- RECESO CAPÍTULO 1 -

Después del desastre ocurrido durante el día en que llegaron, pudieron disfrutar del resto de su receso escolar con tranquilidad. Dos semanas eran lo prometido para permanecer allí, así que a pesar de algunas visitas guiadas, tenían la mayor parte del tiempo para disfrutarlo como mejor les pareciera.

Aquello fue todo un caos, uno tan agravante que sucumbió en la ansiedad de Katherine cuando dejó de estar transformada. Asumir el rol de Animae le proporcionaba seguridad y capacidad de afrontar lo que viniese por delante; sin embargo, su yo humano era vulnerable y frágil, lo cual fue reflejado cuando la niebla se esfumó y vio el resultado de aquella contienda. Ver a Jaycee "bien" le alivió, pero el rostro de su hermano y que Mamoru no reaccionase colmó su porte para dar paso a la preocupación y la desolación. 

Aún seguía confundida con lo de Haruka, pero al menos el chico recibió atención y era lo que importaba. Esa noche definitivamente no podría dormir y así fue, pues aunque las olas se podían escuchar como un suave murmullo que buscaba apaciguar su espíritu, la inglesa simplemente no podía ni se permitía descansar. Estando en su cuarto, mandó un mensaje a su hermano para saber si podía hablar con él porque le quiso dar espacio a que se recuperase del evento. Había querido ir a verlo de inmediato, pero consideró que con la llegada de su compañero de la banda y Aimi, Edward tendría mucho con qué lidiar. 

Esperó que el chico respondiese y en cuanto le dijera que sí, ella propondría verse fuera del hotel para tener un momento de privacidad si era posible. Estaba muy nerviosa y se sentía culpable aunque no sabía muy bien por qué. 

Habías visto a Edward ser casi cargado por Aimi y, tras el incidente, el representante de la banda les alquiló las habitaciones como compensación por lo sucedido. De esa manera, los miembros de la banda podrían descansar mientras Ruka acompañaba a Mamoru. De esta manera, estarían allí y Aimi acompañó al joven a su habitación. 

Cuando escribiste tu mensaje, la respuesta no tardó mucho en llegar, pero no era exactamente lo que esperabas. El contenido era corto y el mensaje contundente. 

Hola, Kathy-chan. Soy Aimi. Edward me dijo que contestara por él y que puedes venir. Él no quiere salir... 

¿Se había lastimado? ¿Habría visto algo? ¿Escuchó cosas que lo pusieron mal? Katherine se levantó rápido de la cama y se vistió con lo primero que vio para salir haciendo el menor ruido posible. No quiso ver si Irisu estaba dormida o no, por lo que cerró la puerta tras de sí y caminó a paso apresurado recordando que Aimi debía estar con Jaycee. ¿Estaba solo? ¿Estaría con su hermano? ¿Acaso él dejó a Aimi y por eso ella no se encontraba tampoco en la habitación? La inglesa negó con su cabeza y caminó sin parar hasta que llegó a la habitación.

Tocó con delicadeza, como si estuviese a punto de romper una burbuja.

-¿Puedo pasar? Soy Katherine-habló en voz de queda, siendo carcomida por la ansiedad. 

La puerta se abrió despacio y quién estaba allí era Aimi. Edward estaba sentado sobre su cama mirando a un punto tal vez inexistente mientras guardaba silencio. 

Aimi no dijo nada y sólo te dejó pasar, mientras tu hermano alzaba la vista. Parecía agotado y, claramente, él tampoco podía conciliar el sueño. 

- Hi, sis - fue todo lo que dijo por el momento. 

Al ver a Aimi le sonrió agradecida, pero fue un gesto pequeño que pudo haber pasado inadvertido para cualquiera que no la conociese. Entró aún sigilosa, sintiendo que se adentraba a una cúpula de vidrio que podría romperse en cualquier momento, y caminó hasta llegar al lado de su hermano y se sentó a su lado. Examinó rápido que no tuviese heridas y no notó nada en apariencia, pero no lo tocó por esa ansiedad que no le permitía relajarse.

-Are you ok?-preguntó con evidente preocupación-. Sé que no por lo que pasó... pero... ¿Puedes contarme? ¿Puedo ayudar en algo?

Al mismo instante en que te acercaste a Edward, el rostro del joven cambió por uno de pánico y se tiró hacia atrás de manera intuitiva. 

- ¡No! - jadeaba nervioso. Se trató de calmar un poco y continuó.

- Es sólo... Que lo que pasó me tiene algo paranoico - dijo en un tono tranquilo, pero aún sudaba a causa de lo que expresaba. 

Cuando mencionaste lo de ayudar, Edward preguntó - Dudo mucho que puedas, little sis. Creo que me estoy volviendo loco... - sus ojos se mostraban nerviosos.

- Esos sueños cobran vida y... No comprendo qué me sucede. Es como si hubieran dos versiones mías. Es... ¿Ephorus? - mencionado el nombre, se sujetó la cabeza mientras jadeaba del dolor. 

Cuando Edward se alejó bruscamente así de ella, el corazón de Katherine volcó y ella misma retrocedió sintiendo cómo un nudo en su garganta se formó al igual que sus ojos se tornaron un poco nebulosos. Mantuvo su distancia preocupada e inquieta, quedándose alejada para evitar asustarle otra vez y resignada a ello. Miró de reojo a Aimi mientras su hermano explicaba, sabiendo lo doloroso que debió ser tratar con él y...

-¿E-Ephorus?-giró a verlo con sus ojos azules abiertos y sus latidos aceleraron-. No, no, no, no.-repitió llevándose una mano temblorosa a su boca buscando recargarse en una pared. Por eso Aimi lloraba... -No, no. Así no... 

Esa misma mano ahora la usó para su frente, aplicando fuerza para intentar contener esa opresión. ¿Eso significaba que él recordaba todo lo sucedido en el pasado? De nuevo miró a la rubia, pero ella debía estar igual o peor debido a lo que implicaba ese acontecimiento. ¿Qué era lo mejor? ¿Qué debía hacer? Quería acercarse, pero no soportaría otro rechazo.

-Perdón... -se dejó caer al suelo. Si no fuera por la pared la caída habría sido peor, aunque no le importaba en ese momento-. No se qué hacer... 

Al ver cómo Edward reaccionaba, te miró preocupada y con algo de simpatía. Al parecer, ella podía entender cómo te sentías en ese momento. Te dejaste caer y ella se acercó a ti con una sonrisa, aunque sus ojos estaban hinchados de llorar. 

Te acarició la cabeza de manera maternal y dijo - Él estaba inconsciente cuando regresé después que nos llamaron y... Se despertó desconcertado. Pero vio a Calíope y pasó esto - se giró hacia Edward, quien aún hacía presión con sus manos en su cabeza.

- Es como si su cuerpo rechazará sus recuerdos - le miró con tristeza y se puso de pie.

Después de esto, te extendió una mano - Sí lo sabes, Kathy-Chan. Lo has sabido durante seis meses - sonrió y esperó a que tomaras su mano. 

-Así que tu también recuperaste tus poderes...

Katherine miró a Aimi percatándose del esfuerzo que debía estar haciendo para mantenerse serena ante su pareja e incluso con ella, y lo que debió de lidiar cuando estuvo a solas con él. Además, si adoptó la forma de Calíope, eso significaba que muy posiblemente Chidori igual. ¿Jaycee se habría transformado en Ilify? ¿Y las memorias de los demás habrían vuelto si ocurrió lo mismo con Edward? No tenía ninguna prueba y seguramente tocaba averiguarlo. Sin embargo, no haría nada de eso ahorita porque tenía a alguien sufriendo frente a ella.

Tomó la mano de la rubia y se levantó, frotándose los ojos para que por fin la pequeña cortina se rompiese y una lágrima rodara por sus mejillas. Le sonrió con tristeza a su amiga y aún con dudas, se acercó al chico para situarse frente a él y agacharse para que él se percatara que no le haría nada. 

-No estás solo.... -lo abrazó con fuerza y si él intentaba alejarse, ella no lo dejaría-. Perdona por no saber cómo reaccionar, pero... Será mejor para ti si aceptas esas memorias. Déjalas fluir como si el viento acariciara tu cara, será incómodo pero verás que no te dañará. Aquí estoy, así como Animae lo estuvo para Ephorus y Calíope igual. No estás solo.

Aimi te sonrió cuando lograste ponerte de pie y no intervino mientras te acercabas a Edward. Abrió los ojos cuando sintió tu cercanía y aunque hizo ademán de alejarse, no se lo permitiste. El joven, a pesar de sobrepasar te en fuerza física y tamaño, parecía haber perdido su voluntad de lucha y sólo permaneció mudo escuchándote.

- ¿Como el viento? - fue lo único que dijo por un largo rato.

Su respiración se calmaba poco a poco y balbuceó algo a tu oído - ¿​​¿Tú eres Animae? - y luego miró a Aimi -. Y tú... Calíope. Entonces yo... - sus manos temblaban, su piel se sentía fría.

- Estaba... Estaba muerto -. 

Decir Animae no fue un comentario solo porque sí. La inglesa quería averiguar qué tanto recordaba y a tal confirmación expuesta turbó parte de su templanza; sin embargo, Katherine era consciente que no debía salir corriendo o desmoronarse porque alguien requería un pilar y no lo abandonaría. Recordó lo que ella sintió cuando toda su memoria llegó de golpe antes de enfrentarse a los titanes, sintiendo culpa por sus manos llenas de sangre inocente y la traición que, aunque ya estaba perdonada y permitió que su yo del pasado alcanzara la redención, aún mermaba en ella y eso era un reflejo en sus pesadillas. Ese día todos se apoyaron entre sí y haría lo mismo para él porque le nacía de corazón, le quería. 

-Perdona. Perdona que hayas tenido que recordar todo eso así-lo abrazó con fuerza tratando de ser delicada, sentía que dicha cúpula de cristal podría romperse y no quería dañarle más-. El poder de la Reina de Cristal permitió que todos pudiésemos reencarnar como humanos y... Yo agradezco que se nos diese la oportunidad de que fuésemos hermanos de nuevo y que tengas a Aimi a tu lado. Hay mucho que contarte, pero no será hoy. 

En la antigua guerra, Ephorus había muerto sin que ella pudiese evitarlo; y así sus lágrimas continuaron derramándose, pero continuó firme para su hermano. Dicho evento no permitió que él se enterarse del último enfrentamiento contra los titanes antes de su segunda oportunidad; que la Reina Oscura atacó de nuevo y tuvieron que detenerla; que los dragones y los andelivianos habían hecho la paz; que Ruka era parte del enemigo.... Tantas, pero tantas cosas que podrían perjudicarle y no era momento de explicar. 

-Toma tu tiempo, big brother. Y no olvides que ante todo, eres Edward Tempus. Hijo mayor, músico, amable, listo y, sobre todo, una persona valiosa para nosotros. 

El agarre del joven se fue suavizando de a poco hasta que te abrazó con fuerza. Sentías su pecho subir y bajar mientras sollozaba.

- I love you, sis - dijo con la voz quebradiza.

Eran muchas más emociones que los atrapa an a los dos y todas esas explicaciones llevaron a que él se detuviera por un momento a reflexionar. 

- Kathy... - dijo de repente -. No me mientas. ¿Cuánto tiempo llevó vivo? - su tono era severo nuevamente. 

Que su hermano le abrazara y dijera eso fue un pequeño soplo cálido que le ayudó a lidiar con la situación. Le ganó la emoción y no pudo decirle nada, pero intentó transmitírselo en ese abrazo que aún mantenían hasta que escuchó que usó un tono grave que le tomó por sorpresa. La cúpula había sido rota y sentía que ya no podía hacer nada de momento para que no se siguiese lastimando. Sabiendo que debía ser sincera con él, Katherine rompió el abrazo para ver directamente sus ojos aunque éstos reflejasen su temor profundo.

Aprovechó para limpiarse un poco la cara y mirar rápido a Aimi pidiendo perdón, pero conocía a su hermano y sabía que entre más prolongase esa respuesta peor lo tomaría.

-Six months...-suspiró e intentaba con todas sus fuerzas sostenerle la mirada-. Aimi y yo, junto a otros, reencarnamos antes porque nosotros morimos después que tú como cuando eras Ephorus...-recordar de nueva cuenta ese evento hizo que su voz se cortara, pero continuó-. Luego de... unas cosas y eventos... que prefiero contarte de poco a poco... se te dio una segunda oportunidad como a nosotros. Pero... ¡Pero!...-tomó sus manos con fuerza y como ya no podía verlo directamente, agachó su cabeza llevándose las palmas de ambos a su frente-. ... tú no debes hacer nada. Yo me encargaré de protegerte... No quiero perderte, no quiero perderlos otra vez. 

Edward no opuso resistencia cuando te alejaste y dejó que tomaras sus manos. Entonces, Aimi se vio algo inquieta, pero en su rostro no había reproche, todo lo contrario, ella apoyaba tu decisión. 

El joven te miró sin mostrar ninguna expresión en especial, solamente con mucha seriedad. Después de un rato de no decir nada y guardar un total silencio, Edward comenzó a reír sin parar y estuvo así por un rato. Sus ojos lloraban a la par mientras este seguía llorando. ¿Se había vuelto loco?

- Entonces toda mi vida es una gran mentira... - seguía riendo -. Vi algo en un lugar horrible donde te rogaba que me matarás y luego... Aparecí aquí como si siempre hubiera estado vivo... Todo es una vil mentira -.

- ¡No es una mentira! - Aimi intervino con decisión -. Solo estás viviendo la vida que la reina había elegido para ti. Llegaste después, pero... Ese era tu destino - y Aimi te miró fijamente. Ella desconocía sobre tu encuentro con Ephorus en Kal'Ahd y te miró sorprendida. 

Y, de esta manera, su espíritu terminó de quebrarse y las ráfagas de un frío viento se llevaron los pedazos para dejar un vacío que no podría sanar con facilidad... si es que algún día dejaba de sangrar.

El brillo en los ojos de Katherine se apagó por completo y agachó la cabeza dándose cuenta que todo tenía consecuencias, todo pecado debía ser pagado y todo el pasado arremetería sin piedad solo para recordar que aunque la luz y la oscuridad deben mantenerse en equilibrio, muchas veces la balanza se inclinaría hacia a un lado y en este momento todo estaba negro para ella. Soltó las manos de Edward y el temblor en sus manos ya no estaba porque sentía que caía a un pozo sin fondo. Siempre había asumido que Animae miró por última vez a Ephorus en esa guerra, omitiendo que en realidad había sido en Kal'Ahd y a nadie le había contado lo sucedido en ese espejo de realidad, ni siquiera a su novio o a Kuroryuu. 

-No importa lo que haga, siempre terminaré con mis manos manchadas de sangre-comentó la inglesa arrodillándose y mirando sus dedos-. Es verdad, recuerdo que Ephorus le preguntó a Animae de quién estaba enamorado, pero ella no supo responder y así la aceptó porque el alma de él estuvo atrapado en ese planeta todo ese tiempo, reviviendo una  y otra vez cómo moría hasta que ella y yo llegamos-el sonido del mar comenzó a alejarse y las sombras del cuarto danzaban alrededor suyo-. Animae estaba dispuesta a morir, pero Ephorus no la atacó sabiendo que ella sí era su hermana y le pidió que le matase para liberar su alma-con sus ojos perdidos volteó a ver a Aimi, pero en realidad no la veía a ella... solo podía sentir que su luz estaba siendo engullida-. Ella y yo no queríamos esto para él, pero Ephorus lo pidió y... pedimos perdón y cumplimos su deseo-sujetó el medallón donde aguardaba todo su poder... pero no lo sostenía en sí, era como si fuese un trozo de hielo que le quemaba-. Su último deseo fue que salvara a Calíope... Y... I'm so stupid. I was stupid to believe there was a new opportunity for everyone.

La Reina de Cristal le había advertido que aceptar ser una guerrera conllevaba una responsabilidad que tendría que asumir y que la oscuridad la rondaría. Además... había caído en cuenta que su peor pesadilla ya se había hecho realidad.

-Aimi tiene razón... esta es tu oportunidad de vivir, una que tardó en llegar... Estos seis meses fueron reales, el amor que se tienen ustedes dos es real. Lo falso es que yo creí que merecía esta paz...-se levantó con torpeza. Ella ya no podía ver nada en realidad, solo su cuerpo se movía de forma automática-. Por favor, no te involucres en esta pelea, ni tú, Aimi. No deben hacerlo. No asuman un peso que no les corresponde.

Edward parecía sumido en su propia crisis mientras te encerrabas a ti misma en tus cavilaciones y no notaste que cuando te levantaste, Aimi había caminado hacia ti. Lo que no esperabas era lo sigue te que pasaría y, al parecer, Edward tampoco:

Aimi te dio una fuerte bofetada y cuando subiste la mirada, te diste cuenta que sus ojos brillaban llenos de lágrimas. Realmente había sido dolorosa y era posible que esa fuerza que presumían que Aimi tenía, fuera real. Tú mejilla aún ardía por el golpe y de seguro seguía colorada cuando la rubia te abrazó. Viste que Edward alzó su mirada para verlas a ambas a los ojos. 

- Tonta... ¿Cómo puedes hablar así? ¿Cómo puedes pedirme que no me involucre? ¿Acaso olvidaste todo lo que hemos pasado juntas desde la última guerra? - te abrazó con más fuerza -. Deja de luchar sola, Kathy-chan. Por favor - sollozaba suavemente.

Después de un largo rato así y esperando que dijeras algo, se separó de ti como quien recuerda algo importante. Mete la mano en su camisa y saca algo que está colgado en su cuello. Al sacarlo, notas que fue un collar que Ephorus poseía y que un día, simplemente desapareció de casa. Aimi se acerca a Edward, quien observa el collar atentamente. 

- Sé que lo reconoces y sé que sabes lo que significa - Aimi le pone el collar y Edward se queda mirándole intrigada. 

Ese golpe sonoro casi tumbó a Katherine, quien logró mantenerse de pie a duras penas y ahí fue que recordó que estaban de vacaciones en un hotel al lado de la playa, que otros compañeros debían estar durmiendo o pensando en lo que acababa de pasar y que ahí yacía Aimi y Edward asimilando la información. El corazón de la inglesa latía increíblemente rápido además de tener su respiración agitada, además que su mejilla estaba caliente y no alcanzó a llevarse una mano a ello porque fue abrazada por su amiga. Aquél contacto le regresó por completo a la realidad y aunque continuaba rota, se dio cuenta que el viento no se había llevado todas las piezas.

-I'm sorry...-susurró recargando su cabeza en la rubia y sollozando mientras le abrazaba igual y así se quedó por un rato debido a que no se sentía capaz de mantenerse de pie sola-. Perdón por causar tantas molestias... Me gustaría que no les pasara nada, pero creo que es inevitable que nos involucremos, ¿verdad? Y... disculpa si no te conté nada de lo que nos pasó en Kal'Ahd... El corazón de Animae quedó roto y el mio igual... tengo miedo de perderlos, Aimi. 

La abrazó con fuerza una vez más y dejó que se separara para ver el collar. ¿Acaso debía ser otra ironía que el símbolo del amor entre ellos fuese eso y en el caso de ella con Jaycee fuese un dije? Definitivamente eran más parecidos de lo que suponían. Aún con su mejilla levemente inflamada, Katherine decidió hacer algo y tomó distancia de ambos.

-Edward, estos seis meses no fueron falsos... y... lo sabes. Has vivido y vuelto a amar-se limpió los ojos, su voz sonaba quebradiza, pero se esforzaba para no desmoronarse ahí-. Aimi y yo.. y los demás, hemos pasado por mucho. Incluso forjado amistad con los dragones de Hardak que también reencarnaron... perdón que hace rato me sumiese a la debilidad, me falta un largo camino y...

Reuniendo el poder de Andelivian, ráfagas de viento la rodearon y aprovechando aquella energía, intentó transmitirles a su hermano y a Aimi que todo estaba bien, principalmente a Edward que no tuviese miedo. Solo pasaron un par de segundos y le figura de Katherine cambió para dar pase a su lado guerrera: Animae. Su cabello era más largo y llevaba puesto un vestido, incluso su belleza sobresalía más; pero había algo que nunca cambiaba, sus ojos azules se mantuvieron intactos, los cuales eran los mismos que los de él.

-Espero que un día puedas perdonarme por lo que te hice-se mantenía su acento marcado, definitivamente seguía siendo aquella joven inglesa-. Pero... no te dejes arrastrar por la desesperación como yo. I love you, big brother-y luego miró a Aimi con una sonrisa pequeña-. Thank you... 

Han pasado unos días desde que Irisu habia recuperado sus memorias y por fin sentir que se vacío que llevaba sintiendo por meses ya estaba completo. Con sus responsabilidades como presidenta no había cambiado el trato hacia sus compañeros, procurándolos para que se distrajesen de esa terrible experiencia, pero a veces no podía evitar perder sus pensamientos cuando veía a Chidori, a Jaycee, Kathy, Hikari, Kasumi y la propia Lety.

Su corazón aceleraba, pero mantenía su sonrisa educada y sincera cuando era pertinente. Sin embargo, había atención especial con dos de sus compañeras y de quienes tomó un poco de distancia disfrazada con estar ocupada: Kuroryuu y Mariko, pues sabía quiénes eran en realidad.

Una tarde, ya cuando estaba libre, portando un vestido veraniego y su cabello suelto, buscó a Mariko por el hotel ya con su valor en alto para hablar bien con ella. No podía evitar estar nerviosa, pero era algo que debía hacer lo más pronto posible.

En plena madrugada y con una paz que no le resultaba gratificante en el hotel, Katherine deambulaba por el hotel buscando a una persona en particular y ya llevaba un rato caminando por el sitio. No era de extrañarse que una persona rondase en un sitio vacacional, aunado a lo que había ocurrido hace ya varias horas y que podría quitarle el sueño a cualquiera. No le había mandado mensaje temiendo despertarlo, aunque dudaba que fuese así porque lo conocía; además, ya había ido a buscarlo en su habitación que debía compartir con Aimi y no estaba.

De brazos cruzados, la joven seguía hasta que, llegado a recepción, reconoció la espalda del chico mientras parecía estar hablando por teléfono. No quiso prestar atención a la llamada porque no sabía si era privado o no, además que seguramente estarían sus guardaespaldas por ahí y aunque ya la conocían, no es que fuese agradable interrumpir algo. Se acercó de poco a poco y se puso a un lado para hacerle ver que ella estaba ahí. Sin embargo...

Si Jaycee volteaba a verla, podría ver que los ojos de Katherine estaban completamente irritados y acuosos, indicando que había llorado mucho, su ropa era desarreglada como si se hubiese puesto lo primero que vio y, como cereza en el pastel, una de sus mejillas estaba levemente hinchada y un poco rojiza, como si hubiese recibido una bofetada.

-Hey...-susurró algo cansada, pero solo dijo eso porque incluso su voz sonaba débil.