Partida Rol por web

La Revelación Final

Rungard

Cargando editor
20/07/2014, 11:09
Director

Notas de juego

Prosigues con tu investigación durante algunos ratos libres. Lo que descubres es tan desconcertante que ese agujero que está anidando en tu interior crece a cada paso que das.

Nadie te recuerda en los lugares que es evidente visitaste con antelación. Las declaraciones firmadas por los sujetos en cuestión no son reconocidas por sus autores, aunque afirman todos que sus rúbricas son verdaderas y que los textos contienen detalles ciertos de sus vidas. Detalles, porque cualquier cosa referida a los desaparecidos la han olvidado.

Incluso los hijos de la señora Varney niegan saber nada sobre esa señora. Cuando les preguntas por su madre, las respuestas son confusas: "¿mi madre? No sabría... ¿qué ocurrió con mi madre?". En el caso anterior al de la señora Varney descubres una cuartilla manuscrita por el desaparecido en la que dice:

 

"Ellos están aquí, preparando el regreso del que sueña muerto desde su lecho de otro mundo. Seremos su sustento"

 

Es un mensaje apocalíptico muy parecido al que se supone que te transmitieron los testigos en todos y cada uno de los casos del fichero. 

El día después de entrevistarte con una de las hijas de la señora Varney decides solicitar un permiso de unos días. Tienes mucho que aclarar contigo mismo, pero es que, además, no te sientes con fuerzas para enfrentarte a tus subordinados. Ese mismo día, en el Times, lees un anuncio curioso que parece escrito para ti:

 

"¿Los has visto a Ellos? ¿Sabes que están aquí, y nadie te cree? ¿Piensas que todo nuestro mundo está condenado a la desaparición si, finalmente, Ellos despiertan de sus sueños de muerte? Si es así, quizá quieras hablar con nosotros. 

Grupo Viernes, todos los viernes a las 6 p.m. en Jacobs Books. 

Vendiendo libros desde 1887
Cecil Court 27. 

(Horario comercial de 8 de la mañana a 6 de la tarde)."

 

Cargando editor
20/07/2014, 18:05
Joseph Parker

Que Dios me ayude. Han estado desapareciendo personas desde 1919 siguiendo un patrón parecido. De algún modo, investigué esas desapariciones y no lo recuerdo. Los familiares de los desaparecidos han perdido la memoria sobre ellos, igual que yo sobre la investigación. Por Dios todopoderoso, ¿qué está pasando aquí? -pienso, medio mareado-. Y ahora, este anuncio en el periódico. ¿Será de fiar este club? ¿O será el lugar adonde se dirigieron todos los desaparecidos antes de desvanecerse? Tal vez podría tratarse de una secta de esos trastornados que predican el Apocalipsis. Debería dejar que me examine un médico... o un psiquiatra. No, de momento solo un médico. No estoy loco. Creo que no. Y luego, veremos qué hace la gente en esa librería.

Pido cita en la consulta de mi médico de cabecera. Le pregunto si tengo señales de haber sufrido un golpe en la cabeza lo bastante fuerte como para provocarme una amnesia parcial. Y le cuento lo de mi pérdida de memoria. Le pregunto al médico si recuerda algún caso parecido.

Más tarde, investigo la librería Jacobs Books. Pregunto en la oficina del Times por el nombre de la persona que puso el anuncio y busco el nombre del propietario en el registro del ayuntamiento. Después, compruebo si tiene antecedentes penales y trato de encontrar la dirección de su vivienda. Cuando la librería está cerrada, pregunto a los tenderos de los comercios cercanos si han visto o oído algo extraño acerca de la librería. Al día siguiente, dejo el uniforme en casa y visito la librería como un cliente cualquiera, hojeando algunos libros y mirando de reojo a los dependientes.

Paralelamente, empiezo un diario donde voy escribiendo todo lo que me ha sucedido desde el día que encontré la caja con los ficheros de la investigación.

Cargando editor
21/07/2014, 09:31
Director

Tu médico te examina con atención, no encontrando ningún rastro externo de contusiones o heridas en la cabeza. Aún así te reconoce que, a veces, pueden desarrollarse coágulos en el interior del cráneo sin mediar golpe previo. Acerca de los agujeros en tu memoria, también te reconoce que son posibles: de hecho, tras la guerra hubo de tratar a muchos veteranos con fallos incomprensibles en sus recuerdos. Y tú no eres militar, pero sí has vivido muchos años (sobre todo en tu juventud) expuesto a dramáticas situaciones de máxima tensión.

Acerca de Jacob´s Books descubres pocas cosas interesantes. Es una de las librerías especializadas en esoterismo más reputadas de la capital (y con un buen cartel a nivel internacional); sus clientes van desde los simples curiosos a los más adinerados miembros de la alta sociedad londinense. La persona que pagó por el anuncio en el Times (y en otros periódicos generalistas) es un tal Patrick Howells. Librero, profesional intachable, sin antecedentes penales ni conflictos civiles abiertos. Sus vecinos sólo tienen buenas palabras para él (aunque siga soltero cuando ha dejado muy atrás los treinta y esto despierte ciertas maledicencias en el vecindario no del todo expresadas). Tu visita a los locales cercanos no te da demasiados beneficios: Cecils Court es una calle repleta de librerías, esotéricas, de antigüedades y generalistas,  y todas cierran a idéntica hora. Hay un par de pubs cercanos (uno de ellos conoces bien: The Prospect of Whitby), donde apenas sí saben distinguir entre una y otra librería, y varios teatros donde, quizá, algún tramoyista o actor de segunda te confiese haber pisado la librería: un lugar serio y distinguido.

A la tarde siguiente te acercas al lugar. Son las cinco de la tarde, a una hora del cierre, y es viernes 21 de octubre; si lo que ves te convence quizá podrías participar desde las sombras de una de esas reuniones del club del viernes y ver de qué va esa gentuza fantasiosa. Si no, te largarás antes de que comiencen.

Como la mayor parte de las librerías cercanas, en Jacob's Books se toman en serio su trabajo y no hay escaparates. El exterior es un grueso frontal de madera oscura, y está cuidadosamente limpio. Tomas con fuerza la manija de bronce de su puerta, respiras hondo, y abres la puerta haciendo sonar las campanillas.

 

Cargando editor
25/07/2014, 09:12
Director

CAMBIO DE ESCENA 

(Seguimos en Jacob's Books)

Cargando editor
09/09/2014, 07:17
Director

Máster: ¿en los archivos de las investigaciones pone quién denunció las desapariciones?

 

Sí. Consta una denuncia, y no siempre eras tú el encargado de la investigación (aunque sí acababas participando en ella). No recuerdas nada al respecto, pero supones que una vez te encontraste con el misterio de las desapariciones en el primero de los casos es cuando abriste el archivo y, por ello, comenzaste a interesarte en otros casos similares.

El patrón es muy sencillo: alguien (casi siempre un familiar) denuncia una desaparición. Para cuando la policía acude no sólo no hay rastro de la persona en sí, sino que parte de su "realidad" también ha desaparecido (su coche, una mascota, cuadros, muebles...). Paulatinamente, algunas personas que han realizado declaraciones relacionadas con la persona desaparecida comienzan a "olvidar", comenzando por pequeños detalles y acabando con la existencia misma del desaparecido. Esas personas reconocen sus firmas en las declaraciones, pero no recuerdan haber denunciado nada ni, desde luego, al propio denunciado. Ni siquiera cuando era su padre o madre. Con el tiempo, todos los denunciantes y tú mismo acabáis olvidando por completo haber participado en la investigación.

Crees que es el propio archivo el que te permitió seguir con el asunto; al constar por escrito de tu puño y letra, la misma lectura de los casos antiguos te animaba a seguir investigando en los nuevos: seguramente no recordabas haber seguido aquellos asuntos, pero te constaba con absoluta seguridad que lo habías hecho y por eso seguías indagando y acumulando más casos. En un momento u otro te ascendieron a Inspector y los casos se espacian en el tiempo; después llegaste a ser Inspector Jefe y, bien, poco a poco vas desvinculándote de todo el misterio porque paulatinamente lo vas olvidando. De hecho, debiste toparte con tu archivo por casualidad pocas semanas atrás, y por eso investigaste el asunto de la señora Varney... aunque claro, lo has olvidado.

Te imaginas una especie de gusano que devora poco a poco la evidencia de la existencia de esas personas. Crees que los más cuerdos de entre quienes los rodean son los que más tiempo conservan los recuerdos (lo crees porque tú mismo pareces ser de los últimos en olvidar, y te tienes por bastante cuerdo). Pero al final todos olvidan.