Partida Rol por web

Me encuentro el la azotea del edificio, con el rifle apoyado en el muro que sirve de protección para los vecinos despistados. Observo por el visor a los dos matones que Pegador ha dejado encargados de la entrada y que me impiden entrar. El alumbrado público se ha encendido hace un rato y ahora es completamente de noche, algo que no supone un problema gracias al sistema de visión que tiene el pasamontañas.

¿Que estarán tramando ahí dentro? ¿será un almacen secreto?, ¿un escondite? ¿o algún tipo de reunión de bandas?...

De repente una gran explosión sacude toda la manzana, el caos parece reinar alrededor mio, la luz comienza a irse en los sectores colindantes a donde me encuentro, hasta que por fin todo queda completamente a oscuras.

¡¡Maldita sea!! a sí que era esto... voy a por tí Pegador...

utilizando las diferentes visiones observo detenidamente la situación antes de aventurarme a hacer cualquier cosa. Primero su reacción, no se mueven. Después dentro del edificio con la visión de rayos X para ver si hay algún esbirro cerca de la puerta, y por último el entorno, miro al descampado y compruebo una vez más que no haya nadie allí.

Una vez hecho esto me pongo el rifle en la espalda, me encaramo al muro y salto a un sitio en el que no tienen visión directa.

Mierda...

No me dedico a pensar, no es lo mío...salgo directo hacia los vagones esquivando a la gente como puedo. Noto como la adrenalina empieza a fluir por mi cuerpo de manera normal...aún no voy usar mi "habilidad" ya que de momento no me es muy dificil esquivarles para poder llegar hasta los vagones.

Tengo que sacar a la gente que hay dentro...

Miro si puedo subir a los vagones para poder ver cuánta gente hay dentro...no se si podré salvar a todos pero no puedo quedarme quieto viendo morir a la gente...

Sales a las calles, ahora ténuemente iluminadas por la luna; la mayoría de la gente está asustada, y hay algunos policías poniendo orden. El dueño del quiosco de la esquina lo está cerrando apresuradamente, mientras algunos se quedan parados en sus sitios y otros corren hacia sus casas, o hacia alguna otra parte.

Preocupado por Mel, corres hacia la parada de autobús, tus pisadas retumbando en el asfalto. Sin embargo tu hija debe haber cogido ya el autobús, o quizás se ha quedado entre la gente, porque no la ves. A un par de manzanas, comienzas a ver gente corriendo hacia aquí, huyendo de lo que sea que ha producido la columna de humo.

Con facilidad, consigues escurrirte entre la marea humana que huye del andén, y llegas hasta los vagones accidentados. A la crepitante luz del fuego, puedes ver que la mayoría de las personas del vagón escorado ya han salido corriendo por su propio pie; sin embargo, las llamas han atrapado en el fondo del vagón a una mujer de unos cuarenta años, que con la cara tiznada mantiene pegado junto a sí a un bebé. Sus llantos se escuchan incluso a través de la cortina de fuego. Además, un hombre gordo con unas gafitas y aspecto intelectual parece haber salido por una ventana y haber caído a las vías, donde parte del vagón lo ha atrapado allí.

Para ayudar al hombre gordo tendrías que mover el vagón entero, (que debe pesar unas 20 toneladas), así que ahora mismo lo ves bastante difícil. El hombre está inconsciente, y no parece en peligro inmediato, aunque las llamas podrían extenderse hasta donde se encuentra.

Gracias a tu aguda percepción, ves que en el andén, que comienza a encontrarse vacío tras la estampida, hay un extintor en una de las paredes. Para subir al vagón accidentado en el que se encuentra la aterrorizada mujer, tendrías que superar una tirada de "Trepar" dificultad 15. Las llamas se acercan poco a poco a la desesperada madre.

Por otra parte, el polvo producido por la misteriosa explosión, presuntamente causante del apagón y de todo este desastre, ha dejado de brotar del túnel de la derecha; por allí no aparece nada... por ahora.

Desde la azotea, haces un salto del ángel alejándote de la fachada, y sientes el viento mientras caes a toda velocidad hasta amarrar un saliente de la escalera metálica, con el que te frenas y consigues dirigir tus pies hacia uno de los balcones. Luego, un impulso horizontal te aleja todavía más del edificio, y tu vuelo improvisado termina al otro lado de la estructura de hormigón armado.

Tu sigilo te sirve bien; primero las puntas de tus pies, luego los talones, luego flexión de las rodillas, y terminas agazapado y silencioso tras la sombra de la mole de hormigón, junto a un ventilador enorme que zumba sordamente tras una rejilla. Escuchas la tos de uno de los facinerosos de aspecto descuidado que montan guardia al otro lado de la estructura, y que, parece, ni se han dado cuenta de tu vuelo improvisado sobre sus cabezas.

Desde tu posición, podrías intentar retirar la rejilla del ventilador (Artesanía mecánica 10), y luego intentar inutilizar las enormes aspas, (Artesanía mecánica 15), para colarte sin ser descubierto. Sin embargo, un fallo implicaría un ruido que podría alertar a los gorilas. 

También podrías atacar por sorpresa a los dos matones, (Defensa +2, desprevenidos +1). O cualquier otra cosa que se te ocurra. Tú decides ;)

Caigo silencioso como un felino al otro lado de la estructura, una vez agazapado levanto la cabeza, no hay nadie, la primera parte esta completada, ahora viene lo dificil, entrar sin llamar la atención. Justo al lado de donde me encuentro hay un gran ventilador que podría usar para entrar, además en caso de hacer algún ruido aún tendría tiempo para reccionar o incluso esconderme, aunque estan bastante cerca.

Voy a intentarlo por el ventilador, un ataque a los gorilas podría irse de las manos. En caso de que me oigan cambiaremos el plan dobre la marcha, además podrían moverse de su posición  y facilitarme la entrada...

Siempre silenciosamente, saco el miltierramientas de mi cinturon y sin nisiquiera mirarlo saco el destornillador necesario para retirar la rejilla del ventilador y me pongo a ello, siempre con el iodo alerta.

Mientras retiras con cuidado la rejilla que cubre el ventilador, tus gadgets captan una conversación casual entre os dos matones que guardan la puerta en el otro extremo de la estructura; "Ei Joe, ¿tú sabes quién nos paga este trabajo?. No sé para qué estamos haciendo esto, dejando estas manzanas a oscuras y tal".

"Y yo qué sé, el jefe ha estado un poco raro últimamente. Pero pregúntale tú algo".

La rejilla está desarmada, y las aspas del gran ventilador giran frente a tu máscara. Tendrás que pasar una tirada de Artesanía: Mecánica dificultad 15 si quieres manipular el motor y parar las aspas, o arriesgarte a pasar entre ellas, con lo que podrías terminar cortado en rodajitas, (Reflejos dificultad 25, o daño 10).

La rejilla sale de su sitio sin más problemas, ahora tengo el ventilador ante mi pero antes de ponerme a manipular el motor oigo una conversación de los dos esbirros de ¿Pegador?

Según ellos el gran jefe no se debe encontrar por aquí, pero no importa, voy a llegar hasta el fondo de este asunto, veamos ese motor...

Vuelvo a sacar el multierramientas y guardo el destornillador, ahora saco unas llaves y un alicate, no parece demasiado facil pero es la mejor opción antes que acabar como un salami.

-No puedo dejar a mi hija sola, pero aquí me necesitan y esta zona no corre peligro. Aunque nada más decir eso cae en que tomó el número de su movil y la llama...

Cuando responde, puedes escuchar de fondo el sonido del motor de un coche. "¿Papá?, ¡estoy bien, un amigo mío de la universidad que pasaba por aquí me recogió en su coche, hemos salido del apagón y voy hacia la residencia, no te preocupes... ¿qué tal tú?".

Con precisión absoluta, consigues causar un fallo mecánico en el rotor de la hélice, y tras unos sonidos apenas audibles, las aspas se traban y quedan en una posición accesible. Un corto pasillo por el que tienes que acceder a gatas da paso al interior de la estructura. Básicamente, ésta consiste en una escalera que baja y baja, presumiblemente hacia la red de metro.

La puerta metálica está en frente de tí, con los matones al otro lado, así que no tienes más que dar un pequeño salto y estás en las escaleras, una basta construcción de cemento con una línea roja pintada en su perímetro a la altura de tu cintura.

Bajas en silencio, oculto en las sombras y haciendo uso de tu visión nocturna no te cuesta llegar hasta uno de los túneles de metro. A la izquierda te llega el resplandor del fuego, que ilumina el interior de una de las estaciones. Hay un tren tumbado, que parece haber sufrido un accidente debido a algún problema derivado del apagón, y uno de los vagones está ardiendo. Puedes ver a un muchacho asiático con una sudadera, que salta ágilmente en sus alrededores, observando seguramente si hay gente todavía dentro de los vagones: desde tu posición no ves a nadie más, tendrías que acercarte.

Mirando hacia la derecha, puedes observar la negrura del túnel que sigue, seguramente varios cientos de metros hasta la siguiente estación. No se ve ni se nota ningún vehículo en circulación; seguramente todos ellos están desactivados por la falta de energía eléctrica.

Justo en frente, al otro lado del túnel, puedes ver una puerta metálica con el símbolo de la Compañía Eléctrica. La puerta está reventada de un puñetazo, retorcida sobre sus visagras, y del interior sale un polvo flotante, como si hace poco hubiera tenido lugar en su interior una potente explosión.

Después de desactivar el ventilador y, dejando a los dos matones de Pegador tan solo a unos metros, sin darse cuenta de mi presencia, bajo por las oscuras escaleras hasta llegar al final, el tunel del metro.

Al entrar a este encuentro más o menos lo que esperaba, todo patas arriba, incluso hay unos vagones destrozados en los que puede haber gente. Sin dejarme ver me oculto pegandome a la pared, saco mi rifle y miro por el visor con varios aumentos; un chico con una sudadera parece estar comprobando si hay alguién en el vagon, a la vez agudizo mi oido para oir los posibles gritos de algún herido o persona que fuera en el tren. También intento escuchar si hay algún ruido en la puerta de enfrente, por donde presumiblemente ha tenido lugar la explosión y se puede encontrar pegador. Una vez hecho esto vuelvo a concentrar mi mirada en el joven saltarín,

¿que intenciones tendra...? Parece de los buenos intentando salvar a la gente, lo comprobare observandolo unos segundos... 

-De acuerdo, pórtate bien y ten cuidado. Cuelga con cuidado para que no se le rompa el movil y automáticamente salta en direccion a la columna de humo que había en el sitio del accidente. Seguramente sea el origen de los problemas.

Me lanzo hacia la mujer y a su hijo, son mi prioridad en este momento. Intento percibir la distancia exacta que hay entre el extintor y yo para valorar si puedo apagarlo...

Demasiado lejos...

 Intento trepar lo más rápido posible para poder tener un ligero margen de tiempo al sacarlos...

- No se preocupe señora...estoy aquí para ayudarla...- le grito para intentar tranquilizarla.

Tras hablar con tu hija, llegas a la columna de humo con un salto; impulsándote, creas una bolsa de aire cuando abandonas el suelo como un misil, dejando tras de tí una porción agrietada de asfalto. El viento de la noche te azota las ropas mientras ves debajo de tí, en la oscuridad, los edificios de dos manzanas de casas. Finalmente, terminas junto a una boca de metro, de la que están saliendo a todo correr los últimos usuarios.

El aterrizaje hace temblar el suelo; te das cuenta de que la columna de humo debía salir de la boca de metro, y por la suciedad que lo cubre todo no era humo, sino polvo. Parece que ya se ha aposentado, y ahora se pueden ver los tornos y las escaleras que bajan, apenas iluminadas por algún tipo de resplandor que viene de abajo.

Corres en busca del foco de la explosión, escaleras abajo, llevándote un par de tornos por el camino. Abajo, en el andén, ves que ya no queda nadie: todos los que estaban esperando el tren han huído. Lo que ves es...

(Sigue...)

El andén está vacío; hay algunos zapatos, un paraguas y dos sombreros que la gente olvidó en su carrera. Todo está iluminado por el fuego que se ha producido por el descarrilamiento de varios vagones; sobre ellos, un muchacho asiático de aspecto atlético está pegando saltos increíbles, esquivando las llamas para acceder al interior, desde donde se escucha el llanto de un bebé. Finalmente, consigue colarse por una de las ventanas, haciendo estallar de una espectacular patada el cristal que la cubría.

Al mismo tiempo llega Metal, con un torno de metro enganchado en el pie derecho. Aquí la visibilidad es mucho mejor; el hombre, afroamericano, es una mole enorme de músculos a cuyo paso tiembla el suelo entero. Lo que ve es a Parkour, el muchacho saltarín, entrando en una de las ventanas del vagón que está en llamas. El resto de los vagones están vacíos, tumbados, pero puede ver a un hombre obeso, con unas gafitas y aspecto intelectual, atrapado inconsciente bajo el primer vagón, que debe pesar unas veinte toneladas.

Mientras, en el interior del vagón en llamas, Parkour ha conseguido salvar las llamas; la mujer, de unos cuarenta años, el cabello corto, y con un cierto atractivo a pesar de su edad, le tiende al bebé incapaz de llegar a la ventana por la que entró el ágil héroe. "Sálvalo... es mi hijo... yo no puedo trepar tan alto...", dice entre toses, con la cara tiznada por el humo. Parkour; podrías salir por la ventana con el niño fácilmente, (no necesitas tirada ahora que has descubierto una ruta libre de fuego), pero las llamas quizás lleguen a su madre. También puedes intentar coger a la madre y sacarla de entre las llamas, junto al niño, pero eso requeriría una tirada de Fortaleza dificultad 20, ya que tendrías que cargar con ella a través del ventanuco, y debe pesar unos setenta kilos. ¡Es tu decisión¡.

Metal Hunter, te das cuenta, por el polvo que todavía sale desde el túnel de la derecha, de que la explosión seguramente se produjo en esa dirección, y es posible que produjera el apagón y el descarrilamiento del tren. Podrías intentar ayudar a Parkour a sacar a la mujer, (tú podrías rasgar la cubierta del vagón como si fuera papel con una tirada de Fortaleza dificultad 15, aunque sufrirías un daño de 6 debido al fuego que la envuelve). También podrías sacar de debajo del tren al hombre gordo, (no hace falta tirada, tu fuerza es más que suficiente para levantar el vagón). O podrías ir a investigar por el túnel, a ver si encuentras el foco de la explosión.

Ahora estais posteando juntos. Es vuestro turno ;)

Desde la penumbra del túnel de metro, utilizas el visor de tu rifle para observar la escena en el andén. Con él te das cuenta de que hay un cuerpo bajo el primer vagón; un hombre gordo con gafitas y aspecto intelectual, que está inconsciente, atrapado bajo el peso inmenso del vehículo.

El último vagón es el que está en llamas, y tu oído mejorado capta el sonido del llanto de un bebé, cuando el muchacho saltarín rompe una de las ventanas de una espectacular patada con las dos piernas, y entra dentro encontrando una inverosimil ruta entre las crepitantes llamas. Luego, la voz de una mujer que tose desde interior:"Sálvalo... es mi hijo... yo no puedo trepar tan alto...".

En ese momento ves aparecer a una mole, un hombre negro de dos metros y medio de alto, hinchado como un culturista, que corre desde las escaleras de subida con torpeza, con un torno del metro enredado en la pierna derecha como si no fuera más que una zarza. Tiene el mismo tamaño y altura que Pegador, pero has estudiado su dossier, y sabes que no es él.

Desde el pasillo frente a tí, escuchas retazos de conversaciones; "Bueno jefe... esto ya está... ya nos dirás para qué hemos cortado la luz, no sé qué vamos a sacar de esto...", y luego un vozarrón grave y brutal, "Cállate la puta boca, el jefe soy yo. Ahora nos vamos. Andando".

Los pasos de un grupo de gente bastante grande, (entre diez y quince personas, seguramente las que estaban hablando, con Pegador incluído), se dirige hacia tí proveniente del pasillo tras la conversación, aunque todavía están lejos. Llegarán en un par de minutos. ¿Qué harás ahora?

Te encuentras en la planta ciento catorce del rascacielos Syntek, sede de empresas Syntek, una corporación dedicada a la Investigación y Desarrollo, con un dedo metido en cada tecnología de nueva creación, desde cereales para el desayuno más baratos de elaborar hasta estudios militares sobre robótica y defensa.

Es una de las empresas más punteras del mundo, y su gerente, el Sr. Forest, es el rostro de la compañía, y sin duda un hombre poderoso. Necesitas mantener tu fachada mientras no estás ayudando al desvalido, así que te has apuntado a la reunión con él para discutir tu participación como accionista en la empresa. Tras muchos datos técnicos y detalles pesados, ahora os relajais en el salón principal de la azotea, una impresionante cámara oval en forma de bóveda construída enteramente de cristal, y uno de los pocos lugares, por su altura y situación, desde el que se pueden ver las estrellas en el cielo de la ciudad.

A vuestros pies, podéis ver las luces de los coches y los anuncios de neón iluminar la noche. Te encuentras hojeando el álbum de fotos de la nueva y revolucionaria creación de los laboratorios de Syntek; Sim, una sexy ciborg que se ha convertido desde hace unos meses en la imagen de la empresa y en una heroína desinteresada de la ciudad.

(Sigue...)

Arreglándose la corbata, el hombre de la insólita perilla te sonríe con el colegueo que destina sólo a aquellos que cree sus iguales, o al menos que cree que pueden serle útiles. "Bueno, no tan desinteresada en realidad. Sim está dotada de libre albedrío, pero también está controlada por la compañía. Es propiedad nuestra, al fin y al cabo. Cederla a la ciudad como heroína no sólo nos reporta un suplemento en publicidad bastante evidente, sino también una serie de ventajas fiscales derivadas. Te aseguro que todo lo que hacemos está perfectamente calculado para que sea rentable a nuestra compañía", te dice subrallando "nuestra", sabiendo perfectamente que tú tienes una cierta cantidad de acciones.

En las fotografías del álbum aparece una muchacha rubia de labios llenos, boca grande y aspecto joven, (aparentará unos veinte o veintipocos, aunque en realidad sabes que fue construída hace sólo dos años). Son fotografías de estudio, en las que posa en bikini, o en top less con diferentes objetos, (flores, un paño), tapando convenientemente la parte adecuada de sus sobredimensionados pechos.

Cuando estás admirando las fotografías de la Cyborg, algo sucede; de repente, un temblor sacude varias manzanas, y se escucha el ruido de una explosión en alguna parte. Miras abajo, y tienes una vista impresionante de una columna de humo o de polvo que se levanta desde algún lugar a unas manzanas de aquí, y entonces, quizás debido a la explosión, ves cómo comienzan a apagarse las luces de la ciudad; el apagón se extiende hasta que las mismas luces del edificio Syntek se apagan, y quedais iluminados sólo por la luz de la luna.

Dos hombres de seguridad entran en la sala para ver si estais bien, y tu anfitrión se disculpa y dice que tiene que irse para averiguar qué demonios ha pasado. Asímismo, te invita a quedarte y a disfrutar del "Mueble bar" si es tu deseo. De lo contrario, estará encantado de dejarte el helicóptero de la compañía con un piloto experimentado que te lleve hasta un lugar seguro.