Partida Rol por web

El combate, por lo visto estaba bastante igualado en aquellos momentos, en general. Los atacantes eran más, pero la Camarilla parecía estar mejor organizada.

Jack corrió hacia donde se encontraban Arconte y Justicar y, por el camino, descubrió varias armas tiradas en el suelo, empuñados por manos inertes ya: una daga, un par de puños americanos, un bate y una especie de daga larga curvada, parecida a una hoz, que estaba clavada en el cuello casi seccionado por completo de medio torso. Por el camino trató de asestar algún golpe a los enemigos que se encontró, pero éstos lo esquivaban fácilmente. En el último momento, uno de ellos se dio la vuelta y se le encaró.

-Mira lo que tenemos aquí, sangre fresca y fácil -dijo el Sabbat, mientras hacía brotar sorprendentemente de sus codos y muñecas unas puntas de hueso que parecían bastante afiladas. 

Mientras tanto, en el mogollón de gente frente a él, la primera en moverse fue claramente Maeve que, de un ágil salto, clavó uñas y colmillos en varios cainitas que pilló completamente por sorpresa. Al último, el menos afortunado de todos, directamente lo degolló. 

Ángela, por su parte, tampoco se había dejado rodear. Con la espalda contra la pared, extendía los brazos hacia delante, con las palmas apuntando a todos cuantos la rodeaban. Sin atreverse ninguno del todo a acercarse un poco más, uno a uno fueron cayendo al suelo, de pronto, poniendo los ojos en blanco entre violentas convulsiones. Aquello hizo que los que quedaban en pie se amilanaran más incluso de lo que ya lo estaban. 

Yamir se las apañaba bastante bien, para sorpresa de todos, incluído él mismo. Había conseguido esquivar un par de ataques con unos bates de béisbol y en el momento en que John se acercaba se estaba preparando para darle un puñetazo en plena cara a uno de los dos que tenía más cerca, el otro ya había recibido un rodillazo en el estómago. Cuando John llegó, logró acabar de un certero golpe con un tercero que saltaba ya sobre la espalda del hácker, hundiéndole sus filos entre los dos homóplatos. Sin dudarlo un segundo, se colocó al lado de Yamir, dispuesto a ayudarle a acabar con los que los atacaban. 

Aarón se movía por toda la habitación lanzaba tajo tras tajo, a una velocidad vertiginosa, algunos más eficientes que otros, pero todos acertaban. Sus Vigilantes también se movían de forma muy parecida, tratando de acabar rápidamente con el mayor número de enemigos posibles.

En el lado anterior de la estancia, Rafael, parapetado tras una salvaje Maeve que ya tenía las manos, los brazos y el rostro cubiertos de sangre ajena, no se había movido del sitio en varios segundos. Se mantenía de pie, estático, con la espada en las manos y los ojos cerrados. 

-Maeve -murmuró entonces, de pronto, un apenas audible susurro.

La muchacha, al momento, dio un salto hacia atrás, con una voltereta en el aire digna de un verdadero acróbata circense y se colocó tras su Sire. Éste abrió los ojos...

...y de pronto cundió el caos. 

La gran mayoría de los integrantes del grupo que los rodeaba a ellos dos comenzaron a atacarse unos a otros, aullando como perros rabiosos y con unos ojos que parecía que se les iban a salir de las órbitas, cubiertos de sangre. El Justicar, entonces, se movió como un rayo y ensartó en su katana a tres de los pocos que quedaban en pie, confusos por la actitud de sus compañeros, en un abrir y cerrar de ojos. Se convirtió de pronto en un borrón oscuro y los pocos que quedaban sin moverse comenzaron a caer. 

Mabui y sus muchachos aguantaban, al lado de la puerta de la Biblioteca, sin permitir que ésta fuera traspasada por ningún miembro del Sabbat. Les estaba costando, pues parecía que era un destino bastante interesante para éstos, pero, por el momento, lo lograban. 

Aquí, allá y acullá se se partían grupos del bando atacante que trataban tanto de matar al mayor número posible de enemigos, como de penetrar en la fortaleza que la Príncipe había tenido tan bien escondida... hasta ahora. En un determinado momento John pudo percibir por el rabillo del ojo y Jack vio con claridad que un grupo medianamente numeroso se internaba por los pasillos que daban a las habitaciones de invitados. La lucha continuaba, sin embargo, en su mayor parte en la sala común, más encarnizada y sangrienta a cada momento. De la Príncipe y el Senescal, sin embargo, no había ni rastro. Tampoco de Azara, ni de ninguno de los otros neonatos. 

Isaac despertó con una extraña sensación. Pensaba que tenía hambre, pero los alimentos normales no le atraían en absoluto y en este momento no sentía especialmente la necesidad de alimentarse. Tenía que recordar alimentarse antes de tener una necesidad extrema para poder controlarse mejor, y a ser posible no hacerlo solo.

La casa estaba en silencio. Le hubiera alegrado que Lucy se hubiera pasado por allí, pero por otra parte se sentía aliviado. En su mente seguía teniendo una extraña dicotonomía... Ni contigo ni sin tí.

Sonrió ante la estupidez de su pensamiento... y recordó que ya no sonreía, muchas cosas habían cambiado pero otras las tenía que cambiar él mismo.

Se percató de un mensaje en el móvil y tuvo que leerlo dos veces para poder creérselo.

¿Qué es lo que podría atacar a esos seres tan poderosos? Isaac no era cobarde pero tampoco idiota, por un instante pasó por su mente abandonar al Elíseo a su suerte.

Y entonces ¿qué haría? Se convertiría en un paria para los dos mundos, rechazado por uno y temido por el otro.

De alguna manera los miembros del Elíseo eran su nueva familia, acudiría. 

Sonrió por segunda vez en el día, aunque esta sonrisa no tuviera nada que ver con la anterior. Tomó las llaves del coche y verificó con el sensor que el sol ya se había puesto. Bajó al garage y salió en dirección al Elíseo.

No había dejado ninguna nota para Lucy pero no había sido un olvido.

John enzarsado en la batalla junto a Yamir logra ver un grupo que va hacia las habitaciones de invitados, rápidamente pregunta al compañero Quienes estan en las habitaciones de invitados Yamir? mientras bloqueaba efectivamente 2 ataques de enemigos que se acercaban!

Maeve recibió un golpe. Después otro. Luego otro más. Ella era letal, tras de sí, un rastro de cadáveres de cainitas se extendía desde la pared del fondo; pero ellos eran muy superiores en número, así que ella también se llevó unos cuantos golpes. 

Su "abuela" Ángela no se le quedaba atrás. Resultaba sorprendente ver cómo una niña de quince años se deshacía de sus atacantes de aquella manera. La muchacha se movía con auténtica gracia felina, esquivando rápidamente todo lo que se le echaba encima, levantando las manos de vez en cuando y haciendo que muchos de ellos cayeran al suelo, con los ojos en blanco. 

Yamir, por su parte, agradeció la ayuda de John y lanzó un tajo a una de las cainitas que lo atacaban, pero tuvo que esquivar otro al mismo tiempo... y lo logró. Ambas cosas. 

-Gracias por la ayuda, John... -murmuró cuando estuvieron ambos espalda contra espalda- La batalla no es lo mío. 

-Hoy estaba Jack, supongo, aún no tiene refugio... -le respondió el cainita mientras le quitaba el arma a su atacante noqueada, sin saber muy bien realmente cómo utilizarla- ¡ah y la Lasombra! Estaba la Lasombra con la cría. 

Ohhh demonios Lola!!! seguro esta sola!!!, John dio una vista rápida a la sala intentando identificar el acceso principal de la misma, el lugar por donde todos los enemigos entraban 

Entre los restos de aquella horrible batalla encontré una especie de hoz que parecía una buena arma, así que la desclavé del cuerpo en el que estaba ensartada. Después hubo un nuevo latido de eventos estremecedores, como un mar revuelto por una despiadada tempestad. 

Sea como fuere, andaba cerca del Justicar cuando un vampiro terrible se enfrentó directamente a mí y parecía dispuesto a atacarme. Apreté el arma con fuerza en mi mano.

Teniendo delante un ser tan horrendo, que parecía desfigurarse a voluntad y transformarse en un monstruo aún más perverso, me sorprendió y me azuzó el instinto a partes iguales. Lancé un tajo con aquella extraña hoja, antes que el otro me atacara a mí.

John pudo pillar por el rabillo del ojo cuando un grupo ingresaba al pasillo de las habitaciones de invitados, y tras la información que le dio Yamir empezaba a ponerse nervioso, Lola resiste, pronto iré en tu ayuda fue lo que pensó, debía preocuparse por apoyar al equipo pues ya había aprendido la lección con respecto a anteponer los deseos individuales a los del grupo y si bien no se estaba pasando un rato tan oscuro pues no lograban asediarnos tampoco debíamos confiarnos por ello.

En un parpadeo miro a Maeve, a Aaron, a Rafael y a Angela y Yamir no era tan fácil, no porque fueran fuertes sino porque eran demasiados, algo así como las hormigas pero sin la organización de estas y eso era lo que se debía aprovechar, su desorganización. John recordó en ese momento lo desorientado que se sintió la noche anterior cuando ese enemigo utilizo las sombras en su contra, el no poder ver ni escuchar ni su propia voz era algo muy perturbante en la batalla y quizás eso era lo que necesitaba algo que terminará de perturbar a los enemigos para darnos el As de Espadas que volteará la situación a favor.

Tengo una idea Yamir, empieza a lanzar los cuerpos hacia el acceso principal, tu y tu grupo aprovechando que estamos medio libres, no bajes la guardia pero trata de aventarlos poco a poco, tras esto el político heredero del linaje de la oscuridad se concentro (merito de concentración) intentando establecer empatía con su oscuridad interior al tiempo que se comunicaba con la mayor cantidad de sombras posibles invocando su ayuda; Vamos funciona!!! y funcionó no tanto como este esperaba pero funcionó, las sombras de los cuerpos enemigos caídos empezaron a emanar una especie de bruma espesa, del color del abismo, concentrandose esta como un mínimo punto frente al acceso al salón el cual al siguiente segundo estaba expandido a lo largo de todo el pasillo que daba acceso a lo que ahora era la sala principal de batalla.

Perfecto!!! Ahora solo falta formar un bloqueo!!!  dijo apenas audible para sí, confiando en que esa oscuridad desorientaría al enemigo lo suficiente como para "limpiar" un poco más la sala y tomar la ventaja que nos hacía falta, ahora solo debía empezar a cerrar el círculo alrededor de la entrada y poco a poco se acercaría.

Jack atacó tan rápido al cainita que se le había colocado delante que a éste no le dio tiempo a atacarle, pero por los pelos logró esquivar la hoz que, en manos del joven, se había convertido en algo un tanto peligroso. 

John, por su parte, comenzó a convocar las sombras, mientras le decía algo a Yamir; la oscuridad se arremolinó a su alrededor y comenzó a expandirse por la sala, nublando sobretodo la entrada principal de la sala*. 

Aarón continuaba a lo suyo, guiando a sus Assamitas. Dio un tajo en una dirección y después otro en la contraria, seccionando tendones de las piernas de dos enemigos al mismo tiempo que se deslizaba de rodillas entre ellos, son dejar de moverse a aquella velocidad que parecía casi irreal. 

Mientras tanto, Rafael volvía a la carga. Aún con la katana en la mano, parecía que ésta estaba ahí sólo por si acaso, pues el vástago apenas se movía. Esquivó un par de ataques que se lanzaban contra él con facilidad y volvió a alzar la mano libre, centrado en un nuevo grupo de Sabbat. De nuevo, muchos de ellos se dieron la vuelta y comenzaron a correr contra sus propios compañeros gritando como enfervorecidos. En esta ocasión, los lanzó contra los que estaban atacando a Mabui y compañía, que, aunque se defendían bien, se estaban viendo superados y ya tenían varias bajas. 

La situación no estaba fácil, pero parecía que, si no llevaban ventaja, al menos sí aguantaban bien los integrantes de la Camarilla. De la Príncipe y el Senescal no había aún rastro, sin embargo. En ese momento alguien atravesó las sombras de la entrada, poniendo a John en alerta, pero era alguien conocido: Isaac, que acababa de llegar al Elíseo, tras recibir la alerta que Ángela había tratado de hacer llegar a todos los que estaban fuera del mismo. 

En ese instante, uno de los atacantes, el que parecía el líder, hizo algo que empujó a todos los cainitas que tenía a su alrededor -ya fueran aliados o enemigos- hacia los lados, creando un espacio libre en forma de círculo. Gritó en un idioma que ninguno reconoció y, al punto, unos cuantos vástagos más salieron disparados pasillo adelante, en dirección a las habitaciones de invitados, olvidándose de todo lo demás. Aunque Rafael se volvió e intentó frenarlos, no le dio tiempo a parar a todos pues el que había dado la orden lo señaló con una mano y, de pronto, el Malkavian sintió algo** que lo hizo girarse al momento y mirar fijamente al ser que se erguía en aquellos momentos en el centro de la sala con una mueca mezcla de burla y sorpresa, porque su ataque no sólo no había funcionado, sino que además había alertado al Justicar que pretendía pillar por sorpresa. 

"No os acerquéis a él" se escuchó de pronto la voz de Rafael en la cabeza de toda la Camarilla "dejádmelo a mí". 

De pronto se abrió un círculo en el centro de la sala, como si ambos bandos respetaran aquella decisión de ambos individuos. Rafael se acercó al otro cainita, quien cambió su expresión al comprobar el garrafal fallo de su primer ataque. El Malkavian sonrió y su sonrisa fue absolutamente letal: no iba a dejar a aquel Sabbat con vida. Ya estaba decidido. 

Maeve se movió a toda velocidad, dispuesta a ayudar a su Sire, pero éste la retuvo con un gesto de la mano. La joven asintió con la cabeza y respetó su decisión, quedando algo rezagada, aún luchando con el resto de cainitas. Ángela continuaba haciendo caer vástagos un tras otro, con tan sólo señalarlos con las palmas de sus manos. De uno en uno, iba limpiando su preciado Elíseo, pero aquello provocó que pronto se dieran cuenta los enemigos y muchos más se lanzara a por ella, tratando de derribar a la tan conocida Guardiana del Elíseo adolescente. 

En ese momento Yamir se detuvo un instante, analizando la situación en el centro de la sala. Se concentró y observó lo que sucedía. 

-Debe ser Tremere -dijo, en voz alta; tanto John que estaba a su lado como Jack e Isaac que estaban cerca pudieron escucharlo-; y tiene la Taumaturgia muy trabajada... estoy seguro de que ha intentado robarle vitae a Rafael, pero ha fallado... aunque es difícil que falle una segunda vez, nuestro Justicar ya está avisado, sabrá defenderse... -entonces dudó unos instantes- ...espero. ¡Claro que sabrá! -se respondió a sí mismo, negando con la cabeza para apartar los funestos pensamientos que le acababan de asaltar- Por algo es el Justicar...

Robar vitae??? y acaso pueden hacer eso? Le pregunto a Yamir... John quien cada vez refinaba más y más su dominio de la oscuridad, luego de ello recordó el pasillo de invitados, Yamir, creo que debo ir a ayudar a Lola, mi Sire!!!, tu crees que se las pueden apañar bien aquí sin mí? Eso me esta poniendo ya algo nervioso...!

Depués de ello apenas volteo y puedo ver a Isaac, magnifico, llegaron los refuerzos, bienvenido Isaac.