Partida Rol por web

Estas votaciones podían ser distantes, ya que la candidata más opcionada había sido proclamada a viva voz. Para ninguno sería una sorpresa que la pequeña Alicia fuera la elegida. A pesar de ello, siempre estaba la incertidumbre por una posible vuelta de eventos. En un lugar donde lo extraño e inusual estaba a la vuelta de la esquina, cualquier cosa podía esperarse.

Alicia baja nuevamente para esperar el momento en que sería ejecutada, aunque sentía temor pero no lo demostraba. En cambio, miraba fijamente a Esther con enojo y rencor en su mirada. La actuación de esa mujer había sellado su destino.

Buscaron al hombre que había salido anteriormente a su encuentro pero ya no estaba en el balcón. Había entrado, al parecer. No dijo una palabra pero los golpes en el suelo hacía que todos entendieran que el momento había llegado y dirigieron su mirada a la estantería cuando uno de los estantes brilló y fue esta vez Keelin quien dio un paso adelante. Sus manos parecían dubitativas pero en sus ojos ardían en llamas mientras caminaba a tomar su papel como ejecutora de la voluntad de la voz de los vivos.

Se acercó hacia la estantería que tenía la muñeca de la pequeña Alicia y podían escuchar los gritos de ésta, quien desesperada, respiraba agitada y lloraba sin control. Una chica que había parecido relativamente fría hasta ahora, mostraba su lado más infantil con esto. Keelin toma además el cuchillo y Alicia no puede contenerse a sí misma. Corre hacia Keelin con tanta rapidez que no da tiempo de detenerla y se aferra al brazo de Keelin que sostiene el cuchillo, llorando, suplicando, tratando de persuadirla de no proseguir. Tan sólo es una niña, una niña asustada, tal vez corrompida por el lugar pero como todos los presentes en algún momento. La compasión se adueñó del corazón de todos los allí presentes, incluso de aquella pelirroja que esgrimía el cuchillo que cegaría la vida de Alicia, algo no visto hasta ahora en las votaciones, un verdugo enternecido o detenido por alguien que pedía clemencia, sólo ella lo había logrado.

Es entonces cuando aquel amable hombre que tanto se había preocupado por ella va a su encuentro, a tranquilizarla, con la esperanza de que no habría muerte porque el verdugo había cedido ante la compasión. Tomó a la pequeña joven de los hombros y con una sonrisa, se dispuso a alejarla de allí. Parte de su corazón sentía la traición de su mentira, el deseo de haberla ayudado, pero no había nada que se pudiera hacer. Sin embargo, con un gesto cariñoso, la aleja de Keelin y se dispone a dirigirla donde se encuentran los otros.

Los ojos de Keelin comienzan a arder nuevamente y dirige su mirada a Noor. Sus músculos se tensan, su mirada vuelve a ser vacía pero firme como la de aquellos que habían sido el brazo ejecutor antes que ella y si vacilar, clava el cuchillo en el cuello de Noor. Lo hizo con tanta facilidad que su fuerza parecía prestada. A continuación, abre su garganta y la cara del hombre se va descomponiendo, su piel morena toma un color un tanto más verde mientras la sangre del hombre mancha sus vestiduras. Keelin da la vuelta despacio para quedar frente a Noor, quien la mira aún confundido, aunque su vista es difusa en ese momento. Con gran rapidez, golpea uno de sus ojos y sonríe. El grito agónico de Noor se escucha por todas las plantas y la cara de perplejidad de Alicia muestra su horror al ver eso tan cerca de ella misma. Keelin sonríe y apuñala su otro ojo, quitando la vida del hombre que había querido creer en el poder del amor, incluso con su último aliento y siempre lo hizo. Tal vez, podía ser uno de los menos contaminados por ese lugar.

Keelin reacciona y las llamas de sus ojos se apagan. Suelta el cuchillo y mira aterrada lo que acaba de hacer. Un inocente había caído y había sido por su propia mano. Esta vez, no era la muñeca la que había causado la muerte del hombre.

Me deje caer exhausta al lado del cadáver de Noor,hasta para mi eso era demasiado,sabia que algo así pasaría y en su momento lo advertí,pero nadie había querido hacerme caso.Me acerque a a el,pero no sin antes lanzar una mirada de rencor hacia keelin,no podia evitar echarle la culpa,aunque realmente quien la tenia era yo.No esperaba que mi voto fuera decisivo y como una tonta le había sentenciado.

Coji con ternura la cabeza de Noor y le di un suave beso en los labios,acaricie su cara -Lo dije...yo lo dije...- segui acariciando su cara y como con la esperanza vana de que el respondiera a mis palabras le dije -Sabes que yo nunca te haría daño aposta ¿verdad?- deje su cabeza en suelo con suavidad y bese su frente. 

Keelin se encontraba todavía sentada en el sillón, sobresaltándose con los golpes del suelo, cuando empezó a sentir una fuerza ajena tirando de ella y su rostro empalideció al comprender lo que pasaría.

Moviéndose en contra de su voluntad, se sentía manejada por un titiritero que tensaba las cuerdas unidas a sus articulaciones para provocar horrores aún peores de los que se solían ver en ese lugar. 

Como una marioneta tomó el cuchillo con manos temblorosas, intentando resistirse sin conseguirlo. Y como una marioneta su mano se detuvo al escuchar las súplicas de Alicia. Durante un instante la confusión que la embargaba le hizo pensar que todo había terminado y se quedaría así. Pero no. Cuando Alicia empezaba a alejarse volvió a sentir cómo las cuerdas se tensaban nublando su mente y el cuchillo se clavó en el hombre que se encontraba junto a la niña. 

Recuperó su consciencia y su movilidad de golpe y sus ojos se abrieron horrorizados. El cuchillo cayó al suelo y la joven se llevó las dos manos a la boca mientras retrocedía de espaldas trastabillando, con la mirada fija en el charco de sangre que empezaba a formarse bajo el cuerpo de Noor. 

Sus ojos empezaron a humedecerse mientras ella intentaba hablar. - Y-yo... No quería... N-no he podido evitarlo... - Su respiración era irregular y se apartó todo lo que pudo de la escena, frotando las manos contra sus pantalones en un gesto que parecía un intento de limpiarse de alguna manera por lo que acababa de suceder, hasta que su espalda chocó contra las estanterías. Recordó el momento en que las muñecas empezaron a moverse solas para comerse a Loren y se apartó de ellas con un respingo. Contempló a Alicia besando el cadáver y una frase salió de sus labios sin pensar, en un susurro casi imperceptible. - El beso de Judas... 

Sintiéndose observada pero sin detenerse a comprobar si realmente la estaban mirando o esa sensación era fruto del nerviosismo se dirigió al sillón que había ocupado todo el día y se sentó en él, aovillándose y escondiendo el rostro contra las piernas. - Lo siento. - Dijo en voz baja, sin dirigirse a nadie en concreto mientras un sollozo invadía su pecho. 

Veo como el destino de las votaciones se tuerce incumpliendo el deseo de los vivos, no puedo evitar torcer el gesto cuando Noor cae al suelo sin vida. Seguidamente me giro hacía Keelin, el oscuro control que se ejercía sobre ella la había abandonado y parecía sentirse culpable de lo sucedido. Me acerco hacía ella y la rodeo con los brazos en un abrazo.

- Ni se te ocurra culparte. -La digo mirándola a sus ojos verdes.- Esto ha sido otro desgraciado truco de este maldito lugar pero ya estamos llegando al final. Mañana seguiremos trayendo a los caídos de vuelta y lo seguiremos haciendo hasta que quien nos tiene encerrado se canse de esta carnicería.

Dicho esto me vuelvo hacía Alicia con el ceño fruncido. Se nos había ido la oportunidad de acabar con ella durante estas votaciones y ella actuaría por la noche. Parecía que hoy se podía haber puesto fin a todos estos asesinatos pero se había quedado en un sueño demasiado bonito para ser real.

- ¿Y qué piensas hacer Alicia? Estás acabada, no hay ninguna esperanza para ti. -Digo en tono desafiante.- Esta noche matarás a uno de nosotros pero mañana lo podrá revivir Alec y no puedes ir a por él porque está protegido. Todos tus esfuerzos serán inútiles, esto terminará pronto.

Tan cerca pero a la vez tan lejos. Alicia, la niña que había confesado ser una asesina había demostrado tener más cartas sobre la mesa, no había muero. ¿Sería una broma cruel? ¿que supieran quien era la asesina pero que no pudieran matarla? ¿tendría algún compañero? Tampoco sabían si el poder que la protegió duraría más de una vez y si nunca podrían darle caza por votaciones.

-Si Noor  hubiera...- dijo con un hilo de voz, casi inteligible-  esta noche habría acabado...

Al parecer no era la única que lamentaba cosas, Keelin estaba en su misma situación. No conseguirían demasiado así, ya estaba todo hecho... aún así, se fue a su lado.

-¿Puedo, acompañarte?- dijo acercándose a la pelirroja- no quiero estar sola... no hoy.

La idea de que la asesina confesa estuviera tan fresca y viva como si no le hubiesen elegido a ella traumatizaba a la joven inglesa. Hoy no podría apenas pegar ojo, y estar sola mientras esperaba a que el sueño acabara por vencerla no era algo que le apeteciera hacer.

Esperé algo intranquila el momento de las votaciones. Cuando vi a Alicia bajar dedicándome esa mirada no aparté la mía. En lugar de eso se la devolví con decisión, esperando que llegase el momento en que una vez más una de las muñecas fuera acuchillada. Pero lo que sucedió no fue eso, ni tampoco nada parecido. La forma de Alicia de pedir compasión había surtido efecto en quien quiera que poseyera a los verdugos de las votaciones, y eso había acabado con Noor. Pálida y boquiabierta después del espectáculo, observé cómo la niña se acercaba al cuerpo del hombre que siempre la había protegido, besándole y acariciándolo.

- No seas cínica. - Le dije con un tono cargado de desprecio. - Tú le votaste, y tu voto le mató. Sabías lo que estabas haciendo. - Al escuchar las palabras de Amanda dediqué una mirada a Alicia aún más firme, mientras mi voz sonaba aún más llena de frustración y enfado. - Por eso le escogiste a él, ¿verdad?

Mire a April y con el mismo tono que me había hablado ella respondí -¿Te crees que me importa?- sonreí irónicamente -Ya sabia que esto iba a pasar,solo era cuestión de tiempo-negué con la cabeza -Ni somos los primeros ni seremos los últimos-aparte la mirada de ella y conteniendo las lagrimas me quede mirando al suelo -Nadie sale de aquí,NADIE- volví a mirarla,como casi con tristeza y con un claro tono de resignación dije -Ya lo entenderás- baje la mirada -Cuando el venga todos lo entendereis-.No queria hablar mas,nadie entendia nada,solo hablaban sin saber,eso me enfadaba y me entristecia,escuche sus palabras sin hacer demasiado caso hasta que comenzo a hablar Esther,su tono me molesto de sobremanera -No sabes nada-

Michelle observó horrorizada cómo la muchacha pelirroja se veía obligada a actuar llevada por aquel juicio macabro que se repetía todas las noches. El hecho de que Alicia hubiese escapado del dictámen establecido, provocando que Noor muriese en su lugar, sólo empeoraba las cosas.

Miró a Keelin, preocupada, y cuando la escuchó sollozar se acercó a ella, abrazándola- Keelin, no ha sido culpa tuya. No te preocupes... Todos sabemos que tú no harías algo así-miró entonces a Alicia, enfurecida- No volverás a hacer esto. Te lo garantizo.- escuchó a Esther, y asintió ante sus palabras- Por una vez estoy de acuerdo con ella. 

Andy quedó totalmente impactado con nlo que había sucedido.

-¿Qué...?

Recordó que la niña había dicho que no podía morir en las votaciones. Así que ese era su poder: Desviar la muerte hacia otro. Hacia el hombre que la había protegido...

Era retorcido. Endiabladamente retorcido.

-Esto no hace mas que confirmar lo que sabíamos.... Eres la peor escoria que hay aquí. La peor.

Comentó, conteniéndose para no ir y descargar su puño hasta matarla por desangramiento.

Respiró profundamente varias veces.

-Así le pagas a alguien que se preocupe por ti.. ¿Verdad? ¿Matándolo, basura?

Tras unos segundos se dio la vuelta y trató de calmarse. Estar en aquel estado de rabia no lo hacía mejor, al reves, podía afectar sus habilidades.

Cerró los ojos. Cerró los ojos y se olvidó del mundo por unos segundos, pese a que sus dientes crujieran presa de la presión de su mandíbula ante la tensión...

No iba a olvidar aquello.

Keelin aceptó el abrazo de April y escondió durante algunos segundos la cara en el hombro de la joven de cabellos azules, tomando aire y recuperándose lentamente. - Siento mucho las cosas que te dije. Estaba dolida porque no me respondieras en la casita de madera y después me pusieras en esa lista. - Dijo en voz baja, mientras poco a poco la soltaba y se separaba para mirarla a los ojos. - Pero yo no soy así. Tienes razón. Es... este lugar. Me ha cambiado. Creo que a las dos nos ha cambiado. - Añadió, recordando las palabras de April la primera noche. La gente puede hacer cosas impensables... - Sé que la muerte de Hikari ha sido un golpe muy duro para ti, pero no estás sola. Puedes contar conmigo. - Añadió tomando aire. 

Se secó los ojos con la palma de la mano y asintió a Amanda cuando se acercó a ella, comprendiendo lo que la mujer estaba sintiendo. - Puedes dormir a mi lado esta noche si quieres. - Keelin parecía más tranquila al sentirse acompañada por las dos mujeres. Y cuando se le acercó Michelle soltó a April para abrazarse a la rubia, dejando que fuera ella quien la consolara esta vez. - Gracias, Michelle. - Le dijo suavemente al oído. 

Se quedó allí, abrazando a Michelle mientras escuchaba las palabras de Esther. - De hecho, creo que deberíamos dormir todos juntos menos Alicia. - Añadió, separándose lentamente de la joven y tomándole la mano para dedicarle una mirada de rencor a Alicia. 

Sin embargo, las palabras de la niña le hicieron fruncir el ceño. - ¿Qué dices? ¿Quién vendrá? - Preguntó, con cara de no estar segura de querer escuchar la respuesta.

Solo me parecia escuchar un constante bla bla bla,un repetitivo discurso de moralidad impartido por gente que al fin y al cabo tambien eran asesinos,todos habia matado o condenado a alguien,pero parecia olvidarseles.En vez de callarse como deberian llenaban sus bocas de palabras vacias y sin sentido.Mire hacia Keeling y respondiendo a su pregunta dije-No creo que te gustase mi respuesta....de todas formas ya lo descubrirás por ti misma- desvié mi mirada y mientras me levantaba seguí hablando -Y con respecto a lo de dormir no te preocupes,yo me voy a mi habitación- me acerque a las escaleras y antes de empezar a subirlas me gire -Por cierto,si fuera una de vosotras no me sentiría tan segura,hay otra alma corrupta- hice un amago de sonrisa y fui en dirección a mi habitación

Alec miró durante largo rato el cadáver de Noor. Un solo voto. un solo voto lo había condenado. Miró a Alicia con temor. Había matado a quien siempre cuidaba de él, qué le impedía hacerlo con los demás? Parecía que ya no quisiera que esconder su verdadera naturaleza y le daba igual lo que pensásemos los demás. Ni siquiera intentaba justificarse.

Él... No se merecía algo así... El joven tenía lágrimas en los ojos. Confió en ti hasta el último momento y tú... Los ojos de Alec mostraron furia por primera vez. No te lo perdonaré...

Pero acto seguido miró al suelo. Qué podían hacer si ella no podía caer en votaciones? Esta noche mataría a alguien y no podían hacer nada por evitarlo.

Todos estaban alterados. La mayoría amenazaba o insultaba a la asesina. Pero Amanda sabía que era inútil, se sentían frustrados y por eso lo hacían. Pero, ¿cómo no sentirse frustrados? La niña había salido impune y aún encima vertía lágrimas de cocodrilo.

-A mí me parece bien- dijo a la petición de Keelin- hoy no me apetece dormir sola, ayer lo hice y la cosa acabó mal.

En realidad, no esperaba que la cosa saliera hoy mucho mejor... pero de pasar algo malo al menos lo haría rodeada de algunas de las personas en las que confiaba.

-¿Más asesinos?- no creía las palabras de Alicia aunque no las podía obviar porque eran posibles- no sé si quedan más a parte de ti, pero espero que lo encontremos igual.

La seguridad con la que dijo aquello era una fachada, no se sentía tan optimista, todo lo contrario. No obstante, no quería darle esa satisfacción a quien ella creía que la había asesinado ya dos veces.

Las palabras de Keelin eran reconfortantes, hacía días que las cosas no paraban de irme de mal en peor y agradecía con gran afecto estos gestos. Cada vez eran menos y más espaciados en el tiempo, ya parecía que llevase toda la vida en este museo-hotel. Había pasado una semana pero lejos quedaba el recuerdo de la fiesta temática nada más aterrizar en el país.

- Te agradezco de corazón esas palabras, Keelin. Ni nosotras dos ni nadie estaba preparado para que este viaje se convirtiese en lo que estamos viviendo. Es demasiado duro para cualquiera, yo me sentí superada desde la primera noche. Tú también tienes mi apoyo de ahora en adelante. -Intento sonreír pero estoy demasiado cansada, solo quiero dormir y que llegue un nuevo día.- Voy a ducharme y vuelvo para dormir.

Aprovecho para ir a mi habitación a tomar un baño sin prisa, ponerme mi pijama y salir de la habitación con un cojín y una manta. Me acurruco al lado del sillón de Keelin e intento buscar una posición cómoda. A pesar de no estar con Hikari me sentía algo más tranquila, hoy era primer día que tenía la sensación de que las cosas empezarían a mejorar.

La noche había avanzado rápidamente, y en general el silencio imperaba más que de costumbre. Era normal. Cada vez éramos menos, y las cartas parecían estar sobre la mesa.

Cuando se acercó el momento de dormir me dirigí a mi cuarto, y una vez más me di una ducha. En esta ocasión fue larga, y en ella hice repaso de todos los que ya no estaban con nosotros. Había algunos que apenas habían hablado, como Henri, y me costaba mucho pensar en su ausencia como algo negativo. Habíamos muerto y resucitado ya tantos que la falta de aquellos que ni siquiera habían luchado por sobrevivir parecía algo natural.

Al salir de la ducha examiné mi pijama, y agradecí haber traído una pequeña plancha de viaje. Los días habían ido pasando, y era momento de darle un repaso.

Ya con él puesto volví a bajar, preparada para meterme una vez más en el colchón en el salón, cerca de todos. Me sorprendía cómo algunos eran capaces de dormir todavía en sofás, con lo sencillo que era bajar el colchón de la habitación.

- Buenas noches a todos. - Dije mientras me metía en la cama. - Ya falta poco, ya veréis. Con un poco de suerte esta será la última noche que pasemos aquí. - Formulé en voz alta, antes de hacer un gesto a Alec. - ¿Vienes?

Andy, por el otro lado, fue uno de los pocos que durmió solo. Al parecer tampoco estaba demasiado interesado en dormir con otros, después de todo lo que había ocurrido y la locura que tenía en su cabeza: Dos mundos en un hombre y demasiada información. No le haría bien a nadie, no podría protegerlos. Así que mejor dormir sólo.

Se tumbó en el suelo, sin mantas, sin nada y cerró los ojos. Quería que aquello terminase, que terminase de una vez. Poder volver a casa y dejar de ser el sujeto extraño que habla con los muertos...

Keelin se quedó un rato en silencio sentada en el sillón, mientras terminaba de asumir todo lo que estaba sucediendo y la gente se preparaba para dormir. Echó un vistazo a Andy, que cada vez parecía más y más ausente. Ella echaba de menos la presencia de los caídos en ese extraño lugar en el que sus consciencias se habían reunido. Saber lo que sucedía en la casita de madera de primera mano y sin tener que esperar o pasar el filtro de Andy había sido realmente útil durante el día. Y ahora de nuevo estaban silenciados. Ni siquiera sabían si Noor había dicho algo interesante al llegar allí, ni nada de lo que los muertos habían podido hablar durante la noche. 

Finalmente, la joven negó con la cabeza y reunió fuerzas para levantarse y subir a darse una ducha rápida. No tenía muchas ganas de estar a solas esa noche, pero visto lo visto no podía contar con poder ducharse al despertar. Nunca se sabía si uno llegaría a despertarse en ese lugar.

Cuando volvió a bajar su mirada se paró un instante en los colchones que había usado la noche anterior, pero no quería dormir en el suelo con esos golpes que se sucedían de vez en cuando y que daban la impresión de que algo o alguien quisiera salir hacia arriba. La joven volvió al sillón que había ocupado todo el día y con una manta y una almohada se arrebujó como pudo en él, echando un vistazo a los que todavía quedaban despiertos. Miró a Alec, dudando si ofrecerle que durmiese con ellas, pero suponía que el muchacho preferiría dormir con Esther, así que no le dijo nada al respecto.

Suspiró, mirando a su alrededor. No tenía mucho sueño y la incertidumbre de la noche la mantenía atenta a cualquiera que quisiera iniciar una conversación. Sabía que finalmente caería y se quedaría dormida, pero al menos trataría de evitarlo todo el tiempo que pudiese. - Deberíamos encerrar a Alicia por fuera. - Comentó en voz baja, para no molestar a los que pudieran haberse dormido ya.

-Entre los muertos se habla de que puede ser que Alicia tuviese un poder de un solo uso de resurrección. Puede que sea vulnerable por la noche... Si alguien tiene esa capacidad, es el momento. Al menos descartaríamos eso.

Comentó, y luego soltó un nuevo suspiro.

-De resto, no han dicho nada. Noor ha dicho que confió en que Alicia le dijo que era inocente, y por eso no usó su poder de purificarla. Se confió y lo pagó con la vida.

Luego dejó de hablar por un segundo, para hacer otro apunte.

-Ah, y Kenneth me ha amenazado, dicíendome que menos mal que no está en los vivos, porque tiene ganas de verme muerto.

Alec se acercó a su colchón, y lo movió para situarlo al lado del de Esther. Claro... Dijo, dedicándole una sonrisa tímida mientras se acomodaba a su lado. Anoche dormí con Keelin, porque... Tú no estabas y tenía miedo. Por suerte no pasó nada.

Escuchó a Keelin y asintió con la cabeza. Si tuviéramos la llave de su habitación...

Muchos habían decidido dormir allí pero más de uno no dormía. Amanda era una de ellos, no se sentía con ganas de dormir. Quizá más tarde le venciera el sueño, pero de momento no podía dormir. Fue así como oyó las palabras de Alec.

Por suerte no pasó nada.

Claro que no, solo murieron cuatro personas, ella misma sufrió un ataque esa noche. Es cierto que Alec tuvo suerte y no le atacaron, pero ella no creía que se pudiera hablar de suerte refiriéndose a lo que pasó la noche anterior. No obstante, decidió morderse la lengua y contestar a la otra conversación que se estaba manteniendo.

-No sé si alguien aparte de los asesinos puede matar esta noche... yo desde luego no, hace tiempo que no puedo matar a nadie. Pero esperemos que la suerte se le acabe y pueda morir de día, o resucite alguien valioso que pueda hacerle frente- como habían hecho Andy y Keelin habló en voz baja para no molestar- y no le hagas caso a Keenneth, está muerto.