormir a la intemperie...).

Notas de juego

Para continuar sin descansar tienen que superar una tirada de atletismo, dificultad 12. (Si es que quieren seguir, claro. Si deciden descansar y comerse el bocadillo a la primera por mí perfecto).

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05/10/2013, 23:45
Director

Notas de juego

Puedes observar que a lo largo del camino no hay muchas plantas con propiedades que puedas recoger, seguramente porque al ser un camino bastante transitado por sanadores y curanderos ya las habrán recogido todas, aunque de vez en cuando te encuentras plantas en lugares poco accesibles o un poco alejados del camino, en caso de que hayas salido en algún momento para hacer tus necesidades. 

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05/10/2013, 23:48
Director

Notas de juego

El cinnabari o árbol dragón es un falso árbol que crece sobre todo en las cercanías de Aku, aunque también lo hace en otras zonas montañosas de Agavé. Bosquedragón es un bosque que crece al norte de Aku. La tradición de la Villa Colgante dice que cada vez que nace un bebé allí, debe plantarse un cinnabari en Bosquedragón que lo represente, así que todos allí tienen su árbol. Que uno de estos árboles muera antes que su "dueño" es un terrible augurio.

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07/10/2013, 09:03
Uarda

Aquí podremos descansar un rato- Tras estas palabras se adentró en la sombra del árbol, algo realmente apetecible, sin dejar de mirar al horizonte mientras se quitaba el pañuelo de la cabeza. Mechones húmedos de pelo rubio se pegaban a su rostro en distintos sitios, con la mano libre procedió a apartarlos hacia atrás.

Las manos se metieron dentro de su casaca de lino marrón y sacó un pequeño paquete de uno de los bolsillos interiores, no el que le había dado Rashú, sino otro con el envoltorio en peores condiciones, una masa de hierbas y cortezas aparecieron tras abrirlo y Uarda procedió a alimentarse mientras se sentaba apoyando la espalda en el árbol dragón.

Había ido en silencio durante el camino, pero todo el tiempo pendiente de cada paso que daba su compañera de viaje, era una profesional para cualquiera que fuese su encargo y no iba a permitir que a la joven le pasase nada. Había marcado un ritmo en el que Alma se tuviera que esforzar, sino no llegarían ese día a Aku, pero sin dejarla atrás o separarse para presionarla. La joven no estaba acostumbrada a esas caminatas, pero a la zahorí le había dado la impresión de que estaba en bastante buena forma física para ser una curantera, seguramente por lo que había comentado de transportar ganado.

Tengo que echarme la crema otra vez– La miró a los ojos, seria todavía, con el rostro algo enrojecido, pero más por la acumulación de sangre en su cara, debido al esfuerzo, que a las leves quemaduras.

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07/10/2013, 22:46
Alma

El camino es duro pues recorre las montañas y no está acostumbrada, pero no es algo de lo que deba preocuparse porque trabajar con el ganado siempre fortalece, aunque sea un poco. También quería aprovechar ese viaje para recolectar algunas hierbas, pero parece que el camino transitado ha hecho que escaseen las de más fácil acceso.

Saca de su zarcillo el ungüento para la piel quemada y lo deja a la sombra, frente a Uarda.

-Puedes usarlo. Creo que he visto algunas hierbas un poco raras de encontrar y tendría que conseguirlas. Enseguida vuelvo.

Pone la mano a modo de visera para localizar las plantas medicinales más alejadas y en de un acceso más difícil y comienza a trepar para conseguirlas. Cuando vuelva a casa tendrá plantas para entregar a la Curandera del pueblo y así tendrán mejores medicinas.

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08/10/2013, 09:51
Uarda

Uarda miró seriamente a Alma cuando partía a por las plantas. Casi parecía que estuviese enfadada, quizá con la joven o quizá con ella misma que por ser escueta hacía que a la larga se perdiese tiempo.

Queda el camino más difícil, lo de después será duro, mejor descansa. -Se había parado para que Alma descansase los músculos, principalmente, y que se pusiera a escalar no era la mejor de las maneras.

Suspiró, eso le pasaba por llevar compañía. Procedió a untarse la protección en la cara mirando al cielo y a cualquier cambio que pudiese indicar que el clima iba a hacer más complicado el regreso al hogar.

Ahora que estaba tan cerca sentía la necesidad de llegar cuanto antes, dormir a la interperíe no era una opción -pese a que era algo que no le daba ningún temor ya que era imposible contabilizar cuantas veces lo había hecho durante su vida-, pues ya se había hecho la ilusión de dormir rodeada de la que era su familia más cercana.

Cuando llevaban muy poco rato separadas, habló, -Vuelve, tenemos que llegar a Aku antes del anochecer. -Procedió a colocarse el pañuelo cubriendo cabeza y cara, señal inequívoca de que continuaría la marcha en unos instantes.

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09/10/2013, 15:40
Alma

Tras una búsqueda exhaustiva, pero con pocos resultados, regresa a donde está Uarda con un matojo de plantas medicinales, aunque menos de las que se pueden esperar en esos terrenos montañosos donde siempre hay más especies y más arbustos.

-Parece que no he tenido mucha suerte en mi colecta. Han pasado muchos por aquí como para que haya dado tiempo a las plantas para crecer.

Guarda el ungüento calmante junto a las hierbas y se dispone a continuar con el viaje hacia Aku. En el poco tiempo que lleva fuera, ya echa de menos a su familia. Se pregunta que estarán haciendo, si pensarán que tiene o no posibilidades de agradar a Maba Gartha, si regresará pronto.

No le ha dicho a nadie a donde iba, a nadie salvo a su mejor amigo, del que se despidió la noche anterior antes de volver casa uno a su casa a descansar para el duro trabajo del día siguiente. ¿Creerá él que está loca? ¿Qué no necesita ir a ver a Maba Gartha? Nunca le ha preguntado.

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10/10/2013, 16:52
Uarda

Uarda miraba a Alma mientras hablaba, pero lo único que contestó fue un escueto -Andando – cuando la tuvo cerca.

El camino prometía complicarse, nada que realmente fuese un problema para ella, había recorrido esa ruta con condiciones meteorológicas quinientas veces peores y no le había pasado nada, así que era el transcurrir del tiempo el único que jugaba en su contra, por el ansía que le había entrado de llegar ese mismo día a Aku.

No había previsto sus próximos viajes, Aku no era una parada en su recorrido, sino que iba sin fecha de salida, ya que no tenía ningún trabajo pendiente. En realidad no le preocupaba, había ahorrado y podía permitirse unas mini vacaciones, pero sabía que en cuanto llevase unos pocos días en el pueblo empezaría a agobiarse y sin tener una excusa plausible para salir al desierto, si se marchaba sin negocios pendientes, tendría muchos problemas con Asisa.

Como si no tuviesemos ya bastantes.  

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11/10/2013, 23:46
Alma

Sigue a Uarda por el camino. No parece una mujer que hable mucho, seguramente se ha pasado casi toda su vida viajando y quizá lo haya hecho en soledad pues viajar por el desierto no es agradable y solo se hace por motivos de comercio o por motivos familiares y Uarda parece que es del primer grupo.

Así pues, decide mantenerse callada durante el camino, para no incomodarla y porque parece que cada vez se complica más y más al ir adentrándose en las montañas. No está muy acostumbrada a ese tipo de ejercicio, pero debe resistir hasta poder llegar a Aku y poder descansar en algún sitio de la ciudad.

Quizá a ese ritmo lleguen antes de la noche a su destino y al día siguiente podrá acudir a la casa de Maba Gartha. Cada vez está más nerviosa por eso... ¿y si no es lo suficientemente inteligente? Si la manda para casa de nuevo ¿qué dirán sus padres? Seguro que no mucho... 

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12/10/2013, 18:18
Director

Pese a que tanto a Uarda como Alma les hubiese gustado descansar un poco más, las horas iban pasando, por lo que deciden seguir su camino para llegar a Aku cuanto antes y no tener que pasar la noche a mitad del camino. El río Elú nunca quedaba demasiado lejos del sendero, pero cada vez estaba más abajo con respecto al camino. La corriente era rápida en aquel lugar, y en el agua cristalina podían apreciarse de vez en cuando aquellos diminutos animales tan extraños y raros de ver que sólo vivían allí: los peces.

El camino era estrecho, y transcurría a lo largo de un antiguo desfiladero. A la izquierda quedaba una pared vertical de roca, y a la derecha una alta caída con el río fluyendo en su parte más baja. La parte buena era que en este tramo se colaban pocos rayos de sol y no hacía ya tanto calor.

La parte mala... un simple tropiezo podía ser mortal, pero los agavíes se andaban con cuidado y aquello rara vez sucedía, incluso cuando viajaban por allí comerciantes cargados con mercancías a lomos de animales de carga. Y ese era justo el caso. Una pareja de comerciantes venían cargados desde Aku, hombre, mujer y 6 llamas ocupaban todo el grueso del camino, dirigiéndose hacia Amarna.

 

- Tiradas (2)