Partida Rol por web

17 de Agosto de 2005
8:30 am

 Carmen está sentada en el alféizar de un ventanal de la facultad, a la sombra del edificio, justo tras la ambulancia. Mantiene las piernas recogidas, apoyando su llanto sobre sus propias rodillas. Tiene un vaso de café aun humeante a un lado, sobre el mismo alféizar. Viste pantalones vaqueros, camiseta azul marino y zapatillas deportivas. Una banda azul celeste le recoge el pelo largo hacia atrás y evita que le cubra el rostro y se empape de lágrimas.

  No la conocías de antes. Zafra, en alguna ocasión, te había enseñado una foto vieja de la cartera, donde Carmen tendría unos veintipocos años, aunque sabes que ahora debe rondar la treintena.

 Me dirijo a donde esta la mujer sin poder evitar repasar su figura de arriba a abajo valorando su atractivo. Una vez me he acercado los suficiente para que me oiga sin levantar la voz le digo.

- ¿Carmen verdad? - espero a que levante la vista antes de ofrecerle la mano y decir con expresion seria y un poco compungida - Le acompaño en el sentimiento, soy Eduardo, Eduardo Armero.

 Levanta la cabeza y con su mano izquierda se aparta el pelo de la cara para mostrar un rostro hinchado por el llanto. Varias lágrimas resbalan por sus mejillas mientras intenta recobrar algo de compostura y dirigirse al recién llegado.

 - Gracias. - Dice con la voz entrecortada mientras te da la mano - Y gracias por venir.

 Sacude la cabeza, como para quererse apartar le pelo, pero seguramente lo que necesita es apartar los nubarrones que nublan su mente. Pretende que no se la vea débil, gesto que la honra a tu criterio.

 - Soy Carmen. No nos conocíamos, pero mi padre me habló de ti en varias ocasiones. - La voz de la mujer es trémula, pero firme.

- Si, conozco... perdon, quiero decir que conoci a Ramon de hace algun tiempo. Un buen hombre, lo que es un defecto en esta ciudad. - me acerque esperando a ver si me ofrecia sentarme junto a ella - ¿Que le han dicho? quiero decir sobre... bueno, sobre lo que ha ocurrido.

 - Bufff... Ésos imb... - Se traga la palabra sin masticarla, la ira no le ayuda a digerirla - Los policías dicen que está todo claro, que mi padre saltó desde la azotea. - Niega con la cabeza y alza ambas manos hacia arriba para volverlas a bajar en una sonora palmada contra sus piernas, en claro gesto de impotencia ante semejante idiotez.

 El dolor por la muerte de su padre Carmen lo está canalizando en ira contra los policías.

Mira Carmen, ¿puedo llamarte asi? vamos a hacer una cosa. - mientras hablo saco una libreta y un boligrafo para tomar notas - Ramon me ayudo hace unos años con mi carrera, lo minimo que puedo hacer es devolverle el favor tratando de esclarecer todo esto. Cuentame todo lo que se te ocurra que pueda tener relevancia, la ultima vez que hablaste con el, que te conto que hacia ultimamente, vamos todo. Imagino que debe ser dificil, asi que tomate tu tiempo.

 Mientras Carmen está hablando con el periodista, aparece un hombre alto impecablemente vestido con traje negro y corbata. El desconocido se acerca a Carmen y su interlocutor. Su cara es seria y muestra un rostro levemente compungido en una mueca de duelo que parece no encajar en aquella cara.

 La llegada del hombre, corta la conversación que estaban manteniendo.

Al ver que el tipo trajeado se acerca salgo a su encuentro poniendome entre el y Carmen.

- ¿Puedo ayudarle en algo?

 Me quedo bastante sorprendido al observar la reacción del periodista en mi presencia. Dada la situación, opto por no dedicarle mas de dos segundos.

- No, no puede - Le digo mirándolo con desdén - Carmen? Hola, soy Arnau. He venido tan rápido como he podido. Como estas?

 Carmen se gira hacia el recién llegado.

 - Ah, hola. - Se pasa ambas manos por la cara, con la intención de enjuagar tanto las lágrimas como los rastros delatores que éstas han dejado en sus mejillas. Intenta mantener una compostura frágil, pero valiente. - Este es Eduardo Armero, también era amigo de mi padre. - Dice señalando con una mano al periodista. - Eduardo, este es Arnau Negiró, también le he llamado esta mañana para que supiera lo que ha pasado.

Mi actitud hacia el desconocido cambia ante las palabras de Carmen, por lo que le ofrezco mi mano extendida mientras digo:

- Señor Negiró, encantado.

- Igualmente. - Le digo mientras le acepto el apretón de manos y le muestro una sonrisa estándard de aceptación.

- Podeis decirme que ha pasado? Como ha sucedido todo esto?

- No lo sabemos aun. Precisamente estaba preguntando a Carmen sobre la ultima vez que hablo con Ramon. - respondo con la libreta aun en la mano izquierda, mientras juego con el boli haciendolo girar en la otra.

 Carmen resopla, como para contener el llanto. Toma aire para reponerse y dice:

 - Según me han dicho, esta mañana los jardineros encontraron a mi padre ahí. Dicen que... - inspira con fuerza - Dicen que debió entrar a primera hora en la facultad de medicina, subió a la azotea y se arrojó al vacío... Sin más. - Cuando dice esto, se le arruga el mentón y una lágrima desertora huye mejilla abajo.

 Carmen gira la cabeza hacia la ventana para huir de las miradas de duelo de sus acompañantes, tapándose la boca con una mano. No le gusta que la vean llorar.

 - Carmen, de verdad que lo siento mucho. Apreciaba mucho a tu padre

Me tomo una pausa de dos segundos para adecuar el ritmo de la conversación al nivel de la circunstancias.

- No puedo creerme que se haya tirado al vacio sin más. Y dudo mucho que tuviera ningún motivo para hacerlo.

Me espero otros dos segundos, observando si en la cara de algunos de los presentes se observa algun atisbo de contradicción en lo que acabo de decir.

- No se lo que va a decir la policia al respecto. Lo que si que os puedo decir, casi asegurar, es que no se tiró por voluntad propia.

- Bueno, por eso estamos aqui. Cuando se lleven el... cuerpo, me acercare a la morgue a ver si puedo sonsacar algo de informacion util a los forenses. Le pediran imagino que identifique a su padre Carmen, si lo desea puedo acompañarla.

 - De acuerdo. Solo deciros que he podido observar que llevaba los zapatos puestos, y como es sabido, los que tienen realmente la intención de suicidarse se los quitan antes de saltar. Creo que tendriamos que basar nuestras investigaciones a partir de ese punto. Tambien seria interesante saber, Carmen, si le conocias algún enemigo, o si tenia tratos con gente..., digasemos poco de fiar.

 El policía aparece por la parte opuesta de la ambulancia y se acerca, interrumpiendo la conversación.

 - Señorita Zafra, esos dos caballeros de allí dicen ser amigos de la familia. - Dice señalando a un chaval joven, con camiseta y gafas de sol, y a otro tipo de aspecto normal, con barba de tres días aunque cuidada. - ¿Les dejo pasar?