Partida Rol por web

Asiento ante las palabras de Gohozor -No serviréis al Rey Muerto- aseguro -Os han quitado la libertad pero no sois esclavos. Nunca.- Las palabras sudan experiencia propia y una pizca de dolor. Un sentimiento que no me import compartir. -Nos dirigimos hacia un lugar...- busco la palabra arrugando la nariz -complejo- afirmo.

-Vais a Arokham. Así se llama la cárcel a la que nos dirigimos pero ni yo, ni las personas que os han solicitado, trabajan para el Rey Muerto. Sólo...- señalo a cubierta -ese tipo.- Digo sin fingir cierto desprecio hacia el nigromante

-Se os brindará una oportunidad y seréis libres de tomarla o rechazarla. Hace algunos años también fui preso, como vosotros. Pero elegí y una pizca de lealtad dentro de mi caos personal me brindó privilegios que no creía posibles.- Mi tono cordial atrae su atención al tiempo que su rechazo. Soy consciente de que no confiarán en mí, no hasta que lo vean por sus propios ojos. -Vais a una ciudad en calidad de presos pero no buscan prisioneros. "Soldados" especiales para un "lugar especial".- Inspiro y miro a Gohozor -Dicho lugar mantiene... no diría una alianza pero sí un equilibrio... entre varios gobernantes con un mismo fin. Uno de ellos es El Rey Muerto y para que todos- hago un gesto con la mano incluyendo mi tripulación, a ellos y a mí mismo -podamos pasar por sus dominios debemos dejar un tributo. Esos no-muertos que, a su manera y en su momento, lucharán con el mismo fin que vosotros, que los demás presos, que los gobernantes de esa ciudad.- Hago una pausa para causar espectación y contesto -La conquista- corto en trozos la manzana y comienzo a comerla -No os quieren para manteneros encerrados. Os quieren como conquistadores. Una avanzadilla mortal, controlada pero prescindible.- mastico y trago otro trozo -No sois los nuevos, sois los sustitutos de los que han caído, y los caídos pasan a los dominios del Rey Muerto. Creedme cuando os digo que cualquier cosa es mejor que estar bajo esa influencia- Como otro trozo mientras mi mente deambula por recuerdos dolorosos. Me levanto. Hago un gesto abarcando el barco -¿Ésto? no os confundáis. Es sólo un envoltorio bonito por mis servicios (que no ha sido más que pura supervivencia) en el fondo...- me abro la camisa y muestro la marca de la prisión grabada a fuego en el pecho -soy tan recluso como vosotros- me llevo otro trozo de manzana a la boca.

Dejó en paz al subalterno, pues necesitaba tiempo para recuperarse, habiendo estado casi a punto de morir. Además, algo más le llamó la atención... "¿¡Pero qué...!?" ¡El capitán! Esa comadreja de Virming hacía una vez más honor a su mote: no había abandonado la habitación desde que trajo al guardián y a sus no muertos amigos. Una vez más, que ellos hubieran presenciado todo el espectáculo no era coincidencia: el capitán, nuevamente, les había examinado, como hizo con la comida.

Por fin, se sentó a responder las mil y un preguntas que los presos se hacían. Muchas, muchas incógnitas. "...¿Cuántos son los gobernantes? ¿Quienes son? ¿A cuál de ellos sirves tú? ...¿Cómo eligen a sus conquistadores?"

– Tan recluso como nosotros – No iba a juzgarlo por su crueldad al apostar que grupo se mataría antes por la comida, ni por darle falsas esperanzas al guardia. La naturaleza es cruel y quien no lo entienda pronto será un víctima. Pero algo tenía claro, el Comadreja era un jugador y en estos momentos estaba evaluándolos. Lythrai le había mostrado sus cartas, quizás Lisa también, Yzlin simplemente no podía ocultarlas. Por el momento el Comadreja tenía ventaja en el juego.

–¿Qué te impide huir? Abre esta puerta, dadnos nuestras cosas y perdámonos en algún país lejano. No, ¿verdad? Puede que seas un preso, pero no como nosotros. Disfrutas de la parcela de poder que te han dado. Quizás no lo sepas pero te han dado un hueso y estás agradecido.

Gohozor y Lythrai se acercaron a los barrotes mientras Yazlin, Lisa y el recién fichado guardian se mantienen en un silencio meditabundo que, sin duda, evaluaba la información que acabo de revelar.

Las preguntas de Lythrai eran más directas -Tranquila, pequeña. Poco a poco irás descubriéndolo- tras ello me coloco delante del hombre planta y arrasco a su mascota lupina tras las orejas. -No te voy a negar que este barco me gusta. Pero no es lo que piensas.- Me señalo la marca -Este sello no es sólo una quemadura. Es una ligadura arcana a la prisión: Arokham.- No hay por qué decir más. Ya lo descubrirán.

Miro a Lythrai -¿Cómo eligen a sus conquistadores?- repito una de las preguntas de la mujer y lanzo una carcajada. -No tengo ni idea. Pero son muy específicos.- Digo dirigiéndome a cubierta -Pronto llegaremos a nuestra última parada. Recogeremos a otro grupo e iniciaremos la última etapa de este viaje.- y sin más, los dejo allí pese a que seguramente tengan tantas preguntas como habre. Pero es necesario, no voy a arriesgar todo lo que he conseguido... -...estoy tan cerca- pronuncio subiendo las escaleras.

Justo cuando Virming desaparece me giro hacia el guardian. -¿Tienes un manojo de llaves?- Le pregunto con toda la intención de encontrar otro alambre con el que hacer una ganzúa como en las pertenencias de uno de los soldados caídos. -No sé si podremos escapar pero prefiero contar con todos los recursos por si vemos la oportunidad- digo a mis compañeros.

Antes de responder a la pequeña gnoma miro a Lythrai. Saco un manojo de llaves, ya inservibles y aguardo el permiso de la mujer para dárselas a Lisa.

Veo que la gnoma se ilusiona al ver las llaves aunque no sé a qué es debido.

"Una ligadura arcana..." repitió Lythrai, meditabunda, una vez que el capitán abandono aquellas celdas de nuevo... O aparentó otra vez hacerlo, al menos. "¿Algún tipo de hechizo geas, que vincule al sujeto a un lugar determinado, más que a una orden...? Tal vez el barco cuente como parte del lugar... tal vez el lugar sea el barco..."

Notó que Lisa rompió su silencio, preguntándole al Guardían si tenía algo para fabricar esas ganzúas. El guardián tenía, efectivamente, un manojo de llaves de vete tú a saber qué grilletes. Serían más útiles como llaves maestras. "Adelante. Es una aliada." asintió Lythrai, dándole el permiso al guardián para que le entregase el manojo de llaves a la gnoma. "Si alguien puede fabricar y usar unas ganzúas, es ella. Aquí compartimos y repartimos las cosas: no queremos acabar ni muertos, ni medio-muertos. Je je je..." 

Se llevó la mano a la barbilla en actitud reflexiva, y se paseó por la celda. "Me preocupa esa marca que el capitán tenía grabada..." confesó a sus compañeros, mirándolos mientras caminaba. "Me temo que no existirá ganzúa en el mundo capaz de abrir lo que tiene toda la pinta de ser algún tipo de grillete mágico... Tendremos que averiguar más sobre el tema..." Pensó y repensó si conocía hechizo alguno capaz de dejar una marca así, con ese nombre o esos efectos. Ligadura arcana... ligadura arcana...

Asintió a las palabras de Lythrai. Pensó en lo que recordaba sobre aquellas cosas, fuera lo que fuera parecía más útil que unos grilletes y debía requerir grandes cantidades de magia para no ser algo temporal.

– Supongo que nadie aquí sabe como lanzar un contrahechizo – esperaba que Yzlin si fuera capaz aunque por el momento desconocía su habilidad con la magia – si no es así, deberías darte prisa Lisa para que podamos escapar en la próxima parada, antes de que nos pongan eso.

Para Gohozor eran sólo palabras, las ayudaría a escapar. No por lealtad o por compañerismo si no por interferir en los planes de aquella gente. Después se dejaría atrapar y aceptaría el castigo. No le quedaba otro remedio, no iba a huir sin Ruffus.

Sólo para Lyth

Ligadura arcana... ligadura arcana... y por más que te rebanas los sesos no logras enfocar tus recuerdos hacia un conjuro con ese nombre. Curiosamente, eres consciente de un momento de lucidez que te permite recordar con detalles todos los conjuros y hechizos con los que has tenido contacto a lo largo de tu vida¹. Es entonces cuando caes en la cuenta de que el enfoque no es el adecuado. -No es un hechizo, es una frase hecha- Comadreja ha dicho "Ligadura Arcana" como podría haber dicho "Anclaje Mágico"

Quizá un ritual más complejo que un conjuro que termina en una marca a fuego... pero según los principios arcanos ésto no tendría sentido... ¿cómo hacen para vincularlo a un punto en concreto, a una celda? Eso sólo se puede hacer con otros planos, otras dimensiones...

Y la frase se repite en tu cabeza ...otros planos, otras dimensiones... tus ojos se iluminan. Deshechas la idea de que el lugar sea el barco. Queda bastante claro que no vais a un prisión normal y, sin duda, no está cerca.

Es sólo una hipótesis pero si la locura que acabas de tener como idea es cierta, significa que Arokham es otro plano y que, una vez allí, os acogerá en su seno como propios, dejando de ser habitantes del plano material para convertiros en seres de esa dimensión.

Sólo para Gohozor

Escudriñas en tu memoria algún dato que pueda relacionar las palabras de Comadreja con algún conjuro concreto. No es que seas una eminencia en las artes arcanas, pero el poco contacto que has mantenido con magos o hechiceros ya sea en primera persona o a través de las historias susurradas por las plantas no revelan ningún conjuro capaz de hacer eso por lo que debe ser algo bastante más complejo.

Lisa, Yzlin y el guardián niegan con la cabeza a tu pregunta del contrahechizo pero, de pronto, el rostro de Lythrai se ilumina, sin duda, por alguna idea descabellada que ha cruzado su mente.

Niego con la cabeza pues no entiendo de contrahechizos. Tras ello, tal y como me ha indicado Lythrai, entrego las llaves a la gnoma y miro atentamente cómo las desarma y coge sólo el alambre. Se gira obteniendo algo de privacidad y, tras acuclillarse, comienza a trabajar en algo que me es completamente ajeno, estirando el alambre. Observándola entiendo que está haciendo algo parecido a una ganzúa. -Espléndido- susurro.

Acto seguido mis ojos se dirigen a mi salvadora y veo cómo su rostro parece iluminarse con alguna idea, como el artista cuando le llega un arrebato de inspiración.

Aquello era demasiado importante como para dejarlo pasar por alto. Repasó mentalmente cada hechizo, cada conjuro que hubo haber oído, leído, estudiado. En un momento de lucidez que le permitió recordarlos todos. Pero pese a ello, no encontró nada, nada que se pareciera, y desde luego nada que se llamara 'Ligadura Arcana'. Lo que le dejaba dos ideas: o que se trataba de un calleón sin salida, un hechizo tan nuevo, tan antiguo o tan raro que ella no pudiera conocer... u otra idea bastante distinta...

"Chicos, creo he resuelto la ecuación." dijo entonces, golpeándose la mejilla con el dedo índice. "Yo puedo hacer contrahechizos, sí." asintió a Gohozor. "Consiste en preparar de antemano el mismo hechizo, uno completamente opuesto o bien una disipación mágica, y lanzarla a la vez que el otro conjuro para que se contrarresten mutuamente." explicó a los demás, por si desconocían los entresijos de la magia. Se paseaba de nuevo por la habitación, mirando la madera del suelo del barco. "Es difícil, es demasiado específico. Para ello, tendría que saber de antemano exactamente qué hechizo es, y si está en mi repertorio..."

Y entonces levantó la cabeza, y negó con ella: "Pero es que creo que el problema al que nos enfrentamos es mucho más complejo que eso. He estado pensando... le he dado vueltas al coco... los conjuros que existen más parecidos a lo que hemos visto, una especie de grilletes mágicos, un ancla que deja a alguien vinculado a un objeto, a un lugar... del que no pueda escapar... la magia más parecida son las maldiciones de las tumbas, las vinculaciones de genios con sus lámparas lámparas, los familiares de magos, las invocaciones..."

"Todas tienen en común una cosa: y es que atrapan, atan a seres de otros planos al plano material. Pero... ...¿Y si Arokham invierte las reglas?... Una prisión de la que normalmente no se puede escapar. Exactamente igual que les pasa los demonios: ¿y si Arokham es otro plano dimensional? Uno que atrape a los habitantes del plano material que entren en él. Que los haga suyos, de su propiedad. Uno que los vincule, que no los deje salir sin más, tal vez sin magia. O mejor dicho... uno que aunque salgas, acabe atrayéndote de vuelta otra vez. Como cuando un barco leva su ancla. Como cuando un demonio es expulsado de vuelta a los infiernos."

"...Creo que Arokham... podría ser una jodida prisión interdimensional. Da igual que el capitán tenga un barco que flota los cielos: mientras tenga esa marca, jamás podrá alejarse lo suficiente."

Miró a Lythrai, era una pequeña caja de sorpresas aunque no cambiaba nada la situación. Toda aquella información tendría su valor en su momento pero Gohozor era, ante todo, una criatura práctica – Por lo que cuentas nuestra mejor opción sigue siendo que Lisa abra la celda y escapemos en la próxima parada antes de que nos marquen – no había reproche ni ningún gesto de desilusión, tan sólo relataba un hecho: si los marcaban estarían condenados como el capitán.

– Pregúntale a tu siervo que sabe de esa última parada – le dijo a Lithrai para después dirigirse a Yzlin y a ella – ¿alguna de vosotras controla la disipación de magia?

"Ajá." asintió. Tal y como Gohozor decía, la mejor y menos complicada opción que tenían de escapar era, efectivamente, hacerlo antes de ser transportados al plano de Arokham. Miró al guardián, y movió la cabeza señalando hacia Gohozor. "Ya le has oido. ¿Sabes acerca de nuestra siguiente parada?"

Negó con la cabeza cuando le preguntaron si sabía o no disipar magia. "Me temo que no está en mi repertorio... Aún." No le gustó tener que revelar esa información, tan enormemente de doble filo... Pero tal y como estaban las cosas... si no trabajaban en equipo no saldrían de aquella. Como Yzlin con su hechizo de convertir en piedra, Lythrai no quería que sus aliados esperaran de ella algo que no podía hacer, poniendo así en riesgo cualquier plan de huida.

Yzlín afirma algo parecido a Lythrai. Ella, por ahora, no posee ningún hechizo que neutralice otros conjuros.

Al tiempo Lisa termina de hacer la otra ganzúa y se dirige a la puerta para probarlas y perfilar su obra.

El medio día da paso al atardecer. Pronto llegaréis a la última parada donde recogerán a los reos que faltan. -Matadero...- dice el Guardian...

-... la prisión Matadero es a donde nos dirigimos. Unos carromatos llevaron allí a los presos de las cárceles del continente. Nosotros, más alejados, nos recogieron en este barco.- Hago memoria -Calculo que subirán de ocho a diez presos más...- luego medito y añado tristemente -y puede que algún guardia desdichado.-

Miro a Lisa intentando abrir la puerta. Saca una ganzúa que ha perdido su forma y la vuelve a hacer, intentándolo de nuevo.

-Matadero es una prisión sucia. Su principal atractivo son las constantes peleas que ocurren en su patio. Un divertimento para mucho de los guardias además de una manera eficiente para dejar celdas libres.- Añado para dar algún detalle más. -Presumen de su guardia arcana. Además de los hombre de espada y escudo poseen soldados con un amplio repertorio de conjuros para mantener el orden.- 

Mis ojos se dirigen ahora a Lythrai esperando verla complacida.

-No sabía que la magia se pudiera disolver- contesto a Gohozor.

Tras ello quedo pensativa siguiendo el curso de pensamiento de Lythrai mientras hago caso omiso a Lisa y sus intentos por abrir las puertas.

-La libertad resulta seductora pero...- digo atrayendo las miradas de mis compañeros de celda mientras avanzo por la celda -pero quiero más- sentencio con el ceño fruncido y odio en la mirada -¿una prisión en la que puedes aspirar a capitanear un transporte como este?- niego con la cabeza -resulta difícil de creer- afirmo algo que, quizá, está en la mente de todos nosotros -Si ese tipo ha conseguido esto. ¿Qué podremos conseguir nosotros?- Luego añado para mí en voz alta -No dejo de pensar que esto puede ser una gran oportunidad...- y miro los rostros de mis compañeros a ver cómo les han afectado mis palabras. -Pese a que el capitán diga que sigue siendo un prisionero, parece bastante libre aquí.-

Y por último, me acerco a los barrotes desde los que se puede ver más allá, el cielo azul a través de una de las escotillas -conquistadores- aferro los barrotes con fuerza -¿Hay grillete más fuerte que la promesa de poder?- y susurro -Lo quiero todo-

De brazos cruzados, escuchó la información del guardian, y asintió cuando éste la miró para confirmar si era suficiente. "Mierda, si tienen magos entre sus filas, va a ser dificil la huída..." Al no tener contrahechizos ni disipaciones, bastaría con que les atraparan con magia. Entonces daría igual la fuerza que tuvieran, o incluso los hechizos que conocieran. Si tenían magos, seguro que no eran meros aprendices... "Tsk..."

No encontraba solución. No tenían suficiente poder. Al menos, no ella. Fue entonces cuando Yzlin, que se había mantenido en silencio, habló. Y le dio toda una vuelta de hoja a lo que estaban pensando. ...¿Dejarse capturar? ¿Aceptar ser sus conquistadores... y conquistar? No podía negar que la oferta sonaba tentadora. Tal vez incluso más que la de ser libre otra vez. Cuando Yzlin la miró para ver su reacción pudo notar sin dificultad que tenía toda su atención... ¿De qué le serviría recuperar la libertad, si seguría sin tener el poder suficiente para enfrentarse a sus enemigos? Y tenía unos cuantos... por no hablar de los nuevos que harían si huyeran... 

La conquista... el poder... ...¿Y si, de hecho, esta era la oportunidad que su Diosa, Shar, le estaba brindando en bandeja?

Se apartó de sus compañeras. Había sido un error confiar en ellas. Pero qué podía esperar de gente cuyo objetivo es ser más, tener más – Serás una buena lacaya del Rey de los Muertos – fue todo lo que dijo a Yzlin y buscó el lugar más apartado de ellas en la celda para sentarse.

Si era tan maravillosa aquella propuesta ¿por qué al capitán habían tenido que anclarlo con magia?  Al parecer la ligadura arcana no era necesaria siempre, algunos estaban dispuestos a servir por propia voluntad. Gohozor no. Nada de lo que le ofrecieran podría compararse a correr junto a una manada de lobos, o besar la mano de una driada en el Mar de Hojas; nada podría sustituir eso en su corazón.

Mataría si eso es lo que esperaban de él; pero siempre con una única idea en la mente: volver a su hogar. Poco le importaban los seres de carne, más aún después de que su compañera de celda le hubiesen demostrado con que facilidad cambiaba de amo.

– Creí que servías a Shar — dijo a Lythrai – Si los deseos de tu diosa son los del Rey Muerto tu diosa no me inspira ningún respeto.

Sigo intentando abrir las puertas y, de pronto, un chasquido, tiro de una ganzúa, giro la otra y la celda se abre con un suave chirrido. Sorprendida miro a mis compañeros con una sonrisa -No hay cerradura que se me resista- les guiño un ojo y cierro la puerta con suavidad pero sin echar la llave. Para guardar las apariencias.

-Somos presos. No debemos olvidarlo.- Le digo a todos pero sobre todo a Yzlín -Conquistadores queda muy bien, pero estaremos a merced de esos gobernantes, uno de ellos el rey muerto que, aunque no le sirvamos en primer lugar, le serviremos cuando muramos- señalo al guardian haciendo referencia a sus compañeros -Creo que la libertad es más valiosa que ser presos más allá de la muerte. No quiero ser lacaya de nadie, nunca más.- Apunto mostrándome totalmente de acuerdo con Gohozor.