Partida Rol por web

El móvil comienza a hacer tono de llamada mientras Eduardo se levanta, aceptando resueltamente la petición del tal Taskin.

Suena el móvil antes que tengas oportunidad de llegar a la recepción. Miras la pantalla iluminada y ves que es una llamada de Eduardo.

Mientras me dirijo tras Eduardo, dejo al vuelo una breve pregunta :
- Si recuerda algo que pueda ser de importancia, señor Taskin, nos lo podría comunicar? - quizás una pregunta retórica después de todo.

Creo que Taskin poco mas nos quedrá aportar, pienso arrugando el entrecejo.

Descuelgo el telefono.

- Eduardo? Donde estais?

- Ya les he dicho todo lo que sé. Málchense.

Apremiados por su inquilino, salís de la habitación y regresáis al lúgubre pasillo que muere en la peligrosa escalera que conduce a la planta baja.

Eduardo tiene el teléfono pegado a la oreja.

Salgo al pasillo con el telefono en la oreja y le hago un gesto a Conrad para que espere mientras atiendo la llamada.

En un lugar llamado Motel Sunshine o Hostal... ¿Que ocurre? dijo ha quien estaba al otro lado de la linea

En un lugar llamado Motel Sunshine o Hostal... ¿Que ocurre?

- Pues yo estoy aqui mismo, en la recepción. Venia por tu mensaje de antes.

Ahora bajamos.

Cuelgo el telefono.

Ahora bajamos. Digo antes de colgar el telefono.

Miro a Conrad.

Arnau esta abajo.

Bajo las escaleras hasta recepcion.

Hombre de muchas palabras este Eduardo. Bueno, almenos no hay disparos. Ahora a esperar en este bonito lugar. Observo las paredes. Si no fuese por la decoración, el ambiente, la luz y el color de las paredes me traen recuerdos borrosos de viejos puticlubs faciles de olvidar. Miro al tipo de la recepción. No creo que sea un problema, tiene pinta de que le gusten mas los niños que los tipos apuestos como yo. 

Busco algun lugar para sentarme y esperar, mientras pongo mi cerebro en modo standby.

Eduardo comienza a bajar las escaleras metálicas, con mucho cuidado de donde pone los pies, pues entre la mala iluminación y los pequeños peldaños, cualquier traspiés podría ser, como mínimo, incómodo.

Antes que puedas encontrar un lugar donde apoyar tu trasero con garantías de no llevarte en él algo pegado de recuerdo, las escaleras metálicas de acceso a las habitaciones comienzan a chirriar y un sonido metálico de pasos evidencian que alguien baja por ellas. 

Reconoces a Eduardo, que baja con cuidado para no trastabillar y partirse la crisma en semejante lugar.

En cuanto bajas unos pocos peldaños y echas un furtivo ojo a recepción, ves a Arnau que te observa bajar por las traicioneras escaleras.

En la recepción, aun está el tipo de antes, entretenido leyendo algo que no se alcanza a ver desde fuera.

Me asomo por las escaleras mientras espero a que Conrad me siga y miro a Arnau con gesto de no entender porque ha venido.

Aqui hemos terminado... digo ofreciendole que salgamos antes de empezar a hablar.

Asiento el comentario de Eduardo con una leve sonrisa y le sigo a la calle, mientras también me giro para ver si viene Conrad

Menuda sorpresa... - pienso mientras me dirijo a la calle tras Arnau y Eduardo.duardo.