Partida Rol por web

Llegas a la puerta de acceso del desguace y detienes el coche allí mismo.

El camino que te ha traído hasta aquí es solitario y, tal como dijo Negro, seguramente sólo se utiliza para acceder a este sitio. Ahora está cerrado por vacaciones, tal como indica el cartel de la puerta. Parece ser que cierran todo el mes de agosto.

El portal de entrada consta de una doble hoja de hierro de importantes dimensiones. Está cerrada con encadenado de acero y parece relativamente complicado de saltar. Es bastante alta y no hay puntos de apoyo para facilitar la escalada. Su fachada es lisa. La anchura del portal es suficiente como para que puedan acceder al recinto los camiones.

A juzgar por lo que se ve desde aquí, todo el desguace está cercado con una valla de chapa y cemento. Parece un sitio bastante grande, y se adivinan un par de naves interiores, donde deben hacer los trabajos de despiece y almacenamiento.

Seguramente deberías bajar a echar un vistazo, pero te resistes un poco a hacerlo, pues sabes que vas a añorar el aire acondicionado de tu vehículo desde el primer minuto. Piensas en la carga que llevas y caes en la cuenta que hace un rato que no le oyes. Quizá por la suavidad de la autopista.

Uhmmm... bajo o no bajo?... No bajo. Total, para que? Entiendo que si Negro ha dicho de quedar aquí es que tiene una forma de entrar limpia, como por ejemplo unas bonitas llaves. Bajaré la ventanilla, eso si, que un cigarrillo me viene en gusto - me digo a mi mismo con sarcasmo e ironia. A veces sospecho que estas conversaciones entre mi persona y mi sarcasmo no son mas que masturbaciones mentales. Algun dia me encerraran por esto, y de regalo una habitacion decorada a lo Pikolin.

Y Izan no da señales de vida. Y la verdad, no me importa. Tampoco creo que nos vaya a soltar mucho mas de lo que ya sabemos. Además, ni loco abro el maletero sin ayuda... un momento, tengo un par de pistolas!. Podria comprovar su estado con seguridad.... que no, que no lo voy a hacer, joder. Enciendo el cigarrillo y le doy una profunda calada, hechando el humo fuera.

Lo mejor seria esconderme un poco. Estoy a primera linia, y he cometido un asesinato (o intento) y un secuestro. Como para quedarme mucho tiempo quieto en el mismo sitio. A ver, esto es enorme... me pregunto si podria meter el coche campo a través detras de aquella esquina. Asi veria venir a cualquiera, y si las cosas pintan mal, me da una ligera ventaja. La verdad, es que no me fio de ninguno de mis supuestos compañeros.

El desguace está rodeado por plantaciones de naranjos. No sabes si el perímetro exterior del centro es mínimamente transitable, pero sí que has visto cuando has llegado que lo parece, por lo menos en los primeros metros.

Vista aérea de los alrededores del desguace:

Bueno, tampoco me voy a cargar el coche por meterlo por ese rincón. Además, seguro que todo esto esta dentro de un contexto paranoico desmesurado. Arranco de nuevo el motor y trato de meter el coche campo a través, lentamente, alejándome de la puerta principal. Una vez observo que no esta en primera linia de visión, lo giro y encaro a una dirección que me permita salir rápido de allí. Paro el motor, bajo del coche y me escondo en medio de los naranjos que hay al lado. Busco una sombra y maldiciendo mi paranoia, me hecho de la forma mas cómoda posible, con amplia visión al camino, intentándome relajar y recuperar un poco de paz ambiental. Me quito la americana dejándola cuidadosamente en un rincón relativamente limpio. Cojo una de las pistolas, compruebo que está cargada, y la dejo en mi regazo. Finalmente, enciendo un cigarrillo y lo mezclo en mis pulmones junto con un poco de esa ligera brisa que parece esconderse del bochorno solar.

Y espero.

El portal de entrada consta de una doble hoja de hierro de importantes dimensiones. Está cerrada con encadenado de acero y parece relativamente complicado de saltar. Es bastante alta y no hay puntos de apoyo para facilitar la escalada. Su fachada es lisa. La anchura del portal es suficiente como para que puedan acceder al recinto los camiones.

A juzgar por lo que se ve desde aquí, todo el desguace está cercado con una valla de chapa y cemento. Parece un sitio bastante grande, y se adivinan un par de naves interiores, donde deben hacer los trabajos de despiece y almacenamiento.

Desde tu posición, primero oyes y después ves llegar por el camino de tierra un coche. Se trata de un Peugeot 207, azul marino metalizado, 5 puertas (estos datos llegan a tu cabeza casi instantáneamente, con sólo ver el coche de refilón, por deformación profesional, se supone).

Han pasado unos treinta minutos desde que llegaste, así que no te sorprende ver la cara de Conrad a través de los cristales del coche. Dirías que no te ha visto aun.

Uhmm... Conrad. Le ha costado bastante llegar. Bueno, no tengo por costumbre ponerme quisquilloso con quien me salva la vida.

Me levanto y me sacudo la tierra de los pantalones. Recojo la pistola y la guardo en uno de los bolsillos de la americana, que recojo, limpio y me pongo.

Bien, vamos para allá. Me dirijo hacia el coche caminando con la intención de quedarme apoyado en el, esperando a que Conrad me vea. De momento, no tengo intención de acercarme, ni a pie ni en coche, aunque si que voy dejar el motor encendido.

Como debe estar nuestro amigo Izan? Asfixiandose de calor, espero.

Justo antes de llegar, en un margen lateral que bordea el reciento y inicialmente oculto a los ojos de los que transiten el camino, ves a Arnau, apoyado en su coche, que lo ha aparcado allí. Te mira con media sonrisa en la cara. Dirías que te ha reconocido.

Me acerco a Arnau y le saludo - Hola Arnau, haces buena cara. Donde tienes a Negro y su compinche? Su moto aun anda tirada en el callejón... tienes el paquete en el maletero? - digo mirando los alrededores. Tenía razón, es un sitio tranquilo para charlar tranquilos... pienso mientras no puedo tener un recuerdo sobre Joan y Eduardo. Donde estaran...?

Conrad, al ver a Arnau, también se ha adentrado por el margen de tierra que rodea el perímetro del desguace, hasta el lugar donde está su coche. Cuando ha llegado a la altura de Arnau, se ha bajado del coche y ha comenzado a hablar.

Hace un sol de justicia a estas horas y ambos coches están al sol, así como sus respectivos dueños, sólo los naranjos que rodean el perímetro ofrecen algo de sombra donde resguardarse.

En este preciso momento, suena el teléfono móvil de Conrad.

Se trata de Joan.

Havia encendido un cigarrillo para esperar a Conrad. Respondo a su saludo levantando la mano al mismo tiempo que pego una honda calada a mi veneno favorito.

- Que tal Conrad? Pues si, lo teng.....

Me callo al oir la llamada, y espero elegantemente que procese su comunicación.

Hago una señal a Arnaucon la mano pidiendo un segundo mientras descuelgo el teléfono y respondo la llamada - Hola? Joan? - digo en espera ...

Sí, soy yo. Cuéntame qué ha pasado.

Como ya sabes, entraron unos matones en la oficina de Ramón y nos amenazaron con armas. Luego llegaron los otros y pudimos intimidarlos. El caso es que buscaban alguno de los últimos casos de Ramón. Aún no sabes del cierto para quien trabajan, pero nombraron a un tal 'Monzón'. Donde estabais? que os ha pasado? - digo esperando que Joan me despeje los temores..

Cuando han empezado los tiros hemos salido por la ventana. Sento me ha dicho que 2 hombres han muerto. . ¿cómo ha pasado? ¿conquién estás? Estoy muy preocupada ¡¡Han inentado matarnos con un coche!!

Estoy con Arnau, y los dos estamos bien. Pondré el manos libres para que pueda oirte. digo activando el botón que nos permitirá compartir la llama. Hago una señal a Arnau para que se acerque y así evitar que nos puedan escuchar oídos poco gratos.
No entiendo porqué os han intentado matar... tenemos muchas cosas de que hablar. A nosotros también nos han intentado matar, pero por suerte pudimos salir con vida... explico a Joan mientras miro a Arnau, sin dar mas información por teléfono. No sabemos quien mas puede estar escuchando la llamada...
Por suerte estas bien, a salvo, y eso es lo que importa. Recibí un SMS de Eduardo. Que sabes de él? respondo, esperando respuesta.