Partida Rol por web

Me parece muy bien la idea del diletante. Trabaja en ella con dos cosas en mente: Londres (mejor si es nativo, aunque en el caso de una persona con dinero y afán viajero no es tan importante), y el año de inicio: 1938.

Ok, en cuanto a al conocimiento de algo referido a los mitos y lo del espiritismo cómo lo llevamos?

Sin conocimientos de mitos y sólo teórico del espiritismo?

El personaje comenzará con un punto en mitos, pero vamos a rolear la parte en que adquiere ese conocimiento aquí, en tu escena personal, así que no te preocupes de momento.

En cuanto al resto, es perfectamente posible que tu personaje "crea" tener poderes extrasensoriales, paranormales. A veces, creer es poder, así que, ¿quién sabe? En cualquier caso, sus habilidades serán más bien un conjunto de conocimientos teóricos, la suma de sus esfuerzos estudiando cultos, sociedades secretas de caballeros, tratados antiguos de Magia, hermetismo y paraciencia... Esas cosas.

:D Me parece perfecto.

Muy bien.

Entonces lo siguiente es que vayas dando pinceladas a tu historia. No te preocupes por hacerla ordenada, ni lógica... incluye todo lo que se te ocurra y luego desecha lo que no te sirva; tus únicas directrices son "Me encuentro en Londres, sea o no oriundo de aquí", "Estamos a finales de 1938, y si ese Hitler sigue haciendo el idiota nos vemos abocados a una nueva guerra que se adivina de gran alcance", y "Tengo dinero, y no me lo he ganado", lo cual no significa necesariamente que seas rico: podrías haber cobrado una herencia que te permite viajar y vivir cómodamente, con más o menos lujos; o ser hijo de papá y recibir rentas mensuales. Un diletante no tiene por qué ser rico: alguien que se puede permitir una vida de clase baja sin necesidad de trabajar también es un diletante. Y no olvidemos que viajar es caro, y más en esta época: sólo una fortuna indecente y obscena podría permitirse viajar por todo el mundo en clase alta sin que su alcance se resintiera. Personalmente, preferiría que tu personaje no sea "Obscenamente Rico", porque ya tenemos una Aristócrata que caga libras esterlinas en el grupo. Pero no podré peros a niveles de Crédito de 5 o 6.

Aparte de todo eso, eres libre de escribir lo que te apetezca. Ya pondremos números a las habilidades después: encontremos primero tu "Motivación", demos cuerpo a tu historia y familia actual, y perfilemos tus fuentes de estabilidad y pilares de cordura.

rj dijo: Master, en la sección notas de la ficha fui agregando algunas cosas, entre ellas las habilidades.  Cuando puedas míralas a ver si hay algo que modificar.

Estoy pensando el tema de los pilares de cordura y me está costando un poco.  Había pensado en algo relacionado con la sabiduría o el conocimiento, pero no sé bien como referirlo.  Alguna idea?

Saludos de nuevo, rj.

De momento todo va bastante bien. Me gusta el concepto de personaje que estás desarrollando (con un matiz que me gustaría discutir y te cuento al final). Has cometido algunos errores a la hora de sumar, pero son normales si no estás habituado a hacer fichas del Rastro (y si lo estás, también los cometes. Yo lo hago cada día XD).

Lo primero es que tus habilidades generales suman más de 65. 

Armas de Fuego 5

Atletismo 2

Conducción 1

Cordura 9

Escaramuza 3

Estabilidad 10

Huída 8

Preparación 7

Salud 10

Sentir el Peligro 6 

Sigilo 8

TOTAL: 67 (69, menos dos por el coste especial de Huida)

Puede haber ocurrido por varios factores: recuerda que los 4 puntos de cordura iniciales son el mínimo, pero que debes pagarlos igualmente (por desgracia no los regalo XD). Quizá eso sea lo que te ha llevado a confusión, aunque también puede ser la extraña forma con que se construye la Huida: cuesta la mitad a partir del doble de la puntuación en Atletismo. Tú tienes 8 puntos en Huida y 2 en Atletismo. Por lo tanto, tus puntos en Huida cuestan la mitad a partir de una inversión de 4 puntos (Atletismox2). 

La puntuación total de tu reparto es de 67 (son 69, pero tus 8 puntos en Huida cuestan en realidad 6). ¿Formas de resolverlo? la fácil, eliminando esos dos puntos de más donde te apetezca. La muy fácil, eliminándolos en Atletismo: de repente, si tu atletismo es 0 tus 8 puntos de huida cuestan la mitad, o sea 4. Si eliminas los dos puntos en Atletismo habrás gastado un total de 63 y te quedarán dos puntos de regalo para invertir donde te apetezca. No sería tan extraño en un rico heredero como él: no es una persona que ha desarrollado talentos naturales por cualquier cosa relacionada con la actividad física, punto. La nula puntuación en Monta (una habilidad muy característica en la gente de su nivel social).

En cambio, en las de Investigación te has quedado un pelo corto. Has invertido 14.5 (+1 en Mitos), así que tienes medio punto más de regalo (o sea, un punto completo en cualquier habilidad de investigación que hayas escogido como especialidad profesional).

Aunque justo de esto tenemos que hablar, porque me gustaría negociar tu puntuación de Crédito. El problema es que sois dos personajes con más de 6 en crédito. O sea, como sentar a una mesa a Botín y a Amancio Ortega... :-P. Por una simple cuestión de equilibrio, preferiría que no fuera así y se me han ocurrido un par de soluciones para cualquiera de los dos. Comienzo proponiéndotelo a ti porque el concepto de Luna Lunera fue previo al tuyo, y no por otra cosa; pero soy un DJ que no es amigo de limitar la creatividad de los personajes, y si los dos preferís dejarlo como está no insistiré. 

Te cuento entonces en lo que he pensado:

Pongamos que en efecto eres un Cavendish (o sea, la familia que actualmente ostenta el título de Duques de Devonshire), y hasta que eres el heredero. Pero podría ser que tu padre no esté contento con la vida que llevas: disoluta, extrañas compañías, esa reprobable y poco digna curiosidad tuya por las paparruchas paranormales... Eres el heredero, pero mientras tu padre siga vivo no va a permitirte que pongas tus manos sobre la herencia familiar.

De esta forma tu crédito se vería limitado a 5 (es un punto y medio completo a gastar en habilidades de Investigación: 3 completos en aquellas que hayas escogido como especialidades). Ese 5 reflejaría la renta que te ha asignado tu Padre (o sea, dinero suficiente como para mantener un nivel de vida muy muy alto). Cuando él muera, el crédito cambiará automáticamente a 7.

Tampoco serías Sir. Aún. Dentro de un tiempo serás algo más que "Sir", porque te aguarda el título de Duque a la vuelta de la esquina. Pero de momento tendrías que contentarte con ser sencillamente Archibald Devonshire (Cavendish), el aún joven y díscolo heredero de la inmensa fortuna de los Cavendish que lleva a sus padres por la calle de la amargura.

Me brindaría además la posibilidad de trazar un punto en común con el personaje de Luna Lunera: ella y tu madre tienen que conocerse necesariamente. Seguramente también os conozcáis, y no creo que apruebe tu conducta ni los dolores de cabeza que causas a tus padres, sus amigos los duques...

Si la idea no te gusta (u otra alternativa que justifique un bajón en Crédito a 5), me lo dices y lo negocio sin problemas con Luna Lunera, ¿ok?

En cuanto a los Pilares de Cordura, lo abordo luego. Es muy normal no encontrar pilares de cordura (o fuentes de Estabilidad), y especialmente difícil nos resulta a los viejos jugadores de la Llamada. Pero te lo explico después, que tengo obligaciones familiares que atender XD

Un saludo.

Me parece perfecto lo de bajar el crédito y la excusa para hacerlo.  Respecto a las habilidades el error llegó seguramente por la habilidad Huida y porque ando medio lento de cabeza estos días :D

reviso la ficha teniendo en cuenta la modificación de crédito y los comentarios que me haces y cuando esté lista te aviso.

Vamos con los Pilares de Cordura y las Fuentes de Estabilidad.

Para los que venimos de "La Llamada..." resulta confuso que la antigua Cordura de toda la vida aquí se llame Estabilidad, y que al elemento nuevo (ese "velo" en el que creemos y que mantiene la mente a salvo de los incomprensibles horrores preternaturales) lo llamen Cordura. Es un problema de diseño heredado del GUMSHOE original, donde sólo había Estabilidad. 

En fin, a lo que vamos.

Los Pilares de Cordura representan alguna preocupación humana en la que el personaje cree y confía ciegamente. Estos Pilares de la Cordura son principios abstractos, no personas u objetos individuales, y pueden ser dañados o destruidos por revelaciones de los Mitos; algunos ejemplos extraídos del manual podrían ser:

• La fe religiosa: puede ser una concreta, o una confianza genérica en una deidad racional o benevolente.
• La Familia: especialmente el honor familiar, la pureza de la propia sangre y aspectos similares.
• La dignidad y valía humanas.
• El progreso científico o la valía del intelecto.
• Las leyes físicas y la realidad del conocimiento científico.
• La bondad, belleza o valía de la naturaleza o el entorno.
• La bondad innata de la humanidad.
• Los principios morales.
• La estética o los principios elevados del arte.
• El epicureísmo: vivir la vida al máximo. 
• El patriotismo y la virtud nacional. 
• El amor por la ciudad o pueblo natal. 

Pero también otras cosas menos optimistas, como "El Egoísmo mueve al mundo", o "Todo gira alrededor del Sexo". Sí, puede que sea más feo que todo eso acerca de la bondad. Pero sí, también es humano. Me gustaría ver cuáles son los Pilares de Cordura de los protagonistas de House of Cards...

Por decirlo de algún modo, esos Pilares son anclas que nos unen con aquello que conocemos como humanidad; principios y valores incuestionables para nuestros personajes que, al verse hecho trizas por las revelaciones de los Mitos, acaban por destruir nuestra frágil mente.

Las Fuentes de Estabilidad, en cambio, son esa red de amigos, colegas y familiares que te provee de una motivación para seguir luchando en el bando correcto y para volver a entrar en esa cripta cada noche, y un nombre y frase identificativa son suficientes para cada uno. Igualmente puedes utilizar como fuente de Estabilidad a alguien que te saque de tus casillas (o a quien disfrutes sacando de sus casillas), como por ejemplo, tu padre. En un momento de debilidad emocional, tu personaje puede necesitar regresar a casa con un poco de whisky escocés de más en las venas para martirizar un poco al viejo Duque. Esa riña filial puede hacerle sentir extrañamente reconfortado.

¡Espero que te sirva de ayuda!

Pilares de cordura

A ver si esto sirve

Uno de los pilares podría ser su creencia en la doctrina espírita: esta doctrina se basa en al existencia del espíritu como motor de la vida, no cree en la muerte más que como una transición entre planos, cree en la reencarnación, en la existencia de Dios y en la inexistencia del Diablo y los demonios. (si hace falta detallo más esta doctrina)

Otro sería la relación con su padre o, mejor dicho, la obstinación de su padre: desde su punto de vista su padre se niega a ver la verdad, a comprender que el mundo es más amplio que lo que dice la ciencia o la religión.  Es similar a lo que me propusiste sólo agrego cuál es la visión de Archibald.

Como tercer pilar podría ser la amistad: estar en sus colegas, entre sus amigos con los que comparte una misma visión del mundo le sirve para abstraerse, para alejarse de las cosas que "están mal" en el mundo

Te parecen bien?

Me parecen muy bien los tres pilares de Cordura. Son adecuados al personaje, aportan color y me van a permitir hacerle la puñeta bien al investigador... XD

jajaja era lo que buscaba cuando los pensé :D

¿Ahora me quedarían definir personas para las fuentes de estabilidad?

En efecto. Ten en cuenta que el segundo Pilar de Cordura se refiere más a la incomprensión humana que a su padre en concreto, lo que ocurre es que acaba personalizándose. Es decir, cuando el personaje se enfrenta a otra muestra más de incomprensión ante lo desconocido piensa "mira, como mi padre. Así es la naturaleza humana, tan ciega como racional".

Por eso, el padre del personaje bien podría ser una fuente de estabilidad; sea porque el investigador lo busca para ratificarse al verse reflejado en su terquedad, o porque en momentos de debilidad necesite la firmeza rocosa de las convicciones del anciano aristócrata.

A la espera de tus fuentes de estabilidad, pasamos a rolear tu escena personal.

Hace poco, durante una de tus frecuentes visitas a la librería Watkins Books, uno de los propietarios de la misma (el señor Geoffrey Watkins, hijo del fundador de la librería) se acercó a ti visiblemente azorado para hacerte una especie de “reconvención”, una petición extraña e impropia que te dejó sorprendido. 

-Disculpeme, señor Devonshire -dijo entre toses avergonzadas-. Es usted uno de nuestros mejores clientes y sabe bien que lo apreciamos en sumo grado. Pero… pero, verá, hay determinados volúmenes de gran antigüedad sobre los cuáles preferiríamos que usted no… no… -El librero toma aire, tratando de calmarse. Percibes algo de molestia debajo de toda esa vergüenza-. No debería usted hacer anotaciones en tinta sobre los libros, sobre todo si no pretende adquirirlos.

El enfado se precipitó sobre Archibald ¿Cómo osaba aquel hombre acusarlo de semejante barbarie?  ¿Mancillar así un libro, un tesoro ajeno?  El jamás, haría algo así.  Quizás fue la expresión de Geoffrey al ver como la rabia contenida se manifestaba en su rostro, quizás un segundo de lucidez lo que le permitió recordarse que estaba tratando con un caballero y que el buen Watkins no lo acusaría para sacar ventaja o aprovecharse de él, a decir verdad parecía bastante avergonzado de tener que exponer aquella situación ante Archibald.

-Estoy seguro que no he sido yo señor Watkins- comenzó -Sabe muy bien que mi aprecio por los libros sólo es igualado por el que usted y su padre le tienen.  Me consta, sin embargo, la honradez de su apellido y comprendo no esta una situación que le resulte cómoda.  Créame, si fuese esta cualquier otra librería ya me hubiese marchado gravemente ofendido, sin embargo no será así.  Me gustaría, si a bien tiene, ver los volúmenes que han sido escritos y de reconocer que aquellas palabras surgieron de mi mano los pagaré gustoso y me disculparé con usted.  Le pido a cambio de mi buena fe la suya y acepte, si niego haber sido yo el escriba, que esa será la verdad.  ¿Esta de acuerdo señor Watkins?  No se me ocurre otra solución que nos permita seguir realizando buenos negocios como lo hemos hecho hasta el momento.-

El señor Geoffrey Watkins dedica unos segundos a pensar en silencio, sin dejar de observarte, la mirada clavada en tus ojos. Por fin alza las manos mientras agita levemente la cabeza.

-Muy bien -dice-. Deme un momento, señor Devonshire.

Después desaparece en la trastienda dejándote solo e intrigado. ¿Anotaciones tuyas? El propietario parece muy convencido de tu autoría, pero ¿cómo es posible? Estás seguro de que no has utilizado tu pluma en aquel lugar. Demonios, si ni siquiera lo haces con tus propios libros… ¿de dónde se han…?

-Aquí tiene, señor Devonshire -murmura Watkins extendiendo hacia ti un antiguo volumen cuyo título reconoces, aunque nunca lo hayas leído. 

Es un tratado sobre prácticas religiosas medievales escrito en el siglo XVII por un benedictino llamado Antoine du Roumasson. Hasta donde tú sabes es un libro serio, bien documentado; no es que la temática te apasione, piensas mientras lo sitúas sobre una de las mesas y comienzas a ojearlo, pero no sería una mala adquisición para tu bien nutrida biblioteca, con anotaciones o sin ell…

-Mire -dice el librero señalando con el dedo-, ahí lo tiene.

En el margen derecho de una de las páginas, flanqueando la imagen del dibujo primorosamente realizado de una iglesia románica, hay unas notas en inglés. Están hechas con tinta moderna, eso se te hace evidente de inmediato, aunque parecen notas viejas, y el contenido de las mismas es extraño y muy desagradable. Las notas insinúan obscenas verdades al margen de la religión y el mundo mismo, presentando la realidad bajo una luz más oscura y horrible. Habla de criaturas preternaturales que no son ni ángeles ni demonios, seres malditos y malsanos que se alimentan del tiempo, alejados de nuestra percepción por un tenue velo de mentiras. Seres controlados por una suerte de dioses primigenios muertos pero no muertos que sueñan con un mundo distinto, surgido de las  tenebrosas ruinas en que pretenden convertir el nuestro tras devorarlo.

Y la letra es sin duda tuya.

-Hay más -dice Watkins, algo azorado de nuevo-. Si tan sólo fueran unas anotaciones en un único libro no nos hubiéramos preocupado… ¿quién sabe? Quizá ni siquiera las hubieran realizado aquí. Pero en realidad hay mucho más, en otros libros, y la letra es siempre la misma. Hemos confrontado esa letra con la de varios clientes, por pura precaución profesional, y… bueno, señor Devonshire, no nos cabe duda de que es la suya. ¿Le muestro el resto?

Confundido sacudió la cabeza.  ¿Cómo podía haber anotaciones suyas en un libro que no había leído?  Aquello era por demás extraño, se distrajo un segundo pensando en que diría Olive cuando se lo contase.  -No puedo negarlo, es mi letra- respondió -Le pido disculpas, en verdad ni siquiera recuerdo haber leído este libro o haber escrito estas... notas.  Pero como dije pagaré por los daños que ocasione.- se quedó un segundo en silencio, pensativo, tendría que leer aquello con más detenimiento en la privacidad de su hogar y, sin duda, debía compartirlo con Olive e Ivan.  -Si, por favor, traiga todos los libros que he arruinado y otra vez, discúlpeme.  Le juro que estoy tan sorprendido cómo usted-  Aquello le preocupaba, que clase de sonambulismo le habría echo escribir aquello, entonces, mientras el librero se alejaba una idea llegó a su mente.  Había registros en las experiencias de Kardec sobre lo que llamaban psicografías, en ellas una entidad espiritual se apoderaba del médium y lo utilizaba para transmitir un mensaje, normalmente el médium estaba en estado de trance mientras eso sucedía e ignoraba no sólo sobre lo que escribía, sino el hecho mismo de estar haciéndolo.  Una sonrisa se dibujó en su rostro, Olive se maravillaría con esto  ¿Era él, Archibald Devonshire acaso un verdadero médium?  No lo sabía con certeza, pero lo descubriría junto a Olive.  En cuanto se hiciera con los libros se pondría en contacto con ella y comenzaría a con los experimentos y las pruebas, ya podía imaginarlo, incluso de algún modo vivenciar lo que sucedería

Son días frenéticos para ti. Las posibilidades son tantas... infinitas, en realidad: todos los libros contienen mensajes tuyos. Inconfundiblemente tuyos. Todos hablan de Ellos, de su llegada, de su depredación, de nuestro fin y el fin de todo lo conocido, de la muerte del tiempo y del regreso de los muertos.

Tu amante se muestra tan enfervorizada como tú. El sexo se torna frenético y lleno de lujuria incontenida, alimentado por alucinógenos y marihuana. Ivan, en cambio, reacciona con sorpresa y cautela: ha oído hablar de mensajes similares aquí y allí. Un amigo suyo, librero de una de las librerías especializadas en esoterismo más importantes de Londres (Jacobs Books. Eres cliente habitual) incluso ha montado un grupo de trabajo, o terapia, relacionado con esas extrañas y apocalípticas referencias a Ellos. Quedáis para desayunar en un café de vuestro agrado y allí te muestra un anuncio del Times de hoy:

"¿Los has visto a Ellos? ¿Sabes que están aquí, y nadie te cree? ¿Piensas que todo nuestro mundo está condenado a la desaparición si, finalmente, Ellos despiertan de sus sueños de muerte? Si es así, quizá quieras hablar con nosotros. 

Grupo Viernes, todos los viernes a las 6 p.m. en Jacobs Books.