Partida Rol por web

La tensión podía sentirse en el ambiente y aunque algunos se habían rehusado a participar, la mayoría había dado su declaración.

La voz de Tae se escuchaba por un altavoz y una risa nerviosa se escuchaba de fondo. Casi histérica, como si la mezcla entre risa y llanto fuera palpable en su voz - Buen intento, señorita Esther pero yo no estoy en la estantería - para un momento y ríe, casi histérico. El joven parecía estar perdiendo la cabeza.

- Se ha determinado un empate entre votaciones ¡Hurra! - su respiración se acelera y pueden escuchar pasos. Se alejan y se acercan, se alejan y se acercan, hasta que pueden escuchar su voz. - ¿Pero saben qué es lo mejor? Uno de ustedes mismos serán el ejecutor - se ríe y un llanto histérico se mezcla con su voz.

Todos se miran confundidos, pues no entendían muy bien a qué se refería. Aunque sabían lo que quería decir cada palabra, se sentían extraños. Al parecer, podía verlos - Así es. Dije que los haría matarse entre ustedes, ¿No es así? Ahora lo verán. Si dirigen su vista a la estantería iluminada, verán de qué hablo - una estantería brillaba de color azul. Era una muñeca de un hombre, con una camisa blanca, con una siempre aparente sonrisa. Ese mismo hombre se dirige hacia allí caminando, con paso lento. Logran ver una mirada vacía, movimientos autómatas, casi como si sus pasos fueran los de un maniquí. Se acercó a su muñeca y de allí, tomó un cuchillo pequeño. Parecería ser inútil en una circunstancia como la que todos prevenían que vendría, mas Charles no se detuvo. Siguió caminando entre los estantes, al parecer buscando algo. Se detiene frente a una estantería con un muñeco vestido de negro, cabello corto y rizado. Era una muñeca que habían visto hace poco. Era la de Reuel. Charles la toma con una mano y asegura el cuchillo con la otra. El grito de Reuel es ensordecedor, mientras corre desesperadamente, intentando evitar su muerte. Acababa de revivir y era condenado a muerte por los presentes. Su marcha se detiene cuando el cuchillo atraviesa el pecho de la muñeca. Reuel suelta un grito de dolor y lleva su mano a su corazón, la cual se tiñe del rojo de su sangre. Su respiración se entrecorta de a poco y él cae de rodillas al suelo. Charles saca el cuchillo una vez más y corta su cuello de manera horizontal, a lo que el verdadero Reuel lleva sus manos a la herida que ahora sangra pero su respiración se va haciendo más agónica. Convulsionaba en el suelo, luchaba por su vida, mas ésta se escapaba por sus dedos. Sólo había una forma de matar una muñeca: sus ojos. El verdugo clava el cuchillo en los ojos de la muñeca, para luego dejarla caer. El golpe en el suelo refleja el final de la vida de Reuel y la reacción de Charles ante el atroz acto que acaba de cometer.

Los ojos de la muñeca sangran, al igual que los de aquel ser humano que acababa de ser asesinado. El juego macabro apenas había comenzado - ¡Son ustedes sus propios verdugos! - la risa histérica de Tae fue lo último que llenó la habitación, antes que todo fuera silencio. 

Durante el rato siguiente simplemente permanecí sentada tratando de calmarme. Me encontraba crispada ante la situación, y los continuos sucesos extraños no ayudaban nada a que la cosa fuera más tranquila. Poco a poco me hacía consciente de que fruto de todo lo que estaba pasando no había obrado con cabeza, e iba tratando de observar un poco más a los demás: éramos muchos, y todavía no sabía el nombre casi de ninguno.

Conforme el momento de las votaciones se acercaba tenía cada vez más claro lo que debía hacer, y esperaba no ser la única. Casi sin querer había ido encogiéndome cada vez más para terminar abrazando mis propias piernas, mirando a todos con la cabeza apoyada en las rodillas. Pero cuando me di cuenta del poco tiempo que faltaba me puse en pie y me encaminé a la urna.

Esperaba que cuando el momento llegara al menos el chino loco diera la cara. Sin embargo su voz únicamente llegó por los altavoces, y cualquier tipo de razonamiento con él fue imposible. La frustración me hizo apretar los dedos cuando se dirigió a mí, sin comprender qué tenía que ver estar o no en la estantería con lo que decidiéramos votar. Nos obligaba a jugar su juego y ni siquiera nos había explicado las reglas.

Al ver luego cómo todo sucedía delante de mí me quedé paralizada de puro pánico. Aquello escapaba no sólo a mi comprensión, sino a todo lo que hubiera podido imaginar. Y cuando todo terminó reuní todos los redaños que pude para acercarme al cuerpo del muerto lentamente, paso a paso. Mi pulso temblaba y mis ojos poco a poco iban humedeciéndose, pero necesitaba asegurarme.

Cuando al fin llegué a su posición me agaché lentamente, apoyando una mano y la rodilla opuesta en el suelo, y aún sin estar segura de si quería conocer la respuesta llevé mis dedos a su cuello para tomarle el pulso. Luego lentamente me volví hacia los demás para dar con un hilo de voz la confirmación que yo misma había necesitado.

- Está muerto.

Sus constantes golpeteos en la mesa donde estaba el café, acompañaban en su frenético ritmo a ideas cada vez más alocadas para salir del lugar. ¿Saltar por la ventana? ¿Coger el arma de un guardia? ¿Correr todos en masa con ánimos de pelear? ¿Fingir que seguíamos el juego de Tae hasta que bajara la guardia y luego reducirlo? Nada totalmente viable, y sin riesgo, aunque lo de la ventana no sonaba nada mal...

Entonces llegó el momento de las votaciones, y la voz de Tae en los parlantes y su risa alocada terminó de matar de nervios a Nathaniel, aunque no de forma literal, obviamente. 

La escena del sujeto al cual él había votado apuñalando a la muñeca de Reuel, y la instantanea muerte del "resucitado" lo colapso. Se dio vuelta tapándose la boca mientras se tapaba la boca, para llegar a una esquina de la habitación y allí vomitar. No quiso ver los muertos en las habitaciones por el asco... pero ver como una persona asesinaba a otro, sin siquiera tocarlo, era una experiencia que tampoco desearía haber visto.

Ben pensó en frenar a Charles cuando vio que las acciones que este cometía contra la muñeca de Reuel, muy voodoo todo, repercutían en el Reuel ¿real?... - tengo que hacer algo - pensaba ¿lanzarle una silla? ¿una lampara? algo? ... pero Ben se quedo congelado - Mierda maldita sea!! - pensaba una y otra vez, todo lo que con los años había aprendido de su profesión, no le estaba sirviendo para nada en absoluto, estaba envuelto en un bucle de locuras sin aparente explicación que no daban pie, "por el momento", a ninguna investigación posible. De nada servia buscar micros escondidos ni cámaras ocultas, cuando un chino que estaba como una puta cabra les hablaba por los altavoces con toda la pinta de estar pasando un mal viaje de LSD, o de setas alucinógenas,... o algo.

La resolución de los votos no decía mucho - espera... pero que!! me ha votado el ruso!! maldito comunista!! - piensa, aunque a la vez le restaba importancia... pues sospechaba que todos habían votado a boleo, como el mismo... pero quizá fuera poco inteligente, tras lo visto, no empezar a tomarse en serio "el jueguecito"

Por un lado la parte izquierda de su cerebro le decía que si esto no seguía siendo un jodido espectáculo, era un secuestro en toda regla, impulsado por un accidente de logística (el grito de la muñeca) y probablemente basado en algún ritual chino raro de esos, aunque Ben no descartaba una posible mafia de por medio. Pero por otro costado, el lado derecho de su cerebro le hacia no atender a razones y pensar que algo, realmente, estaba a empezando a jugar con ellos. Por momentos se sentía inútil sin su viejo compañero y mentor a su lado, pero intentaba, como siempre... no perder la compostura, afloja su corbata, se la aprieta de nuevo, no sabe si quitársela y atarsela en la cabeza... pero tiene alguna cosa que comentar tras lo sucedido. - Haber... enhorabuena, os habéis cargado al único que podía decirnos algo de lo que había pasado... - dice - estaréis contentos... - estaba algo molesto, pues no le había dado tiempo ni a interrogar "un poco" al chico, pero levantando una ceja, y porque es inevitablemente la sensación del momento, vuelve a fijarse en Charles... el tipo con pinta de "hombre del tiempo" era bastante antisocial, pero... ¿peligroso? - Charles, eh!!! o como te llames! aléjate de las muñecas!! - le dice el italiano - no te lo diré 2 veces! - hace un momento parecía... poseído... o algo. Les hacia falta Kenneth, aparentemente, el único que parecía capaz de manejar una situación así, y lo habían perdido a la primera de cambio... - cojonudo - piensa Ben chasuqeando los dedos, que por momentos, se sentía como una rata en el terrario de un serpiente.

Lisseth estaba mirando por la ventana hasta que escuchó a Tae hablar, entonces se giró para ponerse a la altura de los demás.

Lo sucedido a continuación le dejó sin habla. Había vuelto a morir, y esta vez no era un montaje, esa mujer rubia, Esther lo había asegurado.

-Mierda...

Se acercó al cuerpo de Reuel y calló a su lado de rodillas.

-Joder... Yo te voté porque pensaba que todo era mentira y que así nos dirías que pasó... - empezó a llorar- ¡Mierda!

Cogió la mano de Reuel y lloró a su lado.

Wolfgang ya esperaba lo que iba a pasar. Todo esto le resultaba a la vez extraño y familiar. Si apartabas con un poco de mente fría todo el tema de los asesinatos y te quedabas con el trasfondo podías ver muchas cosas. Pero el estaba allí para estudiar a las muñecas, nada mas. No es que la muerte no le afectase, pero nunca había sido demasiado apegado a los demas. Aun así, lo lamentaba profundamente. Pero su falta de sentimientos para expresarlo podía hacer parecer que no era así.

Escucho lo que acababa de decir Tinelli y, como si algo aflorase en sus pensamientos dijo:

-Han matado a la única persona que podía decirnos algo... Vaya, que buen movimiento... ¿No?

Cuando Wolfgang hablaba parecía no dirigirse a nadie en concreto, seguía observando aquellas muñecas tétricas mientras permanecía apartado de los demás. Le gustaría acabar la frase, decir algo así como "No estoy diciendo con esto que sean los culpables" o "Quizás fueron ellos". A el le importaban las muñecas... Y salir vivo de allí, claro. Eso era bastante importante. Pero a su alrededor se estaban matando sin pararse a pensar en el por que.

-Es obvio, los asesinos quieren las muñecas. Susurro para si mismo sin preocuparse de que alguien le escuchase.

Sara sabía que nada bueno podía salir de allí, pero quería entender como demonios unas votaciones iban a poder arreglar eso. Y entonces llegó el momento de la verdad. - No, maldita sea, dijiste que serías tu quien se encargaría de las ejecuciones... - pensó mientras veía como le daba el cuchillo a Charles. Y este cumplió su cometido, apuñalando la muñeca de Reuer. Sara apartó la mirada para no verlo, ver como Reuel nuevamente acababa muerto.

Tras recuperar un poco de lo sucedido, Sara se acercó hasta Lisseth y le puso la mano en el hombro, aunque su mirada era para todos los presentes. - Su muerte ha sido un terrible error, pero no así las que hubo esta noche. Algunos aquí están jugando con nosotros para matar entre el desconcierto y la incredulidad. No podemos volver hacia atrás en nuestras acciones, así que deberíamos unirnos para detener esto antes que sea demasiado tarde para todos.

Se quedo sentada en la silla casi inmóvil, no podía creer lo que estaba viendo, el panico la inundaba, con cada herida que aparecía en Reuel ella apretaba un poco mas el reposa brazos de la silla, cuando Charles provoco la ultima herida en el muñeco una risa de panico salio de ella,se tapo la boca y comenzó a llorar 

Wolfgang, eres... no? Dr. Wolfgang - le dirige la palabra - bueno... a priori no creo que haya sido un buen movimiento por parte de nadie, lo que si creo es que ha sido un mal movimiento para nuestros propios intereses, si seguimos dejándonos llevar por el caos... como ha sido el caso, fin del juego - dice, mirando hacia Reuel... para acto seguido servirse un cafe, quería mantenerse bien despierto, miraba a Charles de reojo de vez en cuando.

- Todo indica que vamos a tener que jugar al juego del chino histerico... - reflexionaba Ben..

El Dr.Wolfgang suspira ante lo que acababa de decirle el señor Benén.

-Pues es fácil. Somos personas civilizadas... Bueno, alguno no lo es. Pero todos sabemos como funciona el mundo a la perfección. Si se repiten las votaciones que cada cual se vote solo a si mismo. Si nadie vota a otro todos tendremos un voto. No puede matarnos a todos.

Al menos eso reducía en uno la cifra de días que necesitarían los asesinos en acabar con todos.

No era mucho, pero la esperanza se consigue poco a poco.

Ser testigo de una muerte impune y el simple echo de no poder evitarlo, le dejo inmóvil y sin palabras hasta el mismo momento en que la mujer caucásica se acerco al cadáver y dijo que estaba muerta. Doble Y quiso cerciorarse de eso y se acerco al cadáver, primero comprobó el pulso en muñeca y cuello y luego puso su palma en su nariz y boca en busca de aliento. Nada parecía decir que ese chico estuviera vivo.

Quedo arrodillado delante del cadáver pensando, mirando aquellas muñecas.
-Así que somos parte de un juego de un desequilibrado mental, el cual me atrevo a decir que mato deliberadamente a su madre y ahora su propia culpa la extrapola contra nosotros obligándonos a jugar. ¿Pero como es posible que una muñeca acabe con el cuerpo de un humano? ¿Recuerdan si alguien les hizo o les dio algo durante el trayecto aquí o en la fiesta?-Aun se aferraba a la lógica.

Se levanto y quedo mirando las muñecas, buscando la suya.

Esto es una puñetera locura. - Digo casi al borde de perder los nervios. - En serio, ¿a qué puto desequilibrado se le ha ocurrido esto? ¿Es que estamos en una película de terror?.

Miro uno por uno a todos los compañeros intentando decidir qué hacer a continuación.

No pienso volver a votar a nadie para ejecutarle, ni hablar. - Me acerco a Keelin y a Michelle. - Vamos a salir de aquí ya, no pienso jugar a las pelis gore de terror.

En el fondo sigo pensando que no es más que una representación, seguro que Reuel era un actor y su verdugo también.

Apenas pudo mirar, le horrorizaba todo aquello, la persona a la que varia gente había votado acababa de morir. Para eso servía morir, para enviar a gente a la muerte. Y lo peor de todo era Seung, aún tenía Amanda su risa grabada en la mente. De verdad estaba loco, lo malo es que jugaba con ellos.

-Wolfang, pero si nos votamos todos empataríamos... y hoy hemos visto que un empate no salva a nadie, al final uno es elegido igual. No me gusta nada participar en la jugarreta que nos ha tendido Seung, pero si de verdad uno de nosotros ha orquestado ésto y deteniéndolos se acaba lo mejor sería dar con ellos.

Aunque eso equivalía que Seung no mintiera en ese aspecto, cosa en la que ella tampoco confiaba demasiado.

Todo había ocurrido demasiado rápido, Efraín solo se había quedado de brazos cruzados cuando sucedió la lectura de las votaciones, aún estaba un poco renuente a creer lo que estaba sucediendo ahí, al escuchar a todos decir que era un espectáculo macabro solo deseaba que fuese cierto, pero el sentía que algo extraño y poderoso estaba detrás de todo esto. Es entonces cuando dicen los resultados y ve que hay un empate, humm quizá con un empate nadie muera, pensó pero de pronto se da cuenta que no era así, sino más bien que uno de los dos se había convertido en quien ejecutaría al otro perdedor, MIERDA! No se que es peor, que te asesinen sin tocarte, o asesinar a alguien sin tener la necesidad de tocarlo y que todo el mundo te vea como un asesino a partir de ese instante, era obvio que Charles no estaba en sus cabales cuando comenzó a apuñalar a la muñeca, y si lo estaba, debió ser una actuación ya preparada por Reuel, Charles y el chino... 

El "show" lo había dejado sin palabras, no podía moverse, Efraín seguía ahí parado contra la pared y de brazos cruzados como al principio. Observó como todo había ocurrido y el no se había inmutado para nada, el cerebro no le daba ni para abrir los ojos en modo de asombro, solo podía pensar, tratando de analizar lo que estaba sucediendo y dar con una explicación lógica, todo sin éxito.

Está muerto, puedo sentirlo aún sin que ellos revisen su cuerpo, piensa mientras observa como se acercan a comprobar su pulso, efectivamente estaba muerto, ya lo habían comprobado. Luego se le ocurre algo y lo dice sin pensarlo -Charles ha asesinado a Reuel, si esto no es un espectáculo macabro por parte de la anfitriona, entonces esto es real, y el asesino podría ser cualquiera, así como Charles ha salido de sus cabales para asesinarlo delante de todos, bien cualquiera de nosotros podría haberlo hecho durante la noche y no recordar nada. Eso quiere decir, todos aquí somos los asesinos, verdugos y víctimas. Ya hemos caído en el juego macabro de las muñecas, y nos seguiría seguramente aunque nos alajasemos de este lugar.- lo había pensado todo en voz alta, como para que no se le olvidara, sentía que debía decirlo antes que su cabeza volviera a estar en blanco, entonces por fin pudo moverse de su posición fría y de brazos cruzados, y solo se dejo deslizar con la espalda pegada a la pared flexionando las rodillas hasta estar sentado en el suelo, cruzó sus brazos sobre sus rodillas y apoyó su cabeza sobre sus antebrazos, se había resignado por un momento, y decidió quedarse en esa posición un rato, no quería ver a nadie más por un rato, y esa era la posición perfecta para no hacerlo, solo podía ver la alfombra que se encontraba entre sus pies.

Los votaciones habían sido más que interesantes. Había algún que otro dato que si Noor fuera detective podría haberle iluminado las ideas, pero como no lo era, tan solo le pareció curioso. Como por ejemplo que alguien hubiese votado en silencio, sin levantar sospechas y a escondidas.

¿Estantería? Según Tae, solo se podía votar a los muñecos de las estanterías. ¿Tendría eso algo que ver con la urna que habían usado, con la muñeca dentro del recipiente de cristal?

El espectáculo que siguió fue algo que hubiera querido ahorrar a Alicia y Alec. Y a todos los que estaban allí. Nunca nadie debería ver algo así.

Para empezar, quizás lo más seguro sería que cada uno de nosotros escondiera su propia muñeca, aportó Noor. Si es a través de ellas como llegan a nosotros..., dejó la frase inconclusa, esperando a ver si alguien más había caído en lo mismo.

Keelin contempló con expresión horrorizada cómo la muñeca de Charles parecía iluminarse y el hombre, como si de un autómata se tratase empezaba a apuñalar la muñeca de Reuel. Lo que siguió fue demasiado para la joven, que se dio la vuelta para no ver más y escondiendo el rostro entre las manos comenzó a sollozar. Por si el espectáculo de la noche anterior y los cadáveres desperdigados que habían encontrado al amanecer no fuesen experiencias suficientemente fuertes, ahora parecía que alguna extraña fuerza era capaz de controlarlos para que se matasen unos a otros usando las muñecas mediante alguna especie de vudú. 

Tardó varios minutos en recobrarse un poco y las palabras de alguno empezaron a calar en su mente. - Joder... Lo ha matado... Lo ha matado... - Susurró para sí misma con un hilo de voz. No comprendía que algunos fuesen capaces de ponerse a deliberar o hacer planes después de presenciar un brutal asesinato. Sintió la presencia de Louis junto a ella y alzó la mirada, con los ojos todavía llorosos, brillando en su pálido rostro. Respirando con dificultad se limpió las mejillas con las palmas de las manos y asintió a las palabras del joven. - Nadie debería haberle seguido el juego a ese psicópata. - Dijo en su dirección con la voz tomada. - Está loco... Quiere matarnos a todos. Tenemos que salir de aquí.

Michelle, que había estado bastante nerviosa durante todo el día, contemplaba el muñeco roto, y el cadáver de Reuel, aterrorizada- ¡Lo ha hecho! ¡Lo ha convertido en muñeco, y lo ha roto! -gritó, echándose a llorar, angustiada- Quiero irme de aquí. Quiero irme a mi casa... No quiero ser una Barbie. Quiero ser una chica normal y salir de este hotel- dijo, dando hipidos, secándose repetidamente las mejillas con el dorso de la mano.

Andy se acercó un tanto a Ben y luego miró las muñecas desde allí.

-Así que todo esto es real... La idea de Wolfgang parece buena. Si todos votamos solo a nosotros mismos, entonces, todos tendremos un solo voto. Aunque no se si confío en todos para eso. Deberíamos de tener confianza, puesto que si alguien vota a otro, aunque es una declaración de intenciones, ya está muerto. A mi no me gustaría ser ese muerto, por mucho que luego me venguen. ¿Se entiende?

Comentó, levantando un poco la voz.

-No se yo si es buena idea tomar las muñecas... Si están ahí, así, de este modo, será por algo. No creo que sea tan fácil como tomarlas... Pero podemos intentarlo. 

-Pero... Pero... y si nos matan a todos? yo no quiero morir, quiero regresar a mi pueblo, se los juro, yo no hice nada, solo quiero regresar a casa-

Chepe se acerca e intenta tomar la muñeca mientras comienza a llorar. Como una pequeña tan hermosa podia hacer semejante cosa, quien seria el monstruo que haria que un pequeña tan linda hiciera algo asi? Esto es atros.

-Por que hacen esto? por que una muñeca? como pueden hacerle esto a un juguete tan hermoso?-

Chepe cae en sus rodillas desesperado,esta en shock, la escena completa es blasfema

Charles estaba recordando como era el día a día en su oficina como periodista y pensando que podía haber echo cosas en momentos de su vida que le hubieran beneficiado pero no lo hizo porque su comportamiento era de una persona que pensaba que el solo podía hacer todo y no necesitaba a nadie que le ayudara pero en ese recuerdo se veía como si se hubiera dejado ayudar le hubiera sido mas fácil hacer los trabajos y documentos que debía trabajar cada día. Algunos días Charles estaba muy extresado por el trabajo ya que como ocupaba un puesto de director de esa oficina tenia que hacer mas cosas y a veces veía en su periódico algunos errores al escribir por las prisas y quedaba mal ante sus lectores aunque no hacían mucho caso a esos errores que casi nunca se producían.

De pronto se despertó del sueño y se encontró en medio de un salón que pronto identifico que era de hotel parece que esa pesadilla e las muertes inesperadas en el hotel no era un simple pesadilla sino que era muy real y el era uno de los jugadores de aquel juego macabro de un loco. Se dio cuenta que estaba rodado por las demás personas y que le miraban asustados, Charles no comprendía nada y dijo desesperadamente:

¿Qué os pasa? ¿Qué esta ocurriendo aquí? ¿Por qué me miráis todos?

Se miro preocupado y vio que llevaba un cuchillo en las manos, se asusto y callo de sus manos. Callo el cuchillo y vio que había una persona tirada en el suelo sin ojos...¡¡ERA REUEL!! 

Al lado de su cuerpo sin vida había un muñeco muy parecido a el y sin ojos también. Los dos estaban muerto y al parecer el era el ejecutor de aquellos dos pero no se acordaba de nada. Rápidamente dijo:

!!No fui yoooo !! ¡¡¡Es imposible!!! Yo no recuerdo nada, os lo juro.