Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena VI: El Torneo

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13/07/2019, 14:51
Manel de Mormont

Eso, mi señor, no será muy difícil de conseguir, los señores de Rosellón están deseando una cruzada desde hace tiempo, además, estando herido de gravedad como está el conde será fácil de convencer, ganarse el cielo recuperando las tierras al infiel en nombre de Dios es todo lo que querrá ahora, sobre todo ahora que ha visto tan de cerca la luz del último juicio que todos pasaremos.

Ahora deberíamos pensar qué hacer con Vincenç. Suspiro.

Yo querida, no podré protegeros las venticuatro horas del día así que deberás ser mucho más astuta de lo que has sido hasta ahora, por supuesto que has de seguir con la farsa, lo que te ha pedido tu hermano se ha de cumplir de momento. En cuanto pueda buscaré la forma de verte en tus aposentos y hablaremos de lo que debemos hacer y cómo hacerlo, no te preocupes cielo, sólo tu podrás apartarme de tu lado, nadie lo conseguirá nunca.

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13/07/2019, 17:42
Vicenç de Mormont

¿Padre? digo pensando unos segundos

Madre y tío Manel decidieron celebrar un torneo, y pese a que otras decisiones no me gusten, en el caso de celebrar dicho encuentro me parece una grandísima idea, servirá, sin duda, para ganarnos los favores de la nobleza.

Por otra parte, el problema de los bandidos que atacaron la caravana parece que fue algo más grave de lo que suponíamos, son un contingente amplio y preparado de franceses. Atacaron e hirieron al conde de Rosellón cuando venía hacia acá, le salvé de una muerte segura así que estará agradecido.

También he de decir que mi sorpresa fue mayúscula cuando vuestro hijo mayor y hermano mio ha hecho público su intención de partir de cruzadas pronto.

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14/07/2019, 11:57
Maria d'Olot

-Mi-mi señor... -murmuró Maria, tan sorprendida como el resto de presentes ante la presencia de su esposo en aquella sala. Aunque fue una sorpresa agradable. Ante la rebeldía de mis hijos, uno que pretendía marcharse y el otro que ya se veía heredero, la figura de su padre sería un buen recordatorio quién gobernaba todavía en Alós. El alivio y la felicidad inundaron mi rostro, empujadas por el recuerdo del hombre que antaño fue y que aún parecía adivinarse en sus palabras.

-Buenos días, mi señor. -saludé, ocupando el lugar que me correspondía junto a él. -Como bien ha dicho mi hijo, estamos a punto de celebrar un gran torneo. ¡Incluso el Rey ha acudido a nuestra pequeña baronía! Aun me pregunto cómo, pero vuestro hermano Manel le convenció para bendecirnos con su presencia. ¿Cómo os encontráis? Sin duda, vuestra presencia dignificaría aún más tal evento. Muchos grandes señores han recorrrido largas distancias para veros, querido esposo mío. También está en lo cierto Vicenç en el hecho de que hemos tenido algunos problemas con bandidos y me gustaría escuchar con detalle lo que aconteció con el Conde del Roselló.

-¿Hijo mío, tendrías a bien hacer un breve recuento a tu madre de lo que pasó? No escatimes en detalles... -pregunté, ya iba siendo hora de que me enterase de lo que había pasado en mis tierras sin que yo me percatase.

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14/07/2019, 22:50
Vicenç de Mormont

Claro madre.

Salimos del camino, escoltados por vuestros guardias, en dirección al camino del Norte. Era un camino mucho menos concurrido que llegaba hasta el valle pirenaico, y era todavía frío. Tras una hora de cabalgata, encontramos los estandartes del conde. 

Al encontrarnos y saludarnos Pèire se abalanzó sobre mi y ambos caímos al suelo, evitando así recibir una herida de ballesta. Pèire también tuvo tiempo de gritar, lo que alertó al Conde de Rosellón y a sus hombres, aunque algunos de ellos no tuvieron tanta suerte. Estábamos siendo emboscados.

Previendo el siguiente movimiento de los mercenarios, me tiró encima del Conde y le resguardé con mi propio cuerpo, mientras que los hombres de Alós y del Rosellón formaban alrededor de los dos con los escudos en alto, generando una suerte de tortuga de escudos que, por suerte, contenía al pobre Pèire, el cual intentaba reaccionar después de la caída que había supuesto salvar la situación.

Las flechas y los virotes seguían llegando, y aunque la formación todavía aguantaba, era evidente que ni los escudos ni los hombres habían sido concebidos para ese tipo de maniobra. Los caballos que no habían sido heridos o muertos se habían encabritado, y algunos de los hombres del Conde intentaban cabalgar por las laderas buscando a los mercenarios.

Había que actuar rápido, puesto que era evidente que la situación así era insostenible. Detrás de nosotros, lejos, los carruajes de las damas estaban prácticamente desprotegidos.

En medio de aquel pandemonio, los soldados del Conde y los vuestros intentaron mantener cierta coordinación mientras silbaban los proyectiles, con resultados diversos. Pronto, el testudo improvisado empezó a retroceder a trompicones, entre los cadáveres de los hombres de Alós y el Rosellón. Los ojos abiertos de los cadáveres me perseguían allá donde iba, aún a resguardo entre los escudos.

De repente, cuando estaban a punto de alcanzar la mitad del camino hacia las carretas, los mercenarios cargaron sobre vosotros, llevando espadas, lanzas, hachas.

Todo sucedió de manera muy repentina.

Cojo aire.

En mitad de todo el desastre de hombres caídos y flechas, Pèire tropezó con un cadáver de un joven de Alós que no había visto y cayó al suelo. La suerte quiso que en ese momento una flecha entrase por un hueco entre los escudos y, atravesando el lugar donde previamente se encontraba el pecho de Pèire, fue a clavarse en el hombro izquierdo del Nunyo Sanç, el Conde del Rosellón. El conde cayó al suelo y se retorció de dolor, e inmediatamente fue recogido por uno de sus hombres, alterando la formación.

Ahora era yo, el único capaz de liderar aquel grupo variopinto. Y, entonces, los hombres que os atacaban se abalanzaron sobre los escudos, portando espadas y hachas. La parte buena era que eso significaba que las flechas se habían acabado. Pero la lucha no.

El combate era inevitable. Pèire, apoyado sobre el Conde herido, intentaba sanarlo mientras los soldados guardaban un perímetro. Cuando empezaron a llegar los soldados enemigos, la formación defensiva tuvo que abrirse y se descargaron golpes de espada y de hacha, y murieron hombres por ambos bandos. 

Pero entonces ocurrió algo extraño.

Cojo aire.

La desorganización de los asaltantes contrastaba con sus actuaciones anteriores. Tras abatir a unos cuatro o cinco, de repente nos quedamos solos en aquel infierno de golpes. Los mercenarios se retiraban a la seguridad del bosque y de las montañas.

Y entonces lo ví, Dionís bajaba corriendo hacia el camino, donde Pèire y el Conde, que apenas se podía poner en pie del dolor de la herida en el hombro, y los guardias miraban anonadados el campo de batalla, de repente se había vaciado de enemigos. Los hombres de Alós persiguieron a los mercenarios todo lo que pudieron, pero adentrarse en las montañas y el bosque era un suicidio.

Las carretas no habían sido atacadas, de momento. Había que salir de aquel collado cuanto antes y eso hicimos. El resto es insignificante, llegamos sin más contratiempos al castillo.

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14/07/2019, 23:05
Clara de Mormont

- Realizaré la labor que me encomendáis, Mi Señor... No sólo por la gran oportunidad de ir hasta la poderosa Barcelona sino porque deseo hacerlo... Quiero ayudaros y con ello ayudar a mi familia... Si, parece que así es... Llevo años aprendiendo de madre... Creo que seré capaz de acercarme a las gentes del condado de Empúries... Ya trabé amistad con él en mi anterior visita a la corte, creo que esta vez podré utilizar otros métodos... Pondré mi mayor esfuerzo en dicha labor, Su Majestad...

Hice una reverencia con la cabeza y escuché a tío Manel

- Ahí radica el problema tío... A partir de que salga de aquí os repudiaré, os insultaré y renegaré de vos... No querré saber nada de vuestros consejos y vuestra presencia será non grata para mi... Por mucho que a mi corazón le duela... Como decís, debo continuar con la farsa, aunque ello me rompa el alma... Mis aposentos no serán seguros... Si pudo entrar sin problemas para amenazarme tendrá a gente infiltrada entre mis propias sirvientes... Sólo puedo confiar en Caterina... Ella es la mejor para moverse pasando desapercibida por el castillo... Ella será mi voz, tío... Es vuestra hermana y confío en ella tanto como en vos... No me equivoco, ¿verdad? 

Suspiré mientras mis ojos parecían algo más vidriosos a causa de mantener las lágrimas controladas

- No tío... Debo apartarte de mi lado... Por tu bien, el de Alós, el de la familia Mormont, el de Su Majestad y el mío propio... Vicenç lo ha conseguido, por ahora... No ganará pero debemos hacerle creer que si lo ha hecho... Mis palabras han de herirte... Aunque no las sienta debo hacerlas reales... Por ello te pido disculpas... Nada en este mundo me dolerá tanto como lo que he de hacer... 

Miré a su majestad

- Mi Señor... Os pido disculpas de antemano por el número que he de montar para que todo resulte creíble... Por favor, os lo recompensaré... 

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14/07/2019, 23:28
Manel de Mormont

No te preocupes Clara, adelante pues... No dolerá porque no eres tu quién lo está diciendo. Cierro los ojos, me acerco, la abrazo con fuerza, luego la beso la frente con cariño y a continuación la suelto para apartarme unos pasos.

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15/07/2019, 20:26
Clara de Mormont

Mantuve ese abrazo todo el tiempo que pude

- No tío, aquí no... Debe ser en un lugar que sepamos que puedan vernos... Un lugar en donde él pueda tener espías... - Le susurré al oído mientras me abrazaba. 

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17/07/2019, 13:28
Pèire
Sólo para el director

Tras esa larga siesta reconfortante, me levanto y me aseo un poco, para volver a mis labores.

Notas de juego

He vuelto xD

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18/07/2019, 12:11
Director

¿Piensas decirle a alguien lo que te ha dicho Hassan?

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18/07/2019, 13:35
Pèire
Sólo para el director

Busco por el castillo a Maria d'Olot.

Notas de juego

Claro que si lo contare, pero a quien debe ser contado.

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18/07/2019, 20:22
Magister

En mitad de la explicación de Vicenç, la puerta se abrió. Tras ella, Pèire, ahora por fin completamente repuesto, entró en la estancia. La comida estaba servida.

Lo primero que impresionó al médico fue que el barón se encontraba allí, fatigado y enfermo, pero bastante mejor. Los métodos de Pèire parecía que estaban funcionando últimamente.

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18/07/2019, 20:58
Director

Notas de juego

¿Algo más que decirle a Su Majestad o voy a otra escena?

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18/07/2019, 21:31
Manel de Mormont

Todo dicho

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18/07/2019, 21:31
Clara de Mormont

Miré a Su Majestad con cierto pesar

- Majestad... Lamento tener que pediros una última cosa... El orgullo y la amenaza de Vicenç eran muy claros ante este tema... Debo avergonzar y rechazar a mi tío delante de vos... 

Se notaba como intentaba mantener la compostura pero sus puños estaban apretados y sus ojos rojos de aguantar las lágrimas. 

Notas de juego

(Ya) 

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19/07/2019, 08:01
Pèire

Hago una pequeña reverencia.

Lamento mi tardanza mis señores y señoras, pero ya me encuentro mejor.

Me acerco y me siento en la mesa con el resto.

La verdad mi pobre corazón, ya no está para estos trotes, emboscadas, carreras e intrigas.

Porciento, barón y mi señora, necesito hablar en privado con ustedes lo antes posible.

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19/07/2019, 13:41
Dionís
Sólo para el director

Me encantó ver a Carles recuperandose. Y supe quien podia haber intercedido en tal sanación. Pensé que tenia que ir a verlo y darle las gracias al mismo tiempo que ponerme a su servicio por si requería de mi ayuda en algun otro momento. 

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19/07/2019, 13:43
Dionís

-Intenté capturar a alguno de los franceses, pero me fue imposible. Cuando llegamos por su retaguardia, estos salieron corriendo hacia el bosque y aunque podíamos haber perseguido a esos malandrines, la situación del Conde de Rossellón, requeria actuar con presteza. 

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19/07/2019, 17:52
Maria d'Olot

-Así que se batieron en retirada. Sí, es extraño -respondí, tras la larga exposición de hechos. -Hicisteis bien en mostrar mesura y no perseguirles hasta un lugar desde el que sin duda habrían tenido ellos la ventaja. Hijo mí, has demostrado también tu bravura en combate y buen dote de mando. Lograsteis resolver una situación que podría haber degenerado mucho más de lo que lo hizo y sin tener que lamentar la muerte de ninguno de nuestros invitados ni la de nuestro anciano médico. Sin duda, vuestro padre estará tan orgulloso de ti como yo -dije a Vicenç, con una nota de emoción en la voz y mirando al Barón Carles.

Como si lo hubiese mandado llamar, el anciano Pèire entró en la habitación a continuación.

-Por supuesto -respondí al requerimiento de privacidad del médico. Con un gesto y unas pocas palabras, invité a mi hijo ya Dionís a que se marcharan, si no tenían nada más que decirme. Iba a ser un día bastante ajetreado y más valía que fuese avanzando todo lo que pudiese, sin prisa pero sin pausa.

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20/07/2019, 01:59
Vicenç de Mormont

Gracias madre, sin embargo, he de remarcar que Pèire me salvó la vida cuando empezó el ataque, sin su ayuda yo no hubiera sobrevivido a los primeros virotes. Hago un gesto educado y salgo con Dionís del salón.

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20/07/2019, 02:01
Vicenç de Mormont

Cuando ya hemos salido del salón me giro hacia Dionís.

Amigo, necesito que te encargues de mi hermanita, Clara me ha desobedecido por última vez...