Partida Rol por web

¡¡¡DISCIPLINAAAAAAAAAAAA!!!

La noche ha sido un tanto movida y revuelta para algunos, quienes apenas pudieron conciliar el sueño por el sobresalto. Aparte del intento de secuestro de Sylvana, no ha ocurrido nada más por fortuna.

La pobre, inicialmente sobresaltada y aún nerviosa por el suceso, no tardó en conciliar el sueño, aliviada por la compañía de Redrak, el pequeño y juguetón dragón rojo. Además se sentía segura porque estaba Argorán fuera, vigilando la entrada, además de creer que AnyKiller también estaba por allí.

Scarecrow no se enteró de nada, así que fue uno de los pocos que durmieron del tirón, además de Marcus Lightfighter y Elmore Pancetilla, quienes tenían un sueño realmente profundo y a prueba de bombas... pero no del toque de diana de Kronnal...

Una oveja correteaba alegre por un pasto. De repente, parece que ha olisqueado algo y se acerca veloz hacia la valla que limita el pasto

Vamos, salta esa valla que tu puedes ¡¡Alehop!! Bieen!! ¡¡He saltado esa valla! Vaya, ¿quien será esa langosta y porque me mira con esos ojos golosos- pensaba la oveja - Voy a acercarme a ver que pasa.

La oveja se acercaba timidamente hacia la langosta cuando de repente se escurrió de la pata trasera izquierda dando un traspies y enredandose. Se quedó tumbada panza arriba en mitad del prado, a los pies de la langosta. Lo siguiente que recordó fue estar en una bandeja, esquilada, sobre un lecho de patatas fritas y con una manzana en la boca. Y justo cuando la langosta se la iba a comer comienza a sonar un molesto cucu incesante. La oveja se difumina en la nada.

La langosta abre los ojos y se ve en su camina abrazada a su peluche con forma de cerebro gigante, regalo de sus compañeros de fin de carrera de medicina militar, allá en el lejano subsuelo inmundo y hostil.

Disparó su pistola ballesta contra el reloj de cuco el cual quedó silenciado de inmediato y despues abrazandose a su peluche y metiendo un pulgar en la hueco bucal y haciendo un raro ruido succionador intentó seguir comiendose a la oveja saltarina de los prados verdes.

Las primeras luces de alba se filtraban entra las nubes del cielo dando lugar a los primeros rayos de luz del nuevo día. Los alumnos (y la mayor parte de los profesores) aun se encontraban durmiendo plácidamente en sus camas mientras Kronnal cargaba los muñecos de entrenamiento. Toda la academia estaba en siliencio y sólo se escuchaban los pesados pasos de Kronnal mientras sacaba el material de la armería. La armería era demasiado pequeña como para albergar a todos los alumnos así que darían la clase en el patio aprovechando que el día amanecía soleado.

Cuando terminó de colocar algunos muñecos en el patio Kronnal sacó unos fardos con armas de madera y armaduras acolchadas, no quería que nadie saliera herido si a alguno de los alumnos le daba por hacerse el héroe. Finalmente tomó algunas armas más de la armería para darles una buena lección sobre los tipos y usos de las armas. Cuando terminó de prepararlo todo ya casi había amanecido y, como era de esperar, aún nadie había llegado. Aun quedaba tiempo pero Kronnal decidió darles un aviso, para que se fueran preparando. Sacó su enorme cuerno de caza fabricado con la cornamenta de un ciervo infernal y dio el toque de diana.

- TURUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!

El sonido retumbó en las paredes de la academia y el suelo tembló como si de un terremoto se tratase, despertando a todos y seguramente desconcertandoles. Aunque no supieran si había una batalla o que diablos pasaba, la procedencia del sonido estaba muy clara: el patio. Después del toque de diana Kronnal se sintió satisfecho y esperó a los alumnos mientras revisaba el estado de las armas.

Cornelius se despertó sobresaltado, aturdido y con miedo fue a mirar por la ventana. Ver quien habia tocado el cuerno no lo tranquilizo. Se vistio rápido y bajo a donde estaba Kronnal con un candelabro en la mano.

Nos atacan o es por la instrucción?

Al momento se pregunta le parecio estupida. Si nos atacasen él no estaria aquí tan tranquilo o por lo menos no sin restos de sangre.

Por cierto yo vine aquí a estudiar magia y no se si he de recibir su instrucción tambien...

La voz le temblaba, le imponia mucho ese fiero guerrero.

Cornelius fue el primero en llegar, algo que decepcionó tremendamente a Kronnal, el hecho de que un aprendiz de mago llegase antes que otros que pretenden ser grandes guerreros no le gustó nada. Examinó de arriba a abajo a Cornelius y respondió sus preguntas.

- Esto es un cuerrno de caza, es cierrto que se usa en la batalla perro ahorra mismo no nos están atacando... tocarré este cuerrno todos los dias que tengamos instrucción, y a la misma horra!!.... COMO? Me preguntas si tienes que recibir instrucción??? Porr supuesto que si, que crees que vas a hacerr cuando te quedes sin conjurros??? un arrma te salvarrá más veces la vida que tu estúpida magia.

Cornelius pareció captar el mensaje.

- Y ahorra, coge un arma de maderra y ponte la armadurra acolchada mientras esperramos al resto.

Cornelius se puso la armadura como pudo. Cogio un baston normalillo y se quedo esperando a sus compañeros de pie. Tenia miedo de que se enfadase Kronnal si lo veia sentado y relajado.

Elmore se desperezó tras escuchar el cuerno de guerra. Estaba acostumbrado pues en  Chucultep se despiertan con los alaridos de los primeros esclavos sacrificados de la mañana. Se levantó del suelo y se lavó la cara en una palangana de agua fresca. Fue a coger un tentempié de su hatillo pero recordó las palabras de Didian del día anterior. No se puede comer fuera del comedor.

Arropó  las mantas de la cama como si hubiera alguien durmiendo en ella y salió de puntillas de la habitación. Ya en el pasillo se puso sus botas y se encaminó al patio, sólo había dado dos pasos cuando sus tripas empezaron a rugir, más fuerte incluso que el cuerno de Kronnal.

-GRRRRRUMMMMMTUUUUUURUUUMMMMGRMMMMMMMMMMMM-

Llegó y saludó a los presentes.

-Saludos maestro Kronnal, saludos Cornelius.-

Y comenzó a hacer ejercicios de precalentamiento mientras preguntaba -¿No tomaremos el primer desayuno antes del entreno?-

Marcus estaba ahí mucho antes de que kronnal los llamara, era uno de los pocos que tecnicamente había dormido bien, puesto que no l e interesó ir a  los pasillos a conversar, silenciosamente coge el arma y la armadura yo estoy listo dice con una expreción seria dame lo mejor que tienes dice con una sonrisa pícara en el rostro, sabiendo que sufriría tras decir estas palabras

Me desperté sobresaltada por el sonido que acababa de recorrer toda la academia. Me había pasado la noche soñando con cosas relacionadas con orcos (orcos que me seguían por cuevas, orcos que nos secuestraban a mí y a Redrak, orcos que nos mataban a mí y a Redrak...), por lo que no había descansado demasiado bien. Tenía la sensación de que cuando viera a mis compañeros, estos tendrían la cara de un orco.

Me asomé por la ventana y vi a Kronnal. Uff... ya empezamos. A saber qué me tenéis preparado hoy- Me cambié de ropa intentando no despertar a Redrak, que se había pasado la noche conmigo. La verdad es que había sido un alivio contar con la presencia de un dragón mientras dormía.

Me lavé la cara y me peiné: tenía que estar presentable, aunque estaba segura de que, después de 10 minutos de entrenamiento, todos estaríamos sucios y malolientes.

Venga... que no ha pasado nada esta noche. Seguro que ya se ha solucionado todo. Tienes que darle las gracias a Argorán y a Anykiller.

Salí de la habitación de Anykiller y comencé a andar a paso rápido hacia el patio. ¡Debería haber cotilleado un poco! ¡No...no! Encima de que te salva la vida y te presta su habitación. Tenía claro que no quería quedarme sola en ningún momento, al menos hasta que se me olvidara lo ocurrido.

Al llegar al patio saludé con la mano a los allí presentes. Tenía hambre, y sabía que yo era demasiado torpe para un entrenamiento, pero ¡Era el gran Kronnal! Tenía que ser digno de probar. Solo esperaba seguir viva cuando acabara el entrenamiento.

-¡Buenos días!- miré a todos los lados, como si buscara algo en particular. No, ni rastro de orcos.-

sorprendentemente, el cuerno se escucho hasta afuera de la construccion, y desperto a scarecrow, el se levanto con calma y se lavo la cara en el estanque aprovechando que nadie lo veia, entro al edificio y se dirigio donde todos estaban, los vio a todos y se dio cuenta que tenia que ponerse su armadura y tomar la espada, solo dice -buenos dias- se dirige al fondo de la armeria y se equipa para despues sentarse en un rincona esperar instrucciones

Después del incidente nocturno con el orco, volví a mi habitación y dormí toda la noche profundamente, sin sobresaltos ni sueños raros; y eso seguía haciendo cuando la potente llamada del cuerno de Kronnal me hizo abrir los ojos de par en par. ¿Problemas de nuevo? No, ya es por la mañana ... seguramente es la llamada para entrenar o algo así. Parece que viene del patio.

Algo entumecido aún, me hecho agua fría por la cara y me visto todo lo rápido que puedo. Después salgo coriendo en dirección al patio, aunque a pesar de haberme dado prisa, encuentro a varios de mis compañeros ya allí junto con Kronnal y lo que al parecer son artículos de entrenamiento para la lucha.

 - Hola - digo intentando recuperar el aliento - buenos dias - me quedo de pie esperando instrucciones, preguntándome en que consistirá el entrenamiento.

Despierto desde la salida del astro solar, ya listo con su atuendo listo, su collar puesto y su espada ceñida en la espalda, Logal resando a su Dios, espera en su habitación hasta alguna señal de que deba partir a sus "clases".

De pronto eschucha un ruido ensordecedor, que lo saca de su meditación, por algún motivo sabe que s un llamamiento del señor Kronnal, quizá le pregunte al terminar el día si hay forma de reparar esta vieja arma oxidada.

Salgo al patio y veo a algúnos de los compañeros que conocí el día de ayer. -Buenos días caballeros y buen día señorita- mientras dirijo una sonrisa amable a Sylvana; me dirijo al instructor y le digo: -Buen día, maese Kronnal, cree usted posible que me enseñe a dar mantenimiento a la armas- mientras le muestro la espada que era de mi padre, -pertenecia a mi padre y me gustaría poder restaurarla-

Argorán estaba completamente harto de mirar la misma pared. Se conocía cada muesca y cada imperfección, cada pequeño detalle... mejor que si la hubiese hecho el mismo. Se pasó la noche diciéndose frases como: deberías coger una lima y quitar ese pequeño grumo que sobresale, o, podrías coger un poco de yeso y llenar ese pequeño rasguño. Era patético.

Para su alegría amaneció sin ningún contratiempo. O al menos ninguno que el supiese. Oyó el cuerno de Kronnal y entendió que era hora de ir a clase. AnyKiller le había permitido saltarse la clase con Kronnal, aunque quizá sería mejor ir.

Ve como Syl sale de la habitación, y él le iba a dar los buenos días, pero ella esta tan ajetreada que ni lo ve, y pasa de largo. Que desagradable... piensa Argorán. La próxima vez va a quedarse haciendo guardia su señora tia.

Argorán se lava la cara, y acaba en el patio con todos los demás. Saluda a todos con un buenos días individualizado, menos a Syl, por ningunearle antes. Si quiere saludo, que me salude ella también, piensa Argorán, haciendo un pequeño mohín.

Hombre Argoran buenos dias. Se giró para corroborar que no tenia a Kronnal cerca y le susurra. Estas loco drow? Como se te ocurre venir a esta clase teniendo la coartada perfecta para saltartela. Que nos van a hacer fosfatina drow, que no quedará nada de nosotros.

Argorán, en cuanto oyó que sonaba un cuerno en el patio, corrió hacia allí. Eso solo podía significar dos cosas: o que habían problemas, o que empezaba la clase, y pese a que suponía que sería lo segundo, fue a comprobarlo.

Argorán saluda normalmente a todo el mundo, incluida Syl, y se disculpa por haber abandonado la puerta. Pero ha sido muy poco rato. Apenas llevo cinco minutos aquí en el patio.