Partida Rol por web

El día había amanecido en Hó totalmente despejado aquella mañana, sin una sola nube que entorpeciera la vista y con un hermoso cielo azul que despertaba la alegría en sus habitantes. Me refiero a que no había nubes allá arriba, por supuesto, pues el mar de nubes tóxico seguía allá abajo, donde siempre. El hecho de ser mortífero no le restaba belleza. Es más, le daba un toque místico y misterioso, y en el fondo era indiscutiblemente hermoso. Sin embargo mantenía a los habitantes de Zembalú atrapados en aquellas rocas. Algunas eran más grandes que otras, desde luego, pero no había espacio para demasiado. Ello llevó a los zembalíes a dominar el arte de planear en aerodeslizadores, algo que se había vuelto de vital importancia en su cultura, así como sus temporaleros, que decidían cuándo y cuándo no debía realizarse un viaje importante.

El Viaje hacia el Horizonte Perdido era un rito que se celebraba cada 5 años en Zembalú y que se había convertido en la ceremonia de mayor importancia en todo el archipiélago. No era cualquier rito, cientos de personas venidas de todas las islas se reunían en las faldas del monte de Hó para ver partir a los 5 jóvenes elegidos hacia el horizonte, esperando con ilusión verlos volver para contar que habían encontrado la mítica Benwaré, la isla gigante y fértil con bosques y agua abundante, donde algún día los zembalíes irían a vivir antes del fin de los tiempos. Pero lo cierto es que Roq Nagy había sido la última isla en ser descubierta, y no era gran cosa. De hecho ahora la usaban para abandonar allí a los convictos, y habían pasado ya 75 años desde su descubrimiento.

Por fin hoy había llegado el gran día, el día que los temporaleros habían elegido para que se llevase a cabo el Viaje hacia el Horizonte Perdido. Había músicos y bailarinas esperando en el lugar, se vendía comida y había ambiente festivo en general. Sin embargo en ocasiones algunos de los participantes no volvían, pues los vientos los empujaban pero no les dejaban volver, o porque la total ausencia de éste les hacía caer hacia el fondo de los infiernos, bajo el mar de nubes. Pero los que regresaban tras haberse perdido en la distancia eran reconocidos como grandes héroes. La ceremonia estaba a punto de comenzar, y cada temporalero estaba dando los últimos consejos al muchacho que tenía asignado para realizar el viaje.

"Hoy es el dia". Pensaba cuando abri los ojos, hoy seria el dia de mi viaje, el tiempo de espera habia sido largo, lo que en un principio fueron nervios e igual algo de miedo por partir a algo desconocido, tras hablar con el viejo Huayna se habia transformado en orgullo y ansias por comenzar este viaje, con el con suerte podria ayudar a mi gente, abriendo un nuevo futuro mas alla de la vista.

Tras estirarme y asi despertar mis finos musculos, me dirigo afuera miro el cielo estaba perfecto. Silbo en principio para nada, pero al poco tiempo la oigo un sonido de Garur mi hermano aguila, volaba por encima libre como lo que era un rey de los cielos. Estiro mi brazo derecho donde siempre tenia puesto un pequeño protector desde la muñeca hasta el codo hecho con varias pieles y cueros de animales, para evitar que sin querer Garur me hiriera. El aguila baja en picado para acabar planeando hasta mi brazo.

¿Que hay hermano? Hoy sera el gran dia, viajaremos mas alla del horizonte. El aguila grazna como si asintiera y supiera que le digo, durante años tras criarla casi podria decir que me entiende y la entiendo. Si volaremos otra vez juntos. Me dirigo al poste donde solia descansar cuando estaba conmigo, y saco algo de carne seca para darle de comer. Bueno ahora me toca comer algo a mi para prepararme, no seas malo quedate aqui. Le digo mientras come su carne.

Comienzo andar, en busca del viejo Huayna para desayunar junto a el, era muy agradable su compañia con el paso del tiempo se habia convertido casi en otro padre para mi, con sus consejos enseñanzas y castigos. Asi que me encamino a la especie de cocina, comedor que disponia para el uso en aquel lugar.

"Pronto conocere a mis compañeros de viaje, que intriga esto esta habriendo mas mi hambre."

Las ultimas palabras de mi madre no dejaban de sonar en mi cabeza "tu vales masque tu padre", me machacaban mi mente hasta un punto casi enfermizo. Decidido, miro el pequeño legado familiar, mi pequeña herencia, mientras me caliento al calor de la triste lumbre que tengo en mi cercanía. Observo un pequeño mapa, una litografía tosca con unos puntos señalados y una frase en el pie que indica "lo que nadie aprecia sera tu bien mas preciado". Me pareció una cita absurda y cansado por el duro dia de trabajo me retiré a dormir.

Es entonces cuando recuerdo que mi madre siempre contaba historias de mi tio Ashurata. Ahsurata (el cual siempre le llamaba cariñosamente ash) era un artesano de Hó, conocido por elaborar artilugios de gran calidad. Era un enamorado de la talla en madera y sabia esculpir la roca con gran destreza. Soñaba con su recuerdo, entonces me levanté repentinamente y decidí que debia mostrarle a mi tio ash los objetos heredados. Como precaución, escondí bajo tierra las piezas metálicas en una bolsa de cuero que tenia por casa y el resto lo hice llevar conmigo.

Esa misma noche preparé mi equipo. Cogí lo que consideré más necesario y al amanecer puse rumbo a Hó. -"Amado tío, espero que puedas darme buen consejo"- pensaba mientras abandonaba el hogar. Me despedí de mis vecinos, pidiendo que cuidaran de mis terrenos.

Tras una dura jornada, había llegado a Hó. Me sorprendió ver lo animosa y cuidada que estaban las calles, la felicidad de sus gentes, puestos de comida y comercio diverso se agolpaban en los callejones y se apreciaba algún tipo de evento importante. Pregunté a un comerciante sobre la existencia de alguna celebración y me indicó que pronto llegara el dia, en breve será el momento del viaje.

(continuará)

Así pues decidido por mi curiosidad, deambulo por las calles y pregunto a los comerciantes si conocen a Ashurata. Una mujer vieja me indica su puesto, no sin antes indicarme mediante gestos que el hombre había perdido la razón.

Toco a la puerta y un hombre muy delgado abre la tienda:

-¿Que desea joven? ¿Puedo ayudarle en algo?

Me parecio sorprendente que no me reconociera, hacia 7 años de la ultima vez que los vimos. Lo cierto es que le encontre muy cambiado. Me limité a decir:

-Soy Rakkii.

La expresión de aquel hombre cambió, se notaba un esbozo de llanto en sus ojos y una alegria en su rostro. Me invito a entrar. Sin mayor dilación, me puse a hablar:

-Tio ash, estoy aqui porque mi madre ha muerto. No son buenas noticias, pero creo que me encomedaron una misión. Un hallazgo. Le mostre la litografía. -Tu eres experto en artilugios ¿Sabes para qué puede servir ésto?

-Sin duda esto es un mapa. Me decia Ash mientras miraba el objeto con cierto detenimiento. -Interpretando los puntos y las inscripciones, diria que esta indicando algun lugar más alla de Roq Apro.

Pense que era buen momento para entregarle la cuarcita que guardaba en mi jubón. Le enseñé la cuarcita. La expresión de Ash cambió. -Estos objetos son una llave a algún sitio. Debes encontrar ese lugar. Por tu padre y por tu legado familiar. Me contaron una historia de un lugar más alla de Roq Apro donde existe una tierra rica en metal y que alguein viajó hasta allí en una aguila oscura. Son cuentos de niños, pero puede que esto no sea tan de niños. 

-Ahora que lo dices, la litografia tiene unas pequeñas piezas oscuras, como metálicas, más pequeñas que una uña. Comentaba mientras pensaba en ese cuento que de pequeño conocía.

-Eso que dices Rakkii no es más que la prueba de que el lugar existe. Debes partir. Debes hacerlo. Aprovecha la situación y parte sin demora. Esa tierra debe ser hallada. Recibe la bendición de los dioses

(continuara el lunes, este fin de semana estoy de viaje)

Buenos días Narsu.  Eres definitivamente como tu águila.  ¡Ya quieres salir volando!  jajjaj.  

No cabe duda de porqué los dioses te eligieron, porqué le caes tan bien a Ch'om.  -al granicero le dolía ver los sacrificios, pero sabía que eran parte de lo que tenían que hacer los zembaís para ser, para ser lo que eran: un pueblo recuperando espacios de vida.  

Sin embargo, al ver a Narsu había algo en su energía, su pasión, que hacía que realmente le hiciera sentido, sin que lo inundara la pena o el dolor por ello.  Era tan la energía de la humanidad la que se mostraba en él,  a que ganaría, la que siempre lucharía por hacer al mundo mejor.  La que lo hacía sonreír y renovar.  Y daría lo mejor de si, su mejor lectura de nubes, de líneas de energía, su mapa de vientos.  Si, él tenía que ser como Narsu, toda la energía, toda, para que salga bien.  

El viejo también aprendiendo del joven, eso es sabiduría.  -pensó y su alma se alegró.

Es hora de ir a buscar al viejo Ashurata.  Su familia es la que aportará el tercer color, el joven que viene de nuestra tercer raíz.  Vamos que hay que ir arreglando todo. 

Las islas de Zembalú habían sido pobladas por los descendientes de tres razas, tres culturas, hacía centurias, y su mezcla ocurría gradualmente pero era notable.  Ellos sin saberlo, venían de la gente andina-amazónica, la gente aborígen-australiana, y los bantú-xoxha africanos, que habían tenido la sabiduría de moverse al final de la era de los antiguos y sobrevivir a sus catástrofes.  Se respetaban, se integraban, y se dejaban siempre mismo estatus  espacio, inclusive en esto, sus viajes al infinito.

Yo los seguiré en el aerostato para leer desde arriba los vientos.  Y debería ir con ellos, lo se.  

Tansé Bubata estaba revisando que todos los aerodeslizadores estuvieran perfectos antes de comenzar la ceremonia. Una cosa era que alguien muriera por culpa de los vientos, que el hombre no podía controlar, y otra cosa muy diferente era que alguien cayera al fondo del infierno bajo las nubes por culpa de un aerodeslizador en mal estado. Era la primera vez que él tenía este privilegio y quería que todo saliera a la perfección, pero sus planes se habían torcido más de lo esperado. El joven Sinwé que iba a manejar uno de los aparatos estaba tan nervioso que justo cuando iban a comenzar había tenido un ataque de histeria, y por si fuera poco en el aerodeslizador de Narsu se había despegado una de las piezas. ¿Cómo podía ser aquello posible? Debía solucionarlo cuanto antes.

—Narsu, hijo, tenemos que solucionar lo de tu aparato lo antes posible —dijo Tansé—. Deberías tan rápido como puedas a la casa de Ashurata. Ya sabes que es trabaja muy bien los materiales, y vive aquí al lado. Deberías ir con Huayna, tu maestro. Y no sé qué voy a hacer con lo de Sinwé... necesitamos un quinto participante para la ceremonia.

Ashurata debe darnos uno de los jóvenes de ébano para la ceremonia.  Los augurios con Sinwé lo muestran como ave de mal agüero.  Es mejor que se quiebre antes de subir que allá en el aire.  

Claro, pobre, deberá ir a vivir a la isla del destierro, pero es mejor eso que el que choque con los otros, o caiga desde el principio.  

No será fácil elegir para el viejo Ashurata.  Pero deben hacerlo o su familia será maldita por tres rotaciones del cascajo de la luna. 

Caminaron, valle arriba y valle abajo, maestro y alumno, por un buen rato, hasta que llegaron a la puerta del coleccionista de metales.  

¿Ashurata, viejo amigo, podemos entrar?  

"Vaya eso que se haya fastidiado mi aeronave no es que tranquilize." Pienso pero se que el viejo Bubata es el mejor en lo suyo, asi que confio en sus capacidades.

Acompaño a Huayna a casa del viejo Ashurata, pero lo que me causa curiosidad es el hecho que voy a conocer otro compañero de viaje, los nervios crecen ante la llegada de partir y encima ahora conocer a un compañero, al parecer era de los de ebano, gente con la piel oscura, mas aun que la mia.

Un sonido familiar por el camino me despeja la mente era Garur, noto por su forma de volar que va a descender, por suerte tenia puesta la proteccion del antebrazo y el hombro, a veces creia que era un pequeño pajaro y se posaba en mi hombro, pero no se poso, esta vez queria jugar, competir. "A eso quieres hermano."

Voy a darle una leccion a ese pajarraco Huayana me adelantare un poco. Aviso al anciano. Y salgo corriendo oigo a Garur gritar al viento, le encantaba para el era una especie de caza, yo me movia rapido saltando raices pasando por debajo de ramas, pero sabia que era inutil en cuanto llegue al tramo de campo abierto estuve perdido, el aguila rozo mi pelo, ya habia perdido. Bueno ya de antes el era un ave creada, nacida para la caza perfecta en eso, dignos de admiracion eran los de su especie, majestuosos señores de los cielos.

¿No es justo Garur lo sabes.? Casi podia sentir reir al ave en su vuelo de ascenso. Espere de nuevo a Huayana para seguir camino hasta la casa de Ashurata. Justo antes de entrar en el pueblo, tome a Garur lo puse en mi hombro, el sabia comportarse estaba mas que acostumbrado a los tumultos, aparte le di un poco de carne antes de entrar para calmarlo.

¿Conoces al chico que va a venir con nosotros?. Pregunto al viejo Huayana mientras tomamos camino a la casa de Ashurata. La verdad ¿Quien seria, como era, porque tambien fue elegido? eran cosas que me creaban curiosidad, pero tambien tenia aprendido que en asuntos de dioses no hay que meterse.

Me encontraba estupefacto al ver la reacción de mi tio Ash. Siempre ha sido un hombre muy tranquilo y ese dia mostraba un nerviosismo inusual. "hacia mucho tiempo que no nos veiamos" Pensaba, con intención de restarle importancia a su comportamiento.

La puerta de la estancia se abrió. Uno de ellos se apresuró a decir:

¿Ashurata, viejo amigo, podemos entrar?

Habia otro hombre mas que entró a continuación. Nos miramos y noté un cierto halo de sorpresa, ya que eramos de diferentes razas. En ese momento dirijí mi mirada a hacia mi tio Ash, el cual expresó:

Bienvenidos a mi humilde estancia. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarles? También añadió. Huayna Picchu, alabados sean los dioses. Hacia mucho que no sabia de su existencia. ¿Que novedades me traeis?

Mi tio Ash sacó del estante unos pequeños cuencos de barro. Los acercó a una ánfora que tenia en el fondo de la estancia y los rellenó con una bebida de aspecto claro. Hoy es un dia especial viejo amigo. Lo decia refieriendose a Huayna Picchu. Brindemos con un poco de este suave aguardiente.

En ese momento, el otro hombre, el cual no habia dicho palabra, expresó lo siguiente:

Ashurata, el aerodeslizador no funciona y no sabemos porque. Tu conoces bien este tipo de artilugios. ¿Podrias ayudarnos?. Perdon por mi descortesía. Soy Narsu.

Ashurata parecía reconocer a ese hombre. Tras beberse su bebida, mi tio Ash contestó.

De amigo a amigo, Huayna, sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites. Acepto encantando la tarea que me habeis encargado.

Ashurata, gracias.  Tomó la bebida y le dio un trago pequeño, lento.  La noticia que traigo ya era esperada, pero la confirmo.  Sinwé no está recibiendo la bendición de Ch'om.  Le falta temple para el vuelo.  Deberá escoger el ser llevador hacia la isla de los condenados, o rescatador en las orillas de la niebla, pero no, no podrá entrar al viaje de los 5 años.  Necesitaremos otra raíz de ébano para ello.  Y la vela debe venir de tu familia este ciclo, lo sabes.  Miró comprensivo y triste a su amigo, sabía que donar a dos jóvenes era mucho pedir en un año a una familia.  Pero debía hacerse.  

Observo desde fuera la conversacion de Huayana y Ashurata, tambien miro al chico de ebano al parecer por las palabras de los ancianos seria mi compañero de viaje. Asi que decido acercarme un poco a el mientras acaricio la cabeza de Garur que permanecia tranquilo.

Hola mi nombre es Narsu, y este es Garur. Saludo al chico de ebano, si posiblemente ivamos a realizar el viaje juntos mejor empezar a conocernos, posiblemente en el futuro nuestras vidas dependerian de apoyarnos.

Ya tenia ganas de volver reparar el aerodeslizador y dar el paso para comenzar el viaje, la curiosidad de que habria mas alla del horizonte me superaba, aunque igual todo no fuera bueno, pero no podia evitar sentirme nervioso logicamente por ello.

Saludé al hombre que decia llamarse Narsu. Me quedé observando al aguila que traia consigo. Este es Garur. Me dijo el chico. Me pareció un ejemplar esplendido, a lo que añadí. Por lo que veo, os habeis hecho buenos amigos.

Mientras mi tio Ash hablaba con Huayna comentándole los pormenores que habian tenido, sobre el aerodeslizador y la ceremonia. Miré a mi tio Ash y me hizo un gesto con sus ojos. Comprendí que el viaje que anteriormente habiamos citado debía emprenderlo con estos hombres, asi pues me volví a dirigir a Narsu. Creo que nos queda un largo camino, espero que  el aerodeslizador este terminado pronto.

Ashurata se apresuró a sacar un cofre con unas pequeñas herramientas, unos buriles, un escalpelo, cañamo de varios tamaños, un trozo de fieltro, dos varas de madera y unos tubillones de hueso. Creo que en una hora podré tenerlo a punto.

Mientras mi tio trabajaba aquellos dos hombres salieron del taller. Alli en la calle se les adivinaba un rostro de preocupación. Me limité a decirles. Voy a ayudar a mi tio, cuanto antes terminemos antes tendremos el aerodeslizador a punto. Así pues regresé a la casa.

De acuerdo, era para darle un sentido a la escena, ya dejare que los personajes esten quietecitos

Tras algo más de una hora de retraso, y resueltos ya algunos inconvenientes, la ceremonia estaba al fin a punto de comenzar.

—¡Todos preparados para saltar! ... —Tansé Bubata inspira con fuerza, espera unos segundos... y entonces sopla con energía por el cuerno de cabra, dando así la señal de comienzo de la ceremonia.

Los cinco participantes, entre ellos Narsu y Rakkii comienzan a sobrevolar el mar de nubes tóxico, cada uno en una dirección diferente. A estos dos les toca ir hacia el norte y noreste. De cerca siguen los temporaleros en sus globos aerostáticos, atados a una larguísima soga que les permitirá regresar, ya que los aerostatos flotan a merced de los vientos, aunque pueden dirigirlos en cierta medida, no siempre son capaces de hacerlos retornar a Zembalú.

Tras algunas horas planeando hacia al noroeste, Narsu y Rakii estaban agotados. Los vientos habían sido increíblemente favorables, más que en ninguna otra ceremonia anterior que recordaran, y los aerodeslizadores ahora eran de mejor calidad que hacía años. Aquello había permitido viajar a los muchachos mucho más lejos de lo que lo había hecho nadie en cientos o miles de años, y ellos lo sabían. Al principio habían viajado separados, pero casualmente se habían vuelto a encontrar con el tiempo. No obstante, a pesar de que continuaban oteando el horizonte en busca de Benwaré, la mítica tierra fértil, nada nuevo se alzaba sobre el mar de nubes tóxico. Entonces, cuando ya estaban a punto de darse la vuelta para regresar a Zembalú, a Narsu le pareció ver una montaña rocosa en la distancia, sobre el mar. Precisamente en aquel momento la cuerda del aerostato de Huayna había llegado a su límite, y no podía seguir avanzando.